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Trouble Town. por MitcheKiller117

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Notas del capitulo:

Aclaraciones:

—Diálogos.

Puntos a remarcar.

Xx — Cambios de escena.

¡A leer!

Y recuerden, por cada review que dejan, hay un momento bien ghei en el EXO Planet.

Capítulo VIII: “Suaves roces”.

 

“No soy un amigo.
Quiero ser un hombre para ti,
no soy sólo una persona,
soy la única persona que te protegerá.

No finjas que no sabes, levanta tu cabeza y mírame.
No evites mis ojos, no me puedo rendir contigo.

En la punta de sus blancas manos…
me derrito como chocolate”

— My Lady.

 

 

 

 

.

Cafetería, tarde del viernes 24 de enero.

 

Por decisión unánime, todos habían decido acompañar a LuHan hasta la cafetería para comprar un pastel y después dirigirse a casa de los Kim. Y todo porque según todos, ir sin un regalo previo era de mala educación.

Como eran tres, Lay sugirió comprar un pastel bastante grande y al llevar suficiente dinero, ni Kai ni Minseok pudieron negarse. LuHan les ayudó a elegir, nervioso y bajo la atenta mirada de un lujurioso SeHun.

Kai alzó una ceja, dándose cuenta de la presencia de su mejor amigo por primera vez, llamando la atención de los cinco presentes.

—Entonces no era broma lo de trabajar, ¿Uh?

SeHun le sonrió a su amigo, alzándose de hombros. —Nope, sabes que quiero ir a Seúl en verano.

El moreno asintió y se acercó al más alto para arreglarle la corbata bajo el absurdo y rosado delantal, ganándose una mirada sorprendida por parte de LuHan.

—Te ves ridículo. — Se mofó Kai.

SeHun frunció el ceño pero finalmente se echó a reír. — No tan ridículo como tú en el uniforme de la gasolinera el año pasado.

El moreno también se carcajeó, palmeando los hombros del de cabello colorido. — Tienes razón, hombre. ¡Pero eso era un secreto!

Minseok se les unió tímidamente. — Pero si te veías muy lindo, JongIn-ah.

El menor continuó riendo y Kai hizo un extraño mohín, cruzándose de brazos. — ¡No digas esas cosas, Minseok Hyung!

SeHun se colocó junto al aludido y lo despeinó cariñosamente. — Minseok Hyung, gracias por la foto que me pasaste de JongIn de bebé, la guardaré bien. Tenía un lindo traserito.

Los colores se le subieron al rostro al más moreno y puso una expresión inigualable que le sacó una carcajada a todos. Minseok lo tranquilizó con un ademán negativo de manos.

—¡Juro que no le he pasado nada!

—¡Yah! ¡Hombre! ¿De dónde la sacaste?

LuHan permaneció observando silenciosamente hasta que la mirada de SeHun cayó en él.

—¿Se conocen? — Espetó el más alto de los cinco, ignorando a su mejor amigo repentinamente.

Minseok le dedicó una mirada curiosa a ambos. — ¿Con LuHan?

El de melena colorida asintió y XiuMin también lo hizo. — E-Es mi… compañero de carrera, llevamos juntos algunos años.

LuHan se vio forzado a añadir. — Aunque comenzamos a tratarnos hace poco.

Minseok hizo un puchero. — ¡Pero LuHan-ee es muy especial!

SeHun se mordió el labio inferior, nervioso. Eso simplemente complicaba las cosas.

Conocía a Minseok Hyung desde que se había mudado a vivir con Kai. Finalmente, el chico era la cosa más adorable que sus ojos habían visto y de alguna manera, terminó prometiéndose a sí mismo que nunca en la vida sería capaz de hacerle daño, ya fuera de forma directa o indirecta. Y si Minseok se encariñaba con LuHan, el simplemente no podría usar y desechar al rubio sin romper esa promesa.

Las cartas sobre la mesa estaban peligrosamente cambiando de lugar y eso no le gustaba. SeHun detestaba por completo que sus planes se viesen frustrados, odiaba que las cosas no salieran como estaba planeado y definitivamente no le gustaba que lo sorprendieran.

Kai parpadeó, mirando atentamente a LuHan, lo apuntó con el dedo. — ¿Eres Xi LuHan?

El rubio asintió, sintiéndose repentinamente nervioso. ¿Cómo sabía ese chico su nombre?

JongIn lo miró y luego a SeHun. Luego a LuHan. Después a SeHun y un segundo más tarde se cubrió la boca, ocultando una maliciosa sonrisa.

—¿Cómo sabes? — Espetó un curioso Lay, que había permanecido en silencio mirando los pasteles dentro del refrigerador hasta entonces.

Kai se alzó de hombros y los miró divertido. — Yah, SeHunnie no ha parado de hablar de él en toda la semana~

Un sonrojo cubrió las mejillas del rubio.

SeHun chasqueó la lengua.

Minseok respiró con pesadez.

 

 

 

 

Xx

Casa de los adinerados Kim, antes de las cinco PM.

Viernes 24 de enero.

 

 

 

—Ah, eres tú.

Tao sonrió ampliamente para recibir a su nuevo invitado.

BaekHyun le devolvió el gesto, levantando la mano con la que sostenía una caja de pastelería para entregársela. ZiTao abrió la boca formando una perfecta “O”.

—¿Para nosotros? — Inquirió y el rubio más pequeño de estatura sonrió. — Has llegado temprano hoy.

Baek se alzó de hombros y se metió las manos a los bolsillos, preguntándose si el panda iba a invitarlo a pasar o iba a dejar que se congelara en las escaleras de la entrada.

—No tenía mucho que hacer y Chen no ha ido hoy a la Universidad, le traje apuntes y quiero que me ayude con la tarea que no entiendo. — Masculló, con los dientes comenzando a tintinear.

Tao se hizo a un lado, y se encogió a modo de disculpa por haberlo dejado tanto tiempo afuera. Baek se apresuró a entrar y sacarse las botas para nieve, quedando solamente en calcetines.

—¡Pero que novedad que tú no entiendas algo!

El Byun sonrió. — Si ya saben cómo soy, para qué me inscriben. —Espetó, levantando las manos.

Tao le ofreció unas pantunflas pero el mayor las rechazó, inclinándose solamente para acomodarse las calcetas con dibujos animados de perritos y gatitos.

—¡¿Quién era, Tao?! — Lo llamó SuHo desde la sala.

Tao se adentró en la habitación con la caja de pastel entre sus manos y una sonrisa en el rostro.

—¡JongDae debería faltar más a la escuela! ¡Baek nos ha traído pastel! — Chilló emocionado, volviéndose para dejar la caja en las manos del mayor nuevamente y corriendo alegremente hasta la cocina para traer platos.

Baek otra vez sonrió, con las mejillas todavía moradas por el frio y se acercó a la mesita de la sala en busca de calor, comenzando a apartar los libros de trabajo de los menores. KyungSoo, ya agotado, no se quejó, pensando que habían hecho suficiente por esa tarde.

Kris y SuHo ayudaron a despejar la mesa mientras JongDae se extendía sobre el sofá perezosamente y Tao volvió justo a tiempo con los platos.

—BaekHyun… Este ojón de aquí se llama KyungSoo. — Murmuró Chen con voz pesada, señalando al nombrado y el mayor de los aludidos abrió un hueco entre sus piernas para sentarse también.

—¿Qué hay, Kyungsoo?

El ojón le sonrió. — Hola, BaekHyun Hyung.

Una carcajada se escapó de los labios del rubio. — ¿Escuchaste qué feo suena eso? ¡Córtalo! ¡Solo Baek o algo!

Soo asintió avergonzado. — Hola, Baek. — Entonó y el mayor asintió, con los pulgares arriba.

—Ya conoces a omma, a Kris, a Tao, a mí y… — Chen se detuvo. — ¿A dónde carajos se fue el gigantón aquel?

Soo le sonrió, divertido. — Fue al baño, Chen. Estás muy distraído hoy.

El castaño universitario suspiró, llevándose una mano a la cien y masajeándose. — Estoy cansado.

Baek lo miró mal. — ¿Por qué no has ido a la escuela, holgazán? — Le espetó, golpeándolo en la cara con poca fuerza, mientras Tao abría la caja del pastel y comenzaba a cortarlo en trozos medianamente proporcionales.

—Ya no estás más en el instituto, rubio teñido.

Baek lo golpeó con más fuerza.

Chen frunció el ceño. — ¡Oye!

—Te lo mereces. — Baek se cruzó de brazos. — ¿Sabes qué Mr. Rosadito te estuvo buscando? — Una mueca se formó en sus labios. — Eres cruel, por lo menos pudiste avisarle.

Chen se recargó sobre sus codos, medio incorporándose. — ¿Y por qué tenía qué hacerlo?

Le dolía decir cosas como esa pero era necesario aclarar la mente de su nuevo amigo. No quería que la gente comenzara a malpensar su relación con Minseok porque no quería que nadie le tuviese lástima una vez que su Hyung comenzase una relación con Xi LuHan.

—¿Quién es Mr. Rosadito? — Curioseó Tao. — ¿Es a quien le mandas textos hasta tarde?

Chen se sonrojó, Baek asintió. KyungSoo los miró confundido, Kris sonrió y SuHo frunció el ceño.

—¡No es nadie! — Negó Chen, incorporándose todavía más, logrando que Baek encajara mejor en su parte del sofá.

—Ahora a los novios se les dice nadie~ — Canturreó el rubio menor, ganándose una mirada reprobatoria por parte de JoonMyun y un asentimiento de cabeza por parte de Kris.

—¡No es mi novio!

—¡No es su novio!

SuHo y Chen compartieron una mirada tensa.

—¿Quién no es novio de quién?

ChanYeol entró en la habitación con un aire distraído, secándose las manos en la parte superior de sus pantalones de colegio.

Todos los presentes guardaron silencio.

BaekHyun se incorporó de inmediato al escuchar su voz y lo miró de hito en hito. Finalmente el gigante también levantó la mirada, después de estremecerse y abrir los ojos agrandándolos más que un KyungSoo enojado.

—¡Tú! — Ambos se señalaron al mismo tiempo.

Baek se puso de pie. ChanYeol caminó hasta tenerlo frente a frente.

La riña comenzó.

—¡¿Tú qué carajos estás haciendo aquí?!

—¿Yo? ¡Tú! ¿Estás siguiéndome?

BaekHyun se mofó. — ¡Siguiéndote! ¿Yo a ti? ¡Ni que tuvieras tanta suerte!

—¡Mira mocoso, el único aquí con suerte eres tú por buscarme y haberme encontrado!

—¡Mira quién lo dice! ¡Si bien que me agarraste el trasero, aprovechado!

ChanYeol se llevó una mano al pecho, ofendido. — ¡¿Aprovechado yo?! ¡Serás tú el ofrecido!

—¡¿Me estás diciendo puta?!

—¿Qué? ¡¿Después de lo que hiciste te ofendería?!

BaekHyun frunció el ceño. — ¡Pues claro, idiota! ¡Yo soy un puto, no una puta!

Por un par de segundos todos permanecieron en total silencio. A Kris le divertía mucho la escena porque pese a no demostrarlo, todo lo que se relacionaba con BaekHyun le divertía bastante. SuHo no podía creer que hubiese tanta gente en su casa. KyungSoo terminó por entender que no era el único que había dado un gran paso con alguien, ya que al parecer ChanYeol se había manoseado con aquel chico, que también parecía ser el mismo con el que el gigante estaba sumamente molesto (y obsesionado, a su criterio). A Chen también le divertía Baek, pensaba que merecía sufrir por hacerlo sufrir a él y que mejor forma que siendo molestado por un enorme chico casi veinte centímetros más alto que él. Tao, por su parte estaba demasiado emocionado como para prestar atención a otra cosa, ¡ya era hora de que alguno de sus amigos tuviese novio por fin!

El gigante avanzó un paso más, inclinando la cabeza hacia abajo, casi rozando la nariz del otro de forma amenazante.

—¡Pues pareces una chica!

BaekHyun abrió la boca y respiró profundamente, evidentemente ofendido. — Retira eso, estúpido gigante.

El aludido sonrió de medio lado y meneó la cabeza en negación. — No quiero.

Las mejillas de Baek se abultaron ligeramente y su ceño se frunció aún más. — ¡Al menos no parezco un estúpido gigante de habichuelas mágicas!

El ceño de Chanyeol estaba por tocar sus propias mejillas de lo abajo que estaba. — ¡Pues al menos no ando por ahí ofreciéndomele a la gente! ¿Estabas muy necesitado, uh, Baek-ee?

El mayor infló los cachetes. — ¡Nadie está lo suficientemente necesitado como para querer que tú lo toques, Yeol-ee!

—¡Pues al parecer tu sí!

—¡Era una trampa estúpido!

—Admite que tu solo querías besarme, Baek-ee. Se te nota. Quieres besarme justo ahora.

El mayor se mofó. — El que quiere besarme aquí eres tú, estúpido Yeol-ee

Tao unió sus manos al frente y suspiró con los ojos brillosos. Todo había pasado muy rápido. De pronto incluso las formalidades se habían ido. Él quería ver ese beso, pagaría por ello, el ambiente era tan intenso, le fascinaba. Chen sacó su celular y se puso a filmar, las cosas estaban rápidamente subiendo de tono.

—Admítelo tú, mocoso.

—En tus sueños.

—Pues en los tuyos húmedos aparezco yo desnudo.

—Seguramente el que soñó que me la metía eras tú.

—¿Quién estaba hablando de meterla? —Se mofó el gigante, aproximándose todavía más —Seguramente el que está deseando que se la meta es otro.

—¡Cierra la boca!

—¡Cállame si puedes!

BaekHyun se impulsó hacía delante de puntitas amenazando con callarlo con un beso. El salón entero, Yeol incluido, se paralizó y guardo silencio.

Un milímetro más.

Un cabeceo en falso y todo estaría terminado.

ChanYeol de pronto se sintió sumamente nervioso. Tragó lentamente, esperando que el otro no pudiese notarlo. Podía tragarse su respiración, estaban compartiendo casi absolutamente todo. Y ese casi podría desvanecerse en un segundo si alguno de los dos así lo quería.

Sus labios fruncidos temblaron cuando los pies del otro se desbalancearon y amenazó con impulsarse al frente sin poder evitarlo.

El timbre volvió a sonar.

Baek perdió el equilibrio y ChanYeol terminó por sujetarlo por la cintura para que no cayera, girando el rostro.

Una corriente eléctrica recorrió la espina dorsal de ambos y desapareció en sus hombros. Fue algo leve y ligero, sus labios apenas habían alcanzado a sentir la textura de los otros cuando BaekHyun continuó la trayectoria de su caída, chocando su rostro contra el hombro del gigante y quedándose ahí.

Fue un roce, uno simple y que pasó totalmente desapercibido ante el público que estaban teniendo pero definitivamente no ante ellos.

Decepcionado, al no haber podido ver nada ZiTao estuvo a punto de ponerse de pie para volver a abrir la puerta. Sin embargo, JoonMyun, ya cansado de las escenas en su casa y del gentío se le adelantó.

—Dejen sus escenas románticas. — Canturreó, señalando a  los de la riña que permanecían terriblemente juntos, con las miradas atadas, mientras el timbre volvía a sonar. — Vooy~

SuHo arrastró los pies perezosamente y bajó el escaloncillo del umbral para después abrir la puerta.

Nada lo preparó para lo que sucedió.

Lay, que había estado pegando las narices a la puerta, desesperado porque ésta se abriera y las personas dentro le ofrecieran asiento ya que estaba muy cansado, se desequilibró cuando el mayor abrió repentinamente y terminó pegado a él.

SuHo respiró agitadamente.

YiXing no podía decir que olía demasiado bien. Ese día en particular había practicado demasiado, primero solo y luego en compañía de los aprendices del instituto, cerrando con broche de oro brindándole ayuda al empachoso de Kai.

Sin embargo, esa no fue la razón por la cual el rubio evidentemente teñido frunció el ceño. La razón fue que al bajar la mirada, se encontró nuevamente con los cordones desabrochados del bailarín.

—Yah, eres idiota. — Afirmó, sujetándolo por los hombros y apartándolo de su figura, inclinándose nuevamente para atarle los zapatos.

Deja vú. Yixing sintió como que eso ya había ocurrido.

Y era, obviamente, porque ya había ocurrido.

Terminada su labor, JoonMyun volvió a estar de pie y le dedicó una mirada ceñuda. Lay tragó. Cuando quiso acompañar a sus amiguitos, él no tenía ni idea de que estaban yendo a visitar a ese hombre tan grosero.

Molesto, el menor de ambos hizo un mohín y se cruzó de brazos. — No te metas en mi camino.

El mayor pero más bajo puso los ojos en blanco. — ¡Pero si esta es mi casa!

Las mejillas de Lay se tiñeron de rojo. — Pues no he venido a verte a ti.

SuHo alzó una ceja y se metió las manos a los bolsillos de sus carísimos jeans. —¿Ah no? No finjas, nos viste a mí y a Kris la otra noche. Has vuelto porque me encuentras irresistible, admítelo.

Yixing hizo una expresión graciosa y después se llevó las manos a la boca, riéndose en su cara. — YiFan hyung, no sé por qué él se junta contigo. — Le espetó, encogiéndose de hombros. — He venido con un amigo a visitar a su amigo, así que quítate e invítanos a pasar.

JoonMyun, que había estado muy ocupado solo prestándole atención al unicornio, ladeó la cabeza para mirar tras él. En los barandales de los escalones estaba recargado un moreno desconocido con uniforme de Instituto y justo detrás suyo, aquel curioso chico pelirrosa de la cafetería.

No pudo evitar entrecerrar los ojos y sintió su respiración se agitarse cuando preguntó. —¿Has venido a ver a Chen?

El muchacho, que parecía menor que él y de todas formas no lo era, asintió tímidamente. SuHo frunció el ceño y se recargó en la puerta, apartándose para dejarlos pasar.

Lay se echó a andar dando saltitos, deteniéndose en el umbral para sacarse los zapatos. Kai hizo lo mismo de una forma más tranquila. Y cuando Minseok se dispuso a seguirlos, JoonMyun lo detuvo, colocando una de sus manos sobre su pecho.

—¿Por qué has venido?

Minseok agachó el rostro, ciertamente entristecido. Estaba seguro de no agradarle al hermano mayor de JongDae y sin embargo, no creyó que fuese para tanto. JoonMyun, por su parte, también se sentía bastante triste y no era para menos, sabiendo todo lo que su hermano tenía que sufrir.

Los rosados labios del mayor se abrieron para hablar pero SuHo lo detuvo, apartando su mano de su pecho y agachando la cabeza, logrando que el flequillo le cubriera los ojos.

—No digas nada. — Pidió el rubio, señalando el interior de la casa con una cabezada. — Hace frío, entra.

XiuMin asintió rápidamente y se adentró de la misma forma en la casa.

SuHo suspiró y le siguió, cerrando la puerta tras de sí.

 

 

 

 

Xx

Cafetería, pasadas las cinco PM.

Viernes 24 de enero.

 

 

Después de que sus amigos se marchasen, LuHan había atinado a tomar asiento en una de las numerosas mesas vacías, llamando la atención de cierto muchacho de cabello colorido.

Luego de escuchar las palabras de Kai, el moreno amigo del empleado de aquel lugar, el corazón de LuHan no había podido dejar de palpitar con rapidez.

¿De verdad era tan importante para el chiquillo de Oh SeHun?

Pobre LuHan, que iba él a saber los planes ocultos del muchacho.

Ocultando tras el menú su vergüenza, el rubio miró indecisamente los postres. SeHun, cansado de esperar tras la barra que su único compañero decidiera aparecer para atender al ciervo por él, se dirigió a su mesa y sacando una desalineada libreta de su ridículo mandil rosado, se aclaró la voz.

Los ojos saltones del mayor se posaron sobre los suyos y un cosquilleo se apoderó de la boca del estómago del menor.

Era repugnante tener tantas ganas de besarlo y tener que aguantárselas, ahora no solo porque el mal pianista no estuviese dispuesto a cooperar, sino también por viejas promesas hechas sin tener ni idea de lo mucho que estaría deseando romperlas.

A diferencia de la mayoría de los días que se veían, LuHan le dedicó una amplia sonrisa y dejó el menú sobre la mesa para recargar los codos en ella y encajar su mentón entre sus manos con un aire bastante soñador.

—Así que… ¿Seúl?

El comentario sorprendió al Oh, comúnmente, el mayor nunca hablaba de otra cosa que no fuesen las delicias comestibles que él podía ofrecerle, a menos que fuese el mismo SeHun quien hiciese una pregunta.

Luego de un largo suspiro, el menor asintió. —Quiero comprar unas cosas y hacerme otro corte.

LuHan continuó sonriendo, arrugando las comisuras de sus labios. — ¿Tienes que esperar tanto para cambiar de look?

Una sonrisa juguetona abordó los pequeños labios del menor. — ¿No te gusto ahora, Hyung?

Las mejillas del chino no tardaron mucho tiempo en subir de tono. Nervioso, volvió a tomar el menú entre sus manos y al ver como fingía interés en leerlo, una sensación de satisfacción llenó el estómago del menor.

—¿Me recomiendas la tarta de fresa¡

Travieso, SeHun insistió. —La última vez que me vi al espejo estaba muy guapo. — Canturreó, ganándose un ceño fruncido por parte del otro. — Me he peinado diferente hoy, Hyung. ¿Lo has notado?

¿Hacía calor ahí?

LuHan sentía que sí. Joder, por supuesto que lo había notado.

—No sé de qué estás hablándome, yo te veo igual. — Mintió.

Las cuerdas bucales del menor vibraron cuando río, descolocando a LuHan, para quien esa risa era demasiado armónica y perfecta.

—La tarta de fresa está bien.

Dándose cuenta de que había sido suficiente por un día, LuHan dejó el menú nuevamente sobre la mesa y asintió, logrando que el de cabello colorido apuntara algo con su lapicero. LuHan no pudo dejar de notar que la tapa de éste estaba mordida, ni tampoco lo extrañamente arrugado de algunas hojas de su libreta.

En efecto, el chico en cuestión… El mismo por el que él estaba sintiéndose irremediablemente atraído, era un completo desastre.

—Enseguida se la traigo, señor.

El tono de voz utilizado por el más alto volvió a descolocar al chino.

Lo miró caminar hasta la cocina detrás de la barra y suspiró, sacando su tarea de la mochila. En realidad, aunque intentase concentrarse en las mal garabateadas notas que había escrito esa mañana, su mente nunca dejó de viajar hasta ese nuevo peinado colorido.

 

 

 

 

 

Xx

Casa de los adinerados Kim, pasadas las cinco PM.

Viernes 24 de enero.

 

 

Después de quitarse los zapatos y quedar únicamente en calcetas, Lay se adentró en la estancia del hogar como pedro por su casa.

Caminó por un pequeño pasillo y finalmente se encontró en la sala junto con un montón de personas. Sorprendido, se preguntó a sí mismo si los Kim estarían dando una fiesta o algo parecido. Si se detenía a pensarlo, tal vez por eso Minseok Hyung había traído consigo pastel.

Quién sabe.

Sin saber muy bien qué hacer, retrocedió un paso, llamando la atención de los presentes. Finalmente, Yixing atinó a sonreír y saludar con la mano.

—¡Hola! ¡Soy Yixing! — Canturreó con su actitud alegre.

Kris, que había permanecido muy ocupado comiéndose su trozo de pastel, se inclinó sobre el sofá para mirarlo y finalmente suspiró.

—¿Qué haces acá, Lay?

El aludido se emocionó al encontrar a su Hyung ahí mismo. —¡Yah! ¡Gege! — Vitoreó sin poder evitarlo, ganándose una mirada reprobatoria por parte del más alto por lo que volvió a retroceder con timidez. — Quiero decir, Hyung… ¿Qué haces tú aquí?

Ya con una media sonrisa a causa de la corrección, el nombrado se recargó nuevamente en el respaldo del sofá. — Te pregunté primero, Lay.

Habiéndose olvidado de ello, el unicornio sonrió e hizo ademán de restarle importancia. — Vine a ver a un tal JongDae.

El aludido frunció los labios, curioso y extrañado. — ¿A mí?

Lay fijó sus ojos en él al mismo tiempo que Kai aparecía al final del pasillo con un aire de superioridad y las manos en los bolsillos.

—Mira, Kai. Él es JongDae. — Lay parecía realmente divertido con conocer al chico, por lo que caminó hasta él y le despeino. —Hola, JongDae, estás muy guapo y pareces bien de salud.

Las mejillas del chico camello ardieron un instante y apartó la cabeza del agarre del bailarín. —Sé que eres Lay y que bailas como el demonio pero… ¿Qué haces aquí? — Espetó con cierto toque de incredulidad en la voz, luego, señaló a Kai. — ¿Y tú?

El moreno se encogió de hombros todavía sonriendo. —Vinimos a reclutarte. —Todos guardaron silencio — Para bailar…

El salón entero estalló en carcajadas.

—¡JongDae bailar! — ChanYeol, que todavía sostenía a BaekHyun por la cintura, no pudo evitar escandalizarse.

Kris, que normalmente era muy serio, se le unió. —¡Se han equivocado de casa, vuelvan por donde han venido!

Todos continuaron riendo hasta que JoonMyun volvió a hacer acto de presencia. Caminando ligeramente hacía el lugar que antiguamente había ocupado, junto al más alto de todos.

—Yah, dejen de decir estupideces. —Los silenció, y por un momento Tao pensó que estaba enojado. Luego agregó—Incluso yo bailo mejor que ese engendro del mal.

El salón volvió a estallar y JongDae se cruzó de brazos, haciendo un puchero. — ¡Yo sí que puedo bailar!

—Claro, JongDae y no tienes cara de camello. — Canturreó ChanYeol, que le había puesto ese apodo.

Antes de que todos pudiesen volver a echarse a reír, un ruido en el pasillo cautivo sus atenciones. La quijada de JongDae casi cae al piso al ver a Minseok ahí, torpemente parado, mirando la escena con los ojos ligeramente más abiertos que de costumbre y una caja de pastel entre sus manos.

JongIn se situó junto a él y luego señaló a uno de los dueños. —Era una simple broma, vinimos con Minseok Hyung porque estaba preocupado por ti.

Todos guardaron silencio y Lay añadió. — Aunque al parecer no tenía por qué estar preocupado.

JongDae se incorporó rápidamente, sin despegar sus ojos del de cabello rosa.

—M-Minseok…

—J-JongDae…

BaekHyun dio un giro de ciento ochenta grados sobre las puntas de sus pies, apartándose finalmente del agarre del gigante y de un salto se posicionó más cerca de los aludidos, mirándolos con estrellitas en sus ojos.

—¡Ha venido a verte porque estaba preocupado! — Chilló y como una bailarina profesional, Baek volvió a saltar sobre sus puntas hacia JongDae, golpeándolo en la cabeza y luego se deslizó al otro lado abalanzándose sobre el de cabello rosa, hasta el punto de asfixiarlo. —¡Taaan lindo!~

Chen no pudo evitar sentir su estómago revolverse y sentirse bastante celoso, por lo que rápidamente se puso de pie y a grandes zancadas fue a apartar a BaekHyun de su Seokie.

—Yah~ —Baek hizo un puchero adorable. — No tienes por qué ponerte celoso. Él y yo solo haríamos tortillas.

Minseok, inocente como siempre, no pudo evitar inquirir. — ¿Tortillas?

Chen se palmeó la frente con una mano mientras los demás dejaban escapar sonrisas de todo menos inocentes. BaekHyun se encogió.

—Pues sí, ya sabes, como tú y yo somos pasivas…

XiuMin se sonrojó violentamente al igual que ChanYeol. SuHo también se palmeó la frente y los demás se rieron.

—No le hagas caso, Seokie. — Chen dijo, ganándose una mirada reprobatoria por parte de Baek. — ¿Has traído pastel? Muchas gracias por venir.

Minseok respiró profundamente y asintió. — E-Es de chocolate.

Tao ensanchó su sonrisa, yendo hasta a ellos en cinco pasos rápidos y tremendamente grandes. — ¡Es el sabor favorito de Chen! — Exclamó, pasando sus brazos alrededor del cuerpo del de cabello rosa, en un abrazo. — He oído mucho hablar de ti… — Susurró en su oído.

El mayor de todos jugueteó con sus manos, rojo y nervioso.

Chen apartó a su medio hermano y guío a Minseok hasta el hueco en el sofá donde antes él se había sentado, invitándolo con un gesto de mano a tomar su lugar.

Baek puso las manos en sus caderas. — ¡No, no, no! — Lo detuvo, yendo hasta a ellos y lanzando a JongDae en el sofá, asegurándose después de sentar cuidadosamente a XiuMin encima suyo. — Así está mejor. — Canturreó, alejándose un par de pasos para admirar su obra de arte.

Celoso de que su hyung se sentase en las piernas de alguien más, Kai estuvo a punto de protestar cuando su mirada se detuvo en alguien más.

KyungSoo todavía estaba en el suelo. Y desde que había visto entrar al moreno en la estancia había agachado la cabeza, fijando su vista en sus pies como si fuesen la cosa más atractiva del mundo.

Le aterraba tener que enfrentarse a JongIn.  Le aterraba tener que verlo a sabiendas de lo que había ocurrido entre ambos y de que había estado evitándolo frente a todas esas personas y, aunque había pretendido no existir, había terminado acaparando la atención del más moreno, que sonrió gustoso. Al fin volvía a tener frente a frente a su presa.

O más bien frente a pelo, porque su Hyung no parecía tener ganas de levantar la mirada. Sintiéndose irremediablemente malévolo, no pudo evitar comentar.

—Ah, KyungSoo Hyung~ — Canturreó, logrando que la atención de todos se volviera hacía ellos. — Puedes venir a pequeñas fiestas pero no tienes tiempo de ir a trabajar. Yah, papá estaría muy decepcionado.

El aludido se estremeció y se vio forzado a levantar la mirada, encontrándose con los fijos ojos del moreno. No pudo responder aunque su boca se abrió. Kai siempre lograba dejarlo sin aliento.

ChanYeol, ya sabiendo lo que había pasado entre ambos, se apresuró a sentarse junto al ojón en el suelo. Kai lo miró y las cejas de ambos se fruncieron.

A Tao le brillaron los ojos.

—Ha venido a hacer tarea. — Espetó el gigante, pasando posesivamente uno de sus brazos sobre los hombros de KyungSoo.

Kai sonrió, suspicaz y estuvo a punto de comenzar una riña.

—Kim JongIn. — La voz de Minseok sonó dura e incluso Chen se impresionó. — No tienes por qué decir esas cosas, tú no conoces los motivos de Kyung-ah.

El moreno dejo caer los brazos en jarras y terminó asintiendo. —Vale.

La mirada del pelirrosa se intensifico.

—Lo siento. — Añadió JongIn, sentándose en el suelo donde había estado parado y comenzando a jugar con un cordón deshilado de sus calcetas.

Tao, que estaba sentado en el respaldo del Sofá, junto a Kris, se sintió muy emocionado por tener a los futuros novios de sus amigos en su sala.

Lay los miró a todos confundido y después a YiFan, que le sonrió levemente, por lo que al no encontrar lugar en otro lado y aprovechándose de la situación, el unicornio fue a sentarse junto a él, apartando a SuHo y rozando sus hombros.

No sabía exactamente por qué, pero le gustaba tocar a JoonMyun. El contacto era demasiado cálido y no soportaba verlo junto a su gege.

—Yah, YiFan, vayamos juntos a casa más tarde.

El rubio no pudo evitar suspirar y terminar asintiendo. El corazón de Tao se sintió frágil y fue a la cocina en busca de más platos, había alguien cercano a su gege, tan cercano que lo llamaba por su nombre chino y no por el apodo que todo el mundo solía usar en él. Mientras sacaba los platos de la alacena, el pobre panda se sintió nervioso, no quería perder a su Kris ge, mucho menos cuando todavía ni lo tenía.

SuHo frunció las cejas negras y se cruzó de brazos. A Yixing le gustó la sensación de sus pieles rozándose cálidamente.

Baek no podía creer que se sentía molesto de ver como el gigantón aquel abrazaba, aunque fuese por los hombros, a alguien que no fuese él. Enfurruñado, terminó sentándose también en el suelo, junto a aquel moreno de nombre JongIn.

Pretendiendo romper la repentina tensión en el ambiente, Soo se inclinó sobre la mesa, tomando la caja de pastel que los recién llegados habían traído consigo y abriéndola para comenzar a partirla.

—Se ve delicioso. —Comentó ChanYeol, todavía con hambre.

Minseok justo iba a comentar algo cuando Yixing se le adelantó.

—¡Oh, sí! Hemos pasado por la cafetería del centro, donde trabaja el amigo de Kai, SeHun a comprarlo.

Las cejas del más alto se fruncieron pero no dijo nada. KyungSoo asintió y comenzó a poner los trozos en los platos que Tao había traído consigo.

—Se han tomado muchas molestias. — Chen dijo y no pudo evitar rozar una de sus manos con la pierna derecha de Minseok, que estaba sobre las suyas.

Y sin detenerse a pensar cómo debía de hacerlo. Lo acarició, lenta y dulcemente. Recorriendo la textura de su suave piel desnuda, deseando que su Hyung usase shorts más seguido, por supuesto, solo si él podía verlo.

XiuMin se sonrojó al sentirlo y presionó los labios. Las manos de JongDae eran grandes y tenía los dedos largos. No pudo evitar pensar que había extrañado bastante el contacto de su cálida piel con la suya, lo necesitaba, tanto como respirar en ese momento y ya se le estaba volviendo difícil.

Los dedos de JongDae subieron un poco más, logrando que un suspiro placentero se escapara de los labios del pelirrosa. Un suspiro que, afortunadamente, nadie más que Chen pudo escuchar, porque justo en ese instante Kai comenzó a parlotear.

—Afortunadamente, LuHan se quedó en la cafetería, si él hubiese venido, no cabríamos aquí dentro.

Lay asintió, XiuMin intentó controlar su respiración.

Chen parpadeó repetidamente.

LuHan.

LuHan estuvo con Minseok.

LuHan.

Las caricias cesaron.

 

Notas finales:

JAJAJAJAJA, sé lo que deben estar pensando.

"Pinche culera" Y lo soy. Soy bien mala onda con ChenChen :( Pero ya les dije, el capítulo 9, o en este caso, el siguiente capítulo, es la recompenza.

¡Hola!

Primero que nada, debo agradecerles como siempre por sus reviews (que enseguida responderé), me hacen el día con sus comentarios ♥ Gracias por los +50, se les quiere mucho :3 Y una prueba de que se les quiere es que debería estar haciendo mis 50 problemas de cálculo y química pero en lugar de ello, estoy actualizando, ¿ven? ¡Los pinches amo! En fin, se viene una semana frustrante para mí pero eso no evitará que actualice, ya saben, en cinco días nos volvemos a leer.

Por otro lado les quería presumir que estoy bien feliz porque... ¡No fdlkjsfdgl inventen! Mi autora favorita en el mundo comentó varios de mis OS y ha dicho que uno de ellos es su favorito. Despiertenme, que estoy soñando :')

Varios anuncios~

Les dejo el fanfic que le hice como regalo a nadie en partícular por el cumpleaños de Chen, por si no lo han ustedes leido: Pequeño tonto.

Imagen recientemente hecha por mí sobre el Fanfic: ChenMin.

Espero que les haya gustado, en lo partícular a mi me gustó porque ya comienzan a interactuar todos.

¡Nos leemos!

XOXO.


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