Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un paso hacia un lugar equivocado por ShaRMYbee

[Reviews - 24]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

— Llegó la visita para el paciente 68, doctora Lee.

— Déjenlos pasar a la sala 24, busquen el paciente en Recreación 3 y llévenlo a su habitación correspondiente.

— Entendido señora, avisaré a los encargados para que escolten cuidadosamente a los chicos.

— Me parece bien, YeoNomg.

La chica de cabellos dorados caminó hasta la sala de estar, encontrándose con 8 personas que esperaban indicaciones.

— Vengan, pasarán a la sala 24.

Caminaron siguiendo a la chica, cada uno de ellos sentía los nervios a flor de piel, tratando de no demostrarlo para lograr que la visita sea un poco más amena.

— Kookie… —un chico rubio tomó la espalda del joven con cabello morado.

— Estoy bien, amor… No te preocupes… —Le dedicó una pequeña sonrisa a YoonGi, pensando que ello lograría tranquilizarlo.

 

-.-.-.-.-

 

JiMin seguía en la sala de estar, disfrutando de la televisión que había quedado a su completa merced, haciendo caso omiso a los ruidos que provenían desde el final del pasillo.

El teléfono fijo comenzó a sonar.

Frunciendo un poco el ceño por tener que pararse cuando ya había logrado acomodarse, se levantó a regañadientes, caminando hasta la mesita en donde estaba el aparato. Con su diestra le bajó el volumen al programa de variedades que estaba viendo, descolgando el teléfono con la contraria.

— ¿Bueno?

— ¿JiMin-ah? —Una voz ronca y conocida se escuchó desde el otro lado de la línea.

— Oh, señor Kim… Buenas tardes… —Habló cortésmente, animándose al ver que era alguien conocido.

— Buenas tardes, JiMin-ah. ¿Cómo estás?

— Muy bien, gracias. ¿Y usted? ¿Cómo se encuentra la señora Kim?

— Ambos muy bien… —hubo un momento de silencio, en el que el hombre mayor suspiró—. Pero necesitamos hablar con TaeHyung. —JiMin se tensó, sabiendo que eso sería algo muy difícil de conseguir.

— Ah… T-TaeHyung… —mordió nerviosamente sus labios.

— Sí, él. ¿Podrías llamarlo, por favor? —En su voz se notaba un deje de desesperación, en serio deseando que su hijo hablara con ellos.

— Disculpe un momento, iré a llamarlo, ¿sí? —Medio mintió, medio prometió.

Dejó el teléfono descolgado, el auricular volteado hacia arriba. Comenzó a caminar hacia las habitaciones, encontrándose con la puerta del final del pasillo (la del baño) a medio abrir, con algunas cosas tiradas dentro, agua fuera y dentro del lugar. Levantó una ceja denotando confusión. ¿Qué había ocurrido ahí? Decidió ignorar ese detalle por el momento y cambió de dirección hacia el cuarto de los maknaes.

Se detuvo a dos segundos de tocar la puerta, encontrándose cerrada. Bajó su mano y acercó su oído, tratando de escuchar lo que ocurría ahí dentro.

— ¡Hyung! Hyung, mírame. —Se escuchaba la desesperada voz del maknae, rogando por algo a TaeHyung.

— ¡¿Por qué sigues llamándome así?! —Su tono era demandante y lograba escucharse un poco más gangoso que de costumbre... ¿Acaso estaría llorando?

— TaeHyung hyung… Soy yo. ¿No puedes verme?

Pensó que era un muy mal momento para interrumpir, así que con las mismas, dio medio vuelta sobre sus talones y regresó a la sala, tomando el celular entre su mano.

— ¿Y bien? —Un deje de esperanza se dejó escuchar en la voz del padre de TaeHyung.

— Lo siento… Él… Está durmiendo en este momento. —Excusó, tratando de no preocupar a los señores—. Es que salimos un rato y jugamos un poco de básquet —rió falsamente—. Supongo que eso logró cansarlo un poco.

Sin embargo, él no era bueno mintiendo, y el señor Kim lo notó.

— No quiere hablar con nosotros, ¿cierto? —Pronunció en un suspiro, logrando tensar a JiMin.

— B-Bueno… —pasó su mano por su nuca, sintiéndose avergonzado por ser descubierto.

— Tranquilo, JiMin-ah, no ocurre nada. De todas formas nos imaginábamos que no tenía ganas de hablar con nosotros. —El menor se mantuvo callado un momento más, no estando seguro de qué más decir—. Sólo quisiera que le dijeras algo de nuestra parte.

— Con mucho gusto.

— Bueno… La verdad es que los demás también deberían de saber eso… Pero no estoy muy seguro si ahora o-

—    Usted sólo diga lo que tenga que decir. —Apresuró desesperado, sintiendo un extraño mal presentimiento en sus entrañas.

— JiMin-ah, te encuentro un tanto ansioso. —Comentó el señor con un toque de extrañeza en su voz.

— Ah, lo siento Señor Kim, es sólo que estoy un poco preocupado por el estado de TaeHyung…

— Bueno, esto es algo que quisiéramos decirle a todos de una vez. ¿Será que podamos verlos en algún lado?

El peli-negro alzó ambas cejas denotando sorpresa, sin embargo trató de no mostrarlo cuando hablara.

— Por supuesto, le diré a los chicos… No creo que haya ningún inconveniente con TaeHyung —“tomando en cuenta que ahora está pasando por una crisis”, pensó—. De todas formas, si algo ocurre, nosotros nos encargaremos. —Aseguró.

— Muy bien, entonces nos vemos mañana en el almuerzo. Hasta entonces, JiMin-ah. —Se despidió, el menor correspondiendo antes de cortar la llamada.

Soltó un pesado suspiro. Esperaba no haber tomado una mala decisión en nombre de todos.

Volvió a tomar asiento en el sillón a la mitad del sofá, aún un poco aturdido por lo que acababa de pasar.

 

.-.-.-.

— Entonces señores, ¿tenemos un trato? —Elevó la ceja derecha, extendiendo el brazo correspondiente en un ofrecimiento a un apretón de manos.

— Me parece correcto, señor Kim. —El hombre mayor aceptó el gesto, sonriendo sutilmente mientras su asistente preparaba el papeleo.

Eran las 10:45 de la mañana y NamJoon salía sonriente de la oficina del director de BigHit. Acababa de firmar un contrato, el que lo amarraba como solista en dicha empresa, al menos por los siguientes 4 años.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando una voz conocida lo llamaba desde atrás:

— ¡NamJoon! —Volteó lentamente la cabeza, encontrándose con su antiguo mánager.

— ¡Hyug! ¿Qué tal...? —Sonrió mientras saludaba con un apretón de manos.

— Pues, digamos que las cosas siguen como pueden… ¿Y tú? ¿Cómo te fue con el cierre del contrato?

— Estás hablando con el MC que sacará su primer álbum en solitario en tan solo unos meses.

— ¿En serio? ¡Felicidades!

Y después de un momento más de charla y justo antes de despedirse, el mayor recordó una importante noticia.

— Oh, es cierto. Contigo es con quien necesitaba hablar.

NamJoon arqueó levemente una ceja: — ¿Conmigo? ¿Sobre qué?

— Es algo que tiene que ver contigo y el resto de los chicos.

— ¿Qué es lo que pasa con nosotros?

— Bueno, pues… —Pasó la diestra sobando la nuca; no buscaba las palabras exactas—. Como tú sabes, ustedes ya no son un grupo de la BigHit, así que la empresa mandó comunicarles algo.

— Habla ya, sólo haces que mis nervios se alteren.

Había perdido ya la paciencia y por lo tanto, dijo algo no muy cortés de su parte, y al darse cuenta por la represiva mirada del mayor, pidió disculpas bajando un poco la cabeza, en señal de reverencia.

— Como decía, el departamento en donde se encuentran le pertenece a la empresa, después de todo, ésta se encarga de pagar su estadía, y al no generarle ingresos… tendrían que devolvérsela.

El moreno razonó durante unos segundos, comenzando a pesar en posibles soluciones.

— Ya veo…

— Sin embargo —NamJoon levantó la vista, prestándole de nuevo toda su atención—, al tomar en cuenta la manera en que ustedes abandonaron el grupo, les dieron la oportunidad de dos meses más, mientras se reorganizan y toman decisiones.

Después de un distraído asentimiento de cabeza y una despedida más que nada formal, NamJoon al fin salió del edificio

Era ya pasada la una de la tarde cuando llegó al departamento. Buscó en sus bolsillos la llave de la puerta principal.  “Demonios…”, tocó tres veces con el puño cuando se rindió en seguir buscando; segundos después, la puerta fue abierta por el mayor de los seis.

— ¡Hola! —Saludó animado, haciéndose a un lado para dejarlo pasar.

— Hola… —Respondió con la voz desanimada, caminando lentamente hacia la sala, para sentase en uno de los sofás.

El semblante que traía le preocupó. Estaba al tanto de que quería conseguir un contrato para su carrera en solitario y que hoy sería el día definitivo. Cerró la puerta y se acercó al mueble, sentándose a su lado.

— ¿Qué fue lo que pasó? —Temía preguntar directamente. ¿Sería un golpe bajo si lo hacía?—. ¿No…? ¿No firmaron el contrato?

RapMon Salió de sus pensamientos, notando el tono triste que el mayor usaba. Volteó rápidamente hacia él, con una sonrisa sincera dibujada en sus labios.

— ¡Lo firmaron!

— ¡Sabía que lo harían! —Sonrió de igual manera—. Te dije que confiaras en ti y en el tiempo que llevas en la empresa. —No pudo controlar sus impulsos y se acercó a abrazarlo son un poco más de fuerza que las necesarias—. Muchas felicidades…

NamJoon dejó caer sus manos en las cintura ajena, sonriendo cuando sintió el cuerpo del mayor tan cerca del suyo.

— Gracias. —Contestó casi en un susurro. Inconscientemente soltó un pequeño suspiro, justo antes de sentir que Jin deshacía el abrazo, acomodándose de nuevo frente a él.

— Y entonces… ¿Por qué entraste con esa cara larga? ¿Acaso querías asustarme? —Hizo un gesto de fingida indignación, haciendo reír un poco al moreno.

— No, no fue por eso; es que igual traigo malas noticias.

— ¿Malas noticias? —Jin regresó a su semblante serio, su completa atención sobre el menor—. ¿Algo mal en el contrato?

— No, no, no es respecto a mí… Bueno, no del todo. Es acerca de nosotros. —No supo por qué, pero sintió que Jin se tensaba un poco, así que intentó especificar más sus palabras—. Me refiero a nosotros como grupo.

— Ah, ya veo…

— Sí, y… no estoy seguro si decírtelo ahora o mejor cuando estén todos.

— Kim NamJoon… No sé qué es lo que te ocurre si piensas que puedes dejarme con algo a medias.

Sonrió sutilmente. Sabía que algo así iba a decirle.

Le contó todo con prácticamente las mismas palabras, pero alargando un poco más la explicación en uno que otro detalle.

— Ya me temía que estaban tardando demasiado…

— ¿Tardando?

— Sí, me refiero a que ya había pensado antes todo eso de que ya no pertenecemos a la empresa, por eso me extrañaba que nos dejaran quedarnos a vivir aquí después de tiempo. Ya vamos por casi un año, ¿no lo has notado?

Y fue cuando NamJoon contó los meses. Había pasado mucho tiempo desde aquel incidente, pero no se había dado cuenta por los problemas con los que ahora cargaba.

— Supongo… Que han tenido una excepción con nosotros.

— En realidad, he tenido una teoría.

— ¿Teoría? —Frunció leve el ceño. ¿Y ahora en qué cosas pensaba su hyung?

Terminó explicándole que la empresa tal vez tenía planes futuros para todos ellos, o más que nada para la mayoría.

Y ahora todo encajaba.

 

.-.-.-.

 

— Prefiero ir en el asiento de adelante.

— Pero, hyung, ahí es donde va RapMon hyung.

— De todas formas alguien de nosotros tiene que manejar, ese seré yo. Así que no sigas rezongando, JiMin, y siéntate en mi lado.

El menor tronó la boca por lo bajo, obedeciendo a YoonGi y sentándose en el que sería su lado.

— Hola hyung… —Saludó el maknae en voz baja, casi cansada, mientras Jin escuchaba música con sus audífonos, a un lado de ellos.

— Hola Kookie… —Saludó de igual manera, aún un tanto molesto por la pelea con Suga. ¿Por qué no había querido ir-?

— ¿Y YoonGi hyung? ¿No debería ir aquí?

— N-No… Él va a manejar…

Y fue entonces cuando lo entendió. Había notado que desde el día anterior YoonGi intentaba evitar a JungKook lo más que pudiese, cuando antes no quería apartarse de su lado. ¿Acaso había ocurrido algo entre ellos dos?

El auto comenzó a avanzar, en dirección al restaurante donde se encontrarían con los padres de TaeHyung. Al llegar, YoonGi estacionó el auto para que todos bajaran y fueran al encuentro, dentro del restaurante ya se encontraban el señor y la señora Kim.

— Buenas tardes. —Saludaron los 5 al unísono, tomando asiento después de hacer una pequeña reverencia.

Los recibieron con una sonrisa amable, comenzando con una tranquila conversación sobre lo que había pasado con ellos y su hijo. Ordenó cada quien su comida, siguiendo con el almuerzo mientras aún no tocaban el punto principal de la reunión. Iban a dar las 4 de la tarde y tenían que pasar por TaeHyung a las 4:30 (hora en que terminaba su terapia).

— No nos queda nada más que agradecerles por cuidar de nuestro hijo de esa manera… —dijo su madre—, si no fuera porque… no quiere vernos, nos haríamos cargo nosotros, pero como ven-

— Ya, no tiene por qué seguir preocupándose, señora Kim —le interrumpió Jin—. TaeHyung es nuestro amigo, lo hacemos por convicción. —El semblante de los padres de TaeHyung cambió por un momento.

— Señor y señora Kim —Interrumpió JiMin—, me habían dicho que tenían algo importante para todos nosotros…

— Y así es, JiMin-ah. Es sólo que no buscamos cómo decirlo.

— No se preocupen —Comentó Jin—. Nosotros entenderemos. —El señor Kim suspiró antes de comenzar a hablar.

— ¿Han notado algo extraño a TaeHyung? Quiero decir, ¿notan que su comportamiento cambie…, para bien o para mal?

— Sí… —Contestó JungKook en un susurro, su vista perdida en algún punto sobre la mesa.

— Los médicos nos han dicho que su tratamiento no está sirviendo de mucho… Lamentablemente, dicen que incluso su estado mental se ha deteriorado un poco más los últimos meses.

— Y es por eso —Continuó la señora Kim— que nos han recomendado seguir con otro tipo de medidas… Nos dijeron que si no aceptábamos, tratarían de al menos controlar a TaeHyung para que los estragos no sigan avanzando, pero que no aseguraban nada… Y si aceptábamos, recibiría una mejor medicación, estaría seguro que no avanzaría, pero… —Sus ojos se veían cristalinos, estaba a punto de llorar, y fue por ello que su voz se entrecortó.

— Para ello tendríamos que ingresarlo en un hospital psiquiátrico.

Todos se quedaron callados, completamente sorprendidos debido a la noticia. Nunca pensaron que su caso fuera tan grave como para tener que acudir a esa medida… JungKook, por su parte, había confirmado su teoría. Todo lo que sospechaba acerca de su amigo era cierto. No era sólo él que pensaba que estaba empeorando, e incluso le dio ganas de recriminar a YoonGi porque no le haya creído cuando se lo dijo, pero sabía que eso no tendría sentido.

El señor Kim se encargaba de tranquilizar a su esposa, mientras los chicos. Se despedían de ellos. Ninguno pidió explicaciones, más que nada por estar aun procesando la noticia.

Se dirigieron al hospital para pasar con TaeHyung y luego regresar al departamento. El peli-naranja notaba una pequeña tensión entre sus amigos, sin embargo no preguntó… pensaba que era debido a su culpa y a los pequeños estragos de memoria que no podía recordar. Algo habría hecho en alguno de esos espacios de tiempo…

 

-.-.-.

 

Había pasado una semana y los padres de TaeHyung decidieron que lo mejor que podrían hacer esa internarlo, así que le avisaron a los chicos, y éstos se preparaban para pasar un último fin de semana con su amigo.

YoonGi no volvió a dirigirle la palabra ni a él ni a JungKook, encerrándose en su habitación la mayor parte del tiempo, tratando de ocupar su mente para no dejarse llevar por sus sentimientos. Sin embargo, el mismo día que TaeHyung tenía que irse, el maknae decidió que ya no podía soportarlo más. Le dolía que lo esquivase y que ya no se llevaran tan bien como antes. Necesitaba alguien con quien hablar, con quién estar… Lo necesitaba a él.

— ¡YoonGi hyung! —Le habló justo antes que entrara en su habitación, haciendo que el mayor se tensase por milésimas de segundo antes de contestar con fingida voz desinteresada:

— ¿Qué quieres?

— Necesito hablar contigo.

— ¿No podemos hacerlo luego? Ahora estoy ocupado componiendo algunas cosas y… —Había abierto la puerta de su cuarto, esperando el momento oportuno para entrar y encerrarse, empero, el menor fue más rápido y le bloqueó la entrada.

— No. Necesito hablar contigo ahora.

YoonGi suspiró derrotado, cruzando sus brazos y adoptando una actitud a la defensiva, esperando lo que sea que el menor quería decirle.

— ¿Y bien?

— ¿Por qué me ignoras?

— No te ignoro.

— Claro que lo haces. Antes estábamos casi todo el día juntos, y ahora no quieres ni verme. —Mantenía el ceño fruncido, molesto; sin embargo a YoonGi le parecía un gesto tierno, y no soportaría la corta distancia entre ambos por más tiempo.

— Es sólo que estado ocupado, ¿sí? Y si eso es lo único que quieres decirme, me disculpas, pero tengo que seguir… —Intentó apartarlo del camino pero JungKook no se quitaba, impidiendo que pasara a su habitación.

— Hyung, te conozco… Sé que no es por eso… —Había cambiado el tono de su voz, sus facciones ya no se notaban tensas, sino preocupadas.

— ¿Dices conocerme? Bien, entonces veamos. ¿Por qué crees tú que te “estoy ignorando”?

— Por TaeHyung.

— Ah, claro. Sí, Kook, sí… Me conoces demasiado. —Usó un tono sarcástico, tratando de seguir evitando el tema antes que el menor supiera lo que sentía por él.

— ¿Acaso estoy equivocado? ¿No es por eso que dejaste de hablarme? Desde que ocurrió ese incidente en el baño, cuando pensaste algo erróneamente de nosotros y me hablaste fríamente… Desde eso ya no me hablas, así que tengo la teoría de que es por culpa de TaeHyung y que tú creas que somos novios o algo así…

— Estás equivocado… —Susurró apartando la mirada para que no vea en sus ojos que estaba mintiendo.

— Oh, ¿en serio? —El tono de voz había disminuido, incluso percibiéndose como decepcionado. Bajó la cabeza, observando únicamente sus propios dedos entrelazándose nerviosamente. ¿Se había equivocado esta vez?—. Habría jurado que… —“que estabas celoso de él, que incluso habrías empezado a sentir algo por mí, que podrías corresponder mis sentimientos”. Pensó seguir, sin embargo no consiguió el valor suficiente para hacerlo.

Se apartó de la entrada, dejándole el camino libre a YoonGi, quien se extrañó por su repentina “derrota”. Conocía a JungKook como alguien necio, que no se conformaría con cualquier tipo de respuesta, y de eso había temido, que le saque la verdad con sus insistencias… Sin embargo, esta vez no fue así.

— ¿Kook? ¿Estás…? —Percibió un espasmo del menor, quien aún permanecía con el rostro gacho. Se inclinó un poco para asegurarse si lo que estaba pensando era cierto o no; y lamentablemente lo era. JungKook estaba llorando, ¿por qué? No estaba seguro, sólo sabía que era su culpa.

— N-No pasa nada… —Respondió rápidamente, tratando de deshacerse de los rastros que comenzaban a surcar sus mejillas—. E-Es sólo que me había creado tontas ilusiones. ¿Puedes creerlo? Debería dejar de distorsionar la realidad a mi gusto, como creer que tú podrías tener celos de TaeHyung porque “gracias al universo” sientes lo mismo por mí que yo por ti. Pero es más que obvio que no es cierto, porque ¿cómo podría ser eso cierto? A ti no te gustan los hombres, haz pasado tiempo conmigo simplemente porque yo estoy detrás de ti fastidiándote, has hecho todas esas bromas de nosotros porque simplemente te agrada molestarme, la vez que me besaste no fue porque querías sólo que la situación lo ameritaba y no había de otra… —hablaba demasiado rápido, tanto que YoonGi se sentía un poco mareado, sin embargo pudo entender sus palabras, y una pequeña corriente de frío atravesó su cuerpo. Su pequeño estaba sacando conclusiones equivocadas.

— Kook… Kook… ¡Kook! —Logró sacarlo de sus ensoñaciones, tomando su rostro entre sus manos para que lo viera fijamente a los ojos—. Cálmate… No tienes por qué estar diciendo todo eso, ¿sí? —Esperó unos segundos antes de suspirar—. ¿Quieres saber por qué te he estado evitando? —JungKook asintió suavemente, analizando el rostro ajeno.

YoonGi hizo lo mismo durante unos segundos antes de terminar de acercar sus rostros, sus labios encontrándose con los ajenos en un beso.

El maknae se quedó quieto, asombrado, pero conforme los labios del mayor fueron moviéndose sobre los suyos, sintió la demasiada libertad como para corresponderle.

— Por esto… —Susurró cuando se separaron—. Kookie, tenías razón… Yo, me sentí celoso de TaeHyung y me dolía verte con él… Es por eso que trataba de evitarte.

El menor tardó unos segundos en reaccionar, respondiendo con un  suave golpe sobre el brazo ajeno.

— Hyung, eres un idiota, ¿sabías? —YoonGi simplemente soltó una pequeña carcajada.

— JungKookie… Sabes que no soy el mejor demostrando mis sentimientos…

— Jm. Tengo una mejor manera para que demuestre sus sentimientos. —Sugirió con una sonrisa de lado, gesto que el más bajito imitó.

— ¿Y cuál sería esa manera?

— Esta… —Juntó de nuevo sus labios, comenzando a besarlos lentamente mientras sus pies los guiaban torpemente hacia el interior de la habitación, a la cual, YoonGi le colocó seguro.

 

 

Tiempo después.

Un chico alto, delgado y castaño apareció en medio del escenario. Los reflectores iluminaban su rostro, haciendo un tiempo de suspenso debido al cambio de escena, antes que aquel joven empezara con su monólogo.

— La vida es tan sólo una ilusión… Muchas personas se han dedicado a estudiarla, desperdiciándola con momentos banales y recuerdos mediocres, intentando descifrar los secretos que esconde..., cuando lo único que deberían hacer es aprovecharla cuando se pueda. —Movía sus manos de acuerdo a lo que decía, sus ademanes amoldándose perfectamente con cada una de sus palabras—. ¡Nos han dicho: vive como si el mañana no existiera! Y yo creo que eso es lo único que nos debe importar de la vida, ya que los recuerdos, vivencias, personas, pasado, presente, futuro… Nada existiría si nosotros no nos atrevemos a vivir cada uno de nuestros días al máximo, pasando por lo que debamos pasar, respetando las etapas de la vida… —Hizo una pausa, recorriendo parte del escenario durante unos segundos antes de proseguir—. Sin embargo, disfrutar de la juventud es la parte más dichosa de la vida. En ella, tenemos tantos miedos, confusiones… Tanto que ver, que descubrir. Exploramos con nosotros mismos y con el mundo… Y es por eso, que es el momento más hermoso de la vida.

El teatro completo cayó en oscuridad, sólo hasta que se escuchaba suavemente el comienzo de una canción; el escenario de nuevo se iluminó, cuatro personas se encontraban en él.

Rapeos suaves pero intensos se escucharon del más alto, con una voz profunda pero tranquilizante, acompañado del canto del chico que se encontraba en medio, aquel de cabellos morados.

Un conjunto de bailarines salió en la parte más emocionante de la canción, justo cuando el rubio de estatura baja rapeaba. La canción finalizó con unos agudos del chico de cabellos rojos.

El teatro cayó en completa oscuridad de nuevo, el público permaneciendo en silencio sólo por unos segundos antes de comenzar con las ovaciones. Gritos, silbidos y aplausos retumbando por las paredes cuando los 5 jóvenes, quienes eran los principales de la noche, salieron a recibir la despedida del público.

— Chicos, de nuevo hicieron de las suyas. —Comentó alguien mayor detrás de bambalinas.

— ¿De verdad? —Preguntó el menor.

— En serio. Una presentación impecable.

— ¿Justo como hace algunos años? —Preguntó de broma el rubio.

— Incluso mejor… Tan sólo escuchar que el renombrado actor Kim SeokJin presentará sus famosos monólogos acompañado de los excelentes raperos Suga y Rap Monster y el dueto del momento conformado por JiMin y JungKook…

— Es como si volviéramos a los viejos tiempos. —Interrumpió JiMin.

— Hyung… —Recibió un golpe a manera de reclamo—. Ni que estuviéramos tan ancianos…

— Es que, Kookie… pareciera que han pasado décadas desde nuestra presentación de despedida.

— No creo, Jin hyung. Tres años pasan volando, ¿no cree?

— Bueno, sea como sea, ustedes han terminado por hoy… Será mejor que descansen este fin de semana, el lunes nos presentaremos de nuevo.

— ¡Cuente con nosotros! —Respondieron al unísono.

Los cinco chicos decidieron cenar juntos, como hacían cada viernes… Después de todo, sus vidas artísticas se desviaron por caminos diferentes, sin embargo seguían siendo buenos amigos, y eso no podían evitarlo.

— ¡Un brindis por una buena presentación! —Gritó en celebración NamJoon después de haber ordenado.

— ¡Salud! —Contestó el resto haciendo chocar sus copas, soltando risas después de eso.

Se ponían al tanto de lo que ocurría en sus vidas, aunque igual contaban anécdotas, recordando su tiempo de trainees y compañeros de grupo.

— Hyungs… Mañana se cumplirá otro año… —Recordó el menor—, ¿irán a visitarlo? —El silencio reinó por un momento, cada uno centrándose en sus propios pensamientos.

— Kookie…

— No, hyung. Él sigue siendo nuestro amigo, no nos ha olvidado… YoonGi hyung y yo hemos ido hace poco, y aunque no ha sido el mismo de antes, tampoco parece haber empeorado.

— Kook tiene razón —Le apoyó YoonGi—. Además, no hemos vuelto a visitarlo todos juntos debido a nuestras agendas… Pero mañana no tenemos nada, una visita no nos haría mal.

— YoonGi hyung tiene razón… —Animó NamJoon—. Vamos… JiMin, Jin hyung…

— Está bien, acepto. —Respondió el peli-rojo segundos después, sonriendo.

— Ya que son cuatro contra uno, yo igual me apunto.

****

Al día siguiente se encontraron afuera del recinto. El último en llegar fue NamJoon, disculpándose con que se había dormido. Los padres de TaeHyung también estaban ahí, sorprendiéndose por la repentina visita de todos, pero de igual manera agradeciendo que recordaran a su hijo, y siguieran siendo sus amigos aún después de lo que pasó…

— Debe agradecerle a Kookie, señora Kim… Él nos convenció de venir todos juntos. —JiMin tomó al aludido por los hombros, ganándose un pequeño golpe de parte de YoonGi para que lo soltara.

— Bueno, entonces gracias especialmente a ti, pequeño.

— No tiene que agradecerme nada… Sabe que TaeHyung hyung es como un hermano para mi…

Entraron a la sala principal, donde atendían a las visitas que llegaban al hospital. Los padres de TaeHyung se adelantaron para dar los datos de él. La secretaria tomó el teléfono.

— Llegó la visita para el paciente 68, doctora Lee. —Asintió un par de veces antes de seguir—. Entendido señora, avisaré a los encargados para que escolten cuidadosamente a los chicos.

Colgó el teléfono, saliendo de su cubículo para entrar a la sala de estar.

— Vengan, pasarán a la sala 24.

Caminaron siguiendo a la chica, cada uno de ellos sentía los nervios a flor de piel, tratando de no demostrarlo para lograr que la visita sea un poco más amena.

— Kookie… —Un chico rubio tomó la espalda del joven con cabello morado.

— Estoy bien, amor… No te preocupes… —Le dedicó una pequeña sonrisa a YoonGi, pensando que ello lograría tranquilizarlo.

— ¿Estás seguro?

— Sabes que siempre me pongo un poco nervioso. —Rió un poco, ocultando su boca con la mano izquierda, mientras que la derecha la mantenía entrelazada en la ajena.

Después de caminar por unos cuantos pasillos más, llegaron hasta una sala en cuya puerta estaba el número 24. La secretaria los invitó a pasar, dándoles algunas indicaciones para que mantengan el orden mientras el paciente llegaba, y de igual manera algunas instrucciones de lo que podrían y no hacer cuando TaeHyung llegara.

Pacientemente esperaron unos minutos. Todos sabían que el tiempo de espera podía llegar a ser un poco largo, debido a que el ala de pacientes en el hospital estaba hasta el otro lado del recinto… Y dependiendo del día y la hora, incluso podría estar más lejos si el paciente se encontraba en terapia.

 

POV TAEHYUNG

Era sábado por la mañana y había terminado mi actividad del día: tejer.

Los guardias al cuidado de mí me esperaron a la salida de la habitación, como siempre. Me siguieron hasta que estuve seguro en mi habitación… O como yo lo diría, en mi “celda”.

Suspiré antes de tomar asiento en la fría y dura cama al fondo del cuarto pintado completamente de blanco. Metí las manos en los bolsillos del pantalón, esos bolsillos de los que los guardias no se habían dado cuenta aún.

Me recosté en la cama viendo hacia el techo, mi cabeza llenándose de nuevo de pensamientos.

Había escuchado de una de las señoritas la fecha de hoy… Se cumpliría un año desde que me internaron aquí, dos años desde que él se fue… Es tan irónico que justamente en esta fecha ocurrieran dos acontecimientos tan devastadores para mí…

Saqué un espejo del bolsillo derecho, colocándolo frente a mí para poder admirar las pocas facciones que habían cambiado en mi rostro. Deslicé mis dedos a través de mis mejillas, llegando a rozar las profundas ojeras que se encontraban sobre ellas.

La última semana no había podido dormir. Él había regresado. Durante el día desaparecía, pero en las noches su único trabajo era atormentarme… Metiéndose en mi cabeza, arruinando mis pensamientos, haciendo que recuerde lo doloroso que fue el que tú te hayas ido…

Él me maltrataba… Tan sólo debían de ver los rasguños que se escondían debajo de mis mangas. Me obligaba a hacerlo, decía que si no hacía eso te haría daño, y lo último que quería era hacerte daño… Puede que yo no tenga los mejor días aquí, pero tú habías regresado y tienes la oportunidad de vivir una vida feliz.

(N.A: Recuerden que TaeHyung confundió a Hope con Kook(?)

Sin embargo, todo eso acabará hoy… Él se irá… Yo lo obligaré a irse.

****

Kook apoyó su cabeza sobre el hombro de su novio, YoonGi, como respuesta, apretó un poco más fuerte el agarre entre sus manos. Lo escuchó suspirar.

— ¿Sigues inquieto, amor? Si quieres podemos salir a tomar aire o algo… —Le sugirió en voz baja, mientras los demás estaban inmersos en una plática.

— No, estoy bien así… Sólo estoy un poco ansioso… Espero no se tarden demasiado o sufriré un ataque aquí mismo. —Una suave risa escapó de sus labios, aunque a su pareja no le pareció gracioso ese comentario—. Ah, ya. —Se movió para alcanzar a besar sus labios en un intento de apartar toda su preocupación.

El mayor lo dejó pasar, dedicándole una suave sonrisa que logró que ambos se destensaran… Hasta que escucharon alteración afuera de la sala.

— ¡Llamen a la enfermera Lee, necesitamos ayuda! ¡El paciente 68 sufrió un ataque!

Escuchar aquel grito logró que un estremecimiento recorriera cada uno de sus cuerpos… Les habían especificado quién era aquel paciente.

La primera en reaccionar fue la madre de TaeHyung, quien se levantó casi de un salto para acercarse a toda velocidad a la puerta, justo cuando la misma señorita que los llevó hasta allá alcanzó a llegar.

— ¡¿Qué le sucede a mi hijo?!

— Señora, por favor siéntese… Sólo ha pasado un pequeño percance, pero-

—¡Nuestro hijo sufre de un ataque y se atreve a decir que es “un pequeño percance”! —El señor Kim se unió a la discusión utilizando un tono indignado.

— No, me refiero a que está controlado, por favor, si se sientan y-

— ¡No podemos simplemente quedarnos sentados!

Los mayores sostenían la discusión mientras los más jóvenes permanecían sentados, en shock y sin poder moverse… No sabían qué hacer, no podrían ayudar ni tampoco podrían opinar… Pero el más pequeño notó una pequeña oportunidad.

YeoNomg tomó a los dos señores por los hombros e hizo que dieran dos pasos hacia atrás y con ello la puerta de la habitación quedó a disposición de quien quisiera. JungKook no se lo pensó dos veces cuando se zafó del cuerpo de su novio y comenzó a correr a la salida, doblando hacia el pasillo de donde el grito había provenido.

No tenía ni idea de a dónde tenía que ir, sólo seguía corriendo pasillo tras pasillo, intentando que las señales en las paredes lo estuvieran guiando hacia el lugar correcto.

—¡Déjame! ¡Largo, fuera! —Un grito desgarrador llegó a sus oídos y al instante reconoció aquella voz. Sus piernas no tardaron en reaccionar para aumentar el ritmo y llegar aún más pronto hacia aquella habitación de donde provenían los lamentos.

Y allí lo vio.

— ¡Kookie! —El grito de los demás no logró sacarlo de su mente, permanecía aún estático en su lugar, viendo hacia dentro de la habitación.

— No puede ser… —Murmuró YoonGi e intentó apartar a su pareja de aquella escena, pero él se negó. De fondo, más y más lamentos se escuchaban, pero se fueron apagando poco a poco hasta que un profundo silencio llegó a todos.

La señora Kim llegó y al observar a su hijo no pudo evitar romper en llanto. Sus piernas fallaron y cayó sobre sus rodillas, soltando lamentos que provocaron que su cuerpo se moviera en pequeños espasmos.

Frente a ellos se encontraba TaeHyung, a un lado de su cama personal, en su habitación. Las blancas baldosas ahora eran teñidas poco a poco por un líquido color carmesí que sólo terminó expandiéndose cuando el brazo de aquel chico logró perder la suficiente fuerza como para dejar caer su brazo. En aquel momento todos los presentes se percataron de que aquel río de sangre provenía de los ojos del chico.

— Al fin… —Escucharon una voz demasiado débil, intentando hablar aun cuando la sangre se deslizaba dentro de su boca—. Ya no estarás tan contento ahora, ¿verdad? —Él tosió, pero los demás estaban demasiado impactados como para hacer algo al respecto. Había perdido tanta sangre, se podía ver en los diferentes cortes que tenía en el cuerpo y sobre todo en el charco que lo rodeaba—. ¡Acabaré con tu diversión! Y al fin podré estar con él…

Y tomando lo que le quedaba de fuerza, tomó el trozo de cristal que estaba en su diestra y dejó que este cayera con fuerza sobre su propio cuello, acabado con su sufrimiento, pero terminando con su vida gracias a ello.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).