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Almas en Silencio por Amii

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Notas del capitulo:

Holi! Hoy me siento generosa jajajaja! La verdad es que no me gusta tener que esperar tantos días para actualizar si ya tengo los capítulos listos >_<!!! Así que aquí está y ya estoy trabajando en el próximo!

Disfrutenlo :)

“No se puede dañar algo que ya está completamente destrozado…”

 

Noah dio un largo bostezo. Era demasiado temprano para estar despierto en vacaciones. Debía ser un crimen de la naturaleza, pensaba él. Pero no, solo era su mamá que lo obligaba a ir a sus citas. Aprovechando que tenía las mañanas libres, no había encontrado nada mejor que correr su hora con Emily para la mañana. Se restregó uno de sus ojos y volvió a mirar a la secretaria que continuaba tipiando en su computadora.

Una mujer adulta salió de la consulta después de un rato. Emily la acompañaba y le daba golpecitos en la espalda para intentar calmarla.

—Vendrá la próxima semana. — le dijo a la secretaria. Ésta asintió par darle una hora. Emily miró a Noah y le indicó que se acercara con su dedo índice —Vamos, Noah. — y volvió a entrar esperando que éste la siguiera —Me sorprendió que cambiaras la hora. — admitió ordenando un poco el lugar.

Noah volvió a bostezar involuntariamente —No fue mi idea. — argumento con pereza. Le dio una sonrisa a Emily en forma de saludo y se sentó en su sofá —Si me duermo espero me perdones. — se acomodó lo mejor que pudo y espero a Emily.

—Esperemos que no te duermas. — buscó entre unas carpetas y sacó el archivo de Noah —Hemos avanzado mucho y no creo que quieras retrasar más tiempo tu alta. — se sentó frente a él y hojeó un poco lo escrito. Con tantos pacientes a veces era difícil recordar todos los detalles.

Noah asintió — ¿Hay alguna pauta para hoy? ¿O hablaremos de cualquier cosa? —

Emily lo miró. Estaba extraño. Notablemente más feliz que de costumbre y obviamente mucho más amable que la primera vez que lo había conocido — ¿Algo nuevo ha pasado en tu vida? — preguntó curiosa.

Él pensó de inmediato en Misha, pero al mismo tiempo meneó la cabeza —No realmente. — aseguro.

Emily frunció levemente el ceño —Creí que nos teníamos confianza. — le recordó.

Noah sonrió —Lo sé, pero no me ha contado nada nuevo de su vida. —

Ella aceptó el reto — ¿Tal vez si te cuento algo nuevo me digas porque estas tan feliz? —

—Tal vez… — dijo sin estar muy convencido. Realmente no está seguro si quería poner en riesgo su relación con Misha tan pronto — ¿Tiene novio? — le preguntó tomándola por sorpresa.

Abrió sus ojos un poco sorprendida y negó con cierta tristeza en su rostro —No de momento. — reconoció —Tengo algo más importante de que preocuparme en estos momentos. —

Noah la miró esperando que le dijera que era, pero Emily parecía reticente a mencionarlo — ¿Qué es? — la curiosidad lo corroía.

Suspiró un poco derrotada —Tengo una hija de tres años. — admitió.

—Wow. — la miró sorprendido —Entre todas las posibilidades que llegué a pensar, una hija no estuvo entre ellas. —

—Ella es mi mundo en estos momentos. — le explicó.

Noah asintió — ¿Cómo se llama? —

—Isabella. —

—Lindo nombre. — admitió Noah.

Emily se removió en su sillón — ¿Me preguntaste si tenía novio por qué tu quieres hablarme de alguna novia? —

Noah meditó un momento la pregunta y la respuesta que daría. Tenía que demostrar su confianza en ella, y como era algo que Dafne ya sabía de todas formas, no le pareció tan mala idea —Soy gay. — le dijo con simpleza.

Ella no se sobresaltó con la revelación —Me corrijo entonces, ¿tienes algún novio? —

Se mordió el labio inferior y desvió la vista. No deseaba mentir. No quería sentirse como judas negando de aquella forma a Misha, pero ambos habían quedado de acuerdo que mantendrían su existencia lo más lejos posible de Dafne y él estaba completamente seguro que ella metería sus narices en aquellas conversaciones. Tarde o temprano siempre lograba convencer a sus psiquiatras, terapeutas, profesores, lo que fuera —No, no ahora. — mintió.

Emily asintió. Noah no supo si de verdad lo creyó, pero de reojo pudo ver que tomaba nota de eso —Tal vez no tenga ninguna relación, pero quisiera hacerte una pregunta que imagino va ser muy personal para ti. — dijo con cierta timidez — ¿Puedo hacerla de todas formas? Puedes optar por responderme o no hacerlo. — advirtió.

—Dispare. — asintió.

Se llevó la mano a su cuello y tomó un dije que ella traía consigo —Tienes un colgante y siempre que hablamos del pasado, tú lo tomas, ¿Puedo saber por qué? —

Ike. Aquella fue la primera palabra que vino a su mente. Él, completamente él vino a su mente. Su rostro, su cuerpo, su voz, su aroma. Todo se agolpó de un golpe en su cabeza. Noah tomó su dije y lo sacó de entre sus ropas —Me lo regalo mi ex novio. — le explicó —Después de la última vez que lo vi, esto llegó a mí y jamás pude separarme de él. —

Emily notó de inmediato que la felicidad se esfumó del rostro de Noah. Los recuerdos habían llegado con tanta violencia a él que no pudo resistirse y lo ahogaron en el pasado — ¿Podrías contarme de él? ¿Qué paso con él? ¿No funcionó? —

Noah negó —Ike simplemente se fue. — le explicó.

— ¿Se fue lejos? — quiso entender.

—Se fue a un lugar que no podía acompañarlo. — sonrió de lado. Emily lo entendió —La última vez que vi a Ike fue gracias a mi hermano y sus caprichos. Siempre le cayó bien y le encantaba verlo. Incluso cuando nosotros queríamos estar solos. — dijo tratando de que entendiera algo importante —Aunque nunca pudimos. Teo dependía demasiado de mí en ese tiempo. — se encogió de hombros.

—Continúa. — le pidió ella completamente intrigada.

 

—Perdona a mi hermano, pero insistía en verte. — dijo un poco apenado Noah, mientras sostenía su mirada fija en Ike.

—Él no me molesta y lo sabes. — respondió mientras los observaba aferrarse a la reja de su casa.

—Gracias por traernos. — sonrió nervioso al ver que Ike empezaba acercarse lentamente.

—De nada. — Murmuró a centímetros de Noah —Creo que es lo mínimo que puedo hacer por ustedes, y sobre todo por ti. Solo quiero que estés bien. — añadió causando la sorpresa del rubio.

— ¿Y cómo estuvo tu día? — le preguntó esbozando una tímida y coqueta sonrisa.

—Muy productivo. — contestó con mofa Ike —Pero quería que pasara rápido, tenía a alguien importante a quien visitar. —

— ¿A quién? — le consultó mientras lo observaba fijamente. Le encantaba perderse entre sus ojos verdes y ver como el viento agitaba los cabellos negros de su pareja — ¿Qué hiciste hoy? — agregó esperando cambiar el tema.

—Lo de siempre, escuchar las extravagantes historias que me cuenta toda la gente morosa del porque no han pagado sus deudas. — Explicó sin mucho interés —Mejor cuéntame que hiciste tú. —

—Tuve práctica hoy. — Contestó en tanto veía como éste se acercaba velozmente a él —Recuerda que dentro de poco es el partido y quiero verte ahí. — le dijo retraído.

—Ya lo sé, me lo has dicho como unas mil veces. — se burló esperando fastidiarlo.

—No lo vayas a olvidar. — rio ante su insistencia.

—Ahí estaré, lo prometo. — pasó su brazo por el cuello del rubio y lo acercó a él.

—Ike… — lo interrumpió de nuevo, visiblemente nervioso.

—Dime. — bajó la vista para mirarlo a los ojos fijamente causando un silencio entre ambos.

—Te quiero. — dijo con una enorme sonrisa en su rostro mientras se dejaba atrapar por los brazos de Ike.

— ¿Por qué te molesta tanto que haya un poco de silencio entre nosotros? — Lo acorraló un poco más para impedir que se escapase —A veces es mejor demostrar que solamente hablar. —

Noah se puso nervioso —No me molesta. — respondió titubeante.

Ike sonrió —Qué bueno, porque a esa persona que espere ver todo el día fue a ti. — dijo para empezar a romper la distancia entre sus labios y los de Noah.

—Ike… — alcanzó a susurrar compenetrado en el ambiente tan romántico que estaban sosteniendo.

— ¡Noah! — se escuchó la voz de una muchacha desde las cercanías separando a ambos jóvenes.

Noah se volteó a mirarla, ella lo esperaba en la puerta de su casa — ¿Qué pasa? — preguntó asustado y nervioso.

—Tu hermano… — alcanzó a decir antes de que este se alejara de Ike y entrara a la casa.

Ike y ella se miraron con desdén, probablemente era lo único que tenían en común ellos, el odio profundo hacia el otro —Callie. — dijo cortésmente en forma de saludo.

—Ike. — respondió entre dientes antes de darse media vuelta y dejarlo solo allí afuera.

En el interior de la casa todo era un caos. Callie pudo ver como algunas cosas volaban por sobre la cabeza de Noah mientras éste intentaba llegar al lado de Teo —Por favor, quédate quieto un segundo. — le rogaba Noah, pero su hermano estaba teniendo una de sus peores crisis en meses —Teo, por favor. — insistió justo antes de que un libro diera de lleno en su cara tirándolo al suelo.

— ¡Noah! — chilló Callie acercándose a él.

—Estoy bien. — la hizo a un lado para protegerla. Se irguió nuevamente.

— ¡Quiero a mi mamá! — exigió Teo en un mar de lágrimas ya sin fuerzas para seguir tirando cosas.

Noah logró alcanzarlo y lo reconfortó con un abrazo —Mamá ya viene. — le susurró. El menor fue un poco reacio a que su hermano lo tocara, pero ese no permitió que Teo lo alejara y pronto se quedó tranquilo entre sus brazos, pero seguía repitiendo que quería a su madre.

La mejor amiga de Noah observó la escena con un poco de tristeza por todo lo que tenía que vivir a diario su amigo. A la vez sentía un gran orgullo que él fuera capaz de resistir todos los golpes que la vida le había dado y que aun así fuera capaz de sonreír de la forma que lo hacía. Se quedó cerca de los dos mientras Noah continuaba acunando a Teo para que éste se durmiera un rato ahí sentados en el suelo.

— ¿Estará bien? — preguntó en un hilo de voz cuando notó que Teo estaba más dormido que despierto. Noah le guiño un ojo respondiendo a su duda.

—Gracias por cuidarlo. — acarició los cabellos castaños del menor.

—No seas tonto, no tienes que agradecerme esas cosas. — lo regañó frunciendo el ceño indignada.

— ¿Puedo pedirte un favor más? — preguntó él. Ella lo miro venenosamente, sabía perfectamente lo que le iba a pedir.

Ella meneó la cabeza —Olvídalo. — Se negó rotundamente —Te quiero mucho, pero sabes que él no me agrada. —

—No quiero que me esté esperando allá afuera. — Miró a su hermano —No creo poder dejarlo en estos momentos, no quiero que despierte. — ella resopló.

—Si pones esa cara de niño indefenso es difícil negarte algo. — Rompió su postura y se encaminó hasta la puerta— ¿Le digo que pase o que se vaya? — alzó la voz.

—Callie… — logró escuchar en un susurró su voz. Había comprendido que había sido mala idea levantar la voz y se regañó internamente por su torpeza. La verdad es que solo había pensado en que Ike la escuchara para fastidiarlo.

—Que inteligente que eres Callie. — se reprendió abriendo la puerta. Ike se volteó a mirar en cuanto sintió el sonido de la puerta, pero su rostro se avinagro cuando vio a quien estaba ahí nuevamente —No te ilusiones. — bromeó con una sonrisa de lado.

— ¿Teo está bien? — intentó averiguar por medio de la única persona que no estaba dispuesta a decirle nada.

—Sí. — Respondió secamente —Noah dice que te vayas, que está ocupado ahora. —

Él asintió y jugó con las llaves de su auto. Meditaba la situación —Gracias. — dijo con dificultad evitando mirarla a la cara. Sabía que viniendo de ella sonaba de esa forma el mensaje de Noah, y lo que menos quería era causarle problemas a él, así que por esta vez se iría por la paz. Se subió a su flamante mustang rojo y partió siendo observado siempre por la muchacha.

Callie regreso a la casa. Aún seguían tal y como se habían quedado cuando ella salió, la única diferencia era que Teo estaba plácidamente dormido en los brazos de su hermano — ¿Te traigo una manta o algo así? — preguntó sigilosamente.

—Por favor. —murmuró Noah acariciando al pequeño.

En el momento que ella se perdía por el pasillo rumbo a las habitaciones, la puerta principal de la casa se abrió y no tardó en aparecer una mujer ante Noah —Me pareció ver pasar a alguien hacia allá. — se precipito a decir un poco asustada mirando en la dirección en la que se había ido la muchacha.

—Está Callie. — acalló las dudas de su madre con sencillez.

—Con razón me pareció ver una cabeza colorina. — Caminó hasta sus hijo y se agachó junto a ellos — ¿Tuvo problemas? — besó la frente de Noah y acarició con delicadeza al menor de sus hijos.

—Estaba afuera. — le explicó apenado por no haber estado junto a él —Callie lo estaba cuidado y de pronto se puso incontrolable, la asusto bastante. —

—Pobre de mi bebé. — Sostuvo la mirada en Teo —No sé que le estará pasando últimamente. —

— ¡Hola! — saludó animosamente la pelirroja.

—Hola, zanahoria. — contestó con una sonrisa Dafne.

—Ya entiendo de donde salió tan simpático su hijo. — dijo con sorna al momento de cubrir con la frazada a Teo.

— ¿Por qué no lo llevamos a su cuarto mejor? — preguntó la mujer un poco contrariada al ver a sus pequeños en el suelo.

—No quiero que se despierte. — Admitió Noah —Es mejor que duerma un poco más, de todas formas no me molesta estar aquí. —

—Qué lindo, por eso te amo tanto. — le sonrió su madre con excesivo amor.

Noah trató de apartarse, pero no quería moverse mucho — ¡Mamá! — se quejó.

—Ahora te quejas, cuando estamos solos no te molesta que te consciente en todo lo que quieres. — se cruzó de brazos fingiendo molestia.

Callie se largo a reír al escuchar tal confesión que hacía la madre de su amigo. Venía constantemente a la casa de ellos, y siempre era igual de divertido el compartir con aquella familia tan particular. Constantemente sentía una suerte de envidia sana por cómo eran ellos, hubiese deseado tanto tener aquella magia, aquel que se yo que tenían esos tres. Si incluso parecían tres hermanos viviendo juntos porque se la pasaban discutiendo, peleando o bromeando de tú a tú como si fueran todos iguales.

—A pesar del gran espectáculo que estoy presenciando ya debo irme. — interrumpió Callie tomando sus cosas que tenía en una de las sillas del comedor.

— ¿No te quedas a cenar? — preguntó Dafne con un fingido puchero en su rostro.

—Me esperan en casa, le prometí a Noah estar aquí hasta que usted llegara. — le explicó apenada por su repentina partida.

—Tú te lo pierdes. — bromeó despidiéndose de la mejor amiga de Noah.

—Ojala pudiera huir como tú. — el rubio estiró su brazo en ademan de querer irse con ella.

—Grosero, por tonto te quedaras sin cena. — pateó el pie de su hijo con cuidado de no despertar al otro.

Callie los observó un momento —Cuídate, y si no vas mañana a clases ya sabré que fue porque te intoxicaste. — Se agachó para besar a su amigo y recibió un pequeño golpe en su cabeza por su comentario — ¡Auch! — se quejó ésta.

—Cuídate tú también Callie, y salúdame a tu abuela. — le dio un golpecito más suavecito en señal de cariño. La mujer de cuarenta y tantos años se perdió por la casa rumbo a la cocina.

Después de la cena y una nueva crisis de Teo, por fin podía descansar un poco. Dafne seguía con Teo en su cama y él se recostó en la suya, pero se levantó de un golpe cuando tu teléfono comenzó a vibrar en su bolsillo. Salió de la pieza y caminó por el pasillo y una picara sonrisa se asomó en su rostro al ver quien lo estaba llamando, era Ike. Camino hasta el otro extremo de la casa para atender, no quería que Dafne lo fuera a escuchar y que se enterara de aquella forma de su secreto.

— ¡Hola! — saludó eufórico cuando atendió.

—Hola amor. — Respondió con su voz ronca característica, pero sonaba llena de amor — ¿Cómo estás? —

—Ahora mucho mejor. — Contestó erizándosele la piel —Perdóname por lo de la tarde. —

—Tu hermano esta primero. — Reconoció sin problemas —No te preocupes, pero necesitamos hablar. —

— ¿Paso algo malo? — le preguntó intrigado por el tono de voz que uso Ike.

—No, no, pero en la tarde olvide decirte algo. — acalló las dudas de Noah.

—Dime, ¿qué pasa? — habló con curiosidad.

—Por teléfono no, estoy afuera. — dijo riendo.

Noah se puso pálido con la noticia — ¿Estás afuera? — preguntó nervioso. Todo en su ser se removió, un retorcijón en sus estomago hizo que se arqueara lleno de emociones —Salgo enseguida. — le colgó entusiasmado. Caminó hasta la puerta y abrió con una sonrisa tonta dibujada en su rostro al saber que es lo que le esperaba del otro lado. Ike lo esperaba de la misma forma, con una gran sonrisa.

—Hola. — saludó nuevamente en lo que se acercaba hasta Noah.

—Te extrañe. — respondió el rubio en cuanto tuvo a Ike a escasos centímetros.

Tenían las narices a tan poco distancia que el rubio pensó que con un leve movimiento podrían rozarse. Aún así, lo más impresionante eran los ojos. Sus ojos, los de Ike. Sus ojos en los de él. Los ojos del pelinegro tenían la cara de Noah adentro.

—Yo también te extrañe. — le dijo y le dio un beso. Rozó sus labios y lo único que pudo sentir fue una cosquilla en la panza.

— ¿Eso te falto decirme esta tarde? — preguntó Noah juntando su frente con la de su novio.

—Más o menos. — Distendió el motivo real por el cual había ido aquella noche —Sabes, tu boca tiene sabor a mi felicidad. — le dijo bajito. Solo pudo ver como el pequeño se sonrojaba ante aquella clara declaración de amor total.

—Debería darte vergüenza decir ese tipo de cosas. — se burló aun apegado a Ike.

—Jamás me apenaría decir lo que siento por ti. — Volvió a besar aquellos labios que tanto le gustaban y que tantas noches le habían quitado el sueño —Pero tú solo te burlas de mí. — se alejó en un claro intento por fastidiar a Noah.

—No sabes cómo valoro tu sencillo coraje de quererme. — tomó con fuerza el brazo del pelinegro para que no continuara distanciándose.

— ¿También sabes decir cosas lindas? — aceptó las extrañas formas que tenía Noah de disculparse por arruinar momentos perfectos. Se acercó y robó un tercer beso.

—Me alegra que vinieras, realmente necesitaba esto. — se abrazó a Ike con vehemencia, como si quisiera estar junto a él por siempre.

Ike lo miró preocupado — ¿Problemas en casa? — le preguntó.

—No realmente, pero siento que hemos pasado poco tiempo juntos. — Alzó la vista para mirar esos ojos verdes en los cuales podía verse —Tu ausencia comienza a causar estragos en mi. — olió el perfume que acostumbraba a traer Ike para poder recordarlo cuando no estuviera con él.

—Perdóname, pero el trabajo ha sido duro últimamente. — intentó excusarse, pero cada palabra solo lo hacían sentir peor por lo que venía a decirle en realidad a Noah.

—Yo entiendo, pero explícale eso a mi cuerpo que te extraña. — se quejó.

—Eso puedo entenderlo de tantas formas diferentes. — le susurró coquetamente en el oído.

Noah se sonrojó violentamente —Mal pensado. — dijo estremeciéndose completamente por las palabras de Ike –Tú sabes a lo que me refiero. —

—Lo sé. — Volvió a susurrarle haciendo que éste se encogiera de hombros sintiendo cosquillas por todo su cuerpo —Pero me gusta ver cuando te pones nervioso por las cosas que digo. — besó su mejilla.

—Sinvergüenza. — retó Noah. Lo atrajo hacia él y lo besó queriendo trasmitirle todo aquello que sentía, como una necesidad imperiosa.

—Tal vez lo sea. — Confesó el pelinegro cuando se separaron para tomar aire —Pero así me amas. — agregó lleno de confianza.

—Arrogante. — tomó distancia y le dio un pequeño golpecito en el brazo.

—Insisto, así y todo, te mueres por mí. — dijo con soberbia.

—Así te adoro. — Reconoció con un poco de vergüenza —Pero mejor dime porque estás aquí. — movió su cabeza intentando refrescarla un poco para ponerse serio.

—Siempre arruinas nuestros momentos felices. — le sonrió de lado. Simplemente no se cansaba de molestarlo, sentía que había nacido para eso.

—En cualquier momento sale mi madre y tendrás la horrible tarea de explicarle que haces aquí y ¡SORPRESA, SOY GAY MAMÁ! — vociferó para atemorizarlo.

—No temo conocer a tu mamá, eres tú el que se niega a que pasemos tiempo en familia. — le dijo haciendo énfasis en la última palabra.

Noah puso los ojos en blanco —Créeme que te estoy haciendo un favor. —

Ike suspiró —Si tú lo dices… — suspiró.

—Ike, ¿Qué pasa? — preguntó al notar como éste evadía llegar al momento de sincerarse.

—En la tarde olvide decirte algo importante, con todo lo que paso, no alcance. — admitió al fin.

Su corazón se apretujó nervioso — ¿Algo malo? —

—No del todo. — miró al piso buscando el valor para decirle lo que debía. Sobre todo después que éste le confesara que lo extrañaba con locura.

—Dime, soy todo oídos. — se cruzó de brazos expectativo.

—Sea como sea no te hará ninguna gracia lo que debo decirte. — dijo intentando preparar el terreno para lo que se avecinaba.

—Dímelo de una vez, me estas poniendo nervioso. — rió inquieto.

—Amor, debo viajar a Ámsterdam por unos días. — soltó de pronto antes que se convirtiera en un suplicio la confesión.

Se provoco un ligero silencio. Noah miró al piso y arrastró uno de sus pies. No parecía agradarle de ninguna forma la noticia. Realmente lo extrañaba mucho y su ausencia sin lugar a dudas lo iba a afectar. No quería que fuera… Además, el partido… ¿a caso ya no iría? Temió preguntar. No quería escuchar la respuesta a eso. No deseaba continuar extrañándolo.

La mirada de Noah se apagó de pronto —No sé qué decir. — confesó con desilusión.

—Será por poco tiempo, te prometo que estaré aquí para tu juego, no me lo perdería por nada del mundo. — dijo intentando compensar aquella noticia. De cierta forma, siempre albergó la esperanza de que no le afectara tanto la noticia, después de todo, Noah no era un chico dependiente, ni celoso. Pero debía reconocer que ya no era el mismo que conoció hace unos meses atrás.

—Te voy a extrañar de una manera que no tienes idea. — dijo mordiéndose el labio.

—Yo también te voy a extrañar, y mucho. — dicho eso intentó acercarse a Noah, pero este se lo impidió poniendo su mano en su pecho.

—Nunca me he sentido así por alguien. Me siento maravillado y asustado a la vez. — Habló bajito —Me haces realmente feliz, no lo olvides, por favor. —

—Y tú me haces feliz a mí. — Quitó el brazo y rompió la distancia entre ambos —Quédate tranquilo, porque todo el tiempo estaré pensando en el momento que deba regresar para poder verte. — se miraron a los ojos una última vez y con un profundo beso se dijeron adiós.

—Cuídate. — rogó esbozando una gran sonrisa. Mostrando lo mejor de sí para que Ike pudiera irse en paz a hacer su trabajo. No quería ser su piedra en el zapato, no deseaba limitarlo, no quería que su vida girara en torno a él. Debía ser capaz de demostrárselo, incluso si en esos momentos lo necesitara más que nunca.

—Tú igual, ahora ve a descansar, porque luces exhausto. — juntó su frente con la de Noah. Solían despedirse así.

—Estoy muerto. — reconoció uniendo sus labios una última vez.

—Descansa. — se alejó de Noah aun manteniendo su mano junto a la de él. Se detuvo unos segundos para contemplarlo y la soltó para llegar hasta su auto.

—Adiós. — se despidió con su mano y se quedó ahí en el pórtico incluso una vez que el auto había desparecido por la calle. Y solamente en ese momento comprendió que aquella angustia que lo estaba embargando hace unos días germinó en aquel momento.

 

—Nunca lo volví a ver después de ese día. Siempre creí que esa angustia que sentía era porque algo en mi interior sabía que no lo iba a volver a ver. — su cara lucía muy triste. La pena lo embargaba completamente, pero se mantenía sereno.

— ¿Y la cadena? — le recordó.

Noah asintió —Sí, bueno. Él nunca llegó al juego. Ganamos y nos fuimos directo a celebrar. En medio de la celebración me llamo un sujeto, un amigo de Ike. Nunca pude comprobarlo en realidad, pero tuvo que ser verdad para que nunca apareciera. Él me dio las malas noticias. Se notaba triste cuando llamo y lo supe incluso antes que él lo dijera. Tuvo un accidente en su auto. Nunca vi su cuerpo, nada. Simplemente desapareció para siempre de mi vida. — su mirada se nublo al recordarlo —Cuando llegué a casa esa noche. Mi mamá me dijo que había recibido un paquete. Era la cadena. Era su regalo por mi victoria. Supongo que sabía que no alcanzaría a llegar a tiempo, no que jamás iba a volver. —

—Siento tu pérdida, Noah. — dijo con empatía.

—Gracias, yo también lo siento. — intentó sonreírle para que se quedara tranquila, pero apenas si y salió una mueca de sus labios —Siempre la llevo conmigo. — jugueteó con la cadena —Me he negado a dejarla atrás todo este tiempo. Siempre me va recordar lo que fue, pero no pudo ser. —

—Tal vez llegue alguien a tu vida que logre que la dejes en el pasado, junto con la persona que te la dio. — intentó animarlo.

Esa persona ya había llegado a su vida. Había vuelto por segunda vez a su vida, pero aún así no era capaz de dejar su cadena. Su recuerdo por Ike. Había sido su primer amor y siempre lo iba amar. No importa cuanta gente conociera en su vida. Su historia había sido cortada tan abruptamente que necesitaba de esa cadena —Ni aun así me separaría de ella. — negó —Ella me recuerda que la vida es tan frágil y que un momento uno es feliz y al otro simplemente ya no lo es. Me obliga a disfrutar la vida. Que cada vez que tenga un momento feliz, debo disfrutarlo y no intentar mantenerlo, porque es como querer atrapar el agua con las manos abiertas. Imposible. —

—Me alegro que veas la partida de un ser querido como una motivación para disfrutar de la vida. — le sonrió —Creo que estas un paso más cerca de no tener que verme más. —

Noah le sonrió agradecido — ¿Es todo por hoy? —

Emily miró la hora en el reloj de su muñeca —Así parece. —

— ¿Puedo preguntarle algo? — ella asintió sin dudar —Dijo que no tenía novio, ¿Qué paso con el padre de Isabella? —

Echó su cuerpo hacia atrás antes de contestar —Me golpeaba. Incluso cuando estaba embarazada. — admitió notablemente dolida. Paseó sus ojos por el techo y mordió su labio para evitar recordar cosas malas —No creo que se merezca formar parte de su vida. Y tampoco está interesado realmente. —

—Lo siento mucho. — se levantó de su sillón. Había preguntado algo de lo que realmente no quería hacerse cargo. No habría querido saber algo así. Le cuesta creer que hay padres que teniendo la posibilidad de estar con sus hijos no la aprovechan. Él está seguro que su padre hubiese podido continuar a su lado —Es duro crecer sin un padre. Pero eso la hará fuerte. — la animó.

—Gracias, Noah. Nos vemos la próxima semana. — le tomó el rostro y le dio un beso en la mejilla.

Nunca se había despedido así de él. Se fue extrañado con su acción y aún peor, con un montón de recuerdos que no podía volver a meter a su baúl del pasado.

Notas finales:

Y eso :/! Nos vemos de aquí al fin de semana! 

No me olviden <3!


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