Me acerco a la barra del bar que ya estaba acostumbrado a visitar... al principio por algo más, pero ya con el tiempo, solo iba por placer. Me di cuenta que las historias de los cuentos, solo eran mera ilusión para gente ilusa, y yo fui una de esas. Me siento y noto que alguien posa su mirada en mi.
- Hola – se acerca - ¿Qué tal?
- mmm... hola – le miró con una mirada de deseo, solo quería tiramelo. No me gusta perder el tiempo en buscar a alguien, quien se atravieza me lo agarro – Bien, supongo ¿y tú?
- Bien, aquí viendo a alguien que me agradaria llevarme a la cama – me dijo directamente con una sonrisa mezclada con lujuria – claro, si no quieres no hay problema
- No hablo y tu respondiendo por mi – río levemente – no he dicho que no, así que dedúcelo.
- Bueno si es lo que deseas no te haré esperar – me tomó de la mano y salimos del bar - ¿Donde te apetece ir?
- mmm... me da exactamente lo mismo – le digo mirando las tiendas que a esa hora estaban cerradas
- Si es así, sube – me lanza un casco, me lo coloco y subo a la moto – afirmate bien – me afirmo de las barandas de la moto – así no – toma mis brazos y los cruza a través de su cintura – eso es mucho mejor.
- ¿Será muy lejos? - le digo mientras el arranca. No es la primera persona que hace eso para obtener algo de mi parte, me conozco su actuar a tal punto que escribiré un libro -
- No, es a las afueras de la ciudad – dice acelerando aún más -
Cuando llegamos, el pago y me llevó a la habitación, me quedé mirándola fijamente durante un rato para luego posar mi vista en ese chico de pelo castaño claro y unos lindo ojos verde, admito que es muy guapo, pero se que terminare solo de nuevo como siempre, así que ya no me ilusiono con nada.
Le sonrío y me acerco a el, cuando llego me acerco levemente a sus labio y lo besó tratando de aparentar algún sentimiento.
Cuando todo acabó, tuve la sensación de haber estado con el ante, y yo no soy persona de repetirse el plato, así que algo había pasado. Pero no podría preguntarle ya que se quedó dormido y yo ya no aguantaba el sueño...
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Empiezo a abrir los ojos, veo a mi alrededor y recuerdo que estoy en un motel como siempre, solo. Me levanto, tomo mi ropa que estaba tirada por todo el suelo y saco mi teléfono en una de esas prendas.
- Rayos – exclamé. Me dirijo al baño para poder limpiarme, pero el hecho de recordar que tuve algo con ese tipo y no recordar, no me dejaba en paz.
Termino de alistarme y salgo del Motel para poder dirigirme a mi casa, para así alistar mis cosas para clases, aunque sabía que me reprenderían por llegar tarde otra vez.
Al llegar, habló con los inspectores y les pido un pase para entrar a clases, ellos me lo dan de mala gana. Corro por los pasillos, me detengo frente a el salón de clases, respiro y entró.
-Bien, a roto su record – dice sarcástico el profesor – llego 3 horas tarde.
- Lo siento – empiezo a caminar a mi asiento sin mirar al profesor – pero yo..... - no pude terminar de hablar cuando veo a ese chico castaño otra vez - ¿¡Qué haces aquí!? - le pregunto desconcertado.
-¿No tengo derecho a estudiar? - me dice irónicamente
- Señorito, deje de hacer el ridículo y siente por favor – dice enojado el profesor -
- Bueno... - me siento de mala gana a su lado y al ver que el chico a mi lado quería hablar – No digas nada – digo en forma de sentencia.
Las clases nunca fueron mi fuerte, pero hoy aprendi muchas cosas.... como los nombres de los profesores. Con tal de no prestarle atención al chico que estaba a mi lado, era capaz de estudiar. Fue raro, pero me gusto,debería tomarle atención más seguido a las clases.
Al fin de la jornada escolar, trato de salir sigilosamente para que ese niño no me moleste (aprovechando de que estaban todos tratando de conversarle) Camino unas 3 cuadras mirando a cada instante hacia atrás para ver si venía pero no. Fue lo mejor que me pude haber pasado, hasta que....
- No creas que te escaparas tan fácil Adrián – me congelo al saber que conoce mi nombre.
- ¿Có... cómo sabes mi nombre ? - le digo mientras me giro lentamente a verle.
- ¿¡No me reconoces!? - dice alarmado cambiando de sonrisa tristeza.
- Lo siento... hay un periodo de tiempo que mi mente no recuerda nada... tal vez por eso te sentía tan familiar – lo miro y veo algo de tristeza en su cara.
- Parece que no me mentiste cuando dijiste aquello – sonríe amargamente, se acerca lentamente a mi y me abraza – Lo siento – se escucha sollozos en mi oído y lo único que pude hacer fue devolverle el abrazo
- Ven vamos a mi casa – me mira sorprendido y yo le sonrío.
Caminamos en total silencio, de vez en cuando lo miraba furtivamente pero el solo miraba el piso. Algo me dolía al verlo en ese estado. Pero debía sabe que rayos paso entre nosotros. De seguro sera una mala broma pero en fin, tendré que andar con cuidado ya que un paso en falso y no sabré si pueda contarlo.
- Llegamos – abro la puerta y le señalo que pase – si quieres puedes sentarte – le señalo los sofás.
- Gracias – me dice sin despegar su mirada del suelo.
- ¿Quieres algo? - trato de hablar para no llegar al incómodo silencio
- Un vaso con agua si no es mucha molestia – me dirijo a la cocina, sirvo 2 vasos con agua y le entrego uno al chico.
- ¿Cómo te llamas? - le digo después de entregarle el vaso – Al parecer tu me conoces, pero yo no te recuerdo.
- Alexander, aunque tu me decias Ale – se rie ligeramente- y luego te burlabas por un buen rato – hay algo que todavía no me da la certeza de que sea verdad, pero le miro indiferente.
- Y... ¿Qué tanto sabes de mi? - le miro curioso y él me sonríe -
- Bastante – se acerca a mi – Como por ejemplo que le tienes pánico a los temblores y los insectos, tu sueño es viajar a los polos de la tierra...
- Pero eso no dice nada, cualquier persona podría decirlo – le miro con seriedad – bueno, talvez no todas, pero si supuestamente eres alguien muy importante para mi deberias saber algo más profundo.
-Si quieres saber todo, bueno – me mira con una sonrisa desafiante – te gustan los chicos seguros de sí mismo, ya que tienen la confianza que a ti te falta. Cuando te volví a ver en el bar, no te molesto el hecho de invitarte directamente a la cama, porque te gustan ese tipo de proposiciones. El beso del motel fue vacío, no quisiste dar más sentimientos. Ahora me miras con esa indiferencia característica de ti, porque crees que te estoy mintiendo -hace una pausa y se acerca más a mi – tienes cosquillas por todos lado y si hago esto – recorre lentamente su índice detras de mi oreja haciendo erizarme completamente – te erizas y si ….
- Vale – le miro sorprendido y él me sonríe con satisfacción - ¿entonces que paso? - a lo que hace un notorio suspiro.
- Llevábamos 2 años saliendo, y los dos eramos inseparables – me toma las manos – pero por un problema, me tuve que ir a otro país y con eso tomé la peor elección de mi vida – me mira fijamente – tu me dijiste “ cuando la gente sufre vivencias muy fuertes, su mente tiende a bloquear el pasado” “si me dejas no lo contaré de nuevo, no quiero volver a ese maldito hoyo”
- No tiene sentido – le digo safándome de sus manos – Si, es cierto que la gente se bloquea, pero yo no tengo ningún recuerdo malo de infancia.
- Yo tambien pense lo mismo cuando lo dijiste – respira hondo – pero cuando estaba lejos, me explicaron bien las palabras que me dijiste. Además el cerebro suele reemplazarlas con recuerdos bonitos, muy contrario al trauma pasado. Todo es normal, solo que los recuerdos no están.
- Bueno eso te lo creo – le digo aún escéptico.
- Definitvamente no se que hacer – me mira algo enojado – te conozco totalmente, pero tu no eres capaz de darte cuenta y tampoco quieres que me acerque a tí.
- Conocer varios aspectos de mi vida, es muy conmovedor – pausa – ¿pero qué quieres que haga?, ¿que me arrodille a tu pies y diga que te amo solo por que me conoces?
- No digo que....
- ¿¡Quieres que se haga borrón y cuenta nueva, que mande a la mierda todas esas veces que estuve solo llorando por compañía, todas esas veces que espere que alguien me correspondiera, que mande a la mierda todas esas veces que espere a alguien en la puta cama del motel?! – lagrimas salen y recorren mis mejillas - No es fácil borrar, como así recuperar – se me empieza a quebrar la voz – Yo solo quiero vivir esta puta vida y luego morir...
- Pe... pe..
- Las ilusiones murieron hace mucho, estar 5 años sólo no es nada bonito – las lágrimas brotan más veloces – Eres lo que siempre busque y ya se porque estaba enamorado de ti, pero ahora eso qué más da, son TUS recuerdos, no mios -agacho la cabeza.
- Gracias, por tus sinceras palabras – al escuchar su voz lo miro y una sonrisa llena de tristeza y lágrimas recorriendo por su rostro – tienes razón, no es fácil olvidar, ni tampoco sobrellevar – respira hondamente – si quieres dejar todo aquí, hazlo.
- no... no... se – digo con miedo – no se.
- Volvimos donde mismo, nada – dice con enojo en su voz, mientras yo miro el suelo – me gritas todo para hacerme daño, pero no me quieres alejar – respira y suspira – Decídete
- …. - no me muevo.
- Lo tomare como que no quieres seguir, así que – me revuelve el pelo- adios
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Me dirijo a la puerta cuando escucho algo golpeandose en el piso, giro rapidamente y veo a Adrián tirando en el piso sangrando. Tomo mi móvil y marco el número de la ambulancia, esta llega en unos 10 minutos mientras yo trato de contener la hemorragia de su craneo, aunque poco y nada pude hacer. Lo subieron y me permitieron ir con el.
Al llegar, los paramédicos lo bajan con suma urgencia y lo internan en el pabellón. Lo único que podía hacer, era lamentarme todo lo que habia hecho y las malas decisiones tomadas, “todo sucede por algo” aun me rondan en la cabeza esas palabras que algún día me dijo. Habian pasado sus 45 min. Esperando hasta que alguien salio.
- ¿Quién acompaña a el joven que entro? - dice un paramédico.
- Yo – me acerco rapidamente - ¿qué pasó? - le digo impaciente.
- Solo fue una contución, tenemos que hacerle unos examenes para descartar daño y si esta bien, en unas horas podra irse – me dice sonriente, a lo cual me alivio un poco – en pocos minutos lo pasaremos a la unidad de monítoreo y ahí podra verlo.
- Muchas gracias – le digo sin pensar en mis palabras.
- De nada, para eso estamos – se aleja entrando a la sala de urgencias nuevamente.
Pasado unos 15 min veo que gente empieza a salir del la sala, así pronto lo sacaria de ahí. Solo queria estar a su lado y saber que rayos pasó. Cuando veo que sale la camilla donde esta Adrián, me acerco rapidametne y los acompaño al elevador, cuando llegamos a la habitación todos se fuerón de la habitación dejandome solo con el chico del que estaba perdidamente enamorado, pese a todo lo que había sucedido.
- Lo siento – le tomo las manos y siento que empieza a moverse en la cama - ¿Adrián? - le pregunto preocupado.
- ¿Sí? - se sienta y me mira como si nada ubiese pasado - ¿Por qué tomas mis manos? - pregunta inocentemente.
- Por que estaba preocupado por ti – le digo mirandole fijamente y veo en sus ojos confusión - ¿No me recuerdas? ¿Verdad?.
- Siento decirte que no – al decir eso, otravez mi corazón se partia en mil pedazos y empiezo a llorar – No llores, ven – se acerca a mi y me abraza – todo esta bien, si quieres que recuede algo – me toma la cara y me sonríe – quedate a mi lado, se que no me haras daño.
- Claro que estare a tu lado – me seco las lágrimas que cayeron y le abrazo – nunca más dejare que te pase algo, así que cuenta siempre conmigo.
- Gracias – me mira y pega su frente contra la mia.