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Almas en Silencio por Amii

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Notas del capitulo:

Hola!! Perdón por la demora, pero no pude conectar mi notebook a internet desde el viernes, así que no tenía como actualizar!! :(!

“Y desde aquella vez que te vi por casualidad, mi memoria no ha parado de hablar de ti; de lo hermoso que sería volver a encontrarte”

 

Todo estaba sumido en un silencio sepulcral. No sabía exactamente donde estaba, ni como había llegado ahí, pero era agradable. Por fin, después de mucho tiempo, no sentía dolor, ni pena. Se sentía en paz.

Un leve sonido comenzó a resonar en su cabeza. Podía reconocer la melodía, pero no recordaba del todo de dónde provenía. Con el paso de los minutos, el sonido se fue incrementando y la necesidad por recordar de dónde provenía se volvió insoportable.

Noah movió su mano y dio con su teléfono que no paraba de sonar. Con la otra mano se restregó un ojo antes de abrirlo. Estaba soñando.

Miró el celular y recordó todo. Tenía que trabajar. No era la alarma la que sonaba, era Callie llamándolo. Estaba atrasado.

Se lanzó de la cama directo al baño y se dio una ducha rápida. Después de 20 minutos ya iba montado en su bicicleta camino al centro de Atenas.

—Perdóname Callie. — juntó sus manos en forma de súplica cuando vio la cara de su amiga que lo miraba con el ceño fruncido y cruzada de brazos. Ella odiaba que la hicieran esperar más que nada en el mundo.

—Si nos corren de este trabajo será tu culpa. — le increpó, aunque realmente no estaba molesta. Dio un suspiro y lo empujó hacia la entrada de la galería de arte.

Hace un par de semana, cuando habían comenzado las vacaciones de verano, Callie y Noah habían conseguido un trabajo temporal en una banquetera para comenzar a juntar dinero para la Universidad, y ese día en especial tenían que ir atender una recepción en una galería de arte.

—Diez minutos tarde. — dijo un sujeto que esperaba a los empleados por el costado del lugar.

—Lo sentimos, había mucho tráfico. — intervino Callie con voz coqueta.

—Me imagino que sí. — dijo con escepticismo mirando la bicicleta de Noah — ¿Sus apellidos? — preguntó con una lista en sus manos.

—Terzis. — dijo Callie sonriente.

El sujeto la marcó en el papel y la dejó entrar. Luego miró a Noah.

—Rallis. — suspiró él.

—No vuelvan a llegar tarde. — le advirtió a Noah antes de que entrase.

—No volverá a pasar. — prometió con gentileza y le sonrió al encargado.

El lugar estaba repleto. Noah se asomó luego de vestirse y vio a toda la gente que comenzaba a llegar. Todos estaban bien vestidos, luciendo sus mejores trajes a esas horas de la mañana. Se saludaban y reían en pequeños grupos mientras otros ya comenzaban a observar la exposición que se encontraba alrededor de ellos.

Noah miró maravillado todos los cuadros, deseoso de poder recorrerlos todos y admirarlos, aunque sabía que, por la cantidad de gente presente, difícilmente tendría tiempo de detenerse a contemplar algo.

El traje que traían consistía en una combinación de blanco y negro. Una camisa blanca, un pantalón y una chaqueta sin mangas de color negro. Algo sencillo para pasar desapercibidos entre la multitud. Callie apareció vestida igual que él y le entregó una bandeja con comida.

—Ya es hora. — le dio un empujoncito antes de salir y le sonrió para que disfrutara aquel día de trabajo.

A eso de las cuatro de la tarde Noah comenzó a creer que aquella recepción iba a durar toda la vida. Nadie parecía tener la intención de marcharse y ya había perdido la cuenta de cuantas bandejas había llevado de un lugar a otro. Además, todos parecían insaciables. Nadie rechazaba ningún bocadillo cuando se les ofrecía y ya llevaban horas y horas comiendo. Estaba exhausto. y hambriento.

Tenía su bandeja llena de comida, pero sus brazos ya no daban más. Caminó hacia uno de los cuadros y se detuvo a contemplarlo. Algo le había gustado de él. Se fijó en el artista, Ernesto Nardi y el cuadro se llamaba “Locus”. Escuchó a su jefe que lo llamaba, dio un paso al costado, y justo cuando intentó escabullirse, el sujeto que estaba delante de él se dio vuelta con brusquedad chocando con Noah y dándole vuelta la bandeja llena de aperitivos sobre la camisa del sujeto.

—Disculpe. — se apuró a decir Noah y se agachó a recoger el desastre como en un acto reflejo.

El hombre no tardó en graznar —Ten más cuidado. — dijo el sujeto sin el menor tacto o preocupación por él.

—No lo vi. — se disculpó otra vez. Puso todo lo que pudo en la bandeja y se levantó del suelo. Se sacó uno de sus pañuelos e intentó ayudarle a limpiar el impecable terno negro que llevaba el hombre.

—Evidentemente. — dijo con sarcasmo e intentó quitárselo de encima, pero Noah no dejaba de limpiarlo —Déjalo, ya arruinaste el traje de todas formas. — le quitó el pañuelo y termino de sacarse la comida de encima — ¿Dónde está el baño? — preguntó fastidiado. Noah le apuntó hacia la derecha.

Callie se acercó en cuanto el sujeto se alejó de Noah — ¿Qué hiciste? — le jaló la camisa.

—Él se me vino encima. — le murmuró —Toma, llévala a la cocina. — le entregó la bandeja y se fue en la misma dirección que el hombre.

Cuando la puerta del baño sonó al cerrar, el hombre puso los ojos en blanco al verlo otra vez —No necesito tu ayuda. — dijo con apatía.

—Realmente lo siento. — bajo la cabeza para disculparse. Noah necesitaba aquel trabajo y hacer enojar a alguien en ese tipo de eventos siempre significaba un despido inmediato.

— ¿Cómo te llamas? — lo miró a través del espejo del lavamanos. Tenía el ceño fruncido y aun luchaba con la mancha en el traje.

Noah se puso blanco por la pregunta — ¿Va a poner una queja? — preguntó horrorizado.

Éste no contesto y continuó limpiándose.

—Señor… — intentó acercarse a él, pero lo detuvo con la mirada a través del espejo.

—No voy a poner una queja. — dijo de mala gana —Solo fue una bandeja con comida, no mataste a nadie. — resopló para que dejara de hostigarlo.

—Cualquier otra persona de la exposición ya habría hecho que me despidieran. — le explicó.

—Es tu día de suerte. — dijo con ironía —Pero déjame en paz o no dudare en hacer que te echen a patadas de aquí. —

Noah desapareció de su vista antes que el sujeto cambiara de opinión. No volvió a verlo durante la tarde.

Cuando casi toda la gente se había ido, se comenzó a limpiar y ordenar el lugar, pero Noah no estaba dentro de los encargados de esa labor aquel día así que se dejó caer sobre un banco que había en la galería. Frente a ella estaba el cuadro que le había llamado la atención más temprano.

—Locus… — murmuró embelesado por el cuadro. Los colores y la naturalidad con la que el pincel parecía recorrer todos los trazos parecía hipnotizaste a la vista de Noah.

— ¿Te gusta? — la voz de un hombre lo espantó.

Miró sobre su hombro y vio al sujeto que le hablaba. Su gran sonrisa fue lo que más llamo la atención de Noah. Tenía los ojos azules y el pelo oscuro. Su postura era excesivamente relajada con sus manos en los bolsillos. Vestía de traje, pero se notaba la humildad en su cara, algo que le faltaba a todas las otras personas que había recorrido aquellos pasillos.

—Sí, tiene algo. — se encogió de hombros y volvió a mirar el cuadro.

—A mi mejor amigo también le gusta Nardi y en especial este cuadro. — se acercó a Noah y se sentó junto a él —A mí me cuesta trabajo apreciar el arte. — admitió un poco avergonzado.

Noah se giró y le sonrió.

—No todos apreciamos las mismas cosas. — intentó animarlo.

El sujeto asintió —Es verdad. — volvió a sonreír —Soy Damián. — estiró su mano hacia Noah.

Éste la estrechó —Noah. —

—Hola Noah. — soltó su mano y aprovechó de mirar la hora en su reloj.

— ¿Qué hace alguien que no aprecia el arte en una exposición de arte? — preguntó con curiosidad. Si hubiese que nombrar el peor defecto de Noah, la curiosidad ocupaba el primer lugar en la lista.

Damián volvió a mirarlo.

—Vine por un amigo. — hizo una mueca de dolor —Pero aún está ocupado haciendo negocios. — apuntó a algún lugar por sobre su hombro.

—Espero que tu tortura no dure mucho. — se levantó del banco.

Se encogió de hombros —Ya encontré algo divertido que hacer mientras lo espero. — su sonrisa no desaparecía de su cara y eso puso nervioso a Noah.

—Yo… tengo que volver a trabajar. — buscó con la mirada a Callie, pero no estaba a la vista.

—Damián. — escuchó Noah a sus espaldas. Aquella voz hizo que se le erizara la piel y se volteó atemorizado.

Damián se levantó a penas escucho la voz del que parecía ser su amigo, según pudo concluir Noah.

— ¿Listo? — le preguntó, pero notó la electricidad que se formó en cuanto su amigo vio a Noah y puso mala cara — ¿Se conocen? —

Noah negó de inmediato —Arruiné su traje esta tarde. — se volteó a verlo. Aún seguía con el ceño fruncido, ¿Cómo era posible? ¿Era rezongón por naturaleza?

Damián miró el traje de su amigo y se puso a reír —Me sorprende que sigas vivo. — le dio una palmadita en la espalda a Noah cuando pasó junto a él.

—Si… yo… lo siento. — volvió a repetir.

Misha solo hizo una mueca.

—Fue un accidente, Misha. — lo calmó Damián antes que comenzara a quejarse.

—Solo vámonos. — le pidió sin volver a mirar a Noah.

—Siempre tan malhumorado. — meneó la cabeza. Le dio una última mirada a Noah —Adiós Noah, un placer. — sonrió.

Noah hizo un gesto con su mano, pero su mirada estaba fija en la espalda del sujeto al que le había lanzado la bandeja de comida.

—Misha… — susurró cuando estuvieron lo suficientemente lejos. Creyó que jamás olvidaría ese nombre.

 

Aquella mañana Noah despertó sintiéndose una persona completamente diferente, y antes de abrir sus ojos, una sonrisa ya estaba dibujada en sus labios. Había podido recordar algo, al fin. Después de tanto tiempo al fin los recuerdos comenzaban a fluir en su cabeza y los sueños comenzaban a quedarse en sus recuerdos. No estaba del todo seguro que era lo que había recordado exactamente, pero le parecía que era el día que había conocido a Misha.

Todo volvía a tener sentido. No recordaba antes que había trabajado con Callie en una banquetera, y tampoco recordaba aquella galería de arte. Realmente no recordaba muchas cosas y probablemente se debía a que había pasado demasiado tiempo con Misha así que su mamá debió tener que omitir demasiados recuerdos.

Se metió a la ducha antes que las sabanas lo atraparan y no lo dejaran levantarse. Muchas cosas se estaban agitando en su cabeza, demasiada información nueva y comenzaba a dolerle la cabeza bastante a menudo durante el día. Sin embargo, había algo que lo inquietaba desde la noche que Teo le contó de Misha. Dafne sabía su secreto, ella sabe que es gay, y finge que no lo sabe. No entendía porque lo hacía. No podía evitar sentir un poco de dolor por eso. Todo estaba tomando un curso demasiado retorcido como para comprenderlo sin pedirle explicaciones, pero había prometido guardar el secreto a Teo, y a Misha también le había dicho que no le diría nada a Dafne. No era momento aún para hacerle frente.

Para cuando llegó a la cocina a desayunar, Dafne ya iba de salida con Teo —No olvides tu hora con Emily. — alcanzó a decirle antes de salir a trompiscones con Teo que aun seguía adormilado.

Noah suspiró. En sus sueños se recordaba con más energía, con más alegría brotándole por todo el cuerpo, en sus sueños se sentía feliz y ahora solo tenía un inmenso vacío que intentaba llenar. Había comenzado a olvidar como ser aquel Noah antes del accidente.

 

Misha estaba parado frente al gran ventanal con su café sobre una mesa que recorría el vidrio de todo el local. Habían otras personas conversando a su alrededor, pero los ignoraba a todos. Tenía su vista perdida en la calle.

—Lo siento, llegó tarde. — la voz jadeante de Damián hizo que volteara la mirada. Tenía los ojos confusos. Damián no supo descifrarlos y eso le preocupo de inmediato.

—Me tomé tu café. — dijo con voz neutra levantando un vaso vacío.

Arqueó una ceja — ¿Qué pasa? — preguntó preocupado. Misha no era de aquellas personas que toleraba que lo hicieran esperar, siempre refunfuñaba cuando le hacían esperar y ahora estaba completamente sosegado, perdido en alguna parte de su mente.

Misha solo metió las manos en su chaqueta y bajo la mirada.

— ¿Qué hiciste? — insistió asustado.

—Emma me llamo ayer. — miró de reojo a su alrededor —Noah estaba en el hospital y quería leer su expediente. —

— ¿Y? — arqueó una ceja — ¿Quitó todo lo que pudiera relacionarte? —

—Sí. — asintió confuso —Pero… —

Damián resopló y cerró los ojos —Dime que no fuiste al hospital. — rogó.

—Tenía una foto donde salía con él. — se defendió antes de que Damián lo sermoneara.

— ¿De dónde la saco? — preguntó dudoso de la veracidad de las palabras de Misha.

Misha gruñó —Teo la tenía. —

Damián resopló y se giró frustrado — ¿Y qué le dijiste? ¿Intentaste terminar las cosas? ¿Le dijiste que era por su bien? —

Volvió la mirada a la calle —Sí… — musitó.

—Mentiroso. — lo acusó exasperado —Evitaste mi mirada al decirlo, siempre lo haces cuando mientes. — resopló.

— ¿Y que querías que hiciera? — lo miró desesperado.

—Que te preocuparas realmente por él. Fue un esfuerzo gigante por parte de todos para mantenerlos separados. — le recordó —Tiraste a la basura un año completo. —

Misha asintió —Ya lo creo… — dijo convencido.

—No. — negó —No es por las razones que tú crees. —

Frunció el ceño indignado —Nunca debí separarme de él. — terminó la frase.

—Sabes que no me refería a eso. — alegó.

—Lo sé. — suavizó su voz —Pero no pude Damián, lo intenté… —

Damián asintió —Lo vamos a solucionar. — le dio un golpecito en el hombro. ¿Qué más podía hacer? Ponerse a discutir por lo que ya había ocurrido no los iba a conducir a ninguna parte. Solo quedaba avanzar y sortear los obstáculos que fueran necesarios.

—Nadie más tiene que saberlo. — le pidió con la mirada turbada.

Le sonrió aceptando lo que le pedía —Su mamá se va enfadar mucho cuando se entere. — le advirtió imaginando la cara de Dafne.

Misha sonrió —Ya lo creo. — soltó una carcajada —Por eso mismo es que no se va a enterar. —

 

Noah pasó directo a la consulta de Emily. La mujer lo esperaba con su sonrisa habitual y se sorprendió de ver a Noah con una sonrisa dibujada en su rostro.

Emily se sentó en un sitial frente a Noah y se pasó los primeros minutos haciendo en recuento de la última sesión que habían tenido y de lo contenta que estaba con los avances que habían tenido con respecto a la confianza que mostraba Noah frente a ella.

— ¿Hay algo especial que quieras contarme hoy? — se cruzó de piernas expectante.

Noah no tenía deseos de hablar de su pasado, no con tanto que había que pensar de su presente y evidentemente del futuro; sin embargo, no estaba completamente seguro de querer contarle de Misha. No confiaba lo suficiente como para que no fuera a mencionárselo a Dafne.

Incluso su aprensión iba un poco más allá, no quería hablarle de Misha porque deseaba sentirlo un tiempo más como algo especial de él, algo que no tenía que compartir con nadie. Es como si fuera el secreto de la felicidad y él no deseara compartirlo con nadie. Quería ser un poco egoísta por un tiempo más y conservarlo para sí. Sabía que en cuanto las personas comenzaran a saberlo, las críticas y los comentarios ya no lo dejarían disfrutar su felicidad en paz.

Pero sabía que debía decirle algo, negarle que hubiera pasado algo nuevo solo la haría sospechar más, podía verlo en su mirada inquisitiva —Hace más o menos un año tuve un accidente. — le contó luego de pensarlo un momento.

Emily asintió y puso una mirada seria.

—Aun no tengo muy claro lo que ocurrió, pero tuve una contusión en mi cabeza y perdí la mayoría de mis recuerdos de ese último año de mi vida. — de forma casi instintiva se llevó su mano derecha a su brazo izquierdo —El golpe daño casi todo mi costado izquierdo de mi cuerpo y tuve que hacer terapia durante varias semanas para poder recuperar la movilidad por completo. — abrió y cerró su mano —Yo soy zurdo, así que eso significó una gran dificultad para mí durante todo ese tiempo. —

Emily lo miraba con una mano en el mentón. Esta absorta en lo que Noah le contaba —Debió ser muy difícil para ti. — aseguró.

Noah asintió —Lo que más me desconcertaba era no poder recordar. Los médicos dijeron después de un tiempo que probablemente sería permanente. — hizo una mueca —Pero anoche tuve un sueño y estoy casi seguro que era un recuerdo. —

— ¿Eso cómo te hace sentir? —

Él suspiró —Feliz, supongo. — dijo —Realizado, tal vez. —

Ella tomó nota —Y en este sueño, ¿viste a alguien especial? ¿alguien que tal vez no recordabas o alguna situación que no recordabas? — indagó.

—Sí, alguien a quien no recordaba. — sonrió al pensar en Misha.

Emily se inclinó hacia adelante —La felicidad que sientes, ¿es por recordar algo o por haber recordado a esta persona en particular? —

Noah se sintió un poco acorralado, era buena, debía admitir eso y darle créditos —Siento que recordar a esa persona trae consigo la esperanza de que pueda recordar todo. —

Volvió apuntar algo —Y dime Noah, ¿Estás seguro de querer recordar todo lo que olvidaste? —

Arrugó el entrecejo — ¿Por qué no habría de querer recordar? — preguntó confundido.

—Es cierto que tuviste un accidente y producto de eso perdiste la memoria, pero a veces nuestro cerebro bloquea ciertos recuerdos porque son demasiado dolorosos para nosotros y no sabemos convivir con ellos. A veces así de buena es nuestra mente. — se explicó.

Noah sonrió de lado — ¿Qué podría ser tan terrible que mi mente me obligue a olvidar? Ya lo he experimentado todo, en lo que se refiere a dolor. — bromeó.

Emily asintió —Ten cuidado Noah, tal vez hay cosas que no sea bueno recordar. Deberías ser prudente y si tuviste algún recuerdo, tal vez deberías ir a ver a tu médico y contarle lo que está sucediendo. —

Solo la escuchó y respondió vagamente el resto de la sesión. Ella no había ahondado en la persona de sus sueños y lo agradeció profundamente. Sin embargo, sus palabras habían quedado revoloteando en su mente, aquello sobre que su mente estaba protegiéndolo de algo demasiado doloroso. ¿Podría ser verdad? Si fuera así, habría necesitado olvidar su vida por completo.

 

Aún estaba castigado, pero eso ya no lo podría detener más. Parecía tan lejano el día de su castigo y tan difusos lo motivos de éste. Estaba comenzando a aprender a escabullirse de la atenta mirada de su madre. Siempre había sido un buen hijo, podía permitirse una temporada desafiando su autoridad. Cuando salió de la consulta corrió lo más rápido que pudo, hasta que el pecho comenzó a quemarle. Estaba atrasado y solo quería llegar. No sabía que le estaba sucediendo, pero sentía cada vez una necesidad más grande de estar cerca de Misha, de poder verlo y escucharlo, con eso le bastaba por ahora para rozar aquello que todos llamaban felicidad. Desconocía si era algo bueno, pero le agradaba.

Era uno de esos locales donde siempre se ven familias enteras compartiendo. Misha había insistido en ir a un lugar diferente, pero Noah no estaba preparado para algo diferente aún. Cuando llegó ahí vio a Misha en una de las mesas. Parecía tan fuera de lugar en un sitio tan familiar. Él era demasiado para un sitio como ese. Y por un segundo pensó que incluso podía ser demasiado para él también, pero espantó ese pensamiento en cuanto se acercó a Misha.

Éste le sonrió cuando lo vio llegar. Eso le era suficiente para olvidar todo lo demás.

—Hola. — saludó agitado. Se desplomó en su silla para recuperar el aliento — ¿Llegó muy tarde? — tomó una bocanada de aire.

Misha negó —Acabo de llegar. —

Noah resopló aliviado pero sin dejar escapar su felicidad de su rostro.

Se apoyó en la mesa y lo miró con una sonrisa maligna —Te ves de buen humor para estar castigado. — le recordó divertido.

Noah rio —Es que tuve un sueño increíble anoche. — le contó de inmediato. Había esperado todo el día para poder contárselo —Creo que soñé con el día que nos conocimos. —

Misha puso mala cara y los ojos en blanco. La misma cara que él había visto en sus sueños y no pudo evitar reír al recordarlo.

—Me esperaba esa respuesta de tu parte. — bromeó — Te lancé una bandeja con comida, ¿verdad? — quiso corroborarlo, porque en algún momento del día llegó a pensar que simplemente se lo había inventado. No tenía con quien más confirmarlo a menos que se lo preguntara a Callie, pero eso implicaría contarle lo que estaba sucediendo.

—Arruinaste un traje de mil dólares. — frunció el ceño de solo recordarlo, pero luego le sonrió —Así que pudiste recordar. —

Noah asintió feliz por su progreso —Aunque debo admitir que no fuiste nada amable aquel día. — hizo un mohín.

La sonrisa no se borró del rostro de Misha, quien lo miraba de una forma extraña —No mejoro nuestra relación con el paso del tiempo. — le advirtió.

—Damián fue mucho más amable ese día. — le comentó.

—Damián siempre es más amable. — expresó en un suspiro —Debiste quedarte con él si buscabas a alguien amable. —

Noah vio como sus ojos se ensombrecieron un poco al decirlo —No tienes que ponerte celoso. — ironizó —Mejor cuéntame cómo fue que llegamos a esto. —

Misha volvió acomodarse en la silla —Es bastante simple. — se cruzó de brazos —Tú no me dejabas en paz. —

— ¿De verdad? — preguntó consternado.

—Sí, al menos al comienzo. — asintió.

Noah medito un momento —Tiene sentido que yo te buscara si eras tan malhumorado. Jamás te habrías acercado tú. — consintió ensimismado.

Misha se rió —El único error que cometiste al decir eso fue que era malhumorado. — recalcó el tiempo pasado de su frase.

— ¿Aún lo eres? — rio.

Se encogió de hombros —No te voy a mentir. —

Así de fácil era hablar con Misha. Así de feliz se sentía compartiendo una mesa con él. Pero parecía que el tiempo no era suficiente, porque avanzaba demasiado rápido cuando él estaba a su lado. Comieron algo ligero para poder volver pronto a casa y así zafar de un nuevo castigo.

Pero no había sido así de fácil. Cuando ya iban de camino a casa, ya tenía a lo menos una docena de llamadas perdidas de Dafne. Su castigo iba a durar una eternidad, así como iba. Sin embargo, ver a Misha tan cerca de él le hacía olvidar todo lo demás.

—Misha… — dijo inquieto. Debía aprovechar cada minuto para poder averiguar cosas y así poder comprender todo lo que se estaba perdiendo.

Lo miró de reojo — ¿Qué? — seguía concentrado en el camino a casa.

— ¿Dafne sabía que eras mi novio? — se mordió el labio.

Misha bajó un poco el volumen a la radio y volvió a mirarlo.

— ¿Por qué crees que quiso que no me acercara más a ti? — preguntó un poco confundido.

—Sí, es una pregunta tonta… — sonrió nervioso —Es que no recordaba haberle dicho a mamá que… bueno… tú sabes. —

— ¿Qué eres gay? — terminó la frase por él —Sí, lo sabe. —

Noah refunfuño —Me ha engañado todo este tiempo. — se cruzó de brazos como un crio haciendo una rabieta.

—Se lo contaste cuando me conoció. — sonrió al recordarlo —Probablemente por eso prefirió hacer de cuentas que eso tampoco había sucedido. — intentó encontrarle una explicación.

—Me siento como un idiota, todo un año haciéndole creer que me gustaban las mujeres. — rezongó.

Misha se rió un largo rato por eso —No te imagino haciéndole creer algo así… es cosa de mirarte para saber que te gustan los hombres. — lo molestó.

—Gracias, con amigos como tú... —

— ¿Eso somos? — lo miró aún divertido — ¿Solo amigos? — detuvo el auto al llegar a la esquina de la casa.

Noah no pudo evitar sonreírle, dejando de lado el falso enojo. Se quitó el cinturón de seguridad y trato de abrir la puerta.

—No me has respondido. — le recordó Misha con la manso sobre el seguro.

—Apenas comienzo a recordarte. — dijo con más seriedad. No había querido tocar ese tema tan pronto.

—Ayer no pensabas igual. — comentó meditabundo.

Noah se acercó y le tomó la mano que tenía sobre su pierna —No es que no me muera de ganas de todo esto. — se rió nervioso —Es solo que quiero recordarte, para poder disfrutar todo esto. —

Misha asintió —Esta bien. — le dio un beso en la mejilla y le quitó el seguro a las puertas.

— ¿Estamos bien? — preguntó buscando alguna sonrisa en el rostro de Misha, pero éste solo asintió y esquivó su mirada.

—Todo en orden. — aseguró con la voz apagada.

—Misha… — quiso alcanzarlo de nuevo, pero Misha lo evitó.

—Será mejor que bajes. — le pidió —Si tu mamá sale a buscarte va a reconocer el auto. — le advirtió.

—Quiero recordarte Misha, y tú eres el único que puede hacer eso posible. — le dijo antes de bajarse —No me apartes de tu vida, por favor. — cerró la puerta y corrió hasta su casa. Cuando llegó a la puerta el auto ya no estaba en la esquina.

Notas finales:

Nos vemos pronto!!!

Gracias a quienes se toman el tiempo de animarme y dejarme reviews!! Se les aprecia mucho!!!!!!!!!!!!! :D!


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