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One More Night por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Wow por fin otro capitulo yey!

mil gracias a gemma, kaorugloomy, annie y CrYsTaL0305!! no se que haria sin sus preciados comentarios!! y gracias a todos los que me leen jamas crei posible que fueran tantas personas *W* 

weno ya sin afan de entretenerlos mas: a leer se a dicho!

No era posible, simplemente no podía ser cierto… sentía que desfallecería en cualquier instante, era más de lo que podía soportar. “soy un profesional, maldita sea, mantente inamovible, Draco” se decía mentalmente, tenía que despejar su mente y mantenerla fría para no entrar en pánico.


-Alguien tiene que hacer algo- demandó el auror pelirrojo a la muchedumbre que no sabía qué hacer, todos parecían alarmados por que era cambio de turno y aun no llegaban los medimagos de la noche; preocupados por los cinco cuerpos, estresados por los columnistas chismosos en las puertas y el salvador del mundo mágico a medio morir en el loby.


-Richardson, trae una camilla, Fairfax has algo con la muchedumbre de allá afuera, Addler busca a Zabini y dile que vaya de inmediato a P.C.Y.T.I.- comenzó a dar órdenes el rubio; al parecer Chastain estaba muy ocupado haciendo sabe Morgana que en su oficina que no se dignaba a poner en orden las cosas.


-¡Huron! ¿Qué haces aquí?- dijo Ron casi gritando y sujetando mas sobre protectoramente a su mejor amigo inconsciente.


-Quítate comadreja, que no tenemos mucho tiempo- siseó el rubio. La duda se plantó en su cerebro, no quería que alguien como Malfoy tratara a su mejor amigo, ¿Qué tal si le hacía algo malo? Tenía que buscar otro medimago, uno mejor capacitado. Quería comenzar una discusión, pero una joven de enmarañado cabello castaño entro en escena.


-Ohh no, Harry…- dijo con lágrimas en los ojos- Ronald, ¿Qué estás haciendo? ¡Lo estas sofocando!- Draco rodó los ojos, tenía tantas ganas de lanzarle un avada al pecoso por sus idioteces.


-Maldita sea Weasley, suéltalo- demando utilizando todo su autocontrol tratando de sonar neutral, pero sin éxito. El que correspondió al apellido Richardson tímidamente separó al niño que vivió del fuerte agarre de su desesperado y furibundo amigo y lo colocó en la camilla.


-Malfoy ¿podrás salvarlo?- preguntó al ojiplata con la voz quebrada y mucha esperanza en la voz.


-Por supuesto, sa… Granger… es mi trabajo- dijo antes de partir con el afectado mientras Hermione ocultaba su rostro en el hombro de su esposo muy contrariado.


Apurado llegó a terapia intensiva, el azabache temblaba y las ulceras seguían abriéndose y parecía sufrir sin un solo sonido emanando de su boca, Draco sentía el corazón encogido y que le dolía, le era imposible ver a Harry en ese estado. Zabini ya había llegado con el filtro de muertos en vida en la mano y una mirada de consternación que trató de darle ánimos al rubio. El liquido entro en su boca y su semblante se atenuó, pero algo no andaba bien…


-¿Porque demonios no funciona? Aun hay laceraciones que se abren ¡¿Por qué?!- estaba perdiendo el control y no era bueno…


-Cálmate, Draco, seguro necesita una dosis mayor, tal vez no le hizo el mismo efecto que la niña porque ella tiene doce y el tiene nuestra edad, no estamos viejos pero no es lo mismo- no quería hiperventilar, tenía que contenerse, pensar claramente. No podía darse por vencido con el héroe del mundo mágico, no quería esa carga pesando sobre sus hombros, no podía perder a Harry, a su Harry.


maldición” gritó en su mente tenía que poder hacer algo más. Algo brilló en su mente, algo que ya había escuchado antes, pero,  no podía recordar exactamente donde… tal vez funcionaría…


-Vulnerasanentum… vulnera… sanentum…-dijo en un susurro como un cantico celestial que transmitía su necesidad de sanación y le dejaba una reconfortante sensación. El haz de luz blanquecino aturdió a Zabini, jamás había visto algo así- vulnera… sanentum…- al terminar la última frase abrió los ojos y las heridas ya estaban  cerradas por completo, pero aun así conservaban la marca de donde se había unido la piel y los manchones negruzcos de la maldición oscura.


-¿Donde aprendiste eso?- preguntó Blaise con los ojos de plato aun asombrado por el acto que acababa de presenciar.


-Fue hace tiempo… mi padrino lo usó para salvarme… creí que lo había olvidado…- se sentía más tranquilo, con las heridas curadas le daba tiempo para idear una forma de expulsar la oscuridad de su cuerpo – Ve a hacer lo mismo con la niña Zabini- el moreno asintió emocionado- y… Blaise, ¿no tienes un libro de magia oscura? En mi casa no queda ninguno, mi padre los quemó a su regreso de Azkaban…- quería hacer una broma de que siempre cargaba uno por si acaso, pero no era lo más sensato ahora que su amigo estaba sensible por la presencia de su amante.


-Después de curar a la chica iré a mi  casa, seguro y mi madre tiene uno escondido…- dijo dándole un apretón de manos antes de irse.


Con una expresión dolida acarició los mechones alborotados de cabello oscuro, ¿Cómo pudo pasarle algo así? Se sentía devastado, pero sabía que sintiéndose de esa manera no podía solucionar nada.


Acarició la mejilla del moreno ahora pálida; como quería que esos ojos esmeraldas le regresaran la mirada  y que aquellos labios se curvaran en la misma sonrisa bobalicona que le dedicaba cada vez que se veían… pero sabía que por el momento tenía que guardarse las ganas y ponerse a trabajar.


Después de media hora el jefe Chastain hizo acto de presencia. “demasiado tarde” pensó iracundo el rubio, de haberse ido antes seguro y el azabache no la cuenta; en manos de ese jefe de pacotillas cualquiera estaría perdido.


El hombre preguntó acerca del estado del cuatro ojos y solo dio leves asentimientos, aunque ya estaba estable todavía no se le podía despertar.


Con el reporte Draco pidió permiso para doblar turno, excusándose que llevaría el control de los pacientes las siguientes horas, aunque claro la verdad detrás de eso es que no quería despegarse un segundo del azabache. El jefe aseguró que expertos ya trabajaban en el caso y estaban en el laboratorio haciendo pruebas para la cura;pero si aun así quería quedarse, no se lo impediría, incluso se encargaría de lo demás y prosiguió a examinar a la niña.


Los amigos de Harry cuestionaron a Draco cuando salió en dirección a su consultorio; trató de sonar lo más cordial que pudo y dijo que el joven estaba “estable” pero que aun estaba delicado. Se les concedió un par de minutos para pasar a verlo y al instante entraron con el alma en la boca y el corazón oprimido; la castaña no pudo evitar soltar el llanto cuando lo vio y el pelirrojo mostró de pronto su madurez y se mantuvo lo más sereno que pudo, tenía que ser el soporte de ambos y solo rodeó sus hombros con su brazo para que se apoyara en él.


 El ojiplata tenía que hacer pruebas en la muestra de sangre que tomó y siguió su camino. Releyó los libros que tenía amontonados en su pequeño estante, para averiguar si había en ellos algo que le sirviera. Cuando Zabini regresó el ya estaba frustrado por no encontrar nada que pudiera ayudarlo, así que se sintió aliviado y con un haz de duda al verlo con un libro en la mano.


-No fue fácil sacarle la sopa a mi madre de donde tenía escondido este vendito libro-


-La verdad ya estoy dudando si quedarme o no… Chastain dice que ya están trabajando en ello así que ya no hace fala que yo me desgaste en ello…- pudo notar la angustia y derrota en la voz de Draco y se aproximó y lo tomó por los dos hombros.


-Escúchame bien, Draqui, después de Severus Snape, eres el mejor posionista en el mundo, tú más que nadie sabe que si alguien podrá encontrar esa cura eres tú, así que deja tu negatividad y patética verborrea de lado y ponte a trabajar que me debes un favor por lo del libro- los ojos grises se iluminaron y arrebatándole el tomo del agarre, agradeció internamente por los ánimos que le daba.


-Cuando lo salve, veré que te doy en agradecimiento- dijo comenzando a hojearlo. Al parecer se tomó muy enserio la broma, pero era lógico, no estaba disponible para las cosas divertidas y asintió.


-Te traeré café y un bísquet de la cafetería, porque algo me dice que será una laaaarga noche- dijo dirigiéndose a la puerta con una sonrisa de lado.


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Pasaron cuatro días para que los resultados en sus pruebas dieran positivo, lo logró, contra toda probabilidad, como decían sus compañeros de trabajo, había resuelto el enigma y se apresuró para suministrárselo a sus pacientes aunque no era ético hacerlo porque tenía que darle tiempo para asegurarse que no hubiera efectos secundarios, pero sentía que su corazón no lo resistiría más. Blaise estuvo a su lado todo el tiempo y lo apoyó cuando estuvo a punto de flaquear.


Primero comenzaron con la niña, idea de Zabini, Draco aceptó. “tiene que funcionar” pensó al momento que le daba la poción a la pequeña castaña que estaba sumida en su placido sueño. Transcurridos cinco minutos que les parecieron siglos, el color negro comenzó a desvanecerse, hasta que ya no quedo nada más que las delgadas hebras rosadas de la cicatrización de las laceraciones. Los medimagos que habían aguantado la respiración durante todo el tiempo se sintieron como la pesada carga de la incertidumbre abandonaba sus hombros.


-¿Quieres que comience a preparar la poción Wiggenweld?- preguntó un muy animado Zabini y Draco asintió, ya solo faltaba Harry por darle la cura.


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Ya estaba arto de estar encerrado en esas cuatro paredes por esos cuatro días que habían sido un terrible tormento en la espera de lo que sucedería después. Los amigos de Potter se habían negado a abandonar ni por un segundo la sala de espera, sin embargo para su sorpresa al matriarca Weasley ni la “esposa” e hijos se había cruzado por ahí.


-Deberías de descansar, ¿te has visto en un espejo? Te vez fatal- exclamó Zabini señalando las grandes ojeras que surcaban sus ojos.


-Mira quien lo dice, Blaise- su voz teñida de ironía sacó una sonrisa al moreno.


-Enserio Draquito, yo me encargo de los toques finales, ve a tomar tu sueño de belleza o que se yo… no querrás que tu amor te vea en esas fachas- dijo lo mas jovial que pudo; el también estaba agotado.


-Si no termino esto me volveré loco…- dijo como un suspiro- estaré tranquilo hasta que despierte y ya estamos tan cerca de conseguirlo…- Esas palabras sorprendían al moreno, jamás Draco expresó tanta preocupación por otra persona que no fuera de su familia ni mucho menos con esa marcada necesidad de estar ahí en todo momento y con mucha esperanza reflejada en sus ojos.


Era una nueva faceta, pero se sentía reconfortante, su amigo por fin tenía a alguien en su corazón aunque lo desconocía o mejor dicho prefería ignorarlo o mandarlo a freír espárragos.


La poción de Wiggenweld no tomaba mucho tiempo, así que tras 4 horas Zabini ya estaba listo. Ambos cruzaron los dedos y comenzaron nuevamente con la niña. Con un reloj de arena encantado tomaron tiempo para su informe. 7 minutos y 28 segundos después, la pequeña castaña comenzó a abrir los ojos pesadamente. Desorientada, confundida y con un temor creciente por no saber donde estaba comenzó a llamar a su mamá.


Draco pidió a Blaise que buscara a la señora de la sala de espera que aseguraba ser su abuela e informara que la niña estaba fuera de peligro. Este con un saludo militar sonrió y se apresuró a obedecer.


-Todo estará bien- dijo Draco a la niña con una sonrisa reconfortante de medimago haciendo que la pequeña se calmara un poco y más con la llegada de su abuela que al momento se abalanzó a sus brazos.- Zabini, llama a Addler para que bajen a la niña a “piso” e informa a Chastain-


Inhaló profundamente solo escuchando a lo lejos un “sí, mi capitán” pero en su campo visual solo podía percibir a Harry y su acompasada respiración.


Con manos temblorosas introdujo una mínima cantidad de líquido en su boca y esperó. 5…10…15 minutos, pero aun no pasaba nada. El chiquillo de lentes llamado Agnor Addler  con sus torpes manos se hizo  cargo de la niña castaña para ponerla en su habitación individual de recuperación. 20…25 minutos…


-¡¿Por qué tarda tanto?! ¡Maldita sea!- la frustración se apoderaba de su ser y se burlaba en su cara.


-Calma, Draqui ¿si le diste suficiente? En adultos todo tarda, recuérdalo- no hayó algo más que decirle- Te dejare unos minutos a solas con él, sirve que le das unos azotes por hacerte sufrir, si quieres o... hazle una paja, seguro con eso despierta, al menos yo lo haría- Draco rodó los ojos y le dio una sonrisa cansada.


-Tan fino como siempre, gracias por los concejos Blaise- intentó sonar sarcástico, pero estaba tan cansado que su voz no salió como quería.


-Ya sabes, cuando quieras- con unas palmaditas salió de P.C.Y.T.I.


A la media hora, sentía un fuerte nudo en la garganta ¿Por qué no funcionaba? No podía decir que Blaise se equivocó al momento de la elaboración de la poción ya que la niña si despertó.


-Maldito Potter, maldito seas ¿Por qué me haces esto? Derrotaste al señor tenebroso dos veces y ahora resulta que te vas a morir por una tontería como esta, eres un idiota…despierta… hare lo que quieras… peropor favor no me dejes… estúpido Harry…- su voz se quebró y ocultó su rostro entre sus manos y sus cabellos cayeron descuidados sobre sus hombros y frente.


- ¿Enserio… ¿harías lo que quisiera… Draco?- preguntó una voz tan familiar que dolía por dentro. El rubio se giró sorprendido, sus ojos ardían y brillaban vidriosos como si de un momento a otro, traicioneras lágrimas fueran a salir. El salvador del mundo mágico despertó.


 

Notas finales:

pff creo que fue el capitulo (hasta ahora) que mas me costo escribir! pero ya esta! yey! les dije que a mi no me gusta la angustia, (y para la accion soy pesima jeje) asi queee problema principal resuelto! *W*

y por cierto la proxima semana recorrere la publicacion al viernes, esque tengo un examen del mal y tengo que estudiar como loca TOT asi que, hasta entonces!

los adoro! espero leer prontito sus comentarios ;)


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