Durante largos segundos, LuHan es incapaz de mover un solo músculo. Está demasiado concentrado en el chiquillo parado frente a él y YiFan; descalzo, con el semblante tímido, la piel pálida y los labios rojos, muy rojos, y se pregunta si es que a caso usa brillo labial o algo así. Nadie decía nada, pero a él no le molestaba; YiFan no era una persona que hable mucho de todas formas y en sus años de existencia nunca había sido de muchos amigos, por lo que el silencio está bien. Se preguntaba que podría pasar cuando JinKi regresara, porque su extraña ausencia generaba muchas preguntas a los habitantes de su hogar. Observó la pequeña silueta del humano mientras balbucea intentando explicar cómo había llegado hasta ahí, LuHan no pudo evitar pensar que era muy adorable, le hacía sentir un extraño cosquilleo en la punta de los dedos; deseando tocarlo, saber si su piel era tan suave como parecía serlo.
—Así qué… JongHyun y JongDae te han traído hasta acá—la potente voz deYiFan lo despertó de su trance y esbozó una mueca mientras volvía la mirada a él.—Bien. Habla con BaekHyun sobre tu habitación; tienes dos días para la ceremonia candado, pequeño SeHun. LuHan se congeló durante un momento. ¿He oído bien? Pensó con amargura; más sin embargo, SeHun lucía completamente perdido en la conversación y agachó la cabeza, seguramente avergonzado moviendo sus pies descalzos sobre el frío piso del salón que él y el muchacho de origen chino compartían.
—Me temo, YiFan—finalmente LuHan logró que su voz se empujase por su garganta; el nombrado le miró como si reparase en que él seguía ahí a su lado.—, qué esa es decisión de JinKi y como él no está aquí, debe ser SiWon quien lo decida. Además es joven para la ceremonia…
—Si soy yo el que está a cargo por ahora, ¿No debería ser yo quien decida firmemente que pasará con él?—inquirió éste dejando a la vista su molestia por ser objetado en una decisión. SeHun simplemente paseaba la mirada de uno a otro mientras hablaban.
—Pero él no…
—No te he preguntado, y si lo hiciera sería como pedirle a JongDae que sea mi mano derecha cuando es un impuro —le interrumpió con tono hostil.—¿Cuándo años tienes, SeHun?
—Catorce, los he cumplido hace unos meses. —respondió rápidamente.
—Pues al menos sabe leer y escribir ¿Cierto?—no estaba dirigiéndose a ninguno en particular, pero SeHun asintió de todos modos. YiFan miró a LuHan y chasqueó la lengua ruidosamente.—Pues ahí lo tienes, es bastante grandecito, LuHan. Podrás decidir por él si lo consigues en la ceremonia, porque apuesto a que eso quieres.
Sin decir nada más, el muchacho altísimo y de cabello rubio artificial abandonó el salón haciendo ruido con sus botas al caminar. LuHan tardó unos minutos en reaccionar y cuando lo hizo rápidamente le tomó de la mano; sintiendo como si una corriente eléctrica le hubiese tomado por sorpresa, miró al muchacho y después sacudió la cabeza. SeHun no parecía haber sentido nada, así que lo dejó pasar. Le obligó a caminar de nuevo hacia la puerta y al salir se encontraron con BaekHyun quien permanecía en la puerta; al verlos le hizo una reverencia a LuHan.
—Tiene que instalarse en una habitación por el momento, BaekHyun—dijo el mayor de los tres. —, explícale lo que tendrá que hacer en la ceremonia candado. Llama a KyuHyun si es necesario.
SeHun observó a LuHan alejarse con las manos metidas en los bolsillos de su saco; entonces miró a BaekHyun que parecía completamente sorprendido y balbucea un poco antes de mirarlo a él y tomarle de la mano. SeHun asumió que lo llevaría a su habitación, pero lo dejó entrar en la que ya había estado antes, donde había despertado y comenzó a explicarle donde iría su ropa y a qué hora debía despertarse y acostarse, aún así, parecía nervioso. El pequeño se dejó caer sobre la mullida cama y se cruzó de brazos mirando a su mayor, que corría las cortinas para dejar entrar al lugar la luz del exterior.
— ¿Qué es la ceremonia candado, hyung? ¿Es un juego?—cuestionó finalmente, BaekHyun se siente brevemente conmovido por la inocencia del muchacho que realmente odiaba tener que romper su ilusión infantil. Negó lentamente con la cabeza y se sentó sobre la cama frente a él.
—Es una celebración de unión, SeHun—contestó con pesadez.—, los humanos que son traído al castillo deben participar. Todos se reúnen en una gran fiesta y los umbras eligen a un compañero; quien les resulte más bonito, el que les guste o les resulte interesante, el que ellos deseen y lo toman; lo marcan y están unidos para siempre. Unidos a este castillo, y todo humano que ha sido marcado termina trabajando aquí, se convierte en un sirviente más de este lugar. SeHun tardó un poco en comprender pero palabras como marcar, trabajar, unirse eran confusas para él.
—Pero tú eres un sirviente… —murmuró con el ceño fruncido.—Espera, ¿Tú estuviste en esa ceremonia? —cuestionó asombrado. BaekHyun se limitó a asentir.— ¡¿Cómo fue?! El mayor soltó una risita ante el entusiasmo del pequeño; como si le estuviese preguntando cómo había conocido al amor de su vida o algo así. Tragó saliva y entrecerró los ojos tratando de recordar con exactitud.
—Bueno… había perdido a mis padres y estuve muy deprimido porque había perdido mi hogar y no tenía a quien acudir; una noche me quedé dormido en una banca de un parque y cuando desperté estaba en una cama como esa, la que ahora es mi habitación—le contó el muchacho—, al saber sobre este sitio y la ceremonia me dije ¿Por qué no? Nadie me esperaba en casa, así que si podía tener un hogar y comida, estaría bien. Cometí un error, pero tenía diecisiete años, era un poco tonto. En fin, cerca de una semana después, fue la ceremonia, me habían dicho que tenía que hacer y cómo debía comportarme, aunque estaba muy nervioso. Todos nos reunimos en el centro y los umbras nos estaban mirando. Después de un minuto exactamente sentí unas manos en mi cintura y unos fuertes caninos mordiendo mi cuello; la sangre brotó de a poco y eso fue todo… Había sido marcado. Ni siquiera había visto a la persona, sólo pasó y después fui instalado en mi habitación, posteriormente comencé a trabajar en el castillo.
—¿Cómo se llama ese umbra que te eligió? ¿Lo habías visto antes?—cuestionó.
—No, no lo había visto. Supongo que él me habrá visto mucho antes pero eso fue muy rápido, nunca se lo he preguntado.—sonrió con cierta tristeza.—Su nombre es Park ChanYeol, veintiún años, pero es un umbra de bajo rango…
—¿Bajo rango?—inquirió el rubio, arrugando la nariz.
—Qué una vez fue humano; también les llaman impuros. No nacieron de la sangre de Lilith, a ellos se les ofreció tomarla.—aclaró y se puso de pie teniéndole una mano para que también él lo hiciera.—Vamos, tengo que llevarte con KyuHyun para que te explique lo que debes hacer durante la ceremonia. Debes prometerme que tendrás que ser cuidadoso, sólo uno puede marcarte, SeHun. Promételo.
El chico asintió, aunque se sintió un poco confuso. Salieron de la enorme habitación con un SeHun aún descalzo y aferrándose fuertemente a la mano de BaekHyun, la única persona con la cual había podido hablar con confianza en mucho tiempo, desde la muerte de su madre, más específicamente.
—¿Qué pasa si… si más de uno me marca? ¿Eso es malo? ¿No se puede?
—No es malo para ellos, pero sí para ti. Serías como un omega, un esclavo para ellos o ellas, por eso debe ser sólo uno ¿Sí?
El rubio asintió. Sólo ahí comenzó a asustarse verdaderamente, esclavo de más de uno… ¿Tendría que ser sirviente de varios? ¿Lavaré su ropa, limpiaré su habitación? Oh, Dios… No sé hacer nada de eso. Pensamientos inocentes para un alma inocente, desde luego. Caminaron por un largo pasillo hasta llegar a una puerta parecida a la del salón donde había estado antes; BaekHyun la abrió haciéndole pasar a su lado, el mayor hizo una reverencia al chico sentado detrás de un escritorio de madera y sin saber que más hacer, SeHun le imitó, sintiéndose ansioso.
«¿Esta persona es igual qué YiFan? Aigoo, estoy asustado, no sé qué haré» Pensó el menor mientras se acercaban a donde se encontraba el extraño; estaba fumando también, pero dejó el cigarrillo al verlos llegar. Les miró por encima de unas gafas de montura color negro, con unos ojos oscuros y penetrantes; tenía la piel casi tan pálida como la suya, pensó SeHun, pero al ponerse de pie notó que era casi tan alto como YiFan, sólo que un poco más corpulento, con facciones un poco más toscas, pero no por ello menos atractivo e imponente.
—Así que tú debes ser Oh Se Hun—habló aquel hombre, pronunciando su nombre de manera lenta, como si disfrutara de las letras, pero después le sonrió.—Mi nombre es KyuHyun. Ve a ese cuarto y quítate la ropa, después regresa hasta aquí. Ahora.
SeHun puso los ojos en blanco y asustado se escondió detrás de BaekHyun. ¡Él no se iba a quitar la ropa delante de ningún extraño, no señor! Eso era algo atrevido, no lo haría.
— ¿Qué pasa? ¿Nunca has estado desnudo delante de otra persona?—KyuHyun le miró incrédulo cuando éste negó furiosamente. Suspiró y se acercó hasta él, inclinándose para quedar a su altura y se quitó las gafas, logrando que se pusiera más nervioso.—A tu edad los chicos ya no son tan inocentes, no me digas que tú no sabes ni lo que es un beso…
A pesar del tono de burla del hombre, SeHun sonrió tímido y asintió, haciéndole sorprenderse durante un segundo, BaekHyun también abrió la boca ante aquella declaración implícita.
—Mi madre… ella me dijo como es un beso confesó con las mejillas sonrojadas y la mirada fija en el suelo, en los zapatos del mayor.
—¿Ah sí?—KyuHyun sonrió divertido y entrecerró los ojos tras darle una mirada al sirviente que les acompañaba. La estancia era cálida pero la brisa se filtraba por la ventana ligeramente abierta.—Entonces dame un beso.
El sirviente apretó su mano alrededor del hombre de SeHun cómo advirtiéndole que no tenía que hacer eso, pero el más joven alzó la cabeza de golpe y colocándole las manos en los hombros al mayor, le estampó un ruidoso beso en la mejilla, volviendo a desviar la vista, completamente colorado. KyuHyun soltó una carcajada, completamente divertido con la pequeña criaturita que tenía delante. Se erguió a su altura de nuevo y miró a BaekHyun.
—¿Esta persona cree que eso es un verdadero beso y ellos planean lanzarlo a todos los demonios el día de la ceremonia, así?—bufó y cerró los ojos un momento.—YiFan debe estar jodiendo porque no pienso hablarle de sexo a un mocoso así, es imposible.
—Pero el señor Wu dijo que usted…
—En serio… —el mayor volvió a ponerse delante del niño rubio y ladeó la cabeza observándole. Realmente era tan bonito como JongDae le había dicho, pero tanta inocencia le resultaba un problema. Él había instruido a BaekHyun dos años atrás e incluso ese muchacho con cara de cachorrito apaleado había sacado su lado travieso cuando se habían reunido. Tenía un poco de nervios pensando que tenía que corromper a ese mocoso.—Vale, comenzaremos de nuevo. A ver, SeHun… Te voy a dar un beso ¿Sí? Un beso de verdad y tú tienes que imitar lo que yo hago.
—Oh… de acuerdo, señor KyuHyun.
—Sólo dime KyuHyun—le pidióaún inclinado sobre él y sujetó sus brazos alrededor de la pequeña cintura. —O dime hyung, si quieres.
El niño asintió y dos segundos después los gruesos labios del mayor estaban pegados a los suyos; abrió los ojos con sorpresa y se asustó pero no se movió. Sintió una lengua que no era la suya tocando sus labios, y jadeó aún más asustado, cerrando los ojos, avergonzado. ¡Pero si él es un hombre, no es correcto!
—SeHun…Debes abrir tu linda boquita, cariño—le dijo con cierta dulzura al notar que el chico estaba temblando, asustado ante algo nuevo para él. Finalmente asintió y dando un hondo suspiro se relajó. KyuHyun volvió a juntar sus labios y cuando SeHun abrió la boca, metió su lengua explorando aquella cavidad virgen y caliente, Oh dios, estaba besando a un chiquillo. YiFan le debía una muy grande, de verdad que sí.
+
LuHan entró en la habitación del descuidado y despreocupado YiXing sin tocar la puerta y rodó los ojos al ver como su amigo y hermano de sangre le comía la boca al humano de nombre Kim JunMyeon, no entendía tampoco porque todavía no se aburría de él, el muchacho de baja estatura, piel pálida y cabellos castaños era de los humanos que más tiempo llevaban en el castillo desde que ellos se habían instalado, el tonto de JunMyeon y Song Qian que ya parecía la madre de todos los sirvientes que trabajaban para ellos.
—YiXing… —le llamó cuando se dio cuenta de que él no había reparado en su presencia. El muchacho soltó un gruñido y le dijo algo al oído a JunMyeon, éste se puso de pie y con las mejillas sonrojadas y arreglándose bien la ropa, abandonó la habitación dejándoles solos. —Me he preguntado si a caso JunMyeon es muy bueno en la cama o te has enamorado de él… ¿No te aburres de coger con él todo el tiempo?
—LuHan, a ti realmente te hace falta conseguir a alguien. Has estado solo durante tanto tiempo… —dijo el hombre como respuesta, poniéndose de pie y caminando hacia él sonriéndole amablemente, con ese hoyuelo que le hacía lucir adorable, pero LuHan sabía que no lo era, un demonio no posee esas cualidades y YiXing era uno de esos doble cara que podían ser terriblemente amables y considerados con un amigo pero sádico y despiadado con un enemigo. Ellos compartían una conexión telepática al ser muy amigos, justo como JongDae lo hacía con ChanYeol. —Debes aprovechar que en dos días es la ceremonia para conseguir a alguien. Podría ser JinRi o TaeMin que llevan un tiempo aquí…
—No, ninguno me gusta. —mencionó con sinceridad. Se sentó sobre el pequeño sofá que el menor tenía en su habitación y dejó salir un hondo suspiro. Aún sentía el cosquilleo en sus dedos, a pesar de haber dejado al mocoso hacía un rato en compañía de BaekHyun.
Oh Se Hun, pronunció mentalmente curvando una sonrisa. Oh Se Hun, piel pálida y mejillas sonrojadas. Oh Se Hun, labios deliciosamente rojos. Oh Se Hun, deliciosamente inocente. Cerró los ojos unos segundos, evocando a su mente los ojitos tímidos del chiquillo que había pisado el salón donde él y YiFan trabajaban, eran adorable, bonito, estúpidamente tierno, si se permitía pensarlo. No planeaba pedir la opinión de sus hermanos para actuar en la ceremonia, él ya sabía lo que iba a hacer.
— ¿Entonces qué harás? ¡Tienes que conseguir a alguien, LuHannie! —canturreó el muchacho de cabello azabache—, tu situación es vergonzosa. Hasta críos impuros como JongDae y ChanYeol han conseguido a alguien antes que tú. Seguirás siendo la burla de JongHyun durante mucho tiempo si no…
—No envidio a JongHyun por marcar a un humano estúpido como KiBum, mucho menos a JongDae ni a ChanYeol—aclaró con hastío, haciendo tamborilear sus dedos sobre sus propias rodillas, esbozó una sonrisa. —Yo sé lo que haré.
— ¡Ah! Sólo no hagas cosas estúpidas. A tu edad ya deberías haber conseguido a alguien. —se quejó a modo infantil abriendo la puerta de su habitación; a regañadientes, LuHan se apresuró a seguirle. Los sirvientes y umbras iban y venían de un lado a otro en los pasillos, LuHan pudo divisar a JongDae sentado junto a su humano, MinSeok, ese tío bajito y con cara de roedor que no le agradaba mucho, no le agradaba porque se habían enamorado, JongDae se había enamorado de su sirviente, y lo trataba con una asquerosa dulzura que le provocaba arcadas. Ellos no habían sido hechos para tratar a los humanos como sus iguales y los impuros como JongDae arruinaban todo eso. Gruñó. — ¿Qué ocurre, hyung?
LuHan negó y bajó las escaleras en forma de caracol con YiXing detrás de él, si bien tenía días en los que estaba particularmente caritativo, ese no era uno de ellos, se sentía bastante cansado, aburrido. Le habría gustado saber donde estaba metido el blandito de JinKi porque con SiWon revoloteando por ahí se creaban muchos problemas con eso del liderazgo.
Se detuvieron frente a la oficina de KyuHyun que iba saliendo con BaekHyun y ese chiquillo rubio detrás de él. De nuevo la sensación de descarga eléctrica recorrió el cuerpo de LuHan, su ansía de acercarse y tocarlo aumentaron pero se quedó de pie, sólo mirándole, penetrándole con la mirada. El niño parecía tímido y asentía a algo que le decía el mayor que él no alcanzaba a escuchar, no podía usar sus habilidades sobre los humanos si no ya habría aguzado el oído para enterarse. Comenzaba a sentir desagrado ante la cercanía de su hyung y el mocoso.
—Así que ese es el chiquillo, es joven, pero tengo que decir que es atractivo, su aura inocente es tentadora… como si uno desease… corromperlo. —mencionó YiXing con una sonrisa picara. KyuHyun se metió de nuevo en su oficina de donde rara vez salía y BaekHyun le sonrió al niño.
LuHan tuvo el impulso de golpear al humano ese por hacerle sonreír de ese modo. Rogó porque nadie más pusiera los ojos en SeHun en ese momento o su idea para la ceremonia se iría a la mierda. Se Hun, lamió su labio inferior casi saboreando la piel cremosa del niño, esperaría… entonces sería suyo, su precioso juguete.