Sin embargo, alguien se había tomado la molestia e incluso limpio un poco, a nadie mata que revise el contenido cierto, la abrí por una orilla quería conservar el sello del frente tal vez Hanna sabría de donde es, ella toca para la gente de dinero.
Saque el papel y comencé a leer sin embargo era un poco extraño la fecha no tenía sentido o por lo menos el número que poseía donde debía venir el dato era 965 96825 3699, me dio una impresión desagradable pero bueno ya había iniciado a leer
Unos ojos redondos que miran en la oscuridad
Acompañados de una melodía suave que nos hace despertar
Debajo, debajo de donde sueles tocar.
Ve al Sótano
Att
G.A.
Era como una adivinanza con respuesta incluida o eso parecía— no entiendo bien esto— intento pensarlo pero estoy muy cansado para eso, deposite la carta en la mesita y me acosté, tal vez en la mañana la cosa sea menos extraña, me revolví un poco y me volví a levantar, coloque una silla contra la puerta— solo por si acaso— ya habían entrado una vez por lo menos con eso se escucharía ruido y podría esconderme de ser necesario.
—Buenas noches— le dije al retrato de mis seres queridos, el sueño comenzó a apoderarse de mi— Debajo, Debajo— susurre recordando la carta, puede no ser nada importante y me estoy preocupando por lago así.
***
Acomode su ropa y peine su cabello ahora es tan silenciosa como una muñeca, aunque me mira con desprecio aquellos ojos azules me fascinan, su labios también pero ahora no puedo verlos, la tela blanca los cubre —lo siento, pero sin esto no eres nada silenciosa—sonreí era la verdad, se lo advertí antes guardara silencio, pero no hizo caso, pensé en cortar su lengua, pero eso sería precipitado, lo haría obviamente después, pero primero lo primero, los preparativos no estaban listo del todo— A una obra de arte, si eso será—acomode todo lo que necesitaba, ella lo sabía, pero ni un poco se movió, tan obstinada hasta el final.
Las mujeres como ella por eso mueren jóvenes creen que por la posición y el orgullo se les respetara, Mi madre era igual aunque ella sabía cuándo parar bueno a veces, mi padre me lo dijo una vez “el orgullo solo sirve para que termines muerto”.
Me reí, era verdad miremos por ejemplo a la dama frente a mí— tu esposo sin duda debe odiarte o amarte mucho— ella emitió un gruñido descontenta por la mención de aquel hombre, bueno yo solo hago trabajos sobre pedido, hay dos tipos los que quieren deshacerse de alguien por rencor, odio o solo porque estorba y los otros para los que me gustan trabajar quieren inmortalizarlas en su más hermosa cúspide, en donde la belleza y la juventud dan todo de sí.
—Bueno querida, es hora de dormir—
***
Me había quedado dormido un poco de más aunque no era del todo tarde, me prepare el desayuno, comí algo apresurado— no puedo llegar tarde o todo mi día se ira a la basura—me coloque gorro, esta vez me asegure de cerrar correctamente la puerta por si acaso, llevaba el sobre con la carta para preguntarle— tal vez sea solo una broma pero igual…— un grito proveniente de un callejón me hizo saltar, es mejor que me vaya, vi a la policía correr a esa dirección, como siempre la mañanas en Londres son complicadas.
Observe la gente a mi alrededor había pocos aun lo que me indicaba que aun tenia oportunidad de llegar temprano, los perros en las calles comían la basura de algunos lugares, no había nada fuera de lo común.
—ya llegue— dije suavemente al portero del conservatorio quien me saludo amablemente como siempre, lo sentía mucho por qué tenía que soportar algunos malos tratos de algunos alumnos engreídos quienes supuestamente serian músicos tan famosos como Michaellis Sensei, Faustus Sensei o Hanna, pero bueno, es otra historia, entre y me fui al salón de música.
Saque mis partituras, ella llegaría en un momento más era mejor comenzar a pesar de ser amable es una instructora muy dura—vale la pena por aprender—comencé mi práctica, ahora sin interrupciones abruptas como ayer, mis errores eran cada vez menos, mi dedos viajaban por las blancas teclas del instrumento, jugando un poco entre las teclas negras, la melodía melancólica me recordaba ciertas cosas pero me agradaba, cerré un momento los ojos disfrutando de lo que hacía, termine la pieza casi de memoria, eso ya era un logro bastante bueno para mí, sonreí.
Cuando iba a continuar con la siguiente, unos aplausos se escucharon desde la puerta debo admitir que casi me infarto por eso, coloque mi mano sobre mi pecho iba a protestar pensando que era Hanna, pero al darme la vuelta no era, abrí los ojos sorprendido y un poco asustado— Michaellis sensei— nunca había hablado con él y sinceramente no quería, aquel talentoso hombre me daba mucho miedo— vaya joven Trancy, Claude no tenia razones verdaderamente tiene talento—en ese momento solo quería que Hanna entrara y me sacara de esta muy incómoda escena.
—o gracias, viniendo de usted es un gran alago— esa sonrisa enigmática lo admitía era atractivo pero había muy malos rumores de él, no me gusta creer en eso pero sus estudiantes parecen fantasmas después de los ensayos, internamente di gracias al cielo de que nunca fui su alumno.
— ¿no es un poco temprano para que este aquí?—levante los hombros un poco más calmado esperaba una reprimenda— me es más cómodo así, no hay mucha gente y nadie me molesta con los horarios por lo menos en una hora—pareció desconcertado pero como era un hombre listo entendió
—debes disculparlo Claude tiene una manía de meterse en lo que no le concierne— aquellas palabras parecían cargadas de desprecio puro y duro —supongo— mi voz sonó algo confundida ¿Por qué estábamos conversando de esto?, estoy desperdiciando mi tiempo de práctica.
—A bueno, me he desviado del tema, la Señorita Anfeloz me dijo que no vendría y me pidió de favor que le diera su lección hoy— me reí a causa de los nervios porque siento que esto no será nada bueno
— O bueno de antemano muchas gracias—
Dios si salgo vivo de esta clase prometo no hacerle travesuras al vecino de nuevo, me senté y aquello empezó, las indicaciones eran claras pero para mí nivel era complicado, intente varias veces y en cada fallo había un pequeño castigo pera sinceramente las manos ya me dolían.
Ahora entendía, Hanna no diré nada de que eres estricta comparada con este sujeto eres un Ángel, me sobe el dorso de mis manos, estábamos en receso—duele— las sacudí un poco el Sensei había ido por algo de agua para ambos, en cierta forma amable —demonio eso es—suspire y mire el piano, comencé con el ejercicio por lo menos si me equivocaba ahora no me tocaría un golpe en las manos, ya estaba mejor pero aun no suficiente imagen a mi instructor por hoy decir aquello con su cara sonriente a un escalofrío.
—Vaya que eres dedicado—me detuve al oírlo, me dio el vaso de agua y le recibí— gracias, ¿porque lo dice?—le mire curioso y tome un poco— la mayoría de alumnos se quedan quejándose cuando les doy receso pero has seguido practicando—
—Tengo poco tiempo para practicar así que lo aprovecho—seguí tomando el refrescante liquido—entiendo, entonces aprovechemos—asentí aquí vamos de nuevo.
Bueno a pesar de mi expectativa no estuvo tan mal aprendí bastante de la práctica de hoy sé que debo mejorar, Miuchaellis sensei sin duda alguna es el mejor, sonreí aunque mis manos dolían terriblemente, aun así es un maldito, me recargue un poco sobre el piano, como el sensei tenía practica con su alumno principal tocaba irse, aunque fue muy gracioso ver la expresión de Faustus Sensei cuando nos vio a nosotros dos aquí, no podía corrernos porque la sala seguiría ocupada por mi instructor a bendito karma.
Comenzaba a agradarme Sebastian Michaellis, pero bueno, tome mi mochila sin embargo no me fije bien como la tome y algo callo de ella, era algunas monedas, suspire— olvide que las puse ahí— tome las que pude pero hubo una que se al momento de intentar a garrarla se fue en una rendija en el suelo, era raro, oí que cayó —Hay algo abajo— sin duda alguna, recordó entonces la carta, “debajo, debajo de donde sueles tocar”.
— ¿será que hay un sótano?—
—Buenos días— la voz de un joven, termine de recoger y le mire, aquel traje lo hacía verse muy bien era la primera vez que me encontraba frente a frente con la estrella Ciel phantomhive, le sonreí aunque el parecía muy serio sin duda alguna le iba bien su maestro—Buenos días—dije alegremente como era mi costumbre mi actitud pareció sorprenderle aquí la mayoría son hostiles, de repente lo entendí— lo siento me he quedado más de lo que debía— le hice un ademan para despedirme y salí de ahí pobre chico debe aguantar la ardua enseñanza del demonio.
Mi curiosidad era mucha asi que fui con el portero le pregunte si había un sótano la respuesta fue afirmativa justo debajo de la sala donde está el piano, le pedí en un favor que si podía llevarme que se me había caído un poco de mi dinero por un rendija, era medio verdad pero quería saber porque la dichosa carta quería que fuera para ese lugar.
No hubo mayor protesta el me llevaría ahí, era lo bueno de comportarse con modales frente a la gente, atravesamos el patio y llegamos a una pequeña portezuela que se encontraba del lado contrario a la entrada de aquella sala en donde estaba hace unos escasos minutos.
Con un candelabro entramos, caminamos entre maniquíes y algunas escenografías extrañas, había pinturas y trajes en cajas, era como un museo de antiguas obras de teatro no era raro, ya que el conservatorio también era para artistas, llegamos al fondo era algo largo el lugar—si se te cayo debe esta por esta área— me dijo con tranquilidad—justo arriba está el piano— el sonido del violín era suave como un murmullo—Muchas gracias— puse mucha atención y me agache para encontrar la moneda perdida o por lo menos simular que lo hacía, graciosamente la encontré—aquí—la alzar un poco mi vista frente a mí un retrato de una mujer, rubia de ojos azules— Madre— era impresionante el parecido con el que tenía en casa donde aparecíamos todos, me congele completamente.
—hey ¿estás bien?—sentí la mano de aquel amable hombre—si …—parpadee ahí en el marco una carta con el mismo sello, lo tome con rapidez y la escondí— si, perdona —me levante y me sacudí— es que la dama del retrato me sorprendió mi madre y ella se parecen algo—admití aquello con sinceridad— es mejor salir—
Ambos nos sonreímos, realmente agradecí su ayuda y me dirigí a mi casa, tendría tiempo gracias a que la clase fue más temprano, en la plaza se encontraba un hombre recitando algunas rimas los niños prestaban atención, mi hermano tendría esa edad ahora.
Era mejor regresar a casa el día de hoy y dormir hasta la hora de ir a trabajar, camine la mercado y compre algunas legumbres, pan y un poco de carne— comeré tranquilo hoy— abrí la puerta, esta vez estaba cerrada con llave justo como cuando partí esta mañana, sonreí feliz, aunque la nueva carta me intrigaba.
Deje las cosas, primero prepare mi comida y me senté en la mesa de mi pequeña casa, saque la carta es mejor pensar las cosas comiendo o por lo menos más despejado.
El cielo se puso gris el día de hoy, el conejo me dijo
Que era mala idea salir a jugar, así que me encontré
Aburrida en la habitación, un pequeño ruido
En ese momento llamo mi atención
Ven, ven me dijo una voz.
De la cama me levante pero no logre ver
¿Dónde estás?, pregunte
Aquí, aquí, frente al espejo me pare
Era yo misma reflejada
Pero su ropa era diferente
Somos dos o una
O ninguna a la vez
¿Dime señor conejo quien es la que está reflejada?
O es tu hermana.
Ambas miramos nuestra derecha
Sin embargo junta a ella…
La letra estaba borrosa en esa parte así que seguí leyendo en lo que se podía.
El gato dijo que el conejo mentía, y que no era verdad lo que me conto estoy confundida ¿no me mentiría verdad?, otra parte borrosa.
Esta tarde iré al conservatorio y le preguntare al fabricante de muñecas sobre la verdad… tengo miedo de que sea como el señor gato dijo, si esa no era mi hermana porque nos parecemos tanto solo espero que no esté haciendo otra “obra de arte” solo por pedido suele decir, muñecas hermosas e iguales.
Era raro —el fabricante de muñecas, ¿Quién rayos es?