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Almas en Silencio por Amii

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Notas del capitulo:

Espero que les guete el capitulo~

“Tu hogar esta donde tu corazón sienta paz… “

 

Se sentía desacompasado. Las mañanas eran generalmente su momento del día, pero ese en especial iba a ser una mierda de pies a cabeza. Misha lo había llamado anoche, tarde, y le había contado que Dylan había tenido los cojones para acercarse a Noah y fingir que era un preocupado amigo del trabajo de Misha. Aun podía recordar en su cabeza la voz de Misha, y sabía que de no haber hablado con él, esa misma noche lo habría matado si lo hubiera encontrado.

Se bajó del auto cuando vio la puerta de la casa abrirse y se acomodó el cinturón. Siempre lo hacía cuando estaba nervioso. Dio la vuelta al auto y le sonrió con su mejor cara a Noah.

—Buenos días. —

Noah se asustó y retrocedió un paso, pero cuando vio que sólo era Damián se calmó —Dios, que susto me diste. — se puso una mano en el corazón —Creí que era Dylan otra vez. —

—Lo siento, no quise asustarte. — dijo con voz tranquila — ¿Podemos hablar? — apuntó a su auto. Era la patrulla de policía.

—No creo que seas tú el que me deba dar explicaciones. — dijo con más seriedad. Miró a su alrededor y pudo ver a más de alguna vecina asomada en la ventana —Y no es buena idea que aparezcas aquí con tu auto y tu traje de policía, me puedes meter en algunos aprietos. — bajó la mirada —Además llegaré tarde al colegio. — quiso pasar junto a su lado, pero Damián lo bloqueó con el brazo.

—No vengo a defender a Misha, pero también soy en parte responsable y quisiera explicarte al menos mi versión de los hechos. — lo hizo dudar —Y en auto llegaremos antes al colegio. —

Noah hizo una mueca —Como si no fuera suficiente que mis vecinos me vean subir a un auto policial, también quieres que me vean mis compañeros y profesores. —

—No te va matar faltar a clases un día entonces. — lo animó.

—No lo vayas a defender, ¿vale? — le advirtió.

Damián nunca lo había visto así. Hasta podía decir que Noah estaba enojado con Misha, aunque esa palabra era demasiado fuerte para alguien como él. Tal vez estaba decepcionado. Eso sonaba mejor.

—Te prometo que no hablaré de él. —

Noah resopló —No sé porque tengo la sensación de que él te pidió que vinieras para que me cuidaras. — caminó hasta el auto y se subió de copiloto. No pudo ver la mirada de Damián, pero si lo hubiera hecho, se habría dado cuenta que no estaba del todo equivocado — ¿No tienes problemas por no ir a trabajar? — inspeccionó la patrulla.

—Pedí la mañana. — le explicó. Noah no hizo ninguna objeción más y dejó que Damián lo llevara a donde quisiera —Lamento mucho lo que paso ayer. — dijo cuando el silencio comenzó a asfixiarlo.

—Yo no. Nadie me hizo nada. — se encogió de hombros —No me acordaba de él, así que no importó mucho… — dijo sin ánimos —Hasta que Misha se puso como loco cuando se entero. —

 — ¿Eso te dejo mal, verdad? — lo miró de reojo.

Noah miró por la ventana — ¿A dónde vamos? — preguntó cuando se dio cuenta que estaban saliendo de la ciudad.

—A la costa. — contestó despreocupado.

—No es justo cuando los demás conocen todas las cosas que te gustan y tú no. — murmuró hundiéndose en el asiento.

—Lamento que sea así. — admitió —Pero eres libre de preguntarme lo que quieras. —

Noah lo miró desconfiado —La mayoría de mis preguntas nunca llegan a tener una respuesta. —

Damián le sonrió —Considéralo tu día de suerte. —

—Ahora todos quieren decirme cosas, ahora todos me quieren contar sus secretos. Si no hubiera sido por Dylan, seguiría viviendo sin saber absolutamente nada de Misha y por consiguiente, de ti y sus amistades. — hizo una mueca.

—Tú y yo simplemente no habíamos tenido la oportunidad de hablar, no seas injusto conmigo. — le rogó con una cara de disculpa —Creo que siempre que he podido te he ayudado, e incluso cuando tú no estás presente defiendo tus intereses frente a Misha. — prometió.

La primera sonrisa se asomó en los labios de Noah, pero la ocultó con recelo — ¿Él te pidió que estuvieras conmigo hoy, verdad? —

—Culpable. — reconoció más relajado —Pero no me siento obligado para nada por su favor. —

— ¿Cómo es que él y tú llegaron a ser amigos? — se acomodó mejor en el asiento para poder mirar a Damián.

Éste apretó un poco el manubrio —En palabras simples, él me salvó de unos tipos que querían asaltarme, y como no tenía a donde ir, me acogió en su casa y ya nunca más nos volvimos a separar. Viví con él hasta que pude sostenerme económicamente, pero para cuando eso ocurrió ya éramos muy buenos amigos. —

—Misha no parece ser de esas personas que son tan amables con los desconocidos. — murmuró Noah y Damián rió.

—No lo es. Supongo que tuve suerte. — se encogió de hombros —Fui su acto de buen samaritano del año o algo así… jamás me explicó realmente porqué me ayudó y porqué me acogió. Es demasiado orgulloso para admitir que fue amable. —

— ¿Y por qué no tenías donde ir? ¿No tenías casa o familia aquí? — no estaba seguro que preguntar. Quería saber tantas cosas en realidad. Sentía curiosidad por todo.

—Sigo sin tenerla aquí. — asintió —No soy originario de Grecia. Mi casa esa muy, muy lejos de aquí. Y cuando conocí a Misha solo llevaba un par de días acá. Ya me habían robado todo lo que tenía. — se rió al recordarlo.

— ¿Qué te trajo acá? —

—La vida. — no miró a Noah al responder.

Noah se enderezó un poco y lo miró — ¿Dónde está tu familia, Damián? —

—En América. — contestó.

— ¿Vivías en Estados Unidos? — preguntó impresionado.

Damián volvió a reír —No. América no es solo Estados Unidos. Yo vivía bastante lejos de ahí. —

Se volvió acomodar en el asiento — ¿No me vas a decir dónde, cierto? —

Se quedó en silencio un momento y resopló —Vivía en Chile. — le contó —Al sur del continente. — le indicó. Sabía que no conocería el lugar.

— ¿Y allá sigue tu familia? —

—Lo que queda de ella… — murmuró.

Supo que era el momento de detenerse cuando lo escuchó decir eso. No quería tener que hacerlo recordar cosas malas o tristes, pero tampoco estaba seguro si era cortés llegar y abandonar el tema. Se quedó callado, meditándolo.

—Mi papá y mi hermano pequeño murieron el mismo año en que yo me alejé de mi familia. Volví solo una vez, pero mi mamá y mi hermana se habían ido del único lugar que yo conocía como mi hogar y no intenté buscarlas más allá de eso. — le contó sin que Noah se lo preguntara.

—Lo siento mucho. — susurró. Él también había perdido parte de su familia. Tal vez el destino les tenía preparado el conocerse. Conocía los mismos demonios que Misha y él, e incluso tal vez conocía algunos peores.

Damián le sonrió agradecido —También yo lo lamento. — y suspiró —Mi papá era de Italia, y viajé buscando a mis abuelos o a cualquier otro familiar, pero ya no quedaba nadie de la familia. Y por algunas cosas del destino terminé acá. —

Todo tenía más sentido ahora que le explicaba algunas cosas. Damián a pesar de ser una persona alegre y siempre dispuesta a ayudarte, era alguien sumamente reservado y no importaba cuanto lo miraras a los ojos, era imposible adivinar cualquier cosa de su vida. Noah lo miró atónito.

—No tienes que decir nada. — lo tranquilizó al ver su cara contrariada —Tú más que nadie sabe que las palabras no harán que la otra persona se sienta mejor. Además, creo que mi vida no ha sido tan mala… he visto peores, así que soy agradecido. —

—Quisiera tener ese optimismo. —

—Lo tendrás, algún día. — le prometió y disminuyó la velocidad en una curva, tras la cual se podía ver el mar.

Los ojos de Noah se iluminaron con el paisaje. Hacía mucho tiempo ya que no visitaba el mar. Le había tenido demasiado resentimiento por mucho tiempo, pero hoy se sentía agradecido por poder verlo.

Cuando Damián aparcó cerca de la playa, Noah tomó la manilla de la puerta, pero vaciló. Afuera debía hacer un frío espantoso. Se volteó a ver a Damián, pero él no se había quitado el cinturón de seguridad aún.

—Dijiste esta mañana que tú también eras responsable por lo que había pasado ayer, ¿por qué? — preguntó con curiosidad. Lentamente volvía a ser él mismo. Damián lo miró como si hubiera estado aguardando esa pregunta todo el viaje.

—Es una larga historia. — miró por el parabrisas —Tal vez quieras escucharla antes de bajar. — le recomendó viendo las grandes olas que habían frente a ellos.

Noah soltó la manilla y volvió a girarse hacia Damián —Siento que no me va gustar lo que voy a oír. —

—Es probable que no, por eso evitábamos decírtelo. — hizo una mueca en forma de disculpa —Pero te advierto que solo te voy a contar mi papel en todo esto. Todo lo demás debe decírtelo Misha. — le recordó —Él solo me pidió que te cuidara, no me dijo que te llevara a ninguna parte, ni que te dijera nada, así que es probable que me quiera moler a golpes cuando sepa todo lo que hice contigo hoy. — dijo contento.

—Él no lo va decir, pero no importa. Acepté el hecho de que Misha no me va a contar toda su vida, y ¿sabes? No me importa, porque aun así lo quiero, y aunque él no lo diga muy a menudo, sé que él también. — se encogió de hombros —Es solo que lo que me dijo Dylan no es cualquier cosa, no es como si me hubiera contado que Misha me engañaba o algo parecido, lo cual habría dolido mucho, pero me dijo algo que jamás había imaginado y debo admitir que me asusté cuando lo dijo. — miró a los ojos atentos de Damián —Pero aunque cueste creerlo, no me asustó el hecho de que Misha pudiera ser peligroso, lo que me asusto fue que algo malo le pudiera pasar. —

—Nada malo le va pasar. Para eso estoy yo. — prometió —Para eso he estado todo este tiempo. — se rió —De hecho, uno de los motivos por los cuales soy policía es por él. —

—Creí que era porque deseabas ayudar a las personas. — dijo confundido.

Damián asintió —Y así es, pero fue Misha el que me planteó la posibilidad de trabajar como policía. Por no ser de aquí no es tan fácil lograr conseguir un trabajo como ese. — le explicó —Pero cuando Misha me lo propuso y me contó que tenía todo listo, me maravilló la idea. Primero porque necesitaba desesperadamente un trabajo y segundo, porque realmente me gustó la idea de poder ayudar a construir un mundo mejor. —

— ¿Y por qué Misha quería que fueras policía? — levantó una ceja.

—Ehmmmm… — lo meditó un momento —Él necesitaba cierta información que solo los policías tenían acceso y no confiaba en nadie como para pedírsela. —

Noah frunció el ceño confundido — ¿Eres de esos policías corruptos? —

—No. No creo que el tipo de información que necesita Misha sea considerada vital para la policía. Él no quería conocer los movimientos de la policía sobre las mafias o delincuentes. Él solo quería saber lo mismo que sabía la policía, pero para cuidarse a si mismo. Él creció en la calle y desde pequeño se metió en muchos problemas. No es alguien invisible para la policía. No está limpio su expediente. —

Tuvo que tomar un minuto para procesarlo. Damián se dio cuenta que tal vez había sido mucha información sobre Misha. Aunque no está admitiendo nada de forma directa, le estaba dando a entender de todas formas que lo que Dylan había dicho era verdad.

—Se supone que yo entré a la policía porque Misha me ayudó y me lo pidió. Y yo como agradecimiento lo iba ayudar con lo que él quisiera. Pero escalar dentro de ese lugar no es fácil. Hay demasiada burocracia y es difícil llegar a obtener la información que él quería para un novato como yo, así que un día llegué a la casa y le dije que necesitaba algo de información privilegiada para poder lucirme en la comisaría. — le contó —Como él hacía muchos años vivía en la calle, sabía muchas cosas y conocía mucha gente; pero aún así no fue fácil convencerlo, porque sabía que de alguna forma u otra podrían llegar a él dependiendo de lo que me contara. —

Noah lo miraba intrigado — ¿Al final te contó algo? — preguntó intrigado.

—Conocía a unos hermanos. Me dio el nombre de uno de ellos y me dijo que traficaba drogas. La policía lo buscaba hacía mucho tiempo porque era un sujeto peligroso y había cometido muchos crímenes, pero era astuto, así que era casi imposible encontrarlo en el acto. —

— ¿No salió como esperaban? — su voz sonó temerosa y su cuerpo se estremeció con la historia.

—Un mes después que entré a trabajar como policía, me convertí en un rock star en la comisaría. Todos se giraban a saludarme y a felicitarme por lo que había hecho, por la información que había entregado. — sonrió al recordarlo —Me sentí un poco incomodo al principio. — le aclaró avergonzado —Aunque me acostumbre rápido. — los dos se rieron —Aun recuerdo la voz seria de Misha cuando me dijo que lo disfrutara mientras pudiera, porque las cosas se iban a poner feas tarde o temprano. Aunque yo prefería ser optimista, y creer que eso jamás pasaría. — se quedó callado de pronto, absorto en sus pensamiento, como si se hubiera transportado al pasado y lo hubiera abandonado junto al asiento —Creí que tenía el mundo en mis manos. — sonrió de lado.

— ¿Qué salió mal? — se atrevió a preguntar.

Damián lo miró de reojo —Todo. Todo salió mal. — murmuró —Una semana después estaba todo listo para poder detener al sujeto. Se hicieron cientos de planes. Uno tras otro en caso de que algo fallara. Eran muchos los policías que trabajaron en esto, pero al final todo se escapó de nuestras manos y el arresto nunca ocurrió. —

— ¿Se escapó? —

—Misha había logrado averiguar la fecha y la hora de una entrega de droga. Él tipo iba a estar ahí entregándola y se suponía que la policía los ibas a interceptar y lo arrestarían. Era algo sencillo. No tendría por qué haber salido mal. Pero todo comenzó a complicarse por el lugar en que se llevó a cabo. Era en una fábrica grande y muy antigua, así que la policía no pudo desplegarse muy cerca del lugar acordado. Al final se dieron cuenta que nosotros estábamos ahí y aunque logramos acorralar a éste sujeto, él era increíblemente violento y jamás se iba a dejar atrapar sin luchar. — movió su mirada de la nada a Noah —Lo atraparon después de muchos esfuerzos, el único problema es que no lo atraparon vivo. Tuvieron que reducirlo y matarlo antes de que terminara asesinando a un policía. —

Noah tragó — ¿Y cómo esto tiene algo que ver conmigo o con lo que pasó ayer? —

Damián lo miró. Sabía que Noah ya lo entendía, pero necesitaba que se lo dijera para estar seguro — ¿Te dije que tenía un hermano, cierto? — Noah asintió —Ese sujeto se volvió loco cuando se enteró de lo que había sucedido. Nadie se dio cuenta hasta ese momento que su hermano era un santo al lado de éste que quedo vivo. Quiso saber qué policía había entregado la información, o sea, quería saber mi nombre; pero la información quedó clasificada y con el tiempo mi jefe la hizo desaparecer para mi propia seguridad. —

— ¿Nadie te delato? — preguntó sorprendido —Muchos compañeros tuyos lo sabían. —

—Sigo vivo. — bromeó, pero no logró sonreír —Pero por alguna razón, él supo que Misha había sido el que había dado la información. Nunca pudo probarlo, pero en el fondo de su corazón lo sabía. Misha nunca lo reconoció, al menos no abiertamente, pero se genero un odio profundo entre él y Misha. — le explicó —Aún sigue buscándome, y está seguro que asediando a Misha tarde o temprano me va a encontrar a mi también. —

— ¿Cómo lo supo? —

—No tenemos idea, pero no tiene pruebas, por eso lo ha tomado como una venganza personal. No se ha atrevido a involucrar a nadie. — admitió —Pero… — se rascó la cabeza —Su vida se ha convertido en hacer miserable la de Misha, aunque sin mucho éxito… hasta ahora. —

— ¿Es Dylan el hermano del sujeto que mataron? — preguntó temeroso.

Damián asintió con lentitud —Juró hacer lo mismo que le hizo Misha, quitarle alguien importante en su vida. Pero hasta que tú apareciste, él no tenía a nadie a quien pudieran lastimarle. —

Su cuerpo tembló — ¿Quiere lastimarme porque mataron a su hermano por culpa de Misha? — su piel se erizó.

—Él ha distorsionado tanto sus recuerdos que prácticamente cree que Misha fue el que le puso la bala en la cabeza, pero sí, Dylan quiere hacerte daño. — susurró —El accidente que tuviste con Misha, donde perdiste la cabeza lo provocó Dylan, y por eso Misha se alejó de ti cuando tu mamá se lo pidió. Creyó que alejándote de él Dylan iba a detenerse, pero él te seguía los pasos de cerca. —

Noah se tocó la cabeza —No fue un accidente entonces… — cerró los ojos. No pudo evitar odiar a Dylan. Por su culpa había olvidado todo. Por su maldito rencor.

—Me temo que no. — susurró —Por eso Misha se volvió loco cuando le contaste que habías hablado con Dylan. Que te habías subido a su auto y comido con él… — lo miró expectante —Él pudo haberte matado en cualquier momento. —

Sintió miedo, mucho miedo — ¿Por qué no lo hizo? —

—Es difícil decirte porque lo hizo, pero presumo que solo quería asustar a Misha, y vaya que lo hizo. — puso los ojos en blanco —Lo volvió loco. — apoyó una mano en el hombro de Noah —Tú eres lo más preciado que él tiene en la vida. Probablemente lo único que le ha importando desde que perdió a sus papás, así que te va a proteger con su vida. —

—Creo que no es un gran alivio lo que me dices. — dijo abrumado.

Damián se rio —Lamento poner tanto peso sobre tus hombros, pero solo lo dije para que supieras que eres importante para él, y por eso se puso como se puso anoche. — explicó —Misha es un poco posesivo, así que si tuviera que decirlo con sus palabras, le perteneces, y no va dejar que nadie que él no quiera se acerque a ti. —

—Puedo escucharlo diciéndome eso. — suspiró con una sonrisita. Estaba extrañamente emocionado. Tenía unos deseos feroces de ver a Misha, los cuales no tenía esa mañana — ¿Y cuando podre ver a Misha? —

—En la tarde supongo. — dijo vagamente y se estiro un poco —Creo que tengo mi garganta seca por hablar tanto y ya es demasiada información para que proceses por hoy, — le quitó el seguro a las puertas —Mejor vamos a dar una vuelta. — abrió la puerta y el frío se coló sin pedir permiso.

 

 

Noah dejo que el viento revolotear a su alrededor y que revolviera su cabello. Caminó mirando el mar. Estaba agitado, y rugía con violencia. Los recuerdos se agolpaban en su cabeza, pero se esforzaba por no dejar que lo dominaran. No tenía intención de mantenerse alejado del mar para siempre. Pero al verlo así, tan autoritario, recordándole a la gente que debía mantenerse alejado, era difícil no estremecerse, pensando en lo grande que era y en lo pequeño que era uno. Además, estaba oscuro, era impenetrable ese día, lo cual lo hacía lucir aun más temible, exigiendo que se le respetará. Metió las manos en los bolsillos y siguió a Damián por la costanera.

—Misha odia venir a la playa. — murmuró.

Noah lo miro de soslayo —Todos tenemos formas de lidiar con el dolor. Tal vez para él es más fácil mantenerse lejos de lo que le causa dolor. —

Sus palabra le causaron gracia a Damián —Ojalá fuera así, pero Misha no es exactamente de esas personas que se alejan de lo que les hace daño, todo lo contrario. Es algo masoquista, le gusta volver una y otra vez, como quien abre una herida y la aprieta hasta que sangra y vuelve a doler. —

La comparación hizo que Noah se estremeciera y sintiera un cosquilleo por sus brazos. Él lo conocía mejor, así que no tenía sentido que lo rebatiera —Me gustaría poder ayudarlo un poco... — admitió —Muchas veces siento que se guarda todos sus problemas y sentimientos para no molestarme, y yo me la paso aproblemandolo. No tenemos una relación simétrica. Siempre es él quien se preocupa de mí, me defiende y protege cada vez que puede. — bajo la mirada y pateo unas piedrecitas —Pero no quiero ser una damisela en aprietos. Quiero poder ayudarlo y reconfortarlo cuando él lo necesite. —

—Entonces se quien quieres ser para él. Demuéstrale que no es tu guardaespaldas, sino tu novio. Debes tomar la iniciativa, y ten por seguro que cambiara. —

—Lo conoces muy bien. — aceptó divertido —Creo que Callie y yo no tenemos ese tipo de conexión. — admitió con amargura.

La cara iluminada de Callie apareció en el recuerdo de Damián. No habían vuelto hablar después del año nuevo. Él le había prometido llamar y no lo había hecho. Parecía que después de todo, él no era más que otro monstruo en ese mundo —No sé si sea preciso comparar amistades, somos diferentes personas e involucramos diferentes emociones... — se calló antes de hablar más de la cuenta.

—A propósito de Callie. — le hizo un gesto juguetón y le dio un empujón —¿Cómo van las cosas con ella? —

Damián se hizo en desentendido y aparto la mirada —Ella es muy dulce... — murmuró.

Noah no necesito nada mas para entender —No volvieron hablar.... — dijo desilusionado —Creí que le gustabas... ¿O tú no la llamaste? — lo miro inquieto.

—Creo que ella y yo vamos a ser buenos amigos. — reconoció —Pero ella... — se mordió el labio buscando las palabras.

— ¿No es de tu gusto? — levanto una ceja, su pregunta había sonado muy directa y dura.

—Noah.... — intento calmarlo —Ella está interesada en alguien mas... — las personas a veces necesitaban un empujón para poder enfrentarse a sus demonios, y tal vez era lo que Callie necesitaba para poder decirle a Noah la verdad —Y en realidad, yo no estoy buscando una pareja... –

— ¿Alguien más? — ella no se lo había dicho, ¿cómo era posible? —Ella no me ha dicho nada. –

Damián se encogió de hombros —Quizás no ha encontrado el momento. — le restó importancia —Te lo dirá cuando ella se sienta que sea el momento. –

Noah se relajó y lo acepto. No tenía derecho a exigirle nada a su amiga, y estaba de acuerdo con Damián, ella se lo diría cuando sintiera que era el momento. Miró dubitativo a Damián  — ¿Pero te gustan las mujeres a ti? — preguntó volviendo al tema. Hizo reír a Damián con su pregunta — ¿Los hombres? ¿Ambos? — insistió divertido.

—Mis gustos son bastantes amplios. — respondió misteriosamente.

Lo pensó solo un segundo antes de abrir la boca— ¿Te gustó Misha cuando lo conociste? ¿Tú y él...? — no fue capaz de terminar la pregunta.

Damián le devolvió la mirada — ¿Realmente quieres que responsa eso? — levantó una ceja.

Noah meneó la cabeza lentamente, arrepentido de lo que había dicho. El pasado era pasado, y no debía meterse ahí. Misha no parecía haberlo hecho con él. Al parecer nunca le había dicho nada por llevar su medalla que le había dado Ike, o era probable que ya no la tendría puesta. Pero respetaba su pasado, y él debía hacerlo lo mismo.

Le sonrió —Antes de hacer una pregunta debes estar seguro de querer saber la respuesta, Noah. — le advirtió con la misma simpleza con la que siempre hablaba.

No necesito responderle si o no para ver en los ojos de Damián la respuesta a su pregunta; pero no sintió nada al comprender lo que había sucedido. Su piel no se erizo, no se revolvió su estomago. Todo fue igual como al comienzo, y Damián seguía siendo la misma persona para él.


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