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One More Night por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Hola a todos! ya estoy aqui nuevamente :3


mil gracias por seguir comentando (mi kokoro late emocionado con cada review que recibo *w*) arigato gemma, kaorugloomy, aby black y anonimo! cuanta felicidad!! -comienza a correr en circulos fangirleando-


-ya un poco mas clamada- Este capitulo es de un poco de transicion pero se me hizo muy dulce incluirlo e.e


bueno sin afan de entretenerlos mas, a leer se ha dicho! :D

En la heladería Florean Fortescue, Draco y Scorpius comían un helado flotante de frambuesa con chocolate y nuez; el más pequeño se veía realmente feliz y no despegaba la vista de helado encantado, aunque no era la primera vez que iban, nunca se cansaba de observar antes de darle otra mordida; su padre, por otro lado, veía hacia la calle sin prestar mucha atención a lo que comía, movía sus ojos de plata de un lado a otro como buscando algo.


La atestada acera hervía de tanto cotilleo en voz alta de personas con niños que probablemente iniciarían curso y estaban haciendo la compra de último minuto como cierta persona a la cual quería dedicarle lo menos posible de su pensamiento, pero parecía inútil últimamente.


Sacudía su pierna espasmódicamente, sentía que de un momento a otro se pondría de pie y con su hijo en brazos regresarían a casa, quería huir; no estaba en el panorama ni en su acuerdo una salida de ese tipo con Potter, “ni que fuera algo serio” pensó suspirando apesadumbrado, pero no había nada que pudiera hacer, un Malfoy jamás se retracta de su palabra…


*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.FLASH BACK*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*


Tomándolo por la cintura lo detuvo, su delicado torso era deliciosamente suave que no podía evitar tocarlo, parecía que cada vez que sus yemas encontraban esa piel mandaba un estimulo a su corteza cerebral haciendo que sus vellos se erizaran de placer, mordió el lóbulo de su oreja con una sonrisa juguetona.


-Amaneciste muy pegostioso, Potter- el azabache hizo que se diera vuelta y pegó su frente a la del rubio para verlo más de cerca, no se cansaba de su deleitable belleza.


-Hasta hoy en la mañana era Harry… me gustaría que siguiéramos así… DRACO- el ojiplata resopló indignado.


-Quisieras, cuatro ojos, ahora suéltame que vas a arrugar mi camisa- eso solo ocasionó una reacción contraria en Harry, que se ciñó más a él.


-Quiero que me acompañes al callejón Diagon el sábado, necesito acompañar a Teddy a comprar sus útiles escolares…- dijo inhalando el refrescante aroma de su shampoo.


-Ahh, POTTY, ya tan pronto y no puedes vivir sin mí. No estamos en esa clase de relación donde tú o yo debemos algo al otro más que sexo- le dedicó una sonrisa irónica.


-Te lo estoy pidiendo como amigo… si quieres puedes llevar a Scorpius- frunció el ceño- Te haría bien pasar tiempo con Teddy, es tu primo después de todo, es un buen chico-


Quería contestarle que el dejó de ser su primo cuando su tía Andromeda decidió involucrarse con un sangre sucia renunciando por completo al apellido Black… pero lo meditó unos segundos,  tal vez a su madre con lo sensible que había estado los últimos meses, le alegraría tener noticias sobre su hermana. Se tocó las sienes molesto.


-Está bien, iremos. Supongo que cara rajada no podrá escoger una túnica decente a menos que sea dos tallas más grande o de segunda mano-


*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.TERMINO DEL FLASH BACK*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.*.°.°.°.


Pudo verlo a lo lejos a través de la ventana; iba campante aunque desaliñado, con su cabello eternamente alborotado, sus lentes torcidos ocultando sus expresivos ojos, estaba inmerso en un desgastado suéter azul pálido con unos vaqueros oscuros que no le hacían justicia al duro y bien marcado cuerpo de San-Jodidamente-Sexy- Potter.


Caminaba parsimonioso como si tuviera todo el tiempo del mundo; platicaba con el chiquillo metamorfomago que ahora traía el cabello en punta de color marrón haciendo que pareciera una pequeña versión rebelde de su antiguo profesor de defensa contra las artes oscuras. Sonreía haciendo ademanes exagerados por lo visto contaba una exuberante historia, hasta los más pequeños reían, parecían representar una escena de familia feliz.


El rostro del pequeño Scorpius se iluminó al ver a sus amigos y comenzó a saltar en su silla mirando ansioso a su padre para que le permitiera acercarse. Volvió a suspirar dando un leve asentimiento y su pequeño salió corriendo.


-Perdón por llegar tarde- dijo Harry con una radiante sonrisa, sus ojos verdes trasmitían una familiar confianza, el halo de la exaltación del ser, como si fueran algo más como cariño o amor… su corazón se comenzó a acelerar…


-Pensé que solo él iba a venir- respingó deteniendo su reacción anterior poniendo los brazos en jarras señalando a Teddy quien se alzo de hombros. Harry movió negativamente la cabeza y le dedicó una mirada aprensiva, no quería un enfrentamiento tan temprano en la mañana.


-James insistió en que quería venir para ver a Scorpius, pero Albus no quería quedarse solo y como James no aceptó un no como respuesta henos aquí todos- explicó mientras alborotaba los cabellos de su hijo más pequeño. No había nada más que agregar, a parte podría estar tranquilo, estar solo con Potter, con esa clase de pensamientos, no era buena idea.


“Jamás podre quererte como algo más que un simple amigo ocasional” masculló para sus adentros muy seguro de sí mismo.


Teddy quiso que comenzaran la travesía en Ollivander’s, se moría de ganas por tener su primera varita en sus manos. Los adultos accedieron y sus soñadores ojos castaños se abrieron como plato al momento que su cabello se alaciaba en mechones magenta que se cayeron alborotados sobre su frente.


Mlafoy se quedó con los niños afuera del local. Potter se veía muy paternal con el muchachito que apenas y le llegaba al hombro; lucía muy emocionado como si fuera la hazaña más grande de la historia. Hasta cierto punto le recordaba a sí mismo cuando recibió su primera varita, aunque debido a las circunstancias de su educación, no pudo expresar sus sentimientos abiertamente, al ser un buen Malfoy tienes que tener porte y gracia, mas no has de demostrar tu sentir ante nada ni nadie.


Sus recuerdos se vieron interrumpidos cuando percibió los cuchicheos de la gente a su alrededor. “¿Qué hace Harry Potter con un ex -mortifago como él? ¿Qué tal si le hace daño a sus hijos?” Eso le recordó la fragilidad de las cosas y la delgada línea que lo separaban a el del dichoso Harry Potter “el niño que vivió”…


Tardaron mucho más de la cuenta porque el aprendiz de Ollivander era un poco torpe con las cajas y no acertaba cual le vendría mejor a Teddy. Después de un rato le fue entregada la varita correcta; una varita de ojaranzo con centro de pelo de unicornio, flexible de 27 centímetros.


Al pasar al siguiente lugar, los adultos discutieron cuanto tuvieron que escoger la túnica, mientras Harry quería que fueran con Madame Mankin, Draco prefería la tienda de ropa Twilfitt y Tatting donde su madre acostumbraba llevarlo después de “incidente” donde se conocieron por primera vez. Harry accedió, ya que a Teddy no le importaba en lo más mínimo lo que vestiría, ya tenía su varita y era feliz, solo faltaba la lechuza que su padrino le había prometido comprar. Sin embargo las discusiones no pararon al continuar con su recorrido de tiendas, para cada lugar, era una nueva disputa.


A pesar de que a Harry le exasperaba sus discusiones tan triviales con Malfoy, había algo de emocionante en ello, la expresión en su rostro, la convicción de sus palabras y la mirada de satisfacción cuando se sentía vencedor o incluso el ceño fruncido que hacia cuando se sentía derrotado, era tan interesante poder notar todo eso y ser probablemente la única persona que lo consideraba enternecedor.


Ya con todos los utensilios que iba a ocupar Teddy, los pequeños Potter estaban muy inquietos. James le dedicaba miradas furtivas Harry como si implorara algo que no se atrevía a decir, pero Albus al ver la reacción de su hermano fue el primero en hablar.


-Papá dijiste que íbamos a ir a la feria- demandó el pequeño niño, su padre esbozó media sonrisa, casi había olvidado eso y asintió regresando a ver los Malfoy, pero principalmente al menor que tenía una amplia sonrisa de emoción.


-¿Una feria? ¿Dónde?- preguntó con timidez.


-En el mundo muggle, hacen un cada término de mes y va a haber juegos- dijo James condescendiente, se dedicaron una mirada de complicidad  y Scorpius se dirigió a su padre.


-¿Podemos ir?- sus ojitos grises llenos de inocencia y ternura nunca fallaban en debilitar su voluntad. El rubio mayor abatido, accedió.


“Perfecto, todo el día en compañía de Potty y los mini Potters, ¿Qué podría salir mal?”


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Ya en la feria, Harry y Teddy los dejaron por un momento para poder dejar los útiles y la inquieta lechuza gris con vivarachos ojos amarillos en casa de su abuela Andromeda. Los niños miraban de un lado a otro emocionados, había docenas de puestos con una gran diversidad de cosas como golosinas, globos, aguas efervescentes y diversos tipos de joyería. “no es mejor que una feria en el mundo mágico” dijo irritado para sus adentros, lástima que su hijo no compartiera su pensamiento.


Se escucharon muchos gritos e instantáneamente se llevó la mano a su pantalón donde traía su varita poniéndose en posición de guardia.


-Wow ¿viste eso Scorpius?- dijo James fascinado señalando algo, como si esos gritos no hubieran significado nada. Los Malfoy regresaron a ver en automático y era una imponente estructura metálica que chirreaba. Una montaña rusa. Draco destensó el agarre de su varita y relajó sus hombros.


-Señor Malfoy ¿podemos ir?- preguntó Albus jalando la punta de su chaleco para llamar su atención. Era la primera vez que le dirigía la palabra el más pequeño Potter, al verlo bien era una réplica exacta de su padre, salvo porque este no llevaba gafas.


-Supongo- dudaba que dejaran subir a niños tan pequeños a algo tan peligroso, pero no le quedaba otra que acceder. El personal de la maquina negó el pase de Scorpius y Albus debido a que el cinturón de seguridad les quedaba muy flojo. Sollozaron un poco, pero enseguida se les fue la tristeza al encontrar más juegos adecuados a su edad.


Ingresaron a una arena de carritos chocones mientras que Draco los observaba. Le hubiera gustado tener una cámara para tomar fotos de su hijo que se divertía tanto con los demás; aunque era un juego absurdo para él, si su pequeño la estaba pasando bien ¿Qué importaba?


El azabache llegó unos pocos minutos después con un Teddy saltarín que enseguida se abalanzó a los juegos demandando una revancha, por no esperar a que él llegara, Harry le dio un par de monedas muggle y le dijo que se divirtiera.


Los ojos grises viajaron de su hijo, a Potter y al puesto frente a él. Sin querer se dibujó una sonrisa en sus ojos. “libros” murmuró y comenzó a caminar. Harry vaciló si seguirlo o no. Le hizo señas a Teddy que les echara un ojo a los demás y fue tras el rubio. Traía la misma expresión que cuando entró a la tienda de chocolates, una alegría casi infantil que suavizaba sus rasgos agudos devolviéndole cierta jovialidad que deleitaba a Harry.


-No esperaba que también te gustaran los libros muggle- dijo en tono soñador. Haciendo que el ojiplata le regresara una mirada pícara.


-Te dije que no me conoces. Aunque los muggle no son de mi agrado, fabrican mis dos pasatiempos favoritos, los chocolates y los libros- dijo regresando la vista a un ejemplar desgastado de pasta gruesa, lo examinó y lo dejó en su lugar. Se movía elegante entre las mesas llenas de libro como un felino al asecho; no cuadraba su imagen altiva con esos libros que parecían de segunda mano.


-“Cumbres borrascosas”- leyó en voz alta el título del libro que Draco traía entre sus brazos y se negaba a soltar- ¿vas a comprarlo?- el rubio abrió el ejemplar para leer la edición y negó con la cabeza dejando el libro nuevamente en la mesa.


- Ya lo tengo, esperaba que fuera el primer volumen de la primera edición, pero parece que no lo es- dijo saliendo del lugar- ¿y los niños?- preguntó buscándolos con la vista.


-Por allá jugando a los dardos- dijo quitado de la pena aproximándose a un puesto de flores que llamó su atención. La dueña del puesto preguntó si se le ofrecía algo. Había muchísimas para escoger. Había una en especial que no pudo evitar acercarse a olerla. Se parecía a la nota corazón del aroma de Malfoy “lavanda” suspiró al volver a inhalar, aunque consideraba que era mucho más embriagante olerla en su sedosa piel… Lo regresó a ver y Draco estaba contemplando unas hermosas flores amarillas.


-Son narcisos- dijo la señora y el rubio rodó los ojos.


-Son mis favoritos- dijo con voz queda esbozando una media sonrisa. Los narcisos siempre inundaban Malfoy Manor cuando era el cumpleaños de su madre, ella los adora que era casi imposible que no se enamorara de esa hermosa, deleitable y efímera flor.


Harry se acercó por detrás sacando un narciso de su bandeja y se lo acercó al rubio con tal delicadeza que tiñó un poco sus mejillas.


-No lo había pensado, pero eres como esta flor- dijo sonriéndole tiernamente mirando sus rosados labios que lo tentaban a que los besara.


-Mis ojos están aquí arriba, Potter…- dijo con un hilo de voz, estaba tan terriblemente cerca. Tomó el tallo de la flor en la espera que su acción lo alejara, pero tuvo el caso contrario, porque fue el empujón que necesito para que sus labios se tocaran. Suave, casto como besar a un santo, la leve presión aceleró su corazón, entre abrió la boca dándole un descuidado acceso al azabache de invadirlo. Su lengua saboreo la cavidad subiendo de tono el beso provocando que un pequeño gemido saliera de su boca haciendo que la flor callera al suelo y saliera corriendo.


-Harry, vamos a ir a la rueda de la fortuna- dijo Teddy viendo pasar al rubio- ¿Qué le pasó al señor Malfoy?-  el azabache rio, fue tan adorable su respuesta.


-Algo le picó, pero estará bien- dijo sin poder borrar su sonrisa. El rubio los esperaba afuera y no podía ver a ninguno por la vergüenza que sentía. Cuando vio al azabache lo tomo por el brazo y lo haló hacia delante.


-Estúpido, Potter ¡¿Por qué hiciste eso?!- exclamó muy rápido y lo más bajo que pudo sin ocultar su ira.


-Te veías tan adorable sosteniendo tu flor con una mirada de corderito a medio morir que no pude evitar probarte-


-Eres un majadero idiota- dijo aun con el rostro encendido.


-¿Papi, porque tu rostro esta tan rojo?- preguntó el pequeño Scorpius mirando a su papá y al señor Potter a intervalos iguales. Draco palideció por unos segundos. No le cabía duda que aborrecía al idiota de Potter…

Notas finales:

wii ya vamos por la mitad de del fic! yey!

¿que les parecio este cap? ¿hice bien en incluirlo? estare esperando pacientemente (con la vista clavada en mi celular xD) sus comentarios! nos vemos el proximo miercoles sin falta!!~*


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