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Cruzando Universos por Reira Verzeihen Danke

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Notas del capitulo:

Los derechos de autor van a sus respectivos dueños. Ya me estoy cansando de poner esto...


¡Okidokey! Octavo capítulo terminado, corregido y publicado. Bien, bien, ya estuvo, el botoncito de ahí abajo no les va a morder por dejar un review. Lo juro. Ya sin más palabrería inútil que dar, ¡al fic!

Capítulo 8: Mañana en Wammy´s Parte III.

Linda (Lisa Lindal) P.O.V.

"Es curioso encontrar a alguien como tú después de un largo tiempo. No sabes cómo resultaran las cosas, si será una buena persona o mala; o si simplemente, será alguien que no podrás olvidar". Miraba a través de la ventana hacia el firmamento, las estrellas ya estaban ocultas y el cielo se aclaraba. Desvié la mirada hasta la chica morena que dormía desnuda entre las sábanas de la cama. Mi ventana es como la de Ryuuzaki y Mello, con una colcha y cojines color rosado pálido.

Elena se removió en sueños, dejando uno de sus pechos al descubierto, y sentí mis mejillas arder, no sólo por lo que veía, sino porque me hacía recordar lo que había hecho la noche anterior…

Lena se paseaba por la habitación, viendo la decoración del lugar. Era muy sencilla, en realidad, una ventana en el centro de la habitación, la cama era relativamente grande, suficientemente grande para dos personas, ubicada bajo la ventana. A su lado estaba mi escritorio, el cual tenía varios bocetos de paisajes, pinturas, pinceles y esmaltes para uñas en sus distintas gavetas. En su superficie estaba el dibujo en el que trabajaba actualmente, es la fachada delantera de Wammy's House en colores desteñidos, lo estaba haciendo con lápices de colores, por lo que mi cartuchera estaba ahí también. Un librero —en la pared izquierda de acuerdo con la puerta principal del cuarto— con unos cuantos libros y cuadernos, tanto de lectura y ámbitos personales, como escolares. A la derecha —ubicándose también con la puerta— estaban mi cómoda y el armario, de madera pintada con lila y rosado, las había personalizado, la cómoda tenía dibujos de rosas y el armario tenía enredaderas con distintas flores de colores.

Por último, la puerta del baño estaba a la izquierda —al lado del librero—. Su interior era bonito, los azulejos en las paredes eran blancos, con una flor distinta en el centro de cada uno —todas las flores eran blancas, el borde de los dibujos de las flores era negro—, un mueble de metal con toallas, una tina blanca, el lavatorio y el servicio sanitario.

—Bonita habitación—comentó, mientras veía la ventana abierta, con cortinas verde claro.

—Gracias, trato de que esté ordenada la mayor parte del tiempo.

—Bonita, como su dueña—dijo volviéndose a verme con una sonrisa amable.

Me sonrojé con su comentario, y desvié la mirada.

—¿D-de veras?

—Sí—aseguró con voz dulce.

—Pues, gracias…

—De nada.

Miré furtivamente debajo de mi cama, mis libros de magia y demás cosas importantes estaban ocultos por el cobertor de la cama.

—Entonces, ¿me podrías prestar un pijama?—preguntó, haciendo que dirigiera mi mirada de nuevo a ella.

—Claro.

Fui hasta mi cómoda, y saqué un short blanco y una camisa de manga larga con botones, holgada y de color verde claro. La encaré de nuevo y le tendí el conjunto.

—Gracias.

Con eso, dio media vuelta y se metió al baño.

Aproveché para cambiarme yo también. Así que tomé una blusa azul claro de botones —la tela era muy suave al contacto con la piel, cosa que ocasionaba que se intentara caer de vez en cuando—, y un short del mismo color y misma tela.

Cuando hube terminado, me senté a trabajar un poco en mi dibujo.

—Eres muy buena dibujando—susurró alguien en mi oído.

Me sobresalté un poco. "¿Por qué no escuche la puerta abrirse?". Me volteé para ver a Lena, de pie detrás de mi silla.

—Lo siento, ¿te sobresalté?

—Un poco—dije sin aliento y con una mano en mi pecho.

Sonrió levemente y ladeó la cabeza.

—Por cierto, es una bonita colección de libros la que tienes—mencionó viendo hacia mi cama.

Mis libros y demás cosas de magia estaban sobre la cama, y no debajo de ella. "Pero, ¿qué demonios? ¿Cómo rayos lo puso ahí sin que yo oyese nada?". La miré interrogativa, pero ella sólo seguía sonriendo ladinamente. Paré el juego, me levanté de la silla y coloqué el dedo índice de mi mano izquierda cerca de su corazón. "Defiéndete". Las palabras de mi antigua maestra, hicieron eco en mi mente, mientras mantenía mi dedo en su lugar.

—¿Cómo hiciste eso?—cuestioné en un frío susurro.

—¿Hacer qué?—Estaba haciéndose la inocente.

—Tú sabes bien qué, Lena. ¿Cuál es tu nombre y porque revisaste esas cosas sin mi consentimiento?

La chica tan sólo ensanchó su dulce sonrisa. De forma delicada, atrapó mi mano con la suya pero dejó mi dedo en su lugar.

—Soy Elena Search—contestó sencillamente.

"Elena… Search…". Elena Search, una bruja muy poderosa —sin mencionar hermosa—, si esta chica verdaderamente es Elena Search, entonces…

"¡Defiéndete! ¡Esta chica es una proscrita! Y una muy peligrosa, de acuerdo a lo que mi maestra me dijo hace mucho tiempo…".

Sin dar un segundo pensamiento al asunto tomé acción.

—Duis tempus nunc vivo in hoc secundo—susurré.

Duis tempus nunc vivo in hoc secundo. (Detén el tiempo que estoy viviendo, en este mismo segundo). Un viejo encantamiento que mi maestra me había dado. Funciona para evitar que el enemigo pueda moverse. Pero… en el momento en que lo dije… la chica morena susurró algo a su vez…

—Aut quibus in continua O Quam Gloriosum Est tempus.

Ignora la interrupción, Oh Glorioso Tiempo. "Inteligente…". ¿Cómo supo cual encantamiento iba a decir?

Me miró a los ojos. Su sonrisa era una suave burla. Devolví su gesto, con mis ojos denotando malicia. Aún tenía mi mano detenida con la suya, pero rápidamente, con un movimiento de la muñeca, fui yo la que tenía su mano apresada. Di una media vuelta, dirigiéndome a su espalda, donde golpee con fuerza sus costillas, manteniendo su brazo torcido. Jadeó por la pérdida repentina de aire en sus pulmones, y cayó de rodillas al suelo.

—¡Hmm!—mencioné burlonamente.

Las brujas usan la fuerza mental, no la física.

Pero después de un segundo, Elena se apoyó su otro brazo en el suelo, y en una posición difícil, me tumbó en el suelo con sus piernas. Por la sorpresa, solté su brazo. Se incorporó rápido y se colocó sobre mí.

—¡Hmm!—burló, devolviéndome mi burla.

La miré enfadada. Y pronto, fui yo la que estaba sobre ella.

—Oh, ¿acaso creíste que no sabía defenderme, Linda?

—Para ser honesta, por un segundo, sí. Lo pensé.

Rió socarronamente. "Y pensar que tengo que convivir con ella. Tal vez me vaya de este universo pronto".

—Oh, pero si lo haces entonces no será tan divertido—dijo la chica en voz cantarina.

"¿Qué…?". La miré desde arriba, y lo entendí. "Maldita genio, estaba leyéndome la mente. No esperaba menos de semejante proscrita".

—Eso es hacer trampa, proscrita.

—¿Dejarías de decirme así?—se quejó.

—Dame una razón para hacerlo.

Meditó unos segundos, en los cuales logré detectar como estaba leyendo mi mente, y la bloquee.

—¿Entonces…—comenzó, mientras volví a su lugar sobre mí—… porque no eres mi amante? De esa forma, ya no podrías decirme proscrita.

Abrí mis ojos a más no poder. "¿Acaso está loca?".

—¿Qué?

—Lo que oíste.

Se inclinó un poco más y unió sus labios con los míos. Quedé en shock unos segundos, pero respondí al beso, ¿qué más podía hacer, aparte de empujarla? Aun si la empujaba, ella volvería a hacer lo mismo. No tenía punto, se convertiría en un círculo vicioso. Le seguí la corriente, consciente de que ya no la podría llamar proscrita.

El beso fue intensificándose poco a poco. Ya había besado a otras personas antes, así que tenía un poco de experiencia con eso. Una de sus manos se escurrió hasta mi pierna, acariciándola de forma suave. Mi mente se nubló y a partir de ese punto dejé de resistirme del todo. La dejé hacer conmigo lo que quisiese.

La mano que había puesto en mi pierna comenzó a ascender hacia mis shorts, jugando con la sensibilidad que tenía ahí, deslizo sus finos dedos más arriba, dejando su mano completamente en mi trasero. Mientras que su otra mano la mantenía en mi nuca, acariciando insolentemente mis cabellos rubios, finalmente deshaciendo mis dos coletas. Con un movimiento brusco tiró de mis cabellos haciendo que mi cabeza cayera hacia atrás. Dejó mis labios y se dedicó a besar, morder y succionar la piel de mi cuello, provocando que indeseados gemidos y suspiros escaparan de mis labios.

El placer tomó el control de mí. Elena Search —una proscrita por la destrucción total de las ciudades de Ghoirm Chriostal, Bernstein Grey Owl Augen, Sapphire Mond, Wybren Du, Håpløshet, Demonica, Deire Monte, Délire, Raserei, Sinnssyke, y Vanvittig, asesinando a todos en ellas de la forma más cruel y retorcida posible. El asesinato de la antigua reina, ayudar a criminales y personas de malas costumbres. Robo, estafa, fraude, entre otros crímenes varios—, estaba ahora sobre mí. Besándome y sometiéndome, por el simple hecho de haberla llamado proscrita. Es una especie de regla no mencionada en voz alta en la comunidad de las brujas, sin importar las cosas que se han hecho en el pasado, una vez se tiene contacto un físico tan íntimo, no es bien visto seguir llamando a una persona de acuerdo a sus acciones pasadas, en este caso, ya no podré llamarla proscrita.

Al final tuvimos sexo, la idea aún me revolvía un poco el estómago, había sido más lista que yo y eso me molestaba mucho.

"Si mi maestra me viese… Oh, las cosas que diría…".

El sol comenzó a abrirse paso entre las nubes, ascendiendo más en el firmamento, iluminando esta tierra. Suspiré y desvié mi mirada al sol que ya estaba más despierto.

"Que molestia…".

Tomé una ducha con Elena —cabe decir que contra mi voluntad— y ambas bajamos a desayunar a las 8:00 a.m.

Mello (Mihael Keehl) P.O.V.

Case comía despacio una tostada con jalea de mora y un té Earl Grey, sentado frente a mí. Todos estábamos reunidos en una de las tantas mesas de la cafetería. Near como siempre no comía más que una manzana verde y una botella de agua. Matt charlaba animadamente con BB —vete a saber sobre qué—. Ryuuzaki parecía más feliz que de costumbre mientras engullía con cierta gula un plato lleno de panqueques. Linda curiosamente se denotaba molesta e incómoda, ¿cómo lo sé? Sencillo, no está siendo la chica animada y terca de siempre. Kira parecía que había descubierto una broma muy buena, y el muy bastardo no iba a decir de qué iba. Los demás discutían sobre un libro —La Divina Comedia, por Dante Alighieri; y quién sabe cómo llegaron a discutir sobre eso—. Algunos de los otros huérfanos se quedaron viendo un rato a los chicos que estaban con nosotros, por el simple hecho de que no habían visto sus rostros antes, ni estaban enterados de que estaban aquí. Se vino una pequeña oleada de murmullos, que acabó tan rápido como había empezado gracias a una mirada de muerte por parte mía, de Kira, BB, y una indiferente de parte de Near.

Yo, por otra parte, comía un pedazo de pastel de chocolate sin mucho azúcar —era hecho más bien para diabéticos, cosa que me daba la sensación de estar gordo— y un jugo de naranja.

Descifrar de donde conozco a Case, me estaba dando un dolor de cabeza increíble de sólo hacer esfuerzo para recordar.

"Demasiados recuerdos mezclados", pensé desanimado.

—Mells, ¿tú qué opinas?—cuestionó Matt, sacándome de mis ensoñaciones.

—¿Sobre qué?

—Sobre cual sabor es mejor, ¿la jalea de fresa o la de mora?—aclaró con una brillante sonrisa.

"Así que era sobre comida. Debí imaginarlo".

—No me gusta mucho la jalea, pero si tuviera que decir, diría que la jalea de mora sabe mejor—contesté desinteresadamente.

—Ja, te lo dije BB. Mello me apoya, la jalea de mora es mejor—mencionó como si hubiese descubierto la respuesta al problema de la contaminación mundial.

A lo que BB simplemente le sacó la lengua y volvió a comer su comida. Matt sólo rió. Noté que Near veía de vez en cuando a Elena de reojo, probablemente la recuerda de la masacre en Raserei. Yo también estuve ahí, tan sólo para saciar mi sed. Había escuchado de Elena Search, la cruel y reciente proscrita —quién había logrado escapar de una prisión en Bernstein Grey Owl Augen, de la que supuestamente era casi imposible de escapar, ayudando a los demás prisioneros a salir, ganándose su lealtad; esa fue la primera ciudad que destruyó— iba a destruirla, así que me uní al pequeño gran ejército que había reunido. Conocí a Near ahí, en esa época se llamaba a sí mismo como Lánder, mientras que yo usaba el nombre de Jaycee. Nunca cruzamos palabra, pero sí nos vimos en varias ocasiones, al igual que con Elena, sólo la veíamos de reojo mientras tiraba abajo las puertas de entrada de esas ciudades masacradas con su magia.

"Espera… masacre… masacre… sangre… ciudades… Elena… Lánder… azul… pequeño ejército… Ah, cierto, ya recuerdo".

A Case lo conocí en la única ciudad que no pudo ser destruida del todo por el ejército —cada vez más numeroso— de la bruja Search, Verisiä Byen Diamantene. Avanzando desde la puerta, tan sólo 116 kilómetros fueron destruidos.

"Cierto, él era uno de los mejores asesinos ahí, uno de las mejores agentes secretos del gobierno, Tumma Myrkky".

El chico era más alto entonces, tal vez de un metro setenta, y su cabello era mucho más corto y alborotado, sus orbes brillaban azules —te hacían quedar paralizado con una sola mirada—, tenía sus relativamente pequeños músculos visiblemente marcados. Usaba ropa negra con detalles azules, era delgado y se movía de forma elegante. Un tatuaje de tinta negra en su ojo izquierdo era su principal característica, éste consistía en un par de medias lunas delgadas arriba y debajo de dicho ojo, como si fuesen el reflejo del otro. Otro par de medias lunas partían puntiagudas hacia arriba y abajo. La que partía hacia abajo estaba unida al borde derecho de la que acunaba su ojo y la de arriba, en el borde izquierdo de la que velaba desde la altura del párpado.

Era preciso, a veces piadoso, rápido, calculador y muy poderoso. Según los rumores, la princesa de allí le había concedido la marca de ZafiraZafira fue una guerrera legendaria oriunda de la ciudad de Verisiä Byen Diamantene. Dicen que al morir, logró de alguna forma hacer que su corazón conservara toda su magia —volviéndolo de un azul hermoso, más profundo que cualquier océano—, tomaron su corazón de su cadáver y lo ocultaron. Siendo esto así, dicha princesa debió de fusionar ambos corazones, causando que también parte de sus almas convergieran en una. "Algunos dicen que esa era la principal razón de su actitud en combate".

Lo vi una sola vez, empuñaba una espada plateada de hoja delgada en su mano, mientras veía con desdén desde la altura de un edificio a los que empezaban a destruir la ciudad. Las calles, al igual que en las ciudades anteriores se teñían de color carmín, mientras que los cadáveres de los ciudadanos indefensos caían inertes, como muñecas de trapo al suelo. Los pocos risens que nos encontrábamos ahí sentimos el peligro muy cerca, y nos fuimos retirando de forma discreta con el fin de conservar nuestras vidas, antes de retirarme, fije mi mirada en Tumma Myrkky y eso me dio más de un motivo para salir pitando de allí mientras podía. El miedo que sentí, es indescriptible.

Mi dolor de cabeza disminuyo un poco. Miré a Case, quién terminaba de comer su tercera tostada a la velocidad de una tortuga.

"Es increíble pensar que este chico de apariencia delicada pudiese ser tan letal en los días de antaño".

Después de menos de un minuto de observarle, Case levantó su mirada y la clavó en la mía. Levantó una de sus cejas interrogante, a lo que sólo respondí con una leve sonrisa mientras retomaba el lento asesinato de mi pastel. "Es una suerte que ya no parece causar ese efecto".

—Entonces… —comenzó Eric en un susurro, que no me pasó desapercibido—… ¿Por qué compiten por tener el puesto del mejor detective del mundo?

—No lo sé—contestó A, igualmente en un leve susurro.

Estoy seguro que todos los presentes lo escucharon también. "¿Por qué competir por algo así?". A veces yo mismo me lo preguntaba. Para alguien como yo, algo así no tenía razón de peso para que tratara con tanto empeño lograr tal cometido. "Tan sólo… lo hacemos para pasar el tiempo…". Esa era la mejor explicación pero aun así, seguía sin tener mucho sentido.

Near me exasperaba, me molestaba su actitud fría e indiferente, por eso quería superarle en todo. A es muy tímido y reservado, así que nunca he tenido ningún problema con él. Matt es básicamente mi mejor amigo. BB es alguien interesante con quien hablar. Kira es un estirado la mayor parte del tiempo. Linda es muy alegre y ruidosa cuando se le antoja. Ryuuzaki es un tanto extraño, pero es una buena compañía. Y yo, pues, soy el tipo de mal temperamento y actitud brusca. "Ahora que lo pienso, Matt debería ser un santo por aguantarme todo el día, todos los días de la semana".

Después del desayuno, fuimos hasta la biblioteca porque los tontos que discutían sobre la Divina Comedia querían revisar una cosa.

Al llegar los que habíamos sido arrastrados hasta ahí nos pusimos a matar el tiempo. Ya fuese leyendo, mirando por la ventana o haciendo absolutamente nada.

Después de dos horas de esos necios que quién sabe de qué discutían tan acaloradamente hace tanto rato, noté que Case y BB se quedaban dormidos en sus asientos.

Case (Ciel Phantomhive) P.O.V.

El sol platinado le arrancaba destellos cegadores a las piedras preciosas de todos los colores habidos y por haber incrustadas en perfecta simetría, logrando así que la magnífica edificación luciera despampanante.

Las construcciones no eran las únicas que brillaban, toda la vegetación del lugar también relucía como diamantes, a pesar de su textura suave y delicada, igual que cualquier planta.

Estaba de pie en el amplio balcón del palacio de Verisiä Byen Diamantene —cuyo nombre era más que acertado, ya que cegaba a cualquiera; y cabe mencionar que también hacía alusión al pequeño grupo de soldados sanguinarios que se encargaban de proteger a la ciudad— esperando a la llegada de la persona que me había citado.

Después de unos minutos más, en los cuales me dediqué a admirar el hermoso paisaje —el pasto color ámbar, y las flores exóticas y de variada coloración—, hasta que escuché unos pasos acercarse. Me volteé y me encontré con una chica menuda de cabellos lacios y verdes que caían en picada desde sus hombros, enfundada en un vestido granate ajustado al pecho con unos pequeños rubíes incrustados, y a la altura de sus rodillas que resaltaba su piel translúcida. Realicé una breve reverencia.

—Princesa Cørïnne.

—Por favor Tumma, llevamos años de conocernos, dime solo Cørïnne—pidió mientras reía un poco.

—Me temo que eso sería una falta de respeto.

—Oh, tú y tu rectitud. Eres peor que mi tutor de baile.

—No debería hablar así de su tutor. He hablado con él en varias ocasiones, es un hombre inteligente y de buenos modales—regañé de forma amable.

Cørïnne se limitó a hacer un pequeño puchero. Luego de unos segundos se acercó a mí y alcanzó una mano para picar mi mejilla.

—Tumma, vive un poco.

Sonreí ladinamente.

—Oh, pero sí ya estoy viviendo—repliqué.

—De veras que no vas a cambiar, ¿huh?—suspiró mientras veía más allá de mí, hacia el pasto.

—Señorita, ¿fue usted la que me llamó aquí?—cuestioné con cautela.

—Sí, fui yo.

—¿Puedo preguntar para qué?

—Conoces la historia de Zafira, ¿no es así?

—Sí, algo sé sobre eso. ¿Por qué?

Me miró profundamente por unos momentos, en los que sólo se escuchaban nuestras respiraciones, el viento y el latir de nuestros corazones. Me pareció que estuvimos así una eternidad, hasta que agachó su cabeza y se decidió a hablar.

—Mi madre me pidió que te diera el corazón deZafira—dijo en un murmullo.

¿El corazón de Zafira? ¿En verdad existe?

—Sí.

Se veía un poco sombría, incluso me atrevería a decir que nerviosa. Volvió a levantar su cabeza.

—Zafira se había vuelto muy poderosa. Así que al morir, cuando selló su magia en su corazón, la reina de esa época lo tomó y se lo colocó en su propio pecho. Nadie lo sabe, pero ha estado pasando de generación en generación en la familia—explicó pausadamente—, y ahora mismo, soy yo quién lo tiene.

—¿Por qué me parece que no quisieras dármelo?

—Por qué te enterarías de un secreto que preferiría que no supieses.

—Entonces, no es necesario que me lo des.

—Mi madre me lo pidió, así que lo debo cumplir.

Me volvió a mirar, pero esta vez había algo en sus ojos que no supe interpretar.

—Tan sólo promete que tu opinión sobre mí no cambiará.

—Lo prometo.

Lentamente llevó su mano a su pecho, y la sumergió en él, sacando un corazón palpitante de color zafiro, el cuál incrustó en mi propio pecho.

Y lo supe.

—Cørïnne—llamé suavemente.

Desvió la mirada hacia el suelo, y yo sólo le tomé delicadamente de su barbilla para que me mirase.

—Cørïnne—repetí.

—Perdona que te mintiera.

—Les han mentido a todos, no sólo a mí. Pero dime, ¿por qué lo ocultaron?

—Porque debía nacer una niña, no un niño.

Su semblante denotaba tristeza y el viento que ululaba, sumado al brillo del lugar de alguna forma daba la ilusión óptica de que estaba flotando. Cørïnne… en realidad debería ser sólo Cørïnn…

Me incliné y le besé. ¿Y qué si es un chico? Sigue siendo la misma persona. Abrió sus ojos desmesuradamente para luego cerrarlos y devolver el beso.

Resultaba cruel, tener que negar quién eras por un simple tecnicismo. Coloqué mis manos en su cintura y él puso sus manos en mi cuello. Nos separamos por la falta de aire.

—Gracias.

—¿Por qué?

—Por aceptarme.

Me limité a sonreír, para luego besarle de nuevo.

Desperté sobresaltado. Near me estaba zarandeando levemente para que me despertara.

—Al fin despiertas. Vamos, tenemos que ir a almorzar.

—¿Mmm? ¿Qué hora es?—cuestioné adormilado.

—Las doce.

Asentí con mi cabeza, y me levanté de mi silla. Seguí a los otros de vuelta a la cafetería. Durante el camino, Ronald se acercó a mí.

—¿Quién es Cørïnne?—susurró.

Sentí mis mejillas arder con vergüenza.

—¿Mencioné eso mientras dormía?

—Sí.

Desvié la mirada, incapaz de darle la cara.

—¿Y bien?

—Te lo diré luego. Ahora no estamos en el momento ni el lugar adecuados.

—De acuerdo. Pero vas a responderme.

Asentí, y seguimos en silencio el resto del camino. Ya le tendría que dar más explicaciones pero por el momento, tan sólo quiero llenar mi estómago y pensar con claridad qué voy a decirle. Ya no estamos juntos pero me parece que es justo decirle.

Notas finales:

Dudas, preguntas, comentarios, en un bonito review.

Gracias por leer, espero les haya gustado.

Buenas tardes, noches, días, el tiempo que sea en el que leen esto...


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