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DARK&WILD por DrugSucks

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Notas del fanfic:

Me inspiré en la sesión de fotos y el photobook que sacó recientemente, con sus looks tan wannabe motociclistas/rockstars/punks. Es un regalo apra una amiga por su cumpleaños, y porque yo también quería hacer algo ya con el Krishan, que me hace sufrir de amor(¿?).

Las parejas que aparecerán, además de la principal, son las clásicas del fandom –mis favoritas en todo el mundo mundial-, y por los viejos tiempos, el Baekyeol estará incluida :’D. Si me siento de buenas o con estrés acumulado por mi trabajo y tesis, actualizaré rápidamente y con algunos spinoff sorpresa de las parejas ;D.

 

Muchas gracias y que inicie la lectura.

0.

 XOXO

 

Cuando Wu Yifan y Xiao Luhan se conocieron, aguardaban en la sala de espera de un hospital en Beijing. Ambos tenían diferentes razones para estar ahí: ese día, era la revisión de rutina del escualido y alto muchacho, consecuencia de un mal hereditario del corazón; el otro chico, más bajo y de facciones finas, esperaba con el cuerpo lastimado a que su madre saliera de una cirugía de emergencia por una hemorragia interna, provocada por un abusivo esposo.

Eran jóvenes y por aquella razón, creyeron que su encuentro era, más que una casualidad, un plan del destino para unirlos. Se consideraban luchadores de sus propias causas: Yifan nunca pensó que su enfermedad podría dominarlo, ni Luhan se dejó doblegar ante los abusos de su padre. Con esa curiosa amistad naciente, se sorprendieron al encontrar un punto más en común para sus tristes vidas: canalizaban sus emociones en la música.

Yifan, que por su condición, no se le permitía hacer ningun tipo de actividad física, decidió dedicarse a ejercitar sus dedos con las cuerdas de una guitarra. Su familia no escatimó en clases particulares para cumplirle ese capricho, de todas maneras estaban conscientes de que no tenía una esperanza alta de vida. Por otro lado, Luhan se desgarraba en llanto y canto, cuando su corazón explotaba cada vez que tenía suficiente de un padre alcoholico y una madre que prefería que la usaran como saco de box, que ver a su único hijo en su lugar.

 

 

—Hey, formemos una banda… —se animó a decir un día el muchacho más pequeño, quien trataba de restarle importancia al moreton de su nariz, con el fin de que el chico sentado frente a él dejara de observarle seriamente, con una clara expresión de impotencia en el rostro.

—Tú estás loco, ¿lo sabías? —El más alto desvió su mirada al libro que fingía leer, sabiendo que su escrutinio sólo incomodaba al otro, pero no podía evitar sentirse mal por ver a su amigo cada día más demacrado, tanto física como emocionalmente. Tenía miedo de que algún día, su sonrisa terminara por apagarse.

—Yifan… ¿de verdad quieres crecer y tener un empleo mediocre que sólo acabe por matarte antes que un ataque cardíaco? —Era común para luhan expresarse así del “caso delicado” de su amigo; pero contrariamente a lo que muchos pudieran pensar, de esa manera le ayudaba al otro a entender que no lo iba a tratar como los demás lo hacían: como sí estuviera desahuciado.

—¿Qué otra opción tengo? No vamos a levantarnos un día con las oportunidades en la cara. —Pese a la idea tan resignada que tenía de su vida a futuro, el chico enfermo sintió temor de que en verdad eso pudiera llegar a pasarle.

—¡Oh vamos!, ¡tú y yo sabemos que esta vida es una perra! —Yifan abrió los ojos ligeramente, aún sin poder acostumbrarse a la idea de que su amigo de rostro de muñeca pudiera tener un vocabulario tan florido. —Pero por lo menos hay que intentarlo… Nuestros hilos rojos están unidos por algo ¿no?

—Eso sólo es para las parejas… no seas marica —lo empujó levemente, sonriendo burlonamente mientras Luhan hacía una mueca de asco que más bien pareció un puchero de bebé.

—Me refiero a que tenemos un destino que cumplir, algo grande. —Le regresó el empujón un poco más fuerte, porque Yifan se tocó el área lastimada; pero eso a luhan le tuvo sin cuidado. Le miró fijamente, con una determinación desconocida en la mirada, —nadie cree que podamos hacerlo, ambos sobrevivimos día a día… y yo ya quiero dejar de sobrevivir. Quiero vivir, Yifan…

 

“Quiero vivir por y para mí mismo, ¿tú que dices?”

 

Aquél día, en el que Luhan habló con su corazón, también encontró la fuerza que necesitaba en los brazos delgaduchos del chico más alto para afrontarse al abuso, para seguir un sueño. No terminó la secundaria, por el contrario, decidió trabajar para solventar sus gastos y los de su madre, que, después de abandonar al hombre que no era más que un cáncer en sus vidas; empezaron desde cero, incluso se mudaron para poder ahorrar más. Pese a ello, el joven confiaba en que el hilo rojo volvería a unirlo con su amigo. 

Yifan rompió la jaula de oro en la que lo habían puesto desde su nacimiento. El más alto logró destacar no sólo en sus clases, también en los deportes, siendo capitán de basquetbol en su colegio; una gran promesa para sus maestros y el milagro esperado de unos padres que rezaban todos los días por poder tratar a su muchacho como uno normal en la medida de lo posible. Pero con el ideal de vivir para sí mismo en la cabeza, decidió seguir su camino, al final, con su buen amigo.

Ellos no podían vivir de sus sueños y esperanzas; así que trabajaron duramente en lo que pudiera atraerles frutos monetarios. Yifan había cambiado; con el ejercicio, ahora era un muchacho fuerte, de espaldas anchas y mirada penetrante; mientras que Luhan no se había desarrollado del todo, tenía un cuerpo delgado y un rostro aniñado; aun así, conservaba su carácter explosivo y altanero. Ambos eran personajes únicos que destacaban por donde quiera que fueran, por el contraste de apariencias y personalidades. Todo esto aumentaba cuando se detenían a hacer música.

 El joven más alto conservaba un estilo pulido debido a sus clases con profesores particulares de guitarra, claro que había puesto de su parte para que el sonido que produjera fuera incomparable al de otros; para Luhan, el cantar se le daba naturalmente, incluso podría decirse que había nacido para ello. Su voz cristalina empataba totalmente con su apariencia, pero también había en ella ferocidad y ¿porqué no?, también algo de enojo ante la vida que lo había pisoteado en el pasado.

En los cortos tiempos libres que lograban tener, se empeñaban en buscar nuevos miembros, que como ellos, quisieran ser más que músicos callejeros por las noches.

 

—¿Y cómo le pondremos a la banda? —habló el nuevo baterista, Zhoumi, de sonrisa amable y con una enorme nariz, que a veces era objeto de burla del muchacho de facciones de muñeca.

—¿Qué tal TWO MOONS? —Sugirió Jia, una joven bajista de suave voz pero con cara de pocos amigos. La habían descubierto en medio de una trifulca en un bar… tuvieron que separarle, literalmente, los dientes y uñas del brazo de un infeliz.

—¿Eso que significado tiene para nosotros? ­—Habló Luhan, quien en su condición se había proclamado líder indiscutible, siendo quien tomaba la última decisión en lo que concernía asuntos de la banda —¡Vamos!, ¡tiene que ser algo fuerte y difícil de olvidar!

—¿Qué tal XOXO? —Yifan se acomodó en el sofá, su altura le impedía sentarse normalmente. Había guardado silencio un buen rato, escuchando las propuestas de cada uno de los integrantes —también las quejas de Luhan—, y ese nombre simplemente había llegado a su cabeza.

—¿Qué significa? —preguntó curioso el baterista, quien aun siendo el mayor, era un poco inocente —y no muy bueno en el inglés—.

—Significa Kisses and Hugs, la gente suele escribirlo así porque es más corto —intervino rápidamente la chica. En sí, la idea no le desagradaba, y  Zhoumi, después de tener esa explicación en la mente, tampoco puso queja alguna.

—¡Eso es tan gay, Yifan! —pero Luhan siempre debía tener la última palabra, frunció la nariz, totalmente desaprobando la idea de que su banda se llamara como cualquier grupo de sensación POP.  

—¡Es corto y fácil de recordar!, además, si de ideas gays hablamos, ¿quieres que te recuerde aquella conversación de los hilos rojos? —El más alto ni se molestó en prestarle atención a la mueca indignada que el otro muchacho colocó en su rostro, lo conocía y no tenía caso discutir con él así. —Pongámoslo a votación, entonces… no siempre se tiene que hacer lo que tú quieras.

—Pero yo soy el líder… — el joven formó un puchero de desaprobación en sus labios, para burla de los demás.

 

Fueron tres contra uno y la banda se condenó a un nombre que existe al final de las cartas como una despedida. Aún así, se abrieron paso en la escena underground, entre bares y presentaciones esporádicas; en verdad eran buenos, pero la atracción principal era escuchar a Luhan cantar, armonizando con los acordes limpios de Yifan.

Ellos tenían una conexión totalmente palpable que era reconocida por todo aquel que los escuchaba. Jia y Zhoumi sabían lo mucho que podían depender el uno del otro. Honestamente, no habría ningún problema si ellos dejaban el grupo; pero tenían la certeza de que si a alguno de esos dos se le ocurría irse, el rezagado no podría soportarlo…

 

 

—¡Oye! Incluso pueden llamarte Kris… ¿te gusta ese nombre? —Después de una presentación exitosa era usual que el grupo se quedara en el bar a celebrar o a conversar. En esa ocasión los otros dos miembros tenían compromisos por lo que Luhan y Yifan se quedaron bebiendo un poco y como siempre, el chico más explosivo estaba con su mente revolucionada con los planes del futuro.

—¿Qué tiene de malo el que tengo? —El más alto siempre había sido de pocas palabras, pero cada vez que no entendía alguna loca idea de su amigo, se empeñaba en llegar al fondo del asunto, por muy estúpido que fuera. Bebió un poco de su soda —claro, el alcohol seguía siendo un elixir prohibido para él—, esperando a que el otro le respondiera.

—No tiene mucha fuerza, no como el mío, que es muy masculino  —sonrió Luhan, un poco influenciado por unas cuantas cervezas en su sistema; entrecerraba los ojos intentando concentrarse y seguir el hilo de la conversación.

—Tu nombre significa ciervo —Yifan le dio un pequeño golpe en la cabeza, sin duda algo fastidiado del comportamiento infantil que Luhan tenía cuando bebía, pero él también podía fastidiarlo si se lo proponía. —Un ciervo bebé, de ojos grandes y cristalinos.

—¡Cállate! —empujó con poca fuerza el brazo ancho del otro, de pronto sintió su rostro caliente, cosa que le atribuyó al licor y al posible hecho de que se había molestado un poco al escuchar a lo lejos la risa ronca de su amigo. No era su culpa haber quedado con una apariencia andrógina, digna de un ídolo juvenil o esa clase de estupideces que estaban de moda. Se quedaron callados por un momento, Yifan frunció el ceño al notar como el semblante de su siempre alegre amigo se ensombrecía.

—Yifan… vamos a hacerlo ¿verdad? —Murmuró Luhan, quien tomó suavemente la botella de cerveza entre sus manos, como queriendo tener algo entre estas para que no se notara que comenzaba a temblar.

—Sí… tenlo por seguro, Lu. ­—Le sonrió al muchacho, intentando darle ánimos, porque aun seguía guardando al niño golpeado e inseguro en su interior —. Ya vamos a la mitad del camino.

 

 

Esas palabras alentaron al ciervo, quien las creyó ciegamente; y cuando estaban a punto de lograrlo, Yifan desapareció… sin decir nada. Pero le arrancó el hilo rojo al otro muchacho de su dedo anular, y sobre todo, una gran parte de su sueño se fue con él. A Luhan sólo le quedó recoger los fragmentos que aun quedaban de ello para no desmoronarse. 

 

Porque ese amigo, esa persona que se fue, no anotó un XOXO al final de la carta, ni escribió una para despedirse siquiera.

 

Notas finales:

Hasta la siguiente actualización ;D.

Cualquier duda o pregunta no duden en hacermela por el review y si es muy intensa(?) les dejo mi ask.

http://ask.fm/MariGuanaChan

Saludos


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