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Almas en Silencio por Amii

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Notas del capitulo:

Hola!!!!!!!! Me estoy luciendo esta semana. Creo que me he portado excelente como escritora y en el plazo justo les traigo el nuevo capítulo!!! :)

Espero lo disfruten y gracias totales por todos los reviews que me envian y por la cantidad de visitas que hay en Almas en Silencio. La verdad es que el marcador se dispara cada cierto tiempo gracias a ustedes <3!

 “La verdad no es más que la expresión dolorosa del corazón…”

 

Llevaba al menos tres cuartos de hora parado como un idiota en la esquina de una avenida bastante afluida. Algunas personas lo miraban con molestia por obstaculizar su paso, otros lo miraban con curiosidad y otras simplemente lo ignoraban. Pero él seguía impasible, esperando que Callie llegara. Tarde le aviso que se demoraría un poco en llegar, pero pronto comenzó a pensar que hubiera sido más sensato el haber cancelado.

El frío le calaba un poco la chaqueta. Estaba vieja y gastada, pero aún así le serví para esconder sus manos. Al menos la música le hacía sentirse reconfortado. Solo se movía de vez en cuando para seguir algún solo de bajo o de batería, pero más allá de eso simplemente observaba la gente pasar. Por momentos pensaba que debió haber tenido su cuaderno. Habría sido un buen momento para dibujar, para comenzar a dibujar otra vez. Sin embargo, no quería darle motivos a Callie para que pensara que estaba recordando. No se atrevía a hablarle aun de Misha.

—Estoy casi convencido que si te quedas aquí te vas a congelar. — un sujeto se detuvo a su lado. No lo reconoció enseguida, pero en cuanto le echó un vistazo de reojo lo reconoció por su sonrisa. Estaba muy abrigado y era difícil reconocerlo, sobre todo porque solo tenía al descubierto sus ojos y su gran sonrisa.

— ¿Qué tal, Damián? — se sacó una mano del bolsillo y sintió el frío recorrerlo.

— ¿Qué haces aquí? Te vi cuando pase al mercado y aún sigues aquí. — traía unas bolsas de papel entre sus brazos.

Noah suspiró —Espero a Callie. Se atrasó un poco. — se encogió de hombros.

—Se toma muy a pecho eso de que las mujeres llegar tarde a las citas. — bromeó.

—Algo le tiene que haber surgido en el camino porque nunca se tarda tanto. — revisó la hora en su teléfono.

Damián observó los alrededores —Ven, vamos a un lugar más cálido o cuando llegue Callie estarás muerto por la hipotermia. —

Noah no lo pensó mucho porque realmente tenía demasiado frío —Esta bien, le avisaré. — lo siguió mientras éste buscaba algún lugar para tomar algo caliente. Sabía que si lo dejaba ahí en la intemperie Misha se iba a enojar mucho con él cuando se lo contara.

 

El teléfono de Callie vibró sobre la mesa. Le echó un pequeño vistazo sin despegar realmente la vista de su acompañante. Era Noah y se iba a ir a tomar un café por ahí cerca mientras la esperaba. Le tecleó rápidamente una respuesta antes de volver su atención al sujeto.

Ella mantenía su ceño fruncido en todo momento. Él no le agradaba y sabía que el sentimiento era mutuo, pero necesitaba verlo por un momento y él solo tuvo tiempo durante esa mañana. Se lamentaba tener que dejar a Noah, pero era necesario.

Misha la miraba intrigado. Tenía uno de sus codos apoyado en la mesa y su cabeza estaba apoyada en la mano. Le demostraba tranquilidad con aquella postura. Debía hacerla creer que no tenía ni una pisca de culpabilidad recorriéndole las venas.

— ¿Me vas a decir que es lo que sucede? — preguntó al fin Misha.

Ella lo miró inquisitiva —Has visto a Noah, ¿cierto? — entrecerró los ojos.

Él solo puso los ojos en blanco —Ya me preguntaste lo mismo el otro día, y el día anterior y así por más de un mes. — dijo cansado.

—No es lo mismo por teléfono. Quería verte a la cara mientras lo negaras. — dijo con seriedad tamborileando sus dedos.

— ¿Por qué crees si quiera que lo estoy viendo? ¿Dafne te lo dijo? ¿Ella nos vio juntos? — suspiró pesadamente.

—Él esta distinto. Ya no hace preguntas. Luce feliz otra vez. — admitió.

Misha arqueó una ceja — ¿Qué este feliz supone un problema para ustedes? —

—Tú sabes a lo que me refiero. —

—Callie, no lo estoy viendo. — prometió —Y si insistes con esa duda, pregúntale a él porque esta tan feliz. Quizás conoció a alguien más y tú te lo estás perdiendo porque temes preguntarle por su vida. —

Agachó la cabeza — ¿Sabes que volvió a pintar? — preguntó ella.

— ¿Cómo se supone que lo supiera? — volvió a poner los ojos en blanco —En cualquier caso, me alegro por él. —

—Tarde o temprano te va recordar. Ya recordó la pintura, estoy segura que eres el siguiente. —

Levantó la cabeza de su mano —No será mi culpa si lo hace. —

—Tendrás que explicarle porque lo abandonaste después del accidente. —

Misha se puso serio de pronto. Sabía que con Noah ya habían pasado por esa zona de preguntas, pero también entendía que cuando ellas se enteraran que ellos estaban juntos, aquellas preguntas volverían a aparecer y ya no podría huir de las respuestas.

Callie sonrió —Tu mirada de terror me confirma que no se han visto. Noah ya te hubiera destrozado con aquellas preguntas. —

Misha se tuvo que tragar sus carcajadas para no quedar en evidencia — ¿Eso es todo? La gente normal debe trabajar a esta hora. — dijo con acidez.

Ella hizo una mueca —Estamos en receso. — dijo de mala gana.

Él lo sabía. Noah se lo había dicho, estaban en sus vacaciones de invierno. No eran muy largas, pero tenían lo mejor del mundo o al menos era lo que a Noah más le agradaba, la navidad.

—Sigue diciéndote eso, vaga. — se levantó de su silla y tomó su abrigo.

Callie se quedo callada, mirándolo con su profundo odio mientras éste se iba del local. Su teléfono volvió a vibrar y recordó que debía correr para atravesar todo el centro de Atenas.

 

— ¿Mejor? — preguntó Damián son su sonrisita radiante.

Noah puso sus manos alrededor de su expreso —Mucho mejor. — dijo aliviado.

Damián puso las bolsas en el suelo para recibir su café con su gracilidad y amabilidad característica. La chica que se lo entregó se quedo embobada mirándolo.

—Eres todo un galán. — bromeó Noah.

Éste se encogió de hombros y le dio un sorbo a su café —No hago nada extraordinario. —

—Tu rostro hace todo el trabajo. —

—Solo soy amable con la gente. Te sorprendería las cosas que uno logra con eso. — le explicó y levantó una mano para enumerar —Comidas gratis, tragos gratis, estacionamientos gratis, etc, etc. — agregó —La gente esta tan poco acostumbrada a este tipo de comportamiento que en cuanto ven a alguien así, quedan deslumbradas y simplemente reaccionan de forma amable también. —

—Tramites amabilidad al mundo. Eso es bueno. — dijo Noah sorbiendo su bebida.

Damián se encogió de hombros —Es mi forma de pagar mi estadía en esta vida. —

—Es una linda forma de verlo. La mayoría nos pasamos la vida entre la felicidad y la amargura. —

—Cuando te conocí pensé que eras de esas personas capaces de trasmitir buenos sentimientos. Eres una persona muy feliz, también. — admitió —No dejes que nadie te diga lo contrario. — chocó su café con el de Noah.

—Gracias. — sus mejillas se enrojecieron por el cumplido.

Se quedaron en silencio un rato, saboreando sus cafés.

— ¿Damián? — inquirió Noah tímidamente.

Aquel tono de voz no le pareció buen presagió a Damián — ¿Hmn? — gesticuló con el café en su boca.

— ¿Éramos felices? — preguntó con el vaso de café entre sus labios.

Damián no pudo evitar sonreír —Dios, eran muy felices. — el recordar a su amigo con Noah simplemente le hacía sonreír —Tú lo hiciste feliz. — afirmó.

— ¿Tienes alguna idea entonces del porque Dafne no quisiera que él siguiera en mi vida? — preguntó confundido.

Damián se mantuvo inmutable, pensativo —Si yo tuviera un hijo y él tuviera un accidente con su novio, probablemente lo culparía a él por lo sucedido y no querría que lo volviera a ver. — le explicó —A veces los padres no son racionales en sus decisiones. Se mueven por demasiadas emociones. —

— ¿Crees que mamá lo vuelva a aceptar? — sentía miedo.

—No lo sé. — dijo dubitativo —No conocí mucho a tu madre. Solo lo que Misha y tú me hablaban de ella. — le dio el último sorbo a su café. Se lo empinó hasta que saliera el último concho y lo luego lo tiró a la basura —Pero no es una mala mujer. Tal vez al principio se enoje porque no se lo contaste de inmediato, pero te va ver tan feliz con Misha otra vez, que va terminar por aceptarlo. — prometió con su sonrisa.

Noah asintió y se acabo su café también —Es raro conversar contigo siendo que no me acuerdo de ti. — se rió —Hablo contigo como si te conociera de toda la vida. —

Damián tomó sus bolsas y se rió junto con Noah —Cuando nos conocimos nos llevamos bien de inmediato. Supongo que nuestras personalidades congenian muy bien. — le explicó —Muchas veces Misha se sintió relegado cuando iba a su departamento y tú estabas allá. —

—Puedo imaginarlo observándonos con el ceño fruncido. — bromeó.

—Es la mejor imagen que puedes tener de él, porque es como se pasa la mayor parte de su tiempo. — echó una mirada afuera del local antes de atreverse a salir. No quería toparse con Callie por ahí. No iba a ser una buena idea que lo reconociera tan cerca de Noah. No sería de ayuda para Misha.

— ¿Enfadado? — preguntó confundido.

Damián se giró a verlo —Misha no es como nosotros. Él es bastante gruñón. — asintió —Cuando es amable contigo es su excepción a la regla y no al revés. —

Noah parecía bastante sorprendido y Damián temió que hubiera metido la pata con aquello.

—No puedo hacerme una imagen mental de él así. — dijo mirando al suelo —Pensar en él de esa forma no hace que algún recuerdo venga a mí. — admitió contrariado.

—Solo fue así contigo cuando te conoció. — le contó —Cuando empezaron a salir ya no puedo ser desagradable contigo. Era demasiado feliz para dejar que la amargura lo embargara. —

Noah asintió —Cuando lo conocí me gritó. — recordó.

—Le tiraste la comida encima. — soltó una carcajada al recordarlo —Créeme que ya entonces fue condescendiente contigo. A cualquier otro lo habría golpeado. —

— ¿Por qué crees que fue blando conmigo? — sonrió lleno de curiosidad.

—Le debiste haber gustado en cuanto te vio. — supuso —No lo sé, nunca se lo pregunte y él nunca me lo dijo. — convino —Solo puedo decir que le perteneciste desde el momento en que le tiraste la bandeja de comida. —

Noah se sonrojo —Él me dijo el otro día que lo perseguí. —

—Sí, lo hiciste. Él no es de esos que persiguen a quien le gusta, pero él no te habría dejado hacerlo si no le hubieras interesado. — dijo —Probablemente tenía que hacerse a la idea de que había llegado a su vida y que ya no te iba a poder sacar de ella, porque eras como un mosquito revoloteando por alrededor de todos nosotros. Incluso de mí o de Emma. — se burló.

— ¿De verdad? — preguntó avergonzado —No es cierto. — se rió nervioso.

— ¿Cómo crees que conseguiste su número o los lugares que frecuentaba? Emma y yo fuimos los traidores. — sonrió ampliamente, orgulloso de lo que decía.

Noah continuó riendo —Con amigos como ustedes, quien podría necesitar enemigos. —

—Misha nos dijo lo mismo cuando se entero. Pero ya no se pudieron separar más. — se encogió de hombros —Así que supongo que estuvo bien lo que hicimos. No me arrepiento y estoy seguro que Emma tampoco. —

—Podría pasarme toda el día hablando contigo. — admitió Noah.

Damián volvió a tomar noción del tiempo y miró el reloj en su muñeca —Sí, pero ya debo irme. — dijo un poco alarmado —Callie podría llegar en cualquier momento. —

Noah se puso en alerta también y miró a su alrededor. No había moros en la costa, pero admitió que no sería una buena idea aquel encuentro. Le dio un abrazo a Damián antes de que este se fuera. Lo observó alejarse cargado con todas esas bolsas. Se confundió rápidamente entre la multitud así que Callie no podría haberlo visto. Había sido un riesgo el haberse ido a tomar un café con él y recién le tomaba el peso a eso.

Caminó hasta la esquina que tenía que encontrarse con Callie, pero antes de llegar, ésta lo llamó. Ya estaba en el lugar.

—Ya iba a llamar a la policía. — ironizó Callie frotándose sus manos que traía con guantes —Hace un frío del demonio. —

Noah le hizo una mueca burlona —Y eso que yo tú solo me esperaste cinco minutos. — le dio un pequeño empujón — ¿Dónde estabas? —

—Ya sabes. — dijo nerviosa —Cosas de chica. —

Noah arqueó una ceja — ¿Tú haciendo cosas de chica? — le mostró los dientes al sonreír.

Callie hizo una mueca —Ja ja ja. Muy gracioso. —

Él le dio un beso en la mejilla antes de tomarla de la mano —Salgamos de aquí. Tengo demasiado frío. — la tironeó para que caminara —Tengo que comprar ese regalo o mi mamá me va matar. —

Ella simplemente lo siguió. Lo observó feliz. Estaba tan feliz que en realidad no importaba cual fuera el motivo, su sonrisa pagaba cualquiera que fuera el precio de volver a verla.

— ¿Qué te pidió tu mamá? — se apuró en caminar para ir a su lado — ¿Tienes que hacer todas las compras? —

Noah le dio una mirada —No, solo debo comprar el regalo de Teo. — dijo con cierta pena —Aunque si tuviera que hacer todas las compras de la familia solo tendría que comprar uno más. —

La mirada de Callie cambió de inmediato. Pero ellos no solían sentir pena el uno por el otro. Sus vidas estaban jodidas por completo y si se ponían a lamentarse por ello no terminarían nunca de sufrir.

—En mi caso solo es mi abuela. — le dijo en broma —Yo te gano. Mi vida es más patética. —

Noah negó con una sonrisa en los labios —La última vez que competiste conmigo por eso fui yo el que gane. — le recordó.

Llegaron a un pequeño local, en cuya vitrina estaba lleno de luces de navidad que rodeaban miles de figuras de acción de colección y videojuegos. Noah abrió la puerta y dejo entrar a Callie primero.

El sujeto que atendía estaba de espaldas al mostrador limpiando un estante, pero en cuanto se abrió la puerta sonó una campanita que estaba colgada en la puerta y se volteó de inmediato.

— ¡Chicos! — dijo con alegría.

—Hola Eddie. — dijo Callie apoyándose en el mostrador y levantándose para alcanzar a Eddie y besarlo en la mejilla — ¿Cómo estás? —

Él le sonrió y luego saludó de la mano a Noah.

—Todo bien por aquí, ¿y ustedes? — comenzó a limpiar el mostrador con el paño que tenía en sus manos.

—Igual que siempre. — dijo Noah encogiéndose de hombros.

—Ya los estaba comenzando a extrañar. — sonrió mirando a Callie — ¿Cómo está Teo? — miró a Noah esta vez.

Noah miró de reojo a su amiga —Esta bien. Ansioso por estas fechas. —

Eddie rió —La emoción de su cumpleaños y la navidad juntos. — recordó de inmediato — ¿Vienes por su regalo? —

—Exacto. — sacó un papel de su bolsillo —Es este el que pidió para este año. —

Eddie tomó el papel y le echó una leída. No era solo un juego. Era una lista un poco más larga que la que acostumbraba a recibir de Noah —Esto te va costar. — admitió el sujeto apretando los labios —Estas figuras son caras. —

—Yo pago la mitad. Dafne la otra. — le explicó.

Callie le echó una ojeada a la lista — ¿Puedo ayudar también? Podría ser un regalo de los tres. — pidió.

Eddie desapareció tras una puerta que daba hacia el depósito de la tienda.

—No tienes que hacerlo. — negó Noah —No somos tan pobres. — bromeó —Además le gustan los regalos que le haces. Siempre lo hacen reír por horas. —

No insistió. Ella acostumbraba a regalarle bromas para hacerle a los demás y se pasaba las primeras semanas de regreso del receso molestando a sus compañeros con aquellas bromas. Era tan feliz y esperaba ansioso cada año las sorpresas que Callie le llevaba para navidad. Recorrió la tienda para ver todas las novedades.

—Este es el paraíso para los freaks. — dijo con un escalofríos.

—Gracias, es una linda descripción para Teo. — dijo Noah fingiendo que se había ofendido.

Ella le hizo una mueca desde lejos —Él no. Él es diferente a los demás que vienen aquí. —

—Gracias, es lindo que le recuerdes que es diferente a los demás. — insistió.

Callie ya no supo que decir y puso los ojos en blanco. Eddie volvió con varias cajitas entre sus manos y las dejó sobre el mostrador.

—Creo que tu hermano se volvió un gran fans de Star Wars. — puso unas cuantas figuras de algunos personajes de la saga.

Noah asintió e hizo una mueca —Todo es culpa de la nueva película que va salir. —

Eddie se rió y comenzó a pasar las cosas por la registradora —A que no adivinas quien pasó por la tienda la otra tarde. — dijo de pronto el sujeto. La mirada que le dirigió a Noah era bastante extraña, pero no supo adivinar a quien se refería.

Callie escuchó la pregunta a lo lejos, pero no alcanzó a interferir antes que Noah hablara.

— ¿Quién vino? — arqueó una ceja.

Eddie terminó de pasar las figuras y los juegos —Misha. —

Noah se puso pálido en cuanto lo dijo. Por suerte Callie estaba a sus espaldas y no pudo ver su reacción — ¿Quién? — fue lo primero que pudo decir para que Callie lo escuchara.

—Eddie. — la voz de Callie resonó en toda la tienda. Le hizo un gesto a éste, él la miraba por sobre el hombro de Noah.

Ella creyó que Noah no la veía, pero tras Eddie había un espejo y daba justo con el cuerpo de su amiga. Ella estaba realmente sorprendida y negó con su cabeza para que Eddie se quedara callado.

—Es un viejo amigo mío. — intentó evadir él.

Noah bajó la cabeza —No lo recuerdo, lo siento. —

—Es cierto, tu accidente. Lo siento, lo olvide por completo. — se agachó tras el mostrador y se tardó un momento antes de sacar una bolsa para meter las compras de Noah —Soy un idiota. — se volvió a disculpar.

—No te preocupes. No es tu culpa y tal vez algún día recuerde a tu amigo Misha. — pronunció su nombre con toda la intención de que Callie lo notara, que supiera que ya recordaba ese nombre.

Eddie le entró la bolsa y se despidió de ambos, pero Callie ya había cambiado su actitud. Estaba tensa y ni siquiera el frío logro sacarla de su ensimismamiento. Caminaron un rato en silencio. Ella se notaba perdida, pero al mismo tiempo contrariada, como si luchara contra algo en su interior. Intentaba discernir sobre algo. Noah la conocía y podía descifrar sus miradas.

Callie lo tomó del brazo después de un rato y apoyó su rostro en el brazo de él — ¿Sabes que te quiero, verdad? — no espero una respuesta. Solo suspiró y camino acompasada con Noah — ¿Si te cuento algo prometerías no enfadarte? — se detuvo frente a Noah cuando un semáforo los detuvo en una esquina. Noah la miró intrigado, ¿será acaso que le iba hablar de Misha? — ¿Podrías prometerlo? —

— ¿Cuándo me he enfadado contigo por algo? — preguntó intentando tranquilizarla.

Ella sentía como si su pecho le ardiese. Ya no podía con ese secreto más tiempo. Era inevitable que Noah compartiera con personas que conocían a Misha y que estos le hablaran o preguntaran por él. No podía abarcar a tantas personas. Incluso era probable que Noah conociera gente que supiera de Misha y que ella ni siquiera conocía. No podía simplemente mantenerlo alejado de su vida mucho más tiempo, o al menos no podía continuar siendo la responsable de que Noah no fuera capaz de recordarlo.

—Nunca. — admitió apesadumbrada —Pero si hay una buena primera vez para algo, créeme que esta es la mejor. —

— ¿No has matado a nadie, verdad? — la abrazó por los hombros y la hizo avanzar cuando el semáforo cambio. Ella negó un poco apenada —Entonces no hay nada que pueda sorprenderme, así que cuéntame. —

— ¿Podrías acompañarme a un lugar primero? No quisiera ir sola si es que después te enfadas conmigo. — levantó la mirada para ver a Noah que era al menos una cabeza más alto que ella.

El la apretó más fuerte contra su cuerpo —No me voy a enfadar. — prometió.

—Solo compláceme en este capricho. — rogó —Además se sienten bien tus abrazos. — los rodeó y lo detuvo para apretarlo.

Noah resopló —Haces esto más dramático de lo que es. — le susurró al oído —Solo dime que sucede y acabemos con esto. —

—Solo un segundo más. — apoyó su cabeza en el pecho de Noah y olió su perfume. Dios como amaba a ese hombre… y era lo más cerca que lo tendría jamás. Probablemente ahora lo iba a perder y todo por ser una horrible amiga. Sus piernas le tiritaban —En otra vida estoy segura que tú y yo seriamos novios. — suspiró.

Noah la apartó con delicadeza y la miró a los ojos —Dime qué pasa, ¿por qué crees que me voy a enfadar al grado de no querer verte más? ¿Qué hiciste, Callie? — arqueó una ceja con seriedad. Necesitaba oírla decirlo.

—Eddie… Eddie mencionó a un tal Misha. — dijo agarrada a la chaqueta de Noah. Sus ojos brillaban por las lágrimas que se asomaban —Él no es un amigo de Eddie. Misha… Misha es… — se tragó las palabras. No podía.

— ¿Quién es Misha? — la presionó.

— ¿No te dice nada su nombre? Concéntrate un momento y piensa en ese nombre. — le pidió antes de decirlo. Sin embargo, Noah logró mantenerse inmutable y solo espero a que le contara de una vez por todas —Antes del accidente tuviste un novio. — tragó saliva al decirlo —Y se llamaba Misha, era el Misha del que Eddie hablaba. —

Noah aguantó solo unos segundos antes de sonreírle y volver abrazarla. Ella se quedo en shock por la reacción de éste. El apoyó su cabeza en el cuello de ella y le susurró —Lo sé. Conozco a Misha. — le confesó con dicha —Gracias por decírmelo. —

Callie se apartó con brusquedad y lo miro — ¿Te has visto con Misha? — refunfuñó.

Noah asintió —Sí. — admitió aún contento — ¿Por qué te enfadas? —

— ¡Argh! — gritó — ¡MALDITO MENTIROSO! — chilló irritada.

Él dio un paso hacia atrás asustado.

—Lo siento. — se tapó la boca avergonzada —No te lo decía a ti. —

Noah la miró con los ojos bien abierto — ¿A Misha? —

—Sí. Hoy llegué tarde porque me junte con él y logró convencerme de que no te había visto. Me vio la cara el maldito embustero. — hizo una pequeña pataleta frente a Noah. Tardó unos segundos antes de recomponerse antes de recordar que no estaba en una situación muy adecuada como para armar aquel escándalo — ¿Cómo es que lo supiste? — dijo confusa al fin.

—Teo me lo dijo. — confesó sin mayores problemas —Aunque la verdad es que ya lo había visto antes. Me lo había topado un par de veces, incluyendo el día que te deje sola en el bar… estaba con él ese día. —

Lo miraba boquiabierta. Estuvo así de cerca de descubrirlos y aún así no pudo. Estuvo siempre frente a sus narices.

—De hecho, antes que llegaras me tomé un café con Damián. — agregó complacido por la cara de Callie — ¿Creíste que te iba a odiar por esto? —

Le dio un puñetazo en el brazo —Debiste decirme que había conocido a alguien. — le regaño.

Noah estrechó la mirada —No puedo creer que me regañes después que tuvieras miedo que dejara de hablarte. — dijo indignado o al menos fingía estarlo —Además te hable de él… — recordó pensativo —Era de él la chaqueta. —

Callie resopló —Debí imaginarme que no se mantendría lejos de ti. —

—Fui yo el que apareció de nuevo en su vida. Él ni siquiera tuvo intención de decirme la verdad. — le defendió —Esperé varias semanas a que me lo dijeras. Sabía que en algún momento lo harías y al fin podría preguntarte la razón por la cual Dafne, apoyada por ti decidieron mantenerlo alejado de mi vida. — sus palabras no sonaban en ningún caso resentidas, simplemente un poco ansiosas por una respuesta.

—Él estuvo de acuerdo. — aclaró de inmediato.

—Lo sé. Misha me lo dejo claro desde el principio. — asintió —Pero fue idea de mi mamá, ¿por qué la apoyaste? —

—Ibas en el auto de él. Ella tuvo miedo de que pudiera volver a pasar. — repitió lo mismo que ya le habían dicho. Pero sabía que tenía que haber algo más. Si hubiera sido la única razón hubiera bastado con prohibirle subirse de nuevo a su auto. No había que ser tan drásticos en aquella decisión — ¿Y tú estuviste de acuerdo con eso? —

Ella negó —Cuando ella tomó la decisión, tú aun no despertabas. — le contó —Y aunque con Misha no somos grandes fans mutuamente, jamás se me hubiera ocurrido hacerle algo así, porque tú eras feliz con él. — añadió —Pero la verdad fue que cuando despertaste y no te acordaste de él tuve miedo que tampoco me recordarías a mí y vi que habría sido tan fácil para tu mamá el sacarme de tu vida igual como lo hizo con él. —

— ¿Le tuviste miedo a mi mamá? — preguntó susceptible.

Callie lo miró insegura —Tu mamá no hizo cosas buenas mientras estuviste en coma, cosas de las que probablemente no se siente orgullosa, pero al menos te trajeron de vuelta. Sin embargo, no soy quien debería contártelas. — 

—Podrías darme un ejemplo al menos de lo que ella hizo. — pidió confundido.

Callie estaba abriendo la boca cuando el celular de Noah la interrumpió.

—Dame un segundo. — pidió sin quitarle la mirada de encima. Sacó el teléfono del bolsillo del pantalón y contestó sin ver quién era —Hola. —

— ¿Tienes planes para esta noche? — directo al grano. Tal y como él era.

Noah sonrió y Callie supo de inmediato quien era —No, ninguno. — dijo girándose para evitar la mirada de su amiga.

— ¿Estás con Callie? — preguntó de pronto.

—Sí, y no adivinas que me acaba de contar. —

Misha soltó una carcajada del otro lado de la línea —Debe estar odiándome en estos momentos. —

—No sabes cuánto. — miró de reojo a Callie. Ella le hizo una mueca y se apartó.

—Llámame cuanto te desocupes y paso a recogerte. Te tengo una sorpresa. —

—Está bien. — prometió antes que Misha le cortara. Así solían ser sus conversaciones durante el día. Misha trabajaba mucho y no tenía tiempo suficiente para charlas empalagosas o para despedidas románticas. Además, odiaba hablar por teléfono.

Cuando colgó y se giró hacia Callie, esta ya no estaba por ninguna parte. La tierra parecía habérsela tragado.

Notas finales:

Ya saben que hacer! ;)

Hasta la otra semana :D


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