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~ Ámame ~ por Mirnest2

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Notas del capitulo:

Para mis JongKey lovers <3 la más hermosa canción que puede existir: https://www.youtube.com/watch?v=kvIHXaaDa0Q

La trama? un suceso real en la vida de SHINee según mi punto de vista en cómo pasaron las cosas... espero les guste ;)

 

Para Camila...

-CAPÍTULO I: Quasimodo-

 

 

Tenía que estar bromeando, esta tenía que ser una jodida broma, ¡UNA BROMA! Se contuvo lo que más pudo, por las cámaras, por el público, por los otros idols presentes, por el mismo grupo e incluso por él mismo. No dijo nada en los camarines, tampoco cuando iban de regreso al departamento en la van, pero ya estando en casa explotó, literalmente.

Abrió la puerta de un solo golpe entrando de los primeros, arrojando al suelo su bolso como nunca antes lo había hecho; odiaba las cosas en medio de la sala y si ahora lo había hecho, había sido simplemente porque ya todo le estaba dando lo mismo. Los demás ingresaron detrás, notando que era muy obvio todo el tiempo que se había contenido antes de encender la hoguera y arrojar en ella al principal culpable.

 

-          Oye, Kibum, cálmate

 

La voz de Onew es suave, conciliadora y la mano que alza para alcanzar su hombro no llega a su objetivo cuando el rubio la golpea y se aparta, alejándose.

Y cuando le vio entrar de los últimos, cerrando la puerta sutilmente y avanzar casi arrastrando los pies, dejó salir todo.

 

-          ¡¿Fue divertido?! – le gritó - ¡Tratarme como un imbécil en frente todos, ¿TE DIVIRTIÓ, EH?!

 

-          Key…

 

-          ¡Mantente fuera de esto Minho, este no es tu puto problema!

 

-          Kibum, por favor, hablemos

 

-          ¡Eso hago! ¡Estoy hablando con este puto maricón! – le apuntó ignorando nuevamente al líder que como nunca, no sabía qué hacer - ¡Respóndeme, ¿Te agradó hacerme quedar como un idiota frente a todos, frente a las cámaras?!

 

Pero nada, por más que gritaba no obtenía las respuestas que quería. Todo había marchado bien; había llegado siempre puntuales al estudio, tuvieron los ensayos hasta la grabación final y luego, cuando llegó el momento de la premiación y se les anunció a ellos como ganadores, sintió que Jonghyun le tomaba por la espalda con sus brazos rodeándolo, fue eso y luego los roces que sintió en su nuca, el aliento quemando su piel y ese beso que reverberó tras su cuello: le había besado.

Minho permanecía callado cerca de la cocina, Taemin de pie junto a él, Onew mirándolos a ambos; él a un lado y el culpable al otro, como separándolos.

 

-          No puedo creer que hicieras eso, ¡no puedo creer que me hicieras eso, A MÍ! – exclamó - ¡¿Por qué, POR QUÉ LO HICISTE?!

 

Silencio, solo silencio.

 

-          ¡Por lo menos ten la decencia de mirarme cuando te hablo, no puedes ser tan cobarde!

 

Y le miró, y lo que vio en sus ojos no le agradó nada; no había ni una pizca de arrepentimiento, nada. Los ojos de Jonghyun reflejaban la pura intensión de que lo había hecho porque había querido, porque quería besarlo frente a todo el mundo y que realmente no le importaban las consecuencias que sus actos podrían desencadenar para él, para el resto de los miembros o para Key.

 

-          No te arrepientes… - musitó horrorizado, no podía ser posible que le estuviese haciendo esto, no a él – No te arrepientes de nada…

 

-          Oye Kibum, estoy seguro que Jonghyun tiene una disculpa que darte – intervino Onew - ¿Cierto Jjong?

 

Y nuevamente no dijo nada, solo permaneció mudo mientras le miraba sin un atisbo de decir o algo hacer algo para remediar la situación.

 

-          Eres un maldito…

 

-          ¡Kibum!

 

Taemin es el primero en ir tras él cuando le ve correr hasta el pasillo, quedando de pie en medio de éste al sentir la puerta cerrarse de un duro golpe que le hizo dar un saltito del susto. El menor cerró los ojos, suspirando pesadamente cuando por el otro lado de la puerta podía sentir los sollozos cargados de dolor de su amigo y no poder hacer nada para poder ayudarlo. Molesto por lo sucedido, fue hasta la sala dejándose ver, dedicándole a Jonghyun unas cuantas palabras antes de irse a dormir.

 

-          ¡¿ESTÁS FELIZ?! ¡¿TE HACE FELIZ HABERLO HECHO LLORAR?!

 

-          ¡Tae…! – le llamó Minho.

 

-          ¡Vete a la mierda Jonghyun! ¡VETE A LA MIERDA!

 

Ahora es Minho quien va tras Taemin y alcanza a colarse dentro de la habitación antes de quedar afuera. En la sala queda Onew quien tiene las manos en la cintura y bufa cansado, sus ojos en el suelo.

No había querido lastimarlo, tampoco hacerlo llorar, esas nunca fueron sus intenciones pero, ¿Qué podía hacer si no se había podido resistir? Había tratado, por mucho tiempo, ¡Dios sabe cuánto tiempo llevaba conteniéndose! Pero esa noche, con la algarabía de la celebración, con las fans gritando por ellos, los otros idols aplaudiéndoles y Kibum tan feliz, simplemente no pudo evitarlo. No pudo hacerlo.

 

-          Hyung…

 

-          No Jjong – interrumpió – Debes arreglar esto, debes hacerlo…

 

-          No quise lastimarlo

 

-          Lo has hecho – le miró - ¿Qué pretendías de todos modos? No pudiste, simplemente, ¿contenerte?

 

-          ¿Tú habrías podido? Si tuvieras frente a ti a la persona que más quieres, ¿habrías podido aguantar las ganas de tocarla o besarla?

 

-          Lo habría hecho, porque ese no era el momento, tampoco el lugar de haber hecho una estupidez como la que hiciste… - añadió – Además, él, Kibum, sabes que él ti-

 

-          Lo amo

 

-          ¡Jonghyun, por favor!

 

El bufido que suelta el largo y pesado. El mayor sostiene el puente de su nariz cansado y previendo el estrés que se les vendría encima, además de las explicaciones que como líder, tendría que dar.

 

-          Debes hablar con él, debes disculparte con él

 

-          No puedo pedirle perdón por algo que no lamento hyung

 

-          ¡Debes hacerlo! ¡Maldición! Tan solo… - le apuntó - ¡Hazlo antes de que este problema se vuelva incontrolable, ¿entendiste?!

 

-          (…)

 

-          ¡¿Entendiste?!

 

-          S-sí, sí, lo haré

 

-          Bien, ahora ve a descansar, mañana será un día pesado… - sus pasos hacia el pasillo – Buenas noches Jonghyun

 

-          Buenas noches hyung…

 

 

Tus huellas que llenan mi corazón
Me hacen capaz de respirar.

Cuando la luz de la luna colorea la larga noche,
¿La ineludible espera terminará?
Pidiendo por un milagro, me pregunto y me respondo…

 

Le quemaba, le ardía. Cerró la puerta de un golpe sin preocuparse de que Taemin le siguiese, simplemente le dejó afuera. Ya dentro gritó con toda la fuerza de su garganta, llorando lágrimas llenas de rabia y frustración. Se desordenó la ropa sin importarle el estado en que ésta quedase, arañándose el cuello sin mayores cuidados; tenía que quitarse esa marca de él, quitarse la huella de su aliento, arrancarse la marca de su beso que ya no residía solo ahí, sino que también en el fondo de su corazón.

¿Cómo era posible que tan solo un roce de esos labios en su piel le doliese tanto? Había tratado tanto, ¡pero tanto el tener que seguir con su vida! Que ahora Jonghyun simplemente se le colaba dentro sin permisos, haciéndolo sentir demasiado vulnerable, tanto como él mismo se había negado a estar otra vez.

Había crecido, creía creer que los pasos que había dado en ese entonces; como cantante, como miembro del grupo e incluso como hombre, habían sido los correctos. Abrir su sellado corazón a esa persona que tan gentilmente le había ofrecido la chance de renovarlo, le daba esperanzas de poder superar ese amor no correspondido que tuvo por tantos años.

Lanzó lejos las cobijas de la cama y las almohadas, y se dejó caer abrazando su cuerpo en un ovillo, llorando no supo cuántas lágrimas que se absorbieron en el colchón; se sentía usado, fácil, infiel. Se sentía la peor persona del mundo y ni siquiera por su culpa, ¿o sí?

 

-          ¡ARG, MALDITO, MALDITO!

 

Aquel grito sordo le hace doler la garganta incluso más, entrecortando su respiración y sus lágrimas ¡Dios, cómo dolía! ¡Cómo le dolía en su mente! ¡Cómo le dolía en su cuerpo! ¡Cómo le dolía en su corazón! El beso de Jonghyun le dolía como quizás nunca antes, le había dolido algo. Sentía la piel de su nuca a carne viva, se había lastimado sin cuidados y sabía que al otro día tendría marcas que contrastarían visiblemente con su pálida piel.

Tenía que decirle. Tenía que llamarlo, eso era lo correcto por hacer ¿cierto? Si en toda esta situación había un culpable, entonces ese no sería él. Él era una víctima, solo eso.

Kibum se incorporó de la cama, secó las lágrimas de su cara y abrió la puerta. Afuera todo estaba a oscuras, ¿Cuánto tiempo llevaba encerrado en su habitación? ¿Estaban todos durmiendo? Miró por el pasillo, sintiendo el ruido de la soledad invadir el lugar. Caminó hacia la sala, en donde vio su bolso tirado en el suelo. Rápidamente fue hasta él, lo abrió y sacó de adentro su teléfono celular: tenía unas cuantas llamadas perdidas.

 

-          ¿Kibum?

-          Uhm, sí, soy yo, lamento llamarte tan tarde, ¿te desperté?

-          Oh, sí, pero estaba esperando tu llamado – bostezó – Traté de contactarme contigo, como no contestaste, supuse que seguías ocupado, ¿cómo estuvo la grabación?

 

¿Cómo estuvo? El rubio resopló, arrastrándose hasta dejar caer su cuerpo en el sofá, con su cabeza apoyada en el respaldo, sus ojos cerrados y el teléfono que esperaba una contestación.

 

-          ¿Kibum…?

-          ¡Oh, bien, sí! – mintió – Estuvo bien, ganamos…

-          ¡¿GANARON?!

-          Sí

-          ¡Wou, cariño, eso es increíble! ¡Te felicito! ¡Estoy muy feliz por ti!

-          Gracias – musitó robóticamente.

-          Supongo que lo hiciste increíble como siempre, ¡muero por ver la emisión!

 

Ver la emisión. Si veía la emisión, entonces quizás vería ‘ese’ momento. Iban a ser los peores días de su vida el tener que esperar a que los canales trasmitieran la grabación de esa tarde, ¿Qué pasaría si alguna cámara los enfocó? ¿Qué iba a pasar si no editaban ese momento, cuando Jonghyun le abrazó y besó tras su cuello? ¿Cómo iba a poder explicarle aquello? ¿Le creería? ¿Lo haría?

 

-          Bum, ¿estás bien…? ¿te pasa algo?

-          ¿Eh?

-          Te he estado hablando, pero, no me has dicho nada…

-          ¡Perdona, ¿qué dijiste?!

-          Dije que si acaso querías que saliéramos a celebrar, los dos – preguntó – Ya sabes, sin levantar sospechas ni nada, tal vez ir por un café o algo así, ¿te gustaría? ¿crees que puedas?

-          Uh, este, yo…

 

Un golpe hueco le hace voltear el rostro hacia la fuente de origen. Ahí, en medio de la oscuridad, vio una silueta de pie, junto a la mesa estilo americana de la cocina. Sobre ésta había una botella de cerveza que había sido la ocasionadora de ese ruido en medio de la noche.

Al verlo, su corazón comenzó a bombear sangre a su cuerpo a gran velocidad, ensordeciéndolo. Sus ojos se encontraron con los ajenos que brillaban por el resplandor de la luna; estaba llorando, eso lo sabía sin siquiera estar frente a él.

 

La voz de su novio se hizo mínima, todo alrededor desapareció y tan solo fue él, él y ese hombre que caminaba hacia donde estaba; tenía su camisa fuera de los jeans rasgados, estaba descalzo y parecía no notarlo.

Instintivamente se puso de pie, a la defensiva; debía ponerse a salvo ¡tenía que hacerlo! El teléfono resbaló desde su mano, cayendo entre los cojines del sofá mientras él retrocedía con sus pasos.

 

-          ¿Es él…?

 

Dura, dura y asesina, así se escuchaba su voz.

 

-          ¿Hablas con él?

 

¿Qué pretendía? ¡¿Qué estaba haciendo?! Kibum le miró temeroso mientras el mayor tomaba el celular y veía la pantalla iluminándose: Park Hyeong Seop. Sí, era él. La misma persona que le había arrebatado a su Kibum. Ya hace meses que estaban juntos. Lo que él creyó que había comenzado como una especie de venganza por su fallida relación con Se Kyung, de pronto se volvió todo lo contrario.

Kibum y ‘el otro’ se conocían de hace años, pues ambos eran de Daegu y tuvieron una especie de contacto amistoso mientras era trainee. Luego con el paso del tiempo, se reencontraron por la afición que el rubio tenía por la moda y el trabajo de modelo que tenía el otro chico. Y el resto ya era obvio. Sus encuentros en desfiles de moda, cenas con amigos y salidas a cafés, fueron igual o más recurrentes que las fotos que ambos subían del otro en las redes sociales, haciendo alusiones más que evidentes de que salían y compartían tiempo, juntos.

Hace meses que eran novios y por más que quisiese, Jonghyun no podía hacer nada para evitar eso, incluso él mismo había posado en varias fotos con el tipo, teniendo que forzar sonrisas y distancias demasiado cortas para dar indicios de una amistad o relación afable que estaba lejos de ser cierta. Y lo que había ocurrido esa tarde durante la premiación, solo le añadió otro leño a ese fuego de incomodidad y una relación demasiado fría de parte de Kibum. Por más que él quería y se esforzaba por hacer que todo volviese a la normalidad entre ambos, el rubio se oponía, tajantemente a eso.

¡Oh, cierto, ahora tenía novio! Y Jonghyun siempre, siempre se olvidaba de ese detalle.

 

-          Oh, sí, es él… - rio casi maquiavélicamente sin quitarle los ojos a su víctima, apagando el aparato- ¿Interrumpí tu conversación?

-          Jonghyun, ¿estás ebrio?

-          No, no lo estoy, para nada…

-          Luces ebrio, t-te, te haré un café – dio un par de pasos en falso que quedaron nada más en la intensión, pues ver cómo se le acercaba incluso más, le dejó petrificado – Jjong…

-          ¿A él también le haces café? ¿También lo cuidas tanto?

-          Por favor, n-no, no hagas esto

-          Es solo una pregunta Kibummie – ironizó - ¿No puedes respondérmela? ¿A él también le haces cafecitos?

-          No, no lo hago

-          ¡Oh cierto, ustedes salen a tomarlos a lugares públicos para después subir selcas a las redes sociales y que todos vean la hermosa relación de ‘amistad’ que tienen! – exclamó - ¡Qué populares son!

-          Para, en serio ¡para con esto!

-          ¡Parar, ¿qué?! ¿Acaso he dicho algo que sea mentira? He visto sus fotos, lo cercanos que son, los buenos amigos que lucen… - sus pasos acercándosele – Incluso él sube fotos de tu habitación, ¿Han tenido sexo acá? ¿Lo traes cuando no estamos; cuándo dices estar ‘enfermo’?!

-          No tengo porque aguantar esta estupidez…

 

Kibum hizo oídos sordos ante las palabras que sabía, Jonghyun no sería capaz de decirle si estuviese en un estado lógico racional que estaba lejos de ser en ese momento. No sabía cuánto había bebido, pero de lo que estaba seguro era que tenía que ignorarlo y volver a la habitación, a sitio seguro.

Se armó de valor y se adelantó queriendo pasar por su costado cuando, una mano se ancló fuertemente a su antebrazo, haciéndolo voltear casi a tropezones. Jonghyun le tomó sin cuidados y arrastró hacia el ventanal, estampándolo ahí.

 

-          ¡Oye, dolió! – se quejó rozando la parte de su cabeza que se había golpeado - ¡¿Qué crees que estás haciendo?! ¡Jonghyun!

 

Pero no le dijo nada. Su respiración era cortada por los ojos del mayor que le miraban como si fueran dos navajas, desarmándolo. Estando así de cerca, pudo comprobar que no estaba ebrio, Jonghyun estaba totalmente lúcido y consciente y que, si estaba actuando de ese modo, claramente no estaba pensando en las consecuencias de sus actos. Ni ahora, ni tampoco en la tarde cuando le besó el cuello frente a las cámaras de televisión.

Se sentía mínimo, pequeño y muy asustado. La mano de Jonghyun no dejaba de tomarlo y mantenerle el brazo en alto pegado al vidrio, fuera lo que fuese que el mayor pretendía hacer en ese momento, por donde lo viese, estaba totalmente desarmado y en desventaja.

 

-          Suéltame, por favor – pidió en un ruego débil, apartándole la mirada.

 

Silencio, uno muy potente e incómodo.

 

-          Suéltame Jonghyun, o si no…

-          O si no, ¡¿Qué?! ¿Lo llamarás para que venga a rescatarte? ¿Le dirás a tu novio que te estoy lastimando y él vendrá a salvarte? – dijo sarcástico – ¡Quizás deba hacerlo, para hacer que venga y romperte la cara de imbécil que tiene!

-          Por favor

-          ¡Cierto, si le rompo la cara no podrá desfilar más! ¡Oh, el niño bonito ya no lo será tanto, ¿verdad?!

-          Jonghyun, me lastimas… - insistió tratando a toda costa controlar la situación – Déjame ir…

-          ¿Sabes Kibum? Pensé que tarde o temprano me cambiarías por alguien más, en serio lo hice – le miró en una falsa sonrisa – pero nunca pensé que caerías tan bajo eligiendo a una mierda de novio como él…

 

¡SLAM! Agradeció enormemente que el brazo sujeto no fuese el dominante, pues con su mano derecha pudo acallar las idioteces que Jonghyun decía con una certera y dura bofeteada que le hizo voltear el rostro y tragarse sus venenosas palabras.

Ya estaba cansado, ¡estaba harto de la actitud que el mayor tenía para con él! ¡¿Por qué le hacía las cosas tan difíciles?! ¡Es que simplemente, ¿no podía dejarlo en paz con su relación?! Cada oportunidad que tenía, Jonghyun la aprovechaba para humillarlo y minimizarlo por estar saliendo con Hyeong Seop y eso ya a esas alturas, le tenía más que cabreado.

Kibum admitía que se sintió de la misma forma cuando Jonghyun comenzó a salir con Se Kyung, pero nunca, ¡nunca! Le hizo las cosas tan complicadas como el moreno se las estaba haciendo desde que había podido al fin dar vuelta la página y superar la fallida relación que ellos había tenido años atrás. Jamás le dijo cosas a la ex del mayor, tan solo había mantenido una distancia prudente con él, eliminando el tan ansiado ‘fan service’ que tanto le gustaba al público. Pero cuando él entabló una nueva relación, Jonghyun se esmeraba en buscarlo, en seguirlo, provocarlo y hacerlo sentir incómodo en cada oportunidad que tenía. Y eso simplemente, tenía que acabar.

 

-          Aquí la única mierda… - le miró, lágrimas en los ojos, falta de aliento en su voz - …eres tú

 

Tres… su mente se nubló, sus pupilas se dilataron y su corazón que ya estaba desbocado, parecía querer salírsele por el pecho. Sintió sus piernas flaquear y gotas de su sudor resbalar por su frente hasta su cuello.

Dos… una ola de aliento tibio y embriagador ingresó a su sistema, sus bronquios se dilataron y parecía que ya no absorbía oxígeno, sino algo más penetrante que le estaba asfixiando.

Uno… calor, mucho calor. Su cuerpo de pronto perdió el total control de su temperatura y, sabiendo que en ese momento estaba palideciendo ante el inminente peligro, todo su cuerpo le decía lo contario; estaba quemándose, podía sentir las llamaradas extenderse por todo su ser.

 

Oh, tú… No puedo hablarte acerca de mí, quién quiere alcanzar tu corazón.
Como la luz de las estrellas ocultas detrás de las frías nubes.
Te amo, al final, la dolorosa confesión
Que queda en el borde de mis labios se desliza como lágrimas.

 

Estaba capturado, completamente, prisionero de la cercanía de Jonghyun y del ventanal tras él. Sintió que una mano se aferraba a su cadera y un par de piernas chocar con las suyas. Un par de ojos oscuros que le miraban hasta el alma, una respiración entre cortada mezclándose con la suya, un roce de piel en su nariz, un flequillo hacerle cosquillas en la frente y un par de labios rozarle.

Meses, había permanecido meses completos sintiendo en su boca un par de labios que no eran los de él. Meses sintiendo un cuerpo apresarlo y no tenía nada que ver con ese que ahora le mantenía cautivo. Meses sintiendo un par de manos sostenerle, un par de ojos mirarle, pero no eran esos, no eran aquellos.

No eran los de él.

Tragó el nudo que le oprimió la garganta y solo entonces sintió una sutil humedad apoderarse de su boca, y unos labios capturarle el suyo inferior. Estaba pasando, Jonghyun le estaba besando.

Kibum le vio apartarse, inspeccionándolo con temor, era casi como si con la mirada le estuviese diciendo: ¿Recuerdas? ¿Todavía puedes recordar mis besos? Dime que lo haces, ¡por favor! Y lo hacía, claro que lo hacía. Aquel roce, solo ese pequeño aperitivo de esa boca, trajo a su mente explosiones de un sinnúmero de recuerdos que había creído, eran parte del pasado. Cuando reaccionó, cuando vio en Jonghyun a la misma persona de la que se había enamorado años atrás, entonces supo que él también sabía, que le recordaba. Que en el fondo, nunca le había olvidado, que jamás le había desechado y que jamás le había reemplazado por otra persona pues era único; Jonghyun seguía siendo un único para él.

Y ahora, ¿Qué hacía? ¿Qué podía hacer? Nada, tan solo, rendirse; ya era quizás tiempo, de darse por vencido.

Jonghyun rompió la distancia invisible entre ellos y sin permisos, sin disculpas ni nada de eso, le tomó por las mejillas y le besó, esta vez como debía ser. Sus labios se movieron con hambre y necesidad, tomando la misma angustia en Kibum. Sintió la manos del menor sostenerlo por la camisa y su lengua trazar dibujos dentro de su boca. Se sentía increíble, como nunca, se sentía simplemente maravilloso. La boca de Kibum, sus labios generosos, su lengua elegante en probarlo, sus dientes desesperados por morderle.

Un par de gemidos entre suspiros y sus bocas se buscaban de nuevo, desesperadamente. Con ambas manos dibujó la silueta del menor, aferrándola a sus caderas, acercándola con la suya y deleitándose con ese gemido contenido que sintió en su boca. Los brazos de Kibum viajaron a su cuello, enredando sus dedos en su cabello, ¡Oh, se sentía tan bien! Se sentía justo como antes.

Otro roce de caderas, de sus cuerpos y de sus labios, y ahora eran ambos los que gemían como si antes no hubieran estado a punto de matarse con sus ácidas palabras. Otro beso y entonces respiraron, mirándose intensamente, preguntándose a través de sus ojos cargados en lágrimas con sabor a orgullo roto, si lo que estaban haciendo estaba bien. Si lo que iban a hacer, era lo correcto.

 

-          Jjong

-          Te deseo – interrumpió; sus dedos acariciando sus mejillas, sus narices acariciándose tiernamente – Te necesito Key, me haces tanta falta, te extraño tanto, tanto amor

 

Afuera las luces de la ciudad daban la claridad perfecta. De espaldas al ventanal, Kibum podía ver toda la ciudad brillar en los ojos de Jonghyun; seguía llorando. Le miraba tan íntimamente, tan intensamente, de la misma manera en que se veían cuando antes estaban así, de la misma forma en que ahora lo estaban; juntos, sin temores, sin el peso del mundo y de la fama, sin nada más para entorpecer ese momento en donde se pertenecían mutuamente.

Fue entonces él quien lo apartó sutilmente saliendo de su prisión y tomando su mano le sonrió. Sin estar completamente seguro de lo que estaba haciendo, lo llevó consigo, haciendo que lo siguiera por el pasillo hasta la habitación. Le hizo entrar y luego ingresó él, y sin dejar de mirarlo cerró la puerta, poniéndole el seguro.

Jonghyun seguía de pie, en medio del cuarto, mirándole como un cachorro cuando encuentra en su dueño la persona a la que aferrar su fidelidad. El moreno le vio avanzar hacia él, tomarlo de los hombros y hacerle caminar de espalda para luego caer sentado en el colchón. Y estando ahí, juró que su alma abandonó su cuerpo y que su corazón dejó de latir.

Frente a frente, sin romper el contacto visual, Jonghyun le vio jugar con sus dedos en los ojales de su camisa. Fue en tan solo una fracción de segundos en que quedó a torso desnudo, pero el moreno juró que ese momento se había hecho eterno; su piel brillando bajo el cielo nocturno, sus costillas casi perforándole al respirar, su abdomen contrayéndose hermosamente. Y justo antes de morir de exceso de belleza, un par de pantalones viajaron por esas piernas tan perfectas que él tenía. Y justo antes de irse al purgatorio, le vio ahí, de pie frente a él, a escasos metros suyo y completamente desnudo. Jodidamente, perfectamente, dolorosamente y hermosamente desnudo.

No reaccionó, no podía, se sentía atornillado en esa cama y las manos le picaban por querer tocarlo y sus labios por querer besarlo. Le miró, ¡Sí, cómo amaba mirarlo! Y sus pasos se le fueron encima tan elegantemente como solo Kibum podía ser. Lo tenía ahí, tan cerca, que no pudo evitar cerrar sus ojos al sentir el aroma de esa crema corporal que el chico usaba.

 

-          Key… - gimió compungido.

 

Y luego el mudo era el otro. Las palabras desaparecieron de Kibum cuando se paró en medio de las piernas del mayor, sosteniéndole el rostro con sus manos y acercándolo a su piel. Un beso en su vientre sobre su ombligo, eso sintió y los golpes eléctricos le remecieron las vértebras. Un par de posesivas manos que lo tomaron por la cintura y le obligaron a permanecer ahí mientras seguía sintiendo besos en esa zona su cuerpo.

 

-          ¡Oh, Jonghyun…!

 

Sin perder más tiempo tomó la iniciativa y se dejó caer sobre él, sentándose en su regazo con ambas piernas capturando las otras. Besos cargados en intensidad y caricias desgarradoras no se hicieron esperar. Kibum sintió que lo sujetaba y colocaba contra el colchón, dejándose besar y someter voluntariamente. Aunque quisiera hacerlo, aunque su raciocinio le gritase que se detuviese, no podía, ya era demasiado tarde.

Todo el temor de perderlo, de no sentirlo suyo y esa distancia que le dolía, desaparecieron cuando lo tuvo así, al fin como había anhelado tanto tiempo. No existía Se Kyung, tampoco Hyeong Seop, sino ellos, solo ellos.

Kibum sintió que su cuerpo se quemaba con cada beso en su piel, con cada caricia y cosquillas que se multiplicaban cuando el cabello de Jonghyun le rozaba. Sus manos viajaron hábiles hasta la camisa ajena y entre besos se deshizo de ésta mientras el mayor se quitaba el resto de su ropa. Miradas cómplices e intensas, besos hambrientos y angustiantes, y luego fue sentir que su mundo explotaba en cientos de estrellas que se esparcieron por toda una galaxia cuando Jonghyun se hizo de él.

 

-          ¡Dios, …!

 

Notó el sexo caliente abrirle el interior con hambruna y espasmos poseerlo con cada movimiento del mayor dentro suyo. Era suave, húmedo y tan llenador poder al fin, sentirse tan completo a como lo estaba en ese momento cuando Jonghyun iba a su encuentro y salía de él entre gemidos para volver a marcarlo.

Regó besos en sus muslos mientras le penetraba, besos en su torso mientras lo tomaba, besos en su boca para tragarse así, el halo de sus alientos. Jonghyun sintió las uñas del rubio rasgarle la carne de la espalda y cómo se ofrecía tan generosamente al abrir más sus piernas para poder así permitirle devorarle hasta el último centímetro de su interior.

Era suyo, siempre había sido suyo, juntos o separados, en una relación de amantes como la de antaño o en esa extraña amistad que ahora tenían, en cada palabra ensayada que decían en las entrevistas y en esos susurros pecaminosos y al borde de lo morboso que se decían mutuamente mientras se amaban.

 

-          Más… - oyó que le decía, mordiéndole el labio y luego el mentón – Más, más…

-          Eres mío…

-         

-          Eres mío – y otra estocada que le tocó hondo y le sacó un gemido demasiado erótico – Eres mío Kibum…

-          Sí…

-          Na-nadie puede hacerte esto… solo yo

-          Sí

-          Te amo… - le miró sin dejar ese viaje de su sexo al cálido interior del rubio – Te amo tanto mi amor, no sabes cuánto te amo…

-          ¡Dios… sí! Jjong

 

El roce caliente de sus cuerpos incrementó esa capa de sudor perlado que humedecía sus vientres y su sexo capturado entre éstos. Sintió su cuerpo tensarse y cómo Jonghyun incrementaba todo, haciéndolo más intenso; como si no tuviese tiempo, como si todo le jugase en contra, como si no quisiese que el mañana llegase y le arrebatase ese único instante en que todo lo demás carecía de importancia; ese único momento en que estaban así, haciendo el amor sin preocupaciones, igual que antes.

Un espasmo le electrificó la piel y pudo sentir su orgasmo recorrerle el vientre, afianzó su agarre y se comió la boca ajena mientras le penetraba y dejaba en ese otro cuerpo la prueba más sincera de lo mucho que lo amaba; la medida justa de todos sus sentimientos y de su corazón.

No había un pasado, no existía un presente y tampoco un futuro, no cuando en un último aliento, sintió todo su ser darse por vencido en esa lucha de cuerpos. Lo tenía para él, Kibum era suyo y siempre lo había sido. Le pertenecía, cada parte de él, cada milímetro de su anatomía, cada una de sus sonrisas, cada mirada, cada sonrojo, cada gemido, cada beso y cada pensamiento le pertenecía. Solo él era el dueño de esa persona que abrazaba con tanto ahínco en medio de la noche; las sábanas apenas cubriéndolos y la luna siendo la única testigo de aquello prohibido que nuevamente, les hizo caer uno, ante el otro.

 

Un aroma familia se coló por sus fosas nasales y le dio un atisbo de reacción. Entre sueños gimió y con pereza abrió los ojos, sintiendo de golpe el peso del sol en su cara; ya era de día. Se sentó en la cama y vio que estaba solo, en una cama que no era la suya y en un dormitorio que tampoco era el suyo. Confundido se despertó por completo, oyendo a lo lejos risas y conversaciones que parecían demasiado normales.

Se incorporó y recogió del suelo su pantalón para poder vestirse, caminó hacia la puerta y la abrió saliendo de la habitación. Afuera sintió las voces con más claridad y el aroma a la comida de Kibum, su favorita. Con una sonrisa avanzó por el pasillo a torso desnudo, notando el crujir de su estómago que le rogaba alimentos para recuperar las fuerzas invertidas en la noche anterior. Se asomó a la sala y vio que todo estaba limpio y muy ordenado. Fue hasta la cocina y entonces, perdió el hambre, la sonrisa en su cara y el aliento.

En la mesa su mirada se encontró con la de Jinki; ahí estaba él, a su lado Minho y Taemin que comían mientras reían sin notar que estaba ahí y él, Hyeong Seop.

 

-          ¡Oh cariño, debes probar esto, te va a encantar!

 

La voz de Kibum le distrajo y le vio caminar hacia la mesa completamente duchado y vestido, con un delantal puesto y un plato de no sabía qué mierda le ofrecía al otro tipo. No se había percatado que estaba junto a ellos, no tenía ni idea que estaba ahí y él simplemente, ya lo estaba haciendo sentir invisible.

 

-          Hyung…

 

Las palabras de Taemin le ponen en advertencia y hacen verlo cuando nota que no le mira a él. Kibum se volteó y entonces le vio; de pie en la cocina, mirándole de una forma que no supo descifrar pero que estaba seguro, era una muy cercana al dolor. Su corazón se detuvo en ese momento y su cara perdió todo el color.

Si así se había sentido Kibum mientras él seguía buscándolo aun estando de novio con Se Kyung, si así se había sentido todas las veces que le obligó a hacer ‘fan service’ cuando no quería, si así se sintió cuando el rubio se hubo enterado de su relación con la actriz por la prensa y no por su boca, entonces lo sabía; dolía, ¡Y como la mierda sí que dolía! El sentimiento de sentirse usado, era el peor que podía estar viviendo en ese momento.

 

Esta flecha que ha alcanzado mi corazón.
Ahora se siente como una parte de mi cuerpo.
Aunque duela como la muerte,
No te puedo quitar, atrapado en mi corazón.
Porque es amor…
Porque para mí, esto es amor…

 

Dos semanas, dos malditas semanas pasaron desde el peor desayuno de toda su vida. Todavía podía sentir el dolor de estómago, la garganta cerrada y las náuseas en su cuerpo, y eso que la comida de Kibum le gustaba demasiado.

Tener que actuar ‘normal’, ser agradable, conversar afablemente y montar todo un show cuando no tenía ni una intensión de aquello le había cabreado. Apenas tuvo una chance, se había parado de la mesa para ir al baño. Al cabo de unos minutos logró escapar del departamento e irse, más bien, huir de ahí.

Jonghyun todavía recordaba las horas que pasó dentro de su auto estacionado a las orillas del río Han ese día. Todo lo que había gritado, las palabras cargadas de odio que había dicho y las lágrimas que derramó sin notar el paso del tiempo. No entendía, no podía y tampoco quería entender las razones de lo que había pasado esa mañana incluso dudaba si es que la noche anterior sí había sido real, ¿Lo había sido?

Besar a Kibum, tocar a Kibum, hacerle el amor a Kibum, tragarse sus gemidos y viajar con él a parámetros del placer que tanto extrañaba, ¿Había sido real? Lo dudaba, lo dudaba demasiado. Si hubiera sido cierto entonces, habría despertado con su cuerpo abrazándolo, con un par de ojos mirándolo, con una sonrisa saludándolo. Pero no había sido así. Esa mañana despertó solo y lo peor es despertar solo buscar a quien te hace falta y encontrarlo con alguien más, bajo el mismo techo.

¿Irónico, no? Lo era, por donde lo mirase lo era. Kibum tenía una relación, alguien a quien querer, alguien con quien compartir su vida y ya no era él, ya no lo era.

 

 

Cuando sintió la puerta ser abierta, dejó de lado lo que estaba haciendo y, asomándose por la puerta de la cocina miró hacia la sala, sorprendiéndole esa inesperada visita.

 

-          ¿Jonghyun, hijo, qué…?

-          Hola mamá – le sonrió, entrando lento hacia la sala.

-          Cariño, ¡Qué extraño verte aquí, pensé que estarías preparando todo para mañana!

 

Claro, mañana se irían a Japón a iniciar su gira de conciertos, ahora entendía la cantidad de llamadas perdidas que tenía de su manager y de JinKi en su celular; a esa hora debería estar de regreso en el departamento para el viaje del otro día.

No le dice nada a su madre y solo avanza hacia ella, sonriéndole con cansancio para luego aprovecharse de la baja estatura de la mujer y así poder estrecharla contra su cuerpo en un necesitado abrazo.

Las manos de su madre le corresponden, sintiendo el mentón de su hijo en su hombro y un suspiro que sabe lo que significa.

 

-          ¿Hijo…?

 

Trata de apartarlo, pero entonces el agarre se afianza aún más como protegiéndose de que le viera así.

 

-          Cariño, ¿estás llorando?

-          N-no – mintió sin soltarla.

-          Amor, ¿Qué pasa? ¿Qué te ocurre?

-          Na-nada mamá, no pasa nada…

-          Oye… - le busca apartándolo al fin, buscando su rostro con las manos en sus húmedas mejillas – ¿No te pasa nada y estás llorando? Dime, ¿Qué pasó?

 

¿Lo entendería? Si le contaba a su madre lo que le estaba pasando, lo que estaba sintiendo, ¿Podría entenderlo? ¿Sería capaz de hacerlo? Ella hace muchos años que había comprendido que la amistad de Jonghyun y Kibum era algo mucho más que una amistad. Al principio lo había relacionado a que con todo el tiempo que pasaron juntos siendo trainees era normal que el lazo de amistad fuera tan potente. Pero después con el paso de los años, cuando ambos dejaron de ser niños y se convirtieron en hombres, las jugarretas tomaron otro sentido. Ya no eran entre simples amigos, sino que eran entre personas más íntimas, más cercanas, más compenetradas.

No bastó mucho tiempo para que le hiciera ‘esa’ pregunta y que ella recibiera entre lágrimas de vergüenza la respuesta que sabía, tarde o temprano recibiría: Hijo, ¿te gusta Kibum, cierto?

No podía mentirle, no a la persona que lo apoyó cuando la relación con Se Kyung parecía ser la escapatoria necesaria para restarle importancia a los rumores que se habían más abundantes y que lo relacionaban seriamente en una relación con su compañero de grupo. Si la sociedad se enteraba de que eran gays, de que eran novios y que todo el ‘fan service’ era la excusa perfecta para estar cerca de él en los conciertos, entonces todo se vendría abajo. Todo lo que significaba SHINee, los miembros, las cosas que había logrado con tantos años de trabajo, se opacaría bajo el escándalo de la homosexualidad en una sociedad que estaba lejos de aceptar ese tipo de amor.

Jonghyun amaba a Kibum, y por el mismo motivo decidió él, sacrificarse en una relación amorosa demasiado planificada con la actriz; era eso, o que Kibum fuera rechazado. Él sabía que Kibum era una persona fuerte y valiente, pero en el fondo, sabía también que sus temores por ser aceptado lo terminarían por dominar y consumir, y no podía permitir aquello; debía protegerlo.

 

-          Hijo, sabes que puedes confiar en mí, ¿cierto? – insistió – Soy tu madre y a mí no me puedes mentir, ahora dime, ¿pasó algo con Kibum?

 

¿En verdad era tan obvio?

Jonghyun suspiró y caminó hacia el sofá, notando que su madre permanecía de pie. Ahí escondió su rostro entre sus manos, codos en sus piernas. Tenía que solo decirlo, cruzar el río, correr el riesgo de decirle lo que pasaba y el alivio vendría automáticamente a él pero, ¿Por qué era tan difícil?

 

-          Hace unas semanas me acosté con Kibum… - suspiró – Dormí con él mamá…

-          Dios

 

La mujer va hacia él y se sienta a su lado, mirando a cualquier parte, totalmente superada por la confesión de su hijo. Llevó una mano hacia la rodilla del chico y la apretó, buscando su atención y su mirada.

 

-          ¿Te arrepientes?

-          No, pero sé que me odia…

-          ¿Lo obligaste?

-          ¡No, mamá, JAMÁS podría hacer eso! – dijo defendiéndose - ¡No lo obligué y tampoco me rechazó es solo…!

-          Es solo, ¿qué…?

-          Cuando desperté al otro en la mañana, todo parecía estar bien, ¿sabes? Y entonces… - se incorporó – Su novio estaba ahí, en el departamento tomando desayuno con los chicos

-          ¡Oh, hijo…!

 

Jonghyun siente las pantuflas de su madre ir hacia él y una mano que se desliza en su espalda, confortándolo como solo ella sabe hacerlo. Se siente abrumado, con un cúmulo de emociones causando torbellinos en su interior.

 

-          No, ¿No soy… lo suficientemente bueno para él? – titubeó en palabras entre cortadas – No pudo, simplemente, ¿…conformarse conmigo?

-          No se trata de eso cariño, Kibum hizo su elección, así como tú lo hiciste con esa chica con la que estuviste…

-          Sabes por qué lo hice mamá

-          ¿Y Kibum…? ¿Él lo sabe?

 

La mujer le toma por los hombros para voltearlo y obligarlo a que la mire; sigue llorando y círculos oscuros tiñen la piel bajo sus ojos, tal vez no ha sido la única vez que ha llorado en ese día. Lo conoce, lo conoce muy bien.

 

-          No te juzgaré hijo, no criticaré los motivos que tuviste para estar con esa chica cuando sabías que no era lo correcto por hacer pero… - suspira – Decir la verdad, por más difícil que sea, es siempre la mejor opción…

-          Él sabe que lo amo

-          Pero le has mentido – añade – Y sabes cómo él odia las mentiras

-          Que esté con ese tipo, ¡es la mentira más grande!

-          ¿Tú crees? – le desafía - ¿Piensas que Kibum sería ese tipo de persona que estaría en una relación con otra por venganza o despecho? ¿Lo crees capaz de eso?

-          No…

-          Claro que no

-          ¿Y estar conmigo…? ¿Qué significa entonces el haber estado conmigo; el haber dormido conmigo si está con alguien más…?

-          Eso… - sonrió – Es algo que debes preguntarle a él…

 

Los ojos de Jonghyun decaen y se aparta caminando nuevamente hacia el sofá, sentándose ahí. Desde donde está su madre nota que algo más ocurre, que lo que le ha dicho, no es todo lo que ha pasado entre ellos.

 

-          Hijo, ¿Pasó algo más cierto? – y él le mira – Esto no es todo lo que te preocupa, dime, ¿Qué más sucedió?

-          Lo besé

-          Creo que mencionaste que hiciste más cosas con él que solo un beso Jonghyun…

-          En televisión – admitió nuevamente – En la grabación lo besé frente a las cámaras mamá y he, tenido problemas en la empresa por eso, sin mencionar que ahora Kibum me odia mucho más…

 

Y no le dice nada. Sentado en su sitio, ve a la mujer quedar muda con la información. Titubea, su boca se mueve como si quisiera decirle algo pero no hay palabras que salgan de ella. Camina a tientas a la mesa del comedor y tomando una silla se sienta completamente perpleja.

Mueve las manos, suspira, se masajea las sienes, le mira de nuevo, frunce el ceño, bufa, se restriega la cara, le mira de nuevo, lo apunta y se da por vencida; está abrumada.

 

-          Besaste a Kibum, en televisión… - repite con palabras robotizadas.

-          Si

-          Besaste a un chico en público…

-          Lo hice

-          Besaste a una persona que no está soltera, que tiene novio…

-          Sí, lo hice

-          ¡Oh Dios…! – exclama - ¡E-es, es que no pudiste tan solo ¿controlarte?!

-          No pude

-          ¡POR DIOS KIM JONGHYUN!

 

Listo, enojar a su madre era justo, lo que no quería.

 

-          ¡¿Qué no has entendido nada?! ¡Nunca, NUNCA debes involucrarte con alguien que tiene pareja! – le reclama dando vueltas por la sala; no está enojada, está furiosa - ¡¿Qué te he estado enseñando?!

-          Mamá…

-          ¡Todo lo que te he enseñado como tu madre, se ha ido… A LA MIERDA!

 

Sí, palabrotas saliendo de la boca de su madre, definitivamente no era una buena señal.

 

-          Mamá, cálmate…

-          ¡No me pidas que me calme jovencito! ¡¿Cómo se te ocurre haber besado a Kibum frente a las cámaras?! ¡Y frente al público! ¡¿Por qué lo hiciste?!

-          No pude evitarlo…

-          ¡Oh, claro…! ¡Espero sinceramente, que te hayan dado un buen castigo en la empresa niño, porque ahora mismo, desearía darte un buen escarmiento!

-          Mamá, no tengo cinco años…

-          ¡Pero actúas como si los tuvieras! ¡Lo haces Jonghyun! ¡Arg!

 

Y se sienta otra vez, ocultando su rostro y calmando su enfado. Su madre no era una mujer de emociones tan fuertes, al menos no de las negativas, pero si estaba ahora enojada, era porque realmente así lo sentía.

 

-          ¿Que no entiendes…? – le miró - ¿No puedes ver que nuevamente le has hecho daño, a Kibum…?

 

¿Cómo?

 

-          Quizás no pudiste contener las ganas de besarlo, pero, ¿te has puesto a pensar en cómo se pudo haber sentido él? ¿Lo has hecho?

 

“¡Respóndeme, ¿Te agradó hacerme quedar como un idiota frente a todos, frente a las cámaras?!” claro, ahora lo recordaba. Ahora Jonghyun podía ver en su mente, el rostro descompuesto de Kibum, sus ojos al borde de las lágrimas y una evidente molestia. Quizás no había sido el hecho de que lo besara, tampoco las consecuencias que pudiese acarrear ese malogrado impulso del moreno lo que pudo haberle molestado más, sino el hecho de sentirse un juguete, un títere de su voluntariedad lo que más le había lastimado.

¿Cuántas otras veces no le había recriminado lo mismo? ¿Cuántas veces lo hizo cuando él le obligaba a ser cosas o a tener acercamientos mientras estaba de novio con Se Kyung? ¿Que no recordaba todo lo que Kibum había llorado en casa después del ‘jueguito’ del Pocky que él y Minho le incitaron a hacer para alegrar al público? ¿Que acaso no entendía que si el rubio estaba alejado y distante para con él era simplemente para protegerse a sí mismo?

Recién ahora, podía entender que si Kibum se había distanciado, si había cambiado su actitud cariñosa y afectiva con él, si había detenido el show del ‘fan service’, si había hecho todas esas cosas, no había sido simplemente por ‘celos’ por su relación con Se Kyung meses atrás, sino porque solamente, se estaba protegiendo de ser usado y lastimado otra vez. Jonghyun era quien más lo amaba, pero al mismo tiempo era quien más le hacía daño y con ese beso, lo había hecho otra vez.

Lo comprendía, comprendía perfectamente el enfado de su madre y el por qué Kibum le había rechazado tan sutilmente llevando a Hyeong Seop al departamento al día siguiente después de que hicieran el amor. Por más que lo había intentado, por más que quería recuperarlo, por más que mandase a la mierda los métodos, con tal de buscar un resultado, había hecho cosas y al final de cuentas, tenía a Kibum más lejos que nunca; definitivamente lo había perdido y esta vez, para siempre.

Había perdido la batalla y quizás ya era tiempo, de darse por vencido.

 

Incluso si yo a ti no puedo tenerte.
Al final, incluso si mi corazón está bloqueado
Por el muro de una triste relación.
Te amo, y si es éste el único lugar
donde puedo verte.
Tú… eres mi todo.

 

Apagó la luz de la mesa de noche ya cuando estuvo en su cama. Habían estado hasta tarde arreglando todo para el viaje que emprenderían a la mañana siguiente; maletas, pasaportes y las últimas coordinaciones con la gente que ya los estaban esperando en Japón.

Incluso estando tan ocupados, la tarde había pasado demasiado lenta para él; Jonghyun se había ido por la mañana luego de las prácticas y no había regresado. Onew y el manager le habían estado llamando durante todo el día, pero no tenían contacto con él. Y ahora que estaba acostado, con Taemin durmiendo en la cama frente a la suya, moría de ganas por poder teclear su número y saber de él, estaba ¡jodidamente preocupado! Y ese sentimiento le estaba impidiendo el poder dormir.

Después de lo que había pasado entre ellos semanas atrás, se armó de valor para hacer que todo volviese a la normalidad entre ellos. Por suerte no se había emitido el beso en la transmisión televisada, por lo que no tuvo que darle explicaciones a su novio pero, después de todo, él seguía con Hyeong Seop y Jonghyun, parecía que había entendido perfectamente su mensaje: ya no quería nada con él.

Tomó el celular de nuevo, deslizando el dedo por la pantalla para desbloquearlo una y otra vez. Fue hasta la agenda y buscó el contacto de Jonghyun hipócritamente; se sabía su número de memoria. Al tenerlo en la pantalla, estaba tan cerca de llamarlo y oír su voz: ¡Hey idiota, ¿dónde estás? ¿Que no sabes que mañana viajamos a Japón?! ¡KIM JONGHYUN tonto, ven a casa ahora! ¡Será mejor que traigas tu trasero a casa si no quieres que te golpee Kim Jonghyun! Antes podría haberle dicho cosas como esas y sentir la risa exagerada del moreno del otro lado de la línea con un ‘Yeobo, no te enojes…’ antes podría haber tenido esas respuestas. Antes.

El vibrar del teléfono le asusta y pone en alerta, sintiendo las ansias apoderarse de él, que casi hicieron que lo botase. Nervioso se sentó y se dispuso a contestar: no era Jonghyun.

 

-          Hola…

-          Hola Bum, ¿cómo estás? ¿te desperté?

-          No – rio bajito – Recién me acosté

-          Oh, ya veo, me imagino que debes estar nervioso por el viaje de mañana

-          La verdad es que no, ya estoy acostumbrado a los viajes y esas cosas

-          Lo sé, yo me refería a que tener que estar tan lejos a lo mejor te iba a poner algo tenso

-          Solo estaremos fuera por unos cuantos días Hyeong Seop, no es nada tan importante… - dijo dejando caer la cabeza en la almohada cubriéndose el rostro con el antebrazo mientras hablaba.

-          Quería decir que, si acaso, te iba a dar pena que estuviéramos separados

-          No es que estemos juntos tanto tiempo tampoco, tú también viajas harto…

 

Cuando Kibum procesó la real intensión de las palabras de su novio, resopló notoriamente, culpándose mentalmente por tener tan poco tacto para decir las cosas.

 

-          Oye, lo lamento… no quise ofenderte

-          Está bien, supongo que debes estar cansado, ¿ha sido mucho trabajo, no?

-          Demasiado, el comeback, los ensayos, ahora el tour… - suspiró – Es agotador…

-          Cuídate, ¿sí? Allá, cuídate – le dijo – Desearía no estar tan ocupado y poder ir a verte, me encantaría estar allá contigo…

 

Las palabras de su novio quedan estancadas en algún lugar de su cabeza en cuanto a lo lejos siente el sonido del teléfono del departamento. Se descubrió la cara y se sentó, oyendo el ruido de pasos avanzar por el pasillo y cómo el pitear de la inminente llamada de cortaba; alguien había contestado.

 

-          ¿Bum…?

-          Uh, lo siento, sonó el teléfono de la casa – añadió – A lo mejor es Jonghyun

-          ¿Jonghyun?

-          Sí, no ha llegado todavía, desapareció todo el día y el manager hyung está bastante molesto y preocupado, más molesto que preocupado realmente…

-          Ah… - se silenció – Kibum, yo… quisiera hablar de algo contigo

-          ¿Hablar de algo? ¿De qué…?

-          Es sobre ti y Jonghyun…

 

En ese momento, el sonido de la puerta del dormitorio, le hacen dar un grito ahogado al mismo tiempo en que sus ojos se irritaban con la luz que era encendida sin mayores cuidados. En la puerta estaba JinKi que le miraba como si hubiera corrido una maratón; algo estaba pasando.

 

-          ¡Oye viejo, ¿no tienes respeto por la privacidad de la gente?! ¡¿No ves que ya es tarde?! – le gritó sintiendo cómo Taemin rezongaba y escondía bajo el edredón - ¡Ándate!

-          Kibum…

-          ¿Bum?

-          ¡¿Qué?!

-          Es Jonghyun… - su respiración agitada, su rostro sin color.

-          ¡¿Qué pasó?!

-          Está en el hospital, tuvo un accidente…

 

Kibum tenía una relación de amor y odio con las películas de terror. Le gustaba ese sentimiento de intriga y expectación que tenían, pero odiaba las imágenes que salían de improviso y que te hacían saltar de tu asiento y pegar un grito en el cielo, eso no le gustaba para nada.

Pero ninguna película de terror le provocó jamás ese temor que sintió en ese instante, ’Tuvo un accidente…’, ’Tuvo un accidente…’, ’Tuvo un accidente…’, ’Tuvo un accidente…’, esas palabas se repitieron interminables veces en su cabeza cuando JinKi las pronunció, cuando se levantó de un salto de la cama junto a Taemin, cuando dejó todo tirado incluso su teléfono y se puso sus zapatillas para salir de casa, cuando se subieron a la van en pijamas y el manager los llevaba al hospital, cuando los demás miembros recibían llamadas preocupadas de la gente que se había enterado del accidente, cuando él veía que el camino se hacía interminable mientras su preocupación se acrecentaba, cuando lloraba sin saber qué esperar, cuando en su mente se recreaban mil y unas situaciones en donde Jonghyun salía mal herido y cuando la sonrisa del mayor se opacaba al final de cada una de ellas.

Apenas esperaron a que estacionaran el vehículo y ya estaban todos queriendo bajarse de los primeros. Corrieron por el estacionamiento hacia el ascensor; Onew, el manager y Minho de los primeros, él con Taemin tomándole de la mano, detrás. Cada piso que subían se hacía eterno y la música le estaba reventando los oídos.

Cuando llegaron, corrieron al mesón de atención en donde el manager se hizo cargo mientras ellos esperaban a un lado tratando de no lucir tan alterados para de ese modo, no llamar demasiado la atención de las personas que estaban ahí a esa hora de la madrugada.

 

-          Chicos…

 

La voz del manager los llama y les hace avanzar por un pasillo junto a una enfermera hacia una sala llena de personal médico. Había varios ‘box’ de atención con cortinas azules separando unos a otros.

Kibum podía sentir los latidos de su angustiado corazón rebotar en su pecho, estaba asustado como nunca antes y por más que quería saber cómo estaba Jonghyun, al mismo tiempo no quería, el solo hecho de ver en qué estado se podría encontrar, le provocaba un insoportable dolor. De pronto, todos se detuvieron al final, en donde un doctor y un oficial de policía fueron al encuentro de ellos.

 

-          Buenas noches, soy el Dr. Kwang Young Mi y él es el oficial Lee – manos estrechándose – Recibí al Sr. Kim hace una hora y ahora le estaban tomando la declaración de los hechos, él… - dijo apuntando a el ‘box’ de atención de al frente – Es el otro involucrado…

-          Oficial, ¿qué pasó…? – intervino el manager.

-          Al parecer, el conductor del taxi no respetó un signo ‘pare’ y colisionó con el auto del Sr. Kim, estamos recabando más información pero de plano hemos descartado presencia de sustancias ilícitas en ambos conductores…

-          Y él, ¡¿Cómo está?! – interrumpió Minho.

-          Tiene contusiones en el torso y cuello por el ‘efecto rebote’ del cinturón de seguridad, algunas laceraciones menores pero lo que nos preocupa es el impacto que recibió en su cara por el golpe en el manubrio – añadió – Le hemos hecho una radiografía y estamos esperando los resultados, ahora lo hemos trasladado a una habitación individual…

-          ¿Sus padres ya saben?

-          Han estado aquí, pudieron verlo y regresaron a casa hace unos minutos…

-          ¡¿Es muy grave?! – preguntó el rubio haciéndose notar.

-          Probablemente sea solo un golpe que requiera de una rehabilitación menor con medicamentos y reposo, pero hay una posibilidad que se haya fracturado la nariz…

-          ¡Dios…!

 

Taemin lo sostiene y le permite recargarse en su hombro cuando las palabras del doctor se le hacen difíciles de soportar.

 

-          Y si se fracturó la nariz, ¿entonces, qué…? – habló Jinki - ¿Estará bien?

-          Si es una fractura, entonces habrá que llevarlo a cirugía lo antes posible…

-          ¡Mierda!

 

Ahora es JinKi quien no cree posible aquel diagnóstico y nervioso lleva ambas manos a su cabeza, revolviendo su cabello.

 

-          De todas formas caballeros, tuvo mucha suerte, el daño por el impacto pudo haber sido mayor – añadió el policía.

-          Así es, no tienen de qué preocuparse, en un rato evaluaremos su condición y si es necesaria una cirugía, la haremos lo antes posible…

-          Ellos tienen un viaje a Japón en un par de horas… – dijo el manager.

-          Me temo que no será posible que vaya, lo siento mucho, pero con cirugía o no, creo que su recuperación puede tardar de unos días hasta un par de semanas…

-          ¡Oh…!

 

Kibum dejó de ser parte de la conversación desde que escuchó la palabra ‘cirugía’, de ahí en adelante no oyó nada más, solo se refugió en el menor y lloró tratando de desahogar ahí todo su temor. Jonghyun involucrado en un accidente, fuese o no el culpable, le hacía sentir horrible e incluso responsable aunque no lo fuese. El solo hecho de saber que se había lastimado; un corte, un moretón o el mínimo golpe, le dolía a él incluso más.

Necesitaba verlo, tenía que verlo y saber que estaba bien, que se pondría bien.

 

-          Y, ¿podemos verlo? – preguntó Taemin, sabiendo que aquello era lo que el rubio quería decir desde que llegaron al hospital.

-          Ahora está dormido, pero no creo que haya problemas… - dijo el doctor en una sonrisa – Síganme por aquí…

 

Juntos avanzan tras él, fuera de esa sala hacia un pasillo más apartado y silencioso. Puertas blancas por ambos costados y algunas sillas plásticas empotradas en los muros donde una que otra persona espera en silencio. Casi al final se detienen, en donde un cartel con el nombre del moreno anuncia que él está dentro.

 

-          Los dejo… - sonrió despidiéndose.

-          Gracias doctor…

 

Ya solos, el manager es el primero en acercarse, abrir la puerta y asomarse por ésta. Sin titubear entra seguido de Minho y Onew. Al estar ellos ya dentro, Kibum no sabe por qué, pero un inusual temor lo embarga; quiere entrar, ¡claro que quiere!, quiere verlo, saber por sí mismo el cómo está y cómo se encuentra, pero al mismo tiene miedo del estado en que Jonghyun pueda estar, sus heridas, si es que podría estar sintiendo dolor y lo inservible de no poder ayudarle a aliviar sus malestares. Todo era jodidamente confuso.

 

-          ¿Hyung…?

 

El rubio mira al menor, quien le sostiene la mano y sonríe dando algo de consuelo y entendimiento. Sin decirle nada, Taemin puede notar los miedos en su amigo y lo angustiado que debe estar sintiéndose en ese momento.

 

-          Entraré, veré a Jonghyun hyung y te diré como está, ¿sí…?

-          Sí…

 

Incluso ya ni su voz sale de sus labios. Desde donde está ve a Taemin desaparecer hacia el interior de la habitación y permanecer minutos que parecen extenderse demasiado. Enfermeras, doctores y pacientes van y vienen a lo lejos, mientras que todo a su alrededor da vueltas, sofocándolo.

Jonghyun accidentando, ¿Se lo hubiera podido imaginar alguna vez? Nunca. Y es que cuando tienes todo a tu disposición, cuando tienes los medios y recursos para alcanzar de todas las cosas que quieras, sin desearlo te adueñas de un sentimiento de inmortalidad que a veces te haces sentir que eres muy ‘idol’ y poco ‘humano’. Fuera como fuese, ese golpe de realidad que se le vino encima lo abrumó; muchas veces se creyó invencible cuando en realidad ninguno lo era.

 

-          Kibum…

 

El llamado de JinKi lo saca de su ensimismamiento y le hacen mirarlo con sorpresa. Ya estaban todos a su lado, con sus rostros más calmados y apacibles.

 

-          Vamos a casa…

 

¿Ir a casa? De pronto logró reaccionar y solo entonces recordó que no sabía nada de Jonghyun, que no le habían dicho el cómo estaba ni qué tan mal herido se encontraba.

 

-          ¿Él…?

-          Está bien hyung pero adolorido… - le dice Taemin con otra sonrisa – Será mejor que le dejemos descansar

-          ¿Cómo…?

-          El doctor nos mantendrá al tanto de todo, hablaré con él – añadió el manager – Por ahora no hay mucho que podemos hacer, los medios se enterarán pronto de esto y debemos salir de aquí. Además mañana tenemos que estar temprano en el aeropuerto…

 

¡No, Hey, esperen ¿Cómo…?! ¡Quiero verlo, ¿no entienden?! Estaba confundido, ¿Cómo podían irse así como así sin decirle nada? ¡¿Es que no podían ver que sus palabras no le conformaban, que necesitaba ver por sus propios ojos si Jonghyun estaba bien?! Kibum sintió que la sangre le hervía y más cuando todos comenzaron a caminar por el pasillo hacia los ascensores, mientras él se quedaba ahí, de pie en medio de este.

A lo lejos Taemin le vio, con su mirada en el piso y sus manos empuñadas.

 

-          ¿Hyung? – le llamó acercándosele, pero parecía no querer escucharlo – Hyung, vamos a casa

-          No

-          ¿Cómo…?

-          No iré a casa – le habló más claramente, mirándolo al fin viendo además que los demás iban hacia él con rostros interrogantes – No me iré hasta ver cómo está Jonghyun

-          Kibum, no es tiempo de hacer berrinches

-          Esto no es un berrinche JinKi, quiero ver a Jonghyun…

-          Debemos irnos – intervino el manager.

-          Hyung…

-          Veré a Jonghyun

-          No es buena idea – habló Minho.

-          Me da igual – insistió acercándose a la puerta para tomar el pomo y ser detenido por las palabras de Taemin.

-          Él no quiere verte hyung… - susurró – No quiere verte

 

Por un lapso de tiempo, su corazón dejó de latir en su interior, resquebrajándose en pequeños trozos que juró se quebraban como el cristal. Jonghyun no quería verlo, ¿Podía ser más cruel con él? ya llevaba dos semanas sin hablarle, apenas le decía un par de monosílabos y de mirarlo, menos.

 Desde que habían estado juntos, Jonghyun había cambiado totalmente con él. Era cierto que quería mantenerlo alejado para evitar malos entendidos con las fans que dudaban de su orientación sexual y de la supuesta relación que habían tenido, así como también le debía honestidad a Hyeong Seop pero, seguían siendo compañeros de grupo, colegas de trabajo y amigos, ¿cierto? ¡Le era imposible no preocuparse por él!

Kibum se giró en sus talones, mirando al menor con un dejo de duda, sin entender bien lo que quería decirle.

 

-          Nos dijo que no te quería ver… - añadió – Lo siento hyung…

 

‘Lo siento hyung…’ esas palabras, no le valían nada.

 

-          Me importa una mierda – sentenció – Yo me quedo…

 

Hábilmente abrió la puerta para cerrarla de un golpe y ponerle cerrojo. Apoyado en ésta escuchaba las palabras de Taemin y del resto de los miembros mientras les pedía disculpas sin soltar el pomo. Al cabo de un rato, el ruido y forcejeos del exterior cesaron y supo que había ganado esa batalla. ‘Te vendremos a buscar por la mañana, no hay excusas…’ oyó que JinKi le decía, asintiendo casi como si el líder le estuviese mirando.

 

-          ¿Qué haces acá?

 

Tras suyo, siente la apacible voz de Jonghyun. Ya no es un ‘Sí, lo hice’, ‘No tengo hambre’, ‘Ya llegué’, ‘Me voy…’ ni ninguna de esas escuetas palabras que se había mantenido diciendo por las últimas semanas, ahora al menos, le dice algo más directamente.

Kibum se giró y a lo lejos lo vio recostado con el rosto volteado hacia la ventana, ignorándolo. Desde donde estaba podía ver algunos vendajes y un golpe amoratado en la parte derecha de su mandíbula. Sus pasos avanzaron lentos hacia él, casi como ‘tanteando’ el terreno del enemigo, Jonghyun no le quería ahí, pero él debía estar en ese lugar eso, era lo correcto por hacer.

 

-          Jonghyun, yo…

-          Ándate, no quiero verte

 

Detuvo su caminar con dolor, sintiendo la amargura del rechazo extenderse por su cuerpo. A la distancia, veía el reflejo borroso del rostro de Jonghyun en la ventana alumbrada por la noche y su corazón se estremeció cuando comprendió que aunque le dijera eso, en el fondo estaba pensando y deseando todo lo contrario.

Avanzó testarudo, notando cómo el mayor se tensaba al sentirlo más cerca de su cama, empuñando la mano conectada a un suero contra la sábana de la cama.

 

-          ¡Kibum, ándate!

-          No me iré, te vine a ver…

-          ¡Pero yo no quiero verte! ¡Sal de aquí!

-          No pienso salir, me quedaré te guste o no

-          Kibum… - el nombre del rubio sale casi en un susurro ahogado cuando nota el peso de otro cuerpo en la cama, sentado junto a él; sabía que estaba cerca, su perfume le sofocaba – Por favor, ándate, ¿sí…?

 

Ya no le estaba gritando, se lo estaba pidiendo, casi en un ruego con dolor.

 

-          He estado preocupado por ti, quería ver cómo estabas…

-          Los chicos me vieron, no es necesario que hayas venido

-          Tenía que verte por mí mismo, por favor mírame

-          ¿Verme? ¿Para qué…? – dijo ácidamente aún sin voltearse – No necesito ni tampoco quiero tu preocupación Kibum, no me hace falta además, tampoco quiero que tengas problemas con tu novio por mi culpa

-          Jjong

-          Ya puedes ver que no estoy muerto, así que ahora ándate, quiero descansar

-          ¿Cómo puedes decir eso? ¿Cómo puedes siquiera mencionar la palabra ‘muerte’? ¡¿Qué no puedes entender que me preocupo por ti, que eres importante para mí?!

-          Importante… - rio irónico – Tan importante como tu novio, no, mejor dicho, tan importante como para acostarte conmigo y al otro día traer a tu novio a nuestra casa, ¡o incluso! Tan importante como para dormir conmigo, traer a tu novio a mí casa y tener que sonreír como un imbécil… sí, ya veo Kibum, soy sumamente importante para ti…

-          Sabes porque lo hice…

-          ¿Honestamente…? No tengo ni la más puta idea del por qué lo hiciste pero, si tu intensión fue hacerme sentir como un imbécil, entonces supongo que me lo merecía – le dijo moviéndose en la cama para mirarlo mientras se sentaba; dejándose ver al fin – Y ahora mírame, luzco patético, humillado y horrible…

 

El rubio tragó el nudo de su garganta cuando le vio, sin importarle el llorar o ese acongojado suspiro que exhaló cuando le vio; tenía golpes en su mandíbula, raspaduras, un ojo morado, su nariz vendada completamente, parte de su labio superior roto y otros golpes en la frente. Sus heridas eran muchas más de las que pudo siquiera imaginar: Jonghyun, su rostro, sus ojos que tanto le gustaban, esa nariz perfilada y perfecta, sus labios, su hermosa piel, habían sido usurpados violentamente a causa del accidente y ver el cómo estaba le dolía incluso más que las palabras que le decía.

Un escalofrío de dolor lo recorrió y su mano viajó a tomar la ajena, notando cómo el mayor la apartaba.

 

-          Ahora que me has visto, ándate…

-          No, Jjong, yo… - lloriqueó.

-          Mañana debes ir a Japón, sé responsable y ándate

-          Me quedaré hasta mañana, ya lo decidí

-          ¡ÁNDATE POR LA MIERDA! ¡VETE! – gritó sin control apuntando hacia la puerta - ¡¿QUÉ NO PUEDER VER QUE NO TE QUIERO AQUÍ?! ¡¿QUÉ NO ENTIENDES QUE NO QUIERO QUE ME VEAS ASÍ, EH?! – se señaló - ¡Estoy hecho un desastre y tú me sigues humillando! ¡Ya tengo suficiente contigo y tu novio tan perfecto como para que ahora vengas a hacerme sentir más despreciable!

-          Esto no tiene nada que ver con Hyeong Seop…

-          ¡Todo tiene que ver con él, TODO! ¡¿No lo ves…?! ¡Si no fuera por él, tú y yo todavía estaríamos juntos!

 

Tenía que hacerlo, tenía que decirle todas las cosas que le estaban ahogando por dentro, si no lo hacía ahora, entonces sentía que iba a ser capaz de morir a causa de eso.

 

-          Si no fuera por él, yo… - suspiró – Yo podría seguir teniendo tu amor. Ahora, ya no tengo nada, me rebajé hasta lo más hondo por ti y mírame, no soy nada…

-          Eres tan tonto Jonghyun…

 

El ceño fruncido de Jonghyun se acrecienta y su labio herido baja al borde de un puchero, Kibum le mira sonriente y ya siente que ha perdido completamente en esa batalla de orgullos. Carraspeando se cruza de brazos por sobre su pecho, volteando para mirar nuevamente hacia la ventana.

 

-          Quiero dormir, ¿podrías por favor irte?

 

Otro puchero detectado por Kibum, quien se muerde el labio para no reír y se acerca más a él.

 

-          No quiero…

-          Estoy cansado y malherido…

-          Lo sé

-          Estoy convaleciente, puedo morir si no descanso…

-          Me quedaré para cuidarte – sus dedos picándole un brazo.

-          Tu novio se va a enojar contigo si no vas a casa y le llamas…

-          No me importa – dijo capturando la atención del mayor – No me importa, ahora, solo me importas tú…

-          ¿Y mañana…? Estás ahora conmigo porque me accidenté, la otra vez estuviste conmigo cuando… ya sabes, pero al otro día, al otro día siempre vuelves con él…

-          No mañana, no volveré con él mañana

-          ¿Y eso por qué? – preguntó interesado, un brillo de ilusión en sus ojos.

-          Porque mañana estaré en Japón imbécil…

 

No he dormido por tantas noches.
Cuando la luz de las estrellas se vuelve lluvia
Como mis lágrimas, no se detiene.
Recuerda… que yo te amaré

 

Las vagas luces de la noche y de la propia habitación le daban la imagen perfecta que podía tener. A pesar de la imperfección en el malherido rostro de Jonghyun, incluso de ese modo, seguía viéndose hermoso para él.

Le había ganado unas cuantas batallas verbales y ahora estaba con él, recostado en la otra mitad de la cama, mirándole de frente mientras el mayor dormía con dificultad con la boca semi abierta y suspiros entre sueños que se encargaba de inspirar para hacerse de él.

Alzó la mano con temor y con la yema de sus dedos delineó su rostro, rozando sus golpes, magulladuras y raspones que le entristecían el corazón, ¿Qué iba a pasar con él? era obvio que debía estar ausente un tiempo para recuperarse y Kibum ya podía prever que le extrañaría tanto en casa como en el escenario. Sabía que era injusto que otra persona le dejase de ese modo, pero el solo hecho de que estuviera vivo, le aliviaba enormemente el corazón y estaba agradecido por eso.

 

-          Tan lindo… - murmuró sin dejar de tocarle la piel.

 

Descendió por su mentón y rozó delicadamente ese pequeño corte en el labio del moreno, sin notar el quejido que le robó, asustándose.

 

-          Auch… - se quejó parpadeando lento mientras despertaba – eso dolió…

-          L-lo, lo siento, Jjong… ¿Duele mucho?

-          Respirar duele… - respondió apuntando los vendajes de su nariz, mirándole intensamente.

 

Y no dejó de hacerlo. A pesar de estar agotado por el estrés del accidente y el dolor, Jonghyun no despegaba los ojos de él al mismo tiempo que Kibum no sabía por qué no podía evitar aquello, sintiéndose débil y muy vulnerable.

 

-          Tengo sed…

-          Te traeré un vaso de agua

 

Kibum se levanta y va hacia la mesita junto a la cama y sirve un vaso, poniendo en éste una bombilla que sabe va a necesitar. Avanza hacia Jonghyun y le espera mientras se acomoda.

 

-          Ten… - le espera mientras bebe ansioso y sin precaución cuando gime por el corte en su labio, apartando el vaso y derramando un poco del líquido en la cama - ¡Jjong!

-          E-estoy, estoy bien… mierda, duele…

 

El rubio dejó el vaso y fue rápido hacia él, notando las gotas de sangre que salpicaron de su boca.

 

-          ¡Estás sangrando!

-          No es nada, fui torpe, estoy bien…

-          Déjame ver – insistió girándole el rostro, su corazón latiendo a mil por hora y su mano que fue hacia él y se llevó consigo los rastros de sangre; rozando el labio ajeno demorándose no supo cuánto en eso, dando por perdido el propósito inicial – Tu boca…

-          Quiero besarte – dijo de pronto, excusándose en su mal estado mental a causa de su accidente – Muero por darte un beso…

 

Silencio, miradas, suspiros compartidos. Distancias que se acortan, centímetros que desaparecen y Jonghyun que se aparta por su propio bien, cualquier roce es extremadamente doloroso por soportar.

 

-          Y yo… - susurró débil – Ta-también quiero besarte…

-          Quiero, quiero hacerte el amor… - su mano tocando las mejillas lozanas del rubio, secando las tímidas lágrimas de emoción que caían.

-          Yo, también quiero que lo hagas…

-          Quiero que seas mío, solo mío Kibum

-          Lo soy…

-          Ahora no, no todo…

-          Jjong

-          Déjalo – rogó buscando el mentón cabizbajo del chico – Déjalo Kibum, no sigas con él

-          (…)

-          Déjalo y vuelve conmigo, vuelve conmigo, por favor

-          No es tan simple – le miró sollozando – No puedo hacerle daño, él ha sido bueno conmigo…

-          Yo puedo ser mejor, ser todo lo que tú quieras que yo sea, te puedo dar todo lo que quieras Kibum, haré todo lo que me pidas pero por favor, no sigas con él no cuando… - titubeó – No cuando sé que todavía me amas…

-          ¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?

-          Porque yo te sigo amando… desde que debutamos, todo este tiempo, incluso con lo que pasó con Se Kyung, yo nunca he dejado de amarte, ¿no te das cuenta? – añadió – Si yo he soportado lo peor que he vivido, ha sido por ti, solo por ti… tú eres todo lo que necesito, todo…

-          Jjong, yo…

-          Vuelve conmigo – sus manos tomándose – Vuelve conmigo mi amor, acéptame de nuevo…

 

El corazón de Kibum se hizo minúsculo ante aquella confesión, si antes se habían atrevido a tener una relación prohibida y protegida por todos los miembros por el bien del grupo, esa fue la primera vez que Jonghyun le pedía que formalizaran lo que tenían. Hace años todo había comenzado entre jugarretas, ‘fan service’ y costumbres que involucraron tímidos sentimientos de adolescentes. Pero ahora, cuando ya eran adultos, con sus vidas formadas y una madurez distinta, el tiempo les había dado la gracia de crecer en todo sentido, haciendo aumentar en tamaño sus sentimientos mutuos y que parecían no apaciguarse en contra nada.

 

Incluso si yo a ti no puedo tenerte.
Al final, incluso si mi corazón está bloqueado
Por el muro de una triste relación.
Te amo, y si es éste el único lugar
donde puedo verte.
Tú… eres mi todo.

 

 

Había dejado la taza de café humeante cuando vio el video. Luego de las prácticas, había ido junto a Woohyun a un café que frecuentaban y mientras esperaban el pedido, fue su amigo quien le acercó su teléfono celular, mostrándole algo que le había quitado el habla; ahí se veía la zona de entrada del edificio de la empresa y las fans que nunca fallaban, pero lo que más le sorprendió, fue ver a una persona que salía ocultándose torpemente mientras le grababan y sacaban fotos: era Jonghyun. Cuando sintió que las fans gritaban su nombre, su corazón se le aceleró y tomó sus cosas saliendo del lugar justo cuando llegaba lo que había pedido, no le pidió disculpas a su amigo y simplemente se fue.

 

Tres semanas habían pasado desde el accidente de Jonghyun y en ese tiempo, con las promociones, era muy poco lo que le había podido ver pues el mayor también permanecía en casa de sus padres haciendo visitas esporádicas al departamento o a la sala de ensayo.

 

La operación había salido bien, por suerte, y Jonghyun solo debía enfocarse en su recuperación y en volver pronto a los escenarios. De la conversación esa noche del accidente en la habitación del hospital, poco quedó. La confesión y súplica de Jonghyun, quedó grabada en su mente y mientras estuvo en Japón sus deseos por volver a Corea y pensar en una respuesta, le estaban mortificando.

 

No era algo fácil de hacer. No cuando una decisión terminaría lastimando a una persona, quisiera o no. Si permanecía con Hyeong Seop, sabía que haría sufrir a Jonghyun y que su amistad nunca más volvería a ser la misma de antes, por más que quisiese, por más que las fans alentasen la ‘pareja ficticia’ que formaban pero si seguía con él, tendría un enorme dolor en su corazón al tratar de mantener una relación simplemente para apaciguar sentimientos que se agitaban con cada mirada de Jonghyun, con cada sonrisa, cada jugarreta en el escenario y cada canción que le componía y que siempre decía ‘Es para ti Kibum…’. Del mismo modo, si elegía a Jonghyun, la sensación de culpa para con Hyeong Seop no le dejaría tranquilo; lastimar a su amigo, ‘apuñalarle por la espalda’ cuando le había cuidado tanto luego del quiebre con su compañero de grupo, no era algo que se sentiría bien por hacer.

 

Corrió por el pasillo al salir del ascensor, era tarde, lo sabía pero tenía que llegar pronto. Las imágenes que Jonghyun en el edificio de la empresa horas atrás esa misma noche le hacían sentirlo más cerca que nunca.

 

Abrió la puerta quejándose por tu nerviosa torpeza y entró arrojando el bolso en el piso, encontrándose con el departamento en silencio y oscuro, excepto por la luz de la televisión que destellaba en el lugar.

 

-          ¿Jinki hyung? ¿Minho? – les llamó buscándolos avanzando por el pasillo hacia las vacías habitaciones - ¿Taeminie? ¿Hay alguien…?

 

 

Pero nadie respondía, ¿Dónde estaba todo el mundo? De su bolsillo sacó su celular, discando el primer número en su registro telefónico. Lo llevó a su oreja y esperó mientras la línea sonaba, sorprendiéndole que de pronto, una música se escuchase a lo lejos. Volvió a la sala y sobre la mesa vio el otro aparato vibrando e iluminándose con una foto suya en la pantalla; estaba ahí, en casa. Se volteó entonces para ir en su búsqueda y le vio, igual que esa noche que estuvieron juntos.

 

Estaba de pie apoyado en el borde de la mesa americana de la cocina, con los brazos cruzados sobre su pecho muy soberbiamente y esa estúpida mirada de cachorro que le daba; dientes blancos brillando en la más hermosa sonrisa.

 

Kibum sintió sus ojos aguarse y su mentón tiritar en pucheros contenidos; estaba ahí, Jonghyun estaba de regreso en casa.

 

 

-          Mamá me echó de casa, dijo que ya estaba recuperado, en verdad no sé cómo sabe eso si no es doctora… - le dijo irónico – Así que no me quedó otra opción que volver…

 

-          L-los chicos…

 

-          Se fueron… - sus pasos acercándosele – Dijeron que no querían ser testigos del reencuentro, o algo por el estilo…

 

El rubio mordió su labio, escondiendo la mirada en el piso junto a sus sonrojadas mejillas.

 

 

-          Tu pelo…

 

-          Uhm, sí, quise cambiar un poco para el GRAN regreso de Kim Jonghyun…

 

-          Ya no seré el único rubio – se quejó falsamente, sus mejillas siendo sostenidas por las manos del mayor.

 

-          Pensé que este look me vendría bien, ya sabes, quería compenetrarme con mi novio

 

-          Patudo…

 

La risita de Kibum es tímida y sus ganas de hacer un agujero en el suelo y esconderse ahí por la vergüenza, enormes. Jonghyun le acaricia las mejillas con sus pulgares mirándole fijamente, ambos cuerpos cerca, ambas respiraciones mezclándose dulcemente y todo lo demás desapareciendo alrededor de ellos.

 

 

-          ¿Y bien…? ¿Qué piensas? ¿Crees que mi popularidad crecerá con mi regreso? – pregunta - ¿Cuántas ‘blingers’ nuevas tendré ahora que soy un rubio sensual?

 

-          Tú solo quieres lucirte por ti mismo, eres tan engreído Kim Jonghyun, ni siquiera piensas en lo importante…

 

-          ¿Ah, no? Y dime tú, ¿Qué es lo importante?

 

-          Bueno, primero SHINee… - respondió defendiéndose – Luego la empresa, nuestros fans, el disco nuevo, las promociones…

 

-          Bla, bla, bla… hablas puras porquerías Kibum

 

-          ¡Oye! – le apartó - ¿No te importan nuestras fans? ¿SHINee World?

 

-          Uhm, sí, pero… - la distancia rompiéndose – Me importa más lo que piense y sienta mi novio…

 

-          ¿Y se puede saber quién es tu novio?

 

-          Pues a ver, un chico rubio, piel hermosa y suave – habló mientras le besaba el cuello – Ojos de gato, un cuerpo de infarto, un trasero de ensueño… - y una mano traviesa que le tocó la zona, ganándose un golpe juguetón en el torso – Con un sentido de la moda perfecto, alguien que cocina delicioso y hace el amor de la misma manera…

 

-          ¡Uh, debe ser una perfección de chico ese novio tuyo!

 

-          El más perfecto del mundo… - añadió compartiendo sonrisas con el menor, rozando sus narices dulcemente.

 

-          ¿Y desde cuándo que estás con alguien así?

-          Desde hace unos años, con altos y bajos, pero hace dos semanas que él aceptó mi proposición formal no sin antes matarme de la angustia por no saber si iba a dejar al otro bastardo que me lo estaba quitando – le miró otra vez – Yo, honestamente, ya no sé cuánto tiempo llevo amándolo del modo en que lo hago…

 

-          ¿Y eres feliz con él?

 

-          El más feliz de la tierra, no, ¡del universo entero! Juro que un día de estos explotaré de la felicidad…

 

-          ¿Lo amas?

 

-          Con todo mi corazón, con mi vida entera, solo Dios sabe cuánto lo amo…

 

-          ¿Y él lo sabe?

 

-          Preparé todo para que estuviéramos solos en casa y así poder demostrárselo toda la noche, repetidas veces, de distintas formas y en todas las posturas posibles… - bromeó antes de lamer la boca ajena sensualmente, robándole un gemido al menor – Y lo haré sin preservativo para que el sentimiento sea más intenso…

 

-          ¡Oh, vaya, que chico más afortunado tu novio!

 

Los dedos de Kibum viajaron al cuerpo ajeno, deshaciéndose del molesto cinturón, del botón y del cierre del pantalón justo antes de sentir cómo el mayor lo guiaba hacia el sillón de la sala y le recostaba ahí.

 

 

-          Oye y, ¿sabes si tu novio te ama? – preguntó abriendo las piernas, permitiéndole colarse ahí - ¿Él sabe lo que sientes…?

 

-          ¿Lo sabes…? ¿Sabes que te amo? ¿Sabes que despierto amándote, que te amo todo el día y que al dormirme incluso te amo mientras duermo? – susurró mirándole embriagado en romance – Kibum, ¿sabes que te amo…?

 

Los ojos de Jonghyun en ese momento brillan tanto, tan hermosamente que las palabras se le van por un instante, siendo reemplazadas por un profundo suspiro que le hizo sentirse un adolescente enamorado. Pero, un momento, ¡Él estaba enamorado! Lo estaba, siempre lo estuvo y sentía que permanecería de la misma forma por mucho tiempo más.

 

Hace dos semanas no aguantó más y supo que era el momento de cortar los cabos que estaban en exceso y unir aquellos que debían ser enlazados de nuevo. Armándose de valor se había reunido con Hyeong Seop quien, en una sonrisa conciliadora aceptó sus sentimientos y lo que quería y necesitaba en su vida. ‘Solo quiero que seas feliz Kibum, no importa con quién…’ eso le había dicho antes de darle un sincero beso en la mejilla y despedirse no sin antes eliminar de ambas vidas, todas las pruebas que pudieran entorpecer la nueva etapa del rubio. A los días ya no había más fotos ni nada en sus redes sociales que lo relacionaran con Kibum.

 

Malévolamente le hizo esperar un par de días antes de aceptar la invitación que Jonghyun le había hecho mientras se rehabilitaba. Sabiendo que era el momento, se reunieron, confirmando ese día la decisión que sabían, les daría un nuevo inicio a sus vidas.

 

 

-          Kibum, mi amor… - le llamó sacándolo de sus pensamiento – Te amo, ¿lo sabes, cierto?

 

-          Siempre lo supe, solo que ahora – sonrió – Estoy mucho más seguro de eso…

 

 

 

Tú… eres mi todo.

No soy fuerte, oh no.
Porque tienes que ser tú.
Incluso si duele,
Incluso si me hace llorar,
Te amo.

 

Incluso si el tiempo pasa y la incerteza de ese amor oculto bajo la apariencia de algo que solo parecen anhelar las fans, incluso si las circunstancias les hacen romper de nuevo y buscar rumbos distintos, incluso si sus caminos se separan, incluso así, Jonghyun amaba a Kibum y por primera vez Kibum, supo que era verdaderamente correcto amar a Jonghyun, sin importar lo que los demás pudieran pensar o decir si se enteraban de aquello.

 

 

Porque es amor
Porque para mí, esto es amor…

 

Notas finales:

Nos vemos el próximo capítulo ^u^

 

~ Mirnest ~


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