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La libreta de los deseos por AylaMckee

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Notas del capitulo:

HOLA CACHORRITOS!!!! <3 Aquí Ayla en directo desde Amor Yaoi presentando el nuevo capítulo de su Fanfic XD

Mello: déjate de tonterías, volviste a tardar mucho... ¬¬

Ayla: Lo siento!! Quería subir antes, pero he tenido una semanita de exámenes... Tenía tantos idiomas mezclados en mi cabeza que creí que se me olvidaría hablar español >.< 

Mello: Sin contar que estuviste en un manicomio 

Ayla: ¡Cierto! Pero ahora mi mente está más sana que una manzana... n.n

Mello: Lo dudo... ¬¬'

Ayla: Ahora, difruten del capítulo!! :3

Estiré mi brazo al no notar su presencia a mi lado. No estaba en la cama ¿Se habría caído? Solté un gruñido. Sin Lawlipop no podía volver a dormir. Maldito peluche. Estiré mi brazo hacia el suelo, aún entre el sueño y la vigilia. Solté otro gruñido al notar que mis dedos aún no tocaban el suelo. Me incliné aún más. Si seguía así, me caería de la cama. Por suerte no dormía en una litera. Mi cuerpo cayó como un peso muerto sobre el suelo. Solté un quejido, a mi parecer más grave que lo normal. Además ¿Desde cuándo mi cama estaba tan alta? Mi cuerpo sufrió un escalofrío ¿Dónde estaba la alfombra de mi habitación? Abrí los ojos. Todo estaba oscuro. Me arrastré con cuidado hacia dónde creí que estaba mi cama. La encontré. Palpé encima de esta. Había alguien acostado ahí. Imposible, si hace unos momentos estaba durmiendo ahí. Lo que supuse que era su vientre, estaba bastante marcado ¡Qué raro! Me alejé de ahí hasta la puerta, chocando con muchas cosas que no recordaba tener ahí. Abrí despacio, iluminando ligeramente la habitación. Estaba en la habitación de Gevanni. En la cama de abajo, estaba la mata de pelos de Matt. Supuse que me caí de la cama de arriba. Mello no estaba ahí. Un momento… ¿Qué hacía yo durmiendo en esa habitación? Salí al pasillo sigilosamente. Pasé sin mirarme en el espejo, estaba horrible por las mañanas. Llegué a la puerta de mi habitación, dónde Near estaba a punto de entrar.

-          Buenos días, Near. Anda, déjame pasar por favor-. Dije apartándolo con cuidado de la puerta. Él me miró con una ceja alzada.

Hoy era un día muy raro. Con la poca luz que entró en la habitación, pude notar que alguien dormía en mi cama. Una cabellera negra y rizada lo delataba ¿De qué me sonaría? Otra pregunta ¿Quién era? Me acerqué para verle la cara. Ahogué un grito ¡Era yo! ¡Yo misma acostada en mi cama! La cogí de los hombros y la zarandeé, gritándole que era una impostora. Abrió los ojos con pesadez y se encogió a la pared en cuanto me vio. Me señaló y empezó a tartamudear. Para ser una copia mía…

-          ¡Impostora! ¡Impostora!-.

-          ¿¡Yo!? ¡Aquí la impostora serás tú! ¡Un momento! ¡¿Impostora?! ¡Qué soy un tío! ¡No puedo tener un buen pelo!-. al escucharse hablar se palpó la garganta, como si le doliera. Yo tuve un dejavú.

Me apartó bruscamente del camino. Se asomó al espejo de cuerpo entero que tenía en mi habitación. Su cara (bueno mi cara) se descompuso de terror al verse reflejada ahí. Dio un grito y volvió a taparse la boca. No entendía nada. Me acerqué. En vez de mi cuerpo, era el cuerpo de Mello el que obedecía mis órdenes. Me palpé el cabello rubio que sustituía al mío. Miré a mi cuerpo, más bien el de Mello. Cruzamos miradas. Ninguno volvió a gritar. Estábamos demasiado confundidos para hacerlo ¿Cómo fue eso posible? ¡¿Mello y yo teníamos los cuerpos intercambiados?! Nos observamos mutuamente. Los rizos negros caían desordenadamente sobre los hombros. Pensé que debería cortármelo. Nunca pensé que mis ojos eran tan bonitos- no es por ser narcisista- sólo que el tono marrón oscuro brillaba de una forma magnética, quizás era por la escasa luz de la habitación o quizás era Mello-  en ese momento en mi cuerpo- el que los cambiaban. Tampoco imaginé que fuera tan alta, yo sabía que mi estatura superaba a la mayoría, pero vista desde fuera imponía mi altura. Todo en mí se veía diferente, hasta la habitación se veía diferente. Ahora veía el mundo desde otra perspectiva, la perspectiva de Mello. Este abrió la boca y susurró unas palabras.

-          ¡Qué bueno estoy!-. Lo primero que se le ocurrió decir fue eso, será…

-          Idiota. Eres un narcisista ¿Es qué no te preguntas otra cosa?-.

-          ¿Qué es eso?-. Me ignoró por completo y dio un paso. Su cara- más bien mi cara- se contrajo en una mueca de dolor. Me olvidé, y supuse que él también, que aún tenía el tobillo hinchado. Ahora viviría mi sufrimiento. Lo último sonó algo exagerado, pero en su momento dolía bastante. Caminó a la pata coja y del suelo cogió un sobre. Me lo tendió y lo abrimos.

 

Querido/a  dueño/a de la 2º Dream Note:

 

¿Cómo estás? ¿Lo pasaste bien el otro día? ¿Disfrutaste de la naturaleza? Espero que Beyond no se haya lastimado con nada ¿A qué viene esa cara de sorpresa? ¿Te preguntas cómo supe que Beyond está contigo? Es que me pregunté qué se sentía ser un psicópata y escribí en la Dream Note poder conocer a Beyond. Sorprendentemente, no apareció. Después de bastantes experimentos llegué a la conclusión que esa magnitud de deseos no se cumplen por segunda vez. Al no poder hablar con Beyond, me aburrí. Odio estar aburrido/a. Por encima de todas las cosas, es lo que más odio. Así que se me ocurrió divertirme un ratito con la Dream Note. Sí, yo soy el responsable de que Beyond se perdiera en el bosque o campo lo suficientemente alejado de tu residencia. Como soy un caballero de palabra, no sé que más pasó. Aunque el hecho de imaginar cómo te las apañabas para encontrarlo me divirtió todo el día de ayer. Pero esta mañana volví a aburrirme. Afortunadamente una pregunta surcó mi mente ¿Qué pasaría si estuviera en el cuerpo de Mello? Esa es la razón por la que estáis así. Ahora mismo imagino la expresión que tendrás al leer estas líneas ¿Ira, desesperación, incomodidad…? No puedo evitar reírme a carcajadas, sobre todo al pensar en el caso de que fueras una mujer… ¿Cómo os la arreglaréis para ir al baño?

No te tendré rencor si haces algo en mi contra, puesto que empecé yo. Pero no dudes que te lo devolveré. YO siempre tengo la última palabra. Que te quede claro.

Una última cosa, no intentéis usar la Dream Note. Me aseguré que no sirviera para volver a la normalidad, cosa que también hice ayer. No podréis volver a la normalidad hasta dentro de 9 horas.

Atentamente,

E.

Mello  frunció el ceño y apretó la mandíbula. Dio una patada a la cama y se encogió de dolor. Había dado la patada con mi pie herido.  Por mi parte, empuñé las manos aplastando la carta. Me clavé las uñas en las palmas, pero no me quejé. Estaba ciega de ira. Nunca antes me había sentido así de enfadada, pero era más que eso. Estaba furibunda. Quien quiera que sea el que hizo eso, me las iba a pagar. Me las pagaría con sudor y lágrimas. Nos trataba como un juguete. Como uno de los muñecos articulados con los que Near jugaba. Me vengaría, en ese mismo momento. Hice el amago de sacar la libreta, pero me contuve. Me acordé de esa famosísima frase: “La venganza, es un plato que se sirve frío”. Aún no. No era el momento, mi cabeza estaba demasiado confundida para pensar con claridad. Menos mal que tuve ese momento de lucidez. Ya me vengaría de eso más adelante. Quizás el karma hiciera el trabajo por mí. Lo único que tenía claro, era que primero tenía que descubrirlo.  E, o como cuál era su nombre, ya recibiría su venganza.

-          Ayla ¿Cómo se la pagaremos?-. dijo Mello- en mi cuerpo- con una mirada maliciosa, mezclada con algo de enfado.

-          Aún no. Ya se la pagaremos cuando nos encontremos frente a frente. Al contrario que E, yo soy lo suficientemente noble para hacer las cosas a la cara-.

-          Aunque me duela, te doy la razón. Aunque… al menos podemos responderle la carta ¿No? Es de mala educación-. No pasaría nada. Además, así se conformaría un tiempo.

-          ¿Me das la libreta?-.

-          No, ahora es mía-. Dijo sacándola debajo de mi camiseta. Intenté cogerla. Maldita sea ¿¡Por qué tenía que ser tan alta!? Al ser mi propio cuerpo, no me importó pegarle un guantazo -¿Eso se podía llamar autolesión? -La libreta voló por los aires hasta llegar a mis manos.

-          Já ¡Es mía! Ahora escribiremos la respuesta-.

-          Eso dolió bastante-. Dijo sobándose la mejilla.

-          Mello-. Sonreí con satisfacción.- mira qué encontré.

 

Querido dueño de la otra libreta:

Si tienes tanta ilusión por conocer a un psicópata, mírate a un espejo ¿Sabías que un rasgo común en los psicópatas es estar aburridos? Eso puede explicar tu desorden mental. Déjame darte mi opinión sobre el nombre que le has dado a esta libreta. Dream Note, suena a anime hentai. Otro punto para pensar que estás loco o retrasado mental. Apostaría a que Misa llega a rozar tu coeficiente intelectual- eso ya es mucho decir-. En cuanto a lo que nos has hecho, confío en que eres un caballero de palabra. Como tú mismo dijiste en tu carta ;). Aún no voy a vengarme, es un plato que se sirve frío. Eso ya lo arreglaremos cara a cara, cuando te encuentre ¿Sabes? No me gusta dirigirme a ti con “El dueño de la libreta”. A partir de hoy te llamaré “eltíogilipollas”, me suena más apropiado. Por último, Mello y yo nos la apañaremos así hasta que volvamos a la normalidad, tenemos bastante confianza entre los dos.

Hasta más ver,

A.

 

-          “Eltíogilipollas”… ¿No suena un poco cutre?-. dijo Mello mientras la ‘enviaba’.

-          ¿Cutre? Más cutre suena ‘Dream Note’-. Estallamos a carcajadas. De pronto, nos interrumpimos. Volvimos a mirarnos.- ¿Y ahora qué?-.

-          Nadie debe enterarse de nuestra situación-. Bajó la voz.

-          ¿Qué cojones dices? Mello ¿Cómo no se van a enterar?-. susurré.

-          Tenemos que fingir. Estar en tu cuerpo, el de una chica, haría que los demás se burlen de mí. Me imagino la cara de Matt que tendría al oírlo… se burlaría de mí por toda la eternidad. Mi dignidad se iría a pique-.  Dijo con una gran preocupación.

-          Exagerado…-.

-          Por favor Ayla, hazlo por nuestra amistad-. Sonrió dulcemente. Cuando volviéramos a nuestros cuerpos, practicaría esa cara. Podría competir con el calentamiento global.

-          De acuerdo, a partir de ahora tú eres yo y yo soy tú-. Eso sonó bastante lioso.

Cargué a Mello en mi espalda- el tobillo empeoró por su culpa- al no poder andar. Al salir de mi habitación, no encontramos a Matt. Se frotaba los ojos, tambaleándose un poco. Alzó la mirada y me sonrió con los ojos aún entreabiertos.

-          ¡Buenos días Matt!-. dijo Mello. Espero que me imite bien y no haga cosas estúpidas.

-          ¡Buenos días! Mello, Ayla. Veo que aún te duele mucho el tobillo-. Le dijo a Mello. Mello asintió con una sonrisa. Me dio un pequeño puntapié en el costado, para que dijera algo.

-          Días… -. Alcé la barbilla, de la forma en que Mello saludaba normalmente.

-          Oye Mello… ¿Por casualidad tú…? A ver… ¿Me tocaste el vientre mientras dormía?-. Mello me clavó las yemas de los dedos- menos mal que me comía las uñas- en los hombros. Yo fruncí el ceño y ladeé la cabeza.

-          ¿¡Qué hiciste Mello!?-. dijo Mello enfadado.

-          ¿¡Qué dices Matt!? Lo habrás soñado… ¿Es que tienes sueños pervertidos conmigo?-. dije con una sonrisa maliciosa. Inmediatamente, Matt enrojeció y bajó la cabeza. El timbre de la puerta sonó.- Voy yo…-. Le entregué a un Mello igual de abochornado que el pelirrojo. Él lo acomodó en su espalda, menos mal que teníamos los cuerpos intercambiados.

Bajé hacia la entrada, llevándome por delante al albino. No sé por qué tuve que hacerle caso a Mello. Abrí la puerta una cuarta para comprobar quién era. Reprimí un grito de sorpresa, en cambio, alcé una ceja. Cas (¡Te he visto Calisto!) sonrió nervioso en el umbral. Se peinó el cabello hacia atrás. Parecía tener una discusión interna entre sí mismo.

-          ¿Quién eres?-. pregunté cortante.

-          Soy Calisto… es decir, Cas. Ayer fui a recoger a tu hermano y a Ayla, cuando se perdieron en el campo-.

-          Oh, ya me acuerdo ¿Qué haces aquí tan temprano?-.

-          Vine a hablar con Ayla. Supongo que ya estará despierta ¿No? Si no la espero-. Asentí y me aparté hacia un lado para que pasara. Llevaba una bolsa de viaje de cuero y venía con la camisa abierta con un dibujo descolorido en el pecho. Ese día no se había ni peinado-  quién iba a imaginar - ni se había afeitado- tampoco imaginé que tenía barba- . Parecía que había cogido lo primero que vio el armario. Miré la bolsa de diseño. Eso le habría costado un riñón. Lo conduje hacia la cocina. Intentaba dar mis pasos elegantes, desprendiendo esa aura propia de Mello. El anterior mencionado, estaba sentado cómodamente en una silla con el pie vendado en otra. Al vernos me giñó un ojo disimuladamente- dando a entender que daba el pego- para mi tranquilidad. Su mirada se desvió hacia Cas, cuyo nerviosismo creció con creces.

-          ¡Hola Cas! Vaya sorpresa verte aquí-. Ladeó la cabeza extrañado. Matt  se embobó en su adorada maquinita.

-          Hola ¿Aún te duele?-. dijo señalando con la barbilla mi dolorido pie. Mello hizo una mueca graciosa, tal como haría yo en ese momento.- Ayla, quisiera pedirte un favor-. Yo me acerqué a un armario y saqué una barra de chocolate. Tenía bastante hambre.

-          Dime, haré lo que pueda-. Sonrió para tranquilizarlo.

-          ¿Podría quedarme un tiempo en tu casa?-. Mello y yo abrimos los ojos por la sorpresa, eso explicaba lo de la bolsa.

-          ¿Qué ha pasado?-. preguntó Mello con una cara estúpida ¡Yo no hago esa cara!... creo.

-          Tuve una pequeña riña con mis padres-. “Si fuera pequeña no te habrías ido de casa…”. Dio un largo suspiro y siguió.- Les confesé una cosa, pero no me tomaron en serio-.

-          Tranquilo, para eso estamos las citas a ciegas ¿no?-. dijo Mello con una sonrisa nerviosa. Ni yo entendí el chiste. Cas se inclinó hacia Mello y apoyó la mano en el hombro.

-          Ayla, sé que te sientes atraída hacia mí. Es más no me parece extraño-. “Yo nunca dije eso”. Mello abrió la boca para contestar pero Cas se la tapó suavemente con la otra mano.- Eres una chica guapa, inteligente y simpática…-. “¿Le está rechazando? Pero si no ha dicho nada…”-. Un chico se sentiría atraído por ti fácilmente pero a mí… bueno… no eres mi tipo. Ni tú ni ninguna otra chica. Los prefiero más… musculosos-.

-          … ¿Cómo?-.

-          Que soy gay-. Me atraganté con un trozo de chocolate y empecé a toser. Matt levantó la vista de la consola y empezó a mirarme preocupado.

-          ¿No tienes a ningún familiar más?-.

-          Está mi hermano pequeño. Ahora está estudiando en Winchester. Puedo quedarme con él en su residencia. Tengo dinero para pagar el viaje pero…-.

-          ¿Pero qué?-.

-          Mi hermano pequeño es homofóbico-.

-          Oh… ¿Y Gelo?-.

-          Vive en casa de mis padres, como yo-. Agachó la cabeza.

-          ¿Desde cuándo sabes tu orientación sexual?-. preguntó el pelirrojo. Qué rápido se une a las conversaciones.

-          Lo sospechaba desde un año. Pero no estaba seguro. Fue ayer cuando dije: ¡Soy gay!-. levantó los brazos, bastante orgulloso.

-          Oh ¿Te enamoraste?-. preguntó Mello, esforzándose por no soltar un ‘Qué cursi’.

-          Digamos que sí, fue amor a primera vista-.

-          Qué cursi-. Dije mordiendo la tabla de chocolate.

-          Mello, no seas grosero-. Me miró y volvió la vista hacia Cas.- Eres bienvenido a quedarte aquí todo lo que necesites-.

-          ¡Muchas gracias Ayla! Como diría mi hermano pequeño, eres toda una dama…-. Le estrechó la mano con entusiasmo. Mello dibujó una sonrisa ladina. Matt alzó una ceja.

-          ¡Matt! Vámonos de aquí-. Le cogí del brazo para sacarlo de allí, antes de que Mello la volviera a cagar.

-          Mello son las doce y media-.

-          ¿Y?-. farfullé.

-          Se acabó el plazo de la apuesta… Ayla ha ganado-. Sonrió con un poco de lástima. Maldije por lo bajo. Lo había olvidado. Ahora, yo estaría a merced de Mello ¿Qué pensaba hacerme?-. Ayla ¿Qué tienes preparado a Mello?-.  

-          De momento… quiero que cocines todos los días-. Pudimos notarle un tic en el ojo. Pobre Mello. Estaba haciendo todo lo posible por contener su rabia. Qué mal perdedor era. Al menos no me había mandado algo tan malo, aunque ahora que caía, yo no sabía cocinar… ¡¿Y ahora qué!?

-          Matt, ve a presentarle a los demás a Cas. Ayla se queda conmigo-. Intenté parecer molesto pero Matt ya sospechaba que pasaba algo raro. Aún así le hizo una seña a Cas para que le siguiera. En cuanto salieron cerré la puerta. Mello y yo cruzamos miradas y suspiró pesadamente.

-          De acuerdo… pásame ese bol y saca de la nevera huevos-.

 

 

-          Te felicito Mello. Esta comida está exquisita-. Cas se había afeitado y volvía a ser el niño mimado de antes.

-          Está algo frío, Mello-. Dijo el albino haciendo que Mello cerrara los ojos fuertemente.

-          Gracias Cas y tú enano… come y calla. Me deberías dar las gracias por no haberte envenenado la comida-. Dije. Mello me miró como si dijera ‘Gracias por desahogarte por mí’. Yo hacía un gran esfuerzo por no gritar de alegría. Al fin, después de más de dos semanas alimentándonos a base de comida precocinada y cupones, comía comida de verdad. Me sentía rozar el cielo. 

-          ¿Queda más pastel Mello?-.

-          Creo que sí L. Iré a por otro trozo-.

-          Tráeme a mí otro trozo de la de mermelada-. Dijo Beyond.

Me levanté y fui hasta la cocina. Abrí la nevera, encontrando las dos bandejas de pasteles. Las saqué y las dejé sobre la encimera. Abrí los cajones buscando algo con qué cortarlo. Escuché unos pasos detrás de mí. Me sentía como un sádico escogiendo un instrumento de tortura. En esos cajones había cosas tan raras que no sabía para que servían. Me decanté por un cuchillo normal. Al darme la vuelta, era Matt el que estaba apoyado en la encimera. Me miraba fijamente a través de sus gafas. Una sonrisa adornaba su cara. Eso fue lo que me alertó. Esa sonrisa no se hacía cualquiera.

-          Mello ¿Puedo hablar contigo?-. dijo.

-          Espera, voy a llevarle esto a L y a Beyond-. Afortunadamente, corté los dos trozos sin crear un desastre. Solté los platos en la mesa y fui a la entrada, donde me esperaba Matt. Mello miró por encima del hombro lo que hacía. Hizo un intento de alzar la ceja, en mi cuerpo era difícil hacerlo.

 

 

-          ¿A dónde me llevas?-. lo seguía a través de las calles, por supuesto sabía dónde estábamos. Matt parecía ir sin rumbo. Vi como le temblaban las manos, además se retorcía los dedos ¿Por qué estaría tan nervioso? Desde que lo conozco siempre ha sido muy despreocupado y despistado.

-          No lo sé-. Su voz enronqueció.

-          Pues dime de qué querías hablarme-. Paró en seco. Se revolvió el pelo y se giró. Se acercó hasta quedarse a sólo un paso de invadir el espacio personal del cuerpo de Mello.

-          Lo que quería decirte es…-. Tragó saliva sonoramente y se quitó las gafas. Sus ojos brillaban fuertemente. Esto estaba marchando mal…- Somos amigos desde hace mucho tiempo. Incluso después de que te marcharas de la Wammy’s House, me ayudaste desde la distancia. Cuando me fugué y empecé a hacer de las mías. No soy imbécil Mello. Que un viejo con un tatuaje de la mafia me ayudara, no es casualidad. Gracias a él te pude encontrar. Creo que fue el día más triste y a la vez el más feliz de mi vida. Cuando vi aquel edificio explotar… todas esas llamas… corrí tanto, que hasta me dolía el aliento. Busqué entre todos los cuerpos, debajo de los escombros… hasta que te encontré. Mi alivio había sido… no puedo describirlo con palabras. Estabas vivo. Respirabas a trompicones, tenías media cara quemada… pero estabas vivo. Eso es lo que más me importaba en ese momento. Cuando abriste tus ojos… nunca los vi más bonitos en ese momento. Igual que el mar ¿Te acuerdas de aquel día en Wammy’s House? Discutíamos por qué era mejor, el mar o la montaña. Me preguntaste por qué me gustaba tanto el mar. No te respondí. La razón por la que me gusta el mar, es porque son como tus ojos. El mar me recuerda a ti. Mello, te amo-.

Te amo. Qué frase tan hermosa. Sobre todo cuando se escucha con esa convicción, con ese tono de voz. El acto más valiente. Hay que ser temerario para hacer una confesión de amor. Olvidar los porqués y los qué dirá. Una jugada arriesgada que puede llevarte a la más absoluta felicidad o a la más profunda decepción.

Esa confesión no era para mí. Esa confesión era para Mello. Tenía que decirle la verdad.

-          Mello… no me hagas caso…-. Dijo con un hilo de voz. Se dio media vuelta y echó a andar rápido.

-          Eh… ¡Matt! ¡Espera! ¡Matt! ¡Tengo que decirte que…! -. Corría tras él. Se giró y me miró con los ojos llenos de esperanza-. Matt… yo… yo no soy Mello. Soy Ayla-. Abrió los ojos y frunció el ceño. Me dio la espalda y volvió andar aún más rápido. No me creía. Me situé enfrente de él y lo cogí por los hombros-. Matt, no te estoy mintiendo. Soy Ayla. El otro dueño de la libreta nos intercambió los cuerpos ¡No te miento! ¿No nos notaste raros? Matt, mira aquí la carta que recibimos-. Saqué la carta y se la tendí. La cogió y al terminar de leerla empezó a reír.- ¿De qué ríes?-.

-          Río por no llorar, querida Ayla. Por fin que había confesado mis sentimientos, resulta que este gilipollas os intercambia los cuerpos. Tengo más mala suerte. El destino me odia-. Dijo a carcajadas.

-          Al menos, sabes que eres capaz… La próxima vez que lo veas se lo dices.  No vayas a decir a los demás  que Mello y yo… -. Dije con una sonrisa.

-          Lo sé, si no, el orgullo de Mello moriría ¿Cuánto tiempo tendréis que estar así?-.

-          ¿Qué hora es?-.

-          Son las ocho de la tarde…-.

-          Estate alerta, ya mismo volverem…-.

No terminé la frase. Abrí los ojos. Frente a mí estaba Beyond. Entre nosotros se interponía un tablero de ajedrez. Yo no sabía jugar al ajedrez…

-          Ayla ¿No sabes que pieza mover?-. sacudí la cabeza.- Te explico otra vez el juego-. Colocó las piezas en su sitio correspondiente y empezó a explicarme el juego.

Cas estaba viendo un partido de tenis. L estaba leyendo unos papeles. Near jugaba con un avión, haciendo unos pitidos con la boca. Miré el pie vendado, que estaba apoyado sobre una butaca. Volvía a ser yo.

 

 

Notas finales:

Mm... ¿Se declarará Matt a Mello? ¿Qué responderá Mello? ¿Quién es el amor de Cas? ¿Por qué 'eltíogilipollas' es tan gilipollas? ¿Cuál es la identidad de este error de la naturaleza? En los próximos capítulos se averigurá.

¡Muchas gracias por leer! Si te ha gustado el capítulo, porfis déjame un review :3 Si no te ha gustado, igualmente déjame un review! Estoy abierta a críticas. Siempre vienen bien para mejorar :D

Por último, quiero avisar que estoy llevando un plan para dominar Wattpad (>o<)/ *risa malvada* Publiqué esta historia allí, si tienes wattpad... pásate por ahí también!! Cuántas más leídos tenga más gente se interesará y el plan irá perfecto jejejeje No importa hacerte a tí mismo spam ¿No? O.o Bueno, si te interesa, ya sabes... ;) El nombre de usuario es el mismo que el de aquí. Eso no significa que aquí no siga con el Fanfic XD 

¡¡Muchas gracias por leer!! <3


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