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El fotógrafo por PandoraBoxx

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Notas del capitulo:

Mil perdónes por la espera y demora, pero aquí está la continuación, ya saben los sexys personajes usados son propiedad de Oda-sensei yo los devuelvo después de usarlos un ratito jejejeje

Capitulo 6

Sanji observó como Zoro se desfilaba de izquierda a derecha por la pequeña sala aún hablando por el móvil, sin pedir permiso tomó una de sus tantas cámaras y captó un par de imágenes, hubiesen sido más pero Zoro se cubrió el rostro.

Sanji no prestó más atención y se dedico a terminar su café, más una oración lo hizo mirar de nuevo hacia Zoro.

—Pero “Manchas” no puede quedarse 3 días sin mí.

“¿Manchas?, se refiere al minino” pensó Sanji y el modelo tenía razón, ese pequeño animalito que imitaba a un oso panda en cuestiones de colores no resistiría 3 días sin comida.

—Bien, esperaré, prometo no hacer una tontería. —Respondió Zoro suspirando.

Cerró sus ojos tratando de resignarse y después de apretar el botón del móvil, lo puso de nuevo en la mesa de centro, miró a Sanji colgando su mandil y encendiendo otro cigarrillo.

— ¿No piensas desayunar nada mas?

—Por el momento no tengo apetito, tengo algo importante que hacer.

Sanji caminó hacia su habitación, tomó algo de ropa y se adentró en el baño, la regadera se escucho unos momentos después, 15 minutos tardó en asearse y vestirse, salió con jeans en azul cielo, camiseta con cuello en “v” y colocándose una sudadera en gris miró atento a Zoro.

—No tengo amigos cercanos, así que no espero visitas, no abras la puerta para nada, no recibo correo así que no tomes nada, no te vayas a salir del lugar, tratare de regresar lo mas rápido que pueda, nos vemos.— Dijo Sanji mientras  se ajustaba los botines estilo converse.

Salió levantando  la mano despidiéndose,  Zoro observó esa entrada quedarse en penumbras, miró hacia atrás y la enorme ventana justo en su espalda le ayudo a mirar como Sanji tomaba un taxi en la calle, la lluvia hizo difícil la vista, pero aún así logró vislumbrar al rubio entando al auto y perderse entre las calles.

No hizo más, solo sentarse a esperar, ese chico era extraño, actuaba más por impulso que por otra cosa, pero ¿todo eso lo valía el dinero? Zoro sabía que a Sanji le pagaban por sus servicios, pero no sabía cuanto dinero recibía, eso comenzaba a molestarle, los gestos lindos que el rubio había tenido hacia él eran por dinero.

Apretó los puños y rechino los dientes, estaba tan harto de ese mundo, quería encontrar a una persona que se preocupara por el del modo mas puro que no mezclara dinero o lujos, quería que lo amaran por ser él.

Mantuvo su  mente ocupada, deambulando (perdiéndose) en el departamento de Sanji, para descubrir que todo el tercer piso estaba “ocupado” por el cejudo, encontró un par de habitaciones solas, con un golpe de suerte regresó a la sala, encendió la tv y se dedicó a esperar.

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Sanji abordó el taxi brindándole aparte de un medio de trasporte un resguardo de la lluvia, veinte minutos pasaron en los que el rubio se cuestionaba “¿Por qué demonios estaba haciendo eso?”. El frenar del auto lo sacó de sus pensamientos, pagó al taxista y salió del vehículo, camino un par de cuadras antes de llegar a la casa de Zoro, miró por todos lados y en una esquina algo oculta, logró ver como estaban haciendo “guardia” en la mansión, Sanji pasó como si nada solo para rodear la manzana, ese chico ya sabía de los puntos débiles de ese sitio, después de todo, ya había tomado imágenes del peli verde.

Los arboles que delimitaban la casa del marimo eran su escalera personal, trepo con demasiada agilidad y cruzó la barda, para escabullirse por la entrada de la cochera, ya que quedaba oculta bajo desnivel.

Era extraño, él mismo lo notó, las puertas no tenían llave puesta. Entró con demasiado cuidado y en la enorme sala iluminada por el candil superior observo una figura familiar para él.

— ¿Mihawk? —Preguntó algo sorprendido. — ¿Qué haces aquí?

—Creo que vine por lo mismo que tú. —Respondió serio con el gatito en brazos. —Pero me topé con un inconveniente que evitó que saliera.

Mihawk señalo por la ventana y ahí estaban más de tres tipos resguardando la entrada principal, y muchos más merodeaban la casa. Sanji sabía que no podría regresar y salir por el árbol, ya que ahí no había barda, solo barandal y estaría expuesto.

— ¿Te vieron entrar? —Preguntó Sanji extendiendo su mano y acariciando una mejilla de Manchas.

—No creo, llegué hace ya tiempo y siguen igual, son novatos, pero con uno solo que nos vea será suficiente, no quiero que encuentren a Roronoa. —Aclaró el manager dándole el pequeño animalito a Sanji.

— ¡Tengo un plan! —Exclamó Sanji tomando al animalito en sus brazos, un maullido de Manchas terminó la escena y afianzó la seguridad del rubio.

Mihawk miró de reojo al rubio, él también ya había pensado en un modo de salir, pero al ser solo él sería más difícil, más con Sanji hay ese plan estaba más que hecho.

— ¿Te gustan más los autos o las motocicletas? —preguntó Mihawk dirigiéndose al estante con llaves.

—Motocicletas, y en este caso son más factibles. —respondió Sanji siguiéndolo de cerca con el minino en brazos.

Mihawk asintió.

—Entonces, esta te fascinará, mucho cuidado es una de las posesiones más amadas de Roronoa, recuerda guardarla en cuanto llegues, ¿llevaras algo más? —Declaraba Mihawk lanzando un llavero al aire.

—Pensaba en llevarle algo de ropa extra al idiota, pero ya veré como solucionar eso, por lo que vemos, no creo que con 3 días sea suficiente, ¿cierto? —Respondió Sanji atrapando las llaves.

—No, tómense mas tiempo, no tienen nada más de que preocuparse, solo concéntrate en cuidar de ellos. —Agregó el manager señalando al gatito.

Sanji asintió y juntos se dirigieron a la cochera, Mihawk tomó el auto favorito de Zoro, así no pasaría desapercibido, él sería el señuelo, sería la distracción para que el rubio saliera como si nada del lugar.

—Tú conducirás esa de ahí. —Señaló Mihawk a una funda gris.

Sanji curioso se acercó y quitó la misma cobertura dejando a la vista una bella Yamaha Midnight Star, negra, el poco cromo visible de esa belleza  resaltaba en su ojo azul visible, en verdad que esa motocicleta era una belleza, una sonrisa amplia le mostró a Mihawk que ese chico era un adicto a la velocidad, pero ese tipo de personas esconden algo que los hace ser un poco peligroso.

—Hey, no te olvides de quién eres ahora. —Reparó Mihawk.

Sanji tomó aire profundamente y cerró fuerte sus ojos.

—Lo sé, ahora solo quiero volver a casa. —Explicó el rubio acariciando a Manchas.

Mihawk ya no dijo más, solo  montó el Mustang Boss 429 aceituna perteneciente a Zoro, con un auto así, sin importar quién fuera no pasaba desapercibido, Sanji tomó uno de los cascos y escondió a Manchas en su sudadera gris. Encendió la hermosa motocicleta y dando un par de acelerones indicó que estaba listo.

Mihawk abrió las puertas de la cochera y salió antes, Sanji esperó a que pasara lo que ellos sabían, seguirían a la primer persona en salir de la casa, Sanji salió muy sigilosamente, cerró las puertas electrónicas detrás de él y cerciorándose (mirando seguido por los retrovisores) de que no lo siguieran se dirigió a casa.

La llovizna ligera hizo del trayecto más lento, casi una hora le tomó a Sanji regresar, entró por la parte trasera del edificio en donde está el ascensor de carga, dejo bien resguardada a esa belleza para después dirigirse a su departamento.

Al entrar y quitarse los botines se dio cuenta de que estaba completamente empapado.

—Alga con patas, ¿podrías alcanzarme una toalla? — Gritó desde la entrada.

Zoro se asomó solo un poco desde la sala, entró al baño y tomó la toalla de Sanji, esa que había dejado húmeda antes de irse.

Lanzándosela al rostro se quedó parado viendo al rubio.

—Gracias, ¿podrías traer una más? —Aclaró Sanji.

Zoro se quedó algo incrédulo viéndolo, hasta que un maullido leve lo hicieron asombrarse.

Sanji bajó el cierre de la sudadera y ahí se asomó una pequeña cabecita de gato, con las orejas, naricita  y rabo en negro, todo lo demás blanco.

— ¡Manchas! —Anunció el modelo.

Sanji terminó de sacar al animalito y envolverlo en la toalla.

—Está mojado, necesita algo de calor. —Agregó el rubio entregándoselo.

Zoro cambió de semblante cuando miró a Sanji empapado, algo en él le molestaba.

— ¡¿Cuánto te pagara Mihawk por este “extra”?! —Preguntó molesto el modelo.

Eso era lo que estaba aguijoneando el corazón de Zoro, el pensar que Sanji hacia todo por interés o que recibiría algo a cambio lo desquiciaba, lo enfermaba y lo enfurecía, pero en ese momento obtendría algo de mayor valor incluso que su gato.

—Nada, mis horas de trabajo terminaron cuando salimos del antro. —Respondió Sanji serio.

—Entonces, esto lo hiciste por… —Dudó Zoro.

—Porque no tolero que nadie pase hambre, y sí este animalito es importante para ti, supongo que debía de hacer algo al respecto, además sí luce con hambre.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

¡Listooo! sí mala imitación jajajajaja bueno ya estoy trabajando en el siguiente episodio... nos vemos....


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