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One More Night por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

 


No sé que haría sin ustedes! Cada vez que abro mi cuenta una sonrisa se dibuja en mi rostro y no puedo ocultar mi felicidad al leer sus comentarios gemma, kaorugloomy y Aby Black!! Mil gracias! También por los 3001 vistazos! Wow! Es increíble que ya sean tantos pero estamos agradecido de todo corazón! n.n


FrostPrincess muchísimas gracias por seguir apoyando mi humilde historia con tus grandes concejos y correcciones ;) A leer se ha dicho!

 

Harry estaba contrariado y mortificado, era una sensación muy extraña. Por fin había deducido sus sentimientos por el rubio y este último aplastó sus emociones y se la arrojó a la cara, asqueado antes de que siquiera se confesara. “era de esperarse, ya sabes cómo es el” le dijo su subconsciente y se desplomó en su silla en Grimmauld Place poniendo su cabeza sobre sus rodillas alborotando su cabello. “¿y ahora qué debo hacer?” se preguntó.

¿Quería llegar a algo serio con Malfoy? No estaba seguro, pero estaba claro que sentía la necesidad de estar cerca él, en tan pocos días había logrado clavarse en lo más profundo de su ser, y esa noche embriagante, confirmó lo que se venía temiendo. No podía negarlo más. Quería a ese rubio ególatra, pedante y no podía hacer nada al respecto.

Por unos segundos pensó que el escalón “amigos sexuales” (¿si era el término correcto?) era mucho mejor a “enemigos declarados que no pueden verse ni en pintura”. Suspiró desanimado. Tenía que darse una ducha para aclarar sus ideas y también para ir pensando en que le diría a sus amigos, quienes no dudarían en preguntar cómo le había ido en su cena. Las palabras Malfoy y encuentro carnal no podían ser pronunciados en una misma frase.

Aunque técnicamente no habían tenido sexo, lo que había experimentado  fue demasiado placentero y  abrumador; había descubierto las exquisitas habilidades de las tan jodidamente suaves manos de Draco Malfoy.

Ya más calmado guardando la compostura, llegó a La Madriguera donde sus hijos junto con su sobrina corrieron a su encuentro diciendo que se estaban divirtiendo mucho buscando duendecillos de cornualles y que cuando terminaran su búsqueda iban a desgnomizar el jardín. Harry los dejó jugar en paz y entró a la casa.

El estofado que Molly guisaba entró en su nariz con sutileza, olía tan bien y parecía que también estaba horneando una tarta de grosella, se le hacía agua la saliva.

Ron estaba recostado en el sillón jugando con el pequeño Hugo quien reía con las caras que le ponía su papá; por su parte Hermione estaba a la mesa leyendo un libro, alternándolo a intervalos iguales con la escena tan enternecedora de la sala. Rápidamente se volvió hacia Harry cuando lo vio en el umbral.

-Harry- exclamó al momento de que miraba el reloj en la pared- creí que vendrías corriendo temprano en la mañana, pero me equivoqué- dijo cruzándose de brazos. Ron se incorporó poniendo a Hugo con cuidado en su cintura.

-Hermano, ¿cómo te fue en tu encuentro?- la pregunta del millón surgió mucho antes de lo que esperaba. Un par de imágenes brincaron a su mente haciendo que el color subiera rápidamente a sus mejillas. Hermione fue la única que noto esa acción y lo miró inquisitiva.

-La verdad, mejor de lo que esperaba- fue lo único que quería decir.

-Menos mal, Harry, voy a avisar a mamá que llegaste, se emocionará mucho y seguro exigirá que te quedes a cenar- dijo dándole una palmada en el hombro- espero que no hayas hecho algo de lo que te puedas arrepentir mañana- dijo en tono de burla. El azabache rio nervioso, aunque era claro que no se arrepentía. La castaña lo escudriñó; sabia que ocultaba algo que no les quería revelar.

-Harry, ¿podemos hablar?- dijo Hermione con tono de preocupación haciendo que Harry tragara fuerte y asintió “que no te intimide, mantente calmado” se repetía. Todavía no podía revelarle nada acerca de sus sentimientos y menos en ese momento-¿Ya recibiste alguna noticia de Ginny?-  Aunque sabía que esa pregunta era inevitable, lo tomó por sorpresa; se sentía aliviado que no indagara más en la noche anterior.

-Sí, ya mandó una carta diciendo que regresa dentro de un mes- se alzó de hombros, quitándole la pesada carga que eso implicaría a sus hijos y a él.

-¿Y no vas a ir a buscarla? Estoy casi segura que si llegas con un gran ramo de flores, le aseguras que quieres enmendar las cosas y que aun la amas, ella estará muy feliz y…- Harry apretó los puños inconscientemente.

-¿Y qué Hermione? ¿Pretender que esto nunca pasó? No lo creo…- la castaña esbozó un puchero y Harry le dolió el corazón de solo verla, su amiga sufría por algo que era inevitable- Hermi… sabes que no soy una persona que se da por vencido tan fácilmente, pero, en este caso, las cosas no tienen remedio y sé que Ginny también se siente así- Hermione lo abrazó. No podía creer que estuviera tan calmado, pero sabía que no podía meterse en medio aunque quisiera; los problemas entre ellos eran cosa suya y si daban por terminada su relación, ella y Ron solo podían estar ahí para ellos para animarlos.

- Sabes que nosotros te apoyaremos en las decisiones que tomes y que siempre podrás contar con nosotros- dijo seriamente la castaña acariciando su mejilla.

-Sí, lo sé, gracias Mione- Su amiga le dirigió una pequeña sonrisa maternal.

Pasó un grato agradable en La Madriguera, se sentía más tranquilo habiendo hablado con Hermione, aunque quería decírselo a Ron, este estaba tan embelesado con su faceta de ser padre que Harry le entró la duda si estaba al tanto o no de sus problemas con Ginny. No quería cortar el cable incorrecto que lo hiciera explotar.

A medio día llegó Teddy, lleno de hollín por los polvos flu y con un esponjoso cabello amarillo chillón, estaba muy contento mostrándole la carta de aceptación a Hogwarts con su lista de útiles a Hermione, Ron y por último a su padrino a quien le hizo prometer que lo acompañaría a comprar, porque su abuela Andromeda había estado muy cansada últimamente, a parte seria divertido pasar un tiempo de calidad juntos, ya que para Teddy, Harry era lo más cercano a un padre. El moreno acepto gustoso, adoraba a su ahijado que era tan alegre y divertido como su madre y tan inteligente como su padre, realmente sentía que ambos deberían estar orgullosos de él.

Mientras comían, Albus, James, Rose entraron en una fuerte conversación con respecto a la casa en la que entraría Teddy. Albus aseguraba que entraría a Hufflepuff como Tonks lo había hecho, mientras que James y Rose decían que entraría a Gryffindor como Remus y los demás de la familia, el personaje principal de la plática prefirió mantenerse al margen porque quería que fuera una sorpresa en que casa quedaría así que solo se limito a sonreír.

 Hermione discutía con Ron acerca de la fiesta de Hugo, quien dormía plácidamente la siesta de la tarde. Molly hacía de mediadora aunque casi siempre le daba por su lado a Hermione, quien no quería hacer una fiesta tan ostentosa como el pelirrojo, afirmando que el pequeño probablemente ni lo recordaría. El ambiente cálido y acogedor de La Madriguera, era su única cosa constante en la vida, siempre era bien recibido, con abrazos y sonrisas, su fortaleza inamovible que no cambiaría por nada del mundo.

Se quedó más de la cuenta porque Molly insistió y mientras Teddy y Ron jugaban ajedrez mágicos con los niños observando, el se dedicó a ver por la ventana, estaba anocheciendo y la transición de colores se fue haciendo evidente, los amarillos y naranjas se tornaron rosados embelleciéndose con oscuridad, el sol se fue despidiendo sobre las colinas dándole lugar a la hermosa luna de plata, que su subconsciente no tardó en relacionar con aquellos orbes fríos que erizaban su vello.

Imágenes nítidas bailaban frente a sus ojos: Malfoy con su inmaculada piel resplandeciente bajo la luz del sol, con su sedoso cabello mojado cayéndole sobre sus hombros, con perladas gotas de agua en su rostro deslizándose por sus deliciosos labios, sus delicadas manos aferrándose a su cabello reprimiendo sus quejidos de placer, sus mejillas teñidas de rojo…

Se golpeó dos veces las mejillas con ambas manos, tenía que recordarse que no estaba en su casa y dichos pensamientos podrían ocasionarle un problema con su pantalón. Determinado miró hacia delante, ya había tomado una decisión.

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Mientras atendía a un paciente, Draco con su inmaculada bata blanca, recorría sobre el cuerpo de un hombre su barita de arriba abajo emanando una luz blanca en la espera de un diagnostico. Su blanco consultorio concordaba con su estoica mirada. Se sentó para escribir el cuadro clínico del paciente para su expediente; sin embargo su mente estaba ocupada en extraños recuerdos de esa alocada noche, en la que no podía echarle la culpa al alcohol por haber sucedido.

El héroe del mundo mágico había estado sorprendente “demasiado, para ser verdad” y aunque no llegaron muy lejos, poseía mucha pasión y fogosidad en sus actos que le transmitía sensaciones incomprensibles pero muy placenteras “estúpido Gryffindor”

-No se preocupe señor Franklin, solo tiene una leve neumonía férrica- dijo dedicándole al hombre una sonrisa profesional marca Malfoy lanzandole un hechizo despetrificus que al instante, el semblante del hombre se suavizó mostrando alivio, ya podía respirar con normalidad y recuperó la movilidad de sus extremidades- debe tomar un vaso de zumo de mandrágora diariamente por siete días, para ese entonces los síntomas ya deben de haber desaparecido por completo y le sugiero para un futuro que evite estar cerca de herrerías mágicas porque podría pescar una enfermedad más severa-

El hombre tomó su receta y agradeció amablemente al rubio, quien tras su máscara técnica seguía divagando sobre ese par de brillantes esmeraldas pertenecientes a ese duro y atlético cuerpo de cierto auror.

no estaría mal otra probada de héroe” se dijo para sus adentros con una sonrisa maliciosa.

Al término de su jornada se estiró como felino ya muy adolorido de mostrar sonrisas falsas durante todo el día para tranquilizar a sus pacientes. Después de curar dos transformaciones mal hechas, cuatro mordidas de Doxy venenosa, una picadura de Billywig y 3 explosiones de caldero dejaban a cualquiera molido.

-Oh príncipe de las serpientes, hónrenos con su presencia esta tarde de tragos- dijo burlón Zabini sujetando la cintura de la novia del mes. Arqueó una ceja- Vamos Draco, será divertido- el rubio bufó- te vendría bien relajarte, pareces un maldito dementor, ¿has visto de cerca esas cosas? Son horrendas-volvió a darle un rotundo “no”- o será que tiene planes para esta noche ¿señor popularidad?-

-Tal vez llame a alguien para que me haga compañía y me ayude a recomponerme- dijo socarrón Malfoy haciendo que Blaise adulara a su amigo.

-Picara maquina sexual- le guiñó el ojo- te dejo entonces, pero no olvides que mañana tenemos que estar temprano para el trabajo- Draco asintió sonriendo- no olvides contarlo todo sin evitar ningún socio detalle, ¿ehh?-

Con el cambio de turno, Draco partió, agarró su abrigo y frotó sus hombros, se despidió de sus compañeros de trabajo quienes sabia que aunque le contestaban cortésmente, seguían cuchicheando a su espalda sobre los prejuicios que le tenían por ser un ex mortifago, no había nada que hacerse, las personas no olvidan fácil las cosas malas, aun inclusive que de eso ya hayan pasado 10 años… “¿una década, huh?”

Al salir a la calle, sus ojos se encontraron tan pronto frente a frente con los ojos de ese enigmático color verde. Se irguió demostrando su superioridad para no mostrar su sorpresa.

-¿Buscabas algo, San Potter?-

-Si… a ti- dijo seriamente sin apartar su mirada resplandeciente con los últimos rayos del sol. Se mordió el interior de su labio y carraspeó.

-No me digas, ¿y a que se debe eso, Potty? ¿Acaso te quedaste con ganas de más?- el azabache dio tres pasos hacia él. Pudo percibir su elegante colonia amaderada con notas de lavanda que nublaba su juicio.

-¿Y qué pasa si digo que si, Malfoy?- contuvo la respiración.

-Una vez te ofrecí mi mano pero la rechazaste sin miramientos- lo miró desafiante y Harry sonrió.

-De eso ya hace mucho y creo que todos merecemos una segunda oportunidad-

-Te advierto que no quiero nada serio, Potter, si aun así quieres ser mi juguete erótico, entonces…-

-Si estoy de acuerdo- “por ahora”dijo acercando su rostro tan peligrosamente cerca que podía sentir su cálido aliento que le temblaron ligeramente las piernas. Sabía que no debía doblegarse, debía mostrar su porte seguro, si el león quería jugar con fuego, el se sabía muchos hechizos para ello.

-Entonces…- dijo con una seductora mirada- ¿a dónde quieres ir?- el moreno trago saliva con dificultad. Ahora sí, su raciocinio podía irse al carajo.

 

Notas finales:

No se ustedes, pero a mi me gusta como va jeje


Creen que todo seguirá viento en popa con estos dos? yo espero que si porque esto se ve prometedor *W* ( eso dice la autora cuyo criterio esta alterado y no es nada imparcial lol)


Esperare pacientemente sus comentarios! Estoy abierta a sugerencias y comentarios (positivos y negativos :P) nos leemos sin falta el próximo miércoles!


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