El único al que amo
II
Primer amor
Un hombre peliverde de ojos azules y con vestiduras militares semejantes a las de Wolfram se acercaba a la pareja real con paso decidido. Ignorando a un Yuuri arrodillado, tomó a Wolf de un brazo y lo jaló hacia él para abrazarlo ante la atónita mirada del Maoh.
--Dime, ¿Consideraste mi oferta? –dice el desconocido acercándose peligrosamente al rubio.
Ante el ”peligro” que corría Wolf, Yuuri se levantó dispuesto a alejar a aquel peliverde de su… ¿Prometido? ¡Ni siquiera recibió respuesta! Técnicamente ya eran prometidos pero ahora él le había propuesto matrimonio abiertamente, ¡A su manera! A la tradición de la tierra, bueno no tradición o, eso qué importa, no dejaría que nadie se acercara a Wolf.
--¡Suéltame William! –en un movimiento firme el hermoso rubio se soltó del sorpresivo abrazo. –No te tomes derechos que no te corresponden.
--¡Oh! Wolfram, esos derechos tú me los diste hace tiempo, ¿O es que acaso lo has olvidado? –decía el peliverde mientras sujetaba las manos del rubio para impedir que se alejara.
--¡Basta William! –se soltó ya enfadado –Eso terminó tan pronto como empezó. Aléjate y olvídalo.
--Pero Wolfram ¿Qué hay de tu declaración?... Aún la recuerdo como si hubiera sido ayer.
*****FB*****
Junto a una fuente ovalada con una copa en el centro derramando agua cristalina se encontraban un par de niños. Un pequeño rubio de ojos esmeralda y piel albar se miraba en el reflejo del agua estancada, observaba detenidamente su aspecto infantil. El otro niño más alto y maduro que el rubio al ver lo entretenido que estaba su compañero se agacho para ver su reflejo también: pelo verde como lo profundo del bosque, ojos azules como la noche con luna llena, piel lechosa y mirada profunda…
--Will, ¿Yo te agrado? –se escuchó la pregunta al aire hecha por la voz más dulce que se haya escuchado en el consentido rubio.
--Por supuesto, Sir Von Bielefeld. –contestó el peliverde algo sorprendido.
--Mientes. A nadie le agrado en verdad. –la seriedad del pequeño rubio no era común en niños de su edad. –Es por esa razón que me han enviado con mi tío Waltorana, no me quieren cerca. –dijo con tristeza.
--¿Se refiere a su madre, su padre y sus hermanos, sir? –inquirió el mayor.
--… Y, alguien más… aunque esté más cerca parece muy lejano… –el rubito se volvió hacia su acompañante y lo miró directo a los ojos –Will, me gustas.
--… Sir… –el impacto de las palabras que acababa de escuchar sumado a la mirada verdemar llena de ilusión le dejaron sin palabras.
--Sé que soy un niño y que no tomarás en serio mis palabras, por lo que he decidido que tú me entrenarás, quiero ser un buen dirigente de las tropas Bielefeld cuando llegue el momento. Además, así podré estar contigo –un ligero rubor se presentó en las mejillas del rubito –hasta que decidas creer en mis palabras.
--…Sir…
--No es un capricho Will, me gusta el color de tus ojos, el color de tu pelo, me gusta sentirme a salvo cuando estoy contigo. Eso que provocas cuando caminas entre los soldados también me gusta. –repentinamente el rubor se esfumó y se cruzó de brazos –Así que mientras sea lo suficiente mente mayor para ti, me gustaría que me entrenes… quiero ser fuerte igual que tú… y, cuando llegue el día, estar a tu lado como tu igual y no como un debilucho.
*****Fin FB*****
--Lo recuerdo, –dijo el rubio decidido –ese día también pedí que me entrenaras.
--Mi querido Wolfram, es hora, hoy he decidido que aceptaré tus sentimientos porque también me gustas.
--¡Ya basta! Me cansé que me ignoren, –dijo Yuuri colocándose entre SU Wolf y el peliverde inoportuno –¿Quién eres tú?
--Querido Wolfram, me temo que tu sirviente se toma demasiadas libertades. –decía el peliverde al momento que le mandaba una mirada de superioridad al pelinegro.
--¡¿Qué?! –gritó Yuuri de tal manera que Conrad apreció de la nada para defender al Maoh.
--¡Heika! –decía mientras se acercaba.
--Él no es un sirviente –dijo Wolf haciendo a un lado al pelinegro –él es el Maoh, ¿Acaso no tienes ojos para ver el color de su pelo de sus ojos y de su vestimenta?
--¿El Maoh? –dijo incrédulo el peliverde –Mi querido Wolfram, tu belleza eclipsa a cualquiera que esté a tu alrededor. –hizo una reverencia un tanto forzada –Mis disculpas Heika. Es solo que no creí que el Maoh tendría el aspecto de un debilucho.
--¡No soy un…! –intentó decir su típica frase el Maoh pero fue interrumpido.
--¡Él no es un debilucho! Él es el Maoh y le debes respeto y lealtad como soldado de las tropas Bielefeld que eres.
--Me disculpo nuevamente Heika, mi nombre es William Sinclaire, general de las tropas Bielefeld y estoy de paso, sólo necesito unas palabras con mi querido Wolfram…
--¡Deja de llamarme así! –la fuerza de sus palabras y la convicción en su mirada sorprendieron al peliverde y dieron un poco de alivio al pelinegro a su lado.
--Ciertamente, mi que… Wolfram, creo conveniente que aceptes lo que te he expresado en mis cartas, primero que aceptes mi petición de matrimonio y segundo, que regreses a las tierras Bielefed conmigo.
La impresión en Conrad y el Maoh eran casi palpables. ¿Una propuesta de matrimonio? ¿Wolfram? Pero si él estaba legalmente comprometido con Yuuri, ¡Desde el primer día en que se conocieron! Han estado comprometidos por tres años, además tenían una hija ¡Los dos! Y Yuuri… acababa de aceptar sus sentimientos por Wolf y así se los expresó, ¡Le había propuesto matrimonio, otra vez!... Sin presiones, y… y aún esperaba una respuesta. ¿Quién se creía el sujeto peliverde para llegar e interrumpir algo tan importante? ¿Con qué atrevimiento dice que gusta de Wolfram en su presencia? ¿Quién se creía para llegar como si nada a decir que se casaría con Wolfram?
--¿Cómo dices? –dijo sin aliento Conrad ante la nula reacción de su hermanito y de su ahijado.
--Como ya escuchó Sir Weller, he venido a pedir la mano de Sir Wolfram Von Bielefeld, después de todo es normal que Wolfram contraiga nupcias con su primer y único amor… que soy yo.
>>Continuará...