Durante décadas… Durante siglos… viviendo siempre solo… ¿Por qué ahora me siento tan vacio?...
Tan solo llevo un día sin él, pero… pronto será una eternidad, ese recuerdo perdurara para siempre en mi mente…
Después de haber descubierto que la misma reina Victoria era la causante de la muere de sus padres, de por fin verle sin vida, y de matar al ángel, ya era tiempo de acabar el contrato.
Sebastian llevaba en brazos a Ciel y lo sentó en una banca de piedra,
-Bueno Bocchan-,
-así que este es el destino final.- decía Ciel con tranquilidad,
-si así es- el demonio respondía con simpleza,
- un pájaro me está asechando- que cortante parecía el joven,
-así es-, al igual que el mayor,
-te daré lo que quede después de que me quiten el alma- Ciel se dirigía al cuervo que les observaba,
-No podría esperar menos de Bocchan, es tan amable.- su ultimo cumplido como mayordomo,
-¿Duele?-, pregunto directamente,
-así es… un poco, aunque tratare de que duela lo menos posible.- Sebastian decía con un poco de ternura,
-No…, haz que duela en verdad, el dolor de haber estado vivo, que se quede grabado en mi alma.- dijo con sinceridad el azulino, eso tomo por sorpresa a Sebastian, pero su semblante cambio a una expresión de satisfacción de que su alma era la mejor, y sin mas dijo su ultima respuesta como mayordomo, se incoó y soltó de sus labios esa significativa frase,
-Yes my lord-,
Ciel lo observaba, su expresión era ¿melancolía?, sin más el pequeño se recargo sobre la banca donde se situaba y hecho su cabeza ligeramente hacia atrás, Sebastian se puso de pie, se retiro uno de sus guantes y con su cara de satisfacción se fue acercando al joven poco a poco, acaricio el bello rostro del azulino, con afecto, con ternura, pero por la mente del pequeño pasaban pensamientos tristes,
"-Sebastian por favor acaba con esto, porque me acaricias como si fuera algo frágil y valioso para ti, si lo único que tú quieres de mi… es mi alma-",
Retiro el parche donde el pequeño mantenía su contrato, que unía el demonio a él, sus miradas se cruzaron, Sebastian se acercaba lentamente al rostro de Ciel y antes de rosar los labios del azulino dijo
-entonces… Bocchan… Vamos muéstrame lo que quiero ver… el último y desesperado resplandor de tu alma agonizante-
el demonio beso al joven con delicadeza, y al sentir los labios del demonio sobre los suyos, lo único que pudo hacer fue corresponderle, el mayor tomo el rostro de menor e hizo el beso más apasionado, de pronto en la mente de Sebastian pasan como flashbacks los recuerdos de Ciel, lo que vio le sorprendió mucho, lo único que veía era cada vez que el tenia en brazos a Ciel, Cada vez que lo protegía, cada vez que lo bañaba y lo vestía, Cada vez que se quedaba cuidando el sueño de él, sus clases de baile, la foto que fue tomada con la cámara Talbot, y frases como, ¿Por qué eres tan amable conmigo?..., Es mi alma ¿cierto?..., porque no me quieres como yo te quiero a ti?..., me gustas…, te quiero…, me he enamorado de un demonio…,me he enamorado de Sebastian...
La semblante de Sebastian cambio a melancolía, no podía creer que el siendo un demonio le afectara tanto ver esos recuerdos,
-esto es lo que guarda en lo más profundo de su corazón… sus verdaderos sentimientos, Me querías de verdad, pero tenias miedo… de manifestarlo en palabras, tuviste mucho cuidado… en ocultármelo… y deliberadamente te alejaste de mí, debe haber sido tan duro para ti… habrás sufrido tanto y también esas ansias de venganza que daban sentido a tu existencia… son la prueba… de que ni siquiera la muerte… te ha liberado. Ni siquiera la muerte ha hecho que dejes atrás tanto odio… tanto dolor…, puedo sentirlo, puedo saborearlo, el dolor alimento el odio… y que el odio haga imposible olvidar el dolor…, Si… ahora lo entiendo… esa mirada tuya, tan dura…, tan fría y distante… pero a la vez tan triste…, el amor y la venganza te fueron consumiendo lentamente, pero no diste queja alguna, es más te situabas firme y nunca vacilabas, que alma tan más fascinante , No, que amo tan más maravilloso , No, Mi digno Ciel Phantomhive-,
Fue ahí donde el demonio se dio cuenta de que eran las sensaciones de satisfacción, de ¿felicidad?, de proteger a esa alma, no, a ese ser como ningún otro, el también se había enamorado, se había enamorado de un humano, por la impresión, sin percatarse que ya había absorbido y consumido el alma de Ciel, se separo de él y en el rostro del menor se notaba una triste sonrisa acompañada de algunas lagrimas,
-Dijiste Ciel… valla se oye tan bien cuando sale de tu boca…, creo que ya sabes lo que siento por ti… lo que me consuela es que viviré dentro de ti… aunque ya no pueda verte nunca más…-
Y con su último aliento dijo,
-Te amo Sebastian…-,
Fue ahí donde pudo ver por última vez esa mirada azulina tan perfecta, se pudo presenciar cómo se extinguía esa vida y siendo él, el causante de ello,
-No, espera Ciel, ¿qué he hecho?, ¿Qué es esto?, ¿Son lagrimas?-
así es el demonio toco su rostro y de sus ojos color escarlata salían unas lagrimas, de dolor, por haber extinguido la vida del primer ser que amo en toda su vida, lo único que pudo hacer fue abrazar al cuerpo vacio del pequeño y gritar varias veces su nombre,
-Ciel, Ciel, CIEL…!
Cargo al azulino, y empezó a caminar, caminar y caminar y sin que nadie se percatarse llego al infierno, entraron a una mansión enorme, más grande que la del ex conde, con detalles góticos, abrió la puerta de una habitación, coloco el cuerpo de Ciel en una cama de sabanas de seda color azul, lo vistió con un traje negro, que hacía ver más blanca su lechosa piel, y en sus manos puso una rosa blanca, se sentó a su lado, lo observo, como cuando cuidaba de su sueño, pero esta vez con melancolía, porque solo tenía a su amo, a su Ciel como una muñeca rota…
Sebastian se encontraba en la cocina, preparando té y un pastel, pero se detuvo y pensó en voz alta…
-Ah... No va bien
¿Cómo puedo ser tan tonto...?
Solo por estos viejos hábitos no voy a salir adelante
Ya no soy un mayordomo, ya no hay necesidad de hacer estas cosas ahora
Ahora yo... No tengo ninguna autoridad para proteger...
Perdí el reloj de bolsillo, perdí todo...
Solo pensar que 100 años parecían ser un parpadeo de un ojo,
Pero parece... Que un día puede también ser un período muy largo,
Cuello blanco...
Uñas con cubierta de cereza...
Tobillo que encaja en la palma de la mano...
Todo es... Como la nieve que cae,
Desaparece antes de que tú puedas saborearlo.
Yo soy... Un demonio... Completamente solo...-