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El fotógrafo por PandoraBoxx

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Notas del capitulo:

Hola!!!! aquí la actualización, sí sé que estoy actualizando seguido, pero no puedo detener jajajajaja -->loca sin más que hacer jajjajaja bueno ya saben que los sexys personajes usados son propiedad de Oda-sensei yo solo los tomé prestádos un ratito...

Capitulo 8

— ¿Roronoa? …Tendrás que quedarte más tiempo con Kuroashi… ¡No hay tiempo para explicaciones! en la primer oportunidad que tenga iré personalmente al departamento ¡¡No salgan de ahí!! Esto es más de lo que pensamos, me reuniré con Smoker, él me dirá que tenemos qué hacer….

Mihawk continuaba viajando en el auto de Zoro, al parecer las cosas no serían tan fáciles de evadir, la señal  se entrecorto y Zoro pulsó “colgar” en el móvil dirigió su mirada hacia el rubio quien aún estaba en la cocina,  acuclillado acariciando las orejas de manchas.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Sanji, continuaba empapado y le estaba dando frío.

—Muy bien —Declaró el rubio poniéndose de pie —Me iré a dar un baño, no tardaré mucho…

Sanji pasó por en frente de Zoro dedicándole una enorme y basta sonrisa, Zoro caminó hasta el pequeño gatito, lo tomó en brazos y acariciándole la barbilla lo llevó con él hasta la sala.

Sus pensamientos le torturaban, ¿Qué se supone qué harían? ¿Cómo que las cosas no eran tan fáciles? ¿En que demonios se habían metido?

Veinte minutos pasaron cuando por fin Sanji salió del baño, una short y una camiseta común en blanco era su ropa para estar en casa, aún secaba su cabello cuando llegó a la sala, encendió la tv y comenzó a buscar en los canales.

Zoro mantenía el pequeño gato en sus piernas, el minino estaba hecho “bolita” y no daba señales de quererse mover del regazo.

Sanji sonrió y se acercó hasta ellos, se inclinó para ver más de cerca al animalito, el modelo suspiró al ver la palidez de Sanji, su corazón se ajetreó al respirar la suave fragancia del cabello recién lavado del fotógrafo, un fuerte calor comenzó a invadir al modelo al grado de calentar su rostro y orejas, el color rojo se notó de inmediato, al menos para Sanji no pasó desapercibido.

— ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? —Preguntó el fotógrafo mirándolo a los ojos, estando demasiado cerca de él.

Zoro desvió la mirada, Sanji pensó que el modelo seguía con el pensamiento de que todo lo que hacia era con intereses monetarios, un poco molesto le regreso el rostro y lo obligó a que lo viera.

—¡¡Ya ate dije que no lo hago por dinero!! —Aclaró en tono molesto el rubio.

Zoro suspiró y se quedó viendo directamente al profundo azul proveniente de su ojo visible, la franja roja se negó a desaparecer, por el contrario, se acentuó aún más. Sanji pensó que estaba resfriado; pegó su frente con la del peli verde.

—Pues fiebre no tienes, ¿Qué te pasa? —Insistió el rubio.

El aliento de Sanji chocó con el rostro de Zoro, éste se quedó pasmado ante tal visión, repentinamente sus ojos se abrieron de más, y de un brinco se puso de pie tirando al pobre manchas al piso.

—¡¡¡Eres un idiota, brócoli andante!!! —Gritó Sanji al levantar al pobre gatito que maulló muy fuerte por el golpe.

—Ya Manchas, ya pasó…

Zoro se dirigió a la ventana, miró su reflejo y se terminó por confundir más, ¿Por qué carajos se había sonrojado por Sanji? ¿Qué demonios le estaba pasando? Muchas de esas preguntas comenzaron a acecharlo.

—Oye marimo, hace rato que llamarón ¿Quién era?— Preguntó Sanji mientras jugaba con las manitas de Manchas.

Zoro volteó a verlo y de nuevo la faceta tierna de ese chico le producía un malestar estomacal, verlo jugar con el gatito le causaba que quisiera salir corriendo al baño de inmediato, su estomago no aguantaba el movimiento interno.

—Era Mihawk, me dijo qué tendríamos que permanecer más tiempo… juntos…. Bueno en la misma casa… pero no juntos… bueno…. —suspiró Zoro, el nerviosismo le causaba gracia a Sanji junto con los ademanes del peli verde.

—Jajajajaja, entiendo… tendremos que salir más tarde, los comestibles de humanos no son buenos para éste animalito, ¿cierto? —Declaraba Sanji jugando con la pancita de Manchas.

— ¿Puedo usar el baño?—Preguntó dudoso el modelo.

—No me preguntes, eres un huésped, así que puedes usar la casa como tuya, igual tú… —Aclaraba el rubio aún jugueteando con el gato.

Zoro entró casi corriendo al baño, cerró la puerta y se recargó en ella, miro hacia el techo, un tragaluz le mostró que continuaba lloviendo, ese clima no le agradaba mucho y menos por el frío, pero en esa ocasión parecía que el clima le brindaba paz.

Después de un rato salió del baño, Sanji lo esperaba en la recamara.

— ¡Marimo! Necesito que vengas un momento —Gritó desde la misma.

Zoro se guió por el sonido de la voz del rubio, llegó a la puerta y lo que vio le produjo un suspiro entrecortado, Sanji estaba abrochándose el pantalón azul de mezclilla, su torso estaba desnudo, eso dejo a la vista el cuerpo definido que poseía, aunque su tez blanca y sus pectorales marcados no atenuaron las  cicatrices que Sanji tenía. La faz de Sanji, seria, perdida y algo perturbada junto con esas marcas en su cuerpo indicaban un sufrimiento de antaño, uno que quizás aún no sanaba. Sanji giró y vio a Zoro profundizando en sus marcas no mostró reacción alguna, extendió el brazo y le entregó unas prendas.

—Mira, estás son unas tallas más grandes de las que uso, quizás te queden, pruébatelas, tenemos que salir por comida… —Declaró Sanji.

Zoro tomó las prendas de ropa y se dirigió al baño, Sanji por primera vez en mucho tiempo se sintió algo intranquilo, se había acostumbrado tanto a la soledad que el tener compañía lo incomodaba un poco, sumándole a eso que Zoro había visto sus tormentos grabados en su piel lo hacían sentir aun más incomodo, esa era la razón de que siempre usara camisas de manga larga, ellas le ayudaban a cubrir su cuerpo hasta donde era posible, ahora Zoro había avistado eso que ocultaba, aunque estaba seguro de que no preguntaría nada, ese chico no escudriñaba en los pasados ajenos y eso era lo mejor en ese caso.

—Si se diera cuenta, seria malo… —Le manifestaba a Manchas, quien no dejaba de verlo sentado en el borde de la cama.

Tomó su camisa en negro y la abotonó, dobló las mangas a tres cuartos y se ajustó sus botines de piel.

Zoro salió del baño, la ropa le quedó justa, pantalones ajustados en azul con amplias bolsas, camiseta café de lo más común y una sudadera negra de amplio cuello y forro rojo que era visible por el estilo y diseño de la prenda, incluso viéndose de lo mas corriente había algo que representaba un problema, la cabellera peculiar de Zoro.

—Mmmm esto será un problema —Aclaró Sanji agitando el cabello verde del modelo —Pero, así  quedará listo.

Sanji usó una cachucha en negro con una “leyenda” de Bad Boy en blanco.

—Listo, ya no hay problema alguno, ¿Vamos? Te sentará bien algo de aire fresco, lo siento Manchas, no tardaremos ¿de acuerdo?

Hay estaba de nuevo, esa actitud tierna de Sanji hacia el minino y más importante aún, hacia él; el toque de Sanji se seguía sintiendo cálido, ese pequeño toque había dejado marca de calor en Zoro, ese chico le interesaba ya no había duda de ello, no obstante era una estupidez hablar de sentimientos de “amor” hacia una persona que recién había conocido, y más aun, hacia un hombre. La confusión de Zoro era evidente en sus gestos, Sanji los notó pero no menciono nada más.

Con una última caricia se despidió de Manchas y juntos salieron a la calle por ser  de noche, las farolas alumbraban un poco propiciando un ambiente un tanto lúgubre, Sanji encendió uno de sus ya habituales cigarrillos, y le mostró el camino a Zoro.

—Mira es justo pasando esa calle, no está lejos. —Apuntaba Sanji en dirección del pequeño centro comercial.

El frio y la llovizna les golpeaba el rostro, era mas frío del que pensaron y ambos estaban tiritando, Sanji se cruzó de brazos y tiritaba al caminar, Zoro se frotaba las manos y soplaba aliento cálido en ellas buscando desentumirlas, solo unos minutos duraron en las solitarias, sombrías, mojadas y frías calles de la ciudad, muy pocos autos desfilaban en esos momentos.

Llegaron al pequeño centro, las puertas se abrieron y entraron, la calidez del mismo los tranquilizó un poco, Sanji fue a buscar un carrito para los comestibles y juntos comenzaron a recorrer los pasillos.

Lo primero que aseguraron fue la comida de Manchas y claro un arenero, después y por causa del clima decidieron buscar algo de ropa invernal para ambos, llegaron al departamento de caballeros y comenzaron a buscar prendas, solo un probador estaba libre por lo que ambos comenzaron a pasar aprobarse prendas, comenzaron a juguetear a ver quien se veía mejor con esto o con aquello que cuando menos lo pensaron se tuvieron de frente, la estrechez del probador los obligó a  verse a los ojos sin parpadear, Zoro se apoyó con ambos brazos dejando a Sanji en medio estaban tan cerca que sus narices rozaban mutuamente…

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno, muchas gracias por todos los reviews dejádos, les agradesco mucho su valioso tiempo invertido en leer esta historia... nos vemos en el siguiente capitulo....


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