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Mi padrastro perverso. por CJSC

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Notas del fanfic:

Hace bastante tiempo que habia hecho este fic, pero por problemas de la vida y el amor (?) no pude actualizarlo. Se que no he actualizado mis demas fics XD -los cuales no importan DX- pero he querido subir este -porque sera algo corto- y desde hace tiempo que llevan esperandolo algunas fujoshis n-nUu 

Notas del capitulo:

Espero que les guste, les advierto que este capitulo no tendra lemmon n-nUu ya que apenas voy comenzado a narrar la historia. Que lo disfruten:D 

Mi padrastro perverso.

Recuerdos de la vida:
(Primera parte)

Cuando era niño mi padre John F. Mailer; había fallecido en un trágico choque. Aun tengo recuerdos muy vagos, cosas como momentos de armonía, consejos de sabiduría, palabras de ánimo, etc. Cosas que un padre normal podría darle a un su único hijo.

Mi madre Alicia R. Rote, una mujer muy distinguida y hermosa; había sacado la conclusión de que ella sola no podía mantenerme; si bien en esa época era muy mal visto ver a una mujer soltera; aun que todos sabían que mi madre era viuda. Seguían inventándose chismes y escándalos falsos.

A mis 10 años de edad nuestra pequeña familia se encontraba “desprotegida”. Tanto así que cierta noche de octubre, un hombre desconocido entro a la casa. Pasó por alto mi presencia y se encerró en la habitación de mi madre. Lo único que pude escuchar fueron golpes y gritos, al día siguiente le notifico a su hermana que había sido violada, que se encontraba bien, pero que debía buscar protección. 

Yo trate de olvidar todas esas fuertes experiencias y noticias. Me sentía muy débil para asumir las consecuencias de un desequilibrio familiar.

Cuando cumplí 11 mi madre nos notifico que se encontraba embarazada. Sin importar los comentarios, tuvo que ser honesta y fuerte ante la mirada de nuestros amigos y familiares; las personas no reaccionaron como lo esperábamos, “¿Esperábamos?” Bueno era cierto, seguíamos siendo una familia, una familia que sin importar las razones o tragedias seguiríamos unidos.

Antes de que naciera mi hermano. Mi madre había tomado la peor decisión de todas; casarse nuevamente.

No sabia nada de el, ni siquiera su nombre, apenas habían pasado unas semanas y el ya vivía con nosotros. El no dormía en la habitación de mi madre. No se lo permitiría, no debía tocarla, el no era digno de hacerlo.

—Mi pequeño Samuel. Quiero que seas fuerte, por que dentro de muy poco contraeré matrimonio con Daniel, un mes antes de que nazca tu hermana.

Estaba pasando de nuevo. Las malas noticias, los problemas, las angustias, todo estaba comenzando a pasar. La cabeza me daba vueltas, justo cuando mi padre había fallecido. Algo malo sucederá.

Junio 11

Una semana antes de la dichosa boda. Yo Samuel Mailer Rote, de 11 años de edad, me declaro infantil e irresponsable.

—Samuel, ¿Dónde estas?

Mi padrastro Daniel, solía mirarme con indiferencia, hasta en ocasiones se atrevía a mirarme con odio. Ya habían pasado 3 semanas desde que se mudo con nosotros, su presencia me causaba un mal sabor de boca, mis sospechas hacia el eran tantas y tan grandes, que incluso llegue a sospechar que el era el agresor de mi madre.

Decidí bajar, no habría problema si me escabullía de nuevo para ir por comida y después volverme a esconder, mi gran error fue toparme con el.

— ¿Dónde estabas? — Me jalo del brazo y me acorralo en la pared —Esto no es un juego. Tu madre no ha dejado de buscarte.

Me limite a decir palabra alguna. No le respondería a una persona tan hipócrita y doble cara. Desvié mi mirada y trate de zafarme de su agarre.

— ¿Quién te crees que eres? Te estoy hablando.

Las lágrimas se asomaron. Me había lastimado, no solo físicamente si no también emocionalmente.

—Los hombres no lloran. — Esos ojos tan penetrantes, que solo el tenia. Esos labios tan tristes y hermosos, que se limitaban a sonreír en ciertas ocasiones.

—Daniel, ¿Encontraste a mi hijo? — Me soltó del agarre y limpio mis mejillas. Me tomo de la mano; bajamos por las escaleras y nos encontramos con mi abuela.

— ¿Por qué el niño lloraba?

—Se callo hace un momento. — Ella comenzó a sospechar. Siempre fue así.

—Samuel, deja de esconderte y vístete, tenemos visitas.

Daniel me tomo de la mano, y me acompaño a mi habitación, cuando salimos de sus vistas, me jaloneo y me dedico miradas frías y poco amables.

—Vístete.

“¿Qué?, ¿Aquí?, ¿En su presencia?” Lo mire dudoso por un momento. Pero pensé “Los dos somos hombres…” Me quite la ropa sucia, comenzando por la camiseta. Al tener mi pecho descubierto no percibí al 100% su mirada, pensé que era normal fijar su vista en mi por unos momentos, pero eso se sintió realmente incomodo, cuando note que en ningún momento despego su vista de mi. Fue en ese entonces cuando debí sacarlo de mi habitación. Cuando debí decirle a mi madre, que mi futuro padrastro me miraba de una manera inadecuada e incorrecta. Cuando debí por lo menos evitar su presencia, pero..., jamás lo hice. Deje que me mirara mientras me cambiaba, pensé que eso era normal. Deje que se casara con mi madre “¿Qué más da? Tal vez pueda llamarlo padre en algún momento de mi vida, si llego a tomarle cariño.”

—Mira que guapo te vez. Ya eres casi todo un hombre. — Al salir de la habitación me tope con mi madre, quien arreglaba mi camiseta y acomodaba mi cabello —Ven vamos a saludar a tus tíos.

Junio 18

Hoy era el día esperado por la familia. Era el día mas alegre para todos, pero para mi, el mundo se me venia encima. “No quiero” no dejaba de pensarlo, debía hacer algo para evitarlo.

La casa estaba de lo más brillante, hermosa y viva. Los meceros pasaban de aquí para haya, como niños inquietos. Mi madre no dejaba de arreglar los más mínimos detalles, para ella todo debía ser perfecto. Mientras que mi padrastro no dejaba de observarme desde ese sillón tan feo, parecía gustarle mucho a el, siempre se sentaba a meditar, leer, ver la tele, dibujar y verme todo el tiempo que era posible; en ese entonces mi cabecita no dejaba de pensar “¿Hice algo malo? ¿Tanto así es su desconfianza? Como si fuera a hacer una travesura…”

Al llegar la hora, mi madre se adentro al pequeño kiosco aun más hermosa de lo que siempre fue. Lucia un hermoso vestido blanco, con encajes muy especiales hechos a mano. Su cabello estaba rizado y muy bien sujetado a los pequeños adornos. Su vientre era notorio, ya llevaba 8 meses de embarazo. Pude notar que el rostro de Daniel se ilumino, parecía estar muy alegre; normalmente hablaba con mi madre de una manera muy educada y seria, era raro cuando este le dedicaba una sonrisa, jamás llegue a verlos besarse.

Pasaron un par de horas, la ceremonia estaba por acabar, me puse muy nervioso, “¿Y que si detengo la boda? Bueno, eso no seria justo para mi madre”

—Y usted Daniel Thompson ¿Acepta a esta mujer como su legitima esposa hasta que la muerte los separe?

El sonrió  muy complacido y dijo: —Acepto.

—Y tu Alicia R. Rote, ¿Aceptas a este hombre como tu esposo hasta que la muerte los separe?

—Acepto.

—Si alguien se opone a esta sagrada unión; Que hable ahora o que calle para siempre. — Mi corazón comenzó a latir. Muy fuerte, y muy dentro de mi, el dolor comenzó a brotar —Por el poder que me concede dios. Los declaro marido y mujer.

El mundo se me vino encima en un solo día. Era la segunda vez que sucedía todo esto. El dolor, las preguntas, las dudas, el futuro, mi familia; Todo.

Agosto 20

Hoy era uno de los días mas esperados además del día de la boda. Hoy por fin conocería a mi nuevo hermano o hermana. Era de noche; la noche era nublada y fría. Yo me encontraba con la abuela, esperando noticias y enfrente de mí, en el otro lado del pasillo se encontraba Daniel, que no dejaba de verme.

—Familiares de la Sr. Alicia R. Rote.

—Nosotros. Díganos doctor ¿Cómo resulto el parto?

—Lo siento mucho pero ella falleció al dar a luz…— “¿Esto es una broma cierto? Si, tiene que ser una broma…, N-no puede ser cierto” Me quede pasmado, estaba en shock. Mi madre había muerto —Y lamentablemente el bebe se encuentra en estado critico, creemos que no vivirá mucho.

— ¡¿Dónde se encuentran?! ¡¿Al menos podemos pasar?!— Daniel mostraba histeria e ira mezclada con una gran tristeza. “¿Habría llegado a amar tanto a mi madre? Y si fuese así, ¿De donde la conocía?”

Entramos a la habitación donde se encontraba el cuerpo de mi madre. Mi abuela estaba tan devastada que no quiso entrar a verla. Se encontraba en la capilla rogando y llorando por su alma.

— ¿Por qué…?— El la admiro muy triste, de sus ojos se asomaron muchas lagrimas. Estaba sufriendo.

Al salir Daniel me jalo del brazo, estaba furioso. Me llevo a la capilla y le dijo a mi abuela que la llevaría a casa, para nuestra suerte esta noche no dormiríamos solos, ya que ella nos acompañaría.

—Buenas noches Samuel, que descanses. — Le di un beso en la frente y nos quedamos dormidos.

Todo el mes tuvimos visitas, afortunadamente mi pequeña hermana sobrevivió, pero estaría al cuidado de mis tías, ya que hace poco había tenido unos gemelos, no le vendría mal cuidar y hacerse cargo de ella. 

—Samuel quiero que seas fuerte. Tu madre siempre fue una mujer emprendedora y valiente. Ella te esta mirando desde arriba, y siempre te protegerá.

—Gracias por estar conmigo. — Mi abuela solo quería protegerme. Quería que entendiera que donde sea que estuviera mi madre, yo no debía llorar. Yo solo debía ser feliz.

Jamás lo dije, y jamás lo diré. Pero esas palabras de aliento fueron un grabe error. Yo me las creí, como cualquier ingenuo ante una oportunidad pequeña de poder ser feliz. Aun sigo pensando “¿Por qué?”, “¿Cuál seria la razón para decirme esas cosas?” Quizás unas palabras de aliento no le vendrían mal a un pobre niño huérfano. Si, quizás no.

—Samuel, iré a llevar a tu abuela a casa de tus tías. No te vayas a salir. — Mi abuela se iría. Ya no habría nadie más cercas de mí. ¿Ahora quien me protegería? Si. Después de todo terminaría solo.

—Yo quiero ir. ¿Puedo ir?— El me miro con desprecio -nuevamente-. A espaldas de mi abuela. Ella solo me sonrió y dijo que si.

Al principio pensé que seria una buena idea. Me despediría de ella, saludaría a mis parientes, convivirá con mi hermanita; no sonaba mal la idea. Pero después las cosas se pusieron raras.

—Gracias por traerme, quería despedirme de mi abuela y estar un tiempo con mi hermanita ¿A dónde vamos?

—Tengo dinero. Así que te llevare a comprar ropa.

—Oh..., gracias nuevamente. — Medio un poco de vergüenza, el se convirtió en mi nuevo padre, y era hora de que dejara de pensar cosas malas de el.

—Ten pruébate esto. — Me dio un par de pantalones y camisas. Pensé “Que humilde de su parte, escogió la ropa mas bonita del lugar” Pero jamás paso por mi cabeza, que el me miraría desvestirme nuevamente. Estaba tan entusiasmado que pensé que el también lo estaba.

Había puesto una cara que jamás había visto. Era una sonrisa picara, acompañada de un par de cejas levemente malvadas. Y una mueca muy, muy coqueta.

— ¿Se me mira bien? — Me di la vuelta para verme de frente al espejo. El miraba mi espalda. Recorría mi cuerpo con su mirada. Jamás olvidare esa mirada.

—Ven, vamos a pagar todo. ¿No quieres algo más? — Se miraba calmado.

—Podrías comprarme un helado.

—Es muy noche. No creo encontrar la heladería abierta. Mejor vamos al mercado a comprar uno grande.

—Pero ahí no venden helado de chocolate con chispas de chocolate y chocolate liquido.

—Compraremos todo eso ahí.

— ¡¿Enserio?! — Estaba entusiasmado. Tendría helado para toda la semana. Nada me haría más feliz, y nada me quitaría esa felicidad. O eso pensaba yo.

—Te prepare tu helado. Espérame en la habitación grande.

—Okey.

Corrí lo más rápido que pude a ese cuarto. Coloque la videocasetera. El acababa de comprarme “Alicia en el país de las maravillas”, “Blanca nieves” y “La bella durmiente”

Ya era la 1:30 de la madrugada. Tenia mucho sueño, yo me encontraba recargado en su pecho. Sentía su respiración y el latir de su corazón, honestamente era hermoso. 

Notas finales:

Espero que puedan compartirme sus comentarios, dudas o sugerencias, todo es bienvenido<3. Saludos y gracias por leer:D


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