Tenían razón. Había otra libreta ¿Qué podía hacer ahora? Me amenazó con quitármela y luego… ¿Qué haría conmigo? Mi mente quedó en blanco. Estaba asustada. Nunca había estado más asustada ¿Y si le hacía algo a mi familia? ¿Y si acaba dominando el mundo? Podía sonar estúpido pero la libreta puede usarse para hacer el bien, como para hacer el mal. Según cuales sean las manos que la porten. La libreta, es capaz de hacer cualquier cosa. Puede crear un terremoto, una inundación… puede incluso manejar la mente de las personas. Puede cumplir lo que se te antoje, si no atraviesas las barreras. Ése es su punto débil. Pero si desencadenas un efecto dominó… puede ocurrir cualquier cosa.
- Ayla, escúchame-. Mello me agitó de los hombros.- No es momento de dejarse llevar por el pánico. Tenemos que ir con los demás. No estás sola. Entre todos averiguaremos algo-.
- Tiene razón, Ayla. Piensa en una excusa para irte con Near. Te esperamos en la esquina de la calle-. Matt me dio una palmadita en la cabeza y seguido de Mello saltó por la ventana.
Yo sólo asentí. Cogí el pomo. Traté de relajarme, respirando profundamente. “Ayla, piensa ¿Qué puedo hacer para salir sin que sospechen nada?” Guardé el sobre bajo la ropa y fui hasta el comedor. Ajenos a lo que me pasaba, todos charlaban animadamente. Gevanni detuvo su conversación al verme llegar. Una pequeña arruga de preocupación surcó su frente. Yo sonreí tratando de disimular. Me senté a su lado. Noté que Near me miraba fijamente. Los demás no parecieron notar nada. “¿Qué hago? No se me ocurre nada. Puedo decir que estoy enferma, pero entonces Near no tiene excusa…”
- Ayla ¿Te encuentras bien? Pareces ansiosa por algo-. Dijo Gelo mirándome con preocupación.
- Nha… no creo que sea nada grave. No parece tener síntoma de enfermedad. Son los nervios ¿Verdad?-. Cas se inclinó un poco hacia mí con otra sonrisa desagradable.
- Sí, sólo son nervios-. Near se levantó de su sitio y se acercó a mí. Tiró del filo de la falda para llamar mi atención.
- It’s six o’clock. I must go home-. “¡Bendito seas Near! ¡Tú y tu habilidad de leer el pensamiento!”.
Yo asentí y me disculpé con todos. Antes de cruzar la puerta, Cas se levantó y me dio su número. “Para mantenernos contactados” me dijo. En la esquina, nos esperaban Matt y Mello. Con paso rápido llegamos al parador. Irrumpimos dentro. L estaba sentado en un sillón raído y polvoriento, degustando una taza de café. Con el dedo índice y pulgar sujetaba la taza con aspecto antiguo. Con la otra mano removía su contenido con la cuchara usando, como no, los mismos dedos. Beyond apareció encima de un armario con otro tarro de mermelada a medio acabar. Sin mirarnos, L nos dijo:
- ¿Qué ha pasado?-.
- ¡Existe otra libreta!-.
- ¡Me ha amenazado!-.
- ¡Le ha retado!-.
- ¿¡Qué hacemos L!?-.
- ¿¡Y si mi familia está en peligro!?-.
Empezamos a gritarnos unos a otros. Incluso Near, quizás influido por el barullo, no dejaba de tirarnos de los filos de las camisetas preguntándonos por qué estábamos tan nerviosos. Beyond intentó tranquilizarnos, pero sólo logró ponerse nervioso él. El “crash” de algo contra el suelo nos hizo callar a todos de repente. La taza, que unos momentos antes L tenía en la mano, estaba rota en el suelo. Los numerosos trozos parecían flotar en el café derramado. Nuestras miradas se fijaron en L. Nos miraba serio, muy serio y solemne. Sus ojos grises, inteligentes, se clavaron en los nuestros dejándonos inmóviles. Sólo oíamos nuestras respiraciones agitadas por haber gritado tanto.
- Calmaos. No os dejéis llevar por el pánico y el miedo-. Dijo con la voz pausada. Arrastró las palabras, procurando que hicieran huella en nuestro cerebro.
Nos movimos y nos sentamos creando un círculo, como los caballeros de la mesa redonda. Nos sentamos en lo primero que vimos, una caja, una silla, una cómoda… L extendió su brazo hacia mí pidiendo el sobre. Lo cogió alzando las manos hasta ponerlo delante de sus ojos. Esperamos unos segundos hasta que lo leyó. Se lo pasó a Beyond y éste se lo pasó a Near. Finalmente volví a recuperarlo. L se llevó los dedos a los labios, jugando con ellos.
- Y bien ¿No tenéis nada que decir?-. L nos escrutó con la mirada.
- ¿Qué es la Dream Note?-.
- Matt ¿Eres estúpido? ¡Se refiere a la libreta!-.
- Lo siento. Sólo quería romper el silencio-. Dijo bajando la mirada. Mello soltó un “No pasa nada”.
- En la libreta no pone ningún título, que yo sepa-.
- Se lo habrá inventado. Tiene un nombre similar a la Death Note-. Dijo el albino.
- A mí me suena a anime pornográfico-.
- ¿¡Beyond!?-.
- Sólo digo lo que pienso-.
- Pero podrías ahorrarte algunas cosas ¿No crees?-. dije frotándome la frente.
- ¡Un momento! ¡Ha insinuado qué parezco una niña!-.
- Mello, déjalo. A mí me llamó Friki fumador y a Near, pelusa-.
- Pero eso es verdad ¡Lo mío es blasfemia!-. dijo agitando el sobre en sus narices.
- Se olvidó de mí-.
- Creo que nos estamos desviando del tema-.
- A mí me dijo ojeroso pervertido-.
- ¿¡L!? ¿¡Tú también!?-.
- Mirad, analicemos el mensaje. A lo mejor descubrimos algo oculto-.
- Ni que estuviéramos en código Da Vinci-.
- La idea de Ayla es buena, Mello. Tal vez encontremos alguna pista o algo que nos guíe-
- Gracias L, por fin algo serio-.
- Al menos aligeramos el ambiente-. Dijo L con una sonrisa.- Empiezo yo. Cabe la posibilidad de un 80% que es un niño o un adulto que aún no ha madurado. La forma en la habla y te propone su juego, hace que yo piense que se lo toma como un simple juego de niños. Aunque tal vez crea que piense eso, pero hay pocas posibilidades. Ayla, tráeme un café por favor-. No prosiguió hasta que se lo di. Por supuesto, lo cargué con mucho azúcar.- Gracias. Hay dos buenas noticias. La primera es que no sabe si eres chico o chica, tu edad, ni tu nombre. La otra es que no tiene de su lado a un shinigami. Hay más posibilidades de vencerle. Además, nos tienes a nosotros-.
- También pudo fingir que no sabía nada sobre ti. A lo mejor sólo está jugando con nosotros-. Mello apoyó los codos en el respaldo de la silla donde estaba sentado.
- Sabes que no es así. Yo creo que se toma en serio el juego-. Intervine.- L está en lo cierto, si no, no tendría sentido mandar esa carta. Lo veo una auténtica pérdida de tiempo-.
- Podríamos empezar a buscar sospechosos. Por sitios dónde solís frecuentar los fans de la serie…-.
- Sí, Beyond. Creo que la mejor forma de encontrarlo rápidamente es en internet. En foros, webs…-.
- Yo puedo encargarme de rastrear-. Guiñó un ojo tras sus gafas.
- Nos va a costar mucho tiempo encontrarlo. Hay millones de personas en el mundo-.
- No seas aguafiestas, pelusa. El cerco se estrecha si buscamos sólo a gente que es fan-.
- De todas formas es mucha gente, aunque… ahora que lo pienso, la carta estaba en español ¿Eso quiere decir que es de aquí o sabe mi idioma?-.
- Hay un 10% de ello, pero puede que haya escrito el mensaje en la libreta en su idioma y haber deseado que te llegara de forma que lo entendieras. Es más probable esta posibilidad-.
- Pues Matt puede encargarse de rastrear entre las páginas y hackear en los ordenadores de los sospechosos. Ayla, estate atenta a cualquier cosa extraña que ocurra a tu alrededor-. Dijo el albino enredándose un mechón de su pelo.
- Tengo una idea. Busca la forma de alejar a tus padres y a tu hermano de ti. No creas que no intente algo en tu contra. Lo de Querido/a y lo de con cariño… parecía hecho con sarcasmo-. Dijo dándole un bocado al chocolate.
- ¿Cuándo empezamos?-.
- En cuanto tenga un ordenador ¿Podrías arreglarme un equipo con la libreta?-.
- Pero Matt, eso sería hacer trampa. Dijo que no valía usarla-.
- ¡Vamos, Ayla! ¡No seas inocente! ¡En cuanto tenga la oportunidad la usará!-.
- Yo soy una persona de palabra. Si vamos a buscarlo, estamos aceptando su juego. El juego tiene unas reglas y hay que seguirlas-.
- Si no aceptas las reglas, eres un perdedor Mello-.
- ¿¡Qué insinúas!?-.
- Tranquilo Mello. No malinterpretes las cosas-. Matt lo cogió por los hombros para tranquilizarlo.
- Ayla, busca un equipo para Matt y todo lo que creas necesario para empezar. No se te olvide comprarme dulces-.
Los dejé discutiendo y salí hacia mi casa. No iba a llevarle el equipo a Matt, ni tampoco iba a comprar dulces a L. Iba a deshacerme de mi familia. No, no iba a asesinarlos o a encerrarlos en un sótano. Mi padre siempre ha querido viajar por todo el mundo. Pero es bastante costoso y con dos niños a los que criar, es bastante complicado. De momento, se conformaba con su trabajo. El oficio de mi padre es agente comercial. Para explicarlo de forma sencilla, es el embajador de una empresa a baja escala, es decir, solamente en una pequeña región de mi país. Viaja por todos los pueblos y ciudades dónde hay comercios que requieren los beneficios de su empresa. Es bastante reconocida y tiene sedes en varias partes del mundo. Desde hace tiempo, mi padre esperaba un ascenso, pero ese ascenso no llegaba ¿Qué pasaría si de pronto ese ascenso llegara? ¿Y si consistiera en viajar a cualquier por todo el mundo entre las distintas sedes que hay? Mi padre está cualificado para eso. Sabe inglés, francés, alemán y chapurrea algo de japonés. No sospecharía nada que le ofrecieran ese tipo de trabajo. Y aceptaría sin dudar, llevándose a mi madre consigo. A mi hermano lo dejarían con mis abuelos hasta que empezara el curso, que entonces se vendría conmigo. Yo les convencería de quedarme en casa con la excusa de tener que quedarme con los “ingleses”. Ya era lo suficiente mayor para saber arreglármelas sola. En mi casa, aparentemente desierta, saqué la libreta y la puse sobre mi escritorio. Bolígrafo en mano, la abrí y escribí ese deseo.
- Hermana ¿Qué haces?-. Gevanni se asomó a la puerta. Ese día se ha estado comportando raro.
- Escribir en mi diario ¿Se han ido papá y mamá?-.
- Sí a dar un paseo, yo quise esperarte. Tu cita a ciegas se fue también ¿Puedo entrar?-. yo asentí. Se sentó en el filo de la cama. Miró las paredes llenas de póster de mis grupos y mangas favoritos. Sus ojos repararon en algo que le llamó la atención y se acercó. Era un póster de Death Note. Con todos los personajes, incluido Matt. Levantó su dedo índice y lo puso sobre la cara de Near. Una sonrisa se dibujó en sus labios. Para ese momento, ya estaba muy nerviosa.- Qué curioso, se parece a Near. Y esos dos se parecen a sus hermanos mayores. El pelirrojo lleva incluso la misma ropa-.
- No creí que te dieras cuenta ¿Cómo lo descubriste?-. me reí nerviosamente.
- Me lo dijo Near-.
- ¿¡Qué Near, qué!?-.
- Solamente me lo confirmó. Empecé a sospechar en cuanto me presentaste a Near. Una vez te escuché hablar en tu habitación cuando veías el anime, dijiste su nombre. Cuando hablaste por teléfono con ellos para llamarlo, hablasteis en español. No en inglés, cuando se supone que dijiste que no hablaban muy bien español. El rubio no me despistó, hizo que sospechara aún más. Lo único que no sé, es por qué estabas tan nerviosa cuando regresaste del baño. Me tienes preocupado-.
- Gevanni… nunca sospeché que fueras tan inteligente-. Mi pequeño hermano se sonrojó. Al menos era el mismo. Saqué el sobre y se lo di para que lo leyera.
- ¿Has aceptado el juego?-. asentí.- Entonces ¿Para qué usaste la libreta?-.
- Para alejaros de mí. Puede ser peligroso, esta libreta puede ser un arma de doble filo-.
- Pero… yo quiero ayudar-. Apretó los puños.- ¿Y qué ocurre con Near? ¿Él no está en peligro también? A él también puede hacerle daño. Es el primer amigo que tengo y… lo quiero mucho-. Impresionada por la confesión de mi hermano, lo abracé. Se había encariñado muy pronto con él.
- No te preocupes por él. Te prometo que lo cuidaré. No dejaré que le toquen ni un solo pelo-. Dije convencida.
- Ayla, cuídate tú también-.
A la mañana siguiente, llamaron a mi padre del trabajo. Lo habían ascendido. Estaba muy feliz. Por fin, cumpliría su sueño. Aunque Gevanni y yo tuvimos que convencerlo para que aceptara. Como supuse, a mi hermano lo iban a mandar con mis abuelos todo el verano, ellos se irían juntos y yo me quedaría en casa. Una semana más tarde, mis padres estaban terminando de cargas las maletas en el coche. Near y yo nos despedíamos de Gevanni.
- Near, tienes permiso para usar mis juguetes en mi ausencia. Sólo ten cuidado que Mello no los estropee-.
- Yo me encargo de que eso no pase, hermano. Un momento ¿Cómo sabes…?-.
- Hablamos, Ayla. Gevanni, gracias-. Near esbozó una pequeña sonrisa.
- ¡Gevanni! ¡Despídete ya! ¡Nos vamos! -. gritó mi padre desde el coche.
- ¡Voy! Cuídate. Hermana, Near…-. Mi hermano se acercó a la mejilla de Near y le dio un beso, dejándolo descolocado. Se montó en el coche agitando la mano.- ¡Ayla! ¡No olvides tu promesa!-.
- ¡Hija! ¡No olvides todo lo que te dije! ¡Lávate los dientes! ¡Y las manos antes de comer! ¡Llámanos!...- decía mi madre con el coche en marcha.
- Estará bien-. Dijo Near con una mano en la mejilla. Me pareció que a la vez que me consolaba, él también se lo hacía a sí mismo.