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Sentimientos opuestos por LunaArlert

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Notas del capitulo:

¡Hola! 

Mis queridos y adorados lectores/ras, aquí está el siguiente capítulo. Pido una disculpa del tamaño del mundo por la tardanza.

Como sabran y espero me comprendan todos ustedes, los bloqueos son algo espantoso que en todo momento nos toca. Este fue mi caso y me trabé de una manera horrible. Las ideas no me salían para nada y de hecho, ahorita continuó un poco con el bloqueo...por lo que espero me tengan paciencia con mis demás historias.

En fin, espero les guste ^^

Enjoy!

Mello se levantó de golpe, haciendo que Near casi cayera del sillón por la impresión. Caminó hasta el sillón y jaló la chamarra que había dejado ahí — Saldré a caminar — Dijo, sintiéndose tonto por tener que darle explicaciones. Se colocó la chamarra y salió de la habitación.

Near permaneció mirando la puerta hasta escuchar el azoton que produjo la principal al cerrarse — Mello — Volvió a susurrar, frunciendo levemente el ceño al darse cuenta que parecía haber olvidado las demás palabras y que sólo sabía decir «Mello» No tenía idea de cómo sentirse, ¿Qué los besos no se daban a alguien a quien te sentías atraído? Eso había leído, eso había escuchado de Linda y la bola de compañeras que siempre le seguían, solían perder la cabeza cuando habían tenido su primer beso. Se llevó la mano nuevamente a sus labios y meditó — Fue mi primer beso — Dijo, intentando entender la situación que le invadió de repente.

¡Mello había sido su primer beso!

La idea cayó de repente sobre él, haciendo que sintiera un ligero temblor en las piernas y tuviera que sentarse de manera correcta por primera vez en su vida. Entonces Mello era, su interés romántico… Que locura, él era Near, quien todo mundo conociera como alguien sin sentimientos, que podía permanecer sin alterarse ante cualquier situación.

[…]

Mello cerró la puerta de un golpe para después ponerse la chamarra. A penas daba crédito a lo que acababa de hacer unos minutos atrás, se sentía enojado por haber permitido que sus sentimientos le dominaran, había jurado no entrometerse ni volver a sentir algo así por Near pero, la situación le había dominado. También se sentía, de cierta forma, bien; pensaba que Near lo rechazaría o le saldría con su típico de sermón sobre las emociones, en cambio, lo había visto confundido y sin saber qué hacer.

—Maldita sea — Murmuró, mientras se desviaba del camino principal, no quería encontrarse a nadie, quería tener un tiempo para pensar y despejar su mente — ¿Qué haré con él? — Preguntó al aire, viendo como el vaho se extendía y perdía entre la neblina.

Siguió caminando, hasta escuchar un ruido en uno de los botes de basura metálicos que había a un lado, metió la mano a su bolsa y apretó la navaja que guardaba ahí — ¿Quién anda ahí? — Habló con tono serio. Permaneció mirando hasta que de entre la basura, salió un perro, más bien un cachorro, probablemente una cruza de dos razas ya que era blanco con algunos parches amarillos en su pelaje — Joder, alterarme con alguien como tú —Rodó los ojos con fastidio mientras daba media vuelta y seguía caminando.

Un tic apareció en la ceja de Mello cuando, además de sus pasos, escuchó más pisadas, se giró para encontrar con el animal le seguía, moviendo la cola mientras lo observaba atentamente «Increíble» Pensó mientras lo observaba — Largo — Hizo un movimiento con la mano y dando un paso hacia él, el perro a penas y se inmutó — No tengo tiempo para tus cosas, vete — Esta vez usó ambas manos para intentar ahuyentarlo, consiguiendo el mismo resultado que antes — Carajo — Murmuró, suspirando y volviendo a su camino.

El cachorro continuó tras él, sin importar que Mello se movió entre varias calles en un intento para perderlo. Simplemente terminaba encontrándolo y ladrando cada que lo veía — No estoy jugando — Mello dijo, un tanto irritado — Anda, vete a donde perteneces — Sólo recibió otro ladrido.

— ¿Mello, no es así? — Se giró al escuchar una voz a sus espaldas, encontrando a un hombre de apariencia poco agradable, con otras dos personas de apariencia igual a la de él.

—No creo tener la desgracia de conocerte — Respondió cortante.

—Verás, escuche por ahí que hubo un malentendido, parece ser que golpeaste accidentalmente a un conocido mío, estoy seguro de que fue un error y que no era tu intención — El hombre continuó, frunciendo el ceño ante los gruñidos y ladridos del cachorro.

—Al único imbécil que he golpeado fue a alguien que no sabía que por algo se le llaman partes íntimas a lo que tenemos debajo de un pantalón — Mello recogió al cachorro en sus brazos, sabiendo que si lo dejaba, probablemente lo matarían.

—No seas moralista, tú sabes las necesidades y diversión que necesitamos nosotros los hombres — El hombre dijo con simpleza — Si lo que querías era participa, bastaba con esperar a que él terminara.

Sólo eso bastó para sentir que la sangre le hervía.

—Mira, imbécil, ese conocido tuyo se metió con algo que no debía así que te sugiero no me jodas más — Habló, agradeciendo tener el animal en las manos y de esa manera no lanzarse sobre el tipo.

—Deberías cuidar lo que dices — Una sonrisa burlista le inundó los labios — Cuídate, Mello.

—Púdrete — Le respondió, dando media vuelta y alejándose rápidamente del lugar, metiéndose entre los diferentes callejones para evitar que le siguieran.

~O~

— ¿Lo ves, pequeño idiota? Si les ladras así a esos imbéciles, terminarás lleno de plomo — Mello suspiró con resignación mientras el perro volvía a acurrucarse en sus brazos, ahora tenía un perro, oh joy!

Echó una última mirada hacia atrás para cerciorarse de que nadie le seguía, cuando no divisó a nadie abrió la puerta y entró.

— ¿Qué estás haciendo? — Le preguntó a Near quien se encontraba acuclillado frente a la puerta.

—La puerta tiene una abertura, no importa cuántas cerraduras le pongas, alguien que sepa, puede entrar — Dijo con simpleza, levantando la mirada a Mello y sorprendiéndose de ver el perro en sus brazos.

—Cuando tenga tiempo la arreglaré — Murmuró, dejando al animal en el piso y sonriendo levemente al ver el interés de Near — ¿Nunca habías visto un perro o qué?

—No tan de cerca — Near miraba al animal a los ojos y este, parecía devolverle la mirada. Estiro una mano hacia él y este empezó a olfatearla — Linda odiaba los perros.

—Ella odiaba todo lo que no fuera rosa — Mello siguió caminando, sintiendo que debía de moverse o terminaría por írsele encima a Near.

Near movió su mano hasta ponerla sobre la cabeza del animal — Es suave — Murmuró mientras lo acariciaba lentamente, el perro empezó a mover la cola y lamió su mano — Una sensación extraña.

— ¡Deja de analizarlo! — Mello gritó, haciendo que Near brincara en su lugar —Sólo déjate llevar por las sensaciones, no tienes por qué analizar cada una de ellas. 

Near agitó levemente la cabeza mientras volvía su atención al perro que tenía delante — No sé hacerlo — Susurró, más para sí que para que Mello lo escuchara y aun así, lo hizo.

—Sólo siente — Le dijo, cruzándose de brazos — Junta tus cosas, para que te vayas.

El albino se tensó, detuvo la caricia que le hacía en la cabeza al perro y la retrajo hasta su pecho — ¿Irme? — Su voz seguía siendo bastante baja.

—Pues sí, el gran L tiene que volver a su lugar de trabajo — Mello tampoco quería pero no quería seguir con esta confusión y juego. Se había convencido que Near sólo estaba confundido y que en el momento en que pusiera en orden sus pensamientos, volvería a ser el insoportable de siempre y le diría que debía de controlarse.

—No — Murmuró, observó como el perro se pegaba a él y lamía su mano y volvió a colocar su mano sobre su cabeza. No quería irse, se sentía diferente, libre, bien…feliz — No me iré.

— ¿Qué? ¿Piensas que te mantendré aquí?

«Detente»

—Puedo decirle a Lidner que mande mi dinero para acá.

— ¡Ese no es el punto!

«No quiero crearme falsas ilusiones»

—Mello… quiero quedarme aquí.

El rubio golpeó la pared con fuerza, haciendo saltar a los otros dos que se limitaron a observarlo. ¿Por qué tenía que ser así? Él lo había traído para restregar y demostrar que había logrado hacer algo más grande que él, que no importaba que siempre había sido el segundón, que al final, él había ganado. Sin embargo, todo se había alterado cuando había permitido que sus sentimientos le ganaran de nuevo.

— ¡Como sea! Quédate aquí, vete, haz lo que quieras con tu vida — Gritó, dando vuelta y metiéndose a otro cuarto.

Near dejó salir un largo suspiro mientras se ponía de pie — ¿Por qué quiero quedarme? — Preguntó en voz baja, queriendo que la respuesta le llegara de una vez por todas y él pudiera ordenar la locura en su cabeza. No se sentía seguro de nada, bueno, casi nada.

Lo único de lo que estaba seguro era que quería estar ahí… con Mello.

—Dime, Near. ¿Qué carajo quieres conseguir quedándote aquí? — La voz de Mello lo hizo dar un salto y por poco, pisarle la cola al pobre perro que tenía delante, ni siquiera se había dado cuenta del momento en que este había vuelto a la habitación.

«Solo siente»

—Creí que habías muerto. Siempre fuiste el único que me prestó atención en Wammy’s, siempre me molestabas o buscabas hacer algo que, de alguna manera, hacía que dejara de hacer lo rutinario de mi vida — Near comenzó, simplemente dejaba que las palabras revueltas y sin sentido para él, salieran — Cuando murió L, creí que me odiabas y de cierta manera, me resultó molesto que escaparas del orfanato sin decir nada.

— ¿Te importó? No me hagas reír, llamaste a L un perdedor y te importó poco lo que sucedía, simplemente adoptaste el título de sucesor y seguiste con tu vida normal — Mello se sentía confundido, sin embargo, decidió mostrarse firme, como siempre lo había sido.

 —Lo que sucedió con L salió de mi control, no sabía qué hacer cuando Roger no los dijo, simplemente pensé en ese dicho que nos mencionó alguna vez — Susurró — Todos me decían que llorara pero no lo hice, no sabía, no podía.

Mello recordó la noche anterior, donde le había escuchado y visto llorar como si fuera un niño pequeño — Es imposible que no sepas como llorar — Frunció el ceño.

—No lo sabía, hasta anoche supe que era llorar — Near se llevó una mano hasta la nariz, donde aún sentía dolor cada que la tocaba — Tú lograste calmar esa sensación.

— ¡Dime! — Mello gritó, queriendo saber a dónde iba con todo aquello.

—Me siento bien al estar aquí — Suspiró de nuevo — Después de que te creí muerto, me gusta pasar tiempo contigo — La voz casi se le había ido cuando dijo lo último y Mello tuvo que acercarse un poco para escucharle bien.

— ¿Por qué? — Preguntó casi sin voz — Deberías odiarme, por joderte la vida en Wammy’s y más aún, por secuestrarte con el fin de hacerte notar mi triunfo.

—No te odio — Los grises orbes se depositaron en los verdes de Mello — Me siento bien contigo.

—E-Eres un idiota, ¿Sabes? — Mello dejó que una sonrisa se escapara de sus labios «A la mierda la lógica» Pensó mientras caminaba hacia Near — Si te quedarás aquí, estarás bajo mis reglas.

—Si aportaré algo, también tengo derechos.

—Además de idiota, molesto — Mello le revolvió el cabello cuando pasó a su lado — Ya te dije, mi casa mi reglas.

—Velo por el lado lógico, técnicamente ya no será sólo tu casa — Near reprimió algo que conocía como risa al verlo rodar los ojos de exasperación.

—Tengo que comprar algo, ni tu ni él comen lo mismo que yo — Señaló con la vista al perro y a Near — No hagas tonterías.

Near lo observó salir y cerrar la puerta, él acercó una mesa a donde había visto la abertura menor, colocó un florero sobre ella como medida de seguridad, era lo único que se le ocurría como medida de seguridad — Vamos — Le hizo una seña al perro quien caminó tras él — ¿Dónde dormirá Mello? — Se preguntó mientras volvía a la habitación donde había permanecido todo ese tiempo — Sólo hay una cama…

Tomó la basura que había quedado en la cama y lo tiró al bote de basura que encontró en el pasillo, jaló las colchas para que quedaran “acomodadas” y que no se viera un total desastre. Tomó las cuerdas y cinta que Mello había dejado por ahí, haciéndole sentir un escalofrío. Cuando vio que la habitación lucía más ordenada, se sentó en la cama. Su estómago se sentía extraño al igual que su pecho, había sensaciones que nunca había sentido y estas eran agradables.

Salió de sus pensamientos cuando escuchó un ruido proveniente de la tierra, seguido del sonido de vidrio rompiéndose. Espero escuchar los gritos de Mello, preguntándole el por qué había dejado la mesa tan pegada pero no escuchó ni una voz, sólo le siguieron más golpes y el sonido de la mesa cayendo.

Near se levantó de la cama y caminó lentamente hasta la puerta y se asomó, en la puerta habían tres personas que en su vida había visto, permaneció levemente oculto, para que ellos no notaran su presencia, sabía que no era  para nada bueno.

—Debe de haber alguien — Una cuarta voz apareció, perteneciente a un hombre saliendo de la cocina.

Near tuvo que hacerse hacia atrás al verlo, su corazón se aceleró peligrosamente y tuvo que apoyarse en la pared. Aquel era el hombre que intentó abusar de él. Miró la habitación y vio al perro gruñendo levemente hacia el sonido — Calla — Le murmuró, lo que menos quería era que descubrieran dónde estaba. Miró el buró y notó su celular apoyado en él. Poniéndose de pie, camino lentamente y haciendo el menor ruido posible se acercó para tomarlo, las manos le temblaban y apenas y podía presionar las teclas para marcar el primero número que se le vino a la mente.

—Aquí estás — Near se paralizó al escuchar la voz justo detrás de él. El celular fue arrebatado de sus manos y le obligó a girarse para ver a la figura — Tenía razón, eres lindo.

—Lárguense — Dijo con un ligero temblor, caminando hacia atrás para alejarse lo más posible del hombre.

—Tu amigo o pareja hizo algo que merece un castigo — Otro hombre entró a la sala — Y tendremos que demostrarle que no es bueno golpear a la gente.

Near se aterró, odiaba esa sensación, miró a ambos hombres, sabiendo que afuera había dos más. Vio la ventana que había en el cuarto, notando que era demasiado pequeña como para que él pudiera caber, intentaba formular una vía de escape pero el miedo que sentía le impedía pensar con toda claridad. Finalmente optó por la más tonta y desesperada manera que pudo haber concebido, empujó al hombre frente a él y corrió hacia la puerta, obviamente fue detenido por el hombre que estaba cerca de la puerta, soltó un quejido cuando su barbilla chocó contra el piso y sintió el peso de un pie contra su espalda.

—Vamos, que esto apenas empezará.

[…]

Mello tomó varias cosas del estante mientras sus ojos permanecían perdidos en la lejanía ¿Viviría con Near de ahora en adelante? Que maldita locura se había hecho su vida.

—Llevaré esto — Dijo distraídamente mientras ponía las cosas sobre el mostrador. Sintió un jalón en el pantalón — ¿Qué estás haciendo aquí? — Mostró sorpresa al ver el perro jalándole.

—Que el perro no vaya a hacer desastres — El encargado dijo mientras metía las cosas a la bolsa.

— ¿Near te dejó salir? Ese tonto… — Murmuró mientras movía el pie para que dejara de jalarle, haciendo que el animal empezara ladrar, parecía nervioso y desesperado porque le siguiera.

La realidad golpeó a Mello como una cubetada de agua fría, levantó la mirada de golpe y salió corriendo de la tienda, ignorando los gritos del encargado.

Continuará…

 

Notas finales:

Antes de que quieran apalearme, dejen consigo un escudo. 

Por los comentarios que me dejaron en el capítulo anterior, sé que algun@s de ustedes sospecharon que algo estaba por pasarle a Near y bueno, en el siguiente se verá.

Veanlo por el lado positiivo... iban a vivir juntos.

Espero que le haya gustado y no olviden dejarme su opinión.

¡Nos leemos pronto!


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