Es difícil saber que lo errores tienen sus consecuencias terribles no solo para uno mismo sino para aquellos que están cerca de nosotros, el bien y el mal se delinean con poca diferencia.
Aunque hoy regreso al conservatorio es un poco raro, las cosas están como si no hubiera pasado nada, como si de un sueño se tratase, el piano que siempre me espera no tenía ni una marca de lo que paso recién, las personas ignoran por completo que las cosas fueron perdidas.
Me senté a esperar a Hanna como cualquier mañana, según escuche de Scontland Yard los asesinatos habían parado todo volvió a su habitual calma, aunque para mí ya nada sería normal, saber qué demonios existen y que casi me hace sabe qué cosa no es agradable.
Puse mis manos en el piano y comencé a tocar la música me trae muchos recuerdos mi madre sonriendo amablemente, mi abuelo cantando con esa voz gruesa y mi hermano menor aplaudiendo.
La linda felicidad que tuve alguna vez, eso me hacía feliz tal vez pueda ver una escena similar en un futuro, sonreí quiero poder salir adelante y vivir como es debido, por ahora me enfocare en mi día a día.
Termine de tocar la pieza, la verdad era un tanto solitario por aquí aunque no había visto a Claude sensei, bueno en ese caso era mejor de esta manera, suspire un poco tristemente bueno quería realmente despedirme del enano pero las cosas no eran tan fácil.
—Como siempre, temprano — aquella voz me sorprendió mucho así que con una expresión dudosa me voltee a verlo.
—Sebastián sensei ¿Qué hace aquí?— por lo que tenía entendido ellos estaban aquí temporalmente.
—hay que hacer las cosas bien joven Trancy— levante la ceja un poco confundido, le vi reír como siempre.
—vine a darles mis últimas clases a los alumnos que tenía ya sabe— me di un golpecito en mi frente cierto no ser iría dejando su trabajo a medias, hombre responsable supongo.
—Entiendo—dije ya obviando la respuesta que me ha dado, aún era temprano — y ciel no vino usted —dije con ingenua curiosidad.
—EL joven amo está atendiendo asuntos con mucha más importancia —
–ho ya la gente rica siempre ocupada— consideraba que eso era asi
—puede que sí, aunque él tiene otras obligaciones ya lo sabes cierto—
Bueno creía saberlo aunque podría equivocarme puede que case cosas extrañas o algo aso o que simplemente ayude a resolver algunos problemas que nuestra policía no logra, y bueno con la ayuda que tiene es entendible
—Más o menos entiendo de que va, pero bueno no es algo que importe— no quería meterme en problemas capas y ha venido a darme la amenaza de que si no me quedo callado bla bla bla, es mejor aclararlo.
—Entonces no lo dirás— ladeo su cabeza y comenzó a avanzar.
—No ganaría nada bueno con eso cierto— ya lo decía yo eso era algo así o soborno o amenaza no sé qué les conviene a ellos hacer.
Se detuvo enfrente de mí, estaba mirándome con esa expresión tranquila y burlona, su mano se posó en mi mejilla sin hacer presión en una suave caricia.
—me alegro así no tendremos que hacer nada precipitado verdad, porque entre protege y yo sin duda hay una diferencia que ya has notado— mierda era una amenaza que me dio escalofrió sin duda.
—si comprendo— mi voz salió un tanto temblorosa bueno ya entiéndanme una cosa este sujeto podría partirme a la mitad antes de poder parpadear una vez.
—Eres un buen chico—sentí su otra mano empujarme hacia el frente, mis labios se juntaron con los suyos, estaba completamente descolocado no atine a decir nada ciertamente pero en el momento que abrí mi boca para protestar, solo provoque que su lengua se colara, que rayos está pasando, intente empujarle pero sin duda la diferencia entre nuestras fuerzas era evidente.
La incertidumbre me lleno completamente suaves caricias comenzaron a llenar mi pecho, quise gritar basta pero el aire me faltaba, pero se detuvo abruptamente mis mejillas estaban teñidas de color rojo y aún seguía desconcertado.
—bueno, tendré que dejarlo para la próxima mi joven amo me llama— y así con ese paso elegante y movimientos sobre humanos desapareció, me deje caer en el asiento del piano.
—que mierda fue eso—
Hanna entro y me vio un poco extrañada, aunque me pregunto simplemente le dije que estaba algo desvelado era todo, espero lo creyera, ambos nos sentamos en el piano y comenzó la práctica.
—Por cierto Alois, Pasado Mañana es tu debut—
Sonreí contento comenzaría a tocar para la sinfónica o si ese sería mi nuevo trabajo las cosas están bien ahora, sonreí contento.
—me esforzare—
Las cosas se veían mejor aunque aún está la duda de lo que dijo aquel antiguo sensei, dejarlo para la próxima que ni crea.