Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Qué pasa conmigo?. por PinketDiana

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

¿Qué pasa conmigo?

 

 

Rubén.

 

 

 

De nuevo, sonó mi teléfono. Hice lo mismo: Lo cogí y colgué. Sabía quién era, pero no me sentía de ánimos como para hablar con él.

 

Hacía días que no me conectaba para hablar con Mangel, me sentía tan asustado y confundido que lo úni8co que se me había ocurrido fue encerrarme en mi habitación sin ninguna intención de comunicarme con el exterior.

 

Me sentía tan extraño, como si algo dentro de mi hubiese cambiado de una forma... inimaginable. Y todo desde que una noche fuí a una fiesta, y no sentí ganas algunas de estar con una tía -aunque estaba bastante bien- que llevaba bastante rato intentando llamar mi atención, y lo peor, es que no podía dejar de pensar en Mangel.

 

Mangel, Mangel y Mangel.”

 

¡Y ni tan siquiera lo conocía realmente!. Solo llevabamos muchos años hablando a través de una diminuta pantalla, o como mucho, desde el teléfono -el cuál tenía mil llamadas y cientos de mensajes suyos-. ¿Qué pasaba conmigo?. Había algo mal en mi, lo sabía, pero me daba terror descubrir que era.

 

De nuevo sonó mi teléfono, pero volví a colgar.

 

¿Qué me pasaba?. Había pensado muchas veces, en contárselo a mi madre, o buscar ayuda en el padrino, pero al seguno había descartado esa ideal, por absurda. ¿Qué dirían ellos si les cuento lo que me pasa?. Si les digo que no puedo dejar de pensar en Mangel día y noche, y que cuando tengo a alguna persona delante de mi, deseo que sea él. ¿Qué pensarían de mi?.

 

Mi miedo -al igual que mi agitación- aumentaba con cada pensamiento.

 

 

Todo va a ir bien, esto es normal.”- Me consolaba a mi mismo, aunque sabía que era mentira.

 

 

¿Me podría gustar mi mejor amigo?. ¡No!. No, no y no. Además, jamás lo había visto. ¿Cómo me iba a gustar él?. Y un aspecto a destacar, bastante importante, es que era chico. ¡Al igual que yo!. ¿Cómo me iba a gustar mi mejor amigo, que es chico?.

 

-¡No!- Grité presa del pánico, y es que aunuqe me jodiese bastante, esa era la única respuesta clara que podía aclarar todas esas cosas raras que sucedían conmigo desde hace más o menos una semana. También había ayudado el hecho de que me enfadé sin razón alguna -o eso pensaba yo- cuando Mangel me dijo que iba a conocer a una tía que le había presentado su prima. ¿Eran celos?. Eso era algo que no entendía. ¿Sentía celos?. ¿De quién?.

 

Recuerdo que en ese momento pensé algo bastante idiota: “¿Por qué tu prima te tiene que presentar a alguien, si me tienes a mi?”.

 

A partir de ese momento, todo se derrumbó, al igual que mi seguridad.

 

 

Me tumbé en la cama, ya que me dolía la espalda de pasar todo el día sentado en aquella incómoda silla de escritorio. Me revolví el pelo, sin saber que hacer.Y si por algún y remoto caso, me gustase Mangel, ¿sería tan malo?. ¿Estaría tan mal que me gustase la persona que me hace feliz?.

 

Eso ha sonado muy cursi y gay.”- Me retuve a mi mismo de seguir pensando.

 

Cuando estuve a punto de bajar a la cocina porque me estaba muriendo de hambre -llevaba tres días sin comer- apareció mi madre por la puerta, y como si pudiese leerme la mente, traía en las manos una bandeja con la comida que al parecer había preparado para comer. ¿Hoy me dejaba comer en mi habitación?. Wow.

 

-¿Quién eres tú y que has hecho con mi madre?- Pregunté mientras me levantaba para coger la bandeja entre mis manos. Si, tenía mucha hambre. Este tema de mis tan confusos sentimientos me había impedido comer, ya que un nudo se había alojado en mi interior.

 

Puto Mangel, todo es tu culpa”- Pensé mientras empeza a comer, bueno... .a devorar la comida.

 

-Eso mismo te podría decir yo a ti. ¿Quién eres tú y que haz hecho con mi hijo el revoltoso?- Me preguntó acariciándome el pelo. Vale, ella estaba preocupada por mi, y no pude evitar sentirme mal. Quiero contárselo, porque ella siempre me ha ayudado en todo lo que ha podido -y eso ha sido mucho- pero tengo tanto miedo a lo que pueda pensar de mi. ¿Y si me juzga?. ¿Y si me dice algo que no quiera oir?. ¿Y si...?

 

-¿Qué te pasa, cariño?- Volvió a insistir, pero esta vez más tiernamente.- Sabes que soy tu madre, pero también tu amiga. Puedo ayudarte, si así lo quieres- Joder, ¿qué debo hacer?.

 

-Mama, yo...- Dejé la bandeja a mi lado con bastante cuidado para que nada se derramase, y me tapé el rostro, abrumado por el cúmulo de emociones -entre las cuales destacaban miedo, impotencia, confucción y otras muchas- que había en mi interior.- Yo...- Realmente las palabras no querían salir de mi.

 

-Cariño, soy tu madre. Solo dilo- ¿Y si no le gusta lo que le digo?. ¿Y si se siente decepcionada de mi?. ¡Ni yo mismo se que siento!.

 

Mi abrumamiento aumentaba sin cesar, aunque mi madre intentaba relajarme. Lágrimas de pura impotencia y pánico corrían por mis mejillas. ¿Por qué me tenía que pasar esto a mi?. No sabía lo que sentía por Mangel, no sabía porqué pensaba en él las 24 horas del día, los 7 días de la semana. No sabía nada, y me daba miedo descubrirlo.

 

-Mama...- Intenté de nuevo. Lo sentía por ella, realmente lo hacía pero tenía que contárselo. Necesitaba buscar a alguien a quién contarle todo, y mi madre muchas veces me había demostrado que siempre podría contar con ella. ¡Además, yo tenía 17 años, estaba en la edad de donde todo me confunde!.- Me siento... raro, extraño, confundido...- Escondí mi cara en el cuello de mi madre, quién me acariciaba el cabello en forma de apoyo, ya que las lágrimas no paraban.

 

-¿Con respecto a que, cariño?- Aquí vamos... yo... solo espero que ella no me juzgue y que si lo hace, que todo eso no sea demasiado duro.

 

-Con respecto a mis sentimientos por Mangel.- Solté. Las palabras salieron velozmente de mi boca, y lo dije en un susurro casi inaudible, pero por la cara de mi madre, sabía que lo había escuchado.

 

Ahora es cuando te dice que eres un mal hijo, que la decepcionaste y que no te quiere ver en su vida”-

 

-Oh, cariño, eso es... wow- Vale, no era precisamente lo que esperaba. ¿Cómo que 'wow'?.- Yo ya intuía eso, mi niño- Esta no era mi madre. Esa no era mi madre.- Se te notaba cada vez que hablabas de Miguel, la forma en la que sonreías.. pero sinceramente, no pensé que te dieses cuenta tan pronto.- Me acogió en sus brazos y casi me deja sin respiración. Realmente, esa no es mi madre.

 

Las palabras no salían de mi, ya que esa no era la reacción que yo esperaba por parte de mi madre.

 

-Pero... mama, que no lo quiero ni nada de eso, solo... me siento confundido.- Bajé mi mirada al suelo, y es que esto era bastante incóomdo.

 

-Bueno cariño, pase lo que pase, cuentas conmigo. Y recuerda, en los asuntos del corazón- Y si, esa era la típica frase que mi madre soltaba a todas horas.

 

-La cabeza no tiene lugar. Lo se.- Rodé los ojos y volví a tomar la bandeja. Hablar con mi madre, solo me había ayudado a quitarme un peso de mis hombros, pero no a aclararme. Entonces, ¿me gustaba Mangel?.

 

En ese momento me sonó de nuevo el móvil, pero esta vez había algo que me llamó la atención. El título del mensaje.

 

Adiós.

 

¿Adiós?. ¿Qué dice este gilipollas de adiós?. Sin dudar abrí el mensaje.

 

Lo siento, no se si habrás leído los otros mensajes, pero... lo siento. No se que ha pasado, pero se que es culpa mía. Siento si dije o hice algo malo. Llevo solo unos días sin hablar contigo y ya siento que me falta algo, ¿no es extraño?. Pero si así lo quieres tú, por mi está bien. Siento si te hice algo, realmente lo hago. No se si te habrás enfadado conmigo, o solo decepcionado, o ambas. Pero lo siento. Cada día me he estado conectando esperando que tu luz se encendiera y el mensaje de “RubénDoblas se ha conectado”, pero eso no pasaba. Así que bueno, para que no sea un impedimento en tu vida, me alejaré de todo. Puedes bloquearme en los foros, borrarme de tu contacto de Skype y de Messenger. Quiero que sepas que realmente lo siento.

 

 

¡Este tío era gilipollas!. Aunque, yo lo era bastante más. Él no tenía la culpa de que yo me sintiera así -bueno, en realidad si-.

 

Corrí al ordenador como alma que se lleva el diablo y me conecté a Skype.

 

RubenDoblas dice: ¿Eres tonto?. No, tú no tienes la culpa de nada, gilipollas. Solo soy yo y mis putos días. Últimamente no andaba bien, y no quería pagarlo contigo. Deja de decir que es tú culpa y de decir 'lo siento'. Y ni se te ocurra decirme adiós. Nunca. Deja de ser tan gilipollas, porque me acabo de llevar el mayor puto susto de mi vida. ¿Vale?.

 

Aun dudando, lo mandé. ¿No había nada raro en el mensaje, verdad?. Y es que aun no sabía que sentía por Mangel, pero sabía que no quería perderlo. Eso sería demasiado para mi. Me he acostumbrado a levantarme hablando con él, a acostarme de la misma manera. A contar con él para todo, a que me saque sonrisas en los peores días. En hablar de gilipolleces que solo ambos entendemos y...

 

Con cada imagen que había cruzado mi cabeza en forma de flashes, la realidad me golpeaba la cara. A mi no me gustaba Mangel, yo quería a Mangel. Quería ese gilipollas.

 

No sabía si estar triste o feliz. No sabía si tener miedo. No sabía si debía decirselo o callarmelo hasta que ya no aguantase más y explotase un día. No, yo no sabía nada.

 

El sonido de un nuevo mensaje sonó en Skype.

 

MangelRogel dice: ¿Susto tú, imbécil?. ¡Susto yo!. ¿Sabes lo mal que lo he pasado estos días?. ¡Ahora que por fin iba a poder verte...!

 

Eso me dejó de piedra. ¿Cómo que ahora podía verme?. ¿No nos veíamos cada día a través de la pantalla?.

 

 

RubenDoblas dice: Yo también lo he pasado muy mal. ¿Cómo que ahora ibas a verme?. ¡Si nos vemos cada día, retrasado!.

 

Me senté nervioso en aquella incómoda silla de escritorio mientras esperaba su respuesta.

 

MangelRogel dice: Mi padre tiene que ir a Madrid a solucionar unas cosas, me ha dejado ir... ¡¡Voy a verte!!.

 

Vale, creo que en ese momento, me había muerto. ¿Iba a ver a Mangel?. ¿Frente a frente?. ¿Cara a cara?. ¡¡Oh, vale, si he muerto!!.

 

MangelRogel dice: ¿Estás bien?. Siento no haber podido avisarte antes, quería que fuese una sorpresa, pero si no quieres...

 

RubenDoblas dice: ¡¡No!!. Si quiero, solo que ahora... creo que no se ni quién soy. ¡Voy a ver a mi mejor amigo!. Dios...

 

Y así siguió la tarde, como cualquier otra. No fue hasta que nos despedimos de madrugada que me di cuenta de todo lo que eso podía suponer. Iba a ver a mi mejor amigo, pero... ¿Cómo iba a actuar delante de él sin delatar mis sentimientos?.

 

 

Aunque una cosa tenía clara. Quería a Mangel, y eso ya no lo podía poner en duda. Pero... eso se quedaría dentro de mi, hasta que ya no pudiese más. No iba a perder a Mangel. No. Eso nunca. Me guardaría estos extraños sentimientos y lo conservaría de amigo. Prefiero ser su amigo, que perderlo.

 

No te perderé, Mangel. No a ti”.

 

Y con ese pensamiento, me tiré a los brazos de Morfeo.

 

 

 

 

Notas finales:

Espero que les guste :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).