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La misma fuerza por golddie

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Notas del fanfic:

Disclaimer: B.A.P. no me pertence, ni a ninguna de sus fans, son almas libres hasta lo que TSEntertainment permita.

{!} No me gusta escribir de estos temas(?), pero salió solo, así que solo les pido que lo lean con discreción.

Jongup piensa que todas las cosas están en un continuo y delicado equilibrio. Las personas, sus decisiones, la economía, las relaciones, los impuestos de su banco pero, sobre todo, los términos abstractos que no se pueden palpar en la realidad, mas toman forma en el sentir: el odio, la tristeza, la alegría.

El amor.

Es por eso que Jongup pensaba que nada estaba escrito, o no de la forma en que haría un ser superior preocupándose por hace inconsecuentemente millonario a un ladrón o infeliz a una persona que se dedique a la caridad. Todo, o gran parte de lo que ofrecía la vida estaba en la mesa y eran las decisiones que las personas tomaban las que hacían que ese continuo equilibrio no se perdiese.

Era causa-efecto, problema-solución, la causa incial del mundo: hasta que no suceda, no puedes asegurar que sabías que iba a suceder.

Es por eso que Jongup no puede decir que sabía que justamente ese día iba a abrir la puerta de su pequeño departamento cerca de las 3 de la mañana y Daehyun lo iba a estar mirando desde el otro lado. Ojos brillantes (quizás por lágrimas, o quizás porque Daehyun siempre tenía sus ojos un poco más brillantes y llenos de vida que las demás personas), preguntándole si podía entrar un momento.

El menor –Jongup, solo podía decir que no estaba tan sorprendido a lo que estaría si hubiera sido otro día, otra persona y a otra hora.

Lo que está bien y lo que está mal era tan abstracto como la razón de por qué no tenía que dejar que Daehyun lo aprisionara contra la pared y le besara apasionadamente; con una fuerza que su usual naturaleza divertida no dejaba ver.

Tal vez ambas cosas estaban decididas por la misma fuerza.

Jongup pasa sus manos por la piel de Daehyun, sin poder encontrar el espacio en su memoria que le dijera que siempre fue así de suave, sus abdominales habían perdido algo de forma por el pasar del tiempo (lo que era normal) al igual que sus brazos, pero seguía siendo Daehyun, con tez bronceada y desesperados toques donde sea que pudiera tocar y que respiraba ruidosamente por la nariz cuando le besaba con deseo.

Tan pronto como Jongup pensó que sucedería (pero no podía decir que lo sabía), llegaron a su habitación.

Estaba oscuro, las luces de la ciudad que entraban por la ventana apenas dejaban ver los cuerpos luchando por quitarse sus ropas y que no pareciera una oscuridad con sonidos de personas, casi embrujada. Estaban ahí.

La ropa interior del menor fue quitada rápidamente de sus caderas, y Jongup más sintió que vio cómo Daehyun se ponía de rodillas y lo tomaba en su boca, y en su memoria no podía recordar lo bien que eso se sentía. Daehyun era bueno en muchas cosas, pero no mucho en sexo oral, sin embargo,  Jongup disfrutaba. Porque era Daehyun quien lo hacía.

Daehyun le escuchaba suspirar y gemir calladamente, y no resistió tomar la mano del otro y dejarla sobre su cabello. Quería que Jongup lo controlara.

Tal acción sacó un gemido un poco más altos que los demás, pero Jongup se adaptó rápido y comenzó a embestir contra el rostro de Daehyun, mientras este gemía contra su ya dura virilidad.

El menor no podía verlo, pero podía casi asegurar que Daehyun estaba tocándose sobre su ropa interior, y la imagen mental hizo que diera un respingo. Separó a Daehyun de él y le puso de pie, besándolo nuevamente y poniéndolo sobre la cama.

Daehyun ya estaba desnudo y Jongup no tardó en separar sus piernas, y solo entonces deseó que hubiera un poco más de luz, porque el mayor siempre se veía de manera muy sensual de esa forma, quería ver cómo su erección estaba enrojecida, cómo sus muslos temblaban por el trato que Jongup le daba para prepararlo, cómo relamía sus labios y cerraba sus ojos en concentración.

En un momento, Jongup detuvo todo movimiento y le miró a los ojos, a pesar de que por la poca luz no pudiera verlos muy bien.

“¿Qué ocurre?”, inquirió el mayor.

“Detenme ahora si no quieres esto”, susurró el otro muchacho seriamente, “si no lo haces ahora, no podré detenerme luego”, advirtió.

Daehyun rió suavemente.

“Te quiero dentro mío, Jongup”, le aseguró, atrayendo sus labios para besarlos con deseo. Luego de esas palabras, el menor pareció no querer seguir moviéndose por un buen rato, como si estuviera pensando en qué hacer.

Hasta que Daehyun le sintió entrar.

“Ah, Jonguppie”, musitó inclinándose un poco hacia adelante por la sorpresa. El aludido le buscó a ciegas para poder besarlo mientras se estaba quieto, esperando a que el mayor se acostumbrase a su tamaño. Daehyun pasó sus manos por el cuello y hombros y espalda del menor, tocando todo lo posible y encontrando tranquilidad en tocarlo así.

Ritmo fue lento y despedían amor de los poros, hasta que Jongup le dijo al otro que se volteara. Daehyun así lo hizo, obediente cuando tenía que hacerlo y le convenía. Jongup sujetó sus caderas para entrar en él, no sin antes pasar la punta de su miembro por la extensión de piel que Daehyun le ofrecía. El simple roce le tenía vuelto loco.

Entonces, Daehyun sintió que el otro lo tomaba de su pecho y lo movía hacia atrás. Pronto entendió lo que Jongup quería, por lo que recargó su espalda contra el pecho del menor y separó sus piernas, afirmando su peso con sus rodillas. Sus manos se fueron hacia atrás y acariciaron el cabello del menor, soltando un fuerte grito cuando el mismo se movió un poco en su interior. En esa posición, Jongup podía entrar aún más y Daehyun lo sentía demasiado bien.

La penetración tenía que hacerse entre la fuerza de brazos de Jongup para levantar al otro cuerpo y el movimiento sincronizado de sus caderas, pero en definitiva, se sentía muy bien. Jongup podía tocar a Daehyun libremente de esa forma y el mismo no podía estar más que complacido, ya que, también, podía inclinar su rostro hacia un lado y tener esos labios sobre los suyos, que cuando no estaban besándolo, mordían, besaban y lamían la piel de su cuello y hombros.

Todo era demasiado intenso y Daehyun se encontraba a sí mismo intentando abrir más sus piernas para que Jongup le penetrara aún más adentro, se encontraba a sí mismo gritando el nombre el hombro tras él que ya había perdido la gentileza hace unos cuantos minutos, y se encontraba a sí mismo disfrutándolo.

Sin importar si estuviese mal.

Porque se sentía muy bien.

Daehyun terminó con un grito que Jongup intentó acallar poniendo su mano en su boca: eran las tres de la mañana y vivía en un complejo de departamentos, después de todo. La fuerza de su orgasmo le hizo perder la fuerza sobre el resto de su cuerpo y se volvió hacia adelante, con su cabeza sobre el colchón pero con su trasero aún levantado solo porque sus piernas estaban en cierta posición que no necesitaba fuerza para mantenerlas ahí.

Jongup seguía entrando en él y Daehyun le observaba desde abajo, gimiendo cada vez que entraba por la sobre estimulación a pesar de que ya hubiera eyaculado.

El menor seguía haciéndolo sentir bien, a pesar de que no pudiera manifestarlo como correspondía.

“Jonguppie”, le llamó Daehyun entre suspiros. El menor le miró, abriendo los ojos y de pronto sintiéndose mal por seguir embistiendo al muchacho a pesar de que él ya hubiera terminado, pero le faltaba muy poco para poder llegar a su orgasmo.

“Dime”, musitó, concentrándose en el placer y poder dejar el cuerpo del otro.

Vio a Daehyun sonreírle a penas, pero de manera cómplice.

“Jonguppie”, volvió a llamarlo, esta vez con un tono de voz más alto, “oh, Jongup, Jonguppie”, soltó, sonando muy erótico a los oídos del aludido.

Daehyun le sintió salir y gruñó un poco por la rudeza del movimiento. Vio a Jongup masturbarse sobre su espalda baja y volvió a llamarlo con su voz sensual, haciendo que el chico pronto terminara sobre su piel, y Daehyun tomó orgullo por el grito que soltó.

Ya pudiendo recostarse mejor, Jongup lo abrazó de inmediato, pero el otro lo apartó un poco.

“Tengo que ir al baño”, le dijo, intentando moverse hacia el final de la cama y poder encaminarse hasta allá, pero los brazos de Jongup lo volvieron a traer a su lado, abrazándole por detrás.

“Espera un poco”, le pidió, “quiero abrazarte”, alegó.

Daehyun rió un poco.

“Acabas de hacer un poco más que solo abrazarme”, le respondió, volteándose un poco para poder besarlo suavemente en los labios y ponerse de pie.

Jongup bufó ante la pérdida pero decidió que era buena idea acomodar la cama para que pudieran dormir por la noche: pues dudaba que Daehyun se fuera a ir.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuando Daehyun despertó al día siguiente, de inmediato observó alrededor y gruñó un poco. Seguía algo adolorido, pero los brazos de Jongup sobre su cuerpo lo hacía sentir ligeramente mejor. Se sentó en la cama y acarició el cabello del otro muchacho un momento.

“Voy a la ducha”, le avisó.

Jongup despertó un poco y puso una de sus manos sobre la que el mayor mantenía en su cabello.

“¿Estas adolorido?”, le preguntó con voz perezosa. Daehyun rió un poco.

“No, solo que debo irme ya”, le explicó, poniéndose de pie. Jongup no soltó la mano del otro hasta que su brazo estuvo totalmente extendido y el otro le soltó también.

Mientras Daehyun estaba en la ducha, Jongup decidió preparar el desayuno. Se levantó y buscó algo de ropa para encaminarse a su cocina y preparar lo que sea que hubiera.

Como si fuese nada fuera de la usual, ambos comieron en armonía. Conversaron de pequeñas cosas, evitando, por supuesto, ese tema.

Daehyun estaba más fresco después de la ducha, y notó una pequeña marca en su cuello. Una que él había dejado ahí.

“Siento eso”, dijo Jongup, refiriéndose al chupón de su cuello.

El mayor hizo un gesto con la mano, restándole importancia.

“No te preocupes”.

Pero Jongup se preocupaba.

Daehyun agradeció la comida y la hospitalidad de Jongup antes de salir por la puerta, no sin darle un pequeño beso antes. Jongup lo vio irse tan rápido como llegó la noche anterior.

Y, ya desaparecido tras la puerta, Jongup no podía evitar preocuparse. Después de todo, todo funcionaba bajo cierto equilibrio, y ese tipo de cosas podían arruinar el delicado balance de los asuntos.

Después de todo, Daehyun tenía a una esposa e hijos que enfrentar al llegar a casa. 

 

Notas finales:

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comentarios o favoritos son siempre apreciados<3, ojalá les haya gustado a pesar del final pero quería hacerlo bien dramático, huehue. esta idea salió de la nada, y como no había escrito DaeJong, pues aquí hice uno ;;<3


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