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Love Revolution por Suzuki Sakamoto

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Notas del capitulo:

Solamente les aconsejo leer entre líneas, espero disfruten.

Tu cuello es el sitio en el que prefiero resguardarme. De ahí proviene aquel ligero aroma que me estremece por completo. Es tan tibio, es tan suave, que el esperar días enteros por aquella sensación se vuelve un tanto agobiante; pero la tortura termina, se extingue cuando mis fosas nasales son invadidas por aquel exquisito aroma…  Respiro, debo prepararme un poco, para deleitarme luego de manera profunda, al grado que los latidos de mi corazón se tornen acelerados.

Al rozar tu cuerpo compruebo lo tibio que es. La calidez que desprendes no se compara con nada y evidentemente con nadie. Me he cansado de estrechar cuerpos inertes, aquellos que son acompañados de frases mecánicas, heladas.

Eres justo como te imaginé, incluso al acariciarte y percatarme de algunas zonas sensibles de tu anatomía. Te estremeces, lo haces cuando muerdo tu hombro, cuando te abrazo tanto que pareciera que te dejaré pronto sin respiración. Nuestros cuerpos se mantienen tan cerca que nuestros  sexos comienzan a despertar, pensar que es un simple movimiento en nuestras caderas y mi garganta amenaza con dejar escapar un jadeo. Lo estoy disfrutando.

Tengo que llegar hasta tu cuello para susurrar…  y decir que me fascinas, no tienes una idea que cuan loco estoy por ti. De tu risa, de tu mirada y acciones torpes. ¿Lo puedes notar? Sonrío, no puedo ocultarlo… No podría siquiera negar lo mucho que me gustas.

 

 

—     Lo  lamento, no me gusta estar cerca de ti ¿No te cansas de ser tan molesto?

 

 

 

Cuestionó Saga, aunque ello fuera difícil de creer; por fin se había atrevido a hilar una oración. La sorpresa del ojiverde no se hizo esperar. Negaba lentamente y chasqueaba la lengua de modo desaprobatoria.

 

 

 

Interesante, por fin te decidiste a hablar.

 

 

 

Aseguró de una forma tan seca y clavando su intensa mirada  sobre los orbes del castaño. Takashi temblaba internamente,  pero se dispuso a no desviar su vista de la ajena, simplemente por unos segundos, ya que pronto se dirigió a la puerta que se encontraba a un par de pasos. Giró con suavidad la perilla y antes de marcharse lo miró de soslayo.

 

 

—     Eres irritante, Amano.

 

 

 

Los días posteriores fueron agitados debido a que las evaluaciones en el instituto. Se tornaban agotadoras cada fin de mes. 

Ahí, justo cuando el reloj anunciaba las tres de la tarde, era el momento en el que la estridente chicharra marcaba el cese de clases.

 

 

—      ¡Nos vemos mañana, Taka!

 

 

 

Exclamó una chica con una aminada y deslumbrante sonrisa. Por su parte el mencionado no hizo más que asentir y corresponder dicho gesto con un curvar que para nada se le asimilaba. Ella, era su novia, una hermosa rubia de 17 años, cabello largo  a la cintura, piel tan blanca como la de su pareja y, ojos que irradiaban dulzura al por mayor. Un diminuto beso terminó en los labios del castaño y su sonrisa se ensanchó levemente.

 



Nos veremos mañana, Sasazaki. — Era de preguntarse cómo aquella chica se había fijado en él, cuando ambos eran tan distintos.

 

 

Aprovechar la tarde sin duda era algo que no podía rechazar. Caminó colina a arriba de manera perezosa, su andar era demasiado relajado, no solamente por la vista que el verano otorgaba, tampoco por aquel sonido relajante de los insectos, sino más bien porque una buen descanso le esperaba luego de clases. Sabía perfectamente que era difícil encontrar a alguien en aquel sitio y ¿Llegar a casa? En aquel lugar no podría siquiera cerrar los parpados. Su delgada anatomía pronto encontró un buen sitio para descansar; cerca de aquel campo inmenso de girasoles. Un sitio que le brindaría paz a una gran cantidad de personas, sin embargo, cuando sus ojos se encontraban por cerrarse un estornudo logró que se reincorporara y buscar con la mirada a quien pudiese estar cerca de él. Rápido un estornudo se escuchó una vez más,  y en seguida otro, y  otro,  un par de más de ellos; lo cual provocó que soltara una carcajada por lo divertido que le parecía aquel sonido.

 

  —Podría ser alergia a los girasoles. —Una risa ligera se escuchó a continuación del otro lado.

 

Sí, soy alérgico a ellos. Shinji, un gusto.

 

 

¡Qué!

 

 

El de ojos chocolate inmediatamente se puso de pie. La sorpresa del más bajo reclamó la atención del pelinegro el cual tallaba sus ojos que comenzaban a lagrimear debido a los excesivos estornudos. Reconocer la figura ajena fue instantánea, con la diestra cubrió un poco sus ojos para que los rayos del sol no le lastimaran y así poder observar perfectamente a su acompañante.

 

 

—     Es claro. Te gusta estar cerca de este irritante. —Aseguró con una sonrisa de autosuficiencia.

 

 

El menor de ambos no tenía más que hacer ahí, no perdería el poco tiempo con el que contaba, y muchos menos cuando tenía a aquel ser tan desagradable a centímetros suyos, a pesar de, quería cerrarle la boca, puesto que no se encontraba en aquel sitio para verle, pese a ello, prefirió retirarse. No tenía nada que decir, nada que escuchar, así que permitió que sus emociones fueran las que se encargaran de guiar a su cuerpo.

 

 

—     No he terminado. — Agregó una vez más aquel tono que le erizaba la piel.

 

 

No sólo le hacía temblar, la habilidad con la que lo inmovilizaba al sostenerlo del brazo izquierdo le hacían pensar en lo que podría ocurrir en un instante, después de todo no era la primera vez que coincidían en dicho lugar. ¿Qué podría decir? ¿Qué estoy esperando para marcharme? Lo mejor sería irme ahora.

Notas finales:

Este capítulo, si bien es para la persona a la que le he dedicado todos mis ToraSaga, también es para un par de personas más (Sarahi y Julieta) dos personas grandiosas, igualmente para quien llegue a leerlo.

Prometo actualizar pronto.


¡Saludos y muchos besos! <3


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