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Ese mayordomo, Endemoniadamente Enamorado. por Fernanda Phantomhive Michaelis

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Notas del capitulo:

¿Como sera un demonio borracho?

(Capitulo un poco corto o tal vez un mucho ;P)

Después de esa noche que el conde se entrego en cuerpo y alma al demonio, digamos que no todo fue brillante como el oro sino que se tiño un poco de negro.

 

El muy alegre mayordomo, que solo durmió por poco tiempo, ya que para lograr esto tenía que “apagar” sus poderes demoniacos y darse ese placer, prefirió ver el rostro de Ciel dormido, por que se veía tan hermoso y tranquilo, que era un deleite para la vista, se paró de su lado, muy temprano, sin despertar al joven noble, se vistió, bajo a la cocina para preparar el té y el desayuno, abrió las cortinas para que entrara el sol del nuevo día, -Buenos días Bocchan, el té de esta mañana es té verde de Kangra, para el desayuno de hoy he preparado salmón ahumado en salsa de mango y risotto de champiñones, después del desayuno tiene que revisar unos papeles de la compañía, después del almuerzo, no tiene nada establecido en su agenda –, el conde se despertó con un gesto de dolor en la parte baja de la espalda pero no dijo nada, el mayor empezó a vestir al pequeño con un traje color azul marino y unos shorts algo cortos ya que era verano, el mayor veía que el conde estaba indiferente, entonces, antes de terminar de atar la corbata de su amo, tiro de ella para que sus rostros  se encontraran y antes de que ambos labios se tocaran, susurro sobre ellos, -tal vez después del almuerzo, quiera pasar tiempo con un servidor- dedicándole una sensual sonrisa, y esperando que la reacción del chico fuera un sonrojo o que le robara un beso, esto fue lo contrario, -ha, no te creas tan importante demonio, solo porque tuve un desliz contigo, es más que tu provocaste en mí, eso no significa que estaré  empalagado contigo, yo no te he prometido nada, ah y ya puedes retirarte, yo sabré como dispongo de mi tiempo libre-, decía muy orgulloso el conde, pero en realidad en su mente pasaban los recuerdo de la noche anterior, y pensaba porque había dicho algo tan desagradable, pero pensó que como era Sebastian, este no le tomaría importancia ya que sabía que tan orgulloso era, pero se equivoco, a Sebastian le habían afectado sus palabras, tenía ganas de golpear el que alguna vez dijo que los demonios no tenían sentimientos, se sentía destrozado, pero trato de que pareciera que no le afecto en  nada y contesto –perdón Bocchan por tan alta falta de respeto, sin más,  me retiro-, decía con la cabeza baja, y con un aura de dolor que cualquiera sentiría, abandono la habitación, -Demonio tonto, no tienes derecho de indignarte, yo tendría que ser yo el indignado, por haberme drogado-, se quedo pensativo, -Bueno no es que no me haya gustado sentir su cuerpo y su calor,  pero… ah! Demonio tonto! , siempre me pones en aprietos.

 

Llego la hora del almuerzo, el mayordomo le sirvió en el despacho del menor, la semblante de Sebastian era seria, y antes de que Ciel dijera algo, el ya no se encontraba en la habitación, -creo que he sido un poco cruel con el pero… creo que hablare con él,-.

 

Paso todo el día y no había señal alguna de Sebastian, Ciel lo llamo y lo llamo, pero este no aparecía, algo preocupado, el joven hablaba para sí mismo –Donde se habrá metido ese demonio, porque no responde a mi llamado-, el conde sintió el resto del día una eternidad, hasta que llego la noche. Como no llegaba Sebastian, pidió a Tanaka si lo podría cambiar, dijo que Sebastian estaba trabajando en algo y por eso no llegaba, le mintió a su sirviente y se mintió a sí mismo.

 

Ya era media noche y no podía conciliar el sueño, hasta que algo, más bien alguien entro a su habitación estrepitosamente, era Sebastian, pero todo desalineado, pareciera que se caería en cualquier momento, llego hasta donde se encontraba Ciel, el conde lo vio muy extraño y no podía creer lo que sus ojos veían, su mayordomo, su demonio, estaba borracho y eso se le hizo imposible, -¡¿Sebastian, estas borracho?!-, con una sonrisa melancólica le contesta- Je, Bocchan, lo lamento mucho,  He fallado como mayordomo al servicio de la casa Phantomhive, no sé cómo podría enmendarme, Mientras Bocchan posea el contrato, yo seré su perro fiel, y mordí la mano que me da de comer, hahaha, Ah… mi ropa quedo hecha jirones, Ya no debería ser un mayordomo,  Ahora yo... No tengo ninguna autoridad para proteger... Perdí mi ética como tal, perdí todo... le perdí a usted-, Ciel se quedo insólito,  por tales palabras del mayor, intrigado por ellas, pregunto, - ¿De qué hablas?, ¿Por qué dices eso?, ¿Y por qué vienes así?, tu eres un demonio ¿cómo puedes emborracharte?- el demonio poso un dedo en los labios del noble, y con una risilla le responde, -ahaha, Shhh!, te vas a despertar, sólo cumplo órdenes y respondo a lo que me pregunta mi amo,  te lo diré, será nuestro secreto, me emborrache bebiendo la sangre de Cristo, ha!, como ustedes los humanos le  dicen al vino  que beben los sacerdotes, en realidad no tiene nada de especial ese vino a los que usted ha bebido, solo robe algunos de la iglesia,  porque creí que era divertido, jum, en toda mi miserable vida nunca me había puesto así-, -¿Cuánto bebiste Sebastian?-, preguntaba el niño algo preocupado, -puff!!, no lo sé,  perdí la cuenta en la séptima botella-, decía sin preocupación el mayor, el niño asombrado lo regañaba, -¡Te bebiste más de 7 botellas!, ¿pero qué ganabas con eso?- dijo Ciel olvidando lo que le dijo en la mañana, - Me sorprende la habilidad que tiene Bocchan para olvidar las cosas,” ha, no te creas tan importante demonio, solo porque tuve un desliz contigo, es más que tu provocaste en mí, eso no significa que estaré  empalagado contigo, yo no te he prometido nada”, y pues estoy asiendo lo que me dijo, no me estoy creyendo importante, es mas déjeme decirle que me siento horrible, al igual que usted, creía que no tenia emociones pero me equivoque, si las tengo y no sabe cuánto las odio, y todo esto me está sucediendo por enamorarme de un simple mortal, No!, no es simple, para logar tener a un demonio como yo a sus pies, es alguien muy especial, da igual la época, nada ha cambiado,ustedes, los humanos, son más crueles y egoístas que nosotros los demonios-, el mayor soltó todo con una voz cortante y triste, Ciel se sentía culpable por las acciones de Sebastian, por lo que su mayordomo estaba pasando, por lo que su demonio estaba sintiendo, se quedo callado, y para rematar Sebastian le grita con una mirada cristalina, como si fuera a llorar, - Este cuerpo, esta alma, hasta el último de mis cabellos, te pertenecen Ciel, ¿Por qué no me correspondes como quisiera?, ¿Por qué esa noche si fuiste abierto conmigo?, ¿Por qué no me amas como yo te amo a ti?-, para el niño, esas palabras le dolieron en lo más profundo de su ser, no puede creer que Sebastian se haya puesto así por su culpa, y más le sorprendió que le hablara por su nombre, nunca lo había hecho, se sintió ¿querido?, si así es, se dio cuenta que su demonio lo amaba, y  lo único que pudo hacer fue jalar el cuerpo del mayor hacia él, enroscando sus pequeños brazos en su cuello, -Eres un idiota, no debiste hacer esto, durante todo el día pensaba hablar contigo, confesar mis sentimientos sin importar que y tú te vas, y ni creas que no me preocupe por ti, me tenias muy angustiado, perdóname, perdóname…-, decía el chico entre sollozos, acerco sus labios hacia los del mayor, para darle un beso, un beso húmedo lleno de arrepentimiento, -No sabía cómo decirte esto, porque estaba muy inseguro, pero ahora ya no tengo miedo en decirlo, ¡Te amo!,¡ Te amo Sebastian Michaelis!, decía el conde con una sonrisa llena de lagrimas, vio el rostro del mayor, tenía una sonrisa, pero no una sonrisa perfecta, sino una sonrisa de sincera felicidad, se sintió aliviado el mayor y dijo antes de quedarse dormido sobre la cama del pequeño, -Gracias, ¡Yo también te amo Ciel Phantomhive!-, -ha!, tonto, lo que me faltaba llegas borracho y ahora te quedas dormido, nunca te había visto así, gracias por solo a mi dejarme ver esas facetas tuyas, mi tonto, tonto demonio- decía secándose las lagrimas, acomodo bien al mayor en su cama, le quito su frac, sus pantalones, y su camisa, tenía una buena vista de él, y hablo para sus adentros, -quiero ver tu expresión mañana por la mañana, cuando no recuerdes nada-, con una sonrisa, abrazo a Sebastian, y ambos quedaron profundamente dormidos.

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

He leido fics donde Ciel se emborracha pero a que nadie se esperaba a Sebastian, he! bueno diganme si les gusto o me avientan tomates ;)

Nos vemos


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