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Almas en Silencio por Amii

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Notas del capitulo:

Hola mis hermosos lectores!!!!! Me porté mejor esta semana y ya les traigo el capítulo nuevooo!!!

Ahora me iré corriendo a preparar todo para un nuevo capítulo de Game of Thrones!!

Besos y espero lo disfruten :D

“Me estoy arriesgando contigo. Porque confío en ti a pesar de que en el fondo sé que romperás mi corazón en mil pedazos.”

 

Se cubrió con una de las mantas que había a los pies de la cama y se levantó. Algo en su interior le decía que tenía que abrir la boca, pero pese a todas las órdenes que vinieran de su cerebro, su boca no se abría. Se apoyó en el ventanal con vista al parque y apoyo una de sus manos en la fría ventana corriendo un poco la cortina. Con su otra mano apretaba la cobija para poder cubrirse. Contempló la oscuridad de la noche y las pequeñas luces que buscaban iluminar incesantes toda la ciudad. Quería sentir esa luz que nunca se apagaba en su interior. Sabía que aquella luz que hoy en día lo mantenía más vivo que nunca estaba a unos pasos de él, reposando en la cama, desnudo después de interminables horas de pasión.

Temía más que nada en el mundo hacer algo que hiciera que aquella luz se apagara o que simplemente se marchara lejos de él. Todo el mundo le dijo desde pequeño que nunca se aferrara a nadie porque todos se iban alguna vez, y él más que nadie conocía ese dolor. Sabía lo que significaba que alguien se fuera para siempre de tu vida sin decir adiós. Sin embargo, se había arriesgado con Misha, y es que la verdad era que no le gustaba pensar mucho en el futuro. Este siempre había sido cruel y desagradecido con él, así que se ha dedicado incesantemente en vivir su presente de la mejor forma posible, sobreviviendo. Pero ya no tenía que hacerlo, no después de conocer a Misha; por lo mismo fue que decidió arriesgarse. No quería pensar que algún día lo iba a dejar, simplemente deseaba disfrutar la felicidad del momento. Embriagarse de su aroma y tomar toda la felicidad que pudiera para cuando esta lo abandonara otra vez.

Tenía pegada la imagen de Circe en su cabeza aún. Sabía que entre más tiempo pasara en decírselo a Misha, más se iba a enfadar con él; pero después de haber esperado tanto ya no encontraba las palabras adecuadas para decírselo.

— ¿No tienes frío ahí pegado a la ventana? — su voz lo distrajo de sus pensamiento y se volteó para sonreírle.

—Un poco. — se quedó ahí con la mirada perdida — ¿Puedo preguntarte algo? —

Misha soltó un gruñido —De todas formas lo vas hacer, ¿para qué me preguntas? — murmuró dándole unos golpes al colchón con la palma de su mano —Ven aquí. —

Le dio una patada a la manda para poder moverse y regresó a la cama. Se cubrió con las frazadas y su cuerpo se calentó de inmediato. Misha se quedó con el codo apoyado en el colchón y la cabeza apoyada en su mano mientras lo miraba esperando su pregunta.

— ¿Cuántas personas tienen llave de tu departamento? —

Misha arqueó una ceja — ¿Por qué? — preguntó a la defensiva.

Era un poco difícil para Noah soltar esa pregunta. Quería abordar de la mejor forma posible la noticia para Misha, pero era inevitable que algo surgiera en él al pensar que muchas personas tenían la llave de su hogar. Eso le hacía sentir que no era tan especial después de todo.

—Solo dime para poder explicarte. — rogó, su mirada era complaciente.

—Damián, Alfred y tú. — suspiró al decirlo — ¿Por qué? —

—No te enfades por lo que te voy a contar. — pidió.

Misha se enderezó y se sentó en la cama —Trataré. — comenzó a exasperarse por tanto rodeo.

—Cuando salí del hospital esta mañana y me vine al departamento me encontré con la puerta sin el seguro que yo le había puesto. — expuso. Misha no dijo ni una sola palabra. Solo lo miraba inquisitivamente. Tenía una mirada dura, una que él conocía, pero que nunca se la había dedicado a él —Pero no fue hasta que entré que me di cuenta que había alguien en el departamento. Habían unas cuentas cosas desordenadas… — comenzó a desviarse del tema producto de los nervios al ver la mirada de Misha.

— ¿Era alguien que conocías? — preguntó un poco alarmado.

Noah asintió —Era la hermana de Emma. — soltó al fin. Misha soltó un suspiró cuando escuchó la respuesta. Parecía más aliviado que enfadado para sorpresa de Noah —Dijo que había venido a buscar algo que era suyo… — le explicó.

— ¿Cuándo llegaste Alfred estaba en la recepción? — preguntó de pronto. Noah solo meneó la cabeza —Dame un segundo. — se levantó de la cama y tomo sus pantalones. No pasaron ni dos segundos y Misha ya los tenía puestos y caminaba fuera de la pieza mientras se empotraba su camiseta.

Noah lo siguió alarmado. La mirada de Misha se había vuelto vaga otra vez y no esperó ni escuchó a Noah cuando lo tuvo a sus espaldas.

— ¿A dónde vas? — preguntó cuando lo vio en la puerta. Él no se había vestido así que no podía seguirlo más allá.

—Ya vuelvo. — prometió y le dio un portazo a la puerta al salir.

Corrió de vuelta a la pieza y se puso de nuevo su ropa. Corrió lo más rápido que pudo hasta el ascensor. Sabía exactamente a donde se había dirigido Misha, y fue justamente ahí donde lo encontró. Su voz se escuchaba por todo el lobby y Alfred estaba de pie apegado a la pared tras su mesón.

Alfred fue el primero en notarlo y lo miró de reojo. Misha se dio cuenta se su mirada de soslayo y también le dio una mirada. Se calló en cuanto se dio cuenta que era él. Noah simplemente no había puesto atención a lo que Misha le decía, solo sabía que le gritaba y que estaba muy enojado y decepcionado de Alfred.

Misha suspiró y se alejó del mostrador. Le dio una nueva mirada asesina a Alfred y le dio la espalda.

—Pudo haber entrado de otra forma. — dijo, sus palabras no hicieron más que crispar el cuerpo de Misha, el cual se dio vuelta lentamente y con el ceño fruncido —No es necesario usar la llave. — se encogió de hombros.

Pero Misha sabía que si necesitaban una llave para poder abrir su cerradura. Cualquier otro intento desesperado por forzar o abrir con otros aparatos sería inútil. Él lo sabía, era el único.

—No sigas cagándola. — le retó —Solo cuida tu maldita llave la próxima vez. —

Tomó de la mano a Noah y lo empujó de vuelta al ascensor. Cuando subieron, miró con odio hacia la cámara, lo cual hizo que una pequeña luz roja que indicaba que se estaba grabando se apagara.

— ¿Por qué le gritas a Alfred? — preguntó Noah con inocencia.

Misha lo miró un momento antes de contestar —Circe usó su llave para entrar. —

Sus palabras le sorprendieron —Pero… —

—Probablemente no se dio cuenta cuando las saco. — se encogió de hombros —Pero dejó el mesón, así que supongo que así las tomo. —

Todo tuvo sentido para Noah después que le preguntara por Alfred en la cama — ¿Y no pudo haber utilizado la llave de Damián? —

Misha soltó una risotada irónica —Claro que no. — se bufó.

— ¿Tan difícil es creer que Damián le pudo dar la llave a alguien? — preguntó sorprendido.

—Sería más posible que hubiera entrado con tu llave que con la de él. — contestó con total seguridad.

Sus palabras calaron hondo en Noah. No dijo nada más y se dirigió cabizbajo hacia el departamento.

Misha cerró la puerta al entrar y se dirigió hacia su bolso con el que había viajado. Sacó una pequeña cajita negra y se perdió por el pequeño pasillo que había junto a la entrada. Noah lo siguió hasta que atravesó una puerta. Ese era el único lugar que Noah no conocía del departamento y Misha nunca había mostrado ningún interés en enseñarle lo que había al otro lado.

Cuando volvió, Noah lo estaba esperando con la mirada perdida — ¿Eso es lo que Circe buscaba? — le preguntó con curiosidad. Él solo asintió y aseguró la puerta tras él — ¿Qué es? —

—Nada importante. — se rascó la cabeza. Noah asintió —No te lo tomes personal, es solo que es trabajo y no me gusta hablar de eso. —

—Pero, ¿es de Circe? —

—No, es solo que ella tiene problemas para comprender el concepto de propiedad privada. — le explicó ofuscado de solo recordarla —Solo te dijo eso para poder justificar su entrada. — Noah no dijo nada más; le dio la espalda para irse a la cama pero Misha lo tomó del brazo para que no se perdiera.

—Noah… — su tono sonó más serio. Éste supo lo que se venía en cuanto dijo su nombre. Debía enfrentar su realidad — ¿Por qué no me lo dijiste en cuanto llegué? —

Noah levantó los hombros —No sé. Quería disfrutarte un poco antes de ponerte de malhumor. —

—Debes confiar en mí. — le recordó y lo acercó a él.

—Lo siento. — seguía con la mirada agacha. No quería ver su mirada seria sobre él.

Lo tomó por el mentón y le hizo levantar la vista —Se supone que confiemos el uno en el otro, ¿verdad? — le sonrió para que dejara su abatimiento de una vez por todas.

Noah asintió —Es que hay tanto que no sé de ti… — suspiró —No sabía que tan grave era. —

—Por lo mismo deberías habérmelo dicho. — su voz era suave —No quiero que sientas temor de hablar conmigo de nada. —

Lo miró con desazón —Todos parecen conocerte mejor que yo y cada vez que quiero conocerte un poco más siento que me topo con una pared y que en realidad esto es todo lo que eres o lo que me ofreces. —

Misha lo miró desconcertado — ¿Una pared? —

—Damián me contó que tú no eres una persona feliz, me dijo que generalmente eres malhumorado. — le explicó. Misha frunció el ceño de inmediato —Me dijo que yo era la excepción y no la regla. —

— ¿Crees que no soy realmente yo frente a ti porque no te grito? — intentó darle un rumbo retorcido a su pregunta para que Noah le entendiera lo ridículo que sonaba todo eso.

Se encogió de hombros —Solo quiero que seas tú mismo. —

—Y lo soy. — se defendió —Pero no tengo deseos de gritarte. No quiero enfadarme contigo y me es casi imposible, porque cada vez que te veo, no importa lo mal que haya estado mi día, tú me haces volver a sonreír. —

Noah se ruborizó y bajo de nuevo su cabeza avergonzado. Misha lo atrajo hacia él y lo apoyó en su pecho.

—No quise ser tan infantil. — se disculpó —Aun me cuesta esto de volver a conocerte. —

Misha apoyó sus labios en su cabeza —No dejes que las palabras de los demás influyan en ti. — le susurró —Siempre estaré aquí para conversar así que no dejes que las ideas crezcan en ti antes de decírmelo. —

—Nunca más… — prometió contra su pecho

Misha lo soltó — ¿Podríamos ir a dormir ahora? Tuve un fin de semana agotador. — bostezó y emprendió el camino hasta su cuarto.

Noah lo siguió de cerca —Pero no me has contado cómo te fue. — se quejó mientras subían —Prácticamente no hemos hablado desde que llegaste. —

Se tiró en su cama y se volteó a ver a Noah —Eso es porque hemos estado haciendo mejores cosas que conversar. — su mirada estaba cargada de lujuria —Si quieres podemos retomar eso. — propuso.

— ¿No estabas tan cansado? — no se acercó a la cama y lo miró desafiante, pero divertido.

—Para el sexo jamás. — dijo con convicción.

Noah ladeó un poco la cabeza y Misha se estiró en la cama —Conversemos… — rogó.

Misha suspiró —Todos siempre quieren conversar. — bromeó —Mi viaje estuvo bien. — dijo mientras Noah llegaba a la cama y se acurrucaba a su lado —Mucho trabajo. — bostezó.

— ¿Algo nuevo? —

—Hmmm… — gruñó —Tal vez. —

— ¿Ya no te veré más en las galerías de arte ni en la Universidad? — curioseo.

Misha se quedó pensativo un largo rato —No, sigo con eso. Supongo que me dio más trabajo por el mismo sueldo. — hizo una mueca de disgusto —Pero eso es bueno. — Noah se alegró por sus palabras porque Misha parecía realmente satisfecho con aquel fin de semana que comenzaba a terminar.

— ¿Mañana trabajas? — Noah se apoyó en el pecho de Misha y escuchó su corazón latir.

—No, me dejaron el día libre por lo del fin de semana. — contestó —Pero me veré con un viejo amigo a la hora de almuerzo. —

Noah levantó la mirada apoyando su mentón en el pecho — ¿Alguien distinto a Damián? —

Misha asintió —Se llama Harvey. — dijo —Es un buen tipo y siempre me saca de alguno problemas en el trabajo. — pasó una de sus manos tras su cabeza y la otra la llevó hasta la espalda de Noah.

— ¿Por qué no le dices que venga? — propuso —Puedo preparar algo. —

—No sabe donde vivo. — le explicó.

Arqueó una ceja sorprendido — ¿Es tu amigo y no sabe dónde vives? — Misha solo se removió un poco nervioso en la cama y soltó un sonoro suspiro — ¿No te gusta que te visiten? —

—No. — dijo escuetamente.

Noah sintió la necesidad de seguir preguntando. Sabía que era una de las muchas puertas que podría abrir para poder llegar más profundo en Misha, pero también sabía que esa puerta iba a estar cerrada con llave y que él iba a poner todas las resistencias necesarias para que no pudiera abrirla. Después de todo, si Misha hubiera querido decírselo, ya lo habría hecho.

—Pero… — quiso intentar

Pero Misha deshizo el abrazo en el que estaban —Creo que será mejor dormir, estoy cansado. — le dio un beso en los labios y apagó la luz.

 

Sintió un peso extraño en la cama que lo despertó un poco alarmado. Levantó la vista y encontró a Noah que se había apoyado en el colchón con una bandeja entre sus manos. A veces por momento olvidaba que él estaba ahí.

—Buenos días. — le sonrió Noah y levantó un poco la bandeja —Te preparé el desayuno. —

Misha aún se sentía un poco aturdido y miró hacia su lado. No había sentido a Noah levantarse y se sintió un poco tonto por eso. Sus sentidos parecían atrofiarse con el paso del tiempo. Antes no volaba una mosca sin que él se diera cuenta, pero anoche de verdad había llegado muy cansado del viaje.

—Hola. — le sonrió de regreso al fin, en lo que para Noah había sido una eternidad de tiempo —No te sentí levantarte. — se acomodó en la cama y le hizo espacio a Noah para que se acurrucara a su lado con la bandeja.

Miró todo lo había en ella. Había más comida de lo que ambos podían probar.

—Quería sorprenderte. — dijo Noah y le dio un beso en la mejilla —No sabía que preferías comer, así que preparé todo lo que encontré. —

—Así veo. — otra sonrisa se escapó de sus labios —Pero la mayoría de estas cosas no estaban en mi cocina. — miró los huevos y la mermelada que había en un pequeño pote, además de la leche en un vaso.

Noah se removió en la cama antes de tomar el vaso de jugo —Damián me ayudo ayer con algunas compras. Tu cocina daba pena de lo vacía que estaba. —

Misha tomó la taza con café y se apoyó en la almohada para disfrutarlo —No suelo comer o pasar mucho tiempo en este departamento. — le explicó —Aunque contigo aquí tendré que procurar mantener la despensa llena. — lo miró de reojo mientras Noah comía unas tostadas — ¿Te vas a quedar hoy también? —

—No lo creo. — dijo con la boca media llena —No he ido a casa en varios días. — le explicó —Y se acerca la navidad… y el cumpleaños de Teo. — su mirada y su voz se fueron apagando mientras lo decía. Se encogió de hombros antes de volver hablar —Creo que sería bueno ir a casa. —

—No le he comprado nada a Teo aún. — recordó pensativo.

Noah meneó la cabeza y se atragantó con su comida —No tienes que comprarle nada. — bebió un poco de jugo para poder tragar las tostadas.

Misha le sonrió —No creo que Teo este de acuerdo con tu comentario. La última vez me dejo muy claro que mis regalos eran obligatorios. — dijo, y vio en los ojos de Noah preocupación y hasta un poco de vergüenza — ¡Oye! — llamó su atención y le tomó la mano —No me molesta comprarle algo a tu hermano, no es ningún tipo de carga u obligación para mí, así que no pongas esa cara. — le pidió.

—Teo puede ser un poco… — se calló buscando la palabra adecuada —Avasallador. —

—Solo es igual a ti. — bromeó y le dio un apretón de mano.

Noah frunció el ceño —Yo no soy un mandón. —

Misha soltó una carcajada que hizo a Noah reír también —Repítelo hasta que se vuelva realidad. — le recomendó.

— ¿Qué harás tú para la navidad? ¿Qué hicimos el año pasado? — se entusiasmo con la idea de que Misha tuviera nuevas historias para él.

Éste dejó la taza en la bandeja y jugueteó con unos trozos de fruta que habían picados en un plato —Nada. — contestó con sequedad otra vez —No hicimos nada. —

Noah arqueó una ceja — ¿Por qué? —

—No celebro estas fechas. — le explicó con simpleza, más Noah podía sentir que había más de lo que él le decía —Y no entiendo por qué tú lo haces. — su mirada era seria, y aunque no lo miraba directamente, Noah podía sentir el desagrado en sus ojos.

—Lo hacemos por Teo. — dejó el vaso de jugo en la bandeja —Teo no conoció a papá y no tiene porque arruinar su cumpleaños solo porque nació el mismo día que él murió. — le expuso. Misha le sostuvo la mirada mientras lo decía y lejos de mostrarse apenado o arrepentido, simplemente siguió comiendo fruta — ¿Por qué no celebras estas fechas? —

Suspiró y puso los ojos en blanco como si repetir una y otra vez las cosas le molestara hasta el hastío —He estado solo desde pequeño, no es como si tenga el recuerdo de una buena navidad en familia, rodeado de lujos y comida caliente. —

—Pero no tiene porque seguir siendo así, ahora estoy yo. — le recordó con una sonrisa optimista —Puedes pasarla con nosotros si quieres. No tenemos una gran navidad, pero al menos la disfrutamos. —

Meneó la cabeza —Tengo mucho trabajo, Noah. Pero gracias. — intentó sonreírle —Además no creo que tu mamá se ponga muy contenta con tu invitación. — terminó de comer y alejo un poco la bandeja de su regazo.

—Podemos celebrarlo juntos. — lo siguió con la mirada cuando se levantó de la cama.

Misha se volteó a mirarlo desde el marco de la puerta —No insistas, Noah. — pidió con serenidad —No quiero ponerme pesado contigo. — cerró la puerta tras él.

 

Eso era nuevo para él. Le había dicho justo la noche anterior que tal vez no lo conocía del todo porque no mostraba su verdadero carácter y justo a la mañana siguiente se empezaba a comportarse más frío y distante. Solo podía imaginar que algo le había pasado a Misha en esas fechas para ser así, pero él también había perdido a su papá en esas fechas y por culpa, y aún así tenía las ganas de celebrar esas fechas por su hermano. Tal vez Misha necesitó de algún familiar para poder ser un poco más optimista al respecto, después de todo no tuvo a nadie por bastante tiempo.

Suspiró y alejó un poco la vista para poder contemplar su nuevo cuadro. Misha se había ido hace un rato para su almuerzo con su viejo amigo, y aunque le dijo que se iba a casa, no pudo evitar la tentación de volver al cuarto donde estaban las pinturas. Había estado tratando de reencontrarse con esa parte de él que parecía olvidada y le parecía increíble lo que sus manos eran capaces de recordar. Había trazado unas cuantas líneas con distintos colores y aunque aun no sabía en que se iba convertir, estaba seguro de continuar.

Un golpe en la puerta lo hizo despegarse de su cuadro. La cabeza de Damián estaba asomada.

—Hola. — le saludó cuando Noah lo vio. Terminó de abrir la puerta y se desvió hasta el cuadro —Lindo. — admitió al llegar a Noah. Le estrechó la mano y se quedó de pie contemplando el cuadro.

Noah se sintió un poco avergonzado — ¿De verdad te gusta? —

Damián soltó un bufido —Claro, si hasta tengo un cuadro tuyo en casa. — le sonrió — ¿Cómo estás? —

—Bien gracias, ¿y tú? ¿Es tu día libre? — preguntó por qué no traía uniforme como otras veces.

—Algo así. Anoche tuve que hacer horas extras así que te dejan descansar al otro día. — le explicó — ¿Y Misha? — se apoyó en un taburete que había cerca de Noah.

—Tenía un almuerzo con un viejo amigo. — se encogió de hombros —Es todo lo que sé. —

Damián no se notó sorprendido ni nada. Siempre mantuvo la mirada entre Noah y el cuadro que estaba a medio hacer —Por eso no me contestaba. Creí que estaba aquí contigo y por eso no atendía. — dijo restándole importancia —Tendré que volver por la tarde. — se levantó del taburete. Noah le sonrió de lado — ¿Estás seguro que estás bien? — notó la mirada apagada de Noah — ¿Paso algo anoche? — recordó todas las cosas que le había sugerido a Noah para la cena que quería preparar — ¿Te hizo algo? — su voz sobreprotectora apareció de pronto.

Noah solo soltó una risa —Está todo bien. — le aseguró —Aun aprendo a conocer a Misha. —

—Es una persona difícil, pero vale la pena. — le dio una palmadita en el hombro —Solo ignóralo cuando se ponga pesado. —

—Creo que hoy en la mañana aprendí esa lección. — admitió, pero sin disgusto en su voz.

—Será interesante ver como se dan las cosas entre ustedes dos. Ambos han cambiado mucho desde la primera vez que se conocieron. — le dijo divertido a pesar de que parecían ser palabras serias paras Noah —Bueno, me voy. Sigue pintando. —

—Damián, ¿me puedes acercar a mi casa? — se levantó tras él y dejó la paleta de pinturas sobre su banca. Al parecer ya era hora de volver a su realidad

—Claro, yo te llevo. — se sacó las llaves del bolsillo y aguardó a que recogiera sus cosas.

 

—Ya creí que me habías dejado plantando. — bromeó un sujeto sentado en la terraza de una restaurante.

Misha estaba agitado por haber caminado tan aprisa para llegar —Lo siento, se me hizo tarde. — le estrechó la mano cuando se levantó para saludarlo —Gracias por esperarme, Harvey. —

El sujeto era alto y tenía el cabello color ceniza perfectamente peinado. Sus ojos eres grises y profundos, como los de alguien que había visto demasiado en esta vida. Su tez estaba bronceada y le hacia un juego estupendo con su traje de color azul.

—Solo por ser tú espere. — se sentaron al mismo tiempo y Misha por fin pudo soltar un largo suspiro —Veo que tienes bastante trabajo. —

—Algo así. — evadió llamando al mesero con la mano.

Harvey se cruzó de brazos y apoyó la espalda en el reposo —No me vengas a mí con un “algo así”. — dijo con falsa indignación.

—Solo déjame tomarme algo. — lo miró suplicante.

El mesero no tardó en llegar con su trajo y Misha le dio un trago largo.

—Eso no es agua… — le recordó un poco contrariado — ¿Estás bien? —

Misha golpeó con fuerza el vaso sobre la mesa y arrugó el ceño por el efecto del alcohol en el trago —Si. — admitió y suspiró pesadamente.

Harvey se enderezó y apoyó los codos en la mesa —Dime por qué estamos aquí entonces. —

—Los planes que tenía en mente se han adelantado un poco. — admitió —Fedro me hizo una gran oferta este fin de semana y no puedo rechazarla. —

— ¿Estas completamente seguro que él no sospecha nada? — preguntó con seriedad —Tienes que estar completamente seguro antes de dar el siguiente paso, Misha. —

Misha asintió. Estaba de acuerdo con él, pero aunque deseaba estar completamente seguro al responder esa pregunta, siempre iba hacer una pequeña probabilidad de equivocarse.

—Llevo un par de años trabajando con él. Creo que he logrado hacer que confíe en mí, pero si él adelanto todo estos planes es porque sabe algo que yo no. — su mirada era seria y se desviaba de vez en cuando para comprobar su alrededor sin tener que mover la cabeza para observar.

— ¿No sabe de Damián? — Misha negó de inmediato — ¿Estás completamente seguro? — asintió con decisión —Entonces dime que fue exactamente lo que te ofreció y que necesitas de mí. —

Misha le sonrió —Él cree que me junte contigo para que me ayudes a encontrar el cuadro de Nardi. —

Harvey frunció el ceño —Pero tú tienes el cuadro, ¿o no? — le recordó.

—Sí, pero él cree que alguien me lo robó antes que pudiera obtenerlo. — lo miró complacido —Eres el primero además de mí en saber que yo tengo ese cuadro. —

—Te estás metiendo en un camino realmente peligroso. — le advirtió Harvey —Si él se entera que le mentiste… —

—Me he metido en este camino desde el día en que me fui de la Foster House. — Misha bajó la mirada al decirlo cuando notó que el mesero se acercaba a ellos.

Ambos pidieron algo de comer y solo volvió a dirigirle una mirada a Harvey cuando éste había vuelto adentro del local.

—Fedro me contó que su hermano pequeño ha estado de viaje por algún tiempo bastante prolongado y ha decidido volver a Atenas y quiere que vuelva a trabajar con él. — le explicó —Pero necesita a alguien que lo esté vigilando constantemente. —

— ¿Y ese eres tú? — arqueó una ceja.

Se encogió de hombros —Creo que es solo una excusa para poder probar algo. —

— ¿Qué sabes de ese hermano? — se cruzó de brazos reflexivo.

—Nada. No sabía que existía hasta este fin de semana. Él no me dio ningún nombre, y no creo que me de algún tipo de información hasta que acepte el trabajo. —

— ¿Quieres que averigüe quien es este hermano misterioso? —

El camarero regresó con los platos de ambos, pero Misha asintió para responderle a Harvey. Comieron un rato y hablaron de otras cosas antes de volver al tema. El camarero se paseo un rato a su alrededor mientras seguía trayéndoles sus platos y solo cuando trajo el último plato desapareció otra vez.

— ¿Cambia en algo el hecho de que él tenga un hermano? Siempre pensaste que él no tenía a nadie en el mundo por lo que tus acciones no iban a tener repercusiones. —

—Tal vez sea igual que su hermano. — se limitó a decir.

Harvey tomó su copa de vino y le dio un sorbo —Pero él no es el responsable de lo que le ha pasado a tu vida, solo Fedro. — lo miró decidido —Estas jugando con fuego y te vas a quemar. Este sujeto no debe ser mucho más joven que Fedro y no creo que seas capaz de cargar con dos pesos tan pesados. — le recordó —Además Dylan sigue siendo un problema para ti, ¿o no? —

Misha frunció el ceño en cuanto se lo nombro —Debo hacer algo con ese sujeto. — pareció ladrara al decir esas palabras —Me hizo imposible el fin de semana. —

Harvey miró la copa de vino e hizo un movimiento con esta, jugueteando con el contenido — ¿Te das cuenta la ironía del asunto? —

—Luego me encargo de él. — zanjó el tema — ¿Me vas ayudar con el hermano? Necesito que lo encuentres antes que él a mí. —

—Desde luego. — asintió —Yo te ayudo, pero tendrás que hacer aparecer ese cuadro porque si es por eso que me contactaste, no voy a permitir que crean que soy un fracaso como profesional. — le advirtió.

—Aparecerá cuando tenga que aparecer. — su voz sonó ruda.

Harvey lo miró con una sonrisa traviesa —Desde que me enteré que habían robado el cuadro de Nardi supe que lo tenías en tu poder. Es imposible robarte algo a ti, o no hubieras estado de brazos cruzados con tanta simpleza. —

—Hay muchas cosas que no sabes de mí. —

—Creo que nadie sabe mucho de ti. — se encogió de hombros —Tal vez ni siquiera tú sabes realmente quien eres. — se tomó lo que le quedaba en la copa y se limpió con la servilleta de tela —Se me hace tarde para otra reunión. —

Misha asintió y se terminó su trago también —Gracias por ayudarme. —

—No te va salir gratis. — le advirtió —Cuando tenga lo que me pediste arreglamos las formas de pago. — su voz sonó extrañamente juguetona. Se levantó de la mesa y se arregló el traje —La comida corre por mi cuenta. — le sonrió y se perdió entre la gente que caminaba por la calle. Era así como un fantasma. Misha lo perdió de vista de inmediato.

 

Notas finales:

reviews!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! :D!

Nos vemos ;)


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