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Melancolia por Estranged mind

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Amaba los besos que me daba en el cuello mientras que respiraba en este. Amaba sus risitas nerviosas mientras que lo hacia y yo reía a mi vez. La forma en la que se cubría sus labios para reír como si nada mas en el mundo importara.

Amaba su mirada, siempre poderoso sobre todo lo que sus pupilas eran capaces de captar, amaba que a todo y a todos los mirara con tanto poder y a mi me mirara con tanto amor y devoción. Ante los ojos de un niño, su madre es Dios.

Hasta cuando conoce al amor de su vida y hay conoce el cielo y el infierno, a Dios y a Lucifer envueltos en un cuerpo humano, juntos y con poderes demenciales que convertían tu vida en lo que sus deseos quisieran convertir.

Amaba cuando sostenía mi mano en las calles. Empezaba a mover su brazo juguetonamente hasta que chocaba con fuerza la palma de su mano con la mía y entrelazaba nuestros dedos. Aquello me hacia sonrojar pero a la vez me hacia sentirle mío y sentir que por in sabia el porque estaba sobre esta tierra caminando y respirando.

Estaba porque el quería que estuviese. Y estaría siempre que el quisiera que este.

Amaba cuando me besaba con tanta ternura, convirtiendo la ternura en pasión y el amor en deseo. Amaba cuando arañaba mi espalda y dejaba marcas de morados en su cuello.

Amaba cuando sostenía con firmeza mis manos entrelazando nuestros dedos, cuando el orgasmo era incontenible en su cuerpo. Amaba cuando suspiraba y sentía todo su cuerpo temblar al compas de un orgasmo que invadía con fuerza todo su ser.

Amaba cuando le hacia reír mas que cuando el me hacia reír. Amaba amarle mas de lo que el amaba amarme.

-¿Llueve?- Sehun me miraba como si fuese un perro alertado por el olor de la comida, estaba completamente desnudo y con su cabellera hecha una enredadera más de pensamientos que de cabellos.

El era poeta. Un poeta al que todo le daba asco, todo le valía mierda, todo le era mierda y era su enemigo declarado numero uno. Las noches que pasaba sentado sobre mi escritorio riendo y maldiciendo mientras que golpeaba la mesa haciendo que todo revotara en ella eran tan infinitas como las noches que pasaba a mi lado, dedicándome sus rabietas de niño pequeño cuando el sexo había pasado a risas y besos o dedicándome sus odios de hombre adulto cuando el sexo era como ir a la guerra con armas que disparaban semen y producían orgasmos.

Reí al tiempo que el golpeaba mi pecho con una palmada que resonaba en toda la estancia y me hacia toser un poco para interrumpir con delicadeza mi risa. –Si… llueve- respondí entre risas mientras que el suspiraba y se acostaba de espaldas mirando al techo.

“Por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir y por vos muero”

Le mire y por la expresión que coloco en su rostro evidencie mi confusión ante sus palabras. Un segundo después, hábilmente el se volteo hacia mi mientras que se quedaba encima mío y depositaba un beso rápido pero profundo sobre mi frente, cambiando el frio de la temperatura por un calor húmedo en esta.

-Por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir y por vos muero… del amor y otros demonios de Gabriel García Márquez… ¿Es que no lees nada de lo que te compro imbécil?- Sehun me regañaba sacando de mi una fuerte carcajada, inmediatamente cayo sobre mi apretando con violencia mis costillas haciéndome reír cada vez con mas fuerza.

Imbécil. Muchos imbéciles me habían dicho imbécil en toda la vida que había vivido con y sin Oh Sehun a mi lado, pero solo había un imbécil que hacia que mi corazón se encendiera como una luz del infierno y se calentara como las entrañas de la tierra cuando dedicaba aquel improperio hacia mi.

Oh Sehun.

Por ti nací.

Por ti tengo la vida.

Por ti moriré

Y por ti estoy muriendo.

-¿Acaso no has leído nada de lo que te he escrito?- tenia su mandíbula apoyada sobre mi vientre y tome su frente corriéndolo de lado mientras que me sentaba y suspiraba.

-Para ser tan delgado eres bastante pesado… eres pesado por ese humor que te cargas- El rio cubriendo su boca con aquel dejo infantil que le caracterizaba. Me miro sonriendo y por un segundo entero el mundo a nuestro alrededor se detuvo. Y aunque la tierra hubiese dejado de girar y los relojes de medir el tiempo, su sonrisa me daba vida y me hacia sentir que la tierra daba mas vueltas de las que debía y que su sonrisa me hacia vivir más de las vidas que una persona debería de vivir.

–“Si del cielo emanara el calor del infierno y sus llamas penetraran sobre la piel de los que andan, pasarían brisas sobre mi piel y fríos sobre mi ser. Porque solo tu eres quien me quema y me calienta, el alma, la piel y la vida” ¿Contento?- su sonrisa se detuvo y vi con claridad como las lagrimas inundaban sus ojos. Cubrió completamente su rostro mientras que sus hombros subían y bajaban continuamente- ¿Sehun?- Murmure y un segundo después el busco mi mano en la oscuridad y la sostuvo con firmeza.

-Nunca, nunca dejes que la luz que encendiste en mi se apague. Te amo… Luhan…


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