Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dios no estaba ahí en el momento en que te convertiste en una estrella por Ichinose-Kari

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, antes que nada quiero pedirles una disculpa por la tardanza, no me maten! T.T es solo que ps... bueno a veces ando falta de inspiración y me entran las crisis de que no sirvo para esto y ps ya ven u.u... Pero a pesar de todo soy una persona comprometida así que este fic terminará :3 prometo aprovechar estos días de inspiración para escribir mucho y actualizar en la brevedad posible :3 así que sin mas espero que les guste!

 

Gracias por leer...!

 

*Kissus*

Y ahí estaba yo esa tarde, iba en mi coche tomando un camino sin rumbo, no lograba pensar ni concentrarme en nada más que en la imagen del castaño de los ojos chocolate que se desvanecía lentamente en mi cabeza, claramente esto era una señal de que iba a perderle y que probablemente nunca más volviese a verlo..


- ¡No!  - Me regañe a mi mismo - tengo que calmarme y pensar las cosas con claridad... Aunque, sinceramente no se que es lo que estoy haciendo... - Suspiré profundo y detuve el coche a un lado - ¿Donde podría estar? ...  - Pensé un poco y ¡Bingo! Una idea vino a mi como caída del cielo, una pista, un rastro de esperanza que seguiría con fé, esperando encontrarle al final del camino


Puse mi auto de nuevo en marcha, ésta vez tenía un rumbo fijo el cual seguí confiado y seguro de que iba por el camino correcto.


Finalmente ahí estaba yo, parado frente a la puerta de la universidad de Mitsuhashi, el único lugar dónde podría encontrarle o al menos obtener alguna pista de donde hacerlo. Entré y pregunté cómo loco a cada persona que cruzaba en mi camino, no supe cuanto tiempo tardé en obtener una pista, pero aunque fuese poco a mi me pareció eterno.


Llegué finalmente a una oficina que me habían indicado y aunque me perdí un par de veces en los pasillos de la enorme edificación, logré llegar al lugar dónde se supone le encontraría. Estaba nervioso y sudoroso pero tras dar un respingo tomé el valor suficiente y toqué a la puerta un par de veces, hasta que finalmente ésta se abrió...


- Oh, buenas tardes Doctor ¿En qué puedo ayudarlo? - Preguntó un hombre alto de cabello azabache con un cigarrillo en la boca.


Sinceramente sentí un ligero pinchazo en el pecho ante la decepción por el hecho de que quien abrió la puerta no fue quien yo esperaba, pero no todo estaba perdido, quizá este hombre podría decirme cómo llegar a él


- Buenas tardes, busco al señor Kamijõ Hiroki, ¿Se encuentra aquí?


- Ah, Hiroki, estuvo aquí hace un rato, tomó unos documentos y se fue a su casa


- Ya veo.... - Me sentí decepcionado más sin embargo no iba a darme por vencido tan fácil... - Disculpe, ¿podría decirme cómo llego a su casa?


- ¿Huh?, ¿Y cómo para que quiere saber usted esa información? - Me miró de reojo y preguntó notablemente desconfiado


- Soy su médico, y necesito localizarlo, es urgente que hable con él - Respondí seguro, nunca antes agradecí tanto haber estudiado medicina, mi carrera me dio la excusa perfecta


- ¿Le sucede algo a Hiroki?


- Disculpe, pero no estoy autorizado a dar esa información, si desea saber pregúntele directamente a él - Por alguna razón respondí con molestia, frío y cortante ¿Qué relación tenía este hombre con el castaño? ¿Por qué se atrevía a llamarle por su nombre con esa confianza?... No quise averiguarlo en el momento, ya era suficiente con lo que tenía en mi cabeza como para empeorar las cosas


El hombre entró en su oficina sin decir nada más, y tras unos instantes salió con un papel en sus manos dónde estaba escrita una dirección ¡Lotería!... Debía ser mi día de suerte, todo me guiaba hacia él, y no iba a desaprovecharlo, me aferraría con todas mis fuerzas a ese hombre en cuanto le tuviese de frente, no podía ni quería dejarlo ir, de ningún modo permitiría que se me escapase de las manos el responsable de que por primera vez en mi vida tuviese un pensamiento alegre antes de ir a la cama, aquel sobre el cual conversaba en silencio con mi almohada antes de entrar a ese mundo de sueños que no sabía que existía para verle allí de nuevo, de ninguna forma quería perder todo aquello.


Agradecí al pelinegro apenas haciendo una reverencia, en verdad hablarle era lo menos que quería y el sólo pensar en hacerlo me revolvía el estómago. Salí del lugar y subí a mi coche, de nuevo esas malditas leyes de Murphy haciendo su efecto jugando con la desesperación ajena, nunca creí en esa absurda teoría y precisamente hoy se imponían probándome de forma irónica que realmente existían para jugar con mis nervios y hacerlos trizas...


Tras un largo rato perdido entre el tráfico finalmente ahí estaba yo, parado frente a la puerta del departamento dónde se suponía lo encantaría pero, hasta ese entonces me percaté de que en ningún momento pensé en que le diría al estar frente a él, la desesperación, la rabia y muchas cosas más jugaron con mi mente llenándola de pensamientos basura, sin darme tiempo a pensar en que es lo que diría al estar frente a él, pero ya no había tiempo, no podía esperar más, toqué el timbre y las palabras vendrían solas cuando mirase directamente a sus ojos.


- ¡¿Que haces tú aquí?! -  Abrió la puerta y de inmediato su expresión se deformó como si le desagradase verme.


- Eso es lo de menos ¡Espera por favor! - Contesté forcejeando un poco para evitar que me cerrase la puerta en la cara.


- ¡Largate! No quiero hablar contigo


- ¡Por favor escúchame! Solo cinco minutos... ¡Por favor!


-....  Está bien, sólo cinco minutos y te irás...


Abrió la puerta dejándome entrar ante mi insistencia, y de inmediato me coloqué de rodillas e hice una reverencia a modo de ofrecer disculpas, aunque un gesto desesperado, pero no se me ocurrió nada mejor y de todas formas en verdad me encontraba desesperado.


- Perdóname por lo que pasó en el hospital, fue muy atrevido de mi parte pero no me pude contener, mis sentimientos hacia ti fueron más fuertes que yo y terminé cediendo ante ellos, ¡de verdad te suplico que me perdones!


- ¿Sentimientos? ¡¿Pero de que estás hablando?! Es la segunda vez que nos vemos, ni siquiera me conoces ¿Y aún así te atreves a decirme toda esta clase de estupideces? ¡¿Eres loco o qué?! Ya tuve suficiente....  Ya te disculpaste, ahora vete


En ese momento sentí como mi corazón se oprimía fuertemente en mi pecho, y de inmediato un sinfín de emociones me invadió, incluso algunas que no conocía, pero las que distinguí con certeza fueron la rabia y el dolor de que aquel hombre estaba menospreciando aquellos sentimientos tan importantes para mí.  En un impulso arremetí contra él y caí al suelo dejándolo debajo de mi, sujeté con fuerza sus muñecas y utilicé el peso de mi cuerpo para inmovilizarlo, claro está él forcejeó inútilmente para que lo soltara, era un hombre fuerte y de gran carácter, pero aún así no iba a ceder ante él, no sin antes demostrarle cuan ciertos eran los sentimientos que a pesar de que en tan poco tiempo, aún así había desarrollado por él.


- Quizás creas que estoy loco, pero es cierto que desde la primero vez que te vi, te metiste a mi cabeza y pusiste mi mundo al revés. ¿Qué tan difícil es entender que eres lo primero que pienso al amanecer y lo último al anochecer? Y aún al dormir te veo en mis sueños... ¡¿Por qué no puedes comprender eso?!


- Eso...  No puede ser, nadie sería tan idiota de fijarse en mí, mi carácter es terrible y no me importa, además... Estoy enfermo... - Respondió cediendo de su forcejeo y desviando la mirada, su tono denotaba una profunda tristeza, esa característica en su mirada en todo momento, y que yo deseaba aliviar.


No soporte el hecho de que se menospreciara a sí mismo de esa forma, ¿su mal carácter? ¿su enfermedad? Realmente eso no me importaba, y se lo demostraría de la mejor forma posible... 


Solté una de sus muñecas con delicadeza y sostuve su barbilla, giré su rostro haciendo que me mirase y una vez esto, besé suavemente sus labios, transmitiendo en ese beso todos mis sentimientos, finalmente me aparté y le miré a los ojos


- No me importa tu mal carácter, mucho menos tu enfermedad, así te conocí, así me enamoré de ti, tal cuál como eres sin importar nada más... - Sonreí levemente mirando a sus ojos tras lo dicho - Sólo quiero que me permitas demostrar que lo que digo es cierto, y no necesariamente tienes que aceptar mis sentimientos... Sólo permíteme luchar a tu lado, aférrate a mí y deja que yo sea esa luz de esperanza en tu vida, nada más...  Yo en verdad quiero poder ayudarte, curarte y que estés bien, no quiero que esos ojos que me cautivaron se cierren para siempre, al menos no aún, deseo poder perderme en ellos por mucho tiempo más...


Tras un largo silencio, evitó mi mirada y de forma sencilla me respondió... - Haz lo que quieras... -


Tomé esas palabras de la forma que quería, preferí hacerlo así, y en medio de la simplicidad de dichas palabras me invadió la alegría, podría estar a su lado por más tiempo, tendría la fuerza suficiente para luchar junto a él en esto, apoyarle y que saliéramos juntos de todo, estaba realmente feliz y aunque esto no fuese así, ahora no importaba nada porque tendría la oportunidad de estar junto a ese hombre y demostrarle de la mejor manera que mis sentimientos hacia él eran verdaderos...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).