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Almas en Silencio por Amii

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Notas del capitulo:

Ciao!!!

Cómo están? Yo aquí muriendome, al borde de la destrucción total de mi existencia, pero no podía evitar pasarme por aquí. 

No tengo mucho que decir, realmente quiero echarme y dormir hasta la eternidad, así que les advierto que debido a mi escasa conciencia, podría ser que hayan más errores de lo habitual o que en más de alguna parte me haya equivocado al poner Misha en vez de Noah y al revés.... pero se que podrán entenderlo igual u____ú

No quería esperar más ara subirlo, asi que aquí lo tienen, con todo mi cariño! 

Disfruten!

“A veces deseaba encontrar subtítulos en su mirada, conocer así sus verdaderas intenciones.”

 

“Te has comunicado con el celular de Misha, deja tu mensaje después de la señal y pensaré si llamarte… “

Colgó. Era la quinta vez esa tarde que lo mandaba directo al buzón de voz. Al menos llamando podía escuchar su voz por unos segundos. Ya había pasado todo el fin de semana sin saber de él.

 

— ¡Hey! ¿Escuchaste lo que acabo de ordenar? —

Noah asintió y entornó los ojos hacia el sujeto que atendía —Un jugo de mango sin hielo y un sándwich de miga sin corteza y con extra de mayonesa. — su actitud no era tan encantadora como acostumbraba —No necesito anotarlo para poder recordarlo. — intentó sonreír, pero se apartó sin mucho éxito.

— ¿Estás bien? — Lucas se acercó consternado y vio de reojo que Eugene estaba atenta a sus movimientos.

—Sí, ¿por qué? — preguntó con ingenuidad. Lucas no supo si estaba fingiendo o de verdad no se daba cuenta de su propia actitud.

Lucas le indicó al cliente que acababa de atender sin apuntarlo —Básicamente te comportaste como un imbécil con él. — dijo —Y generalmente ese es el trabajo de Elián, no el tuyo. —

Noah resopló —Lo siento. — sacó su teléfono de su bolsillo y lo checó, pero seguía igual que hace cinco minutos.

Eugene se plantó delante de ambos y echó a volar a Lucas con la mirada —Sabes que los teléfonos se quedan en los casilleros. — su voz sonó dura. Abrió la mano frente a él —Dámelo. —

No discutió y se limitó a obedecer —Estoy preocupado por Misha. No se nada de él desde la semana pasada. —

—Bienvenido a mi mundo. — sonrió de lado —Debe estar bien. — intentó reconfortarlo —Pero no quiero que tus problemas afecten mi trabajo. — lo regañó —Intentaré comunicarme con él para asegurarnos que su cuerpo no esté bajo de algún puente. — Noah lo miró horrorizado, sabía que ella solo bromeaba porque no tenía idea de que eso podía ser posible.

—Gracias. —

—Así que deja de ser un idiota y has que mis clientes quieran regresar. —

—Sí. — se perdió entre las mesas con cierta ilusión de saber que estaba ocurriendo.

 

Cuando al fin pudo tomarse diez minutos de descanso, Eugene desapareció para saber si había tenido mejores resultados que él. Pero su suerte cambió cuando vio a dos policías entrar en el café. Damián se detuvo en la entrada y con las manos en el cinturón hizo una búsqueda rápida con la mirada hasta que lo vio en el fondo y le sonrió. Lo acompañaba el mismo sujeto que había ido a su casa por la fiesta el año pasado. Teddy creía recordar que se llamaba. Vio a Enea acercarse a ellos y ambos lo miraron hasta que Enea asintió y volvió alejarse de ellos. Damián caminó hasta él y Teddy se quedó en la puerta con una postura bastante altanera.

—Perdí unos cafés en una apuesta y pensé en pasar a saludarte. —se paró a su lado y observó el lugar junto a Noah.

Noah no pudo fingir que todo estaba bien — ¿Está bien? — estaba seguro que él debía saber algo más que él.

Damián bajó la mirada. Lo había atrapado.

— ¿A eso viniste, ¿no? A decirme que está bien porque él no es capaz de hacerlo. — un extraño sentimiento lo embargo. Si no se conociera pensaría que estaba enojado. Pero no pudo evitarlo, porque supo con tan solo ver a Damián que Misha estaba bien. Sabía que él no iba a sonreír de la manera que lo hacía si Misha estuviera mal, sabía que se lo hubiera dicho mucho antes, porque Damián era así, era un sujeto preocupado.

—Está bien, con mucho trabajo. — le confesó.

Noah quiso decir algo más, pero solo soltó un suspiro y sonrió meneando la cabeza. Era un nuevo sentimiento que lo recorría y no sabía exactamente que hacer con él. Nunca se había sentido así antes, no de esa manera tan abrupta, tan categórica. Nunca se había enojado tanto en su vida.

—Solo necesita un poco de tiempo, Noah. — quiso intervenir por su amigo otra vez.

—Solo necesita tiempo… —repitió y asintió — ¿De mí? — lo miró inquisitivo.

—Noah… —

Éste apartó la mirada, rendido. Damián no lo iba a delatar —Bien, no me respondas. — resopló —Al menos ya sé que no está muerto. — dijo con ponzoña — ¿Dijiste que querías unos cafés? —arqueó las cejas y se fue antes de que Damián pudiera decirle lo contrario.

Damián resopló. Cuando Misha se enterara de lo que estaba haciendo iba acabar con él, y con su carrera y con cualquier cosa que pudiera importarle. Sabía que lo iba a odiar demasiado, pero no podía simplemente dejar que esto sucediera. No podía dejar que cometiera los mismos errores que él.

Noah volvió con cuatro cafés en un porta vasos y sacó de sus cavilaciones a Damián. Su mirada estaba más sosegada —Estaba muy preocupado por él. — se mordió el labio, tenía los ojos perdidos en alguna parte de su ser —Jamás se me ocurrió pensar que en realidad no quería hablar conmigo. —

—No lo digas de esa forma. — quiso animarlo, pero era así justamente como estaban las cosas —Es un cretino la mayor parte del tiempo, pero volverá porque no concibe su vida sin ti. —

No estaba tan seguro de que las palabras de Damián fueran ciertas —Fui a verlo el fin de semana. El sábado le deje una nota en el departamento. — le contó angustiado —Pero no me llamó, así que el domingo fui otra vez; pero Alfred me dijo que no estaba y aunque no lo dijo de forma directa, estoy seguro de que no quería que subiera. — lo pensó un momento —Debió haber estado arriba, ¿verdad? —

Damián asintió, ¿para qué mentirle? —Es probable. — admitió y cogió los cafés —Pero no te mortifiques con todo esto. No es algo personal. Él no quiere ver a nadie. — mintió —Y la verdad es que él no me pidió que viniera, pero pensé que querrías saber que aún respira. — sonrió de lado. Él había encontrado la nota cuando lo había ido a ver, así que sintió la obligación de hacer algo al respecto.

Recordó todo lo que había leído de Noah y sin duda no se merecía nada de lo que estaba pasándole. Había sufrido demasiado como para que además de todo tuviera que haber conocido a un cretino como su mejor amigo.

—Gracias Damián. — le sonrió agradecido y de mejor ánimo.

Damián lo tomó del hombro y le dio un apretón —Ya aparecerá, tú tranquilo. Y no creas ni por un segundo que tú has hecho algo malo. —

No pudo quedarse mucho tiempo más, debía seguir trabajando y los cafés habían sido la excusa perfecta para desviarse en horas de trabajo, pero la mirada ansiosa de Teddy le decían que ya era hora de volver a trabajar.

 

Damián lo dejó procesar toda la información en silencio. Sentía que cualquier cosa que pudiera agregar podría significar el quiebre emocional de Misha. Así que simplemente aguardó en silencio con los papeles aún en sus manos, los miraba de vez en cuando y releía una y otra vez la misma información que ya comenzaba a memorizar.

Misha tenía una lucha interna, podía notarlo en su mirada. Sus ojos estaban pegados en la nada, con su ceño un poco fruncido y los ojos entrecerrados. Estaba metido en lo más profundo de sus recuerdos, buscando algo que lo mantuviera a flote. Perdió la noción del tiempo. Dejo de sentir la presencia de Damián cerca de él, perdió toda conciencia de lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Solo podía ver como las imágenes pasaban frente a él junto con un pitido en sus oídos que lo mantenía en la inercia.

Desde que había tomado la decisión de seguir aquella vida, de buscar una venganza o justicia como él le llamaba a lo que le había ocurrido a sus papás, siempre había tenido una imagen de lo que había ocurrido. Cuando encontró a Fedro como el responsable de sus muertes, soñaba cada noche con el momento. Incluso soñaba que éste los mataba de formas diferentes. Cada noche se la ingeniaba para matar a sus padres sin que él pudiera hacer nada al respecto. Pero esto lo cambiaba todo. El verdadero responsable era otra. Si bien Fedro había dado la orden no había sido él quien la ejecutó y aunque siempre fue consciente de eso, nunca le llamó mayormente la atención el buscar al responsable porque sabía que acabando con Fedro podría dar con él tarde o temprano, pero iba a ser imposible, porque estaba muerto, el sujeto estaba muerto.

El odio que sentía simplemente se multiplicó, pero no pudo odiar a nadie. No podía odiar al papá de Noah. Había muerto hace tanto tiempo ya… No había nada que hacer. Se sintió vacío. Su odio no encontraba un lugar donde albergarse y no podía quitarse de la cabeza a Noah matando a sus papás. Después de todo Noah era una copia casi perfecta de Leandro…

Entornó la mirada hacia la mesita y buscó las fotos. Damián levantó la mirada de las hojas pero siguió en silencio. Lo vio tomar las fotos de Noah y de su padre. Eran como dos gotas de agua, como si fueran calcados del mismo dibujo. Volvió a tirarlas lejos. Sintió como se apretaba su pecho. Estaba perdido, confundido.

—Misha… — le llamó Damián un poco preocupado.

Misha volvió apoyarse en el sillón — ¿Qué más tienes? — le apuntó a los papales.

Damián resopló y tomó las hojas. Para su tranquilidad ya le había dicho todo lo que Misha no sabía. Aunque eso no significaba que fuera menos doloroso el tener que recordar la infancia de Noah.

—Habla de su tío… — susurró y Misha hizo una mueca de asco —Harvey encontró algo que no creo que quieras ver, pero creo que debes saber… — se levantó y buscó en el sobre —Tuve la mala idea de ver estos CD’S sin haber leído los papeles primero… — cortó el preámbulo cuando vio la cara de indiferencia de Misha —El infeliz se grabo con Noah… —

Se tardó un momento en procesar lo que le acababa de decir, pero Damián no se detuvo ahí.

—Creo que se grabó cada vez que lo hizo. En los videos se ve a Noah de distintas edades. Creo que subió los videos a una red de pornografía infantil… o al menos ahí dice el papel que las encontraron. — se explayó, pero continuó sin tener la respuesta que esperaba de Misha —Pero hay una nota de Harvey diciéndote que bajo todos sus videos… — continuó sin expresión.

Misha carraspeó — ¿Algo más? —

Incluso a él le dolió la indiferencia con la que tomó lo que acababa de contarle, pero no quiso discutírselo. Sabía que no estaba bien y que luchaba por mantenerse atento —Menciona al novio que tuvo Noah, pero no hay mucha información… solo se sabe que se llamaba Ike, era mayor que él y un día simplemente desapareció. Se presume que murió en un viaje de negocios, pero Harvey no lo pudo confirmar porque no viajo para asegurarse. —

Misha bostezó.

 

El peso del cuerpo de Teo lo despertó de un salto. Odiaba tanto que Teo hiciera eso, y hacía ya mucho tiempo que había dejado de hacerlo. Siempre lo asustaba cuando saltaba sobre él. Aún no había sonado su alarma y suspiró cuando notó que había perdido al menos veinte minutos de sueño.

Teo salió corriendo antes de que pudiera decirle algo al respecto, pero no le importó. Reviso de inmediato el teléfono, esperanzado de que hubiera alguna llamada o al menos un mensaje de Misha, diciéndole que todo estaba bien y que ese mismo día se verían, pero su celular solo tenía algunos mensajes de algunos amigos. Al menos no había nadie que viera la desilusión en su mirada. Buscó el número de Misha en sus favoritos y lo marcó. Sonó un par de veces y su corazón de aceleró al ver que tenía una pequeña posibilidad de que atendiera. Ayer lo había enviado directamente al buzón todo el día, pero sus ojos se volvieron triste cuando se encontró con las mismas palabras del día anterior.

“Te has comunicado con el celular de Misha, deja tu mensaje después de la señal y pensaré si llamarte… “

Comenzaba a cansarse, pero aún así comenzó la cuenta diaria. Volvió a marcar otra vez, sabía que iba a volver a enviarlo al buzón y así fue, directamente. Pero al menos quería escuchar su voz y eso lo reconfortaba un poco cada vez que le marcaba. Comenzaba a extrañarlo mucho.

Cuando colgó la segunda vez, su teléfono sonó antes de que pudiera volver a marcar, pero para su desgracia, seguía sin ser Misha. Era un número desconocido y no era un móvil así que atendió con cierta incertidumbre.

— ¿Bueno? —

— ¿Noah? ¿Noah Rallis? — una voz femenina conocida. No pudo darle un rostro a la voz, pero si estaba seguro de que conocía a la mujer.

Se rascó la cabeza y se sentó en la cama —Si con él. — dijo confundido.

La mujer se dio cuenta —Soy Kaia. —

La imagen de la secretaria de la Universidad se vino de inmediato a su cabeza — ¡Oh! Claro, disculpa. — se levantó nervioso y se paso la mano por el cabello.

—Dime que no te desperté. — se disculpó de antemano.

—No, no… claro que no. — sonrió.

—Oh, muy bien. — dijo con alegría —Noah te llamó porque te tengo excelentes noticias para ti. — la euforia se notaba en su voz.

Su estomago se revolvió expectante —Soy todo oídos. —

—Te llamo para invitarte cordialmente a un seminario de artes que impartirá la Universidad. Se realizara la segunda semana de abril; y has sido el único invitado que no es estudiante activo de la Universidad aún y quisieran contar con tu presencia porque realmente están complacido con tu trabajo y quisieran asegurarse que ingreses a esta Universidad. — le contó emocionada.

Noah quedó boquiabierto. No podía creerlo — ¿Es enserio? —

Kaia rió —Por supuesto, y eso no es todo. Ellos quisieran que participaras porque eres uno de los candidatos para recibir una beca completa para estudiar aquí. — estaba tan complacida como él de escuchar esas palabras. Sabía que Noah era humilde y cualquier gasto que pudiera ahorrarse sería un gran alivio.

—No me lo creo. — tuvo que apoyarse para procesar lo que acababa de decirle. Había despertado y sus sueños comenzaban hacerse realidad.

—Debes comenzar a creer en ti mismo. Tienes el talento suficiente para que la gente te admire en este lugar. — farfulló.

Noah no supo que decir al respecto y solo se rió — ¿Y qué debo hacer? ¿Solo decir que sí? —

Kaia guardó silencio un momento y se dio cuenta de que había olvidado un detalle bastante grande —Debes venir a la Universidad e inscribirte. — le contó —Pero Noah… — le detuvo antes de que la emoción lo hiciera estallar —El seminario es en Italia, Venecia. — dijo con cierto temor.

Su voz le hizo comprender de inmediato que eso sería un problema —Debo costearme el viaje, ¿verdad? — hasta ahí llegaron las ilusiones.

—Debí decirlo al comienzo. — se regañó a si misma —Pero oye… ven a inscribirte y habla con el encargado del seminario. — le propuso —Tal vez puedan ayudarte a costearlo. — le animó y escuchó el suspiro de Noah —O tal vez… puedas pedirle a Misha que te ayude un poco con los costos, incluso hasta podría acompañarte… ya sabes que le gusta todo esto del arte, tal vez le parezca entretenido. —

Tenía que seguir hundiendo la herida en la llaga. Al menos agradecía que ella no pudiera verlo en ese momento o se habría sentido terrible al verle la cara tan desencajada. Aunque a pesar de todo, iba a intentarlo. Iría y se inscribiría, hablaría con el encargado y tal vez algo bueno salía de todo eso.

—Probaré con la primera opción. — dijo con cierta amargura. Kaia la notó, pero no quiso preguntar. No quería seguir amargándole el día al pobre.

—Perfecto, esa es la actitud. Si puedes ven hoy y hablas con el encargado. Es un estudiante de segundo año, pero no tengo su nombre aquí a mano. — dijo mirando su desastre en el escritorio —Pero probablemente estará en la biblioteca esperando a los interesados. — le indicó —Cualquier problema ven a verme y lo solucionamos aquí, ¿vale? —

—Gracias Kaia. — intentó sonar alegre antes de colgar.

Aunque el mencionar a Misha y un posible viaje solo le hizo recordar la propuesta que éste le había hecho de salir a alguna parte. Todo eso comenzaba a diluirse con su ausencia. Todo lo que habían construido juntos comenzaba a quedar en el pasado desde el primer buzón de voz. Empezaba a sentir lejano a Misha, sentía que lo perdía y no sabía exactamente que hacer al respecto. No sabía aún que estaba sucediendo como para hacer algo al respecto. Ahora solo sabía que dolía recordarlo, y aunque Damián le había prometido que volvería, que solo necesitaba tiempo, él sentía que el tiempo no era suficiente para que Misha regresara a él.

 

Misha pasaba de la irá a la tristeza y luego a la indiferencia en cuestión de segundos. Realmente estaba inquieto y agradecía que Harvey le hubiera advertido de lo que iba a suceder. Lo miraba e intentaba descifrar cual era el sentimiento que más le estaba afectando y sin lugar a dudas la ira era la que predominaba a toda costa en su ser.

Había estado callado cuando le contó sobre Gabriel, pero sabía que aún así estaba enfadado por eso y por todo. El enojo regresó después de su indiferencia por lo que ya sabía.

— ¿Cómo se supone que lo vea a la cara ahora? — dijo exasperado.

—Él no tiene la culpa de nada, era solo un niño cuando ocurrió. — le defendió

Misha meneó la cabeza —Lo sé, pero es que son tan parecidos… — repetía con terquedad —No me puedo quitar la imagen de mi cabeza. —

—No sabemos el motivo que lo llevó a hacerlo. — le recordó buscando una explicación.

—Da igual el motivo. Mató a centenares de personas y a mis padres. — recalcó con dolor.

Damián intentaba ser racional, buscarle una lógica que Misha lograra comprender a pesar de la rabia y la pena que lo tenía ahogado —Eso te pondría a ti en el mismo nivel que ellos, de todos aquellos que tanto desprecias. No eres mejor que ellos según tu razonamiento. —

Misha frunció el ceño y arqueó las cejas —Nunca he dicho que lo sea. — empujó los papeles de la mesita. Estaba cansado de verlos, de mirar las fotos, de recordar el dolor —Yo solo quiero justicia, no me importa el precio. —

—Yo lo llamo venganza. — le debatió, pero Misha no pico y no siguió peleando.

Se levantó del sillón ante la atenta mirada de Damián, y éste solo se levantó cuando comprendió lo que iba hacer —Misha… — lo llamó antes de dar el primer paso. Misha lo miró con las manos puestas en su mini bar —Tú lo quieres… no te olvides de eso. — no fue suficiente y abrió una puerta tras el bar. Sabía de todas formas que estaba atento a sus palabras —No dejes que termine de hundirte lo único que te mantenía a flote. Lucha. — le rogó cuando volvió aparecer con una botella de whisky.

 

Su última opción sería ir con Kaia. Sabía que ella lo había descubierto, y como conocía a Misha, intentaría meterlo en alguna conversación para saber que sucedía con él así que ir a verla estaba completamente descartado.

Caminó por el campus intentando dar con la biblioteca, pero no había nada que le indicara donde podía estar el lugar. Por suerte para él, ese día no trabajaba así que podía tardarse toda la tarde en encontrarla y no iba a importar.

Pero al final se cansó de caminar por el lugar — ¡Hey! — detuvo a una chica que iba a pasar junto a él en cuestión de segundo.

La muchacha se detuvo y le sonrió comprensiva mientras se quitaba uno de sus audífonos para poder ayudarlo —Hola. — dijo atenta.

—Hola, ¿podrías decirme donde está la biblioteca? — hizo una mueca de desesperación.

— ¿Buscas alguna en particular? — apoyó todo su peso de una de sus piernas mientras se acomodaba la bolsa que llevaba al hombro.

¿Había más de una? Pensó sorprendido y se rascó la cabeza —Quiero inscribirme para un seminario de artes. —

Ella asintió y se giró un poco —Debe ser en la biblioteca de artes entonces. — le apuntó un edificio a su izquierda —Ve hasta ese edificio y dobla. Es el último edificio hasta el fondo. Si no es ahí, te recomiendo que vuelvas a la entrada y preguntes en informaciones o en la secretaria de artes. — le sonrió y Noah le agradeció de la misma forma.

Iba a tener problemas si llegaba a estudiar en ese lugar. Era demasiado grande y la mayoría de los edificios eran iguales. Pasaría perdiéndose porque su sentido de orientación no podía ser peor. Caminó en silencio y estaba casi seguro de haber pasado por ahí antes, pero la vez anterior no reconoció el letrero de información que indicaba que la biblioteca estaba en esa dirección.

Entró en silencio y observó todo el lugar rápidamente. El edificio tenía al menos cinco pisos, pero el solo pudo contar tres de estos llenos de libros y gente paseándose por los pasillos. Buscó un mesón donde preguntar, y cuando lo encontró se iba a dirigir hasta ahí, pero antes reconoció un cartel de información sobre el seminario, y hasta tenía una flecha que le indicaba la dirección. Al parecer era escaleras arriba, así que simplemente siguió las flechas hasta el segundo piso, justo hasta donde había un grupo de mesas, casi todas vacías.

Buscó algún indició que le dijera quien de todos ellos era el encargado, pero nadie parecía estar atento a recibir gente, ni mucho menos tener alguna lista para anotar a los interesados. Dio unos pasos hacia atrás y decidió esperar a ver si algo cambiaba, si alguno daba alguna señal de ser quien buscaba porque no tenía el ánimo para ir preguntando a uno por uno. No eran muchos, pero tampoco eran un puñado.

Miró con curiosidad un grupo de estantes y de metió por uno de los pasillos. Paso la mano por el lomo de los libros mientras avanzaba y leí con rapidez los títulos. Todos eran referentes de las artes, y eso lo emocionó un poco. Casi podía imaginarse leyendo esos libros, estudiando en ese lugar junto a los otros estudiantes. Llegó hasta el final de uno de los pasillos e iba cruzar otro para seguir en la misma dirección, pero alguien se le cruzó sin fijarse por ir absorto en un libro y chocaron con torpeza.

—Disculpa. — Noah se fue directo al suelo con el impacto. Aunque reconoció la voz y sonrió al verlo —Noah. — sonrió con cierto entusiasmo y estiró su mano para ayudarlo a levantarse.

Noah aceptó la ayuda — ¿Qué haces aquí, Enea? — levantó una ceja con curiosidad.

—Yo debería preguntarte eso, no tú a mí. — dijo ciertamente indignado, pero se rió al final —Estudio aquí. — le explicó caminando delante de él por el mismo pasillo — ¿Y tú? —

— ¿Estudias aquí? — preguntó emocionado — ¡Wow! No lo sabía. — ignoró su pregunta — ¿Qué estudias? —

Enea lo miró de reojo por su gran emoción —Artes, voy en segundo. — le contó al llegar a las mesas y se dejó caer en una silla un poco cansado. Noah seguía sin creérselo — ¿Y tú qué haces aquí? —

Noah se despabiló y volvió a sonreír —Busco al encargado del seminario de artes. — le explicó mirando a su alrededor.

— ¿Por qué? ¿Para qué? — arqueó ambas cejas.

—Me invitaron a participar. — dijo triunfante.

Enea soltó una carcajada —Entonces estas en el lugar correcto. — tomó su mochila y sacó un formulario.

Noah lo miró boquiabierto — ¿Eres tú? —

—Creo que daremos un lindo paseo por Italia tú y yo. — le guiñó un ojo entregándole una de las hojas.

Tomó el papel y le hecho una mirada —Si, pero quería hablarte de algo… — murmuró bajito.

Enea asintió y se agazapó un poco para escucharlo mejor —Cuéntame. — susurró.

Le contó sobre sus dificultades financieras para poder viajar y si es que había alguna posibilidad de ayuda para que pudiera participar de todas formas. Le explicó que realmente quería ir, pero no tenía de donde sacar tanto dinero para pagar al contado el viaje.

Enea se rascó la cabeza un poco estresado —No lo sé. Nadie me lo había preguntado antes. — admitió —Tal vez puedo preguntar. —

Noah asintió y le agradeció. La verdad es que agradeció aún más que no le hubiera dicho lo mismo que Kaia sobre pedirle el dinero a Misha, aunque sabía que él podía estar más al tanto sobre su abrupto alejamiento, así que simplemente no quiso hacerlo sentir incomodo.

—De todas formas. — agregó llamando la atención de Noah —Yo se que tal vez no quieras, pero… — Noah cerró los ojos y aguardó a que nombrara a Misha, pero Enea se calló cuando cerró los ojos —Tranquilo, no voy a decirte que te prostituyas o algo así. — se burló haciéndolo reír y obligándolo a que lo mirara otra vez —Aunque ganarías mucho dinero. — concedió con una sonrisa juguetona, pero de nuevo se puso serio, incluso antes de que Noah comprendiera lo que acababa de decirle —Podrías pedirle el dinero a Eugene. Yo se que tu relación con ella es mucho más directa que con el resto y por eso te puedas sentir un poco incomodo, pero el año pasado necesitaba dinero para una cuota de la Universidad y ella no tuvo inconveniente en hacerme un préstamo. — le contó orgulloso por tener una posible solución.

—Gracias, lo tendré en mente. — le dio un pequeño empujón con su hombro —No puedo creer que seas el encargado. — dijo aliviado —No me imaginaba tampoco viajando con puros desconocidos. —

Enea coincidió —Será genial. — prometió —Y te prohíbo que te lo pierdas. — le dio un golpecito al formulario y le tendió un lápiz —Inscríbete. — lo animo.

Noah tomó el lápiz sin dejar de mirarlo. Sentía que si dejaba de verlo iba a desaparecer y se encontraría con un extraño cuando volviera la vista otra vez. Es que era demasiado bueno para ser verdad todo eso.

 

 

Damián se acercó a Misha con cautela. Había bajado la botella sin haber tomado un trago si quiera, así que podía notar como luchaba contra sus sentimientos.

—No sé qué haré. — reconoció —Si viera en este mismo momento a Noah estoy seguro que le partiría la cara a golpes y después querría besarlo. —

—Un lindo sentimiento. — se burló a pesar de la situación, pero suspiró luego —Tal vez deberías decírselo. Podría ayudarte a superar todo esto, compartir el dolor con alguien que también forma parte de lo que sucedió… quizás sea bueno que él sepa quién era su papá en realidad. —

Misha negó incluso antes de que Damián terminara de hablar —No puedo hacerle eso… — murmuró —Su papá es lo único bueno que tiene en la vida. Los únicos recuerdos felices que tiene de su niñez son junto a él. No puedo arrebatarle la imagen que tiene de él. —

Damián sonrió de lado. Se alegraba saber que Misha no sería capaz de hacerle algo así a Noah, eso hablaba sobre el amor que aún le seguía teniendo. No quería lastimarlo, todo lo contrario, quería evitarle el dolor que él estaba sintiendo justo en ese momento.

—Es cierto que no hay una justificación válida para lo que él hizo, pero a pesar de que te quito a tus padres y la posibilidad de tener una vida normal, él creó lo único que amas en estos momentos. Él planto la única flor en el desierto que es tu vida en este momento. —

—Tal vez no sería un maldito desierto si mis padres no hubieran muerto. — masculló.

Damián asintió, era difícil verlo desde un lado positivo —Yo sé que es difícil entenderlo, pero trata de ver por un segundo el lado bueno de todo esto y es que quizás de otra forma no hubieras podido conocerlo. O tal vez sí, pero sin ser las personas que son hoy en día, probablemente no se habrían enamorado. —

—Puras suposiciones. — dio un puñetazo a la mesa —Tu defensa son puras mierdas. — gritó enojado.

— ¿Qué más quieres que te diga Misha? ¿Qué es mentira? Es la realidad y tienes que asumirla y tomar una decisión al respecto. No puedes simplemente enojarte y esperar que esta cambie solo para hacerte feliz a ti. Todo sigue exactamente igual a como estaba antes. La única diferencia es que ahora sabes el nombre del sujeto que mato directamente a tus padres, y si, es una mierda saber que no podrás hacerlo sufrir porque murió salvando a su hijo que se ahogaba… — le enrostró —Pero lo que realmente te enoja es saber que no puedes odiarlo porque es el papá de Noah y estás tan jodidamente agradecido de él por haber tenido un hijo tan perfecto como él que te enojas, y haces rabietas porque aunque quisieras lastimar a toda su familia para vengarte, no puedes hacerlo porque amas a Noah y él ama a su pequeña y rota familia. —

—No sabes nada… —

—Se lo suficiente de no poder enojarte con quien te quita a tus seres queridos. — dijo secamente —Solo deja de comportarte como un idiota. — frunció el ceño —Y si me equivoco y realmente vas a comenzar a odiar a Noah por lo que hizo su papá, al menos ten la decencia de dejarlo y no le rompas el corazón como un cobarde dejándolo a un lado sin siquiera darle la oportunidad de decirte adiós, porque después de todo no tiene la culpa de lo que hizo su papá y no merece que lo hagas sufrir por eso. —

 

Tenía tantas ganas de poder contarle lo que estaba aconteciendo. Sacó su teléfono y miró la pantalla, pero ya no se desilusionaba, porque ya no esperaba encontrarse nada en la pantalla. Enea se había quedado estudiando, pero no quiso quedarme mucho más para que no se distrajera con su presencia, así que simplemente se dedico a vagar por ahí. No quería volver a casa. Tenía mucho que hacer, mucha tarea pendiente y pruebas que se venían encima y pocos días libres para estudiar; pero se habían esfumado sus deseos por esforzarse.

Llevaba casi cinco días sin saber de Misha, sin escuchar su voz más allá de ese maldito mensaje en el contestador. Podía decirlo de memoria y hasta sentía que se burlaba de él. Claro que pensaría si llamarme, se dijo ácidamente, pero había decidido que no valía la pena devolverle los miles de llamados que le había hecho. Cretino, pensó indignado.

El teléfono sonó y atendió sin ver la pantalla. No le importaba quien fuera, no quería hablar con nadie.

—Bueno… — suspiró al ponerlo en su oreja.

—Bonita forma de atender tu teléfono. — se detuvo de golpe y sus ojos se desorbitaron.

La mandíbula le tembló por la emoción y sonrió antes de poder decir algo —Misha… — soltó al fin.

Notas finales:

No odien a Misha!! Es todo lo que dire!

Nos leemos! Espero sus comentarios, y les advierto que tengo cero ideas para el proximo capítulo... porque hay tanto que decir que no me decido de que hablar primero, así que acepto sugerencias!

Ciao!


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