Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Almas en Silencio por Amii

[Reviews - 118]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola! Perdonen la demora, espero les agrade el capítulo.

"No hay distancia más larga que la falta de interés..."

 

Su aroma era inconfundible. Estaba seguro que podría encontrarlo en medio de una gran multitud. Jamás podría olvidar aquel olor, menos ahora que sabía a quién pertenecían aquellos recuerdos.

El sujeto no lo estaba viendo a él, su sonrisa no era para él, ni siquiera había notado que estaba ahí, y Noah pensó que probablemente el tipo ni siquiera se acordaba de él.

—Noah. — Peter lo hizo girarse de nuevo. Tenía dos cervezas heladas en sus manos —Háganlas durar un poco más esta vez. — bromeó antes de seguir atendiendo gente.

Cuando se dio vuelta el tipo ya no estaba. Lo buscó entre la gente, pero no había rastro de él. Volvió con Callie lo más rápido que pudo y le entregó las cervezas.

—Ya regreso. — dijo agitado. Tomó la chaqueta de su asiento y se perdió de nuevo en la multitud ante la atenta mirada de Callie que no dijo ni media palabra.

El local era grande y muy popular, pero con un poco de optimismo y paciencia se podía encontrar a cualquiera en ese lugar. Noah lo conocía muy bien. Había pasado sus mejores y peores momentos ahí, así que si él aún estaba en ese lugar, tenía que encontrarlo tarde o temprano.

Cuando Callie ya no pudo seguirle la pista, fue cuando Noah por fin lo encontró. Estaba en una mesa justo al otro lado del local. Estaba junto a dos mujeres y a otro sujeto. Todos vestían casuales menos el sujeto. Él traía un traje bastante elegante. Noah los miró un momento a la distancia. Todos reían por algo que había dicho el otro hombre que lo acompañaba. Apretó la chaqueta en su mano. No quería se inoportuno, pero por alguna razón deseaba poder volver hablar con él. Quería escuchar su voz, necesitaba sentir su mirada sobre él una vez más.

Sabía que debía dejarlo pasar, que aquel camino no era sensato, pero si el simple aroma de su perfume lograba traerle recuerdos de Ike, el hablar con él podría traerle mucho más. Necesitaba tenerlo en su cabeza, pero no podía ser tan egoísta en querer conocer a alguien solo por algo así.

Su mirada se había detenido en aquel lugar, aunque sus pensamientos estaban en otro. El tipo se sintió observado y lo encontró entre la multitud. Lo reconoció de inmediato. Lo vio un poco triste, igual como la vez anterior en la galería; además lucía bastante penoso ahí, parado en medio del local, con la mirada perdida.

Noah se dio cuenta demasiado tarde de su error. Lo vió murmurarle algo al otro sujeto al mismo tiempo que se levantaba de su silla y reacciono cuando ya lo tenía a unos pasos de él.

Se dio vuelta para un escape rápido, pero éste lo detuvo — Hey, hey. — lo tomó del brazo y lo volteó —Demasiado tarde para correr. — le sonrió.

—Lo siento. — se sintió tonto al querer huir, pero más idiota por haberse quedado pegado viéndolo —Te vi entre la multitud. — le explicó.

Él no hablo, solo lo miraba sin soltarle el brazo.

—Tengo tu chaqueta. — agregó medio nervioso. Sus ojos azules le miraban con tal gracia que hacía que todo su ser se estremeciera, y su sonrisa torcida le hacía imposible adivinar sus pensamientos —Pero cuando te vi con tanta gente ya no quise molestarte. — miró de reojo a la mesa en la que estaba. Todos los estaban mirando. Él también se volteó y sonrió de nuevo al verlos a todos curioseando. Al verse descubiertos, todos volvieron las miradas y continuaron bebiendo.

—No se suponía que me la devolvieras. — miró la chaqueta en la otra mano de Noah.

—Lo sé… — dijo avergonzado —Pero no me pareció correcto… —

Él volvió a sonreír al verlo nervioso.

—Además... — Sus pensamientos se iluminaron de pronto —Ni siquiera te di las gracias, entonces sentí que necesitaba dártelas. —

Él solo asintió y aguardó.

—Bueno… gracias. — dijo incómodo —Y ya me callo y dejo de avergonzarme más. — le entregó la chaqueta, pero él no la recibió.

Volvió a reír —Es tuya, no la quiero. — negó. Le soltó el brazo y vaciló un momento. Le echó un vistazo a sus amigos antes de volver a dirigirse a él — ¿Nos acompañas? —

Por un momento se vino la imagen de Callie a su mente y pensó en lo que ella haría —Esta bien. — accedió siguiéndolo a la mesa. Sabía que Callie lo hubiera abandonado en una situación similar.

—Ya era hora que volvieras. — dijo una de las mujeres. Su voz sonaba grave y no lucía muy amigable.

Él pareció ignorarla y se fue en busca de una silla para Noah. Los demás lo miraban con curiosidad. No parecía ser muy común que ese tipo hiciera eso.

—Hola. — saludo con algo de timidez.

La otra mujer y el sujeto le sonrieron de vuelta y saludaron —Hola. —

Cuando ya tuvo su silla, todas las miradas se dirigieron al hombre que le dio la chaqueta. Él los espantó con una mirada agria.

—Bueno, creo que él no nos va a presentar, así que lo haré yo. — dijo el otro hombre —Me llamo Damián, ella es Circe. — apuntó a la chica de la mirada perversa —Y ella es Emma y bueno, Misha, pero ya lo conoces. —

Emma rió —Creo que solo te puso atención en la última presentación. — miró con perspicacia a Noah.

—Soy Noah. — se dirigió a todos con un poco de vergüenza aún. Misha lo miraba mientras bebía su cerveza.

—Noah… — repitió Damián —Que extraño nombre, hace juego con Misha. — éste solo hizo una mueca — ¿Y de donde se conocen? — lo miró intrigado. Pero Noah no supo que responder. Todas las miradas estaban sobre él de nuevo, y no pareciera que fuera a recibir ayuda de Misha.

—Discúlpanos, Noah. — intervino Emma al notar su incomodidad —Pero él no suele traer amigos a vernos, por eso sentimos tanta curiosidad hacía ti. —

—Probablemente no tenga más amigos que los que estás viendo. — agregó Circe con un tono burlón. Su mirada se topo con la de él y se notó la hostilidad entre ambos.

Noah se dirigió a Damián —La verdad es que no somos amigos… yo… lo conocí ayer. — le explicó.

— ¿Y ya lo traes a conocernos? — lo interrumpió Damián incrédulo.

Misha continuó bebiendo su cerveza como si aquella conversación no pareciera lo suficientemente interesante como para intervenir en ella. Su actitud había cambiado frente a quienes parecían sus amigos, pero aquella mirada juguetona continuaba ahí, escondida en alguna parte, intrigándolo.

— ¿Dónde lo conociste? — interrogó Emma.

—Emmm… — balbuceó Noah —En la galería de arte que está en el centro. —

— ¿La que robaron? — pregunto Circe con curiosidad.

Noah asintió —La misma. —

Peter llegó con unas cervezas a la mesa. Parecía que ellos también eran clientes habituales porque se llevaban muy bien con el barman.

— ¿Y tú? — arqueó una ceja al verlo — ¿Y tu amiga? —

—Bailando. — mintió, porque en realidad no lo sabía. Lo único de lo que estaba seguro era que aún no deseaba volver a su vida común.

Damián le ofreció una de las cervezas. El sujeto lucía amable, y tenía una sonrisa encantadora que pareciera que jamás se iba de su rostro. Su cabello era negro y sus ojos de un profundo azul, como del color del océano, pero en lo más oscuro de éste. Además, su piel pálida le hacía lucir aún más sus facciones delgadas.

Las chicas en cambio eran muy parecidas. Noah incluso podría apostar con gran seguridad que eran hermanas, incluso gemelas. Ambas tenían el pelo castaño y sus ojos eran almendrados. Emma tenía la piel más pálida que Circe y su cabello ondulado caía por sus hombros. Circe, en cambio, tenía el pelo corto y peinado hacia un lado.

La música cambio y Titanium de David Guetta empezó a sonar a todo volumen. El ambiente pareció cambiar en el lugar y la gente pareció animarse con la música.

—Amo esta canción. — la mirada de Emma se ilumino —Bailemos. — se apresuró, tomó del brazo a Damián y se lo llevó antes de que pudiera decir algo.

Misha miró a Circe que se divertía ignorándolo, pero cuando vio a su hermana correr hasta la pista de baile, tomó su cerveza y se levanto —Estaré en la barra. —

Noah la vio alejarse —No parece muy amistosa. — soltó sin medir palabras.

—No lo es. — concedió Misha —Emma y ella son como el ying y el yang. —

—Yo… — las palabras volvían a escasear en su mente. Ya no sabía que decir o que hacer para poder quedarse ahí un rato más —Gracias de nuevo por lo de ayer. —

—Solo fui amable. — Le resto importancia —Te veías… — vacilo un momento —Terrible. —

—Gracias por decirlo de forma tan amable. — rió Noah —Me veía como el carajo. —

—No quise ser grosero. —

—Debo decir que no suelo verme así. Por lo general soy una persona bastante feliz. — tomó por primera vez la cerveza que Damián le había ofrecido.

Misha apoyó los brazos en la mesa y se acercó —Puedo notarlo. —

— ¿Te burlas de mi? — dio un sorbo a su cerveza

—Totalmente. — su mirada maliciosa permanecía ahí. Como si intentara desafiarlo a algo —Parecías un cordero a punto de ser degollado cuando te vi ahí en la pista. — Noah se calló buscando con paciencia alguna respuesta que no lo volviera a dejar en ridículo. Pero Misha se adelantó y agregó —Debo concederte que fue valiente de tu parte abandonar a tu amiga para venir a sentarte con nosotros. Te vi con ella cuando llegué y creí que te negarías a venir a la mesa por lo mismo. —

Se sonrojó al comprenderlo, Misha esperaba una negativa de su parte y al final le había resultado mal —Estorbo. — murmuró.

— ¿Intentas dar pena? — apoyó su mejilla en una de sus manos. Se veía cansado —No habla muy bien de tu personalidad feliz. —

Noah continuó bebiendo, nervioso. Su teléfono empezó a vibrar en su chaqueta, pero lo ignoro. Aunque sabía que aquel ya era el primer llamado de atención de Callie. Pronto tendría que volver.

—Es difícil recuperarse de la primera impresión que te di. — le explicó.

—Es peor la segunda. — se echó para atrás en la silla y se estiró un poco —Ven, acompáñame. — se levantó de la mesa y esperó a Noah.

Éste lo siguió pero un poco nervioso. Aun se aferraba a la chaqueta que le había dado y caminaba con paso inseguro.

—Tranquilo, no pienso secuestrarte para violarte o algo así. — se giró para sonreírle, pero entendió que sus palabras no estaban calmándolo en cuanto vio su cara de pavor.

Llegó a la barra y uno de los sujetos que atendía se acero — ¿Qué quieres Misha? —

—Dame un whiskey. Sus cervezas son un asco. — Se apoyo de un costado en la barra para ver a Noah que estaba atrás de él — ¿Quieres uno? —

—Creo que ya he bebido suficiente. — mintió. Jamás había bebido algo diferente de una cerveza y no creía que cambiar a un whiskey fuera una buena idea, y menos con un desconocido.

Misha volvió a sonreír —Creo que eres un crio. — se burló.

El barman volvió con su trago — ¿Damián está contigo? — preguntó antes de darle el vaso.

— ¿Por qué? — frunció el ceño molesto.

—Ya has bebido bastante esta noche y este será el último si Damián no está contigo. — le advirtió antes de darle el vaso.

—Está bailando. — contestó de mala gana.

Noah se acercó y se sentó junto a él en la barra — ¿Eres de esos borrachos desagradables que le gritan a todo el mundo? —

—No, así soy sobrio. — le dio un pequeño sorbo a su bebida.

—No te ves como un sujeto desagradable. — comentó —Digo, no creo que ese tipo de personas se acerquen a ti y te regalen su chaqueta al verte todo mojado. — agregó.

—Tal vez todo es un plan maestro para secuestrarte y violarte. — intentó de nuevo hacerlo sonreír. Esta vez si lo logró y Noah se rió; eso divirtió a Misha —Damián y las chicas están preparando todo para sacarte de aquí sin que nadie lo note. —

—Tal vez me deje secuestrar. — dijo con tono juguetón.

—Touché. — volvió a su whiskey —Tu novia tal vez te extrañe si te vas de aquí sin ella. —

—Tendrías que llevártela también para que nadie sospeche. —

—Tal vez este molesta porque la abandonaste y no le importe que te lleve conmigo. — dijo Misha, mientras se acababa su vaso —Deberías estar con ella. Sobre todo si se están reconciliando por alguna estúpida pelea de chiquillos. —

No comprendió de inmediato sus palabras, pero luego entendió que se refería a su estado la noche anterior.

—No es mi novia, y ayer no estaba así por haber peleado con ella. De hecho, es casi imposible pelear con ella. — le explicó —Pero si aquella fue tu táctica para saber si tengo novia, resulto muy convincente. — se burló.

Misha soltó una risotada —No te equivoques. — se acercó peligrosamente a él. Realmente estaba un poco bebido, y ya no lograba coordinar sus movimientos con precisión —Si yo estuviera interesado en saber si tienes novia, te lo hubiera preguntado directamente. — le dijo casi al oído —Pero no te hubiera preguntado si tienes novia. —

—Me hubieras preguntado si tengo novio. — completo la frase.

Se alejó de Noah nuevamente —Exacto. — asintió —Pero no tienes cara de tener novio. Tienes cara de sufrir por alguien. —

Noah se sintió atrapado de pronto en esa conversación. ¿Cómo era posible que supusiera tantas cosas con tanta facilidad y acertara en ellas?

Trató de fingir indiferencia —Bueno, ya sabes mucho de mí. Así que háblame de ti. Solo se me tu nombre hasta ahora. —

Misha notó el desvió del tema pero se lo dejo pasar —Soy un tipo sencillo. Me gusta el fútbol, los buenos libros, la comida sabrosa, la buena ropa, los autos rápidos y probablemente tú, ¿Qué más quieres saber? —

Sus palabras estremecieron a Noah.

—Hey, Misha. — apareció Damián agitado.

Éste se demoro en girarse a verlo. Aun seguía contemplando las facciones de Noah y su reacción ante sus palabras — ¿Qué pasa? — su voz se torno seria, pero aún no lo miraba.

—Ya es hora. — miró de reojo a Noah.

Se levantó de su silla —Esta bien. Iré al baño primero. —

Ya no lucía ebrio, sino que todo lo contrario, como si nunca hubiera estado más sobrio en su vida. Aquel whiskey y las cervezas no le habían hecho absolutamente nada.

—Perdona que tengamos que irnos tan pronto. — se disculpo Damián. Emma llegó con Circe en ese momento.

—No importa, yo tengo que volver con Callie de todas formas. —

Circe frunció el ceño cuando lo escuchó, pero Noah no lo comprendió. Probablemente no le agradaba.

—Fue lindo conocerte. — dijo Emma cansada también por haber estado bailando —Espero volver a verte. — se le acercó como si lo conociera de toda la vida y lo abrazo.

—Gracias… creo. — contestó.

Se levantó de su silla y sacó el teléfono de su chaqueta. Tenía varias llamadas perdidas.

—Ve, nosotros te despedimos de Misha. — le aseguró Damián.

Noah acepto —Gracias, nos vemos. — comenzó avanzar mientras revisaba su teléfono, a mitad de camino vaciló y se giró, pero ya no estaba ninguno de ellos, menos Misha. Todo había sido muy raro y no podía creer que simplemente se acabara de esa forma. ¿Estaba loco o ese sujeto había coqueteado con él? Le dijo que tal vez le gustaba, recordó. Todo su cuerpo se estremeció.

Ahora debía volver a su realidad y pensar en el escándalo que Callie le iba armar por haberse desaparecido tanto tiempo. No se lo iba a perdonar fácilmente.

—Noah. — logró escuchar entre la música, pero siguió caminando; sin embargo, volvió a escucharlo así que se giró —Noah. — era Misha que venía directo hacia él un poco apresurado, haciendo a un lado a la gente en su camino. Damián lo seguía pero cuando vio que ya se habían encontrado lo espero a una distancia prudente.

—Me dijeron que te dirían adiós de mi parte. — comentó desconcertado.

—Lo sé, pero tenía que decirte que… — se calló. Ahora era él quien lucía un tanto complicado con lo que iba a decir. Noah lo aguardo en silencio. No deseaba arruinar nada —Me agradaste… pero… aún no decido si eso es bueno o malo para ti. — hizo una pequeña mueca —Así que te pido que seas sensato y guardes esa chaqueta. — la miraron ambos de reojo —…Como si fuera lo único que tendrás de mí. — su rostro demostró desilusión al decir eso. Hizo un ademán con la mano y volvió con Damián.

¿Lo acababan de mandar al demonio? ¿Alguien que apenas había conocido? No terminaba de comprender lo que había pasado cuando escucho un chillido tras él.

— ¿Dónde demonios te habías metido? — le dio un golpecito en la espalda —Te busque por todo el lugar. —

Noah la miró apenado —Lo siento mucho, me entretuve. —

—Quiero irme. — se quejó ella —Quiero irme hace mucho. — lucía triste.

— ¿Estás bien? ¿Paso algo? — la tomó por los hombros.

Ella negó y retuvo el llanto —Solo sácame de aquí, Noah. —

Afuera estaba helado, muy helado. No supo en qué momento se había hecho tan tarde, pero sabía que estaba en problemas. Callie se mantenía aferrada a su brazo. No lloraba, pero su actitud era suficiente para preocuparlo. Ella nunca se ponía así por nada, así que algo importante debió pasarle. Además no le había gritado lo suficiente por haberla dejado sola, así que algo grande debía de haberle pasado.

—Callie, habla conmigo. — le pidió mientras caminaban.

Ella meneó la cabeza —Ahora quieres hablar… — murmuró —Cuando yo te necesite no estabas. —

Aquellas palabras dolieron más de lo que ella podría haberse imaginado.

Noah se detuvo y la abrazo —Perdóname, si hubiera sabido que algo te iba a pasar jamás te habría dejado sola. — la apretó con fuerza.

—Lo siento. — comenzó a llorar —Se que no tienes la culpa. — se aferró a la chaqueta de Noah como si su vida dependiera de ello.

—Está bien, tranquila. — le dio unas palmaditas en la espalda — ¿Quieres contarme lo que ocurrió? ¿Paso algo allá adentro? —

—No. — susurró. Se separó un poco de él para sacar su teléfono de su bolso y se lo entregó.

Se volvió aferrar a Noah. Éste lo desbloqueó y comenzó a indagar que podría haberla puesto así. No había nada extraño en sus whatsapp, ni en sus mensajes de texto. Solo quedaba el registro de llamadas y ahí fue cuando comprendió. Tenía llamadas recibidas de su mamá y de su papá.

— ¿Qué te dijeron? — su voz se tornó un poco amarga. No le agradaban los padres de Callie, no eran unos buenos padres y los odiaba por hacerla miserable.

— ¿Por qué no me quieren, Noah? ¿Qué hice de malo para que no me quieran? — lloraba desconsolada. Realmente quería entender, deseaba que alguien respondiera a esas preguntas y aquello era muy doloroso.

—No has hecho nada malo, tranquila. —

Callie vivía en Atenas con su abuela materna. Una mujer demasiado anciana como para criar a una niña, y aún así lo había hecho incluso desde antes que Callie hubiera aprendido a caminar. Maya era la única madre que ella había conocido toda su vida. Sus padres se divorciaron cuando ella apenas había nacido y ambos rehicieron sus vidas con tanta rapidez que pronto se dieron cuenta que la pequeña ya no cabía en sus nuevas vidas.

Su madre, que también se llamaba Maya, se había ido a Paris con su nueva pareja y ya tenía dos hijos. Callie no los conocía. Nunca la había invitado a conocerlos y ella tampoco nunca más volvió a visitarla. Solo la telefoneaba para avisarle que le había depositado el dinero de la mantención mensual.

Su padre, Eugene, vivía en Australia y también tenía una nueva familia. Tenía un pequeño que le había robado el corazón y hasta le había hecho olvidarse que tenía una hija. Tampoco la visitaba y también llamaba solo para avisar de los depósitos. Él había sido el primero en abandonarla. Fue el primero en creer que ella tenía un mejor destino que el estar junto a él.

— ¿Qué dijeron? — le susurró.

Ella hacía muchos años había dejado de tener cualquier tipo de ilusión o esperanza con ellos. Aun así, estos siempre encontraban la forma de lastimarla y de recordarle lo poco importante que era para ellos. Siempre lograban volver a romperle el corazón.

Pero en aquella ocasión ella había decidido arriesgarse. Realmente creyó que las cosas podían ser diferentes. Pronto iba a cumplir la mayoría de edad y no habría problemas para que ella pudiera salir del país y visitarlos a ambos sin cuestionamientos. Estos habían accedido y le dijeron que lo hablarían cuando el momento estuviera más cerca, pero aquellas ilusiones se había vuelto en su contra.

—Maya tenía razón. — continuó llorando —Nunca debí dudar de ella, después de todo es la única persona que me ha querido siempre. — comenzó a amontonar las palabras en su garganta y no paraba de hablar —Tal vez la lastime al decirle que los visitaría. Ella es la única que creyó en mí, la única que me amo en cuanto me conoció. —

—Tranquila, cuéntame que paso. —

Se calló un momento —Mamá llamó para avisarme que estaban tratando de ubicarme. — se limpió la nariz.

Noah entendió que hablaba de su abuela. Es a la única a quien le dice mamá, porque a sus padres por lo general los trata de ese y esa a menos que este enojada y los trate como la idiota y el imbécil.

—Creí que eran buenas noticias. Ella dijo que no me ilusionara, pero creí que eran sus temores de anciana. — agregó —Pero cuando llamo me dijo que no podría visitarla. — Sus ojos se inundaron de nuevo —Tontamente creí que se refería a este verano, pero ella me dejo claro que era nunca en la vida. —

El corazón de Noah se partió.

—Luego llamó él… — ni siquiera tenía fuerzas para maldecirlos —Tampoco podía visitarlo… — se limpió las lágrimas llena de frustración, por llorar por algo así —Pero además me dijo que ni él ni ella continuarían manteniéndome cuando cumpla los 18 años. — le tembló la mandíbula al decirlo —Se desligan de mi, se olvidan de mi para siempre… — dijo retraída.

—Callie… — la volvió abrazar —Lo siento tanto… — apoyó su mentón en la cabeza de ella —Pero no sufras por algo así, ellos no valen la pena. —

—Lo sé, Noah. — se separó de él lentamente —Pero… — lo miró llena de desilusión —Han truncado mi vida… — se encogió de hombros —Ya no podré ir a la Universidad. —

Jamás considero eso en cuanto Callie se lo contó —Siempre hay alguna forma… — intervino —Alguna beca. —

—Maya es una anciana, Noah. — le recordó —Hemos vivido todos estos años solo de lo que nos mandan mis padres. — comenzó a caminar —Sin ese dinero tendré que trabajar para mantenernos a ambas y no habrá tiempo… —

—No, Callie, no. — se negó a creerlo —Habrá alguna forma, la encontraremos. — dijo convencido —Te prometo que encontraremos una solución. —

—Gracias. — se puso en puntillas y le dio un beso en la mejilla —Gracias por ser mi amigo, gracias por quererme. —

Notas finales:

Nos vemos pronto


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).