No me gustaba como pintaba todo esto pero según no poseía alternativa, tenía un buen concepto de quienes me ayudaron pero ahora sinceramente los odio bastante
—No me parece bien— me cruce de brazos, claro, en cierta forma entendía porque debía hacerse pero soy cobarde sinceramente.
—no te queda otra opción Alois san, después de todo necesitas de nuestra protección cosa que no te daremos sino cooperas—
Sonreí con cinismo— claro, pero también me necesitas para atraparle ¿o no?— me cruce de brazos.
— No creas que no lo noto—
Nos miramos hostilmente por varios minutos hasta que llegaron los adultos, sinceramente no toleraba a este tipo, pero bueno debíamos resolver las cosas, tome un poco del té que me ofrecían
—Bueno accederé con una condición— ambos me miraron con atención esperando a que lo dijera.
—en el conservatorio hay algunas cosas que necesito para saber qué pasa, si me dan el tiempo por la noche hare de carnada sin protestar—
Se miraron entre ellos pero en este punto es la mejor opción de otra manera no cooperare prefiero huir a algún lado con Hanna, que arriesgarme sin saber de hecho si ellos lograran parar todo esto.
Asintieron con calma, por lo menos conseguiría algo por arriesgar el cuello, me levante de aquel sillón pidiendo permiso claramente y fui a la habitación que me asignaron saldríamos en un rato así que debía aclarar mis idea
— ¿Qué es lo quedo debo buscar?—
En el sótano había un cuadro de mi madre o ese creo, igual tal vez esa casa perteneció a mi abuelo y ahí pusieron algunas cosas que él no se llevó, un libro o algo que me dé luz de que fue lo que hizo exactamente.
Otra cosa que me salta es entonces, ¿Qué sucedió con su otra familia?, se fueron simplemente o fueron asesinados, eso me causo un nudo en el estómago, la maldición de la que hablaba ese tipo se extendería hasta ellos.
–habrá alguna salida, digo mi madre logro salvarse de esta cadena por un tiempo— tome el diario y lo ojee de nuevo, ahí estaba la forma de romper un contrario seguramente fue lo que ella hizo, podría yo hacerlo y vivir tranquilo por algunos años.
Tome el libro le pedí a Hanna si podría darme una bolsa o algo para preparar por si acaso lo que se necesita para esto— bien es hora de encaminarse—
Baje al primer piso donde salude amablemente a los sirvientes del Conde o joven amo sonaba gracioso aunque sería mejor, el conde enano cómo es posible que sea tan bajito y tengamos la misma edad.
Pero bueno me burlare de eso en otra ocasión, subimos a un carruaje, estamos en una mansión en el bosque un tanto alejado de lo que era Londres, vi pasar árbol tras árbol, el silencio era incomodo pero nadie tenía ganas de decir nada.
En ese momento pensé que hace algunos días yo tenía una vida por más normal, del trabajo a la escuela por decirlo, abrí grande los ojos o mierda mi trabajo seguro me doy por despedido eso es realmente triste, suspire profundamente, si estaba divagando pero era para tranquilizarme aunque en parte era preocupación genuina mi dinero, ¿Cómo mierda voy a seguir viviendo? A mi trabajo, te extrañare.
Hanna toco mi hombro al parecer llegamos estaba demasiado distraído, baje y mire al edificio, salude como siempre al portero que se sorprendió un poco al verme llegar con Ciel y bueno los maestros.
Entramos sin mayor problema sin dudar ni un poco me dirijo al sótano, estaba sin llave supongo que cortesía de mis “protectores”, baje la luz solar se colaba pero igual se me fue entregada una vela para poder registrar.
—No te tomes mucho tiempo— la voz algo molesta de Ciel me hizo reir
—Me tardare lo que necesite enano—
Le vi hacer una mueca bastante molesta y eso me hizo reír no solo a mi sino a Sebastián san, igual da lo mismo solo espero encontrar algo que sirva, entre maniquíes y muñecas, así como algunos retratos y fotos, no se había mucha esperanza pero bueno, Hanna entro conmigo y me ayudo a buscar movimos algunas cajas y otras cosas pero hasta ahora nada.
—Alois— su voz sonaba algo alegre parecía que encontró algo, se acercó a mí y me entrego un libro.
En la portada grabado el nombre de mi abuelo, sonreí, algo era algo abrí la el libro y comencé a revisar que contenía, Hanna continuaría buscando por si acaso o por lo menos eso me dijo.
Cuanto tiempo ha pasado ya, mi familia me obligo a casarme con aquella mujer pero realmente no es algo que deseara, hable con Mary mi amada, ambos resolvimos tener nuestra propia vida aunque ella simplemente no fuera mi esposa de título, para mí era mi esposa legitima mucho más que con la que fui al altar.
La amo demasiado y tendremos un bebe, estoy contento por eso
Me quede un poco sorprendido supongo de quien habla es de mi abuela y mi madre, a los ricos siempre se lían con sus asuntos— y ahora hay que pagar con los platos rotos— pase algunas páginas que simplemente eran irrelevantes por el momento.
Esto está mal, las ha amenazado simplemente no puedo permitir que nada les pase, yo he encontrado una forma, pero no es ortodoxa, es algo que no he querido hacer pero viendo como están las cosas…
No hay otra opción sin duda alguna, le invocare y hare un trato con el no dejaría que lastimaran a mis dos grandes amores nunca, nunca…
Esto era aquí comenzó todo aquel ritual que llevo a cabo no era uno cualquiera sino uno de vinculación sanguínea, a pero se dio cuenta demasiado tarde de hecho casi al final de su vida, es algo triste pero aquel demonio se siente con poder sobre todos nosotros por esa misma razón.
—Es una mierda— ella vino y me miro para que le dijera— es que… hay alguna manera de romper con un contrato sanguíneo Hanna—
Ella perecía pensárselo detenidamente— puede que haya una forma pero no creo que sea tan fácil—
—Lo primero es que, ya que no eres el contratante original puedes rechazar la oferta aunque ya vimos que no es una posibilidad muy buena—se lo pensó un momento mas
—Pero si le matamos no debía haber más problema—
Eso me dejo helado realmente podríamos lograr aquello, bueno sería que por lo menos el conde enano y el profesor nos ayuden con esto la posibilidad era mucha.
—Bien entonces… no queda más que proseguir—
Ambos nos dirigimos a la salida de aquel lugar, me lleve aquel libro conmigo son las pocas cosas que le dieron un poco de luz a este misterio por decirlo de alguna manera.
Nos encontramos con los otros dos y entonces el plan se llevaría a cabo, me senté en el piano y comencé a tocar aquella cálida melodía que mi madre me enseño, cerré los ojos, me deje llevar por aquellas notas musicales, pase mis dedos por las teclas del piano deslizándolos suavemente
—siempre has tocado bien— segui mi interpretación pese a la presencia recién llegada
—Mi madre me enseño bien pero supongo que lo sabes— continúe tocando a pesar de los nervios crispados que tenía.
—bueno dime la calma es porque es parte de la trampa— detuve la melodía y me di la vuelta para mirarle.
—bueno eso deberías saberlo mejor tu no es cierto— sonreí aquí viene la parte en donde las fuerzas serán medidas.
—Antes que nada— dije aun calmado— debo decirte no tengo intención de hacerte mi demonio pese al contrato equivocado que haya hecho mi abuelo, ¡yo no te necesito, por lo menos no ahora, cuando te necesite no apareciste!– si era un tanto reproche.
— ¿Qué quieres decir?— cerré los ojos y jale aire debía darles tiempo para que todo saliera bien.
—cuando estuvo solo y todo fue dolor ni siquiera apareciste créeme en esos momentos hubiera dado mi alma al mejor postor— era así, pero nunca paso
—ahora la aprecio mucho como para dársela alguien tal fácilmente— el sonido de algo cayendo, nos interrumpió los cuchillos volaron rápidamente Sebastián Sensei apareció con esa sonrisa y pronuncio seguro.
—Esta vez no hay salida—