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Almas en Silencio por Amii

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Notas del capitulo:

Hola, chicos. Sigo siendo yo, el semidios amigo de Amii que se encarga de subirle los capitulos de su historia favorita. En esta ocasión, Amii les manda algunos mensajes:

1.- pide disculpas por no haber contestado los reviews de sus seguidores, pero lamentablemente las conexiones wi-fi de donde está se encuentran congeladas por el momento, hecho por el cual, a pesar de haberlos leído a cada uno, no ha podido contestar. Pide especial disculpas a Sanbie.

2.- También pide disculpas por el retraso en la entrega del siguiente capitulo de la historia favorita de todos, pero por las mismas razones de antes ha sido difícil establecer conexión con el resto de la humanidad para hacer entrega del cap. Por ello, un equipo de restaque tuvo que llegar hasta el iglú donde se encuentra Amii y traer de forma secreta el nuevo episodio de Almas en Silencio para que llegara a salvo a mis manos.

3.- Quiere decirles que los quiere mucho a todos y los extraña. Además, quiere recalcar que falta poco para regresar a su hogar y a su rutina con respecto a la hitoria.

4.- Finalmente, quiere decir que yo, su servidor, soy el mejor amigo que pudo haber pedido en el mundo y que soy el mejor por subir su historia. Por ello, dice que me va a traer un regalo gigante de su viaje - Ojalá comestible-, el cual estaré esperando con muchas ancias.

Bueno chicos, esto ha sido todo por hoy. Espero que disfruten el nuevo capitulo del fic y que siga creciendo su fanatismo y amor por esta increíble historia. 

Me despido atentante.

- El semidios.

“Puedes cerrar los ojos a las cosas que no quieres ver, pero no puedes cerrar tu corazón a las cosas que no quieres sentir…”

 

Desde que se había vuelto a encontrar con Misha, muchas cosas cambiaron en su vida. Tuvo que aprender a conocer una vez más a quien parecía amar, tuvo que sobrellevar recuerdos y descubrir una nueva vida en familia. Pero, muy a pesar suyo, eso era solo una parte de todo lo que tenía que volver a comprender, porque era todo su entorno en sí que tenía que volver a verlo de otra forma, y no sabía si lo había comprendido ya hace un año atrás, pero hoy, tenía que volver a revivirlo.

Pero no era solo Misha el que regresaba a su vida. Él traía consigo una vida que compartir con él. Personas, lugares y algo un poco más doloroso, recuerdos. Y hoy, tendría que reencontrarse con ellos otra vez.

Damián carraspeo cansado del silencio. Noah apartó la mirada de la ventana y le sonrió —Lo siento, me deje llevar en mis pensamientos. —

—Pronto llegaremos. — lo animo apretando el volante.

Noah bostezó. Toda la tarde en la playa, vagando y deambulando por el lugar lo había cansado, y el viaje de regreso no había hecho más que relajarlo.

—Gracias, aunque no es necesario que te apresures tanto. — había intentado dormir, pero Damián iba demasiado rápido y eso lo tenía más que nervioso. Ese día podía agregar a la lista de cosas que sabía de Damián que le gustaba la velocidad.

Damián se rió, pero no disminuyó la velocidad —Solo solo para que lleguemos antes. — concluyó —Este auto puede ir mucho más rápido, ¿quieres ver? — le dio una pequeña acelerada.

—No, no gracias. — se afirmó de la manija de la puerta y Damián disminuyó un poco la velocidad —Tranquilo, este auto no se da vueltas con nada. —

—Te creo, pero aún así te advierto que quiero llegar vivo donde Misha. — bromeó más tranquilo cuando frenó otro poco.

Al final pudo descansar un poco. Ya faltaba poco para llegar, así que Damián lo despertó cuando detuvo el auto afuera del edificio. Noah se estremeció un poco y se despertó.

—Llegamos. — le avisó con una sonrisa.

Noah miró por la ventana y reconoció el edificio —Gracias Damián, eres el mejor. — se quitó el cinturón de seguridad mientras terminaba de despertar.

—No sé si Misha ya habrá llegado. — aun estaba claro y por lo que había pasado era probable que estuviera ocupado todo el día — ¿Tienes tu llave? — se levantó un poco de su asiento y cogió la mochila de Noah del asiento trasero.

—Sí, no te preocupes. — tomó la mochila y miró una última vez a Damián —Gracias por este día. Es probable que sin nuestra conversación hoy fuera la última vez que viera a Misha. — sonrió con un poco de pena.

Damián asintió —Me alegro haber sido de ayuda, y recuerda… no dejes que te trate como alguien que debe cuidar. — le guiñó un ojo —Ahora sube, que yo tengo que ir a la comisaría y asegurarme que no estoy despedido. — se burló.

Noah se apenó —Lo siento, no quise distraerte todo el día. —

—No importa, me deben muchas semanas de vacaciones. — se encogió de hombros. Quitó el seguro a las puertas y Noah se apeó, pero volvió asomarse por la ventana.

—Misha tiene mucha suerte de tenerte como amigo. — admitió contento.

Él asintió —Yo también tengo mucha suerte. —

Lo vio alejarse en el auto antes de entrar y no pudo evitar sonreír por el día tan agradable que había tenido. Cuando despertó esa mañana solo tenía deseos de morirse y de no saber nada de nadie por al menos una semana, pero Damián lo había hecho recapacitar y cambiar de parecer, así que ahora estaba dispuesto a escuchar a Misha sin juzgarlo por lo que le dijo Dylan ayer.

—Hola Alfred. — le sonrió apenas entró.

El viejo levantó la cabeza y sonrió también al verlo —Noah, que gusto. — se levantó de su silla —Misha no ha llegado. — le advirtió.

—No importa, puedo esperarlo. — le hizo un gesto con la mano y siguió avanzando —Que estés bien. — alcanzó a gritar antes de subir al ascensor y escuchó un “Igual tú” cuando las puertas se estaban cerrando. No lo molestó mientras subía, y tal como había predicho Damián primero y después confirmado Alfred, Misha no estaba.

El departamento estaba completamente en tinieblas. Las cortinas no estaban corridas y la verdad es que el lugar no parecía tener buen aspecto. Sentía el ambiente pesado. Dejó sus cosas en el sillón y corrió las cortinas para que entraran los últimos rayos de sol, además corrió un poco uno de los ventanales para ventilar aquel aire tan viciado para su gusto. Encendió todas las luces que encontró y hasta puso un poco de música para cambiar ese ambiente. No sabía de verdad si era el departamento o era él quien estaba diferente esa tarde, pero al menos la luz y la bulla le hicieron más acogedor el lugar.

 

Alfred le aviso cuando iba en el ascensor que tenía visitas en su departamento, y aunque se alegró de saber que Noah estaba ahí, y no había huido como cualquier otra persona habría hecho en su sano juicio, no pudo evitar sentirse atrapado, porque tendría que contarle toda la verdad, y no sabía si Noah iba a poder lidiar con todos sus secretos.

Abrió la puerta con sumo cuidado. Quería ver su rostro antes de que él lo viera a él. La cerró con el mismo cuidado y dejó las llaves en la mesita junto a la entrada. Su abrigo lo tiró sobre el sillón y caminó con paso tranquilo. Había un aroma exquisito en al ambiente, así que supo de inmediato donde estaba. Unos pasos más adelante ya lo pudo divisar. Estaba con la cabeza gacha, concentrado en algo. Cuando levanto la cabeza para llegar hasta la cocina, pudo ver su mirada tranquila y eso lo relajó a él también.

—Me alegra saber que desde hoy tengo un cocinero particular. — su voz lo hizo girarse en el acto y le sonrió en cuanto sus miradas se encontraron.

—No te sentí llegar. — dijo atrapado —Imagine que tendrías hambre. — le mostró la cocina.

Misha asintió —Tengo mucha hambre. — se acercó un poco y curioseó la comida.

—Es pasta. — le aclaró antes de que preguntara —Con Salsa Alfredo. —

— ¿Salsa Alfredo? — arqueó una ceja — ¿Desde cuándo sabes preparar tantas cosas? —

Noah se rió —No, no sabía hacerlo hasta ahora. — le mostró el teléfono —Pero mi novio me regaló un súper teléfono y busqué la receta por internet. — dijo con tono juguetón haciendo reír a Misha —Y de cualquier forma, era esto o pedir comida china o una pizza… ¿qué preferías? —

—Tu comida estará perfecta. — asintió. Dio la vuelta al mesón y se acercó con cautela. No sabía que tenía en la cabeza Noah, y no estaba seguro si lo iba a dejar acercarse tan fácil a él, pero cuando lo tomó por la cintura, Noah se giró y le sonrió.

—Hoy tuve una agradable visita. — le contó antes de darle un beso en los labios —Aunque no necesito de un niñero. — volvió a darle otro beso.

Misha agachó la cabeza —Lo siento, es que… — se mordió el labio.

—Tenías miedo de que me pasara algo. — asintió —Entiendo, y solo por eso te perdono. — se soltó con un poco de prisa y llegó hasta la cocina antes de que el agua de la pasta se subiera.

Se acercó un poco de nuevo a Misha y apoyó un brazo en el mesón, lo vio mientras colaba la pasta. Tamborileó los dedos sobre la mesa un poco nervioso —Siento haberte gritado anoche y no haberte explicado las cosas… — susurró.

Noah se giró un poco, estaba sorprendido por las palabras de Misha. Nunca imaginó escuchar esas palabras sin una discusión real entre ambos.

—Se porque lo hiciste… — asintió —Te asustaste. — dijo tranquilo —Damián ya me explicó un poco las cosas. Me contó sobre el accidente y me dijo que se acercó solo para provocarte. — continuó preparando algunas cosas de la cena.

—Noah… — lo tomó del brazo para que se detuviera. Éste se limpió las manos y se giró.

—Él me dijo que lo demás me lo tenías que explicar tú, solo me contó porque Dylan es peligroso para mí. —

—Ven. — lo tomó de la mano y lo llevó al living. Lo hizo sentarse en el sillón y se acercó a la tele. Buscó en el rack entre los juegos que tenía para Teo —Necesito mostrarte algo para poder explicarte todo lo que sucede. —

Noah se sentó en la orilla del sillón y miraba atento cada movimiento de Misha. Lo vio sacar entre todos los cables y juegos un viejo VHS, lo metió en el reproductor y lo hizo funcionar. Prendió la tele y se sentó en un sitial, lejos de Noah. Le dio levemente la espalda y no quito la vista de la pantalla. Noah lo miró hasta que las imágenes aparecieron. Era una vieja noticia grabada y repetida una y otra vez, porque la calidad no era muy buena.

No fue ninguna novedad para él la noticia. Ya sabía de que se trataba cuando mostraron las primeras imágenes. Hablaba de un accidente que hubo hace muchos años atrás. Era donde habían muerto los papás de Misha, ahora lo sabía y tenía sentido que tuviera algo así. Cada año, en el aniversario del accidente, volvían a dar la misma noticia, cambiaban algunas palabras y daban alguna pequeña y tonta novedad para volverlo más interesante, pero al final era el mismo dolor para aquellos que sufrieron en aquel trágico accidente, y sobre todo para los que lo habían perdido todo.

Sin embargo, la noticia era vieja. Tenía que haber sido del mismo año o tal vez al primer aniversario. Noah nunca había visto esa noticia, y el dolor que demostraba quien estaba dando la noticia era mucho más real que en la actualidad. Había dolor en sus palabras y en su mirada. Pero sobre todo, había rabia cuando tuvo que contar que aquel hecho no había sido accidental, sino que completamente premeditado. Por mucho tiempo no se tuvo certeza real de que había sucedido, pero en ese momento estaban informando que pese a los esfuerzos por rescatar al total de los ocupantes, una explosión había acabado con la vida de todos aquellos que aguardaban por el próximo ferry para ser rescatados. Alguien había puesto una bomba y habían muerto muchos inocentes. Con el tiempo se pudo saber quien había sido el culpable de la tragedia, y el nombre resonó en su cabeza. Algo se iluminó en cuando dijeron que el mayor sospechoso del atentado era Fedro Waldorff por un supuesto ajuste de cuentas con Stefano Venizelos, el jefe de por ese entonces la red mafiosa más grande de Grecia.

Cuando terminó la noticia, la pantalla se puso azul, pero Misha continuó con la mirada pegada en ella y con el control en una de sus manos. Noah se levantó como pudo del sillón y se acercó a él. Le quitó el control y apagó la tele.

—No te hagas esto. — no necesitaba más explicaciones para entender lo que estaba haciendo con su vida —Es verdad lo que dijo Dylan, ¿cierto? —

Misha asintió —Trabajo para Fedro. —

— ¿No te dedicas a las obras de arte y todo eso que me contaste? Dylan me dijo que estabas pensando dedicarte a otro tipo de negocios junto a tu jefe… — tragó saliva —Cosas malas… —

—Nunca te mentí con respecto a lo que hago. — se giró y encaró a Noah —Yo me dedicaba a conseguirle todo lo que él quería. Es un tipo caprichoso y le gusta mucho el arte, y todo lo que le gusta lo quiere… yo me encargo de que él lo obtenga… — le tomó la mano —Y hace unas semanas Fedro me ofreció un nuevo trabajo… es verdad… todo lo que te dijo Dylan era verdad. —

— ¿Incluso las cosas malas que mencionó? — se agachó para mirarlo de frente.

Misha lo tomó de las mejillas y asintió —No es un hombre al que le puedas decir que no. —

— ¿Por qué Misha? ¿Por qué trabajas para él? ¿Por qué trabajar para el hombre que te quito a tus papás? —

—Es justamente por eso que trabajo para él. — su voz sonó ahogada. Quería explicárselo, pero no sabía cómo en realidad —Dicen que hay que tener a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca… —

Noah bajó la mirada —Te quieres vengar… — susurró abatido. No podía creerlo.

—Me lo quitó todo, Noah. — lo obligo a levantar la mirada —Todo… — dijo lentamente.

—Tuviste la oportunidad de vivir… tuviste una segunda oportunidad en la vida y la estas usando para vengarte… — las palabras salieron sin pensar de su boca. Deseaba entenderlo, pero es que no comprendía porque había tomado una decisión así. Nunca había visto a alguien con tanto odio en su corazón.

Misha lo soltó. Y se apoyó en el sitial —Fue una decisión que tomé hace mucho tiempo. — le explicó y se encogió de hombros —No tenía nada en la vida más que odio en mi corazón. Lo único que aprendí en la calle es que todos deben pagar por sus acciones y como no tenía nada que perder, nada que me importara, comencé a planear esto. —

— ¿Lo vas a matar? — dijo en un hilo de voz.

—Sí. — contestó llenó de determinación.

Noah se estremeció — ¿Has matado antes? — No respondió. Solo lo miró y sus ojos respondieron por él. No quería mentirle, pero no quería ver en sus ojos cuando su corazón se rompiera con su respuesta, y mucho menos cuando le preguntara a quien había sido. Cabía la posibilidad que lo preguntara y no iba a poder negarse a responderle. Se levantó del suelo y se soltó del agarre de Misha. Éste lo siguió con la mirada hasta la cocina.

—Noah… — Éste negó con la cabeza. Siguió haciendo lo que estaba haciendo antes de que Misha lo interrumpiera —Se lo merecía… no lo hubiera hecho si no lo hubiera merecido. Él le hacía daño a alguien que me importa mucho. — el silencio lo abrumó —Al menos dime algo… — pidió Misha alcanzándolo en la cocina.

Noah resopló —Es que no sé qué decirte. — se encogió de hombros —No es como si todos los días conociera a alguien que es asesino y que lo único que le importa en la vida es vengarse del asesino de sus padres. —

—No es lo único que me importa. — dijo dolido —Tú me importas también… — susurró.

Le dio la espalda para sacar los platos de un armario — ¿Y si te pidiera que dejaras todo eso? ¿Si te dijera que lo dejaras porque es peligroso para los dos? — lo volvió a mirara cuando se giró.

Misha apretó los dientes. Damián se lo había dicho, se lo advirtió y él no lo quiso escuchar. Pudo recordar sus palabras “Algún día se lo vas a tener que contar, y vas a tener que explicarle porque decides continuar con esa vida a pesar de que su vida corre peligro por eso. Vas a tener que decirle que tu venganza es más importante para ti que él, y no estoy seguro de como vaya a reaccionar cuando se lo digas…”

—Nada malo te va a pasar… te lo prometo. —

— ¿Nunca me lo habías dicho, verdad? — sacó el servicio de un cajón y se los dio a Misha para que preparara la mesa.

—No. — admitió un poco confundido y miró sus manos — ¿Te das cuenta de la conversación que estamos teniendo y de cómo estás actuando? —

Noah asintió —Si, pero tengo hambre… —

Una sonrisa tímida se asomó en la cara de Misha. No pudo negar que él era increíble —Pensé que ibas a tomar tus cosas y te ibas a ir… — dijo con temor.

—No soy como el resto de las personas. — murmuró y jugueteó con el borde de un plato —No me siento capaz de juzgarte por la vida que llevas. — se encogió de hombros — ¿Quién soy yo a caso para hacerlo? — lo miró con profunda sinceridad en su mirada —Yo también he sufrido, y aunque de alguna manera un poco retorcida y macabra, yo también intenté acabar con el culpable de que mi padre muriera. — tenía los brazos descubiertos porque se había arremangado para cocinar, y dejó a la vista las cicatrices en sus muñecas —No soy quien para juzgarte por la forma en que decidiste sobrellevar el dolor de perderlo todo. —

—De todas las maneras que imagine teniendo esta conversación contigo, créeme que esta reacción tuya nunca fue una opción. — dijo sorprendido.

—La verdad es que sin la conversación que tuve hoy con Damián es probable que habría reaccionado un poco diferente, aunque después habría vuelto a buscarte… — le sonrió —Cuando hablamos hoy en me di cuenta de algo que no había notado. Cuando Dylan me contó parte de tus secretos, mi primer pensamiento no fue de miedo hacia ti, por no ser la persona que yo creía, la persona que tú querías que yo creyera que eras. Lo que me dio miedo, y fue lo que me hizo salir corriendo, fue el temor a que te pudiera pasar algo. Que si era verdad todo lo que me decía él, en ese mismo momento podías estar en aprietos. Y no me había dado cuenta de eso hasta que converse con Damián hoy día, porque estaba un poco impactado aún por tu reacción, por tu mirada de anoche. —

—Creí que ibas a estar enojado. — asumió.

—Estaba un poco decepcionado, y cansado de que me ocultaran tantas cosas. — admitió —Cuando me encontré con Damián no quería irme con él, pero no me iba a dejar en paz. — resopló —Y la patrulla solo estaba logrando llamar la atención de mis vecinas, así que me subí y nos fuimos lo antes posible. —

Misha volvió a sonreír —Tus reacciones no son para nada normales para la edad que tienes. Lo normal sería que tiraras todo lejos, y me gritaras enojado que soy un maldito asesino. — bromeó —Pero actúas como si fuera algo tan normal… — murmuró sorprendido.

—Tal vez se deba a mi personalidad. — le restó importancia —Siempre busco el lado bueno de las cosas. — le sonrió —O quizás me gustas demasiado y estoy tan mal de la cabeza que soy capaz de tolerar estas increíbles cosas. —

—Ninguno de los dos actúa en su sano juicio. —

Noah concordó —Es probable. Cualquier persona en su sano juicio huiría de ti. ¿Quién podría querer de novio a un sujeto que trabaja para un mafioso? — le hizo un gesto para que pusiera le mesa y suspiró —Pero creo que ya es demasiado tarde para mí. —

— ¿Por qué? — preguntó desde la mesa.

Noah lo alcanzó con los platos servidos. Los dejó en la mesa y lo miró —Porque ya me enamoré de ti, y no hay nada que puedas decirme que haga que quiera alejarme de ti. — lo abrazó con fuerza —Has estado demasiado tiempo solo, sin alguien que te amara… ¿Cómo podría si quiera pensar en la idea de irme y dejarte sin amor otra vez? —

—Deberías estar asustado. Deberías preocuparte más por todo esto, Noah… — dijo preocupado —Creo que sería buena idea que reconsideraras el estar conmigo. —

— ¿Por qué? — levantó una ceja —Yo te conozco Misha, estoy aprendiendo a hacerlo, y estoy completamente seguro que tú eres mucho más que tu trabajo, que eres mucho más que una simple venganza. — Misha lo miró abatido —Yo se que en cualquier momento lo dejarías si quisieras, ¿verdad? — fue por algunas cosas que quedaban en la cocina.

Misha no pudo más y se sentó. Ahí era donde se equivocaba. Era justamente ahí el problema de todo, ahora entendía porque para Noah podía ser tan normal algo tan macabro como eso. Él creía que podía cambiar, que lo haría si quisiera. No, incluso más que eso, Noah creía que podía cambiarlo, y que lo cambiaría. Lo observó mientras volvía con otros platos. Él no iba a cambiar. No podía. Se había convertido hace tanto tiempo, que no entendía la vida de otra forma.

—Noah… — tenía que decírselo. Tenía que romper sus ilusiones cuanto antes, darle la oportunidad de cambiar de opinión y salir por esa puerta y no volver más.

—No. — lo calló —No más. — tomó su tenedor —Tengo hambre y quiero disfrutar esto. — aguardó a que Misha también comenzara a comer.

Pero sentía que era demasiado egoísta como para hacerlo. ¿Perderlo? No, no era una posibilidad para él ahora. No podría vivir si lo perdía. ¿Era un egoísta? Sí.

Notas finales:

Chicos, espero sus reviews y sus impresiones con respecto a la historia. Que no se les olvide que todo este mundo lo armamo entre nosotros y me interesa mucho sabes sus opiniones.

Les mando un abrazo gigante.

-Amii 2.0. ¡MEJORADA!


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