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Cruzando Universos por Reira Verzeihen Danke

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Notas del capitulo:

Los derechos de autor van a sus respectivos dueños.

Perdón, perdón, perdón. Realmente lamento la actualización tan tardía. Estuve con mis exámenes finales, me castigaron por sacar tres de mis notas con uno puntos por debajo del promedio, logre pasar el año con éxito y ya me levantaron el maldito castigo. Las buenas noticias son que ya empecé con el próximo capítulo, intentaré subirlo tan pronto como me sea posible.

Cualquier error o incoherencia por favor notificármelo por medio de un review, o por medio de un PM.

Sin más excusas que dar, ¡al maldito fic!

 

Eric (Edward Middleford) P.O.V.


"Cierto. ¿Cómo me pude olvidar de todo eso? Ah, claro, era necesario en ese momento."

Pero hace mucho tiempo de ese trato, y yo lo olvidé. "¿Por qué apareces ahora?" No debería de haberlo hecho en primer lugar, debí saber cuándo dejar la inocencia a un lado. Debí saber cuándo no debía entrometerme.

—Edd, querido, ¿recuerdas ahora? Ese déjà vu insistente que ha permanecido tercamente en tu mente.

"Sí, lo recuerdo vívidamente. Ahora detente. Mi cabeza duele. Sé que lo quise, pero no sigas ahora, detente. Recordar es doloroso."

La persona frente a mí rió. Rió suavemente, de una forma que a mi parecer fue innecesariamente cruel, mientras yo descansaba mi cabeza palpitante en mis manos, con mis ojos desmesuradamente abiertos. Esas imágenes hace mucho olvidadas y enterradas en lo más profundo de mis recuerdos vinieron como un balde de agua fría, abrumándome y dejándome con un sentimiento de incertidumbre en mi pecho. No quería recordar mis acciones del pasado. Esos momentos de terror que vi, sentí, viví; esos momentos en que otra persona lo sintió, y yo no hice nada, me atormentan. Las cosas que hice con el fin de proteger a mi hermana del pasado de Ciel, las personas que lastime con ese propósito, las cosas que callé, con tal de que ella siguiese con la ilusión de que su querido prometido solo seguía dolido por la muerte de sus padres. Para que siguiese con la idea de que se encontraba a salvo y pudiera continuar en su pequeña burbuja.

"¿Qué voy a hacer ahora?"

—¿Qué haré?—susurré.

—Podrías confesar tu traición a Ciel. Confesar lo que has hecho hasta ahora.

—No. No. No puedo hacerlo.

"No podría ver esos rostros. No podría soportar las expresiones que harían. No podría soportar el odio de mi familia, ni la posible ira que Ciel desataría sobre mí si supiera lo que he hecho por cubrir sus pequeños errores del ayer."

—Entonces renuncia, y olvida. Olvida todo lo que has hecho, al momento de morir. Después de todo, tu contrato está a punto de expirar, y no tienes posibilidad de extenderlo.

"¿Renunciar? No deseo morir. He llegado demasiado lejos. Demasiado lejos sin ser consciente de una gran parte del contrato. ¿Cómo es posible que me pareciera bien en ese entonces? ¿Cómo he sido tan idiota?"

—No.

—Bien. ¿Entonces qué es lo que piensas hacer?—preguntó la persona frente a mí.

"¿Qué debo hacer? Mi conciencia pesa, y no puedo soportar ese peso tan repentino. No puedo lidiar con el peso de las consecuencias que han causado mis acciones, no puedo lidiar con mi pasado. Es demasiado, es impensable, simplemente es… Una sensación indescriptible. En esos instantes efímeros, pero duraderos en su propia forma peculiar, siento el peso de unos grilletes aparatosos aprisionando mis muñecas y mis tobillos. La venganza, y mi propia ignorancia me han traído hasta este punto. Eso es lo poco que puedo mencionar sobre mis sentimientos actuales, pero son suficientes para quitarme el sueño. Pronto será tiempo de cumplir la sentencia dictada por el contrato."

El viento sopla, lo oigo susurrar fuera de esta cárcel de vidrio, oigo el pasto, el sonido de las hojas de los árboles. Oigo la voz de mi verdugo, y sé que pronto los engaños que he llevado a cabo serán revelados. Y no será de la mejor manera, pues no serán dichos por mis labios, ni entonados por mi voz. No. Serán enunciados por la persona que me ha llevado por este camino de desgracias. Fui un idiota, cegado por la ira, engañado por mi inocencia. Y pronto, he de pagar por mis errores pasados.

—No tengo opciones, más que esperar por el inevitable fin de nuestro contrato. Acepto el peso de mi condena, Hannah Anafeloz. Cuando todo esto llegue a su fin, te daré mi alma—declaré, mirándole a los ojos—. Pero hasta entonces, sigues atada a mí, así que seguirás mis órdenes. ¿De acuerdo?

Esa mujer de largos cabellos y vestimenta violeta no dejó escapar ninguna otra carcajada. Pero sus labios se curvaron en una sonrisa de satisfacción. Sé bien que perdí mi derecho a dar quejas, pero al menos ella podría mostrar menos emoción por mi inminente final. Pero claro, no se puede esperar menos de un demonio que desea comer tu alma. Imagino que así se debe de sentir Ciel, siempre consciente de que va a morir.

Finalmente, se escucha un trueno, y comienza a llover. Pero no me importa, recuerdos más detallados aún están regresando paulatinamente a mí. Estoy seguro de que tendré una jaqueca digna de recordar.


Normal P.O.V. (Narrador Omnisciente).


Desde el edificio abandonado de Wammy's House (las viejas instalaciones de R), observa atenta una mujer alta, de oscuro ropaje. Su rostro oculto en su pelo rojo manchado de blanco y gris; una mujer de complexión menuda, casi cadavérica. Se encuentra de pie a un lado de una ventana, lejos de la vista de cualquiera que ponga atención, pues se oculta fácilmente en las sombras.

Jóvenes ingenuos. Simples peones en este juego. Tristes almas escogidas al azar por sus fortalezas. Almas entretejidas en el tiempo, enredadas en los universos, perdidas en los recuerdos. Pronto llegará el día en que lleguen a sus límites, y se vean empujados mucho más allá de estos. ¿Cuánta resistencia serán capaces de presentar, contra el titiritero cruel, que ha sellado sus destinos, y ha jugado tanto con sus mentes, como lo ha hecho con sus cuerpos? ¿Cuánto más resistirán, antes de llamarme y venir a mi lado? ¿Cuánto más, antes de que rompan con las antiguas leyes?—se pregunta en voz alta—¿Cuánto más, para que llegue el ansiado pasado mañana, y todo esto acabe?

Lentamente, la mujer se aleja de la ventana, y desaparece. Hasta el momento de la tormenta. Cuando el tiempo se rompa en pedazos, y su protagonismo, sea más necesario, la mujer volverá a socorrer a dichas almas. Hasta el día, en que los peones de este juego recuerden, y destruyan las viejas leyes de losEvigt, los tan llamados eternos del tiempo, para siempre. Para que cumplan con el pesado deber que se les ha asignado por capricho del destino han de ser conscientes de su entorno. Por capricho de aquellos que lograron construir la red de universos sus vidas han sido robadas; red en la cual han estado vagando por mucho tiempo, como si de un País de las Maravillas bizarro se tratase.

El tablero ha sido colocado, y las piezas han comenzado a moverse. Solo faltan las pocas piezas rebeldes que se niegan a ver su realidad.


Ryuuzaki (Elle Lawliet) P.O.V.


Near me miraba fijamente con sus ojos color sangre. A simplemente parecía tener la vista en la nada. Y yo, miraba al frente, sentado en el pequeño alféizar de la ventana de mi cuarto, evitando mirarlos. La razón que tenemos de estar aquí es obvia. El edificio abandonado vibra con más insistencia de la que ha mostrado en los últimos años. No me gusta esa vibración. Me hace recordar las campanas. Puedo decir fácilmente que los eventos que vienen no serán sencillos, y algunos aún son ignorantes al hecho de que el fin es inminente. El tiempo se acaba, y el universo en el que nos encontramos es muy inestable, no seremos capaces de irnos de aquí tan fácilmente como si fuera en otro universo. Toda la mañana ha estado inusualmente ruidosa. Esas campanas suben de tono progresivamente.

—¿Y bien?—murmuró A, rompiendo el incómodo silencio.

Volví mi cabeza hacia él.

—¿Y bien qué, A?—cuestioné.

—¿Qué piensas que debamos hacer?—aclaró.

—No lo sé. ¿Near, tú qué opinas?

"Realmente no sé qué hacer. Esto va más allá de lo que sé."

—Pienso que deberíamos sentarnos y ver qué sucederá a continuación. Sabemos que esta melodía que siempre bailamos por costumbre suele ser peligrosa, lo mejor que podemos hacer es seguir bailando acorde a ella. No se me ocurre otro plan de acción—constató indiferente, sus ojos volviendo a su color usual.

A miró profundamente a Near, como si quisiera leer su mente, cosa que probablemente estaba haciendo. Pero el albino es más antiguo de lo que es A, no lo dejará pasar a sus pensamientos. Y tal y como lo deduje, no lo logró.

—Bien, entonces veremos qué hacer cuando la melodía se torne más peligrosa—suspiró resignado.

—Está decidido entonces.

Ambos chicos se levantaron del suelo en el cual habían estado sentados durante nuestra charla y salieron del cuarto, dejándome solo con mis pensamientos.

Aproveché el momento para pensar detenidamente en mi vida aquí. ¿Hace cuánto llegué aquí? ¿Hace quince años? ¿Trece? Realmente me cuesta recordarlo, era muy joven, y mi mente aún no se había adaptado a este universo del todo, causando que mi memoria tenga lagunas que no puedo recordar. Recuerdo a la mujer que me acogió. Era alta, de cabello negro como ónix, piel enfermizamente blanca, su rostro era similar al mío, así que me acogió como si fuese su hijo, hasta que fue asesinada. Ese es uno de los pocos días que recuerdo con claridad, porque en ese momento, no hice nada para salvarla.

Era un día lluvioso, y yo estaba leyendo uno de los libros que mi madre adoptiva me había dado para que "aprendiera a leer", por supuesto, debía pretender que no sabía hacerlo. La mujer era maestra en un colegio para estudiantes cuyos padres tenían mucho dinero. Recuerdo que la mujer había tenido un altercado con uno de los padres porque su hijo ("o hija, no logro acordarme del género. Pero estoy 85 por ciento seguro de que era hombre.") había sido expulsado del colegio. El estudiante no dejaba que mi madre diese la lección, así que lo mandó a la dirección. Desafortunadamente un par de días más tarde, dicho estudiante atacó a mi madre por lo sucedido, ("al parecer se había metido en problemas con sus padres"), pero ella escapó, y llamó a la policía. Se decidió que el joven pasara unos meses en prisión, y esto, no agradó al padre, debido a que este quería mantener la reputación que tenía, intacta. El padre le pidió a mi madre que quitara los cargos, incluso le ofreció dinero, pero ella se negó.

Ese día lluvioso el padre del chico llegó a la casa. Tan pronto como ella le abrió la puerta, él la empujó adentro, y cerró la puerta tras de sí. La golpeó, hasta que ella dejó de moverse y de defenderse. La mujer había dado una buena pelea, pero no fue suficiente. Yo escuché la pelea, y me arrimé a ver, como esa cariñosa y amable mujer, era golpeada hasta la muerte. Mi cerebro no procesaba la violencia impartida por el hombre. Me quedé en shock, viéndole morir. Eventualmente el hombre se marchó, sin molestarse en borrar evidencias. Y yo me quedé allí, petrificado, escuchando los truenos y viendo la luz titilante de los rayos.

Eso fue hace unos diez años. ¿Hace cuánto que vago sin rumbo en los universos?

Afortunadamente, mis pensamientos fueron interrumpidos por Dennis, quién entró en la habitación súbitamente.

—Hey—saludó casualmente.

—Hey.

—¿Qué estás haciendo?

—Nada importante, solo recordaba unas cosas del pasado—comenté distraídamente.

—¿Quieres compartirlo?

Lo miré fijamente por unos momentos considerando su propuesta. Pero acabé negando con la cabeza. Puedo confiarle mi cuerpo, un momento de pasión, pero no mis recuerdos.

—De acuerdo. ¿Te importa si me quedo por aquí? No soy lo suficientemente paciente para lidiar con los demás huérfanos.

—Claro, haz lo que gustes.

—Gracias—replicó cantarinamente.

Se dejó caer pesadamente en la cama, haciéndola crujir. Cruzó sus brazos bajo su cabeza, y cerró sus ojos. Volví a ver a través de la ventana, esta vez hacia el cielo gris. La una vez soleada mañana se había convertido en una tarde que presagia lluvia y vientos despiadados. Como ese día. Era más que predecible. Dennis dejó escapar un pesado suspiro.

—¿Te importaría decirme que es lo que pasa con ese viejo edificio?—cuestionó en voz baja.

—¿Cuál edificio?—repliqué, haciéndome el tonto, sé a lo que se refiere.

—El que está abandonado, y parece que todo el mundo lo ignora.

"No se le pasa nada… Que observador."

—No lo sé.

Me miró por unos momentos, y dejó el tema en paz. Se acurrucó en la cama, bajo las sábanas para dormir un rato y miré al reloj. Me impresionó ver que las horas se habían ido volando. Mas el sentimiento de inconformidad persistió, las campanas siguen resonando.

"¿Cuánto más, para que las campanas resuenen tan intensamente como lo hacen en el momento en que muero? Pero, más importante aún, ¿cuánto más, para que dejen de sonar?"


Tod (William T. Spears) P.O.V.


"¿Cuántas manchas más tendré en mi historial antaño perfecto?", me cuestioné a mí mismo, mientras el demonio frente a mí me miraba con curiosidad. Después de vagar un poco en la institución para conocerla mejor, me topé con Dämon, y decidí pedirle que me acompañara. Pero no le dije exactamente de qué le quería hablar.

Terminamos entrando a lo que parecía ser un salón de clases vacío.

—¿Y bien, para que me pediste que viniese aquí?—finalmente preguntó.

Respiré hondo y traté de que mis impulsos en la enfermería no se repitan. "Este maldito demonio… De solo verlo me dan ganas de golpearlo hasta la muerte".

—Quiero preguntarte algo… —comencé—… ¿Qué tan bien conoces a tu amo?

Alzó una ceja, y me miró aún más extrañado.

—¿Para qué quieres saber?—preguntó receloso.

—Porque es posible que él sepa más de lo que dice. ¿Acaso su comportamiento no ha sido extraño desde que llegamos? Además, los otros ya deben de tener sus sospechas sobre todo esto—expliqué pacientemente.

—¿Acaso no nos hemos comportado raramente nosotros también en los últimos días? Ambos perdimos los estribos recientemente, y tuvimos una muy inusual pelea. Todo en este asunto está mal, y hay más de una razón para pensar así. El asunto en sí mismo es sencillamente cuestionable. Pero, no tienes fundamentos sólidos para acusar a mi amo de estar involucrado en esto. Si alguien debería de ser cuestionado en esta situación, esa seria Elena, después de todo ella fue la que nos dio el brebaje que nos trajo aquí—replicó calmado.

Tenía razón. Y yo lo sabía en cierta manera. Esto está mal y si alguien debe ser culpable, esa persona sería la bruja. Todos le seguimos la corriente, lo cual nos llevó a esta sucesión de eventos inesperados.

—Detesto admitir que tienes razón demonio. Sin embargo, no puedes negar que tu amo, el Undertaker y esa bruja actuaron más diferente que todos los demás. Como si se lo esperasen. Es posible que todo esto tenga que ver con alguno de ellos, no solo Elena es sospechosa—expliqué.

El demonio parecía sorprendido. Lentamente llevó una mano hacia su barbilla, en señal de que estaba analizando con más detenimiento las cosas. Sabe que estoy en lo cierto, el por qué se niega a darme la razón es cuestión de orgullo. Tonto, inútil y estúpido orgullo, el cual me he tenido que tragar al decirle esto antes que a mis compañeros de trabajo. Es necesario socavarle cuanta información se pueda en una situación como esta. No puedo sacar conclusiones demasiado precipitadas. Debo de analizar todo antes de decir algo, y mi primer sospechoso no es Elena Search, sino Ciel Phantomhive.

Finalmente me miró. Su expresión era inescrutable. Me sorprende que aun teniendo esos moretones del día anterior, y esas facciones infantiles, sea capaz de lucir tan adulto.

—Sí. No puedo negar que tengas razón—suspiró resignado—. Pero no puedo decir si mi amo tiene algo que ver o no. Lo conozco hace pocos años, y siempre ha demostrado ser un hábil estratega. Sin embargo, sé que hay muchas cosas que me oculta, me sorprendería enormemente si él tiene algo que ver con todo esto.

—Ya veo. Entonces saber si tiene algo que ver con esto es cuestión de esperar a ver cómo se desarrollan los eventos—reflexioné en voz alta.

—Es correcto.

Por unos momentos estuvimos allí. Pensando detenidamente en lo dicho. No saber que esperar era la peor parte. Nos sumimos en el silencio de la tarde, hasta que comenzó a llover.

—Creo que deberíamos irnos—murmuró el demonio azabache.

—Estoy de acuerdo.

Salimos del salón. Y cada uno siguió su camino.

Caminé sin rumbo por el lugar. Hasta que me encontré con la enfermería. Por pura curiosidad decidí entrar, y husmear por allí.

Leí las etiquetas de los medicamentos en los estantes, abrí y cerré varias gavetas llenas de documentos, y descubrí que algunas estaban selladas con llave. No le di mucha importancia, y seguí caminando hasta una puerta al fondo. La abrí en silencio, temiendo que algún enfermero o un doctor estuviesen allí. Pero lo que encontré fue algo que no me esperé.

Ronald y Ciel estaban profundamente dormidos en una de las camillas, abrazándose. Se notaba a kilómetros que recién acababan de tener sexo. Ronald roncaba un poco, pero no muy alto. Mientras que Ciel murmuraba cosas ininteligibles en sueños. Creo que lo escuché decir Lieblos. No tengo idea de que signifique, lo más seguro es que sean tonterías sin sentido.

Decidí que hablaría con Ronald más tarde, tal vez sepa algo del tema y lo está ocultando por su relación con ese chico. Salí del lugar y cerré la puerta.

Después de caminar más, y de perderme un par de veces, encontré a Crimson tirado en un sillón, charlando con BB y Matt con un aparato extraño entre sus manos, mirando fijamente una caja. El tonto sonreía de vez en cuando. De alguna forma envidié a Crimson, la forma en la que no le importaba mostrar sus sentimientos tan abiertamente a los demás.

Y cabe decir, que también envidié a Ronald y a Ciel, por tenerse esa confianza.

Me alejé del lugar, y fui hasta el cuarto de Near, el cual iba más con mi personalidad. Al llegar ahí, encontré al chico dormido en su cama. Fácilmente se podía confundir con las sabanas, y con el cuarto en general. Logré acostarme en la cama, encarándolo sin que diera muestras de despertar. Me fijé en que tenía diminutas pecas en sus mejillas, no se notaban si no veías bien, sus níveas pestañas eran largas, y sus alborotados cabellos enmarcaban su ya de por si espectral rostro. Su cuerpo era pequeño, y se notaba frágil. Como un pequeño ángel hecho de cristal.

"No luce para nada como el monstruo que es en verdad. Pero esa es la idea. Para encajar en la sociedad, para ser aceptado, aunque sea por unos pocos, los monstruos deben de cambiar, tanto interiormente como exteriormente. Y lucir relativamente normales. Lo ideal es lucir frágil, así nadie sospecha de ti."

No pude evitar preguntarme, antes de dormirme con el sonido del agua golpeando la superficie, cuanto habrá cambiado este niño, para llegar a ser quien es el día de hoy.

E inconscientemente, quise abrazarlo. Pero claro, no lo hice.


Lena (Elena Search) P.O.V.


La pequeña Linda corrió a esconderse tan pronto terminó el almuerzo. "Y se llama a sí misma como una bruja. No es más que una cobarde debilucha. Aunque sabe dar buenos golpes la muy bastarda." Caminé por el lugar, topándome con algunos huérfanos en el camino. Nada especial ocurrió, al aburrirme fui hasta la biblioteca del lugar. El lugar era bastante extenso, los estantes se encontraban repletos de libros, tanto gruesos como delgados, de portadas grises y de colores vivos. Vagué entre los estantes, pensando en el tiempo que habían gastado los escritores en plasmar las palabras en papel, para luego encontrarlas en un pequeño mar lleno de libros. Donde uno podía leer esas palabras que tan difícilmente se le ocurrieron al escritor en menos de una semana.

Era deprimente pensar de esa manera, pero no había mucho que pudiese hacer. Elegí un libro al azar, resultó ser uno llamado Fablehaven, el autor al parecer se llama Brandon Mull. Al leer un poco, me di cuenta de que era un libro de fantasía, bastante bueno cabe decir. Lo terminé de leer para cuando la lluvia había terminado, pero cuando lo devolví a su estante descubrí que era parte de una saga de cinco libros. Volvería otro día para leer los demás.

Decidí ir al cuarto de Linda, pero al pasar por una ventana, un escalofrío recorrió mi espalda. Volteé a ver a todos lados, y finalmente miré la ventana, divisé un edificio que lucía abandonado. Pronto caí en la cuenta de que fue ese edificio el que me provocó el escalofrío. Así que miré más detenidamente, pero no era gran cosa, tan solo era un viejo y descuidado edificio. Lo único parece de interés, es el sentimiento de peligro que causa al mirar fijamente por largo rato. Parecido a la sensación que da un cazador al acechar a su presa. Sientes un par de ojos fijos en ti, y tienes el impulso de salir corriendo, pero por más que desees hacerlo, simplemente te quedas estático, paralizado, sin saber qué hacer, un estado de shock total, escéptico de que algo realmente pueda estarte acechando, así que esperas; esperas a que el cazador dé el primer paso, aun a sabiendas de que si lo hace, tal vez sea muy tarde para poder escapar.

El sentimiento de no saber si esos podrían ser tus últimos minutos. Ya lo había sentido en varias ocasiones, pero nunca tan intensamente. Nunca había quedado tan asustada de que el cazador diese el primer paso, deseando que ese limbo transitorio pase, pero al mismo tiempo deseando que nunca termine, porque mientras dura, sabes que sigues convida, y aun tienes una oportunidad de salir ileso. El edificio logró que siéntese ese miedo puro por primera vez en mucho tiempo, y eso no era bueno.

Lentamente fui despegando mis pies del suelo al que parecían estar anclados, y caminé, manteniendo mis ojos sobre el edificio el mayor tiempo posible, temiendo que si volteaba, el cazador no fuese una ilusión, y atacara.

Una vez en el cuarto de Linda, fui hasta el baño y me miré por unos momentos en el espejo colocado sobre el lavatorio. Mi expresión era la de alguien que ha estado cerca de morir, y aun no asimila la información, el color completamente drenado de mis mejillas, mis ojos abiertos mostrando temor. Mi respiración era irregular, me costaba hacer que el oxígeno entrara correctamente en mis pulmones, temblaba ligeramente, y no podía dejar de mirar en todas las direcciones asegurándome de que nadie estuviera junto a mí en el lugar. Linda no estaba en el cuarto, y eso solo hizo que mi temor y paranoia creciera con cada segundo que transcurría.

Era la fuerza de un Evigt. Y los Evigt no son nada buenos.

Cuando la puerta del cuarto se abrió sin previo aviso, revelando a una exhausta Linda, mi corazón casi se sale de mi pecho. Al notarme en el umbral de la puerta del baño en mi estado actual se acercó con cautela. Como si yo tuviera alguna enfermedad mortal que se le puede transmitir con solo estar a menos de un metro.

—¿Lena? ¿Te sientes bien?

Simplemente negué con mi cabeza y me acerqué a abrazarla, rompiendo a llorar apenas logré rodearla con mis brazos. Sabía que la chica probablemente estaba más allá de estar confundida, pero en esos momentos, poco me importaba.

Eventualmente respondió mi abrazo, acariciando mis cabellos. No dijo nada, y yo tampoco diría nada sobre esto, tan solo necesitaba consuelo, saber que alguien más estaba conmigo, y que mientras esta persona estuviese, todo estaría bien. No sé cuánto tiempo pasó, pero asumo que fue mucho, porque terminamos dormidas en el suelo. Un insistente golpeteo en la puerta nos despertó, y notamos que ya era de noche.

"¿Nos habremos perdido de la cena?" me cuestioné, mientras me espabilaba, y Linda iba a ver quién era.

—¿Sí?—dijo Linda al abrir la puerta.

—Oh, hola Linda. Vine a decirte que fueras a cenar, ya se te hizo tarde, y me pareció extraño el no verte ahí—respondió una voz femenina, desconocida para mí.

—Ah, claro. Muchas gracias por venir a decirme esto, Ada.

—De nada.

No alcancé a ver a esta Ada, pues se fue tan rápido como llegó, respondiendo mi pregunta al venir. La chica rubia cerró la puerta, y me encaró. Tan solo me miró, como si estuviese analizando que decir a continuación, de forma que yo no reaccionase de forma violenta.

—¿Vas a decirme que pasó?—finalmente preguntó.

—Tal vez. Vamos a comer, muero de hambre—respondí mientras me levantaba e iba hacia el baño.

Me miré en el espejo, y mojé mi cara con agua. La expresión de una presa asustada ya se había ido. Pero el sentimiento persistió, manteniéndose en mi memoria como un mal sueño. "Evigt. ¡¿Qué demonios hace uno de ellos aquí?!" Pero, ¿y si eso tiene algo que ver con que nosotros hayamos llegado aquí? Tal vez debería comentárselo a alguien, ya sea la mujer que amablemente me apaciguó, ya sea alguien más, alguien de los que llegó junto a mí. Me vendría bien comer algo, pero al rato me cae mal.


Mello (Mihael Keehl) P.O.V.


"Case. Tumma Myrkky. ¿Quién eres en verdad? ¿Un chico que se ha perdido? ¿Un asesino que se ha retirado?" Este asunto simplemente no dejara a mi mente descansar.

El viento soplaba suave en mi rostro, haciendo que mis cabellos se movieran levemente hacia atrás. Usualmente no me gusta presumir sobre esto, pero soy bueno trepando árboles. Es posible que tenga algo que ver con mi naturaleza de risen. También las paredes. De hecho, más bien parezco una de esas personas poseídas por demonios en las películas de terror. Cuando era más joven el tema de ser un risen me asustaba demasiado, ya que había visto como la sed que causaba era irrefrenable, y acababas matando a los que más querías. En ese entonces me costaba recordar a mi familia original, y unos años después, el recuerdo simplemente desapareció, dejando pequeñas sensaciones fantasmas, esas que me causaban al estar con ellos, pero difuminadas, casi olvidadas por completo. Puede que haya tenido una hermana. Después de un tiempo, el querer recordar se olvida. Todo se va olvidando lentamente, hasta que ya no queda nada que recordar más que sueños incompletos.

Pronto se vendrá un aguacero, se puede adivinar por la forma en que se oye el viento, susurra una melodía triste con un ritmo animado y feliz. Las hojas del árbol se mecen varias veces, y mis cabellos no se quedan quietos. Veo a BB y a Crimson caminar por ahí. Poco después veo a Eric entrar en el vivero, alguien más entra después de él, alguien que nunca he visto, ni he escuchado antes. Una mujer alta, de cabellos platinados, vistiendo violeta. Habla de algo con Eric, pero no me interesa saber de qué se trata. Es asunto de ese chico, no mío.

En las antiguas instalaciones de se oyen pasos y palabras murmuradas. Siempre he sabido que alguien habita ahí, pero realmente no es asunto mío saber de quién se trata. Y con la suerte que tengo probablemente es alguien peligroso, he tenido suficientes aventuras para treinta vidas, quizás más. Pero la curiosidad siempre puede más que uno mismo. Probablemente es alguien de un universo distinto. ¿Cómo se llamaba ese lugar? ¿Dexa? No. ¿Dorela? No. Ah, sí, ya recuerdo, era Dexterity. La gente de allí sí que era peligrosa, en la primera semana que estuve allí, seis personas ya habían intentado asesinarme. Era como una costumbre atacar a cualquiera que se te acercara a preguntar algo, fue una suerte que en ese entonces ya sabía defenderme.

El orfanato es ruidoso. Todos hacen ruido, y hoy estoy más perceptible de lo usual, lo cual solo hace que mi mal humor sea peor. Por eso me refugié en este lugar, donde casi nadie está, y en donde tengo una buena vista del lugar.

En algún lugar del orfanato alguien está disfrutando bastante el día. Podría saber que están teniendo sexo a kilómetros de distancia, pero al igual que todo lo demás, no me interesa saber mucho de ello. Por ahí veo que Dennis se pasea por el jardín, con una sonrisa de gato Cheshire plasmada en su rostro. "No quiero ni saber en lo que posiblemente está pensando ese tipo". Rápidamente se adentró en el gimnasio, seguido de cerca por A.

"A. Sé que sabe mucho de los demás en general, aunque se muestre reservado y estoico. Parece ser que todos en este lugar están confabulando algo recientemente. Ya sea intencionalmente o sin que ellos mismos se den cuenta, es solo cuestión de poner atención a los detalles. Algo grande sucederá pronto. Tan solo imaginar el verme involucrado en lo que sea que va a suceder me hace querer desaparecer para irme a dormir."

A través de las ventanas se ve a Near ir a su cuarto. Probablemente va a dormir su siesta de la tarde, siempre lo hace de forma que puede mantenerse despierto durante la noche. Sé que tiene un miedo irracional a dormir de noche, y entiendo el porqué. Es la consciencia de sus actos que aparece durante el tiempo del sueño nocturno, únicamente nocturno, y lo atormenta. Ya ninguno de los dos despierta gritando, como sucede con los risens jóvenes, ya nos hemos acostumbrado, pero aun así el chico teme recordar el pasado.

Tod se juntó con Dämon en una de las aulas. Como estamos en sábado, dudo que alguien los interrumpa. Y sé que Ryuuzaki estará en su habitación, a él sí le interesa el edificio de R, aunque dudo que sepa mucho sobre lo que habita en él. Mi suposición sigue con que es un dexery.

Veo a Kira llegar al jardín. Se acerca a donde estoy oculto entre las verdes hojas. Llega en breve, y se acomoda cerca de donde estoy. Linda llega poco después y se coloca cerca de mí.

"Me pregunto dónde está esa chica, Lena". Es casi tan callada como Linda, Kira, A y Matt.

Lo único que delata la ubicación de Matt es el sonido de sus videojuegos.

—Rubia—empieza Kira.

—Narcisista con complejo de dios—respondo.

—¿Siempre tienen que actuar igual?—suspira Linda.

—Sí—decimos al unísono.

"Sé lo que escribe en sus cuadernos. No es que lo cuestione, pero no me gusta que crea que es mejor que los demás. Es peor que el complejo de Ryuuzaki de mantener el sartén por el mango".

La chica se limita a suspirar una vez más. Nos sumimos en el silencio, como sucede casi siempre que estamos juntos, y de nuevo se me alborota el cabello. Estoy considerando cortármelo de verdad corto, a ver si deja de molestarme cada vez que vengo aquí.

—¿Qué has visto en las instalaciones de R últimamente Kira?—cuestiono.

—Una figura. Nada fuera de lo usual. Aunque, se define cada vez más, especialmente desde que llegaron los nuevos chicos. Creo es alguien de Obsidia.

—¿Es posible que los nuevos sepan de qué se trata?—murmura la chica de coletas.

—Es posible, pero hay que tener en cuenta de que apenas están llegando aquí, no podemos dar nada por sentado—contesto.

—Si tenemos que descalificar personas de la lista de sospechosos, ¿a cuáles sacarías, Linda?—pregunta el joven castaño.

Ella medita su respuesta por unos momentos. Es una buena pregunta en realidad. Después de todo, los sospechosos son Ryuuzaki, A, BB, Near, yo, Matt, Linda, Kira, y los nuevos, Case, Dämon, Tod, Crimson, Präze, Dennis, Lena y Eric. Simple, todos somos sospechosos a los ojos de los demás, y con el historial de pérdida de memoria que tengo, no puedo sacarme a mí mismo de esa lista. Si fuese yo el que respondiera la pregunta, no sería capaz de eliminar a nadie de ser sospechoso. Y no nos podemos olvidar de la entidad del edificio, y la mujer que acaba de entrar con Eric al vivero.

"Sep. Es definitivo. Todos somos sospechosos. Parece que no podré irme a dormir después de todo".

—Bueno. Yo sacaría a casi todos. Excepto por A, Dennis, Lena, Near, y por supuesto, quienquiera que está en ese maldito edificio—finalmente contesta.

Me reí un poco por ser ella tan honesta. Kira no se vio afectado en lo absoluto, tan solo sonrió ladinamente.

—Pues concordamos en algunos, pero sé que Near no es sospechoso de lo que sucede, así que mis sospechosos vendrían a ser: A, Dennis, Ryuuzaki, BB, Tod, Dämon, Eric, y a ustedes no los incluyo, porque sé que no son culpables—mencionó casualmente—. ¿Qué hay de ti Mello, quien es culpable para ti?

—Honestamente, no soy capaz de sacar a nadie, ni siquiera a mí mismo.

—¿No confías en ser inocente de estar envuelto en todo este asunto?—pregunta el castaño sin creer en mis palabras.

—Teniendo en cuenta mi historial de pésima memoria, no confiaría en mí mismo—aseguré solemne.

No dijeron más, no era necesario que ninguno articulara palabras. Tengo razón, y ellos probablemente lo saben, me sorprende que confíen en mí a pesar de eso. Creo que con ello demuestran que tan buenos amigos son conmigo. El otro amigo que tengo es Matt, y sé que puedo confiarle mi vida, pero no por eso está libre de sospechas. Y sé que el también desconfiaría de mí. Es un juego de sobrevivencia, ya lo he visto antes, el primero en caer, será el que confíe ciegamente en otro jugador. Las alianzas son temporales, una vez ya se ha llevado a cabo el fin de la alianza, esta se disuelve, y te vuelves en contra de quién te ayudó.

El cielo se ha vuelto gris, y los tres pensamos lo mismo, es mejor resguardarse en el orfanato antes de que empiece a llover.


Matt (Mail Jeevas) P.O.V.


"¡Maldita seas, Alice! ¡Mata a la maldita carta!". Maldigo en voz muy baja, como detesto cuando los juegos tienen una manejabilidad tan pobre. Aunque no es sorprendente que falle tanto, después de todo, hay un maldito escalofrío que no deja de molestarme. Ha estado así toda la tarde. Es del maldito edificio. ¿Un mördane? ¿O tal vez es un rungzer el que habita ese lugar?

BB y Crimson siguen en el mismo sillón, platicando en voz baja. Puedo discernir fácilmente lo que dicen, y hacen bien en hablar en voz baja. Los asuntos paranormales no son para los oídos de estos huérfanos, especialmente porque no son tan tontos como cualquier otro niño de sus edades.

—Te digo que es estúpido BB, no es posible ver el nombre ni la fecha de muerte con solo una mirada, necesitas una libreta para saberlo—murmuraba Crimson molesto.

Llevan discutiendo ese tema por al menos casi dos horas. En lo personal no me molesta, pero deberían de tener cuidado que no los escuchen.

—Y yo te digo que yo puedo. ¿Por qué eres tan porfiado?

—Porque en mi universo eso no es posible.

—Correcto, en tu universo. Este es el mío.

Y así continua la cháchara. De vez en cuando pasan de tema a otro, como el avance tecnológico de tal cosa, o el autor de la época victoriana que existe en el universo de Crimson y que aquí también sabemos de él. Pero siempre terminan volviendo a lo mismo. Crimson no cree en el tiempo de vida visto a simple vista, y BB le dice que sí. He sabido que BB puede hacer cosas por el estilo, pero es gracioso ver como discute con alguien tan terco.

Después de un rato mis movimientos con el control son mecánicos, y dejo a mi mente divagar sobre los recientes eventos. Y con recientes me refiero a los sucesos que me han sucedido desde que llegué aquí.

Muy bien, veamos, maté a un tipo que tenía un hijo alrededor de mi edad en ese entonces, y que era muy parecido a mí, fue sencillo que me confundieran, ya que el mocoso había sido vendido al mercado negro para el tráfico de órganos por la madre, quién fue asesinada poco después por mí. Me había encariñado con el mocoso. Era un buen chico.

Poco después de que determinaran que alguien más los había matado me trasladaron a un orfanato, luego de unos meses R me encontró, y me trajo a Wammy's House. Desde entonces conocí a Mello, y aprendí que "odia" a Near, no creo que en verdad lo odie, tan solo finge, pero el porqué de sus acciones, aun me es desconocido. Sé que BB es un jodido adicto a la jalea de fresa, y usualmente no utiliza cubiertos para comerla. Ryuuzaki y Kira se la pasan discutiendo por cualquier cosita pequeña en que estén en desacuerdo, especialmente cuando se trata de un caso que nos han dado de tarea para analizarlo. A es 'tímido', según la mayoría de la gente, pero él es probablemente uno, si no el único, que puede hacer que tengas un colapso nervioso, después de todo, él puede leerte la mente, y en un santiamén es capaz de conocerte mejor que tú mismo. Sé que Linda es una bruja experimentada, pero no soy consciente de cuanto poder puede poseer, ni exactamente qué tipo de bruja es, si es una bruja curandera, una bruja finita, infinita, etc. La lista sigue y sigue así que no me voy a romper el maní pensando en eso. Near es un chico callado, frío y calculador con todo lo que hace, es muy inexpresivo, y no estoy muy seguro de que este conforme con la actitud de Mello hacia su persona.

Finalmente me aburrí de luchar con Alice, y me levanté, dejando a Crimson y BB con su inacabable discusión.

Seguí hasta llegar a mi cuarto, aunque vi de reojo a Tod caminando en dirección a la enfermería, simplemente lo ignore. No es asunto mío. Al llegar me dejé caer en la cama, un poco de sueño no suena tan mal para mí, después de todo, nunca sabes cuándo vas a necesitar energía. O mejor dicho, cuando no vas a ser capaz de obtener esa energía. Prefiero no arriesgarme con las cosas como están.

Antes de caer dormido, un pensamiento fugaz cruzó mi mente. "¿Y si la persona en las instalaciones de R, no es un mördane de Mördarna, ni un rungzer de Zerstörung, pero alguien de Evigvarende, un Evigt?"


A (Alex Aleixandre) P.O.V.


Esperar. Eso es lo mejor que ellos decidieron hacer. Yo por mi parte, tengo planes distintos. Pero lo primero es lo primero, encontrar a ese chico, Dennis. Él es por supuesto una pieza importante en mi tablero de ajedrez, y es de vital importancia tenerlo a mi lado cuando todo esto llegue al punto de no retorno. Sabe más de lo que cree, y yo debo conseguir la información que ha olvidado. Es un simple juego de sobrevivir, el más apto gana, y yo no quiero seguir muriendo, la muerte es una perra. Es mejor tener el apoyo de tantos como pueda si esto llega a los extremos que pienso que va a llegar.

Finalmente, logro divisar a Dennis yendo hacia el gimnasio del lugar, así que lo sigo. Pero sucede, ocurre, y acontece que hay alguien viéndome. Mello. Tan dañado que no recuerda bien su propio nombre. Cuento con que sabrá mantenerse fuera de esto, no me gustaría tener que dañar más su memoria.

Entro al lugar, y sé que Dennis está a un lado de la puerta; él sabía que lo estaba siguiendo. Me mira con sus ojos ocultos por el flequillo, noto que su sonrisa ha disminuido, ya no muestra sus dientes. Aun puedo leer su pensamiento, pero, su mente está en completo silencio, al igual que el gimnasio. Dejo que la puerta se cierre, y sigo viéndole de reojo.

—A, ¿cierto?—pregunta socarronamente.

—Así es, Dennis.

—¿Se puede saber porque me has estado siguiendo?—cuestiona, el tono burlón no abandona su voz.

—Tienes información que yo deseo saber—replico calmadamente.

—¿Y esa información es?—inquiere curioso.

—¿Qué es lo que sabes sobre tu llegada aquí?

Su sonrisa se amplía nuevamente. Parece meditar su respuesta, y aprovecho para infiltrarme nuevamente en su mente. Al carajo con mi política de la privacidad, esto es importante. Sabe algo sobre los Evigt, lo escuchó de pasada. Pero esa es información irrelevante. Y me golpea. El recuerdo que Dennis tiene de ese día.

Elena se movía de aquí para allá vertiendo y buscando los ingredientes para esa cosa del aniversario de no sé qué, algo de brujas, sin relevancia en lo que deseo saber. Esta tan entretenida que apenas le presta atención a sus alrededores, podría estar rodeada de ratones y sapos que no le importaría, tan solo los esquivaría. Pero algo en la ventana se mueve, y ninguno de los dos lo nota, o no le dan mucha importancia. De nuevo, mientras Elena y Dennis ven hacia otro lado, Dennis ve a alguien por el rabillo del ojo, pero se mueve muy rápido. Cambió algo en la estantería. Y esto sucedió varias veces más, mientras ambos veían hacia otro lado, esa sombra entraba y cambiaba algo. Claro que sucedió demasiado rápido para que ellos viesen algo concreto.

"Pero yo sí lo vi. Timber. Un demonio. Tiene dos hermanos, el mayor es Thompson, Timber es el del medio, y el menor, Canterbury. La llegada de estos chicos es obra de ella. Nocny Dessverre."

Ya sé lo que Dennis no puede recordar. Nocny Dessverre, Evigt, y de las poderosas. La recuerdo bien. Una mujer alta, siempre vistiendo ropas oscuras. Su rostro siempre estaba oculto en su pelo rojo manchado de blanco y gris. De complexión menuda, casi cadavérica. Su voz siempre me puso los pelos de punta, era demasiado maternal. Si fue ella, entonces ella es la persona que habita en las instalaciones de R. Ahora mi dilema reside en si debo decirle a Ryuuzaki y Near.

Vuelvo mi atención en Dennis. Sigue meditando que decirme, si notó que leí sus pensamientos, no lo muestra.

—Lamento decirte que sé tanto como deben de saber los demás con los que llegué—menciona con una pequeña carcajada.

—Ya veo. ¿Alguna sospecha que tengas relacionada con ese hecho?—trato de sonar interesado en saber más.

—Nope. Y aun si la tuviera, ¿por qué te la diría? Por lo que yo sé, podrías ser mi enemigo.

—Tienes razón. ¿Pero acaso no has escuchado el dicho que dice: "Mantén cerca a tus amigos, y a tus enemigos, aún más cerca"?

—Lo he escuchado un par de veces. Aunque no veo que tiene que ver con el asunto que estamos discutiendo. ¿Además, acaso no admites ser mi enemigo con esa frase?

"Cuan perspicaz."

—Que listo. Es una manera de hablar en realidad—replico manteniendo mi aire de serenidad.

—Ah, ya veo—dice mientras ríe entre dientes—. ¿Qué te parece si hacemos un trato, A?

—¿Qué clase de trato, Dennis?—inquiero con interés.

—Te digo lo poco que sé, y tú, me dices lo que tú sabes.

—¿Qué te hace pensar que sé algo?

—Bueno, dudo que yo sea la primera persona a quién acorralas para sacar información.

—Y tienes razón, no eres el primero—suspiro y agrego resignado—: Bien, acepto el trato.

Su sonrisa sigue ampliándose, si eso es posible. "¿Qué se cree que es, una caricatura?"

—Bien. Sé que Lena tuvo algo que ver con nuestra llegada aquí, aunque ella sea ajena a este hecho.

—¿Lena? ¿La chica morena?—"Hasta ahora va bien, no me ha mentido."

—Esa misma—responde calmadamente—. Eso, es básicamente todo lo que sé. Ahora tú dime que es lo que sabes.

—Hay un edificio por aquí, está prácticamente abandonado. Desde que ustedes llegaron, ha habido una… Actividad, inusual en su interior, pero no sé de qué se puede tratar.

—Sí, lo sentí brevemente. Podría tratarse de un ser de otro universo—caviló en voz alta.

—Las probabilidades apuntan a que lo es. El problema radica en saber el universo del que provino.

—Y en saber cuántos universos hay en total—señaló Dennis, mientras se deslizaba por la pared para sentarse en el suelo.

—Bueno, puede que sepa algo sobre eso—inquiero sin dar muchos detalles.

Dennis vuelve su mirada hacia mí, se retiró el flequillo con una mano, y ahora sus ojos verde amarillentos me miran inquisitivamente. Tengo una vista de la cicatriz en su rostro, y noto que no le hace ver nada mal.

—¿Y qué es exactamente lo que sabes, A?

Le sonrío, y me acerco para sentarme a su lado.

—Bueno, Dennis, me temo que no sé mucho—Miento con facilidad—. Pero creo que deben de haber al menos quince o dieciséis universos. Incluyendo el universo en que residimos actualmente, este lugar es llamado Lüge. Si mi memoria no me falla este debe de ser el decimotercer universo.

—El decimotercero, ¿huh? ¿Cuántos más conoces?

—Sé del llamado universo cero, Evigvarende, pero mi conocimiento se basa en rumores. He escuchado un poco sobre el cuarto, Disgleirio. El octavo es Itxaropena, y el decimosexto, Rand, no se sabe mucho, de hecho, se posee menos información sobre ese que sobre Evigvarende—explico parsimoniosamente.

—Y yo no tengo ni idea de cómo se llama mi propio universo… Eso nos dejaría con al menos doce universos de los cuales desconocemos el nombre.

—Supongo que así es—concuerdo.

Un rayo ilumina el cielo ya gris, y el trueno se hace escuchar poco después.

—Creo que será mejor que vayamos de vuelta al orfanato—comenta Dennis.

—Sí, estoy de acuerdo.


Normal P.O.V. (Narrador Omnisciente).


Hannah Anafeloz se encuentra mirando al interior de un estanque cuyas aguas se ven perturbadas por las incesantes gotas de agua que golpean su superficie. No lleva nada para protegerse del clima, así que se ve completamente empapada, de pies a cabeza. Su expresión es la de una persona dolida, una que ha sufrido mucho y desea que el sufrimiento que padece termine.

Unos pasos se hacen presentes, aproximándose a la demonio morena. Se detienen detrás de ella, de forma que la persona que ha llegado le está viendo la espalda. Lentamente, Hannah se da vuelta y mira con reproche a un joven delgado, alto, de cabellos verdes como crisoprasa recogidos en una coleta a la altura de su nuca, piel delicada y semejante al feldespato translúcido, rostro un poco femenino, ojos de amatista ligeramente cubiertos por el flequillo que no está recogido en la coleta, pestañas y cejas de peridoto. Vestía un traje negro con una corbata rojo sangre, un sobrero negro se posa sobre sus cabellos, empuña un paraguas negro por encima de su cabeza para protegerse de la lluvia.

—Hannah—saluda cortes—. Espero que hayas hecho que nuestro querido Edward recuerde su trato.

—Sabes bien que lo hice Cørïnn —responde sin saludar—¿Cuándo podré ver a Jim y Luka de nuevo?—inquiere con voz apagada.

—Cuando el plan se haya terminado, y los deseos de los Evigt sean cumplidos, así como mis propios deseos se vean realizados. Y por supuesto, todos los involucrados obtendrán lo que desean, solo ten paciencia.

—Paciencia—repite—. He tenido mucha paciencia para llegar a este punto. Estoy cansada de esperar, Cørïnn, ya no quiero seguir así.

—Relájate, si tenemos suerte, solo tendrás que seguir así unos pocos meses más—asegura con voz estable.

La mujer de cabellos platinados se limita a suspirar, y vuelve su vista al cielo. Es como si las gotas de lluvia fueran el cielo que cae a pedazos sobre ella, sin causar daño alguno. Piensa en los pequeños Jim y Luka, hace mucho que no les ve, y realmente les extraña. Todo este embrollo con los malditos Evigt no se hubiese dado si ella los hubiera protegido mejor, así tal vez no hubiera accedido a romper la mente del joven Middleford. Se siente culpable por hacer que un chico tan bueno se vea en la penosa situación de estar condenado a morir en sus manos. Maldice a los Evigt, se maldice a sí misma, pero por sobre todo, maldice al joven que se encuentra detrás de ella.

El joven Cørïnn Elend Leid Vastoinkäymisiä por su parte, no desea más que venganza en contra del chico que rompió su corazón. Él lo conoció bajo el nombre de Tumma Myrkky, pero su verdadero nombre es Ciel Phantomhive. Recuerda los días de antaño con tristeza, los días en que era ajeno al hecho de que su amado le había mentido descaradamente durante todo el tiempo que estuvieron juntos. Pero lo que lo lastimo más que nada, fue saber que él no era la primera persona a quien Ciel amó, y mucho menos el primero en casarse, estar íntimamente o estar comprometido con dicho conde. No. Primero estuvo ese idiota mujeriego, Ronald Knox, luego la mocosa de Elizabeth Middleford, la idiota de Misa Amane, y la pequeña e ingenua Sieglinde Sullivan. Esos por mencionar unos cuantos nombres. El conocer la verdad hizo que se llenara de odio, razón por la cual sigue las leyes de los Evigt, con el fin de obtener una especie de retribución, por este engaño. Y hará lo que sea, para conseguir lo que desea.

Notas finales:

Bueno creo que no me queda nada que decir.

Cualquier pregunta, duda, predicción, sentimiento, o simple comentario, ponganlo en un review por favor...


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