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Trouble Town. por MitcheKiller117

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Notas del capitulo:

Aclaraciones:

 

Xx — Cambio de escena.

—     Diálogos.

    "Pensamientos"

"Mensajes de Texto"

                                “” — Otros puntos de interés.                          

.

¡A leer!

Capítulo II: “Insolente regalo”.

“In this trouble town troubles are found... Kick the bottom, make troubles flee. Smoke until our eyes would bleed”.

 

.

 

 

 

 

Faltando poco menos de cinco minutos para las seis de la tarde, KyungSoo se paró frente a la puerta de la acogedora casa de su profesor de Ciencias, el Señor Kim.

Nervioso, se planchó la ropa con las manos una y otra vez y se arregló el chaleco azul a juego con su camisa a cuadros de manga larga. Cualquiera juzgaría su estilo como ñoño y sin embargo, a él le parecía bastante cómodo y al no tener demasiado dinero como para apropiarse de mejores prendas, eso le bastaba.

Suspiró, peinándose antes de tocar la puerta.

No tardaron demasiado en recibirlo. El Profesor kim estaba parado en el mismo umbral con una sonrisa en el rostro. Atrás suyo, podía perfectamente apreciarse la alfombra y el inicio de uno de los sofás de la sala.

—Ah, KyungSoo, qué puntual. — Comentó el hombre, haciéndose a un lado para dejarlo pasar.

El aludido hizo una reverencia nerviosa y aferró bien su mochila a su espalda antes de entrar en la residencia.

El lugar no era humilde pero tampoco parecía el hogar de un adinerado profesor. Los sillones eran de cuero y la mesita del centro era de vidrio. A la derecha estaba la cocina de caoba oscura, todo era parte de un juego de tonos media noche. A Soo le gustó y sonrío, aprobándolo, logrando que el profesor asintiera de forma simpática y señalara un largo pasillo.

—JongIn está en su habitación, al fondo. Te estará esperando. — El hombre habló, dirigiendo sus pasos hasta la barra de la cocina.

El menor tragó y se armó de valor para echarse a andar solo y a la deriva.

—¡Ah, y KyungSoo! — Lo llamó el Señor Kim, logrando que se volviera para mirarlo. — Cuando la clase acabe, podremos hablar sobre tu pago.

Un intento de sonrisa se trazó en los labios del aludido y asintió, volviendo a caminar en dirección a la habitación de su nuevo alumno. Si KyungSoo se veía obligado a aceptar esa clase de trabajos, era meramente porque necesitaba dinero si quería ahorrar y poder entrar a la universidad. Y ese era un sueño que el de ojos grandes no pensaba dejar escapar.

Llegando al fondo del pasillo, el ojón miró dos puertas y no dudó demasiado en tocar una de roble oscuro y robusto, había un letrero en ella que decía: “No molestar”.

Al no obtener respuesta, el muchacho continuó tocando. Solo después de aproximados cinco minutos, la puerta se abrió, dejándolo con la boca abierta.

—¿Qué quieres?

Un sudoroso Kim JongIn estaba allí mismo.

KyungSoo había tenido la oportunidad de verlo en el instituto repetidas veces y nunca se había puesto tan nervioso como ahora. Claro, seguramente debía ser porque en el instituto lo veía de lejos y llevaba puesto el uniforme, en cambio ahí lo tenía justo en sus narices, vistiendo nada más que un simple, corto y ajustado bóxer negro mal acomodado.

El mayor carraspeó y levantó la mirada para ver al chico a la cara.

Kim JongIn tenía un rostro bastante masculino, casi esculpido por los mismos dioses griegos. Su piel era ligeramente tostada y tenía los labios rojizos y carnosos. La forma de sus hombros era semi cuadrada y había abdominales marcados en su estómago. Una “V” comenzaba a dibujarse en el final de su abdomen y viajaba más allá, abriéndole paso a sus torneadas piernas.

El menor levantó una ceja y sonrió victorioso al notar a su nuevo tutor nervioso. — He dicho que qué quieres. — Espetó con voz juguetona y se recargo de forma estratégica en el marco de la puerta, mirándolo de forma seductora.

Soo también levantó una ceja y le mostró su mejor expresión de asombro, que con sus ojos tan grandes, llegaba a ser bastante exagerada. — Darte clases.

JongIn sonrió travieso. — ¿Qué tipo de clases? — Inquirió, paseando uno de sus dedos sobre el chaleco azul de mayor, acariciando ligeramente su pecho.

Las mejillas del ojón se tiñeron de un rojo muy fuerte, sin embargo, apartó la mano del moreno y se adentró a paso veloz en la habitación. JongIn lo siguió sin quitar la sonrisa de su rostro y lo invitó a sentarse en su cama con un ademán de mano.

El mayor sin embargo se negó y terminó sentándose en la silla del escritorio del moreno, que suspiró.

Luego de sentarse, KyungSoo sacó un par de libros de su mochila y abrió uno de ellos sobre sus piernas. —Tu papá quiere que comencemos con algebra lineal. — Expuso, dispuesto a comenzar su clase.

JongIn se sentó en su cama, frente a él y recargó todo su peso sobre sus brazos, echándose para atrás. — ¿Cómo te llamas? — Le espetó y se mordió el labio inferior de forma sugerente.

Soo, sin embargo, continuó mirando su libro. — Soy Do KyungSoo… ¿Sabes cómo resolver ecuaciones con una sola incógnita?

El moreno se encogió de hombros y frunció los labios, molesto por no poder acaparar la atención de su aburrido tutor.

—No me interesan las ecuaciones, Hyung.

El chico Do se sonrojó al oírlo llamarlo de esa forma. No eran demasiadas las personas que se dirigían tan pronto a él con respeto, así hizo una mueca, celebrando secretamente una especie de victoria.

—¿Qué es eso?—JongIn apuntó su cara.

KyungSoo se palmeó el rostro como si tuviese una araña encima. — ¿Qué es qué? ¿Tengo algo? Quítamelo — la sola idea de tener algo le aterraba.

JongIn se acercó peligrosamente en dos pasos rápidos. Agachándose y dirigiendo su rostro al de su preocupado Hyung.

—Tienes unos labios muy bonitos. — Murmuró el menor.

KyungSoo tragó saliva al notar la cercanía y se cubrió la boca con sus manos, avergonzado, empezando a negar una y otra vez con la cabeza.

—¿No qué? — Inquirió el moreno, inclinándose un poco más, logrando que su aliento chocara contra las lechosas manos de su acompañante. — Se me antojan. — Confesó y se mordió el labio inferior una vez más intentando provocar a su inocente tutor.

El mayor terminó de ponerse rojo cual tomate y tomó el libro que mantenía entre sus piernas, colocándolo entre sus caras.

—Deja de jugar, Kim JongIn. Vamos a estudiar. — Musitó con la voz crispada por los nervios.

El menor se alejó y se tumbó sobre la cama, había fallado deliberadamente. — Empieza tú, si quieres. Te dije que no me interesan las ecuaciones.

KyungSoo suspiró y deseó que el menor se pusiera algo de ropa pues desde esa posición lograba verse bastante tentador. Buscó algo interesante en su libro, preocupándose por fallar de forma tan brutal en su primer día como tutor de JongIn.

—¿Qué te interesa entonces? — Espetó, pensando en el trinomio cuadrado perfecto o quizá en el binomio por monomio.

Una sonrisa placentera se dibujó entre los labios carnosos del menor cuando escuchó la pregunta y serpenteó las caderas, todavía echado sobre la cama. — El baile.

Su Hyung puso los ojos en blanco mientras el movía el cuerpo al ritmo de una música imaginaría.

KyungSoo suspiró.

Tratar de enseñarle a ese chico, ba a ser mucho más difícil de lo que pensaba.

 

 

 

Xx

 

 

 

A la hora de la cena, ZiTao se encargó de poner la mesa, como todas las noches.

Sin embargo, esa era particularmente especial.

Tao había escuchado a SuHo hablar con Chen sobre un invitado y eso lo hacía sentirse maravilloso, su corazón latía acelerado, deseando con la fuerza de su sangre siendo bombeada con fluidez que el acompañante de esa noche, fuese Kris.

Era por eso que deslizaba la vajilla sobre el comedor de fina y pulcra madera siendo cuidadoso mientras tarareaba una canción y movía sus pies ligeramente con sus técnicas Artes Marciales.

El timbre sonó justo cuando él terminaba de poner los palillos sobre la mesa y se sintió desfallecer. Solo entonces caminó con las manos en los bolsillos hasta la sala, tratando de calmarse y parecer totalmente tranquilo con un majestuoso toque de interés.

Su corazón se oprimió cuando al llegar a su destino, vio a Chen recibiendo a un rubio en la puerta. Un rubio más bajito que su hermano, un rubio que no era Kris.

Le fue inevitable fruncir los labios en un puchero. ¡No era Kris! ¡Joder! ¡Nunca tenía suerte!

Intentó desaparecer y marcharse discretamente a la cocina pero Chen logró verlo antes de que pudiese comenzar a andar.

—¡Hey, Tao! — Lo llamó y él suspiró antes de volverse para mirarlo. JongDae se acercó con el muchacho pisándole los talones. — Este es Byun BaekHyun.

ZiTao se sorprendió de que Chen invitase amigos a casa. Su hermano con frecuencia solía ser totalmente antisocial en la Universidad. De todas formas asintió y le dedicó una de sus mejores sonrisas al desconocido.

—Soy Huang ZiTao. — Habló y le extendió su mano.

BaekHyun, aunque extrañado por escuchar un apellido diferente, la tomó de inmediato y la sacudió. —BaekHyun.

Tao asintió y se soltó del agarre. — Tiffany ya debe estar terminando con la cena, vayan al comedor. Yo llamaré a Omma.

Chen asintió y se llevó a un Baek preguntón, que no dejaba de inquirir por qué se referían a SuHo como si fuese su madre, con él hasta el lugar acordado.

Minutos más tarde, se encontraban los cuatro reunidos en la mesa, agradeciendo por los alimentos y sintiéndose bendecidos por las apetecibles chuletas de cerdo que la cocinera había preparado y que estaban a punto de devorar.

—Gracias por invitarme, Omma. — Masculló BaekHyun en plan bromista, probando el delicioso platillo.

SuHo hizo ademán de restarle importancia, ya acostumbrado a eso y terminó de atascarse con su primera chuleta de la noche. —No es nada, es agradable tener visitas. Serás bienvenido siempre que quieras Baek-ee.

Baek sonrió y asintió. — Bien, no me gusta estar demasiado tiempo solo en casa de todas formas.

Tao, irremediablemente decepcionado pero siempre curioso, se fijó en Chen, que mantenía la mirada fija en sus manos bajo el mantel y se agachó discretamente para ver lo que sucedía. JongDae estaba tecleando de forma apresurada en su móvil, lo que le hizo pensar que estaba mandándose textos con alguien, Tao no pudo estar más extrañado cuando volvió a sentarse correctamente. JongDae tenía una sonrisa indescifrable bien marcada en los labios.

—¿Con quién te mandas mensajes, Chen? — Espetó, dejándose llevar por la curiosidad mientras probaba un bocado de arroz frito.

El aludido levantó la mirada y borró su sonrisa, hablando de forma nerviosa y dejando el móvil sobre la mesa. — Con nadie.

Baek sonrió malicioso y hundió su codo en las costillas del de sonrisa felina, que estaba a su lado mientras el teléfono de éste volvía a vibrar. —A JongDae le gusta el chico pelirosa~.  — Canturreó.

Tao se sintió mucho más curioso observando al aludido fulminar al invitado con la mirada y sentir la mesa retumbar. SuHo dejó caer los palillos sobre la mesa y tosió un poco, parecía realmente alarmado y solo consiguió llamar la atención de todos los presentes.

—¿Estás bien?

ZiTao se preocupó y le dio unas palmaditas en la espalda a su hermano mayor. JoonMyun asintió y le dedicó una mirada significativa a JongDae. — ¿Qué chico pelirosa?

El único de cabello castaño en la habitación se encogió de hombros. — Sabes muy bien de quien habla. — Gruñó, apenas tocando la comida. — Pero a mí no me gusta. — Añadió.

SuHo frunció el ceño. — Y mejor que sea así.

—¿Y por qué? — Tao indagó, ladeando la cabeza.

Chen suspiró y de igual forma frunció las cejas, mirando a su hermano con desaprobación. — ¿Y qué si me gustara? — Lo retó.

ZiTao hizo alboroto, dejando escapar de sus labios un prolongado “Uh”, Baek se le unió al instante con un silbido.

El rubio mayor negó varias veces con la cabeza y le sostuvo la mirada. — Es mayor que tú, JongDae, no sabes que mañas pueda tener.

El aludido río con cierto toque de amargura y se llevó una pequeña porción de arroz a la boca. — No lo conoces. — sentenció.

—No lo conoces, Omma. — Terció el entrometido de Tao, sin conseguir dispersar la tensión.

—¿Y tú sí?

JongDae volvió a fulminarlo con la mirada y asintió de mala gana. — ¿No puede gustarme por qué no tiene dinero, verdad? — Entonó, arrastrando las palabras.

Por primera vez, Tao guardó silencio. SuHo abrió la boca pero no respondió al instante. — Cállate, JongDae. — Escupió. Su ceño se  suavizó.

El nombrado dejó los palillos sobre la mesa y arrastró la silla hacía atrás, levantándose. — Me voy a mi cuarto. — Anunció y le dedicó una mirada a su invitado. — Te espero allá para hacer la tarea — apuntó, saliendo de su lugar y acomodando la silla — y más te vale venir solo.

Baek asintió sin problemas y continuó comiendo. ZiTao observó a su hermano marcharse y luego a su plato lleno, preocupado. SuHo exhaló de forma exageradamente profunda y continuó con la cena.

—Omma, Chennie apenas tocó su comida…

JoonMyun no lo dejó decir más. — Yah, come en silencio, Tao.

BaekHyun sonrió y masticó entre dientes,  terminando de sentirse incómodo. Ya recordaría otras noches no volver a mencionar al desconocido de extravagante pelo rosa.

 

 

 

Xx

 

 

 

XiuMin no tenía el mejor de los teléfonos celulares.

Sin embargo, recientemente había descubierto que desde el suyo bien podía descargar ese tal WhatsApp para hablar con sus conocidos. Luego de explorarlo y pensar por un buen rato, llegó a la conclusión que no tenía demasiados y estuvo a punto de desinstalar la aplicación esa noche mientras terminaba sus deberes de notas musicales.

Sin embargo, un mensaje nuevo lo detuvo.

Le sorprendió que no fuese de Telcel como solían ser y al sentir la constante vibración del aparato, decidió investigar por qué había una notificación con el  icono del teléfono verde en su barra de inicio.

Entonces lo abrió y se dio cuenta de que era un mensaje de WhatsApp de un número desconocido.

“Hola~”.

Deslizó su dedo sobre la pantalla y logró ver el perfil de la persona.

+52453*******

Últ. Vez hoy a las 8:22 PM

Estado                                                 2 DE ENERO.

Always one. Never broken.

Teléfono.

Llamar a Personalizar.

A XiuMin le interesó su fotografía, por lo cual la clickeó para hacerla más grande y poder verla mejor.

JongDae, el muchacho con el que había compartido papas fritas ese día en el almuerzo, le sonreía desde la foto. Estaba siendo cariñosamente abrazado por dos rubios, uno más alto y otro de su estatura, que también sonreían a la cámara. A Minseok le pareció una foto bastante tierna, por lo que volvió y se apresuró a teclear una respuesta.

“Hola” Escribió y mandó al instante. Se preguntó si sonaría demasiado seco y se atrevió a añadir un: “:D”

Un segundo más tarde obtuvo respuesta.

“¿Sabes quién soy, no?~ ¿Qué haces? :3”

XiuMin se emocionó al leer la cara del gatito y se detuvo a pensar en la sonrisa felina de JongDae. Le encantaba, sabía que no era quién para mencionarlo, sin embargo, el gesto del menor le parecía algo demasiado adorable como para dejar pasar por alto.

“Sí, eres JongDae. Vi tu foto, estoy haciendo mis deberes, ¿qué hay de ti? :D”

“Me veo guapísimo, ¿verdad? Estoy ‘cenando en familia’ pero es muy aburrido”.

Un nuevo mensaje llegó “¿Pensaste en lo que te dije?”

Minseok suspiró y se recargó sobre su escritorio. JongDae le había propuesto ayuda con LuHan, después de explicarle que era demasiado obvio mirando al rubio. XiuMin se había quedado sin palabras y le había pedido que esperara por una respuesta.  Eso había sido claramente ridículo, realmente no había mucho que pensar, no era como si el menor le hubiese pedido estar en una relación o algo así.

Dejó pasar unos minutos y tecleó su respuesta, dudoso.

“¿Qué obtienes tu a cambio?”

JongDae, en cambio, tardó nanosegundos en contestar: “Tu felicidad :3”

El corazón del mayor latió acelerado pero negó con la cabeza, incrédulo. “¿Eso es todo?”

“¿Y qué más?” Agregó.

Pasó un segundo y nada ocurrió. Ese segundo se convirtió en un minuto, luego en dos. Pasados diez minutos, XiuMin descubrió que en verdad y por primera vez, estaba ansioso por una respuesta y se preguntó a sí mismo si debería enviar otro mensaje para saber si el menor estaba bien o se había molestado por su interrogatorio.

Sin embargo, cuando ya estaba tecleando algo más, pasados doce minutos y cuarenta y cinco segundos con exactitud, el otro respondió.

“Más nada”

Minseok borró lo que había estado escribiendo y decidió que le creería: “Mmmn, está bien”

“¡Genial! Nos reunimos mañana para hablar de eso, Seokie~”.

Minseok se sonrojó hasta las orejas y volvió a leer el mensaje una y otra vez. No solo el menor le estaba proponiendo que se encontraran al día siguiente, sino que tenía un apodo para él. Sin creérselo del todo y sintiéndose un tanto incómodo al no poder descifrar todas las sensaciones que el otro le provocaba, escribió:

“¿Seokie?”

“¿Te molesta?”

XiuMin lo pensó por un segundo: “No realmente”

“Bien, Seokie~, te veo mañana entonces XOXO”.

El corazón del mayor volvió a palpitar como si acabara de correr una maratón y deslizó sus ojos sobre el mensaje mil veces. JongDae le había enviado besos y abrazos al cuadrado. Con las manos sudorosas y no queriendo que la conversación terminara, Minseok tecleó

“¿Cómo conseguiste mi número?”

“;)”

“Me das miedo.”

“No seas rudo conmigo, Seokie~. Te veo mañana”

“JongDae espera…”

XiuMin lo meditó pero a final de cuentas decidió comentarlo: “¿En verdad quieres verme mañana?”

Lo que recibió fueron un montón de caritas amarillas con los labios parados y un corazón, seguido de un breve: “Claro que sí. Buenas noches, Seokie~~”.

Le había enviado besos.

Muchos besos.

Minseok apartó el móvil, ordenó sus cosas en el escritorio, preparó su mochila para el día siguiente y tomó una toalla, preparándose para ducharse.

Tardó más de la cuenta en la regadera y por más que el agua helada caía sobre su cuerpo, su cara no dejó de estar caliente. Y por alguna razón que todavía no era capaz de interpretar, esa noche el pelirosa fue a dormir muy nervioso y por primera vez, no era culpa de Xi LuHan.

 

 

 

Xx

 

 

 

Cuando BaekHyun salió de casa de los Kim, pasaban de las diez.

A sabiendas de que no habría más transporte publico funcionando, el rubio se aventuró a caminar por las calles de esa tediosa ciudad pequeña.

Le desagradaba del todo.

Las calles eran demasiado pintorescas y acogedoras para su gusto. Las personas se reunían dentro de sus casas para demostrarse afecto y dejaban las cortinas corridas para que le mundo se enterara. A Baek no le gustaba eso para nada, las personas de por ahí no parecían tener ni la menor idea de lo que la palabra “Privacidad” quería decir.

“Estúpida gente feliz” pensó.

No era que él fuese un amargado. ¡Qué va! A él le encataba vivir la vida loca y era obvio que todas esas personas no tenían ni puta idea de lo que eso significaba y eso solo lograba enfurecerlo más. Baek jamás había experimentado la clase de felicidad de la que ellos gozaban y estaba cien por ciento seguro de que ellos no conocían la suya, no era envidia. Por supuesto que no podía ser envidia.

Con las manos en los bolsillos de su caro abrigo Gucci, Baek llegó a la plaza. Todavía era invierno y aunque a penas Diciembre se había ido, los días helados no parecían tener fin. A paso tentativo y dudoso, se dirigió a la fuente de la pequeña placita y se asomó para ver el agua.

Pese a ser un adolescente en descontrol, desde niño a Baek le encantaban los pequeños detalles como el agua salpicando su ropa. Inhalo el aroma profundamente y se sentó en el borde de la fuente, disfrutando el momento de paz.

Lamentablemente duró muy poco, pues algunos presuntuosos niños que todavía pasaban el rato con sus familias fuera de sus casas, corrían de un lado a otro con sus chillonas y escandalosas voces gritando tonterías.

Baek frunció el ceño y sumergió su mano en el bolsillo trasero de su pantalón, sacando un paquete de cigarrillos. Frustrado, se llevó uno a la boca mientras hacía fuego con el encendedor.

La primera calada llegó a sus pulmones y exhaló el humo, perdiéndose en su profundidad. Baek disfrutaba demasiado fumar, se le había vuelto una adicción años atrás, al probar su primer cigarrillo.

Cerró los ojos y pretendió no estar ahí, sino de vuelta en su adorado Seúl.

Como todo en esa ciudad, su fantasía terminó pronto.

Alguien se había atrevido a sujetarlo por un hombro y eso lo descolocó, provocando que entreabriera sus ojos, amenazante. No le gustó para nada encontrarse con un sujeto mucho más alto que él justo enfrente, mirándolo mal.

—¿Podrías apagar tu cigarrillo? — Le espetó y retrocedió un paso para señalar a los niños que corrían de aquí para allá — Hay pequeños aquí. — Señaló.

A BaekHyun le molestó que más que una petición, la pregunta del más alto sonara como una orden. Se levantó e inmediatamente se arrepintió, el sujeto medía por lo menos quince centímetros más que él, realmente era intimidante. Sin embargo, el rubio se puso de puntitas y se atrevió a reír con cinismo.

—No. — Contestó en tono altanero. — Estoy en un lugar público y puedo hacer lo que se me venga en gana. — Masculló, golpeando el pecho del desconocido con su dedo índice. — Ahora, si me disculpas…

El muchacho alto frunció el ceño y los labios, sacando las manos de su al parecer cálido abrigo. — No te disculpo —Gruñó, tenía unos dientes muy bonitos. — Y apaga tu puto cigarro. —Acotó bastante cortante.

BaekHyun levantó las cejas dos veces seguidas con actitud retadora y se encogió de hombros, volviendo a darle una calada profunda al cigarro y poniéndose nuevamente de puntitas para soltar el aire tóxico en las narices de su acompañante.

—¿Y sí no quiero?

El gigante gruñó y lo tomó por la fuerza del brazo. BaekHyun cerró los ojos sin borrar la sonrisa de su rostro, esperando por el golpe. Ya estaba perfectamente acostumbrado a recibir una paliza por ser tan altanero, aunque por supuesto, eso era en Seúl, ya borracho, siempre logrando meterse en problemas por su actitud.

Sin embargo el golpe nunca llegó, cuando abrió los ojos, el individuo le había arrebatado el cigarrillo y ahora se encargaba de pisotearlo con sus enormes botas mientras le sonreía.

—Te lo advertí. — Murmuró, encogiéndose de hombros en señal de victoria y dándose la vuelta.

BaekHyun, que literalmente estaba que echaba humo, sacó un nuevo cigarro y se lo llevó a la boca, sin encenderlo. — Tengo más, mocoso. — Pronunció, retando al de orejas grandes.

El gigante se volvió y lo miró exasperado. El sujeto rubio se veía menor que él y de todas formas lo llamaba “mocoso”. — Tú eres el mocoso, mírate. Fumando y pretendiendo ser la gran cosa. — Escupió, derrochando desprecio.

Baek mordió el cigarrillo sin darse cuenta e hizo una mueca al saborear la nicotina en su lengua, asqueado. — No tienes ni puta idea.

El de orejas grandes se encogió de hombros. — Créeme que no me importa. Fuma todo lo que quieras y deja que se te pudran los pulmones… — Siseó, viéndole con desdén. — Ese es problema tuyo. Pero hazlo en tu casa, no vengas a joderles los órganos a los niños.

Baek pronunció una sonrisa burlona en sus labios y caminó hasta el gigante. — Oh, claro que fumaré lo que quiera pero también lo haré donde quiera. — Canturreó, volviendo a golpear el pecho del más alto con su índice.

—¿Chanyeol?

Una niña pequeña se les acercó, curiosa. Por su estatura, parecía tener no más de diez años. Usaba un suéter y lentes de armazón grueso. Llevaba el cabello recogido en dos trenzas y a ojos de cualquiera era bastante adorable.

El gigante apartó a BaekHyun de un empujón y se agachó para quedar a la altura de la niña.

—¿Qué pasa, Yura?

La niña se estremeció cuando una corriente de aire sopló y miró al más alto haciendo un puchero. — Tengo frio, Chanyeol.

El aludido se quitó rápidamente el abrigo y se lo puso a la pequeña, quedando solamente con el saco del Instituto. Baek bufó y se llevó las manos a los bolsillos, el tipo sí era un mocoso después de todo y la niña, de orejas y ojos gigantones, se veía ridícula con un abrigo tan grande.

—Vas por ahí dando lecciones de vida cuando tú eres un crío con una hija. — Baek murmuró con sorna mientras se abrigaba.

Chanyeol se volvió hacía él y lo fulminó con la mirada, dispuesto a responderle. Sin embargo, la pequeña lo tomó de la mano y se le adelantó. — Soy su hermana, Yura. ¿Eres amigo de Chanyeol?

Baek entornó una ceja en dirección a la niña y puso los ojos en blanco. — No lo soy, niña. — Le espetó, sacándose el cigarrillo de la boca. — Ya me iba, solo quería dejarle un regalito a tu hermanito.

La pequeña asintió, emocionada. Baek, que odiaba a los niños, avanzó un paso hasta el más alto y colocó su cigarro en la bolsa del saco del colegio del menor, sonriendo de forma retorcida.

—Fúmatelo y relájate. — Habló bajito. — Te hará ver lo feliz de la vida.

Baek se marchó un segundo después, caminando calle abajo luego de salir de la plaza.

Le ponía de malas que críos como aquel no conocieran la gran experiencia de fumarse un cigarrillo y si anduviesen criticándolo por ahí. Fumar era maravilloso para él porque le hacía olvidar sus penas y su vida de mierda.

Esa noche se metió en la cama, molesto y con el estómago revuelto.

El tal Chanyeol realmente lo había puesto de malas. Se revolvió entre las sabanas, intentando conciliar el sueño sin tener mucho éxito. De pronto se encontró a sí mismo mirando el techo y recordando un montón de cosas que había hecho mal en los últimos años.

Suspiró y cerró los ojos.

Hacía frío y como ya era costumbre, estaba solo.

 

 

Xx

 

 

Notas finales:

¡Hey, hola!


Estoy pero si requeté contra feliz :D


Primero que nada, les agradezco un montón por haber comentado. Yo creí que no iba a pasar ni de los dos Reviews pero ustedes hicieron posible que tuviese más de cinco por lo cual aquí estoy, cumpliendo con mi promesa y actualizando en sábado.


Quería compartir con ustedes mi felicidad TT.TT ¡Quedé en la universidad! Están ustedes leyendo a una futura Ingeniera :D Chacachachan, agárrate Chen, tienes competencia(? Ahno, a ver si no acabo como el tocino :C En fin, el jueves fue un gran día para mí pues, obtuve mis resultados y además la SM sacó el primer Theaser de SJ7, y ¡Se llamará MAMACITA! Ay deoj, es que yo amo a mis Super Viejos y ¡ave maría purísima! Son unos vaqueros bien requeté contra sensuales. Estoy como que al triple de contenta aunque nerviosa, ya el Lunes inicio otra etapa de mi vida, ¡La uni! Omaiga ;_;


Dejando un poco mi felicidad de lado, leyendo sus comentarios me di cuenta de que tienen muchas expectativas en esta historia ;_; expectativas que agradezco y espero cumplir. ¡Me esforzaré! En verdad que lo haré, ustedes solo tienen que apoyarme comentando sus opiniones y yo les daré lo que quieren, ¡BaekYeol, ChenMin, KrisTao, KaiSoo, HunHan y SuLay hard! :3


Bueno, ya han conocido a Kai :D en el próximo les espera el Thehun y quizá LuHan, yehet :B ¡Primer encuentro ChanBaek! Y los mensajitos ChenMin, AYAYA aquí huele a pastel recién horneado.


¡La pregunta del día! ¿Quién es su EXO bias? :O


¡Espero que tengan un hermoso fin dé y un excelente inicio de semana! Mucha suerte a los que inician clases como yo y a los que van ya por su segunda semana también ;)


Actualizaré el Jueves porque se me hizo lo mejor, pero si me dejan igual de comentarios, igual y subo antes, de forma que nos leemos hasta entonces ;D


¡Cariños y mucho amors!


XOXO.


 


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