Near no supo que contestar, aquella simple frase podía encerrar millones de interpretaciones. Desde una ira incontenible hasta un afecto igual de desproporcionado, ¿A cuál de ellas se refería Mello?
—Calma, calma, Near, prometo que te tratare bien — Una sonrisa adornó esos labios que Near vio tantas veces torcerse cuando estaban cerca.
Mello sacó una navaja de bolsillo y jaló sus pies por la cuerda, el albino se encogió en un acto de temor, haciendo reír al otro. Cortó la cuerda que comenzaba a enterrarse en los tobillos de Near y dejó que sus pies cayeran bruscamente.
—Sigue sorprendiéndome lo débil que eres — Mello dijo mientras lo jalaba, tomándolo de la cintura para levantarlo.
Near se removió en su agarre, dando a entender que se sentía incómodo pero Mello lo ignoró, sacando algo de su bolsa — Esto es entretenido — Dijo mientras usaba la tela para cubrir sus ojos. Near agitó la cabeza e hizo una serie de protestas ahogadas, rechazando aquello pero poco le importó al rubio, aseguró la tela y lo volvió a tomar de la cintura, jalándolo para que caminara.
La sensación de estar a completa merced de alguien era medianamente conocida por Near, normalmente dependía de alguien para poder hacer cosas o conseguir algo, sin embargo, esto era totalmente distinto. Aquí, no tenía opinión, Mello no iba a hacer lo que le pidiera, no tenía voz, literalmente, estaba a merced de cuales fueran las locuras que pasaran por la mente de él, la sensación era muy diferente y hasta ahora, no le gustaba. Por primera vez en un tiempo largo, sentía miedo, un miedo propio de alguien en su condición. El tren de pensamientos fue detenido abruptamente cuando Mello lo jaló hacia él y escuchó el sonido de una puerta abrirse — Si caminas, me harías un gran favor, no tengo ganas de estar jalándote — Near se obligó a dar pequeños pasos, guisado por Mello.
Finalmente se detuvieron y escuchó la puerta cerrarse, acto seguido escuchó el clic de un interruptor y pudo sentir luz golpeando la tela que no le permitía ver. Near permaneció inmóvil, con miedo a moverse o hacer algo.
Mello sonrió, la vista frente a él le encantaba. Ese niño, que siempre permanecía inalterable, que siempre andaba y hablaba con ese toque de superioridad, que siempre estaba un paso delante de él, estaba ahí, de pie frente a él con un ligero temblor en las piernas, bajo su completo dominio, sin poder ver, hablar o defenderse, y mejor aún, estaba un paso delante de él, lo que siempre había soñado y por lo que siempre había peleado, lo había logrado al final. Sus ojos se depositaron en su figura luce enfermo, no sólo delgado Se preguntó si su sedentario estilo de vida le habría causado ya, alguna enfermedad, pico con su dedo su estómago, sintiendo una punzada de remordimiento cuando Near soltó un quejido de temor — Estás en los huesos, idiota — Dijo, sacando un pequeño juego de llaves que usó para soltar las esposas de sus muñecas, tomó la tela que cubría sus ojos y la quitó, finalmente soltó la de la boca y le permitió escupir la más pequeña — Idiota — Murmuró al ver como esos grandes y extraños ojos grises se posaban fijamente en él — ¿Haces que te carguen o por lo menos caminas tú?
Near se quedó parado en su lugar, tenía un ligero sentimiento de miedo ante lo que debía o no hacer — Puedo caminar, creo que acabas de comprobarlo — Contestó, observando atentamente a las reacciones de Mello — ¿A qué te refieres con volverme loco?
Mello sonrió ante la pregunta de él — Dime Near, ¿Qué sentías cuando llegaba hasta la mesa donde tu perdías el tiempo?
Near agachó la mirada, recordaba que Mello solía molestarlo cuando él jugaba a apilar cartas, solía llegar siempre y golpear levemente la mesa para que todas ellas cayeran, recordaba también que solía hacer caso omiso, simplemente tomaba las cartas y volvía a la tarea de apilarlas calmadamente — No lo sé, simplemente volvía a lo que hacía.
— ¿Seguro? — Mello sonrió de nuevo — Estoy seguro que en algún momento, algo más pasó por tu cabeza.
Near meditó un poco más en sus pensamientos — Me parecía extraño cuando no aparecías, me hacía preguntarme si estabas bien — Near tomó un mechón de su cabello entre sus dedos, ¿Por qué decía eso? Ni el mismo lo sabía, simplemente recordó que un invierno, Mello no se había presentado, ni en el desayuno ni en el tiempo de juego. Sin pensarlo, se había encontrado ante la puerta del rubio y descubierto que había enfermado del estómago por comer un chocolate que había estado dejado al sol por mucho tiempo. Desde aquel día, cada día que Mello tardaba en llegar, iba a su habitación a ver si estaba bien.
— ¿Qué?
—Pensaba que te habías enfermado de nuevo e iba a tu habitación.
—No es cierto, no te importaba.
—Le notificaba a Roger que tal vez podrías estar mal.
— ¡Cállate! — Gritó, haciendo dar un paso hacia atrás a Near — Tú solo te preocupabas por ti mismo, nadie más te importaba.
—Matt dijo que debía de dejar de pensar que algo te sucedida o haría que pasara.
—No es verdad — Mello sintió un enojo crecer dentro de él, Near no se preocupaba por él, no podía ser verdad, era imposible, mentiras, su indiferencia era lo que le había hecho darse cuenta de que el sentimiento que guardaba hacia ese estúpido albino, jamás saldría a la luz.
—No tengo necesidad de mentir — Contestó con simpleza, ignorando el sentimiento creciente dentro de él — Sabes que considero a las emociones como algo-
No pudo terminar, Mello se lanzó contra él y lo estrelló contra la pared, atrapando sus muñecas con una de sus manos por encima de su cabeza — A eso me refería con volverme loco, no soporto tu manera de ser, siempre creyéndote perfecto, que nadie puede contradecirte.
Near abrió la boca para defenderse pero Mello rápidamente la cubrió con su otra mano — Escucha, Near, me será muy divertido mostrar ese lado oculto que tienes, saber que se esconde detrás de lo que muestras.
Near sintió un frío recorrer toda su espalda, no quería ni siquiera pensar en la manera en la que haría eso.
—Dime, Near, ¿Alguna vez sentiste remordimiento? — Mello removió lentamente su mano.
—Sí — La respuesta le hizo soltar por poco sus manos, sin embargo fue capaz de contenerse — Pese a ser un sentimiento que no trae nada bueno, lo he sentido.
—Ya no quiero escucharte — Dijo mientras introducía a la fuerza la tela de antes, Near comenzaba a cansarse de eso.
Lo jaló de la pared y lo aventó a la cama, Near no tuvo demasiado tiempo para reaccionar antes de que Mello amarrara sus manos tras su espalda con una cuerda, no tan apretado como para lastimarle ni tan suelto como para liberarse por sí sólo — Intenta no joderme en la noche — Se levantó y salió de la habitación, pasando el seguro.
Near consiguió acomodarse con dificultad en la cama para quedar en una posición no tan incómoda, ¿Había dicho algo mal? Simplemente había contestado lo que le había preguntado, no mentía, así que no había una razón para hacerlo ahora.
[…]
—Estúpido, estúpido — Mello golpeó la pared con furia — ¿A que vino toda esa mierda? — Preguntó dejándose caer en el sillón — El no se preocupa por nadie, yo lo sé.
—Matt, sólo pregúntale y ya.
—No tengo por qué, no seas flojo y pregúntale tú.
—Hazlo o te irá mal.
El chicho de goggles refunfuño algo más mientras caminaba hacia el albino sentado en su la mesa — Oye, Near — Agitó la mano para que le prestara atención — ¿Qué tal?
—Bien — Contestó, mirándolo con extrañeza.
—Me preguntaba, ¿Es importante o no formar un lazo alguien?
—Los sentimientos suelen distraernos de nuestras actividades.
—Supondré que eso es un no.
Ahí, ahí era el momento donde sabía que debía ocultar y borrar aquellos pensamientos y sentimientos estúpidos hacia él. Sabía que jamás le corresponderían. — Te quitaré esa máscara, Near.
Continuará…