El manager les explicó a las ocho chicas que dentro de nueve días debían actuar en un programa de televisión y que iban a cantar una nueva canción titulada “Time machine”.
Decidieron quedarse unas horas repasando la letra en el estudio, junto a los profesores de canto para perfeccionar las partes agudas.
Sooyoung se sentó en una silla alejada de las demás, leía la letra de la canción pero simplemente no podía concentrarse a estudiar. Recordó la cena que había tenido la noche anterior con su novio. Habían hablado sobre su aniversario pero ella no se había mostrado muy entusiasmada y él lo había notado. Mientras cenaban y él le hablaba sobre un nuevo drama en el que actuaría, ella se había dedicado a comer sin ganas y a mirar por la ventana pensando en Yoona. Incluso cuando le había besado al dejarla en casa había deseado alejarse y subir corriendo para encontrarse con la morena. No estaba bien estar con su novio y pensar en su amiga, pero no lo había podido evitar.
Relajó los hombros, dejó los papeles sobre la mesa de al lado y apoyó la frente sobre las manos. No podía ser posible que se estuviera enamorando de su amiga. Su cerebro no quería creerlo, pero su corazón no decía lo mismo.
Seohyun se acercó a ella al verla tan decaída. La maknae siempre se preocupaba por sus unnies.
-Unnie -se acuclilló delante de ella- ¿ocurre algo?
-No... no estoy segura.
-Cuéntame si eso te hace sentir mejor.
-Yo... -dudó en que contarle- ¿crees que está bien estar con tu pareja y mientras pensar en otra persona?
-Según lo que signifique esa otra persona para ti, supongo.
-Ya... No me saco a esa persona de la cabeza y... no quiero hacerle daño a Kyung Ho.
-Yo se poco sobre parejas, así que poco te puedo aconsejar unnie, lo siento, pero... -se puso en pie- deberías hacer lo que tu corazón te diga.
-Muchas gracias.
Le dedicó una amable sonrisa mientras la maknae volvía con las demás.
“Hacer lo que diga mi corazón” se repitió a si misma mientras, con la mano en el pecho, agarraba su camiseta.
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Pasó una semana en la que las chicas se dedicaron a memorizar la letra de “Time machine”.
El teléfono de Yoona sonó en la habitación y Taeyeon se lo trajo corriendo.
-Yoona, tu móvil -se lo entregó.
La morena miró la pantalla, era un número que no tenía guardado, aún así descolgó.
-Dígame.
-¿Yoona? -sonó una voz masculina al otro lado de la línea.
-Si, ¿quién es?
-Perdón -rió- soy Seung Gi.
-Ah, hola, ¿qué tal?
-Bien, esto... llamaba para preguntarte que tal tu tobillo.
-Ya estoy mejor, gracias.
-De nada y... -se hizo el silencio durante unos segundos- me preguntaba si querrías salir a cenar esta noche conmigo.
Yoona se quedó paralizada y se echó el pelo hacia atrás.
-Eh... claro. Supongo que no habrá ningún problema.
-¿Paso a recogerte a las ocho?
-Perfecto -sonrió.
-Hasta luego.
La morena colgó el teléfono y se acercó a sus amigas, que comian todas juntas al rededor de la mesa de la cocina.
-Chicas... -dijo sin mirar a ninguna, simplemente miraba la mesa- Lee Seung Gi me acaba de invitar a cenar esta noche...
Sus amigas se quedaron boquiabiertas, algunas literalmente, y al momento empezaron a vitorear a la chica.
-Eso es una cita -confirmó Tiffany.
-Ay... que nuestra Yoona se hace mayor y ya sale con chicos -bromeó Sunny.
Yoona paseó la mirada por el borde la mesa y al levantar la vista sus ojos se cruzaron con los de Sooyoung que la miraba con una ligera sonrisa de tristeza. Se quedaron mirándose hasta que Taeyeon se interpuso.
-Debemos elegir la ropa para la cita -gritó.
Todas asintieron y se llevaron a Yoona a la habitación, dejando a la castaña sola en la cocina.
La noche llegó y todas las chicas se encontraban en el comedor. A falta de una hora para la cita, las chicas probaban en Yoona todo tipo de conjuntos. Finalmente ella misma se decidió por una falda negra que le llegaba un palmo por encima de las rodillas, una camisa blanca de manga larga y unos tacones negros.
Yuri se encargó de hacerle un sencillo recogido en el pelo, dejando varios mechones que enmarcaban su cara; y Jessica la maquilló, no muy fuerte, dejando ver la naturalidad de la chica.
-Estás preciosa -susurró Sooyoung cuando la castaña se colocó en el centro del salón para que todas la vieran.
-Gracias unnie -se sonrojó.
Bajó las escaleras y al abrir la puerta de la calle, Seung Gi le esperaba fuera subido en una moto negra, con un casco en la mano que le ofreció cuando ella se acercó.
La llevó a un restaurante por el centro de la ciudad y el camarero les llevó a una mesa reservada, alejada de las demás. Yoona se sentía algo incómoda, realmente aquello empezaba a parecerse a una cita y no estaba segura de que ocurriría aquella noche.
Cenaron tranquilamente hablando de cualquier tema que salía. Él le dedicaba sonrisas cautivadoras y ella intentaba disimular lo nerviosa que estaba. Aquel chico era realmente guapo y encantador, pero en su cabeza se repetían una y otra vez las últimas palabras que le había dedicado la castaña.
Después de cenar dieron un paseo por las calles de Seul hasta que Yoona dijo que estaba cansada y él la llevó hasta su casa.
Bajaron de la moto en frente de su portal y el chico cogió su muñeca antes de que ella se fuera.
-Yoona quería hablar contigo de una cosa.
-Dime.
-Yo... -le miró a los ojos antes de continuar- me gustas mucho y me gustaría pedirte salir.
Ella se quedó paralizada y desvió la mirada al suelo, sonrojada.
-Seung Gi, también me gustas, pero me gustaría pensarlo, no es algo que pueda decidir tan rápido.
-Lo entiendo -le sonrió- cuando sepas una respuesta llámame.
-De acuerdo...
El chico subió la mano de su muñeca hasta su mejilla, la acarició y rápidamente se acercó para darle un suave beso en los labios, que lo alargó durante unos segundos.
Yoona se apartó poniendo sus manos en el pecho del chico, se despidió algo sonrojada e inmediatamente abrió la puerta y entró corriendo en la casa, dejando al chico con una sonrisa de satisfacción.