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¿Qué es lo que soy? por Js Ks

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Notas del capitulo:

 weird, Anónimo (1), gemma, Hikari y Anónimo (2) gracias por sus comentarias :)

Cap. 2: La consecuencia de la curiosidad.

8 Meses atrás.

Suspire por cuarta vez en la clase de francés, no es que fuera aburrida la materia, si no que el profesor comenzó a relatar sobre su vida en Francia por que será ¿La cuarta? ¿La quinta? Vez que lo decía. Comenzaba a dormitar en clase, maldije internamente y decidí mirar por la ventana para distraerme, baje la vista para ver al alumnado moverse de un lado al otro.

¡Ahí estaba él!

Espabile de golpe.

Mi adoración de hace unos meses caminaba rodeado de sus amigos, por sus movimientos muy rápidos podía decir que hablaba de algo muy gracioso e increíble, sus amistades reían con él  o le seguían el juego, de un momento a otro rio, mostrando esa gran sonrisa tan característica de él

Sin darme cuenta sonreí también de una forma no tan notoria que pasó desapercibida para el maestro.

Naruto, ese chico tan alegre empezó a girar la cabeza en busca de algo, hasta que alzó la cabeza en dirección a donde me encontraba tomando clase, por un segundo su mirada y la mía chocaron, o eso sentí. Un escalofrió recorrió mi espalda, pero me mantuve sereno, después de un momento rompí el contacto visual fingiendo aburrimiento,  concentrándome en otros alumnos que pasaban por allí.

—Uchiha —llamó esa persona tan adicta a hidratarse—el maestro nos dejó salir antes ¿Quieres ir de una vez al club?—voltee a ver al profesor quien ya se había ido, di un vistazo general y ya nadie quedaba en el salón.

—Suigetsu, vamos —conteste de una forma seca, sin emoción.

Nos dirigimos con paso lento al gimnasio, al  llegar, dejamos nuestras mochilas donde siempre, por raro que parezca el lugar se encontraba desierto, ni un alumno rondaba y siendo sincero me agrado lo solitario que estaba. En vez de cambiarnos, decidimos empezar con nuestra ropa informal, del almacén Suigetsu sacó un balón de básquet.

— ¿La apuesta de siempre, Sasuke?— preguntó mi amigo mientras empezaba botar el balón con esa sonrisa que dejaba ver esos dientes afilados.

De un movimiento le arrebate el balón a Suigetsu, bote el balón un par de veces y lance haciendo una canasta limpia, voltee a ver a Suigetsu.

—Por supuesto—dije con la sonrisa arrogante y superior típica en mí.

Llevábamos diez minutos jugando y aún faltaba un ganador,  Suigetsu estaba decidido a ganarme y bueno, mi ego no me permitía perder.

—Hozuki, Uchiha, ¿Qué les parece un dos contra dos?—nos llamó si no mal recordaba Inuzuka acompañado  de Akimichi, detrás de ellos se encontraban sus amigos incluido a mi adoración que me vio  de reojo.

— ¿Qué opinas Sasuke? ¿Dejamos lo nuestro para otro momento?—me preguntó Suigetsu.

Le lance el balón a Akimichi.

—Ustedes inician—hablé colocándome a un distancia cercana de Inuzuka.

 

—Buen partido, Uchiha, Hozuki—Habló Akimichi, ofreciendo su mano, Suigetsu la aceptó y yo también, Inuzuka hizo lo mismo y correspondimos el apretón cordial de manos—Juguemos otro día.

—Cuando quieran—contestó mi amigo emocionado, aunque ellos habían perdido fue excitante el juego porque ellos no eran malos, eran buenos haciéndonos por momentos, sudar la gota gorda.

—Sasuke— habló un chica que se me acercó por la dirección de donde estaban Naruto y sus amigos, unos cuantos pasos más atrás, yo mire directo a los ojos a la chica frente a mí, estaba nerviosa y movía su dedos de un lado a otro, yo moví la cabeza dándole a entender que tenía mi atención —me gustas mucho ¿Podrías salir conmigo?— habló ella claro y fuerte, sacando valor para decirme esas palabras…como muchas otras.

—No—conteste de forma automática sin tacto.

La chica sin quererlo le empezaron a salir lágrimas de esos ojos marrones que tenía, eran bonitos en verdad, en general la chica era linda, pero lamentablemente no era de mi preferencia.

Me gire a ver a Suigetsu quien se encontraba un metro atrás mio, le di la espalda a la chica y me encamine junto a mi amigo.

— ¿Podrías al menos decirme por qué?—dijo la chica con un hilo de voz que en cualquier minuto podría quebrarse.

Detuve mi andar, me gire para contestarle de nuevo un rotundo “No” aún más frio que el anterior.

—N-…—las palabras no salieron, Naruto y sus amigos nos veían no tan lejos y no se necesitaba ser genio para saber que habían escuchado todo, ellos veían a la chica con pena y a mi molestos, Naruto de alguna forma su mirada hacia mí era de reproche, no pude  aguantar y me fije a la chica de en frente que seguía derramando lagrimas—Quiero a otra persona, lo siento— conteste y baje la cabeza en señal de disculpa sincera.

La chica paróde llorar y se mostró sorprendida, mire un poco más atrás y Naruto y compañía igual se mostraban sorprendidos, me maldecía internamente por lo dicho, pero que iba hacer, había hablado de más  otra vez.

Imaginarme como correría el chisme de que me gustaba alguien,  apostaba que no tardaría más una semana para que toda la escuela se enterara, sabía que sería el tema de conversación de los próximos días… mejor hubiera ignorado a la chica yéndome con Suigetsu.

—¿Por qué no le pides salir? Si es que la quieres tanto—preguntó  la chica de una forma ingenua, casi inocente.

—Si se lo digo, me odiara—dije  con una sonrisa lastimera que pretendía ser una mueca de molestia.

Sin esperar una contestación me di vuelta pasando de lado de Suigetsu que se mostraba sorprendido, quien no tardo en seguirme el paso, recogimos nuestras cosas y salimos del gimnasio.

 

—Lo que dijiste hace rato, ¿es cierto?—preguntó Suigetsu después de que llegamos a la cafetería, sabía que se moría de ganas saber la verdad desde hace rato.

Suspire.

— ¡No lo creo!—chilló mi amigo que entendió mi gesto afirmativo— ¡Pobre de la chica! Y ¿Quién es la victima?—preguntó picado por la curiosidad invadiendo mi espacio personal a sabiendas que con eso solo me haría cabrear

—¿Es cierto lo que dicen los rumores?—llegó Karin quitándome de encima a Suigetsu, traía consigo una gran maleta pesada que solo sabría ella que traía consigo.

—  Si —contestó mi amigo— ¿Y eso?—señalo refiriéndose a la maleta, era inusual que Karin cargara algo que se veía tan pesado

—Es para mí exposición de problemas sociales— dijo orgullosa y sin una palabra más, olvidándose por completo de mi caso,  sacó mil y un  productos femeninos diferentes —Mi tema es el maquillaje como problema social, ya que ¿Cuantas de estas cosas no usan las chicas? Las jóvenes para verse mayores y las adultas para verse jóvenes. Además de ¿Qué tanto puede cambiar una chica con esto? Sin duda hay casos casi milagrosos haciendo ver a una chica fea a una diosa

—Imposible para ti Karin—comento Suigetsu ganándose un golpe de mi amiga

—Imbécil—susurro ella viendo mal a mi amigo.

¿Por qué no simplemente se dicen que se quieren? Pensé  un poco cansado de la misma escena repetitiva.

—Regresando a lo que decía, el problema es que las chicas pierden su identidad llegando a casos extremos, desde que no pueden salir de casa o del baño sin delinearse los ojos  hasta que no pueden reconocerse sin maquillaje…

¡Ridículo! Pensé fastidiado de solo creer que había personas así.

—…en serio el maquillaje dura unas horas pero no saben que en realidad por más fina sea la crema o el lápiz labial  que usen, solo les está envejeciendo el rostro, además que la apariencia que dan a los demás solo es una imagen, ahí también se encuentra otro problema, las chicas quieren ser hermosas y VERSE hermosas para atraer chicos, sin que se den cuenta que están convirtiéndose en esclavas al seguir comprando estos productos y  ocultando su inseguridad, que tarde o temprano, esos chicos las verán sin maquillaje y ¡Adiós encanto! Además que el sistema implanta la idea junto con las compañías que elaboran los productos cosméticos, que sin maquillaje, ropa, zapatos,  peinado y demás, no se es bonita o atrayente inflando aún más la inseguridad de las chicas vendiéndoles la idea de que si usan “X” producto pueden llegar a ser como una miss universo o la actriz favorita de ellas.

— ¿No crees que lo manejas un poco extremista?—preguntó Suigetsu— ¿Esto cuánto vale en tu calificación?

—No lo creo, un 70 por cierto ¿Qué te parece, Sauke?

— ¡Con razón traes este arsenal!—dijo en broma Suigetsu, refiriéndose a la excesiva y muy variada cantidad de maquillaje y demás que traía Karin—Lastima que no llegaras a tu clase para exponerlo—dijo sonriente.

Karin volteo a ver su reloj de pulso y de movimientos rápidos  tomo de golpe los objetos que traía consigo, metiéndoles de golpe en la gran maleta corriendo directo al salón.

—Sasuke, recuerda que iré en la tarde a tu casa, ¡Nos vemos!—dijo Suigetsu siguiendo por donde se había ido la pelirroja.

Yo solo podía negar con la cabeza.

Decidí retirarme, no tenía ganas de ir al club de baloncesto, y ya no tenía más clases  así que me iría casa de una vez. Me levante del asiento y pude notar que al lado de mi pie derecho había un lápiz labial, de seguro se le había caído a Karin cuando se marchó casi volando.

Bufe.

Si.

No.

Si.

Con toda la flojera y pesadez del mundo recogí el lápiz labial y lo guarde en uno de los bolsillos del pantalón, me acomodé la mochila y emprendí camino a casa.

De que no hubiera nadie en casa no era algo de otro mundo, pero el silencio aun para mí, en casa  era un poco asfixiante, subí hasta mi cuarto y cerré la puerta, deje la mochila en su lugar y prendí la radio, acto seguido sin pensármelo me tumbe en la cama, reflexionando de lo que había sucedido hoy.

Había despertado, realmente no supe en que momento me quede dormido, mamá ya había regresado, el olor  de la comida la delataba, de seguro papá también había llegado e Itachi…él me daba igual, decidí de una vez cambiarme de ropa, sentí un bulto en el bolsillo del pantalón, metí la mano y al tocarlo me acorde de que era el lápiz labial de Karin, suspire cansado y lo avente de forma suave en el escritorio.

Se lo devolvería mañana.

Espera…

Si Itachi entraba y lo veía  no me dejaría en paz mínimo por una semana, también podría tomarse a mal interpretaciones, sacudí la cabeza un poco de disgusto y agarre el maquillaje.

Ahora… ¿Dónde lo guarda? Por supuesto sin que mi hermano metiche lo encontrara.

Alce el pequeño objeto de mis problemas y me le quede viendo fijamente .En automático, lo destape y lo gire viendo la barra de color rosa terminada en pico, me fui directo al espejo de la pared y aprecie mi rostro.

 “…Una chica fea  a una diosa…” había dicho Karin.

“Como me vería si…”

Al igual a como había visto a mi madre hacerlo durante años, unte un cantidad que considere adecuada del lapiz labial  en mis labios, repitiendo lo que las chicas hacían, junte los labios para que quedara uniforme tanto del labio inferior como el superior.

“Se me ve…”

—No era mi intención interrumpir—dijo Suigetsu sorprendido en la puerta de mi habitación dejándome claro que había visto la escena por completo—te veo mañana— dijo y salió corriendo de la casa.

“¡Mierda!”

 

Notas finales:

Espero sus comentarios :)


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