-kaito…- Len lo miro un momento y luego desvió la Mirada.- yo…
-siempre estaremos juntos… no importa donde…- kaito se acercó más al borde de la azotea.- incluso si es el fin del universo, ¿vendrás conmigo? Ese es… el deseo de Campanella.
-¿ah?- Len lo miro impresionado y luego camino hacia él. Luego le sonrió.- bien, iré contigo no importa dónde.
-…- kaito lo abrazo.- vamos…
Tomo a Len de la mano y lo ayudo a cruzar la reja de seguridad, luego siguió el.
-para que nunca nos separemos…- tomo su bufanda y la ato a su mano y a la de Len.- siempre estaremos juntos, Len.
-es verdad, kaito.- dijo sin duda en su voz.
-vamos, Len.- kaito cerró los ojos y soltó su mano del barandal, cosa que imito Len.
-¡Len!- escucho un grito, volteo y vio a Gumiya entrar corriendo a la azotea. - ¡LEN!
-¿iras conmigo, cierto?- kaito lo miro mal al ver que paro todo movimiento.
-¡Len, no lo hagas!- grito Gumiya acercándose.
-¡Len!- grito kaito al ver como no le prestaba atención. Miro mal a Gumiya y luego le sonrió.
Kaito salto de la azotea, pero Len, al sentir el preso de kaito, se sostuvo del barandal y lo jalo de regreso. Admitía que era pesado, pero él no quería morir.
-lo siento, no puedo hacerlo…- dijo empujando a kaito dentro de la azotea.
-gracias a dios…- Gumiya suspiro, ayudo a Len a saltar otra vez el barandal.
-¿Cómo supiste que estábamos aquí?- pregunto Len, bajando las escaleras con Gumiya y con kaito.
-después del examen, fui a visitar a IO.- dijo cuando ya salieron del colegio.- él estaba muy nervioso y me pidió que te fuera a salvar. Pensé que ustedes dos podían estar en este lugar. El punto de partida del Ferrocarril Galáctico.
-mira, un taxi.- Len señalo al taxi al otro lado de la calle, peor pararon al ver como venía un bus.- esperen.
-lo siento…- kaito se soltó de sus muletas y salto frente al bus.
-¡kaito!- Len intento saltar tras él, pero Gumiya lo paro. - ¡no! ¡sueltame!
-Len, tranquilo.- Gumiya lo abrazo duro contra su pecho, mientras Len pateaba.- ¡por favor para!
-kaito…- Len se dejó de mover y comenzó a llorar.
-llamare al 911.- Gumiya soltó a Len para llamar.
-¡delicioso!- kaito sonrió, Len le estaba dando pudin en la boca.
Ya había pasado una semana del accidente, kaito parecía haber perdido la memoria de los últimos años. Por el momento no podía caminar, le dolían mucho las piernas, andaba en silla de ruedas.
-abre la boca grande.- le dijo Len con una cucharada de pudin en la mano.
-¡seria genial que quedáramos en 4to año juntos otra vez!- dijo una vez que trago lo que le habían dado.
-de seguro lo estaremos.- Len le sonrió.
-¿me recuperare?- pregunto abriendo la boca para que le den otra cucharada.
-si tomas en serio la rehabilitación, te pondrás bien rápido.- le dijo metiéndole la cuchara a la boca.
-incluso si mejoro, lo único que quiero es que estés a mi lado.- le sonrió.
-si me vienes a visitar y a jugar conmigo, seré realmente feliz.
-Al parecer piensa que es un estudiante de 3er grado.- le dijo Usee a IO, que estaba en su habitación en el hospital.
-afortunadamente el conductor del camión se detuvo a tiempo.- Gumiya suspiro.- la nieve amortiguo el impacto.
-Solo sufrió heridas menores.- Usee miro la expresión de IO, daba miedo. – pero sus manos y piernas paren estar dañadas. Len ha dejado de ir a la escuela para estar siempre a su lado. Él no quiere ver a otra persona aparte de Len.
-no puedo creer que Len sea en verdad Kagamine Kaito.- IO miro hacia abajo.
Len camino por los pasillos del colegio, hasta llegar a la sala del club de literatura. Entro sin hacer mucha bulla y fue hasta donde estaba Gumiya.
-¿Len?- Gumiya le sonrió.- ¿estás bien?
-por favor…- Len saco una carta de su bolsillo y se la dio a Gumiya.- déjame renunciar al club de literatura.
-¿puedo saber por qué?- pregunto Gumiya preocupado.
-ya no puedo escribir historias.- Gumiya lo miro sorprendido.- en cuanto a tu bocadillos, yo… yo…- tomo aire.- ¡ya no puedo escribirlos!
-estos dos años te has estado desarrollando, justo ahora…- Gumiya lo miro tranquilo.
-quiero quedarme alado de kaito.- Len bajo la mirada.- ese es el verdadero deseo de kaito… de Campanella. Esta vez, quiero cumplir su deseo sin importar nada.
-Le—
-¡por que le quite la historia a kaito, ya no puedo escribir más!- lo miro a los ojos.- ¡así que ya no escribiré más historias de nuevo!
-aun así, yo quiero seguir leyendo tus historias.- Gumiya se iba a acercar pero Len se alejó.
-gracias por todo.- Len comenzó a caminar hacia la salida.
-¡siempre estaré esperando!- escucho antes de salir, Gumiya gritaba con tono de preocupación.- ¡siempre esperare tus historias, no importa el tiempo! ¡Estaré esperando!
Len llego al hospital, estaba caminando hacia la habitación de kaito.
-¡Len!- IO se le acerco.- sabes, mañana seré dado de alta.
-eso es genial…- Len le sonrió levemente.
-¿fuiste a la escuela hoy?- pregunto intentando sonar normal.
-Tenía algo que hacer…- respondió bajando la mirada.
-ya veo.- le sonrió.
-renuncia al club de literatura.- IO abrió los ojos impresionado.
-¿hay algo que pueda hacer para ayudarte?- pregunto preocupado. – puede que no haga mucha diferencia, pero si hay algo que pueda hacer ¡por favor dímelo! No importa que…
-gracias, pero estaré bien.- dijo Len para seguir caminando.
-¡Len, llegas tarde!- dijo kaito al ver a Len entrar en la habitación.
-lo siento, pero desde ahora siempre estaremos juntos.- dijo mientras se sacaba su maleta y la dejaba a un lado.
-¿es verdad?- kaito se acercó con ayuda de la silla de ruedas.- sabes, pensé en una nueva historia, ¿quieres escucharla?
-si…- Len se sentó en la cama de kaito.
-en una villa, en otro país. Había un par de hermanos muy cercanos. – Comenzó a contarla.- ellos plantaban tomates en el campo. – Len borro su sonrisa.- un día, tomates amarillos crecieron. Ambos, cuando los vieron pensaron que era oro.
-kaito… esa no es tu historia.- Len bajo la mirada. – es “Tomates Amarillos” de Miyazawa Kenji.
-no sé quién es el.- kaito le sonrió.- esta es mi historia.
-kaito…- IO abrió la puerta de su habitación con un balde de agua frio en la mano.
-¿IO?- pregunto Len confundido.
-¿Qué estás haciendo?- pregunto kaito, a lo que IO le tira el balde encima y le da una cachetada.
-¡IO!- Len se levantó.
-¿¡cómo te atreves, imbécil!?- kaito se levantó de la silla de ruedas, para sorpresa de Len y comenzó a golpear a IO.