Quince minutos después Jinki se encuentra a sí mismo sentado en un cuarto asfixiante frente a un pequeño hombre calvo.
“Entonces ¿Dice que Young-min te dio la dirección?” preguntó.
“Sí”
Llamó a alguien. Unos segundos después otro hombre ingresó a la habitación.
“Deberías darle un aumento a Young-min! Mira lo que nos ha enviado!” le dijo al otro chico que había entrado mirando a Jinki.
Y Jinki supo que estaba en problemas. Sentía que algo no estaba bien en la manera en la que el hombre lo observaba, como si fuera el premio en un carnaval.
“Se está haciendo tarde. Vendré más tarde” Jinki se puso de pie. Pero un fuerte agarre en su hombro lo empujo nuevamente a la silla.
“Ahora, ¿Crees que te vamos a dejar ir? Hemos conseguido una buena pieza aquí. Déjame cuidar de él.” Dijo el chico que había entrado, frotando suavemente la mejilla de Jinki.
El hombre sentado frente a Jinki rió. “Bien, es todo tuyo”
Empujó a Jinki y lo guió a otro cuarto.
“Contacta a tu familia. Diles que no regresarás por un tiempo” dijo y empujó un teléfono en la dirección de Jinki.
Jinki lo ignoró. Miró alrededor de la habitación buscando alguna manera de escapar o algo que pudiera usar para herirlo.
“No me gusta ser ignorado” y abofeteó la cara de Jinki fuertemente. “Contáctalos ahora. ¿O eres un fugitivo?”
“¿Qué es esto para ti?”
Y abofeteó a Jinki nuevamente, fuerte. Jinki perdió el balance y cayó. Se acuclilló a su lado.
“Entonces ¿¡Eres un fugitivo!? Ahora esto se vuelve más fácil para nosotros.” Alcanzó a Jinki. Jinki lo empujó y corrió hacia la puerta.
“Solo lo haces más difícil para ti” Lo miró lascivamente.
Atrapó a Jinki y lo inmovilizó en el suelo utilizando su cuerpo. Jinki se retorció debajo de él pero fue inútil.
“Te lo dije, no puedes escapar de nosotros.” Jinki podía sentir su respiración en su oreja. Trató de empujarlo pero no pudo.
“Déjame enseñarte tu lugar” y él desabotonó y bajó la cremallera del pantalón de Jinki. Su mano estaba ahora en elástico del los bóxers de Jinki. Jinki intentó empujarlo con toda la fuerza que tenía.
“Déjame ir, tú bastardo” Jinki siseó al hombre, cuando no se movió de su lugar sobre Jinki.
“Tsk tsk, malas palabras de una boquita tan linda” y mordió el labio inferior de Jinki tratando de invadir su boca, pero Jinki se resistió con todas sus fuerzas.
Al sentir la resistencia el hombre abofeteó a Jinki de nuevo, la fuerza hizo que Jinki viera las estrellas, pero la lengua extraña en su boca lo trajo a la realidad. La mordió fuertemente. El hombre maldijo y golpeó la cabeza de Jinki contra el suelo.
“No me hagas lastimar ese lindo rostro tuyo” él lentamente desató su corbata viendo a Jinki retorcerse debajo de él. Atrapó las manos de Jinki y las amarró detrás de él. Luego rompió la camisa de Jinki, y bajo sus bóxers.
Silbó “Sin duda estás en algo chico”
Mordió un pezón de Jinki y estrujó el otro con su pulgar e índice, haciéndolo llorar de dolor.
Las lágrimas encontraron su camino, cuando no pudo encontrar una manera de escapar. Su energía lo estaba dejando, después del largo día que había tenido y la resistencia que había puesto. Su cuerpo quedó inerte, el único movimiento eran los temblores causados por sus sollozos.
“Ves, así es como te debes comportar” y lamió las lágrimas de Jinki, haciéndolo llorar con más disgusto. El hombre siguió mordiendo y besando a lo largo de su mandíbula, succionando la parte sensible de su cuello. Arrastró su lengua hacia su pecho, deteniéndose en sus pezones para succionarlos. Siguió su camino, hundiendo su lengua en el ombligo de Jinki, haciéndolo temblar.
Jinki pateó sus piernas, aún tratando de tirar al hombre de alguna manera, pero cambia su peso y él (Jinki) no puede mover más sus piernas. Luego el hombre baja su lengua hasta la semi-erección de Jinki, la cual se endurece aún más.
“Lo disfrutas no es así, puta?” dijo con una sonrisa satisfecha.
Jinki no quería, pero su cuerpo había reaccionado por sí solo, y se maldijo interiormente por eso. El hombre bajo su cremallera. Y en un rápido movimiento sacó sus pantalones y bóxers. Frotó su erección la cual ya estaba derramando pre-semen. Él junto sus caderas a las de Jinki, creando fricción entre sus erecciones. Luego frotó la erección de Jinki, frotando su entrada, lo que provocó un lloriqueo de Jinki. Se alineó a la entrada de Jinki.
“Voy a mostrarte el mejor momento de tu vida” dijo mientras se enterraba en Jinki.
Jinki gritó de dolor. Sintió que se partía en dos. Sin esperar un segundo empezó a empujarse en Jinki, haciéndolo sangrar. Incrementó el ritmo cuando vio a Jinki lloriquear debajo de él.
La tranquilidad de la noche fue interrumpida por el grito de Jinki.
Alcanzó el clímax dentro de Jinki, haciendo que él quiera quemar su cuerpo cuando su semen se deslizó por sus piernas cuando salió de él.
Dejó a Jinki así, desnudo, sangrando y completamente roto.
Con manos temblorosas Jinki se puso su ropa y se arrastró hacia una esquina del cuarto, tratando de esconderse, de ese hombre, de sí mismo, del mundo entero.