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Tres menos uno. por DelPacifico

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Notas del capitulo:

PACIFISTA ON.

Me tardé bastante en subir el one.

Soy un poco negligente cuando se trata de fechas y todo eso, espero sepas perdonarme Yuuchan. 

Lo prometido es deuda y aquí te dejo el one. 

 

Autor/a: DelPacifico.

Disclaimer: Ace of Diamond no me pertenece, esta grandiosa obra pernetece a Yuji Terajima.

 

 

 

 

Tres menos uno

Miyuki/Sawamura.

 

 

 


Miyuki observa con recelo, Sawamura lo ignora, y Tetsuya, quien ya lo sabe, se desentiende.

 

Descarado –según Yuki–, sonríe desafiante, ocultando sus ojos tras el brillo de sus gafas. Generalmente mantiene cierto nivel de control con respecto a lo que sucede a su alrededor, por supuesto que en su entorno Eijun cuenta, lo hace, y bastante debe admitir. Más en esta ocasión parece ser que todo está en su contra. Y por todo se refiere estrictamente a Tetsuya, quien le parece un completo incordio, un total inconveniente a sus planes.

 

No planea lamentarse, sería poco digno, y las lamentaciones no entran en su personalidad, jamás lo harían. Porque es Miyuki quien sostiene las riendas, siempre lo hace, siempre. Así pues se mantiene firme, merecedor de alabanzas por semejante autocontrol.

 

Entonces es Sawamura el que con ingenuidad quiebra el ambiente tenso –el mismo que el cátcher se dio a la tarea personal de hacerlo así–, con una sonrisa agraciada y sincera parece romper toda barrera engorrosa que Miyuki se ha molestado en edificar como advertencia a su senpai. Entreabre esos labios que son potencial para cualquier sueño húmedo, en especial uno de cierto alumno de segundo, y suelta despreocupado un comentario al azar.

 

Es en ese momento en que Miyuki se permite relajarse, sabiendo por experiencia propia que aquella era una batalla perdida, al menos por ahora. La misma sonrisa esbozada con intenciones nada puras, ahora es solo una mueca de diversión, esa que prácticamente lo caracteriza.

 

– Prosigamos. – anima Tetsuya.

 

Oh, pero, ¿quién podría culpar a Kazuya por desear noblemente pasar un poco de tiempo de calidad con el objeto de sus deseos más sórdidos?

 

Nadie.

 

Y ese era el motivo por el cual aceptó ser el tutor de Sawamura para sus futuros exámenes, los cuales de no pasar terminaría siendo obligado a renunciar al equipo de béisbol, aunque eso solo era en el peor de los casos, dependiendo de la amabilidad del director solamente podría ser una suspensión leve. Sea como sea a Eijun seguramente no le gustaría la idea de no entrenar.

 

Miyuki de primera mano sabía lo mucho que el de primer año amaba subir al bullpen, practicar, y después de todo ese increíble esfuerzo subir al montículo a demostrar los frutos de su entrenamiento.

 

Por supuesto que quería ayudarlo. De hacerlo probablemente le debería un favor; favor que se cobraría con intenciones nada puras.

 

He ahí la razón por la cual se encontraba tan frustrado. Encontrándose otra persona incluida en la ecuación no sería capaz de cobrar dicho favor, no sin ser recriminado al menos. Por favor, no era adivino, no podría simplemente saber que obligarían al capitán del Seidou a supervisar su sesión de estudio con Eijun. Seguramente alguna entidad divina estaría cobrándoselas por alguna maldad, no importaba cual de todas fuera, tenía un expediente extenso de malos tratos y acciones dudosas respaldándolo.

 

Así pues se encontraban en la situación actual. Eijun con los apuntes y libros referentes a la materia, intentando resolver alguno de los problemas, mientras que el cátcher miraba a Tetsuya, y este al no tener alternativa miraba de brazos cruzados a Sawamura.

 

Yuki podría jugar que el de segundo año incluso monitoreaba la dirección donde sus ojos estaban posados. Le perturbó un poco la idea de que lo hiciera para reprochar después cualquier vistazo inadecuado, con un perfecto tono que cubriera su furia, reemplazándolo por uno divertido. Fingió demencia y se mantuvo tal y como estaba.

 

– Senpai. – como siempre Sawamura parecía ignorar todo a su alrededor, incluso la batalla mental de gran nivel. Eijun demostró una expresión seria. – ¡No entiendo nada esto! – explotó finalmente.

 

Los mayores suspiraron ante el poco nivel de concentración del pitcher estando fuera de un campo de béisbol. Pareciera ser que la única habilidad que el menor de ellos tenía era para el deporte que practicaban.

 

Los labios de Eijun se curvaron enseñando un puchero que cualquiera que lo viera solo podría calificar como tierno o adorable.

 

– ¡Explícamelo, Yuki-senpai! – gritó a todo pulmón, mirando insistente al aludido.

 

Aquella exclamación, que aunque los dos sabían que salió inconsciente y ajeno totalmente a la situación actual, volvió el ambiente tan denso como podría estarlo después de una derrota o parecidos.

 

Tetsuya aparta la vista de los ojos de Sawamura. De verlo directamente a los ojos era probable que terminase aceptando su petición. Dudaba seriamente que algún ser humano pudiese hacer algo cuando Eijun lo miraba con esos ojos almendrados que parecían devorar tu alma. Tose disimuladamente y hace contacto visual con Miyuki quien lejos de verse fastidiado luce divertido, pero con cierto trasfondo analítico, como esperando pacientemente a que Yuki cometa algún error.

 

Es ese comportamiento lo que lo hace preocuparse aún más. Jamás se ha sentido particularmente intimidado, menos si se trataba de algún estudiante de nivel inferior como el cátcher, sin embargo debe admitir que luce bastante intimidante en estos momentos.

 

Piensa entonces que el deseo, o amor, lo que sea que Miyuki sienta por Sawamura, es lo suficientemente fuerte para desafiarlo a él, que en verdad no tiene nada que ver con el asunto, y mirarlo con esa sonrisa cabrona que amenaza con destruirlo de aceptar la petición de Eijun.

 

Lejos de sentirse fastidiado por la falta de respeto mostrada por su kohai, puede comprenderlo. Probablemente de no encontrarse tan enfocado en Eijun descubriría que él no estaba interesado. Interesado, si, en alguien más.

 

Y es ahí donde él mismo se frustra, esa persona es en cierto modo parecido a Eijun, despistado, increíblemente despistado.

 

Siendo guiado por su intuición y un poco por sus sentimientos, se incorpora. Intercala las miradas entre ambos jugadores, su expresión no deja mucho que entrever y prosigue.

 

– Iré a buscar libros de referencia. –dice pausado, evadiendo a Eijun. – Por el momento, Sawamura, Miyuki puede enseñarte. – y tan pronto descubre que Eijun planea reprochar continúa. – Es el mejor de su clase. – argumenta de forma convincente.

 

Y no es que mienta, ciertamente el cátcher se mantiene como el mejor de su clase a pesar de contar con el béisbol de por medio. Es ahí cuando Sawamura luce sorprendido y Miyuki demuestra encontrarse satisfecho, que aprovecha la oportunidad para hacer una retirada estratégica.

 

Estando en los pasillos de los dormitorios –ya que han usado la habitación de Miyuki para estudiar–, se siente un poco más relajado. Mentalmente anota no intervenir por accidente en uno de los momentos privados de Eijun y el cátcher. No es propio de su persona, pero si el entrenador solicita de nuevo supervisar alguna de sus sesiones de estudio lo declinara amablemente en pro a su propia salud mental.

 

Es en los pasillos donde se encuentra con Jun, y se permite saludarlo, recibiendo un saludo por parte del susodicho también.

 

Tetsuya inconscientemente se pregunta, ¿lucirá igual de tirano celando a Isashiki?

 

 

 

.

 

 

 

– C-catcher inútil. –masculla Sawamura. – ¡E-esto no es para nada una lección! – grita y después es obligado a oprimir sus labios con fuerza, uno contra el otro, evitando proferir algún ruido que los delatara.

 

Kazuya sonríe como perfecto bastardo; bastardo que Sawamura sabe que es.

 

– Lo es depende de cómo lo tomes. – murmura cantarín en cercanías de su oído, irritando y al mismo tiempo deleitando al menor tan pronto su cálido aliento hace contacto con su lóbulo.

 

– ¡Esto no es…! – desea protestar, lo deseaba y al mismo tiempo no. – ¡Ah! ¡Bakazuya!

 

Arquea su espalda inevitablemente, extasiado hasta el límite por el contacto. Simplemente no logra resistirse una vez que Miyuki toma posesión de su cuerpo de esa forma. No especialmente cuando mueve sus manos de forma tan ágil sobre su piel.

 

– Lo es. – repite quedamente. Ambas manos se deslizan hasta acariciar los costados de su cuerpo. – Deberías evitar protestar. – aconseja. –De lo contrario no obtendrás una buena calificación.

 

Unió sus labios para evitar cualquier protesta futura, y mientras compartían un beso húmedo solo podía pensar en que le gustaba el número tres, sin embargo prefería los números pares, así como el dos. Y es que él y Eijun formaban una ecuación perfecta.

 

– ¿D-donde crees que estás t-tocando? 

Notas finales:

Pues eso ha sido todo.

Ya saben que yo muy encantada de recibir algún review y espero Yuuchan querida que te gustara el regalo.

Hasta la próxima.

PACIFISTA OFF.


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