Cuatro días pasaron, días en los cuales Kyungsoo era casi obligado a bajar al salón, a dejar que lo miraran con malos ojos y susurraran cosas sobre él.
A la quinta tarde, ya cansado, Kyungsoo se puso de pie y salió del salón, con tal fuerza y con el semblante tan sombrío, que las muchachas se lo quedaron mirando boquiabiertas.
-Parece que se enfadó.- dijo Kiwook, mirando con indiferencia la salida de Kyungsoo.
-Ya regreso, tengo que hacer una llamada.- Yifan esbozó una sonrisa y se puso de pie, saliendo tras Kyungsoo.
Kyungsoo, rojo por la ira de los continuos maltratos de los que había sido objeto durante aquellos cinco días, había salido al jardín a tomar un poco de aire. Min corrió a su encuentro, ladrando de alegría, ya que debido a las visitas había sido confinado y hacía tiempo que no recibía una caricia. Kyungsoo esbozó una sonrisa y se puso en cuclillas, dejando que Min lo llenara con sus besos.
-Pareces un niño. Ahora vero el niño que eres. Un niño que debió crecer demasiado rápido. -Kyungsoo se sobresaltó, poniéndose de pie inmediatamente.- Te dije que no dejaras el salón hasta que todos se hubieran ido esta noche, no has obedecido.- el tono de Yifan era severo, y asustó a Kyungsoo por un momento.
-Disculpa, sunbae.- los colores volvieron con violencia al rostro de Kyungsoo.- Pero si quieres que baje cada noche para que tus invitados se rían a mi costa, lamento decirte que no bajaré más.
-¿Qué piensas de Kiwook? ¿Crees que es mi estilo? Comienza a creer que lo es.- Dijo Yifan, con una voz más suavizada.- Kyungsoo, estás muy pálido. ¿Es mi culpa por tenerte levantado hasta tan tarde?
-¿Qué? No es su culpa sunbae.
-Kyungsoo, pienso pedirle matrimonio a Kiwook, ¿qué me dices?- Kyungsoo podía oír como los pedazos de su corazón caían como pedazos de porcelana vieja.
-Es un gran partido, sunbae, y parece… parece muy buena persona.
-Kyungsoo, contigo siempre encuentro tranquilidad, tú siempre me serenas. La noche antes de mi casamiento seguramente estaré nervioso, ¿prometes estar sentado junto a mi cama hasta que duerma? Solo contigo hablo de esto, porque eres mi mejor amigo.
-Sí, sunbae.
-Kiwook es un poco extravagante, ¿no crees?
-Sí, sunbae.
-Es delgado, bonito, educado. Es hermoso. ¿no lo crees?
-Sí, sunbae.
-Cuando me case, ¿qué crees que pase contigo y con Tao?
-Tao tiene que ir al colegio, y bueno, yo me tendré que ir.- susurró Kyungsoo, con un hilo de voz y temiendo que las lágrimas comenzaran a salir de sus ojos sin control.
-¿Y qué harás cuando te vayas?
-Quiero terminar la universidad, me graduaré, y quiero trabajar formalmente. Y… comenzaré mi vida independiente, supongo.- Kyungsoo tragó saliva y se talló los ojos, intentando ahuyentar las lágrimas.
-¿Quieres irte, Kyungsoo?- un silencio se acentuó entre ambos.- El silencio otorga.- susurró Yifan, alargando la mano y pasándola sobre los cabellos de Kyungsoo. La mano de Yifan, grande y fuerte, hacía ver aún más pequeño a Kyungsoo.- Pareces un perrito sin hogar, un cachorro desvalido.
Kyungsoo se dejó hacer. Ambos conectaban con una extraña energía.
-¡Kyungsoo!- Minseok salió al jardín, yendo en busca del moreno.- ¡Kyungsoo-ssi!
-¡Aquí estoy!- Kyungsoo deshizo aquel enlace y se puso de pie, yendo al encuentro de Minseok.
-Kyungsoo-ssi, te llaman por teléfono. ¿Kim Baekhyun, puede ser?- Kyungsoo abrió los ojos como platos y corrió dentro de la casa.
-¿Hola?- intentó que su voz no sonara temblorosa.
-¿Do Kyungsoo? Habla Kim Baekhyun, ¿me recuerdas?- la voz de su primo había cambiado muchísimo desde la última vez que habían hablado, hacía diez años. Sonaba más grave y con más arrogancia.
-Sí, con él habla.
-Kyungsoo, deja la formalidad de lado, porque no voy a tratarte formalmente.- Tan áspero como su madre.- Mamá está muy enferma, no durará mucho más y pide verte.
-¿Cómo? ¿Qué le pasó?
-Jongdae… Jongdae murió de una sobredosis en Estados Unidos hace un par de meses. Mi hermano no se estaba comportando muy bien, desperdició su dinero, tenía deudas de juego y andaba en malas compañías, eso le afectó mucho. Ahora pide verte, ¿puedes venir? Pronto, si es posible.
-De inmediato. Pero… tengo que hablar con mi jefe. ¿Cómo conseguiste el teléfono de aquí?
-Yuri. Anota mi móvil, estaremos en contacto por ahí. Tienes móvil, ¿verdad?
-Sí, sí tengo.
-Bien. Consigue pasaje lo más pronto posible. ¿Tienes dinero?
-El sueldo de cuatro meses.
-¿Alcanza?
-Es más que suficiente.
-Cuando llegues, te pagaré el costo del pasaje.
-No soy mendigo, Baekhyun, no necesito eso.
-Vaya, tan bocón como siempre.
-Tan arrogante como siempre.
-Te llamaré mañana para ver cuándo vienes.- Baekyun colgó el teléfono, Kyungsoo hizo lo mismo.
-¿Quién era?- Kyungsoo se sobresaltó al oír la voz de Yifan a su espalda y tan cerca.
-Era mi primo, sunbae, mi tía está muy enferma y a punto de morir, y me ha pedido que vaya a verla.
-¿Primo? ¿Tía? Recuerdo haberte preguntado si tenías familia, y tú contestaste que no.
-No tengo familia directa de sangre. Esta mujer era la esposa del hermano de mi madre, pero mi tío murió y yo quedé a su cargo. Es una larga historia, sunbae, que otro día te contaré. La cuestión ahora es que me han pedido ponerme en marcha pronto. ¿Me puedo ausentar un tiempo?
-¿Cuánto necesitarás? ¿Una semana? ¿Me dejarás mucho tiempo, Kyungsoo? ¿Una semana es suficiente?
-No sé cuánto tiempo estaré fuera.
-Te doy una semana. ¿Tienes dinero?
-El sueldo de cuatro meses. Es suficiente.- Yifan sacó su cartera y sacó de ella un fajo de billetes.
-Ahora es el de cinco.
-Pero sunbae, no necesito tanto dinero.
-Es verdad, no necesitas tanto dinero.- Yifan quitó algunos billetes del fajo.
-Sigue siendo mucho.- rió Kyungsoo.
-¿Entonces mil wons es suficiente?- Yifan estaba a punto de quitarle el dinero a Kyungsoo, pero este se escondió las manos tras la espalda.
-¡Lo hecho, hecho está sunbae!- rió Kyungsoo.
-¿Qué?- Yifan parecía consternado.- ¡Me dejarás seco, duende!
-¿No es usted el gentil caballero que le dona a los pobres?
-Tú no eres pobre, ¿de qué me estás hablando?- rió Yifan, junto a Kyungsoo.- ¿Hasta dónde vas, Kyungsoo?
-A Seúl.
-¡Tan lejos! ¿Volverás?
-Lo haré, señor.
-¿Lo prometes? ¿Prometes no quedarte allá con tus parientes?
-Lo prometo.
-¿Prometes no encariñarte por echar de menos, y volver?
-Créeme que ni siquiera me apetece pasar allá más de tres días.
-Conseguiré un pasaje para ti para mañana por la mañana, mientras más pronto te vayas, más pronto regresarás.- Yifan sacó su móvil del bolsillo de su saco.- Ve a preparar la maleta, mañana iré a tu cuarto a despertarte.- Kyungsoo asintió y subió las escaleras rumbo a su habitación.
-¿De qué tanto hablabas con ese?- preguntó Kiwook, saliendo del salón.- Te has demorado, todos preguntan por ti.
-Vuelvo en un segundo Kiwookie.- Yifan esbozó una sonrisa, intentando engañar a su propio corazón.
-Sabes perfectamente que un chico como Kyungsoo nunca se adaptaría a este estilo de vida. Le harías la vida miserable, él no sería feliz. Lo harías objeto de todos los malos tratos de la alta sociedad. Necesitas a alguien de tu posición como acompañante. Hazme caso en lo que te digo, escucha mis consejos.- le había dicho Minseok cuando le contó sobre lo que empezaba a sentir sobre Kyungsoo.- Debo admitir que el pequeñín es mágico, atrayente, con esos ojos tan grandes y esa boca. Pero debes pensar con claridad.
Yifan suspiró y se levantó del sillón, subiendo las escaleras hasta la habitación del moreno.
-¿Estás listo?- preguntó, después de golpear la puerta.
-Sí, ya estoy.- Kyungsoo abrió la puerta, subiéndose el cierre de la campera azul oscuro, y colgándose el bolso al hombro.
-¿Eso es todo lo que llevas?
-No me voy de vacaciones.- respondió Kyungsoo, con una sonrisa divertida.
-Te llevo en mi auto hasta el aeropuerto.- Yifan comenzó a bajar las escaleras.
-No es necesario, sunbae. Con que me acerques a la estación de autobuses, estoy bien.- respondió Kyungsoo, siguiéndolo.
-He dicho que te llevaré hasta el aeropuerto y pienso llevarte hasta allí.- sacó un sobre de su chaqueta de cuero negra, y se la tendió a Kyungsoo.- El pasaje es para dentro de tres horas, no llegarás a tiempo si vas en autobús.- Kyungsoo abrió los ojos como platos al ver que era un boleto en primera clase.
-Sunbae, ¿por qué en primera clase?
-No tenía cambio para uno más barato.
-¿Cuánto le costó? Prometo devolverle el dinero.
-Es un regalo.- Yifan le sacó la alarma al auto.- No, no. Adelante.- Kyungsoo, que estaba a punto de subirse al asiento trasero, fue detenido por Yifan, quién le abrió la puerta del acompañante. Kyungsoo se subió, algo cohibido, mientras que dejaba que Yifan guardara el bolso en el maletero.
Fue un viaje tranquilo, pero no incómodo. Kyungsoo se dio cuenta que podía estar callado con Yifan, sin sentirse maleducado. Intercambiaron algunos chistes, algunas bromas, algunas risas sobre los comentarios de la radio, incluso cantaron una canción juntos. Se sentía como si conociera a Yifan desde siempre.
Llegaron al aeropuerto. Yifan sacó el bolso del maletero y se lo tendió a Kyungsoo. Kyungsoo sonrió.
-Nos vemos luego, sunbae.
-¿Te vas? ¿Así? ¿No estás triste de despedirme?
-Volveré, sunbae.- rió Kyungsoo.
-Es cierto, volverás.- Kyungsoo asintió, con una pequeña sonrisa.
-Bueno, ya me voy.-dijo, dirigiéndose a la puerta del aeropuerto.
-Voy a acompañarte.- Yifan cerró la puerta del auto y le colocó la alarma.
-No es necesario, sunbae. Vuelva pronto a casa que tiene visitas.
-Haré lo que me plazca, y me place acompañarte.- Yifan entró al aeropuerto, seguido de Kyungsoo.
El avión de Kyungsoo estaba a punto de salir. El moreno ya había dejado su equipaje y ya estaba todo listo para abordar, solo había una persona delante suyo para entregar el pasaje y subir al avión.
-¡Hey, duende!- le llamó Yifan, Kyungsoo se dio la vuelta.- Vuelve pronto, sano y salvo.- Kyungsoo asintió, sonriendo.- Ten buen viaje.- El moreno mostró el pasaje y pasó al pasillo que lo llevaba al avión.
Yifan no salió rumbo a la mansión de nuevo hasta que no vio el avión despegar, casi media hora más tarde.