Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Memories. por Cochedehombres

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Un amigo mío decía que nosotros somos los que nos creamos nuestro propio destino, pero hay veces, sólo ciertas veces, en las que nuestro destino es escrito por otras manos, unas manos que escriben esa parte de nosotros de una manera tan intensa que no hay forma de borrar lo que ya ha sido escrito. Eso me pasó a mí, escribieron mi destino, me obligaron a vivir en una vida en la que yo no quería ni mirar de lejos.

Pasó cuando era pequeño, me obligaron a drogarme para ver a mis padres morir. Si, una crueldad, ya lo sé. Todo muy triste. Pero es lo que tengo que aguantar, porque sin esa droga no puedo vivir. 

Y como mi destino ya estaba escrito aprendí a leerlo, aprendí a mirar mi vida como si fuera una película, como si yo no estuviera experimentándola. Y empecé a reírme de lo que veía. Pero no busque la manera de cambiarlo, ya no tenía fuerzas. 


Cuando el carruaje llegó al destino sentí que no podía respirar, otra familia. Los jefes, los que mandaban, habían decidido que era importante alejarme de mi cuidad de origen. Irónico, ¿no? me alejan de mi pasado para estar en un futuro que no me pertenece.

Ese nuevo hogar era raro, era extravagante, enorme, majestuoso. ¿Y de qué me servía si iba a estar solo? Llevarme a un lugar tan grande era una tontería, iba a hacer lo mismo si me tiraban en un pozo y lo cerraban tirando piedras. Solo tenía ganas de dormir, dormir y no despertar. Eso dicen que sana las heridas, pero con el paso del tiempo me he dado cuenta de que lo único que hace es volver loco a la gente, y de la manera más cruel que existe, recordando. Hay veces incluso que hace que te regañes a ti mismo, recapacitando sobre lo que has dicho o hecho y diciéndote algo como “Eres imbécil, ¿cómo se te ocurre?”. Y entonces vienen las lágrimas, sinceramente pienso que el río Nilo se hizo a base de cometer errores y llorar las penas. 
Así que cuando me mostraron mi cuarto, una cama, un armario y un escritorio, me puse a dormir. Un pinchazo, una sensación muy intensa me despertó. Mierda. La caja. Se me olvidó decirles que sacaran la caja de la maleta antes de que me la quitasen, aunque claro, era por razones de seguridad, como me habían repetido 80 veces, como diciendo “te vamos a cotillear la maleta pero en vez de decírtelo directamente te pongo una excusa por la que no tengas mas remedio que dármela, y como se te ocurra decirme que no me la das, te echo”. Madre mía, todo lo que me querían decir. Lo que tiene la soledad, que le das mas vueltas a la cabeza que un tonto a un tiovivo.   Sin esa puñetera caja no podía respirar, bueno, más bien con el contenido de esta.
Abrí una puerta, olía a metal, ese olor tan intenso que solo un arma blanca deja después de haber sido usada. Un ruido venía de la parte derecha de la habitación, un gemido.

-¿Quien coño eres?

-Me llamo Jem-dije entre jadeos.

-¿Que haces aquí? Esta es mi hora de entrenamiento, vete.

Creo que esa fue la primera vez en toda mi vida en la que, de repente, se fue el dolor, no había ni rastro. Era como si esa habitación tuviera alguna cura especial. Cual sería mi cara de asombro que hasta ese desconocido la percibió.

-¿Has visto a la Virgen María o qué? Vete.   -Uno, me debes un nombre. Dos, me quedaré aquí por mucho tiempo, por desgracia. Y tres, no me extraña que reserves unas horas en privado para tu entrenamiento, nadie querrá salir herido con tu mala puntería- dije señalando hacia una diana y tres cuchillos que estaban desperdigados por la pared, como si temiesen de la diana.
-Mi nombre es Will Herondale. Bienvenido a mi casa. Si no vienen al entrenamiento, es por miedo a salir heridos.   Entonces recogió los cuchillos de la pared y se alejó bastante, acto seguido lanzó estos hacia la diana y acertó en el blanco las tres veces.

-Lo que acabas de hacer es digno del mas poderoso niño de 2 años, felicidades.

-Mejóralo.

Cogí tres cuchillos de una estantería. El primero dio en el centro de la diana, el segundo impactó contra esta haciendo que se derribara y el tercero cayó entre las piernas de Will.

-Será todo un placer hacer de tu estancia un verdadero infierno.

------------------------------------------------------------------------

Un infierno, eso quería hacer de mi estancia, y lo consiguió. Cada día hacía que fuera más duro para mí, cada día buscaba una excusa para retarme, cualquiera que fuese, pero quería retarme, quería estar conmigo, o eso era lo que yo pensaba. Aunque por primera vez tenía a alguien que se preocupaba por mí, por primera vez podía saltar de un sitio a otro teniendo a alguien detrás que me advertía de que tuviese cuidado, cuidándome, demostrándome su cariño hasta en las cosas mas tontas del día a día. O en las más duras, como cuando la droga se hizo tan potente que ya no podía ni andar por mí mismo y empecé a usar un bastón, y cuando todo el mundo, absolutamente todo el mundo, sentía pena por mí, él me decía que era una excusa para que me tuviera que dejar ganar y entonces hacía que me esforzase más.   Pero ese infierno se fue convirtiendo en paraíso, sin su presencia sentía que no podía ser yo mismo, él hizo que cogiese fuerzas y quisiera conocer a otras personas, salir a la calle, o estar en el salón común mas tiempo del que era políticamente correcto estar. Él me enseñó a vivir.   Y me di cuenta que no fue la sala de entrenamientos la que hizo que se calmase el dolor provocado por tomar la droga, me di cuenta de que fue su presencia la que provocaba ese efecto y que necesitaba estar con Will Herondale, necesitaba su compañía. Me di cuenta de que al igual que tenía que tomar una droga para vivir, del mismo modo tenía la necesidad de estar con Will.   Al mismo tiempo supe que lo quería, que lo amaba con todas mis fuerzas, que ese vínculo tan nuestro no podía romperse, no quería que se rompiese, porque si se rompía no podría vivir, ni siquiera tendría fuerzas para intentarlo. Sentía que con él vivía en una primavera eterna, que tocaba el violín por siglos, que mi boca siempre sonreía, que estaba frente al mar, sentía que, cuando lo veía, no había en el mundo más personas que él, y si las había, no las quería. Sabía que estaba enamorado de Will, y lo sabía desde el primer momento.
Notas finales:

Espero que os haya gustado, dejad un comentario para ver si os va gustando la historia!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).