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"El Fantasma en mi Habitación" { HunHan y mención de otras OTP'S } por Lady Grey

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Notas del capitulo:

¡Hola hola! les vengo con la segunda parte de este One-shot -aspirante a Fic. . COF COF.- ¿saben? mi beta no se ha conectado así que me auto-betee el capítulo ;; es algo demasiado pesado, contando con que en la semana estuve Lunes, Martes y ayer con el montón de tarea. Y se acercan los primeros semestrales, así que estoy Tao mode on -no se rian imaginándoselo>:ccccc.-

So ;; ¡A leer^^!

-Luhan, ¿cuántos dedos ves aquí?-

-Cinco, estoy bien.- Ese viaje a mis recuerdos me sacó de órbita. La doctora Park seguía comprobando sí realmente estaba bien, no dejaba de agitar la mano derecha o de darme indicaciones. Hacía todo lo que me pedía, no terminaba de convencerse.

-¿Seguro que estás bien? Porque hace como una hora que no respondes.-

-Estoy bien, sólo que recordaba cosas.-

-Oh, ya veo. Perdona, pero creo que soy muy paranoica.- La doctora Park se disculpó y se volvió al asiento que había frente a mi camilla. La cánula seguía en mis fosas nasales y el tanque de oxígeno ahora tenía que llevarlo conmigo a todas partes; aunque no saliera de mi habitación, hasta caminar ya no resultaba tan placentero, resultaba muy frágil. Faltaban 10 minutos para que la enfermera llegara a tomarme muestras, según el diagnóstico tenía que ser necesario hacerlas cada 2 días, mi situación era preocupante, y más a esta edad.

-Luhan, tengo que irme.-

-Vale, la veré mañana.-

-Reconsidera lo que te dije.- No respondí nada, ella sólo asintió y salió de la habitación, volviéndome a dejar solo. La enfermera entró 4 minutos después de que la doctora Park se había marchado.

-¿Se puede?-

-No tengo opción.-

-Venga. ¡No seas un pesado!-

-Supongo que quieres que me arremangue las mangas.-

-Ya conoces las indicaciones.- La enfermera Min era realmente atractiva, de sólo ver sus piernas me quedaba perplejo. Había escuchado de la doctora Park que anteriormente la chica era una bailarina, 4 años de trainee en una de las agencias más prestigiadas de Corea del Sur: JYP Entertainment. Estaba por debutar, cuando su padre fue a la agencia y pidió que la despidieran de su entrenamiento para estudiar Medicina. Min estuvo bajo depresión por 3 años, y al cuarto, accedió a estudiar; su padre le pagó la universidad, mientras que su hermana Minji era aceptada como vacante en California. Uno de sus sueños siempre había sido conocer América, pero se le fue arrebatado como cual niño le quitan su chupete. Después de salir titulada, tomó cursos en la Isla Jeju como aprendiz, dedicándose junto con otros 3 aprendices a cuidar de personas que padecían de apendicitis, 3 meses después, ingresó en este hospital, justo el día que yo llegué. Al principio pensaba que era una chica muy vanidosa, por su forma de ser, pero resultó agradable tiempo después. Ella me contó el motivo por el cual su padre la sacó de JYP: se había enterado de sus rollos sexuales con una de las integrantes, al parecer, menor de edad. Me sorprendió escuchar eso, nunca me pasó por la cabeza que fuera lesbiana… ya no había vuelto a saber nada de ella hasta la fecha, por lo que yo suponía que Suzy no debía estar muy lejos, o al menos no muerta.

Las agujas no dolían tanto, al menos no como en un principio que sentía un picor en mis brazos y no podía resistirme a rascármelos, pero me hacía mal, me terminaría infectando las heridas. La enfermera Min extraía 3 tubos de sangre de mis brazos, notando que mi sangre estaba más coagulada y de un rojo más brillante, por lo que me alegró un poco. Volví a bajar las mangas de mi bata y me volví a la cama. Ella hacía ademán de vigilar a la puerta que nadie la viera, por la que cerraba con pestillo y sacaba un cigarro de su escote.

-No te molesta que fume aquí, ¿verdad?-

-Probablemente reducirás mi esperanza de vida, pero vale. Puedes fumar aquí.-

-Siempre tan pesimista, ¿eh?- De sus bolsillos, extraía un encendedor mediano. Encendió la mecha y le daba la primera calada que salía por su boca. Me quedaba mirando y le daba otra calada al cigarro. La verdad es que nunca me había llamado la atención fumar o beber, pero no podía morir sin haber hecho una que otra ilegalidad.

-¿A qué sabe el cigarro?-

-¿Tú qué crees? Es marihuana.-

-¿Puedo darle una calada?-

-Venga, chaval. ¿No eres muy joven para fumar?-

-¡A la mierda cuántos tenga, maldita maricona!- La chica parecía volverse loca con mi actitud, ya que era la única persona que la comprendía. Retiró el cigarro de sus labios y me lo tendió entre los dedos, sus manos eran muy suaves y delicadas, pero era un auténtico tío con el modo de hablar y comportarse. A pesar de poseer un cuerpo tan corto a la imaginación, no dejaría que se propasaran con ella. Imité la forma en que ella le dio la primera calada, así que aspiré muy fuerte aún con la cánula en mis fosas nasales, pero el resultado me resultó desagradable. No paraba de toser, al parecer me había tragado todo el humo.

-¡HAHAHA! Luhan, se hace así.- Volvió a repetir lo que había hecho en un principio pero un poco más lento. Se veía jodidamente sexy fumando de esa manera, lo hacía de puta madre, parecía una profesional. Se estaba burlando en mi cara, eso no lo podía soportar. “Jodida maricona, ya te enseñaré las cosas que sé hacer.”

-Sí serás una puta de cabaret. ¡No te sale mal!-

-Es cuestión de ir practicando. Suzy me enseñó a fumar…- Y un silencio muy incómodo se formó en la habitación. Aparentaba no estar jodida, pero la realidad era que hablar del tema la transformaba en otra persona, una Min más tranquila y por si fuera poco… femenina. La colilla del cigarro se encogía cada vez más, suspiraba y le daba caladas, como si lo hiciera en honor a aquella tía. Se sentó en mi camilla y se acercó mucho a mi rostro, me levantó el mentón y le dio la última calada al cigarro antes de refregarme su boca. No besaba mal, su lengua era una víbora moviéndose con maña enrollándose con la mía. Le seguía el ritmo, la maldita no besaba, me tragaba la boca. Su lengua dejó de explorar mi boca y un aliento con sabor a marihuana invadió mi cavidad bucal, era la primera vez que alguien me enseñaba a fumar a su manera. Me dio un pico en los labios antes de lamerme el labio inferior y separarse de mí.

-Aprendiste muy bien entonces, pedófila.-

-Eres muy mono, Luhan. ¿Te lo han dicho antes?-

-Que me lo diga una lesbiana como tú. ¡De seguro has de querer violarme, guarra!-

-Con esa carita puedes conseguir un novio de buenas pintas.-

-¿Y tú qué con eso? ¡Ándate, me vas a terminar matando con tu puto cigarro!-

-Vale, vale. Me voy, ¡nos vemos en Lunes, guapo!- Me sonrió pícara antes de tomar los 3 tubos de sangre y llevarlos al laboratorio, cerró la puerta y nuevamente volvía a sentirme solo. Alcé la mirada al reloj y apenas eran las 9:30, el estómago empezó a gruñirme, señal de que recién me entraba el hambre, pero debía esperar hasta las 10 en punto para desayunar. Me levanté de la cama y me coloqué las sandalias, llevando conmigo el tanque de oxígeno para acercarme al ventanal. Hacía un día soleado, el azul estaba muy pintoresco que de costumbre y Seúl estaba en movimiento. Me enojaba el no poder salir al menos para tomar aire fresco, pero ya hablaría del tema con mi cuidador. Minho se dejaría de mamadas, ya no soportaba estar encerrado como un preso.

-¡Hey! ¡Pero sí es mi amigo el Ciervo!- Era la voz de Tiffany. Rara la vez que iba a cuidados intensivos, hoy no le tocaba pero estaba fuera... algo se traía entre manos aquella loca. Y ahí estaba ella, sonriente como siempre y sus cabellos dorados cayéndole por los hombros en forma de ondulaciones, la bata le quedaba demasiado grande que la arrastraba o pisaba, su rostro ya no estaba tan pálido como la última vez que me la encontré, sus mejillas estaban un poco más tintadas de rosa.

-¡Fany! ¿Qué haces acá?-

-Hehe, me he escapado de mi habitación. ¡No soporto estar encerrada!-

-Me pasa igual, no es como si estuviera por morirme...-

-Salvados de eso no estamos, y lo sabes Luhan.- Para Tiffany, hablar de morir le parecía el tema más normal del mundo. En cuanto a mí, me ponía algo nervioso e incómodo, ¿cómo podía ella no detenerse a pensar en lo que se sentiría la muerte? eso para mi parecer, la hacía rara.

-¿Qué con esa mierda? ¡Te van a encerrar en un cajón y te echarán a la tierra a pudrirte! ¡Ponte a pensar en las cosas que desearías hacer, pruébalas antes de morir!-

-Eeeeh. ¿Qué acaso tienes miedo?-

-¡Que no es miedo!-

-¡Pues que me jodan los insectos, es mejor que ir con terapeutas que te ven cara de pendeja sí bien saben que vas a morir! Intentan seguir motivándote a seguir viviendo, ¿Y para qué? ¿Para que el puto cáncer te siga jodiendo? ¡Estoy perdiendo cabello, Luhan! ¡Mira cómo se cae!- Se llevó una mano a su cabello y tiró de él sin hacer fuerzas, los mechones se quedaban tendidos en su mano. Pronto, las lágrimas empezaron a invadir sus pupilas, y yo sólo me atenía a escuchar, ya que era muy malo en eso de aconsejar. Se llevó sus manos a su rostro y cubrió su cara, empezó a llorar y debo aceptar, que ver a Fany llorar, me hacía sentir mal. Llevé una mano a su espalda, dándole palmaditas para que el espasmo pasara; seguía llorando, con más fuerza. Así que se me ocurrió tratar de animarla un poco, aunque me daba miedo cómo reaccionaría.

-Tiffany, sabes que no soy bueno en eso de consolar pero... haz una lista de cosas por hacer antes de morir. Resulta efectivo, yo ya he empezado a plantearme la mía.-

-¿De verdad?- Sus ojos se centraron en los míos, lograba ver una pequeña esperanza en ellos. Parecía una niña pequeña cuando le hacen un regalo de Navidad, emocionada por empezar a desenvolver el regalo… claro, aún seguía siendo una niña.

-Sí, lo he estado pensando mucho, y… debo dejar de ser tan pesimista y ser un poco más empático.-

-A mí me gusta cómo eres Luhan: chulo, arrogante y sin un pelo en la lengua.- Era verdad que Tiffany era pesada, algo chocante y presumida, pero eso no le quitaba lo bonita y lo buena... ¡Pero tenía 14 años! ¿Qué hacía lanzándose a uno de 18? Tal vez su problema era que tenía otro tipo de problemas.

-Fany, eso ya lo hemos hablado, sólo amigos.-

-Vale. Pero por sí quedas solterón, te puedes enrollar conmigo.- Me guiñó un ojo y después se echó a reír. “¿Qué les pasa a las chicas de ahora? ” “No sólo quieren follar a los 17... ¡¿También a los 14?! ” “¿Qué tiene de bueno un tío flacucho y puros huesos? ” me estaba empezando a cuestionar en qué tipo de ambiente había crecido Tiffany, porque debía reconocerlo: tenía agallas la pijita. Yo a esa edad, recién descubría el porno junto con Chanyeol y Kyungsoo escondiéndonos en las escaleras del instituto y viendo las pantaletas de las chicas de último año que subían al tercer piso. Todo iba bien, hasta que mi primo nos descubrió: Kris.

-Con que estáis zorreando chicas, ¿eh?-

-E-Eh. ¡No es eso!-

-¡Venga chicos, no se pongan nerviosos!-

-¡Luhan, métele una hostia!-

-Chanyeol. ¿Estás loco? Me terminará dejando tumbado, y según calculo por esos brazos… ¡Muerto!-

-¡Que se acerca! ¡Golpéalo!-

-¡Eh, Luhan! ¡No te pongas así, no voy a deciros nada!-

-¡Ahí viene! ¡Suerte Luhan!-

-¡Sí serán mamones! ¡Me las pagarán, miedicas!-

Recuerdo que le metí un tremendo hostión que hasta le quebré el tabique, recuerdo salir corriendo con las piernas temblándome, recuerdo que me escondí en uno de los cubículos del baño de tíos, y que ahí estaban los cobardes de Yeol y Soo.

-¿Cómo te fue con tu primo?-

-Le pegaste, ¿verdad?-

-Me la deben, mamones. ¡Casi muero ahí estampado al pasillo!-

-¡Uaú! ¡Quiero tener un novio como Luhan!-

-¿Y no puedes tener a Luhan de novio?-

-¿Qué dices, Yeollie? No tengo suficiente con que me acose Sulli.-

-¡El Dodito tiene pegamento hasta en las entrañas!-

-¡Euuuu! ¡Dodo y Sulli!-

-¡No me gusta, es una loca!-

-Es una lástima que no te gusten los tíos, Soosito.-

-¡Argh! ¡Ya empezaste con tú y Byun Baekhyun en su mundo de amapolas!-

-Supéralo, Chanyeol. ¡Nunca te hará caso!-

-Ya verán, débiles mortales. ¡Voy a ser el novio del delegado de 8vo grado, algún día!-

-Cuando dejes de comer y peses 45 kg, uses maquillaje, tengas músculos, un buen trasero, seas popular, te tiñas el cabello, midas 1.73, hagas ejercicio, destaques en el instituto, vayas en taller de ajedrez con él y dejes de leer cómics de T-Rex Amazones. ¡A esa hora te hará caso!-

-¿Y tú cómo sabes eso?-

-Ese Byun pide mucho. Aparte, ser amigo de Key tiene sus ventajas.-

-¡Guay!-

-¿Podrían dejar de hablar de sus cosas y pensar cómo demonios iremos a casa sin que Kris nos vea?-

-¡Págale a Zelo!-

-¿Se les zafó el tornillo? ¡Zelo es un matón experimentado!- “Zelo” o mejor dicho Junhong, era un tío de 9no grado que me sacudía el esqueleto, pero de miedo. Rumores decían que se magreaba con su hermano mayor Himchan, fumaba marihuana y era un delincuente, que por eso siempre vestía al último grito de la moda para motociclistas. Todos en el instituto le temían, pero también tenía su lado bueno. Tenía una hermana menor en 7mo grado, Jieun, siempre era sobre protector con ella, 12 años y admito que estaba más buena que Chaerin, pero Jieun era demasiado mocosa tanto de mentalidad como de la edad.

-¿De qué van ustedes dos? No voy a ir a hablarle al marrocas ese.-

-¡Pero sí estarás pendejo! ¿Quieres que Kris vaya y le chismee a tu madre con todo y lujo de detalles que vemos porno nivel pantaletas?-

-No. ¡Primero me cuelgo de huevos del poste de mi casa!-

-Seré un maricón, pero debo admitir que los pechos me siguen volviendo loco. ¡Luhan, ve y haz un trueque con el Zelonio!-

-¡Z-E-L-O!-

-Lo que sea. Pero ve sí no quieres terminar muerto y por si fuera poco, en una iglesia todos los Domingos.-

-¡Vale, voy a ir! Ya que ninguno de los dos se atreve a buscarlo. ¿Dónde tengo que ir?-

-La casa de Zelo está a 5 cuadras del instituto, sus padres nunca están. Pero creo que va a la universidad para con Himchan, y se van los tres juntos a casa. El coche de Himchan es un todo terrero con la capota negra, pero procura agarrarlo solo… ya sabes... a Zelo…-

-¿Y eso porqué?-

-Pueeees... un beso tras otro... les da igual sí terminan follando en la acera de la universidad.-

-¡Vale, vale! Demasiados detalles.-

-Entonces, ya está. ¡Cómo se enterará Kris por andar de observador!-

-Cómo se enterarán ustedes sí termino jodido, violado o peor… ¡Sin huevos!-

-De eso ya nos ocupamos Luhan, este tío no es mucho de pedir plata.-

-¿Y entonces...?-

-Espero que puedas llegar a casa sin dolor de culo.-

-¡¿Pero qué?! ¿Enserio están pirados o qué? No pienso darle entradas al chulito ese.-

-Con ese tío nunca se puede hablar de negocios por plata o unas bolsas de hierba. ¡O es sexo, o es nada!-

-Aparte… tienes facciones de tía. ¡Seguro que cae redondito contigo!-

-Ustedes enserio están echados por la coladera.-

-Es para salvar tú vida... y nuestros culos. ¿Qué no harías para que Kris no abra la bocota?-  Chanyeol tenía razón, sí quería salvar mi culo, tenía que hacer ciertos “sacrificios.” No me quedaba de otra que aceptar, pero la idea tampoco estaba mal: mi primera vez con un matón... hasta la idea resultaba excitante. Después de tanto hacerme el difícil, accedí y los chicos respiraron demasiado lento, como sí en todo el rato hubieran contenido el aire en los pulmones. Chanyeol quitó el pasador del cubículo y Kyungsoo asomó la cabeza para asegurarse de que estábamos solos, los idiotas eran viles monstruos ocupando casi todo el espacio en el cubículo, mientras que yo era aplastado en la esquina de éste.

-¡Venga, hay que regresar a la segunda hora!-

-¡Cuidado imbécil! Me vas a hacer que me dé un hostión con la baldosa del baño.-

-¡Chanyeol, espero que algún día dejes de comer!-

-¡Luhan! ¿Qué haces ahí, tío? ¡Apúrate!-

-Como el anoréxico es uno, casi me quedo embarrado como bicho. ¡Chanyeol, deja de comer!-

-Eeeeh. ¡Amo demasiado esos fideos de la taquilla!-

-¡Me he de traer la aspiradora de casa para que no comas nada por un mes!-

-¡Luhan, Chanyeol! ¡Ya nos cargó la mierda!-

Al escuchar el grito de Kyungsoo, los tres nos quedamos petrificados: Kris estaba en la entrada del baño, con una mano tapándose la nariz mientras gotas de sangre resbalaban por sus fosas nasales. Estaba encorvado, apoyándose con la otra mano al mármol de la pared y seguramente furioso. Quedé inmóvil y tragué saliva duro, Chanyeol me miraba con sus grandes ojos como tratando de decir “¡¿Y ahora qué hacemos?! ” mientras Kyungsoo daba pasos hacia atrás buscando consuelo en la pared del fondo de los baños.

-¡Vaya, primito! Sí que pegas duro…-

-¡N-No te nos acerques!- Chanyeol y yo fuimos dando pasos hacia atrás, quedando a la pared del fondo junto al pobre Kyungsoo, que se había quedado tieso y tiritaba de miedo, Chanyeol se fue deshaciendo en el mármol hasta hacerse bolita, al parecer… estaba solo en esto.

-Luhan, esta vez te has pasado.-

-¡Las que te ves por andar de chismoso!-

-Creo que no me estás entendiendo...-

-Ah. ¿Y ahora qué? ¿Me vas a pegar?-

-Luhan. ¡Iba a invitarlos a casa, a conocer porno auténtico!- Kris se echaba a reír mientras que yo estaba asustado y a punto de hacerme en los pantalones, y de mis amigos ni qué se podía decir, eran tan paranoicos que hasta un bicho los tenía en estado de shock. Conocía a Kris, no se preocupaba por pasar las materias, sólo se iba por ahí a echar el vago o salía con chicas. Cada día lo veía con una diferente, y cómo no. El tipo era un casanova número uno, tenía cuerpo de dios griego y por si fuera poco… ¡Con músculos! tenía algo de envidia, era el maestro de la mentira, el tío-bueno que traía a muchas por la barrida, el líder de cualquier protesta y el más popular del instituto. Aunque ambos éramos de China, adaptarse a Corea le quedó como anillo al dedo, con eso de que hablaba más de 5 idiomas y aprendía rápido, era digno de darle el premio a la chulería del año.

Kyungsoo sería asustado y Chanyeol tenía una cara de “WTF ”que ameritaba reventar a carcajadas, ahora sí que quería romperle el tabique con más ganas por burlarse de mi instinto.

-¡Venga, no pongan esas caras! Puede que les falte crecer un poco más... en el buen sentido de la palabra.-

-¿Insinúas que seguimos siendo mocosos?-

-¡Sí no, no habría razón por la cual llamarte “Luhannie”!- Mi madre tenía la costumbre de llamarme así desde pequeño y seguía haciéndolo, poco a poco la familia también me fue llamando de esa manera, así que era conocido como “el pequeño Luhannie”  “Ciervito” “Lu-ge” o “Hannie.” Sin embargo, según yo, nadie más sabía eso, le rogaba a mi madre porque no me llamara así enfrente de mis tías, era vergonzoso que me pellizcaran las mejillas y me revolvieran mis rubios cabellos.

-¡Mamón, no me digas así enfrente de mis amigos!-

-¡Mireeeen, que el Ciervito se nos pone chulitooooo!-

-¡Va en buen plan, ya cállate Kris!- No sé en qué momento alcé el antebrazo y este salió disparado a la quijada de mi primo, haciéndolo darse de bruces contra el mármol de los baños, impactando su cabeza a una de las reposaderas de papel higiénico. Chanyeol y Kyungsoo me veían con la boca abierta, mientras que yo intentaba procesar lo que había pasado. Chanyeol deshizo la especie de protección que formaba con sus brazos sobre su cabeza, parpadeando 3 veces. Kyungsoo estaba sin habla, podría jurar que hasta tartamudeaba.

-¡Luhan, lo has matado!-

-¡N-No se mu-mueve! ¡Menuda fuerza ti-tienes para go-golpear!-

-¡N-No! ¡A-algo debe estar mal! no lo he ma-matado… ¿Verdad?- Kris había caído inconsciente y pronto en las baldosas de la reposadera, empezó a expandirse una mancha al rojo vivo, y fue ahí donde me preocupé por salvar mi culo: tenía que hacer un trueque con Zelo.

-Chi-Chicos, no tengo otra opción. Tengo que pedir ayuda a Junhong...- La boca de Chanyeol se formó en una fina línea y Kyungsoo no paraba de mirarme preocupado. Sabían que tenía que pasar, tarde que temprano.

-Cuídate Luhan, no te dejes mucho de ese guarro.-

-Sé que lo que diré no debería decirlo, pero... ¡Luhan, cuida mucho a tu lindo traserito!-

-Claro, lo intentaré Chanyeol… y Kyungsoo. ¡Tan inoportuno como siempre!- Las clases habían finalizado, Kris estaba muerto y Chanyeol y Kyungsoo eran mis cómplices. Me sentía como en una película de fugitivos, huyendo de la autoridad, pero yo sólo huía de ser acusado por mi primo, por lo que lo golpee y ahora quería creer que seguía vivo. Corrí saltando por encima de mi primo y di paso rápido hasta mi aula; cogí mi mochila y me disparé a la salida sin verme sospechoso. A lo lejos, reconocí a Zelo quien iba de la mano con Jieun, y tal escena, me hacía ganas de querer vomitar. Nunca me llegué a imaginar que Zelo fuera así de tierno, que tuviera una linda sonrisa y que le agradara tanto su hermana. Había personas que decían que era muy sobre-protector con ella porque le gustaba como algo más, pero otros decían que respetaba mucho a su padre y a su madrastra.

[-.]

La madre de Junhong se fue de casa cuando tenía 5 años. Ravi, su padre, se hizo cargo del menor, pero al año y medio de divorciarse conoció a Jiyeon, se casaron y por ende, tuvo que mudarse a la casa de los Choi; la cabeza femenina del hogar era ella… pero había un detalle: igual que Ravi, Jiyeon era una mujer divorciada que tenía un hijo, pero 4 años mayor que Zelo. Cuando decidieron integrar a Himchan a la familia, se negaba, ya que decía que Junhong era muy molesto con esa vocecita chirriante y melosa, en pocas palabras, Himchan no soportaba la ternura de los niños, pero tras el crecimiento de Zelo, el chico se fue acoplando con él. Un día, Jiyeon y Ravi salieron de emergencia cuando Zelo tenía 8, dejándolo al cuidado de Himchan… a decir verdad, tenía una extraña obsesión cuando Zelo era más inocente. Le gustaban sus pequeños rizos alborotados que tras una caricia que le propinaba al menor, se sentían bien bajo el tacto de las yemas de sus dedos, quedaba como tonto cuando el pequeño inflaba las mejillas o hacía mohines, su pequeña boquita rosada le tentaba a hacer cosas que jamás pensó que haría. ¿Pero qué se podía hacer con sus hormonas a los 12 años? eran incontrolables, en su aula le habían hablado ya de educación sexual, las imágenes volvían a su mente como una cinta cinematográfica, pero su atención se centró en una sola cosa: entre hombres también puede tenerse sexo.

Zelo era demasiado inocente, pero sabía que sí alguien quería tocarlo debía gritar “No” con todas sus fuerzas y salir corriendo, pero quería a su hermano mayor, a su hermano modelo. Pero nunca se imaginó, qué tan “modelo” podría llegar a convertirse.

-¡Junhonggie!-

-¡Channie!- El pequeño Zelo se concentraba en pintar el Sol de color amarillo, aferraba la crayola al papel para que esta no dejara de rellenar su objetivo. La voz de su hermano mayor le hizo quebrar la crayola y salir corriendo fuera de su habitación, y evidentemente, era su hermano Himchan, con una sospecha escondida en su espalda.

-Junhong, tengo una sorpresa para ti.-

-¿Enserio? ¿Qué es?-

-Cierra los ojos y extiende las manos.-

-¡No es justo! ¡Yo quiero ver!-

-Primero cierra los ojos, debes prometerme que no los abrirás hasta que yo te diga. ¿Vale?- Tal vez para Zelo eran inocentes palabras, pero para Himchan, era el comienzo de algo nuevo en su vida. Por primera vez en mucho tiempo, se había esforzado por hacer a su pequeño hermano feliz, y eso le dejaba una sensación de felicidad que jamás se imaginaba que llegaría a sentir.

-Está bien, lo prometo.-

-Buen niño, Zelo.- “Mi niño” se dijo para sí mismo en su mente. Moría de ternura al ver a su entusiasmado hermanito por sentir aquella cajita en sus manos, Zelo era tan inocente como para saber el significado de que le estuviesen regalando una cajita con un papelito dentro. Extendió la cajita en la palma del menor, el chico se sacudía emocionado de saber qué era lo que su hermano quería regalarle en un día que no era Navidad o su cumpleaños.

-Hermano. ¿Ya puedo abrir los ojos?-

-Sí, puedes abrirlos Zelo.- El chico apreció lo que había en la palma de su mano derecha: una cajita de color rojo, adornada por un lazo dorado y su nombre escrito en el frente de ella.

-¿Qué es Channie?-

-Primero debes abrirlo.- Tomó la cajita cerrándola en sus dedos y se la llevó al oído agitándola, había veces que Junhong era muy bueno para adivinar los objetos. Himchan le miraba con una sonrisa bobalicona en sus labios, hasta en su faceta de curioso era muy mono. La alejó de su oído y la tomó entre sus dos manos, descubrió que era una cajita versátil: se abría al tomar la parte de una de sus caras frontales. Cuando Junhong abrió la cajita, descubrió que había una especie de papel enterrado en el orificio de la esponjilla.

-¿Un papel? ¿Eso querías regalarme?-

-Espera, tienes que leer el papel. Ahí está la sorpresa.-

-Aaaah, valeee.- Junhong tomó el papel en dos de sus dedos y lo sacó de la esponjilla, cerró la cajita y se la acomodó en el bolsillo de su jersey. Desdobló el papel para ver su contenido, el cual no entendía lo que significaba:

Junhong, tal vez no entiendas este mensaje, pero quiero decirte que te quiero mucho. ¿Quieres ser mi novio?”

-Channie, ¿qué es un novio?-

-Es una persona que le gusta tú forma de ser, que siempre te querrá seas como seas y te cuidará mucho; es alguien que sabe todo de ti y que sientes algo en tu estómago cuando estás con esa persona. Eso es un novio, Zelo.-

-Hermano... ¿Tú me quieres?-

-Te quiero mucho Junhong, me gusta cómo eres, quiero cuidarte siempre. Cuando estoy contigo, no paro de sonreír, me siento idiota cuando te veo.-

-No digas “idiota.” Mamá dice que es una mala palabra.-

-Vale, vale. Entonces, lo cambiamos por... me siento infantil cuando te veo.-

-Hermanito, me gusta cuando me abrazas y juegas conmigo, pero me enojo mucho contigo cuando juegas con Jimin y a mí me dejas solito.-

-No volverá a pasar, te lo prometo. A partir de hoy, ya no estarás solito, siempre vamos a estar juntos. Sé que tú no entiendes lo que digo, que aún eres pequeño, pero te amo… me haces feliz, Junhong.-

-Y tú a mí, hermano. Muy feliz.- Himchan no pudo contener su felicidad y acercó su mano hacia el mentón del menor, alzándolo levemente. Estaba a una distancia considerable de su rostro, por lo que al rozar sus narices ese espacio ya no existió, sus labios estaban juntos y sus párpados cerrados. Siempre había estado ansioso de saber el sabor de los labios de su hermanito, y lo había conseguido en un tierno y duradero beso. Junhong tal vez nunca había besado alguna niña, pero le había gustado aquella sensación de que su hermano le demostrara a lo que se quería referir. Las pestañas del más pequeño hacían intento de querer ser despertadas junto a sus párpados, cuando Himchan aún besándole, le tomó por los hombros y lo apegó más a su rostro. El beso dejó de ser tierno cuando Zelo sentía que se ahogaba, porque había un invasor en su boca, y que lo hacía sentirse de una manera diferente que las de otros niños; el mayor dejó de beber de la miel del menor separándose lentamente, juntando sus frentes y sonriendo como un bobo adolescente enamorado.

-Bebé, esto va a ser nuestro secreto. No puedes contárselo a nadie, ni siquiera a tu amiguito Daehyun.-

-¡Pero él es mi mejor amigo, Channie! Le cuento todo, además… él me quiere mucho.-

-¡Nadie puede quererte más que yo! ¿Entendido? Tú eres mío, Zelo.- Tal vez Junhong no entendía a lo que se refería Himchan con ese término, pero sabía que tenía que dejar de hablarle a Daehyun o su hermano se enojaría mucho con él y dejaría de quererlo. Ahora Zelo tenía un novio, no había entendido mucho porqué no podía llamarlo “hermano” aún queriéndose mucho, pero decidió ignorar eso y llamarle por “Channie” como siempre lo había hecho. No sabía mucho acerca del tema, pero entendió que no debía hacer enojar a su “novio.”

-S-Sí, soy tuyo.- Himchan no pudo evitar besarlo nuevamente, amaba los pequeños labios del menor, tan hinchados y tiernos. Le gustaba tocar su tersa piel, tan blanca como la leche; esas pupilas cafés que decían más que mil palabras. Sabía que Zelo era un niño que le faltaba mucho por vivir, pero amaba al menor, amaba sus sonrisas y su forma de ser, a pesar de ser su hermanito. Junhong apretaba los párpados, sentía asfixiarse con los besos que le daba su hermano, teniendo la fuerza suficiente para llevar sus manos al bien formado pecho de Himchan y empujándolo al frente.

-¿Qué pasa, bebé?-

-¡M-Me ahogas!- Las mejillas de Junhong se tornaron de un color rojo ardiente hasta llegar al arco de sus orejas, llevando sus manos a su rostro y cubriéndolo torpemente. Himchan se acaloraba viendo al menor sonrojarse, no dejaba de mirar al hueco entre su hombro y su cuello.

-Lo siento, no vuelve a pasar.-

-¿Channie…?-

-¿Qué pasa?-

-Te quiero mucho.- Zelo corrió a los brazos de su hermano y se colgó a su cuello, ocultando su carita en el pecho del mayor. Himchan sentía que se le saldrían las lágrimas, eran tan conmovedor que Zelo no supiese nada acerca del tema y aún así quisiera intentarlo.

-Y yo a ti, pequeño. Te amo.- No solía demostrarlo, pero al parecer esa frase se haría muy popular entre él y su hermano mayor. Decirle “te amo” sin saber porqué lo decía, pero para eso estaba su Channie, para resolver sus dudas. Y así sería siempre, porque Himchan le había prometido cuidarlo toda su vida.

[.-]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno, para las que no entienden este One-shot, les explico un poco: 

Luhan está a punto de cumplir 3 años en un hospital, tiene una enfermedad terminal detectada y bla bla bla. . la cosa es que se queda neutro al paso que los recuerdos le vienen persiguiendo. Consulté con mi profesora de Psicología y no supo darme un nombre para ese padecimiento, porque sépanlo. . es un padecimiento psico-mental que yo adopté con el nombre de Trastorno de la Línea del Tiempo; ya se darán cuenta al paso de la narración.~

Para no ser tan mala, les subo la tercera parte, y muy merecida por ser Viernes:DDD

 


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