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One More Night por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Agradezcomuchísimoa gemma, kaorugloomy y yuram *O* sus comentarios no tienen precio! Mil gracias! Estoy en la novena nube wii! Gracias por las maravillosas ideasss FrostPrincess xP

A leer se ha dicho!

Harry se dejó caer exhausto sobre el sofá de la chimenea después de llevar de regreso a Rose a La Madriguera y a Teddy a casa de Andrómeda. Albus se había dormido de camino a Grimmauld Place y James se estaba duchando para ir a dormir. Suspiró y se propuso encerrar en algún rincón de su mente todas aquellas escenas del día que no debió haber hecho.

 

En seguida sus pensamientos derivaron a La Madriguera. Amaba ese lugar, pero comenzaba a creer que tenía que dejar de ir por un tiempo; lo que implicaba que tendría que cuidar el solo de Albus y James además de cumplir con su trabajo en el ministerio. Quería a Molly como a una madre, le había ofrecido su casa, le había dado comida y lo había dejado formar parte de su familia, pero sentía que las cosas ya no eran iguales.

 

Aunque las cosas transcurrieron con calma los siguientes días, aun no había señales de que Ginny regresara pronto, lo cual preocupaba a Harry porque sus hijos preguntaban por ella cada que podían. Solo se limitaba a decirles que pronto regresaría, aunque el mismo no estaba convencido.

 

Organizó con ahincó su tiempo procurando pasar tiempo de calidad con sus hijos tras su trabajo y para recompensarles el tiempo que no podía estar con ellos, los llevó a pasear el fin de semana.

 

El sábado recorrieron animosos el callejón Diagon, en el cual siempre les gustaba observar las escobas en exhibición. James y Albus elegían  las que más les gustaban rogándole a su papá que se las comprara, el cual lo dudaba un poco, pero siempre les decía que no hasta que fueran un poco más grandes, ya que a ninguno le llama la atención las escobas adecuadas para su edad, las cuales solo se elevan unos cuantos metros del suelo y eso era todo; Albus siempre decía ¿Qué hay de divertido en ello?

 

Al día siguiente se dieron una escapada al mundo muggle, en el cual ya habían agarrado un gusto enorme de ir por unas espumosas malteadas con chispas de chocolate, dar una vuelta por las placitas donde exhibían un sin número de objetos coloridos, desde ropa, calzado, juguetes y accesorios varios. Pero más que nada les gustaba coronar la tarde con una ida al cine, con esas bebidas burbujeantes y llamativos dulces con sabores artificiales que emocionaba a los niños. Al salir,  los niños preguntaron sobre la infancia de su papá en ese peculiar mundo.

 

Harry, tenía muy pocos recuerdos placenteros de su niñez, ya que sus tíos procuraron hacerle la vida imposible por todos esos años, hasta que se liberó con la llegada al mundo mágico.

 

-Tus tios, eran unos pesados- exclamó James quitado de la pena dándole una probada a su helado de vainilla- si yo hubiera sido tu, no solo le hubiera echado la serpiente a mi primo, si no que hubiera llamado a mas serpientes para que se escondieran bajo sus camas y darles un buen susto- dijo con una mirada traviesa

 

-Claro y después con una horda de Dursley’s asustados me hubieran hecho la vida diez veces peor- dijo Harry riendo, realmente a su padrino le hubiera dado gusto los alcances y el parecido de James con él y su padre haciéndole honor a ambos nombres.

 

Regresaron cansados de tanta diversión y James le hizo prometer que volverían a ir cuando llegara la feria que daría inicio el siguiente domingo. Albus por su parte estaba cansado y rogaba que James se callara para dejarlo dormir, pero tanta azúcar en su sistema lo hacía sentir lleno de vida y quería seguir preguntando a su padre sobre cómo eran las ferias, si eran como las del mundo mágico.

 

-Lo sabrás el dentro de quince días- dijo acariciando su cabeza pero los ojos marrones de su hijo seguían mirándolo con ensoñación.

 

-No puedo esperar tanto-

 

-Buenas noches, James- dijo dándole un beso en la frente dando la conversación por terminada y se dirigió al cuarto de Albus el cual ya estaba aliviado por la paz en su casa.

 

-Buenas noches pequeño Al- hizo lo mismo que con James y le acarició su cabello negro.

 

-Papá…- dijo con un hilo de voz- ¿mañana vamos a ir con la abuela Molly?- dijo casi cayéndose de sueño. Harry asintió dudoso- quiero comer Empanada de Cornualles y Budín de Yorkshore- rio el mayor por lo bajo y aseguro que haría lo que pudiera para convencer a Molly que le cumpliera su antojo y el niño por fin se quedó dormido.

 

Harry se dirigió a su cuarto y apesadumbrado vio que faltaba algo. Aunque todo estaba hecho y en orden, le extrañaba no sentir ese vacío inamovible que debería sentir. “¿por cuantos años había vivido juntos?” se preguntó Harry, estaba claro que la extrañaba, pero no de la forma que esperaba. Se cambiaron sus vaqueros y camisa a cuadros desgastada, por un holgado pijama azul, y se arrellanó en la cama.

 

Estuvo meditando por unos segundos su condición, ¿Qué pasaba con él? ¿Por qué no sentía ese dolor de que todo se derrumba a su alrededor? ¿Perder al amor de su vida de un momento a otro por que los roces y las palabras ya fueron suficientes y ya no hay manera de remediarlo? Estaba liado, pero por el momento y lo único que pudo hacer por el momento fue aferrarse a los brazos de Morfeo.

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Sintió como un cálido aliento rozaba su oreja, provocando que sus sentidos se agudizaran, quería ver más allá de su posición, pero no podía, los estragos de la miopía lo hacían sentir indefenso.  Percibió un susurro que le erizó los vellos de la nuca al momento; tragó saliva con dificultad.

 

Unas suaves y delgadas manos se aferraban a su pecho, pudo verlas con trabajo; recorrían de arriba abajo con una lentitud terriblemente agonizante haciendo que su miembro aparentemente dormido, despertara. Cuando sintió el ligero roce unas uñas, no pudo evitar soltar un gemido.

 

La única parte de su subconsciente que permanecía aferrada al raciocinio le pedía que se controlara, analizara la situación fríamente; pero sus manos curiosas no obedecieron, tenía que averiguar de qué se trataba, tenía que sentir más.

 

 Su respiración se aceleró, bombeaba la sangre más rápido, pero no podía ver a la persona, por más que lo deseara. La piel, al igual que las manos eran tersas, sin ninguna imperfección. Sintió como los músculos se tensaron bajo la yema de sus dedos y escuchó un gruñido tan cerca de él. Sus manos viajaron hasta la cabeza de la persona sobre de él y sintió un largo y sedoso cabello que no pudo evitar acercar a su rostro.

 

Con la respiración entre cortada, un par de ojos helados como el Tamesí le regresaban la mirada, inyectados con lujuria y una desbordante necesidad que lo dominó, mandó lejos lo poco que quedaba de racionalidad y lo atrajo hacia él, ansioso, demandante, lleno de una pasión que hasta ese momento le era desconocida…

 

Un golpe en la espalda lo regresó a la realidad, con los ojos muy abiertos se maldijo en la oscuridad.

 

“Maldito sea, ni siquiera en mi sueños me libro de ese desliz, estúpido hurón” dijo en una voz muy baja esperando que sus hijos no se hayan despertado. Regresó a ver su parte baja y volvió a maldecir. Se había corrido en su pijama favorito.

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Muy temprano en la mañana en Malfoy Manor, Draco desayunada tranquilamente leyendo el nuevo volumen de “pociones sorprendentes que podrán salvar tu vida” que había comprado. Aunque le deleitaba el contenido, su mente estaba algo dispersa y recordó que su padre le había dicho la noche anterior a la hora del té, que al pequeño Scorpius le haría mucho bien ir a vacacionar con ellos a la enorme campiña que tenían en el lado mágico de Paris. “seguro, que si” se dijo orgulloso, pero rápidamente torció el gesto a pensar en la desdichada de su ex-mujer. Seguro y negaba su petición. Como odiaba ir por ahí rogando por algo que por merecía por derecho.

 

-Amo Draco- dijo una voz chillona y regresó a ver a la insignificante criatura que tenía enfrente- la señora Greengrass está en la puerta- el rubio cerró el libro inmediatamente muy molesto y se dirigió a la puerta “¿Qué quiere esa desgraciada?” Dijo a lo bajo y aunque el elfo domestico escucho no dijo nada, solo hizo una reverencia y se retiró.

 

-¿Qué demonios estás haciendo aquí en mi casa, maldi…- enmudeció antes de terminar su insulto porque su hijo lo miraba con ojos llorosos “Merlín, cruciame” pensó, una cosa eran sus problemas con Astoria, pero su pequeño no podía pagar por los platos rotos.

 

-A mí también me da gusto verte, Draco- dijo sarcástica la mujer sin soltar la mano del niño- Hazte cargo de Scorpius por el día de hoy- demandó mirándolo desafiante. El ojiplata se mordió la lengua, tenía que contener los insultos, quería gritarle tan fuerte “no soy tu maldito elfo domestico que esta a tus estúpidas ordenes” pero se contuvo, tenía que demostrarle cómo se comportan las personas civilizadas como los Malfoy.

 

Estrechó a su hijo y lo saludó pidiendo que fuera a su cuarto a jugar mientras el “charlaba” con su madre. Cuando se cercioró que el pequeño ya no estaba cerca se volvió hacia ella.

 

-¿A qué se debe eso, Astoria? Creí que querías arrebatarme al pequeño para que lo viera cada vez menos hasta que se me olvidara de mí por completo-

 

-Claro, ese es el plan, hoy es una excepción no te hagas ilusiones, tengo mucho trabajo y Scorpius estuvo muy inquieto ayer en la noche diciendo que quería que su abuelo le enseñara a hacer pociones, pasar más rato contigo, cosa que no entiendo pero… aquí estamos-Draco se sintió inflado, era obvio que su hijo lo prefiriera a él, tenía mucho más que ofrecerle. Como maldecía que esa mujerzuela lo tuviera agarrado por las pelotas. Astoria solo rodó los ojos imaginando lo que pensaba Malfoy y le dio por su lado- volveré mañana por el- fue lo único que dijo antes de desaparecer de su vista.

 

Tomó uno de los días libres que le debían en San Mungo por tantas horas extras que había hecho cuando estaba tan devastado por las palabras de Astoria y el regreso de su padre de Azkaban, quien ya no era el mismo elegante y altivo personaje que tanto enaltecía el nombre Malfoy y tanto orgullo le daba llamarlo padre, si no una persona con mucho dolor interno, fantasmas aglomerados en su mente que turbaban su sueño y carcomían su cuerpo en un eterno circulo sin aparente fin. Lo único que conservaba era su erguida forma de caminar y el orgullo de tratar de seguir adelante.

 

Narcissa recibió al pequeño Scorpius con un abrazo y besó en ambas mejillas; tras el fin de la guerra, su insensible trato a su familia se transformó para actuar conforme a sus verdaderos sentimientos lo cual turbó a Draco al principio, pero terminó agradeciéndolo ya que su hijo podría recibir todos los mimos y abrazos que se merecía a diferencia de la soledad que vivió en la infancia.

 

-Draco, lleva a Scorpius a pasear- pidió Narcissa, en voz baja- tu padre no se siente bien, durante toda la noche estuvo despierto mirando aterrado a la pared- dijo melancólica su madre haciendo que el rubio se tensara- no te preocupes, ya le di algo para que se relajara y en estos momentos está dormido.

 

Obedeció sin rechistar, tomando a su hijo de la mano y salió. “tengo que encontrar una cura para mi padre, no puede seguir así” dijo determinado.

 

Estuvieron caminando todo el día tratando de sacarle sonrisas a su niño que se veía triste por cómo se llevaban sus padres. Era imposible que fuera de otra manera, pero le prometió al pequeño que procuraría no discutir con “ella” delante de él. Scorpius no estaba satisfecho con eso, pero sabía que no podía pedir nada más.

 

Sin notarlo sus pies los llevaron a un hermoso parque con un gran lago y unas banquitas para disfrutar la gran vista. Scorpius corrió emocionado a mirar. Draco recordaba a las tardes que pasó con sus padres, el alimentaba a los patos y pececillos que habitaban ahí, mientras Lucius y Narcissa platicaban de sus futuros planes de inversión y de viajes por placer, en pequeños momentos como esos realmente parecían una “familia”.

 

Para desagrado de Malfoy observó a lo lejos a quien menos quería ver. San Potter tomado de las manos de sus Pottercitos. El azabache al verlo se le borra la sonrisa, transformándose en algo extraño.

 

-..Malfoy- dijo Harry con un hilo de voz- Malfoy- volvió a decir mientras sus hijos se zafaban de su agarre y corrían a donde Scorpius les hacía señas.

 

-¿Qué no puedes decir nada mas, Potter? ¿O soy tan hermoso que te quedas sin palabras?- Harry carraspeó aclarando su garganta y el verlo ahí, le mando un arrebato que lo motivo a acercarse más al rubio – Si no vas a decir nada, cara rajada, me voy- dijo con intensión de darle la espalda pero sintió un fuerte agarre en su muñeca.

 

-Espera Malfoy- dijo. Las palabras se aglomeraban en la garganta de Harry pidiendo a gritos que las dejara salir- ¿podemos vernos pronto?- el rubio bufó.

 

-¿Para qué? Por si no te habías dado cuenta nos estamos viendo ahora, parece ser que tus lentes chuecos no sirven- Harry nervioso ignoró sus palabras y continuo

 

- ¿Qué tal el viernes? Solo los dos, tengo que asegurarme de algo- expresó haciendo que el rubio entornara sus ojos a los de él. Quería decir algo sardónico que le diera a entender que preferiría que le lanzara un sectusempra otra vez a tener que soportar su presencia. Pero esos ojos esmeraldas lo cautivaban, eran tan brillantes y expresivos que podían decir mil cosas con solo sumergirte en ellos. El rubor inundó sus mejillas y se dio una cachetada mental “maldita estupidez, otra vez vuelve a pasar lo de la piscina” dijo evadiendo su mirada “es el estúpido calor, Potter, no creas que eres tu quien me puso así”

 

-Está bien- dijo mirándolo de soslayo- en la semana te mando una lechuza con el nombre del lugar…- apretó los ojos sin poder creer que había aceptado y se irguió lo mas que pudo para demostrar el favor que le estaba haciendo- pero solamente voy a esperar cinco minutos, Potty, si llegas tarde me iré- Harry no podía creer que había accedido a su petición y sin poder evitarlo sonrió. Cuando se dio cuenta de ello torpemente se despidió de Malfoy.

 

Malfoy lo observó irse con el ceño fruncido preguntándose en que universo paralelo se encontraba para haber aceptado una cita con San Potter, porque era cita ¿no?

 

“Ahh eres un estúpido, Potter” dijo cruzadose de brazos.

 

Notas finales:

Espero sus visitas y comentarios! Pliss! Mas comentarios!! Aunque no me puedan ver estoy de rodillas implorando mas comentarios XDDD ¿Qué les pareció? Si les gusto?

Si no les gusto, pues no podre hacer nada al respecto jejeje (pero puede servir para mejorar el próximo cap xD)


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