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Cruzando Universos por Reira Verzeihen Danke

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Notas del capitulo:

Bueno, como vengo diciendo, los derechos de autor van a sus respectivos dueños.

Capítulo 7: Mañana en Wammy´s Parte II.

A (Alex Aleixandre) P.O.V.

Otro día, otra mañana, otra noche, otras comidas, otras charlas pasajeras, otro libro, otro suceso sin importancia.

"Aburrido" pensé al despertarme con los primeros rayos del sol, que apenas estaba despertando también. Miré a mí alrededor, un librero, una mesita de noche, una ventana sobre mi cabeza, con las cortinas cerradas, a excepción de una pequeña rendija. Estaba haciendo un poco de frío, pero nada que no arregle una cobija, una cobija color café. Era suave al tacto, como el pelaje de un gato y era cálida. El color café claro opaco del cuarto me relajaba mucho. Un escritorio de roble, una silla de cedro, el librero de cerejeira, al igual que el armario. Una cómoda de abedul, color parduzco. Una maceta con una pequeña planta de dalias rojas creciendo en una esquina, cerca de la otra ventana, a la misma altura de la que estaba sobre mi cabeza pero en el otro extremo de la habitación. Estaba muy ordenado, casi no habían objetos a la vista, sólo unos cuantos papeles y cuadernos en el escritorio.

Pasé de ver la estancia, a ver a la persona que seguía dormida a mi lado. Era un chico rubio, de ojos color esmeralda, tez blanca, educado, como si fuese alguna clase de noble. Y lo era. Edward Middleford, un marqués, creo. Sin querer le leí la mente anoche. Descubrí un par de cosas triviales y otras más interesantes. Las más triviales serían sus estudios en un colegio privado llamado Weston High, el cómo no quiere que su hermanita menor Lizzy se case con Ciel, o como se supone que yo lo conozco, Case, el esgrima, etc. Él viene de otro universo, al igual que todos los demás con los que usualmente me relaciono. Entre las más interesantes se cuentan unos cuantos recuerdos. Un par de datos curiosos, como por ejemplo: Dämon o Sebastián, es un demonio. Präze, Ronald, Tod, William, Crimson, Grell, y Dennis, Jack o Undertaker, son dioses de la muerte. Case o Ciel, lo que sea, es un conde. Uno muy joven, perdió a sus padres en un incendio y desde entonces administra tanto la mansión como el negocio familiar, Edward lo admiraba por eso. ElenaLena, según lo que escuchó y entendió es una bruja.

Su madre es una mujer estricta. Su hermana es muy dulce y enérgica, entre otras cosas que realmente no merecen ser mencionadas.

En fin, a parte de esas nimiedades, parece una persona digna de ser estudiada más a fondo. "Aunque vaya en contra de mi política de no inmiscuirme en los pensamientos de los demás", me recordó esa vocecilla en el fondo de mi propia mente.

"Aún falta mucho para la hora de bajar a tomar el desayuno, mejor me doy una ducha y leo un libro mientras pasa el tiempo". Una vez decidido esto, me acerqué al armario y saqué un par de pantalones de tela holgados verde oscuro, una camisa con capucha y de manga larga color rojo oscuro desteñido, unas tenis y por supuesto, ropa interior.

Una vez bajo el chorro de la ducha, me quedé estático por unos momentos, simplemente disfrutando del calor que producían las gotas de agua, y el sonido que emitían al chocar con el suelo para desaparecer por el desagüe. Era muy relajante, podría estar así por horas, pero por desgracia, eso significa el desperdicio de un recurso muy valioso, así que simplemente cerré la llave para lavarme con el jabón, y usar el shampoo en mis cabellos. Luego de unos minutos volví a abrir la llave y me quité todo eso, me sequé y me vestí. Una vez hecha toda esa rutina aburrida y monótona de tomar una ducha, me dirigí al espejo del baño, y admiré mi reflejo un rato, un par de ojos marrones me devolvieron la mirada. Mis cabellos castaños aún no estaban del todo secos, y tenía unas leves ojeras, no muy visibles, pero estaban ahí. "Me pregunto, si me parezco más a mi madre, o a mi padre". Con ese último pensamiento salí de nuevo a mi cuarto, donde me puse a leer uno de los tantos libros que tenía, hasta que Eric despertase. Me senté en el suelo para leer, realmente no me gusta mucho sentarme en la silla.

Transcurrieron dos horas, hasta que Eric empezó a moverse más seguido. Y finalmente abrió sus ojos, mientras bostezaba.

—Buenos días—saludé tímidamente desde el suelo.

—Buenos días—saludó, con su voz aún un poco ronca.

Se terminó de estirar y rascarse los ojos para quitar el sueño restante en ellos, se sentó en la cama.

—¿Qué hora es?—preguntó, ahora más despierto.

—Son las 7:30.

—Mmm, ¿qué se supone que haremos hoy?

—Para empezar, deberías tomar una ducha. Después podemos bajar a desayunar con los otros—expliqué.

—Bien. Lo siento, pero ¿podrías prestarme ropa de nuevo?—preguntó rascándose la nuca.

—Claro.

Me acerqué al armario, y saqué un atuendo parecido al que estaba usando yo, una camisa de capucha y manga larga color azul desteñido, unos pantalones del mismo color, un par de tenis, y un par de boxers.

—Ten—dije tendiéndole la ropa.

—Gracias.

—De nada.

Con eso, se levantó y fue hasta el baño, donde estuvo por los próximos veinte minutos. El desayuno usualmente es a las 8:00 a.m. en punto.

Near (Nate River) P.O.V.

De nuevo, a levantarse, comer, y hacer las rutinas diarias para mantenerme con vida y mantener la mente ocupada. La melodía predeterminada que me fije a mí mismo comienza de nuevo, desde cero. "Pero… Roger quiso cambiarla deliberadamente, lo ha querido desde hace tiempo y creo que al fin lo logró. Lo hizo de la manera más cruel que pudo imaginar, aunque no me importa mucho, tan sólo no me siento a gusto con las personas", pensé mientras veía fijamente el perfil del pelinegro dormido junto a mí. Parecía sacado de un funeral un tanto informal. No se cambió de ropa anoche, simplemente pidió permiso para acostarse en mi cama, y ahí se quedó, con las manos enguantadas juntas en el pecho, las piernas estiradas, la respiración superficial, casi no respiraba. "Y comienzo a sospechar que no lo hace, de verdad parece un cadáver, tal vez sí murió", cavilé mientras examinaba su perfil más de cerca, "pero si murió, ¿qué voy a hacer con él?, ¿decirle a Roger que el chico se durmió y cuando desperté no respiraba?; es la verdad, no suena muy factible pero es la verdad. O tal vez, él al igual que yo, no necesita respirar y lo hace para no levantar sospechas", tenía una nariz recta y curva, la piel era blanca, de un tono mucho más saludable que el mío, "se durmió con sus lentes puestos…", según los estándares sociales, podría considerarse apuesto, su pelo negro estaba peinado pulcramente hacia atrás y no tenía lunares ni manchas en la piel de su rostro.

Tod, Tod, Tod, la palabra, no, el nombre. Sí, el nombre Tod… significa: muerte…

"Muerte… Qué irónico".

Luego de un rato, me aburrí de examinarle, y me dirigí a uno de los muebles metálicos para tomar un puzle blanco, con una L en una esquina y comencé a armarlo.

Mi cuarto era frío, como si tuviese aire acondicionado, usualmente a la gente le molesta eso pero a mí no. Es completamente blanco, desde sus paredes hasta sus muebles. Una cama, un escritorio de madera de pino de color blanco, un librero sin libros, tan sólo juguetes, una cómoda también de madera de pino, blanca, las cortinas, las sábanas, fundas, mi ropa. Sólo los juguetes daban un poco de color al cuarto, con su variedad de colores chillones y vibrantes. Incluso la puerta era blanca, por dentro y por fuera.

El baño era igual, un mueble de metal con toallas y una que otra prenda bien doblada y acomodada. Una bañera, un lavatorio y el servicio sanitario. Una pequeña ventana, sin cortinas.

"Todo blanco, limpio, pulcro, frío, sin sentimiento, sin vida, como yo", pensé al terminar de armar el puzzle.

Me levanté y abrí la cómoda. Saqué una camisa, un pantalón, unos calcetines y unos zapatos blancos. Mejor me daba una ducha.

Después de salir, noté que Tod ya se había incorporado y limpiaba sus lentes con un pañuelo de color negro. No había notado el pequeño detalle de que él desentonaba completamente con el ambiente en mi habitación, al vestir de negro, parece desencajar fácilmente con el tono frío del lugar.

—Buenos días—saludé con el mismo tono sin emoción de siempre.

—Buenos días—replicó volviéndose a verme, ladeando un poco su cabeza.

Cada quién volvió a lo suyo. Yo me senté a armar un castillo con dados y él, una vez terminó de limpiar sus lentes, se volvió a recostar viendo el techo. Estaba sentado bajo la ventana, estaba abierta y una brisa fresca me revolvió los cabellos, la ventana provocaba que el cuarto fuese un poco más cálido, debido a los rayos del sol que se colaban traviesamente y sin invitación a la estancia.

—¿Es entretenido?—pregunté, rompiendo el silencio.

—¿Qué?—comentó desinteresado.

—Ser un dios de la muerte, ¿es entretenido, recoger las almas de los vivos?—aclaré.

Me miró, impasible y yo le devolví su mirada.

—¿Cómo sabes eso?

—Hueles a muerte, pero no como la muerte usual. No, más bien, como alguien que trabaja con ella. Asumí que eras un shinigami, y tu respuesta me lo confirmó—expliqué fríamente.

"Además de que tu nombre no es muy sutil tampoco".

—No, no lo es. Especialmente si tengo que tratar con las personas con las que tengo que tratar diariamente—respondió luego de unos momentos de duda.

—¿Te refieres a Crimson, Präze, y Dennis?

—A Crimson, más específicamente, Präze es tolerable y Dennis está retirado. Asumo que dedujiste eso también por sus aromas, ¿o me equivoco?

—Estás en lo cierto.

—¿Y tú, que eres, exactamente? No me parece haber visto a alguien como tú, exceptuando a ese chico rubio, Mello—cuestionó.

—Un risen, al igual que Mello.

—¿Risen?

—Vampiro, chupasangre, ser inmortal, monstruo, tú escoge el adjetivo. El término correcto es risen; somos criaturas que han muerto pero se negaron a seguir así. Debido a eso, la comida nos sabe horrible usualmente; así que preferimos tomar sangre, al ser un líquido vital nos ayuda a mantenernos en este mundo, no nos sabe bien pero se vuelve adictivo de alguna forma—expliqué.

—Oh, así que son como piojos o garrapatas—comparó con cierta burla.

—Si prefieres decirlo así, no importa realmente.

—¿Por qué te negaste a morir?

—No me negué. Simplemente, no quería ir al olvido, a ese abismo negro que llaman descanso eterno—dije con mi voz algo ensombrecida y agregué casualmente—: Además, fueron los primeros risens los que se negaron a morir, los demás, asesinados por ellos, como yo, no somos más que un desafortunado efecto secundario.

—Ya veo. Pero si son efectos secundarios…—comenzó, pero le interrumpí.

—Yo lo elegí. Le pedí a una risen que me convirtiera, solía ser una enfermera en el hospital en el que yo estaba. Iba a morir tarde o temprano por una enfermedad terminal, hace muchos años y yo no lo quería así; para los doctores fue un milagro, para mí y mi familia, fue un alivio. Pero todos ellos, ya murieron hace mucho. Nunca volví a ver de esa risen, sólo supe que había conseguido algo así como una familia en algún lugar de Japón.

—No querías morir—recapituló.

—No, no quise. El precio por ello fue una sed insaciable, acabé matando a mi propia familia y más de un pueblo entero. Después de eso, he estado viajando entre los universos, como tú y los demás hicieron, de esa forma el efecto de la sed se calma por unas cuantas décadas, puesto que mi desarrollo físico se devuelve a los tres o cuatro años de edad.

—¿Y te arrepientes de haber tomado esa decisión?

—A veces. Cuando pienso que aquellos a quienes maté pudieron tener un mejor futuro, tener una familia, amar y ser amados. El pasado, pasado es, no lo puedo cambiar y en el fondo, no quiero cambiarlo.

Silencio. Ninguno de los dos habló, y no parecía necesario hacerlo. Volvió a recostarse y yo continué con lo mío, con el viento revolviéndome mis cabellos y la luz del sol dándome de lleno en mi espalda.

Kira (Light Yagami) P.O.V.

"Monótono, molesto, cansado", eso pensé al despertarme ayer, pero hoy…

Miré al chico durmiendo como un cadáver a mi lado, no se cambió de ropa, y se acostó como si estuviese en un ataúd, en la orilla de la cama. "Como yo me dormí primero, de seguro él no quiso despertarme para pedirme ropa, o simplemente no le importa".

Silencio. Calma. "Que aburrimiento". Me parece de mala educación despertarlo a estas horas intempestivas. "Apenas son las 4:10 de la madrugada, y no tengo mucho sueño que digamos, ya descansé lo suficiente". Miré mi cuarto en penumbra, no se distinguía mucho. Las cortinas se removieron con el viento, la ventana en el centro de la pared estaba abierta de par en par, la luz de la luna no llegaba bien, "estamos en tiempo de cuarto menguante". En medio de la oscuridad reinante, mis ojos brillaron ambarinos, como los de un animal salvaje que acecha a su presa, con mis pupilas hechas una fina rayita vertical. "Así veo mejor". Un cuarto simple, como todos los de Wammy's House, una cama, ventana, armario, a veces una cómoda o una mesita de noche, un escritorio y una silla, libreros, un cuarto de baño propio…

El mío no era diferente. Una cama ubicada en una esquina, casi junto a la puerta y con la ventana al frente pero en el centro de la pared, de modo que no estaba del todo frente a mí; un escritorio y su respectiva silla en la pared derecha, un armario en la izquierda, la cómoda en la misma pared de la ventana. Todo de madera de roble. En la pared derecha junto al escritorio, está la puerta del cuarto de baño. Las paredes son color crema.

Dentro del baño hay una tina, un mueble con toallas, el servicio sanitario y el lavatorio, una ventana sin cortinas…

Nada fuera de lo ordinario.

Tal vez, lo único que desentona, soy yo…

No, no soy lo único que desentona aquí, no…

Este chico, que duerme como un muerto desentona igualmente. La gente con la que me relaciono aquí, desentona con el resto del ambiente.

"Dämon, significa demonio en alemán. ¿Acaso te burlas? ¿Acaso no lo puedes guardar como un secreto? O, ¿acaso, simplemente es coincidencia, que escogieses ese nombre? No, no creo que fuese coincidencia".

Le miré de nuevo, con mis ojos brillando inhumanamente. Tenía un mechón de cabello cayendo insistentemente sobre su rostro, rasgos masculinos, un poco aniñados todavía, pero de eso se encargaría el tiempo; "parece un noble, pero dudo mucho que lo sea". Miré más de cerca, su corazón no palpitaba, sus pulmones no se encogían ni expandían, como lo hacen los de los humanos usualmente.

—¿Te entretienes?—preguntó con sus ojos todavía cerrados.

Me sobresalté un poco.

—¿Desde cuándo estás despierto?—cuestioné, ignorando su pregunta.

—Nunca me dormí—respondió mientras abría sus ojos.

Estos imitaban a los míos, con la pupila hecha una fina raya vertical, y el iris brillando, brillando color morado, tirando un poco a rojo, "rosado, quizás".

—Sólo pretendiste dormir—constaté.

—Así es, Kira.

—Ya veo. No, no realmente. No me entretiene verte actuar como un cadáver, aunque es curioso, tu corazón no late ni tus pulmones respiran.

—¿Oh? En ningún momento me tocaste para saber si mi corazón latía o no. Mi respiración es fácil de decir si la tengo pero los latidos de un corazón, eso son otro cantar—mencionó con una media sonrisa.

—Bueno, estás viendo que mis ojos no son normales.

—No, no lo son. ¿Puedes ver a través de las cosas con ellos?

—Algo así, supongo.

—Impresionante.

—Dämon, ¿qué eres?

—Mi nombre lo dice, creí que este era un orfanato para chicos súper dotados, ¿eso no quiere decir que tienes que ser inteligente para estar aquí?—se burló.

—Sólo quería estar seguro.

Nos quedamos así, viendo los ojos del contrario, sin dejar que ninguna emoción saliese a flote. Por fin, el sol apareció pero pasamos unas cuantas horas más así, tan solo viéndonos. Hasta que dieron las 8:00 a.m.

Ryuuzaki (Elle Lawliet) P.O.V.

Me mordí mi dedo pulgar. Dennis. "Hay un 87% de posibilidades de que sea como yo: un dios de la muerte". Tenía una cicatriz en su rostro, cuello y en su dedo meñique. Al menos, esas podía ver. Es posible que tenga más repartidas en su cuerpo. Anoche me pidió un pijama, se ve diferente usando blanco en lugar de negro. Me causa curiosidad saber si su color de pelo es natural, como el de Near.

"Está amaneciendo".

El cuarto resultaba iluminado por los primeros rayos perezosos del sol. Una cama de metal. Me recuerda a la cama de la Srta. Ives, en esa serie, Penny Dreadful, sólo que más amplia. Una mesita de noche junto a la cama, hecha de madera de caoba. Un librero, lleno de libros, obviamente. Un escritorio y una silla de plástico, con ruedas. En el escritorio hay una laptop, unos parlantes, unos cuantos papeles y fólderes. Uno que otro libro en absoluto desorden. Un armario de metal, la puerta del baño curiosamente también es de metal…

La cama está ubicada en el centro de la habitación, bajo la ventana, la cual es como la de Mello, tiene una especie de sillón con un par de cojines color crema, al igual que la colcha. El librero queda junto al escritorio, en la pared izquierda, la puerta del baño junto al armario. La puerta del cuarto queda enteramente frente a la cama.

El baño, tiene una tina, un lavatorio, el servicio sanitario, y el típico mueble de metal para poner las toallas, junto a la pequeña ventana. Las paredes tienen azulejos de color blanco, con unas rayas color azul, rojo y verde. Sin ningún patrón de orden aparente, tan solo se cruzan unas con otras.

"Este chico… ¿Está verdaderamente dormido?", me pregunté a mí mismo mientras seguía con la mirada fija en su figura. No respiraba, ni se movía, tan sólo estaba ahí, inerte, asemejando a un cadáver. "Supongo que los otros duermen igual…".

—Jijiji, ¿acaso es divertido mirarme?—preguntó sobresaltándome.

—No realmente, tan sólo divagaba en mi mente—respondí en un murmullo casi inaudible.

—¿Divagando en tu mente?

—Sí.

—Eso no tiene mucho sentido…

—¿Qué quieres decir, Dennis?

—Bueno, para empezar, si quieres divagar en tu mente, primero tendrías que estar dentro de ella, y si estás dentro de tu mente lo más probable es que estés dormido pero no lo estás; por tanto no puedes estar divagando en tu mente porque estas despierto y hablando conmigo. A no ser que estés dormido con los ojos abiertos y estás hablando en tus divagaciones cuando deberías estar en silencio y con tus ojos cerrados en lugar de abiertos—explicó, como si eso fuese lo más normal y lógico del mundo.

Le miré con expresión inescrutable por unos momentos, analizando cuidadosamente la tontería que me había dicho. Y me reduje a dos opciones, me está jugando una broma, o lo dice en serio y está más loco que un hombre que se cree un monorriel. Así que escogí mi próxima frase con cuidado, y decidí seguirle la corriente.

—¿Y porque debería estar dormido, Dennis?

—Bueno, porque usualmente así es como nos metemos dentro de nuestras propias mentes.

—Oh, ya veo.

Se vino el incómodo silencio, ese en el que no sabes que decir y piensas en una frase o una oración insistentemente, pero esperas que la sea la otra persona la que hable, porque en realidad no sabes que decir.

—Entonces, Ryuuzaki, eres un dios de la muerte, ¿no?

—¿Eh?

No lo vi venir, pensé que sería yo el que preguntara.

—Ryuuzaki, eres un dios de la muerte, ¿no?—repitió.

Su sonrisa, que dejaría a BB con celos por lo escalofriante que era, se hizo presente en su rostro. Sin dejar que sus ojos se vislumbraran del todo, tan sólo brillaba un destello verde a través de su flequillo, y eso me estaba enviando más de un escalofrío a mi columna vertebral. Los rayos del sol caían tras su espalda y le daban un aire aún más tétrico de alguna forma; se había incorporado y ahora estaba sentado, viéndome, esperando por una respuesta. Ladeó su cabeza, y el ojo que había estado brillando se vio más descubierto, era verde amarillento y parecía el filo de una cuchilla. Me perdí en esa mirada seria, que desentonaba completamente con su sonrisa de oreja a oreja. No pude sacar mucho de ella, tan solo un miedo horrible, que me recorrió desde la punta de mis pies. Dennis, este chico es peor que BB, y probablemente más viejo que Mello y Near. Pero, ¿porque siento que no es así? ¿Por qué siento que es joven, pero de alma vieja? ¿Por qué, con una sola mirada, de uno solo de sus ojos, logró paralizarme de esta forma? "¿Quién eres, Dennis? ¿Qué eres?".

—Dennis…—comencé, titubeante—… tú, eres, un dios de la muerte también, ¿no es así?

Su sonrisa continuó allí.

—Acaso, ¿estás asustado, Ryuuzaki?—preguntó en un susurro.

Ese tono de voz era frío, como un susurro del viento en un cementerio durante una noche de luna llena. No combinaba con su actitud de unos minutos antes. Era contradictorio. Y me estaba asustando de verdad.

—Un poco—murmuré.

Rió levemente, casi inaudible por la tensión de sus labios, y sus dientes apretados, curvados en su sonrisa.

—No deberías tenerlo, no te haré daño—aseguró.

—¿Por qué me resulta difícil creerte?

Ahora, su sonrisa desapareció y enderezó su cabeza. Su ojo visible desapareció. Se pasó una mano por su pelo, tirando del flequillo hacia atrás. Ahora se veían sus dos ojos, pero ya no eran como el filo de una cuchilla, ahora eran penetrantes, vibrantes e hipnotizantes. Calmantes en cierta manera.

Acercó su rostro a mí, lo suficiente para que nuestras respiraciones se mezclaran entre sí.

—Te aseguro, Ryuuzaki, no te haré daño porque no me has causado daño a mí—susurró, esta vez haciéndome sentir seguro, en lugar de asustado.

Se quedó así unos momentos y se inclinó un poco más, presionando sus labios con los míos, nuestros ojos aún trabados. No me molesté en empujarlo, ¿para qué? El chico estaba robando mi primer beso, y no me importaba en lo más mínimo, lo mejor que podía hacer era disfrutar.

Me incliné hacia él, correspondiendo. Llevó una mano a mis cabellos y los acarició, mientras la otra estaba en mi espalda y me acercaba más a él. Lentamente, cerramos nuestros ojos, mientras intentábamos que nuestros labios encajaran mejor. Coloqué mis brazos en su cuello, me empujó, hasta que quedé acostado de nuevo, con él sobre mí. Seguimos así, acostados, mi cuerpo aprisionado con el suyo, besándonos. Curioso, lamí su labio inferior con mi lengua y él sonrió levemente, abriendo su boca para darme espacio. Lentamente, introduje mi lengua mientras él me recibió con la propia, entrelazándolas.

Iniciamos una danza lenta, juguetona; "un tanto deliciosa, cabe decir". Intenté tomar el control, él me lo negó, atrapando mi lengua suavemente bajo la suya, no insistí más. Acaricié sus cabellos, eran suaves y finos, se escurrían como arena entre mis dedos.

Sumidos en esa pequeña burbuja, nos sobresaltamos al escuchar la alarma del reloj sonar. Y me maldije internamente. Nos separamos despacio, como quién no quiere la cosa, y alargué mi mano para acallar el sonido insistente del reloj. Volví mi vista al chico sobre mí. Había puesto la mano con la que me acariciaba los cabellos en el barandal de la cama, su rostro estaba iluminado por la luz, haciendo que su piel brillara levemente y sus ojos se vieran más claros, me observaba con los labios entreabiertos. Y yo le miré de vuelta. Unimos nuestros labios una vez más en un casto beso y nos separamos.

Habíamos estado en esa pequeña burbuja demasiado tiempo. Ya eran las 7:20, casi no tendríamos tiempo antes de las ocho para darnos una ducha. Aclaré mi garganta un poco.

—Creo que deberíamos bañarnos—comenté.

—¿Acaso eso es una invitación?—cuestionó pícaramente, sonriendo un poco.

—Si quieres, lo es.

Su sonrisa se ensanchó un poco más. Y yo también sonreí levemente.

"Las posibilidades de que sea un shinigami son del 100% debido a su previa declaración, y las probabilidades de que este chico termine quitándome la virginidad, son del 98%", pensé divertido. "Aunque, no es que me importe realmente".

 

Notas finales:

Gracias por leer, dejen un review si pueden.


Penny Dreadful es una serie de televisión estadounidense de horror y suspense, creada y escrita por John Logan junto con Sam Mendes para el canal Showtime. La serie entrelaza los orígenes de famosos personajes literarios de terror, como el Dr. Frankestein, Dorian Gray, Jack el Destripador o Drácula, que atacan con su monstruosa alienación en el Londres de la época victoriana. Su emisión en la televisión en abierto se produjo el 11 de mayo de 2014.


La ficción que consta de ocho episodios en su primera temporada, se filmó en Reino Unido y su producción comenzó en septiembre de 2013. Además, cabe destacar que el director de las dos primeras entregas es el barcelonés Juan Antonio Bayona. Sin embargo no es el único afamado cineasta con que cuenta Penny Dreadful. La serie también está producida por Pippa Harris y Sam Mendes.


Que tengan buenas noches, días, tardes, el tiempo que sea en que leen esta historia.


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