Sentir la claridad de lleno sobre sus parpados le molestó en tal manera al obligarle a despertar. Le dolía todo su hermoso cuerpo por permanecer durante toda la noche en una misma posición y en una cama inadecuada para ello. Se sintió desubicado unos segundos pero, no puedo evitar sonreír a verla calmada respiración de su azabache bajo de él.
-Ya deja de fingir que estas dormido, idiota…- dijo risueño el rubio viendo que las gemas esmeraldas le regresaban la mirada mientras esbozaba una picara sonrisa- ¿se puede saber que hace tu mano en mi trasero?- dijo arqueando una ceja.
-Quería asegurarme que siguieran intactas y que no les afectó todo el tiempo que estuviste sentado y… que no era solo un sueño…-Draco no pudo evitar sonreír y comenzó a acariciar eso alborotados cabellos negros que tanto le gustaban hasta que una idea lo tacleó.
-¡Merlín! ¿Qué hora es?- dijo saliendo del sopor invocando un tempus “las 10:35 ¡joder!” pensó levantándose súbitamente- ¡Ya es demasiado tarde, la hora de visita comenzó hace media hora!- dijo sobándose el adolorido cuello que ya le comenzaba a dar una terrible tortícolis.
-Vamos Draco... quédate conmigo- la mirada suplicante con esos deleitantes ojos tan verdes como los jardines de Escocia, bañados con el suave rocío en la mañana lo descolocó de tal forma que tuvo que luchar con sus instintos primitivos de follarlo en su sagrado lugar de trabajo.
-No, Potter…- a Harry le molestó que volviera a utilizar su apellido pero aun así se negó a soltar su mano- tus entrometidos amigos seguro y están llamando a mi superior exigiendo verte y…- no pudo terminar de hablar porque el azabache utilizando un poco de energía (que quien sabe donde tenía guardada) y lo atrajo hasta él y comenzó a devorar su boca.
-Draco…- dijo evitando separar sus labios solo lo necesario para gemir su nombre; necesitaba sentirlo, aunque sea solo unos momentos.
Labio con labio, respiraciones entrecortadas y jadeos embriagados en pasión. Con timidez deslizó su lengua por los labios ajenos, mirando esos ojos de mercurio liquido provocándole infinitas emociones; pidió permiso que fue concedido sin chistar; sus lenguas se recibieron como viejas conocidas, estallando en anhelo al haberse reencontrado y comenzaron a saborearse mientras se enrollaban en su tango sin par.
El azabache comenzó a descender por el pálido cuello recibiendo dulces gemidos que eran como música para sus oídos, sin poder evitarlo, con la mano libre comenzó a descender peligrosamente por la espalda del peliplata hasta colarse al pantalón gris oscuro tan entallado y arrugado que no tendría piedad en arrancar.
Recobrando un poco de conciencia, le dio una fuerte mordida al la oreja del moreno que dio un gritito que reprimió.
-Aquí no, estúpido, Harry…- dijo tratando de acompasar su respiración- espera… hasta que te den de alta y entonces… podemos continuar esto…- dijo dándole un rápido beso mientras se acomodaba como pudo su maltrecha ropa y despeinado cabello, para poder salir a dar la cara a los integrantes del trió dorado.
Agradeció a todos los cielos que Blaise estaba haciendo guardia en la puerta evitando a toda costa que la comadreja y Granger entraran, aunque estos últimos ya estaban muy cabreados porque no entendían porque no podían entrar.
-Malfoy, ¿Qué se supone que está pasando? ¿Por qué no podemos ver a Harry?-
-Estaba dándole su chequeo de rutinapara comprobar que no tenga recaídas y que la poción este funcionando adecuadamente (si claro…) y parece que todo está en perfecto orden- dijo dándole su gélida mirada profesional y abrió la puerta para que pasaran a comprobar con sus propios ojos.
-¿Estabas muy… ocupado?- preguntó Zabini moviendo su mano derecha como si tuviera apresado algo firmemente y comenzó a subirla y bajarla.
-¿Ya te habías dicho que eres un cerdo?- arqueó la ceja curioso.
-Un par de veces…pero aun así sabes que me adoras y no puedes vivir sin mí- exclamó al momento que rodeaba su hombro con su brazo.
-Puedes apostarlo….
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-Harry, ¿estás bien? Estábamos preocupados que porque no nos dejaban pasar-
-Aunque te ves demasiado bien para alguien que acaba de despertar de un percance de ese tipo- dijo tan sagas la castaña cruzándose de brazos- pero aun así debes de tener cuidado con no hacer movimientos bruscos…-
-Ya lo sé Mione…- dijo cabizbajo como niño regañado.
-¿Con quién te viste a noche? Espero que no haya sido con la otra, recuerda que por lo mientras tienes esposa ya que aun no te divorcias… tienes que hablar primero con Ginny para continuar con tu vida- “¿cómo es posible que se haya dado cuenta?” se preguntó muy impresionado “claro, es Hermione, pero ¿acaso hay algo que no comprenda con sus conjeturas?”
-De que estás hablando Mione, no me vi con otra mujer-hizo como que GodricGryffindor le hablaba, pero ella le miro seriamente como diciendo “no creas que me engañas”.
-¿entonces como explicas tu oreja, Harry? Dudo mucho que te haya mordido un hinkypunk- el ojiverde en automático se llevo la mano a la oreja y recordó la mordida que Draco le había dado y se sonrojó.
-Esto no es nada Hermione, solo es algo que no estaba contemplado…- “pero como me hubiera gustado que continuara...” se dijo con aire de ensoñación haciendo que sus amigos se regresaran a ver sorprendidos.
Aunque le habían dicho que en dos días podría por fin irse, ya que su cuerpo, para sorpresa de todos se encontraba revitalizado y tan repuesto que solamente seguía ahí porque el medimag oMalfoy lo pidió alegando que tenía que recuperar energía y necesitaba mucho reposo, aunque su realidad era que aun abrigaba ciertas dudas.
No es que dudara de su habilidad con la elaboración de pociones, ya que siempre fue un excelente pocionista, pero, jamás había inventado algo de su propia cosecha y quería cerciorarse de que el azabache no tuviera problema alguno en el futuro.
Tras acomodar todas sus anotaciones archivando correctamente todo en su lugar, se estiró lo mas que pudo en su silla, la hora de visita duraría otras dos horas más y podría darse un tiempo libre.
Al parecer Blaise ya se había ido a su casa a “reposar” como le dijo antes de irse, excusándose que también tenía que reponer energías, aunque Draco lo dudaba mucho ya que se fue con su actual novia y dudaba enteramente que durmiera en toda la noche…
Decidió que lo mejor era respirar aire limpio y sentir después de esos cinco días el gélido viento contra su pálido rostro.
-Mariol, regreso en media hora- le dijo a la chica que cubría el turno de Sienna por las noches, quien nerviosa ante la imponente presencia de Malfoy asintió y se adentró a la amplia calle. Bajando los cuatro escalones de la entrada de San Mungo, sintió unos penetrantes ojos castaños sobre sí haciéndole levantar la vista al instante.
-Así que por esto es porque no pudiste venir- dijo la voz tan familiar mientras le alargaba un ejemplar del profeta que tenía como encabezado de primera plana “el salvador del mundo mágico sobrevive”
-Astoria…- fue lo único que pudo decir, seguro y le reclamaría por faltar a su acuerdo por más razón que haya tenido por faltar.
-Descuida Malfoy, vengo en son de paz- dijo encogiendo el periódico guardándolo en su amplio bolso de piel y lo regresó a ver levantando ambas manos demostrándole su inocencia -¿Tienes tiempo?- el rubio alzo una ceja sorprendo, esa escena se había convertido en algo bizarro como si hubiera viajado a una dimensión alterna, pero aun así, tenía mucha curiosidad por saber qué era eso tan importante.
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Caminaron un rato sin cruzar palabra, aunque el medimago ansiaba saber que era lo que le diría la castaña, también necesitaba saber cómo estaba su pequeño y que le había dicho (claro, era lo principal ya que esperaba que no haya envenenado su inocente mente).
Entraron silenciosamente a las tres escobas, casi no había gente, extraño por ser fin de semana, pero la mirada gris no le dio importancia a nada y guidado por Astoria, tomaron asiento en el lugar más apartado de la puerta cuidando que no hubiera nadie muy cerca, para poder tener un poco de intimidad y poder decir todo lo que quería sin ser molestada.
Pidieron dos cervezas de mantequilla y la mujer se le quedó viendo como dudando si comenzar a hablar o no, probablemente aun trataba de acomodar sus ideas en su cabeza.
-Draco… creo que estoy lista para poder charlar respecto a… lo que pasó entre nosotros…- dijo sería mostrando un poco su lado consternado y extrañamente amable, como cuando eran más jóvenes.
-¿A qué te refieres?- preguntó el rubio alzando la ceja, ¿a qué demonios, venia todo eso?. La castaña bajó la mirada, aun pensativa y suspiró.
-Cuando te conocí en Hogwarts siempre te idealicé... digo, eras el hermoso príncipe de Slytherin, tan frio y misterioso que estaba segura que debajo de esa capa de indiferencia ocultabas una dulce persona y que yo podría ser la persona perfecta para descubrirlo, por ello cuando mis padres me dijeron que estaba comprometida contigo fue el más feliz de mi vida y lo digo enserio- alargó la mano para que el rubio la mirara a los ojos y viera la veracidad de sus palabras.
<…- pero tú no estabas interesado en ello, para ti era y siempre fue un simple acuerdo, tu corazón estaba sellado para todas y cada una de las personas a tu alrededor exceptuando tus padres, no sabes cuánto me dolió que durante nuestra boda y luna de miel no quisiste ni acercarte a mí, hablarme adecuadamente, más que con monosílabas como si me estuvieras haciendo un bendito favor o que ni si quiera merecía estar frente al gran heredero de los Malfoy, sin embargo lo toleré pensando que necesitabas tiempo, pero, no tarde mucho en enterarme hacia donde apuntaba tu interés y supe que no era a mi lado, si no en los brazos o la cama de algún hombre…- la mujer tragó duro y continuó sin dejar al ojigris turbado pronunciar palabra alguna.
<…- si, lo descubrí cuando estaba embarazada de Scorpius y en ese momento me sentí tan sola, pero aun así me negué a dejarte, pensando que era lo mejor para nuestro pequeño, pero al parecer no, ya que estar cerca de ti no era como antes, todo mi amor se marchito terriblemente comenzó a causarme repulsión tu sola presencia ¿Cómo podías hacerle eso a tu familia? ¿Cómo podías largarte a divertirte a sabiendas que nuestra reputación aun pendía de un delgado hilo y no dudarían en armar el escándalo del siglo entorno a nosotros sin la posibilidad de que nuestro hijo creciera a salvo de críticas…?
<…-Se que actué demasiado infantil después de separarme de ti, pero quería hacerte sufrir con lo que más te dolía y eso era con nuestro pequeño... pero ahora me doy cuenta que no eras el único que sufría si no también él, quien aunque nunca me lo dice, puedo leerlo en sus ojos, por más que quiera negarlo, te necesita y yo realmente ya no quiero seguir discutiendo por quien tiene obró mal y no quiero saber tus razones, porque estoy segura que has de tenerlas, pero ya no me interesa, lo único que merecemos el uno del otro es un poco de paz y eso es haciendo feliz a nuestro pequeño…-
Estaba estupefacto ante esa revelación. Tanto tiempo considerando a Astoria una loca y amargada bruja que jamás consideró como una persona que pudiera tener pensamientos profundos y sentimientos frágiles... pero viéndola ahí con una mirada comprensiva y con una sombra de dolor en su semblante le hacía darse cuenta de su error…
-Realmente no sabía…- quiso sonar accesible y considerado, era lo menos que se merecía aquella mujer que le dio un maravilloso hijo pero ella lo detuvo en seco.
-Mira Draco, no simplemente dije todo aquello para que entendieras el panorama completo, no por que necesitara de tu lastima- “y de nuevo la Astoria que conozco entra en acción”- lo hice porque quiero proponerte un trato…- por su cara la mujer supuso que no entendía y suspiró mas fuerte- es sobre la tutela de Scorpius-
-¿Me vas a dejarlo tener más tiempo?- preguntó evitando a toda costa demostrar la emoción que le daría esa noticia.
-Algo así… creo que será mejor tanto para él como para nosotros dividirnos el año, yo lo tengo en primavera- verano y tu otoño- invierno, ¿Qué te parece?-
-Y que pasara cuando vaya a Howgarts, tu lo tendrías todo el verano- dijo repentinamente molesto.
-ok, lo cambiamos, como quieras, pero yo lo tendré en su cumpleaños y… vas a dejar que me lo lleve por una semana-
-¿Qué?- dijo en un grito que hizo que varias personas voltearan sobresaltadas.
-Le prometí a mis padres llevarlo a Viena con ellos y creo que le hará mucho bien, junto con tus padres- quería gritarle que como podía demandar aquello pero ella le dirigió aquella fría mirada que siempre lo frenaba- charlé con Cissy y me dijo que iría encantada y que otros aires le haría mucho bien a Lucius-
-¿Desde cuándo llamas a mi madre Cissy?-
-Somos amigas y de vez en vez nos reunimos para tomar el té- exclamó la mujer alzándose de hombros. El rubio dudó quería creer que iba enserio y tal vez así era, pero ¿Cómo estar seguros?
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-Mira Harry, esto es lo que mandó Molly- le dijo la castaña alargándole una hermosa postal de sus pequeños sonriéndole a la cámara en pleno estadio de quiddich y tenía una pequeña inscripción que decía "papi mejórate"
Extrañaba a sus pequeños, sin embargo consideraba que había sido lo mejor que se fuera con su abuela y madre, así podrían divertirse sin enterarse de que estuvo a punto de no contarla. El azabache agradeció a sus amigos.
-Bueno, mañana nos veremos hermano- dijo Ron dándole un ligero apretón en el hombro queriéndole decir con ello la alegría que le daba que estuviera sano y salvo.
-¿Harry vas a querer que te llevemos a Grinmauld Place o a La Madriguera?- claro que la pregunta iba mas dirigida a el lugar, en lugar de si quería irse con ellos, ya que en su mente tenía otros planes que involucraban a su medimago favorito que entraba en escena, tan imponente y aristocrático como siempre con su perfecta faz profesional.
-Lo pensaré Mione- fue lo único que dijo para que su amiga no se sintiera mal. La mujer frunció el entrecejo haciendo una mueca y asintió afirmando en su interior que al día siguiente insistiría.
-Weasley, Granger, la hora de visitas terminó, háganme el favor de retirarse, el paciente tiene que descansar- Harry ahogó un bufido ante la expresiónfuribunda del pelirrojo y el puchero de la castaña.
Solamente pudo escuchar a su amigo atragantándose con un “gracias Malfoy" y Hermione le dio un maternal beso en la frente al auror. Partiendo sus amigos Harry no pudo evitar rodear por la cintura a su amante atrayéndolo hacia él.
-Se supone que los pacientes no deben realizar esfuerzos- dijo agradeciendo que estaba dándole la espalda y que él del complejo de héroe no podía ver su media sonrisa.
-Ya me siento mucho mejor contigo aquí, solo que mi medimago es un preocupón-
-Ja, pues resulta que tu medimago es uno de los mejores (si no es que el mejor del mundo) y sabe lo que es mejor para un maniático que le gusta ponerse en peligro a cada rato- los dos rieron quedamente. La sonrisa fresca y concienzuda del azabache ya la echaba de menos.
-Te quiero, Draco- dijo sin chistar, haciendo al otro sonrojarse aun más. Despues que unos segundos se volteo para ver fijamente ese par de gemas esmeraldas.
-Harry yo...- apretó los ojos y negó con la cabeza- ¿te gustaría pasar toda la semana conmigo en MalfoyManor, ya que estés dado de alta por tu maravilloso medimago? ¿Solo los dos?-
Por un momento pensó que le contestaría sus sentimientos, pero dicha pregunta que realizó lo descolocó de maneras contradictorias ya que como un torbellino llegó todo lo que sucedió en esa precisa casa en el tiempo de Voldemort... pero esa sola idea de los dos juntos por toda una deliciosa semana hizo que la balanza se inclinara de manera favorable ante esa causa, no dejando opción para un no.