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~ Ámame ~ por Mirnest2

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Notas del capitulo:

Quienes creían que este día nunca llegaría... AL FIN LLEGÓ! no sé cómo fue pero luego de perder el hilo con la idea de este capítulo, de repente llegó la inspiración y los últimos 2 días estuve trabajando a full para darle un final que resolviese las dudas que quedaron en la primera parte...

Acá les dejo la canción, que me gusta más en la versión a duo: https://www.youtube.com/watch?v=NR7rhUVXVEw la elegí porque creo que se adapta mucho a la historia, eso sí, la acorté un poco porque era demasiado larga xd

No hay más que decir, espero les guste el cap ;)

-CAPÍTULO I, parte 2: Tarde, sin daños a terceros-

 

El timbre suena repetidas veces, alternándose con golpes en la puerta. Alza la cabeza y se incorpora desde donde estaba hace unos minutos y corre a atender a quien sabía estaba llamando. La abre y no alcanza a decir nada cuando esa otra persona ingresa golpeándole el hombro y mira a todos lados, como si estuviera buscando algo que estaba perdido.

 

-          ¡¿Dónde está?! – pregunta cuando le mira - ¡Taemin, ¿dónde está Minho?!

 

-          A-ahí, ahí…

 

El castaño apunta con su dedo índice hacia el sofá viendo cómo Kibum lo rodea y se queda estático por una fracción de segundos que parecen hacerse eternos.

 

-          ¡Oh, mierda, Minho!

 

La voz del rubio es casi un chillido y Taemin le ve desaparecer momentáneamente del otro lado del sofá cuando supone que su amigo se inclina para atender a su otrora novio mientras su culpa se incrementa aún más de lo que ya la sentía presente en su interior; si fuese posible poder compararla al menos con su textura corporal, su sentimiento de arrepentimiento definitivamente sería una señora gorda, demasiado obesa, sentada encima suyo.

 

-          Hola Taemin…

 

Se voltea casi olvidando que tenía la puerta de su departamento abierta y ve ese par de ojos oscuros que le miran con cara de ‘no quiero estar aquí’ y que le es fácil de interpretar. Taemin sonríe por compromiso y le hace entrar, sintiéndose incómodo por la situación y las personas que ahí estaban.

 

-          Hola Jonghyun hyung – le saluda, cerrando la puerta tras de sí cuando el nuevo novio de su promiscuo amigo ingresa, mirando a todas partes menos al sofá en donde está Minho con Kibum al lado de él – Que gusto verte – miente.

 

-          Lo mismo digo – miente también – Lamento sea en estas circunstancias

 

-          S-sí, sí…

 

Silencio, un jodido e incómodo silencio. En la sala del departamento, solo se oyen las lamentaciones de Kibum que remoja una toalla de manos dentro de un recipiente con agua y lo pasa por la frente de un inconsciente Minho postrado incómodamente en el sofá.

Y de pronto, la escena, parecía que les había teletransportado hacia un par de meses atrás; Taemin no lo sabe, pero por la cabeza de Jonghyun pasan las mismas cosas que pasan por la suya propia. Era como si se hubieran puesto de acuerdo para imaginarlas y recrear diálogos patéticos que solo los hacía sentirse más y más hundidos en sus propias mierdas.

Taemin con ese ‘amor’ no correspondido de parte de un Minho que no conocía excepto hasta esa noche en donde le vio del otro lado de la puerta de su casa y completamente ebrio, y Jonghyun con esa envidia de pensar que lo que había entre Kibum y Minho, él nunca lo iba a poder tener con el rubio; estaba demasiado lejos de aquello.

Y fue exactamente de esa manera, en donde Kibum estaba arrodillado junto al sofá sosteniendo la mano de Minho y hablándole palabras susurradas para que despertase, que Taemin y Jonghyun coincidieron en la peor de las cosas que pudieron sentir; en ese departamento, había un par de personas que estaban completamente fuera de lugar.

Y no era Minho.

Y tampoco Kibum.

 

Justamente ahora irrumpes en mi vida,
con tu cuerpo exacto y ojos de asesino.
Tarde como siempre, nos llega la fortuna.

 

El ‘tic tac’ del reloj mural de la cocina era lo único que rompía el hielo de estar en la sala revolviendo una taza de café que sabía ya estaba fría. Jonghyun estaba junto al ventanal, una botella de cerveza en la mano, la otra en el bolsillo de su pantalón y su mirada perdida en el horizonte nocturno. Mientras que él se hundía un poco más, como si fuera posible, en el sofá con restos de sangre y la toalla mojada empapando la tela de un cojín.

Taemin llevaba contabilizados 48 minutos desde que pudo convencer a Jonghyun para que llevase a Minho a su habitación y poder mantenerlo más cómodo.

¡Pobre Jonghyun hyung! Pensó cuando podía ver la duda, rabia, molestia en los ojos del moreno cuando Kibum le pidió ayuda para con Minho. Si Taemin hubiera sido él, lo habría tomado y dejado caer contra el piso para ahí patearlo unas cuantas veces por ser tan inútil.

El maullido de Mr. Mustache lo distrae cuando pasa por sus piernas meneando su cola en busca de algo de atención y cariño.

 

-          Hey pequeño… - susurra con palabras alargadas y cansadas - ¿Te asustaste, eh? Lo siento mucho, no quise hacerlo

 

Sus dedos se funden en el pelaje blanco del felino que ronronea con su caricia y salta hasta su regazo, frotando su cabeza por el torso tibio del castaño y deslizando su cola por el mentón, dejándose querer.

Desde el pasillo sienten los pasos de Kibum que va hasta ellos con los brazos cruzados sobre su pecho. Al llegar a la sala, los ve y suspira peinando su cabello con una de sus manos.

 

-          Se despertó pero creo que no tenía idea de qué estaba sucediendo así que se durmió antes de que pudiera decir algo o reconocerme… - dijo acercándose un poco más - …por si les interesa saber

 

Ahí estaba, ese era el pequeño detalle sarcástico-irónico-ácido que les faltaba por oír de parte del rubio. Ese ‘Por si les interesa saber’ estaba más que dirigido a él, Taemin lo sabía por lo que, no iba al caso que tratase de explicarse con palabras bonitas ni nada.

 

-          Hyung, deja que te explique…

 

-          ¡Oh, claro, hazlo por favor Taemin, muero de ganas por saber cómo mierda fue que Minho terminó inconsciente y un corte en su frente! ¡¿Qué pretendías?! ¡¿Acaso querías matarlo?!

 

-          ¡No! ¡Dios, ¿cómo se te ocurre?! – se defendió Taemin levantándose de su sitio de un salto.

 

-          Se me ocurre porque honestamente, ¡no sé qué tienes en la cabeza como para haberlo golpeado con un porta retratos! ¡Pudiste haberlo matado!

 

-          ¡Entró a mi casa gritando y armando un escándalo! ¡Me asusté y solo me defendí! ¡Estaba ebrio! Además, solo quería, no sé, asustarlo o herirlo levemente no matarlo ni que quedara inconsciente… ¡Él llegó haciendo un alboroto!

 

-          ¡Entonces, ¿por qué no pediste ayuda?! – gritó el rubio.

 

-          ¡¿A quién, eh?! Dime, ¿acaso le iba a pedir ayuda a la Sra. Park para que me prestara su silla de ruedas y arrastrar al maldito borracho fuera de mi departamento? ¡No, tal vez debí pedirle a Sully que dejase a su bebé recién nacido solo en casa para que me ayudase a sacar al bastardo que gritaba tu nombre en mi departamento! ¡O mejor, quizás debí hacerme pasar por ti y dejarlo pasar y quizás quién sabe cómo hubieran terminado las cosas!

-          ¡Bueno, al menos haciéndote pasar por mí eres todo un experto, lo hiciste por meses a mis espaldas!

 

-          ¡Lo hice porque mientras me creía, tú te habrías de piernas a todo el pene que se te cruzaba por delante! Sin ofenderte hyung… - dijo en un tono más suave mirando a Jonghyun - ¡Te cubrí no una, sino CIENTOS de veces y ¿sabes qué? Me dio pena el pobre tipo y por eso me hice pasar por ti para por lo menos, decirle que todo había terminado entre tú y él de una forma más decente que saber que mientras él babeaba por ti tú ya estabas con alguien más!

 

-          ¡Ah, pero te gustó el jueguito, ¿cierto?!

 

-          ¡NO, claro que no! – exclamó - ¡Odié ser tú, odié que me llamara por tu nombre sabiendo todo lo que representas!

 

-          ¿Y qué se supone que represento?

 

-          Algo que definitivamente YO no quiero ser… - añadió mirándolo con tristeza – Eres mi amigo hyung pero muchas veces, demasiadas veces me dio vergüenza ser cercano a ti…

 

-          ¿Te doy vergüenza? – rio sarcástico – vergüenza debería darte ser tú mismo pequeño Taeminie; mírate… - le dijo recorriéndolo arriba y abajo con sus ojos - ¿Tan poca autoestima tienes que tienes que fingir ser alguien más para sentirte querido, amado, importante? No tienes nada que le sea atractivo a un hombre como Minho, vives solo, tienes un trabajo mediocre en una emisora radial patética y un gato gordo y feo, no tienes amigos, no tienes vida social…

 

-          Kibum – susurró Jonghyun en una advertencia – ya detente…

 

-          Dime, ¿cuándo fue la última vez que te cortaste el pelo, eh? Lo tienes seco y desaliñado. Mira tu piel, escamosa y pálida, nadie quiere estar con alguien que no se preocupa de sí mismo…

 

-          Key

 

-          No te metas Jjong… - le ignoró rodeando al castaño que lo miraba enmudecido y los ojos cargados en lágrimas - ¿Crees que Minho podría fijarse en un chico como tú? Él es un hombre Taemin, masculino y viril, tipos como él o Jonghyun no quieren hacerse cargo de personas como tú que no pueden darles nada a cambio solo problemas

 

No sigas, hyung, no sigas, por favor…

 

-          Mírate, no tienes nada de atractivo, no eres lindo, eres apático y antisocial, no tienes el derecho a tildarme de promiscuo porque soy apetecido por los hombres o porque me preocupo de mi presentación personal – prosiguió ignorando el llanto silencioso del castaño y la mirada fulminante de Jonghyun – me dices puta y que me abro de piernas a cada pene que se me cruza por el frente pero tú, ¿sabes siquiera cómo es tener un pene gritando tu nombre o gimiendo por ti? – dijo mirándolo a escasos centímetros de su cara – no tienes ni idea y nunca lo sabrás Taeminie…

 

-          ¡YA CÁLLATE!

 

La orden es acotada de inmediato cuando Jonghyun eleva el tono de voz y detiene esa disputa enardecida de humillar a Taemin que su propio amigo lanzaba en su contra. Solo en ese momento, Kibum se percata de la mirada entristecida del castaño, su rostro rojo de la ira, sus puños casi blancos de lo fuerte que los apretaba; se había sobrepasado y toda explicación o disculpa que pudiese darle, ya no era suficiente.

 

-          Tae, yo…

 

-          Cállate Kibum, tan solo… cállate – Jonghyun le interrumpe y se adelanta para tomar del antebrazo al menor, lo mira, le pide disculpa con la mirada y lo lleva casi a rastras hacia el otro extremo de la sala.

 

-          ¡Hey, espera, ¿Jjong? ¿A dónde van?!

 

-          Nos vamos…

 

-          P-pero, pero yo…

 

-          Tu lugar es acá Kibum, con Minho, los que sobramos somos Taemin y yo… adelántate, espérame en el lobby – le susurra al castaño, quien toma a Mr. Mustache en brazos y sale sin preocuparse de llevar ninguna otra cosa con él.

 

-          Oye, Jjong, yo no quise

 

-          Y yo tampoco

 

Jonghyun sonríe, pero en el fondo, ambos saben que ese gesto está muy lejos de reflejar los sentimientos internos que debe estar sintiendo. La tristeza y decepción en los ojos del moreno es más que evidente pero lo que más duele, es que a pesar de que está tan cerca de Kibum, el rubio lo siente kilométricamente lejos.

Muy lejos.


Pero llegamos tarde, te vi y me viste. Nos reconocimos enseguida, pero tarde.

Maldita sea la hora que encontré lo que soñé, tarde.

 

 

-          Te pedí un chocolate caliente, pensé, que quizás necesitases algo de azúcar

 

En la mesa, Jonghyun deja la bandeja con ambas tazas; una grande con un espumoso chocolate caliente y otra con un café.

Habían llegado hace poco minutos a aquella cafetería, siendo los únicos clientes a esa hora de la madrugada. Durante el trayecto de su departamento a dicho lugar, no hubo conversación alguna. El mayor solo manejaba mientras que Taemin alternaba su mirada entre el paisaje nocturno y el perfil serio de su acompañante.

¿Qué estará pensando? Se preguntó muchas veces sin ser capaz de hacerlo en voz alta, imaginando las cosas que pasarían por su cabeza, ¿Acaso sería algo parecido a lo que él mismo estaba pensando? De lo estúpido que había sido por enamorarse de alguien que no podía corresponder sus sentimientos, de forzar una realidad que era solo cierta en sus propios anhelos, de querer tener algo que en el fondo, no le pertenecía.

 

-          ¿No te gusta?

 

La pregunta del moreno lo sacan de sus propios pensamientos y entonces nota que le mira con interés, dándose cuenta de que le estaba hablando cuando él se perdía en su mundo, lejos de ahí.

 

-          ¡Oh, lo siento! – sonrió nervioso, acomodándose en su sitio – Sí me gusta, es solo que yo…

 

-          No pienses demasiado en eso, yo no lo hago así que tú tampoco tienes que hacerlo

 

Taemin miró sus manos abrazar la taza, antes de darle un pequeño sorbo. La calidez del líquido y el amargo dulzor del chocolate, endulzaron su boca y le hicieron sentir más reconfortado, más como en casa. Alzó el rostro y su mirada se encontró con la de Jonghyun, quien le miraba con una sutil sonrisa en su rostro. ¡Si tan solo pudiera saber lo que estaba pasando por su cabeza en ese momento! ¡Si tan solo pudiera estar tan tranquilo como él lucía…!

 

-          Hyung, tú, ¿no sientes tristeza? ¿No te duele, el hecho de que Kibum esté con Minho ahora? – le preguntó, sin saber si obtendría la respuesta que quería escuchar.

 

-          ¿Por qué me lo preguntas?

 

-          Porque no entiendo cómo puedes lucir tan, tan tranquilo… como si nada hubiese pasado

 

-          Nada a pasado Taemin

 

-          ¡Pero hyung…!

 

-          Kibum sabe lo que hace, siempre lo ha hecho – intervino – Pero yo también lo sabía, cuando decidí tener una relación con él. Yo, sabía perfectamente lo que obtendría de su parte si empezábamos tener una relación…

 

-          ¡Pero tú lo amas!

 

-          Pero sé que él nunca me va a amar de la misma manera

 

-          ¡¿Entonces por qué estás con él?! – añadió sin temor a expresar su confusión - ¡Es muy cruel, tú no mereces que Kibum te haga sufrir!

 

-          Simplemente porque no quiero estar solo

 

El castaño se dejó caer en el respaldo de su silla, sus manos bajaron a sus muslos y ahí empuñó la tela de sus pantalones, sintiéndose muy frustrado.

 

-          No quiero nada más que la compañía de Kibum, no me importa si no me ama del modo en que yo lo hago, él nunca me prometió nada y yo tampoco le he dado nada más de lo que creo se merece…

 

-          P-pero, pero ustedes, viven juntos… ¿Cómo puedes vivir así?

 

-          Solo compartimos un techo Taemin, una cama, de conversaciones triviales, de hacer el amor, solo eso, pero nosotros, jamás compartiremos sentimientos o un corazón, o el deseo de tener una vida y un futuro juntos… hace un tiempo que decidimos vivir separados, cuando supe lo de Minho, comprendí que Kibum, era un espíritu libre y que yo no podría atarlo a mi lado por más que quisiese…

 

-          Pensé, pensé que lo de ustedes iba bien

 

-          La gente piensa cosas basado en lo que ve o en lo que oye, pero a veces, lo que vemos o escuchamos, es simplemente lo que deseamos ver y oír, y no lo que pasa en realidad – dijo sonriéndole – Así como yo podría pensar que tú estás enamorado de Minho, del mismo modo tú crees que lo mío con Kibum es la relación perfecta, es confuso, ¿no crees?

 

Quizás si se hubieran conocido antes, en otras circunstancias, todo habría sido diferente. Quizás, solo quizás, su destino y corazón no estaban ligados a esa persona que le llamaba pensando que era alguien más sino a esta otra sentada frente a él, que le miraba como ci entendiera lo que estaba sintiendo; lo que estaba viviendo en ese momento.

Quizás, este hombre que conversaba como si no hubiera pasado nada momentos previos en su departamento, bebiendo de su café mientras alternaba sonrisas consoladoras, era quien realmente le entendía.

Quizás si le hubiera conocido antes, Taemin se habría enamorado de él y no de ese otro que aún inconsciente después del golpe, seguía murmurando el nombre de su amigo ‘Kibum, Kibumie…’

 

-          Tae, ¿estás bien?

 

-          Uhm, sí, estoy bien…

 

-          Tú, cuando sonríes… - murmuró mirándole con un interés que no supo cómo interpretar – te ves, bien… hazlo más seguido

 

Sí, era él.

Jonghyun dejó un par de billetes sobre la mesa y se incorporó, haciéndole un gesto para que le siguiera. Tomó sus cosas y caminó detrás de él hacia su auto. Ya ni le importaba todo lo que había pasado antes, ni tampoco lo que sucediese ahora.

Por esta noche, solo por esta noche, Taemin se dejó llevar por Jonghyun a su departamento pensando que quizás, solo quizás, podía permitir que el novio de su retorcido amigo le entregase el consuelo que ahora necesitaba.

Dándole a cambio lo mismo.



Tanto soñarte y extrañarte sin tenerte, tanto inventarte.
Tanto buscarte por las calles como un loco, sin encontrarte.
Y ahí va uno de tonto; por desesperado,
confundiendo amor con compañía.

 

Hace tiempo, muchísimo tiempo que no dormía tan placenteramente como lo había hecho la noche anterior. La cama suave y las sábanas aromatizadas en Jonghyun, le había traído una paz indescriptible.

La noche anterior, al llegar al departamento del mayor, no hicieron falta más palabras ni explicaciones. El choque eléctrico de sus besos, sus caricias, esas manos grandes y firmes sosteniéndolo por todas partes, era justo lo que había necesitado.

Necesitaba ser besado, ser requerido por alguien, ser acariciado y tratado como si fuera lo más especial del mundo y Jonghyun lo había sabido hacer con creces.

Taemin estiró sus brazos sentándose al borde de la cama. Su cuerpo desnudo abrazó los rayos de sol que se colaban por la ventana. Afuera parecía ser un día increíble, como una extensión de lo bien que había dormido y descansado al fin, luego de muchos días sintiéndose perturbado.

Se incorporó riéndose del desorden en la habitación; las sábanas y el edredón en el suelo, botellas de vino vacías, un par de copas, restos de envases de comida china que había pedido a domicilio y ropa, demasiada ropa mezclada por todas partes.

El aroma a café recién hecho le hizo notar recién que Jonghyun no estaba en el cuarto y fue por él, colocándose una camisa que no le pertenecía. Al llegar al salón, escuchó música de la cocina y fue hasta el lugar, en donde vio la espalda desnuda y musculosa del mayor, quien cantaba sin notar su presencia.

 

-          Lindos calzones hyung…

 

Taemin se rio al verlo sobresaltarse al instante en que un panqueque resbalaba del sartén que movía con tanta profesionalidad culinaria, cayendo al piso en cientos de pedazos.

 

-          ¡Oh mierda!

 

-          ¡Hyung, lo siento, yo…! – rio yendo en su ayuda.

 

Al agacharse, un movimiento errático les hizo darse un golpe en la cabeza, cayendo ambos sentados en el suelo mientras reían.

 

-          Creo que incluso para esto somos torpes – añadió el mayor, ayudándole a ponerse de pie – Definitivamente somos una mezcla peligrosa…

 

-          Sí, creo lo mismo y bien, ¿qué cocinas?

 

-          Panqueques, pensé que podrías tener hambre

 

-          ¡Mi Dios, no he parado de comer! Comida china, dulces, vino y ahora panqueques, me pregunto qué habré hecho de bien en mi otra vida para merecer tantas atenciones – ironizó con dramatismo.

 

-          Ser lindo, obvio…

 

La boca del moreno viaja hasta el cuello ajeno, en donde deja un sutil beso que le estremeció la piel y le puso nervioso al instante.

 

-          Esta camisa es mi favorita, no la manches…

 

-          Si qui-quieres, te la devuelvo

 

-          Oh, no, me gusta mucho verla en tu cuerpo – murmuró mirándole – es por eso que ahora es mi favorita

 

-          Hy-hyung…

 

-          ¿Café? – interrumpió volteándose para mostrarle la cafetera humeante.

 

-          Cargado, muy, muy cargado por favor…

 

 

Sentándose en la mesa, Taemin le dio dar vueltas de un lugar a otro mientras preparaba todo. Había hecho tostadas, panqueques con miel, huevos, fruta picada, zumo de naranja y todo lo que parecía ser un desayuno muy al estilo americano.

Jonghyun era perfecto, mucho más que eso y a cada momento se convencía más de aquello. Era honesto, sincero, gentil, cariñoso, un amante complaciente y un buen compañero. Taemin no lograba entender cómo Kibum no lo podía apreciar del modo en que Jonghyun se lo merecía; de la forma en que él mismo, estaría dispuesto a hacerlo.

La noche anterior se habían besado, tocado, quitado la ropa y reconocido ambos cuerpo desnudos y necesitados por algo que les hiciese olvidar sus propias penas y preocupaciones. Terminaron en la cama, desarmándola por completo por su desespero pero, cuando iban a avanzar, ambos se quedaron mirando; sus respiraciones entre cortadas y pieles sudorosas.

 

-          Ta-Taemin, yo, sabes que no podría lastimarte

 

-          Lo sé, lo sé, lo sé – repitió colando una mano entre ambos cuerpos, sosteniendo la erección del mayor que palpitaba en su mano. Sus ojos cerrados mientras sus dedos se humedecían en líquido pre seminal – Oh Minho, Minho por favor…

 

-          Quiero esto, quiero hacerte el amor pero mi corazón, mi corazón está lejos, muy lejos de aquí y no puedo, no quiero amar tu cuerpo y sentir que te confundes, que nos, confundimos…

 

-          Minho…

 

-          Abre tus ojos cariño – le dijo – Mírame, no soy él, no puedo ser él y tampoco quiero serlo…

 

Taemin comió un bocado de los panqueques, sintiéndolos esponjosos y dulces en su boca; Jonghyun era un gran cocinero. Frente a él, el moreno comía, mirándole con sonrisas cómplices, dándole su espacio, respetando el silencio y lo que estaba pensando.

 

-          No pienses tanto en eso – le dijo de pronto – en lo que pasó anoche – continuo adivinando lo que estaba pensando – no te sientas culpable…

 

-          Casi lo hicimos…

 

-          Lo sé

 

-          Nos besamos, nos tocamos, te… toqué, ahí – añadió sonrojándose.

 

-          Y me gustó, en serio, pero estábamos cometiendo un error. Ambos estábamos heridos, nos sentíamos traicionados y queríamos liberar nuestras penas de alguna manera; nos besamos, sí y me gustó hacerlo. Nos tocamos también, y te juro que me fue muy difícil contenerme pero sabes, que lo que estábamos haciendo, nos haría más daño ahora…

 

-          Lo sé hyung, yo, yo sé de tus sentimientos por Kibum hyung

 

-          Y yo sé de los tuyos por Minho – sonrió – anoche lo pasé increíble contigo, siento, que de alguna manera, nos dimos el consuelo que necesitábamos; dormir desnudo contigo me hizo darme cuenta de que no podría desear a nadie del modo en que deseo a Kibum. No quiero que te sientas culpable Taeminie…

 

-          Pero, yo, yo quería hacerlo, contigo…

 

-          Oye, mírame, hey…

Jonghyun rodeó la mesa para ponerse de cuclillas frente al menor, sosteniéndole la barbilla con su mano, buscando su mirada.

 

-          No pienses que yo no quise, porque sí lo deseé; eres un hombre increíblemente hermoso Taemin, mírate, tus ojos – dijo mirándole con intensidad – probé tu piel, tu cuerpo, todo de ti exuda sensualidad y deseo, pero sabes que yo no soy la perfección que tú necesitas… yo no podría nunca complacerte del modo en que lo puede hacer la persona que está acá… – prosiguió posando una mano sobre su torso - …en tu corazón y esa persona es Minho

 

-          Él, él nunca me va a querer del modo en que yo lo hago – sollozó liberando lágrimas que Jonghyun besó con dulzura – Tengo, tanto aquí adentro y me duele, me duele mucho sentirme así…

 

-          Pero te iba a doler más si yo confundía más tus sentimientos – dijo al fin – La medida de tu amor, solo puede ser llenada por la persona que tienes ahí dentro, contigo, todo lo demás es algo pasajero, banal y sin sentido porque cuando encuentras a quien entregarle todo de ti, entonces solo esa persona importa, solo esa y nadie más…

 

-          Quisiera encontrar a alguien como tú, alguien tan bueno como lo has sido conmigo…

 

-          Yo soy horrible Taemin; soy un madrugador, un obsesivo del orden, detesto que toquen mis cosas y tengo un mal humor que nos haría discutir todo el tiempo – bromeó haciendo reír al castaño – Yo no podré ser para ti ni lo mínimo de lo que Minho lo es… tú le perteneces Taeminie y aunque no lo sepa, él también te pertenece a ti…


Y ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja,
te hace escoger con la cabeza, lo que es del corazón.
Y no tengo nada contra ellos, la rabia es contra el tiempo
por ponerte junto a mí, tarde.

 

El motor del auto se detuvo, aparcada en la acera frente al edificio en donde vivía. Taemin siente que Jonghyun suspira y se gira para mirarlo.

Ambos se miran en silencio, sonriéndose por las cosas acontecidas desde la noche anterior, las conversaciones, jugarretas y cosas que saben son prohibidas y yacerán en lo más profundo de un secreto compartido entre ambos; Kibum no necesitaba saberlo y Minho no se merecía saberlo. Después de todo, no había pasado nada que pudiesen lamentar en un futuro.

Luego del desayuno y una ducha, Jonghyun le había llevado en su auto de regreso al edificio en donde vivía; lo que ocurriese de ahí en adelante, solo dependía de él. Había una chance de que Minho y Kibum permaneciesen aún en su departamento y si era de ese modo, debía enfrentarlos y conversar con ellos, hablar con la verdad y aclarar los asuntos entre ellos. Pero y si estaban, ¿Acaso, habrían dormido juntos? ¿Habrían intimado? ¿Habrían vuelto a ser una pareja otra vez? Esas preguntas rondaban en su cabeza una y otra vez, y cada respuesta que tenía, era menos alentadora que la anterior, confundiéndolo más de lo que estaba.

¿Qué les diría? ¿Cómo se los diría? ¿Podría defenderse y justificar cada una de sus acciones? ¿Podría, decirle a Minho que su intensión nunca fue engañarlo sino consolarlo?

 

-          Oye…

 

La voz suave de Jonghyun y la mano sobre su rodilla le hacen girar el rostro para mirarlo.

 

-          Todo saldrá bien, no tengas miedo, todo lo que digas es la verdad; incluso lo que sientes, así que no ocultes nada y estoy seguro que él entenderá…

 

-          ¿Y si, y si me odia…?

 

-          No podría odiarte, no hiciste nada más que protegerlo de Kibum, si no entiende eso, entonces es un imbécil – le dijo – Y si se atreve siquiera a decir que te odia, entonces tendrá que enfrentarse a ira

 

-          Hyung

 

-          Le romperé la cara por ser idiota y hacerte daño

 

-          No quiero que lo lastimes – susurro ocultando una sonrisa.

 

-          Le sacaré los ojos para que no admire tu belleza

 

-          ¡No se los saques!

 

-          Le romperé la boca para que no pueda probar tus besos…

 

-          ¡Hyung, no seas cruel!

 

-          Ya, ya, ya pequeño… - dijo acabando con las bromas – No le haré nada solo porque tú me lo pides pero debes saber, que yo solo quiero que enfrentes esto, que seas sincero con él y que pase lo que pase, seas feliz…

 

-          ¿Con Minho?

 

-          No me refiero solo a Minho, sino feliz, solo feliz, ¿entiendes?

 

Y esa sonrisa. Esa sonrisa que Jonghyun le regala es justamente lo que le da a entender que jamás habría podido suceder algo más que una simple amistad entre ellos. Las circunstancias que le hicieron pasar la noche a su lado a pesar que antes nunca estuvo dispuesto a conocerlo como novio de su amigo, son las que le hablan de que Jonghyun es un hombre sincero y fiel, pero por sobre todo es justo lo que Kibum necesita para reordenar su vida y madurar de una vez. Jonghyun era todo lo que podría desear para su alocado mejor amigo e incluso más.

Un abrazo es lo que se dan mutuamente, un ‘buena suerte’ y desde la acera, Taemin le ve irse, justo antes de inspirar profundamente y mirar hacia lo alto del edificio para anticipar lo que se venía por delante.

‘Respira Taemin, respira, solo respira…’

El ascensor parecía subir mucho más lento que lo habitual, piso a piso, metro a metro hasta el que sería su destino. Por un instante había pensado en bajar, irse y esperar hasta la noche por volver, al menos así sabría que Minho y Kibum ya no estarían en su casa. Pero luego, solo sentía ganas de llegar luego y vomitar todo lo que tenía por decir y así aplacar un poco todo el caos que tenía en su interior, de tener algo de paz en su vida.

Salió del ascensor y avanzó por el pasillo hasta su puerta. Su corazón latiendo a mil por hora, su sangre fluyendo por todo su cuerpo y haciéndole hervir la piel. El sudor frío recorriendo su espalda, sus manos temblando, sus ojos enfocándolo todo y su mente trabajando en las palabras que diría y en cómo lo haría.

La llave entra con dificultad por el cerrojo y al girarla, la puerta se abre. Del otro lado no aparece Mr. Mustache y aquello lo sorprende cuando el pequeño gato blanco siempre iba a su encuentro cuando llegaba a casa.

‘Qué raro…’ Taemin entra y todo parece normal. La sala está tal como recordaba haberla dejado, el sofá donde Minho había yacido inconsciente estaba con sus cojines ordenados y ya no había rastros de manchas de sangre en su tapiz. En la cocina era lo mismo, no había loza utilizada ni tampoco limpia. Avanzó entonces por el pasillo, sintiendo la brisa fresca de la mañana que entraba por las ventanas abiertas. Caminó por el pasillo con temor y curiosidad. No había nadie en el baño, ni en la oficina, tampoco en la habitación de invitados por lo que suponía que si Minho o Kibum seguían ahí, era muy probable que los encontrase en su cuarto.

‘¡Oh Dios, oh Dios, lo hicieron, se acostaron en mi cama… e-ellos, ellos han vuelto, lo sé, estoy seguro…!’

La mano en el pomo. El pomo girándose. Su corazón latiendo más y más fuerte. Su respiración casi ausente, ahogándolo. El seguro de la puerta cediendo. La puerta abriéndose. Su cuerpo temblando. Su frente sudando. La puerta más abierta y la luz interior golpeando su cara. Su cuerpo ingresando con valor y aquella imagen, esa imagen frente a él, aturdiéndolo.

Las cortinas estaba abiertas de lado a lado, dejando que el sol entrase generoso por los amplios ventanales de la habitación. El cielo azul hacía un hermoso contraste y el viento del exterior ingresaba por una pequeña ventana abierta vagamente.

Y en la cama, en la cama estaba el causante de todas sus desdichas. El culpable de haber discutido con su mejor a tal punto de que éste, terminase yéndose del departamento que compartían. Quien había ido a su casa la noche anterior con un nivel de ebriedad tal, que el escándalo que hizo le incitó a golpearlo con un porta retratos y dejarlo inconsciente con un corte en su frente. Esa persona, esa maldita y cruel persona que lo había enamorado confundiéndolo con alguien más, quien le había contado de su vida, de sus secretos, de sus cosas más íntimas, con quien había hecho el amor en sus sueños más de una vez, el único a quien le había entregado su cuerpo y todo de él.

Esa persona, ese hombre estaba ahí, de torso desnudo durmiendo en su cama, abrazado a la almohada que él usaba al dormir, enredado en sus sábanas con una pierna larga que sobresalía dejándole ver incluso el borde inferior de su ropa interior oscura. Su cabello revuelto cayendo en su cara, su boca semi abierta y soltando suspiros que quiso capturar con sus besos, sus pestañas largas, su piel bronceada y brazos musculosos.

Esa persona estaba ahí.

Seguía ahí, como siempre hubiese pertenecido a su cama, a su habitación, a su departamento y a su hogar.

Pero lo más sorprendente de todo no fue encontrarlo en esa condición, ni tampoco que estuviese solo y no hubiese ningún indicio de Kibum; sino lo que más le llamó la atención, fue que justo a su lado, en la zona de su torso y muy cerca de su piel, el rey de los traidores estaba ocupando el lugar que debía ser suyo en aquella cama.

Mr. Mustache que ni siquiera se dejaba acariciar por Kibum en todo el tiempo que ambos amigos vivían juntos, dormía enrollado en su propio cuerpo junto a él sin sospechar de su presencia, hasta que removió su nariz en sueños y abrió sus ojos perezosamente.

 

-          Mr. Mustache, es papá, ven… - susurró el castaño acercándose con temor.

 

 El gato lo miró entonces, levantando apenas la cabeza para bostezar y lamer su nariz como diciéndole ‘Vete a la mierda, mira donde estoy, no me pienso mover…’ para acomodarse nuevamente junto a Minho y seguir durmiendo ahí junto a él, en el sitio que de pronto parecía ser, el mejor lugar del mundo para él.

‘Puto gato traidor…’

Ganas de besarte, de coincidir contigo.
De acercarme un poco y amarrarte en un abrazo,
de mirarte a los ojos y decirte bienvenido.

 

-          Hey, despierta… - susurró sutilmente – Minho, abre los ojos

 

-          Uhm

 

Un caricia húmeda y refrescante más esa voz que conocía tan bien, le sacaron de su somnolencia y le obligaron a abrir los ojos. Alzó la mano hasta la frente y sintió que le tomaban por el antebrazo, impidiéndoselo.

 

-          ¡No te toques! – le dijo – es una compresa fría para bajar la hinchazón…

 

-          ¿Hi-hinchazón?

 

-          Te has dado un duro golpe en la frente, aquí… - añadió tomándole la mano y acercándola hasta donde notó un relieve en su piel que le causó un profundo dolor - ¿Ves? Por suerte no fue grave, pero te dejó inconsciente así que es mejor que no te levantes…

 

-          ¿Dónde estoy?

 

-          Es casa de Taemin, viniste a hacerle un escándalo pensando que yo seguía viviendo aquí, ¿Qué pretendías?

 

‘¿Taemin? ¿Escándalo? ¿Golpe?’ ¿Qué eran todas esas cosas que esta persona le estaba diciendo? Su cuerpo se sentía pesado y exhausto, su frente ardía y tenía una puntada de dolor en la herida que no sabía cómo se había hecho.

 

-          ¿Qué sucedió?

 

-          Ya te lo dije, sabías que no debías venir, de todos modos ¡¿cómo conseguiste la dirección de este lugar?!

 

-          ¿Quién eres? – preguntó apretando los ojos por la molestia que la luz le causaba.

 

-          Soy Kibum, ¿quién más creías que era?

 

‘¿Kibum…? No, no puedes ser él. Yo podría reconocer su voz y esta persona, no es Kibum. Mi Kibum tiene una voz armoniosa, suave y dulce; no es fría… no, no eres Kibum, no lo eres’

Minho se incorporó con dificultad, apoyando el cuerpo en el cabecero de la cama hasta quedar sentado en ésta y ahí, junto a él, vislumbró la borrosa imagen de una persona. Aclaró su visión y entonces se dio cuenta de que algo debía de ir mal; la voz de su Kibum no pertenecía a este Kibum que estaba a su lado, mirándole con confusión.

 

-          Ki-Kibum, ¿qué…? ¿por qué estás aquí?

 

-          ¡¿Por qué?! Pues porque viniste hasta acá pensando que yo vivía en este lugar, asustaste a Taemin y él te golpeo en la frente por idiota. Me llamó asustado pensando que eras un intruso hasta que le conté que eras un ex amante… eso fue lo que pasó

 

-          Pe-pero, pero, yo fui a tu trabajo, me dieron tu dirección y por eso vine…

 

-          ¡EBRIO! ¡Has venido ebrio y no puedo creer que incomodaras a mi Taeminie!

 

-          ¡Hey, espera, yo no quise asustar a ese tal ‘Taeminie’ como dices, después de todo, casi me saca la frente de un golpe!

 

-          ¡Te lo merecías!

 

-          ¡¿Me lo merecía?! ¡Yo solo vine a verte a ti! ¡A que conversáramos, a que me explicaras por qué de pronto dejaste de recibir mis llamadas! – le dijo defendiéndose - ¡¿Qué no entiendes que te extraño?! ¡¿Qué te echo de menos, que te amo?!

 

-          ¡Wou, aguarda un poco compañero! Primero que todo, al menos de mi parte, lo nuestro solo fue sexo y muy bueno debo admitir pero, ¿amarte? Creo que ese sentimiento no está dirigido a mi persona…

 

-          ¡¿De qué hablas?! ¡Claro que te amo a ti, ¿a quién más sino a ti?! ¡No seas ridículo, todo este tiempo que hemos conversado por teléfono aún sin vernos, no ha hecho más que afianzar mis sentimientos por ti!

 

-          Minho… - suspiró el rubio mirándole casi con pena – Desde que nos acostamos yo nunca, NUNCA he vuelto a hablar contigo por teléfono… jamás lo he hecho

 

-          N-no, no entiendo… hemos hablado por meses

 

-          No con este Kibum – se apuntó – Tú no amas a este Kibum…

 

En ese momento un sutil maullido los distrae a ambos y por la puerta ven al pequeño gato blanco colarse hacia el interior de cuarto y saltar a la cama, avanzando lento hacia Minho quien lo reconoce y sonríe cuando el felino se le acerca, ronroneando junto a él para terminar acostándose sobre su regazo.

 

-          ¡Mr. Mustache! – sonrió acariciándole el lomo - ¡Vaya sí que eres lindo!

 

-          ¿Lo conoces?

 

-          ¡Claro, me has hablado mucho sobre él!

 

-          ¡Entiende que no-lo-he-hecho! Míralo, ve cómo me observa, ese gato feo me ha odiado desde siempre ni siquiera deja que le acaricie… - dijo con asco – además soy alérgico a los gatos, ¿no crees que es un poco estúpido tener uno si ¡achú! ¡achú!, ves de lo que te digo?

 

-          No bromees…

 

-          No bromeo idiota, ese gato ¡achú! ¡arg, me da asco! ¡achú!

 

-          P-pero, pero tú, tú me dijiste que tenías un gato

 

-          ¿Estás seguro que fui yo? ¡achú!

 

-          ¿eh…?

 

‘¿Qué estás diciendo…?’

 

-          ¡¿Cuéntame cómo es?!

 

-          Ya te he dicho, es blanco de ojos celestes

 

-          Pero su carácter, describe cómo se comporta, como es con la gente…

 

-          Uhm, bueno, es muy dulce, ama a las personas y no es esquivo, siembre busca que le den cariño aunque del único del que escapa es de… uhm, Taemin, mi amigo…

 

-          ¡En serio! ¿Por qué lo hace?

 

-          Pues porque él es terriblemente alérgico a los gatos y dice que le dan asco, además es algo mutuo, Mr. Mustache parece que no lo encuentra una persona agradable…

-          Ya veo, ¿crees que si lo llego a conocer dejará que lo acaricie?

 

-          ¡Claro que sí!

 

Minho ira entonces al gato que se acomoda más cerca de su cuerpo y en su mente se reproduce una vieja conversación que creía olvidada. Y luego se convence; se convence en primer lugar, de que algo raro está pasando. Ese sí era Mr. Mustache y lo que recordaba de él, calzaba perfecto con cómo era el animal y cómo se comportaba. Luego estaba Kibum, ¿por qué incluso estando sentado al borde de la cama junto a él, lo sentía tan lejano, tan, como si no lo conociese en absoluto? Y finalmente, ¡¿En dónde mierda estaba?! Si ahí no vivía Kibum, entonces, ¿quién vivía en ese lugar? ¿Y a quién le pertenecía aquel gato?

Asustado dejó al gato a un lado y se incorporó queriendo ponerse de pie, un mareo le hizo titubear un poco pero no lo desmotivó, sino que le hizo darse más impulso para averiguar de una maldita vez qué era lo que estaba pasando.

 

-          ¡Hey, Minho ¿qué, qué estás haciendo?!

 

-          ¿Cuál es tu fecha de nacimiento?

 

-          ¡¿Qué?!

 

-          ¡Dime! – exclamó quitándose de encima la mano del rubio en su brazo - ¡RESPONDE!

 

-          23, 23 de septiembre…

 

-          ¿Septiembre? ¿Cómo se llama tu hermano?

 

-          ¿Hermano…? Y-yo, yo soy hijo único, no tengo hermanos…

 

-          ¡No mientas! ¡Tienes un hermano, se llama Taesun, tú me lo dijiste! – insistió - ¡Tomas leche en lugar de vino, prefieres la radio que ver televisión, usas las camisetas viejas de tu padre como pijama y prefieres a Mr. Mustache en lugar de una revista! ¡Tú me has contado todas estas cosas de ti, si no fuese así, ¿cómo crees que las sabría?!

 

-          ¡Ya te dije que YO NO FUI! ¡¿Qué no entiendes?! ¡Todo este tiempo no ha sido conmigo con quien has hablado, yo no soy el Kibum de quien estás enamorado, no me gustan los gatos, no tengo hermanos, odio la leche, amo el vino, no escucho radio y tampoco veo televisión porque prefiero irme de compras! y, ¡¿las camisetas de mi padre?, qué asco! ¡Yo definitivamente uso pijama y de seda y respecto al gato, ya te dije que no me gustan y que soy muy alérgico a ellos!

-          Sí, si no eres tú, entonces… entonces – murmuró asimilando todas las cosas que Kibum le decía, todas las que creían le pertenecían a él y que en verdad no era así - ¿De qué Kibum me enamoré?

 

‘¡Vaya, lo que me faltaba, se ve patético!’ pensó Kibum al verlo de ese modo. Pero ya era suficiente, tenían que resolver toda esa confusión por el bien de su propia relación con Jonghyun y por el bien de Taemin y de la amistad que tenía con él, y que no quería estropear de nuevo.

 

-          Oye, Minho…

 

-          El Kibum que yo conozco nació el 18 de julio, mide 1.77, es de signo cáncer, sangre tipo B… tú, ¿tienes algo de eso? – le preguntó mirándolo mientras se sentaba en la cama.

 

-          También soy de sangre tipo B, pero soy más alto y ya te dije que nací el 23 de septiembre

 

-          Él tiene un hermano mayor…

 

-          Soy hijo único, mamá estaba muy ocupada con el trabajo y papá también, tener otro hijo no estaba dentro de sus planes incluso, no pudieron lidiar conmigo y me mandaron a vivir con mi abuela cuando era pequeño…

 

-          Le gusta la leche…

 

-          Prefiero un café americano y el vino, amo el vino – respondió sentándose a su lado.

 

-          Él, nosotros… lo hicimos, hicimos el amor más de una vez, mientras hablábamos por teléfono

 

-          Minho, tu bien sabes que nosotros solo nos acostamos una vez y lo nuestro fue solo sexo – dijo posando su mano en el muslo del moreno, tratando de buscar su mirada escondida entre sus manos – No soy yo el dueño de tus sentimientos Minho…

 

-          No entiendo, no entiendo nada de esto…

 

-          Hay algo que es tiempo que sepas, quizás me odies pero por favor, escucha todo lo que te tengo que decir, ¿está bien?

 

-          Habla de una vez…

 

 

Pero llegamos tarde, te vi y me viste,
Nos reconocimos en seguida, pero tarde.
Quizás en otras vidas, quizás en otras muertes.

 

-          Minho, escucha, yo no quise mentirte solo quería terminar lo que Kibum no hizo

 

-          ‘¡¿No se te ocurrió que quizás estaba enamorándome de él?! Que ¡no sé, ¿Qué no quería terminar lo que teníamos?!’

 

-          ¡Ustedes solo tuvieron sexo una vez, para Kibum solo fuiste eso!

 

-          ‘¡PERO NO PARA MÍ! ¡No para mí! ¡MALDICIÓN!

 

‘No eso definitivamente saldrá mal’ pensó mientras picaba fruta y la echaba en un recipiente, ‘Quizás…’

 

-          Minho, yo… me enamoré de ti, por eso no pude decirte que no era Kibum…

 

-          ‘T-tú, tú, ¿qué…?

 

-          ¡Te amo Minho, te amo!

 

-          ‘Taemin, y-yo, yo también me enamoré… de ti’

 

‘¡Arg, Taemin tonto, ¡¿cómo se supone que te va a decir eso si ni siquiera sabe que te llamas Taemin?! Pensar que te pueda decir eso es absolutamente ridículo, aparte de improbable…’ Taemin dejó a un lado el cuchillo y se apoyó con ambas manos en la mesa de la cocina en donde se preparada el desayuno, suspirando hondamente. Desde que había llegado a su departamento hace una hora, Minho seguía durmiendo sin sospechar en su presencia, mientras él inventaba y recreaba diálogos de cómo iba a ser la conversación que sabía tendría que tener con el moreno. Le debía una explicación, tenía que justificar por qué nunca le dijo que no era la persona que Minho creía y de aquellos sentimientos que habían comenzado a aflorar y que le hicieron dejar de recibir sus llamadas para no arrojar más leña a ese fuego que sería imposible de apagar cuando todo se supiese.

Se sentía un mentiroso, un iluso por vivir en una realidad que no era la suya, un egoísta por querer retener a alguien que no le conocía y que tenía sentimientos que no le pertenecían. La había cagado, monumentalmente y lo sabía; ahora recién lo sabía.

La cafetera sonó con un sutil campaneo que le avisó que su contenido estaba listo pero justo antes de ir a por ella, sintió el roce suave de algo entre sus piernas. El castaño bajó la mirada y vio a Mr. Mustache restregarse en sus pantalones, ronroneándole coquetamente.

 

-          Buenos días pequeño, ¿recién ahora me vienes a saludar? – le habló inclinándose para tomarlo en brazos – Te extrañé mucho, ¿tienes hambre…?

 

-          Un poco…

 

-          ¡Oh por el amor de Dios!

 

El grito de Taemin es tal, que el gato se escapa de sus manos y corre por la cocina hasta esa otra persona. Frente a él, Minho le mira antes de agacharse para acariciar el lomo de Mr. Mustache para luego ponerse de pie, sus manos dentro de un pantalón de chándal que le pertenecía a su hermano mayor y que no le había devuelto porque simplemente no había querido pero que nunca pensó que le quedase tan bien a él, y una polera deportiva que usaba como pijama. Su cabello seguía revuelto y sus ojos seguían medio adormilados.

Avanzó lentamente, con precaución hasta donde estaba y se sentó en uno de los taburetes, mirándole. Solo mirándole. No había un rastro de odio ni tampoco una intención de iniciar una disputa verbal entre ambos.

Los ojos de ambos se encuentran; los tranquilos y pacientes de Minho con los asustados y expectantes de Taemin. Ambos observándose a ver quién daba el primer paso, ambos esperando algo de lo que no tenían certeza, ambos nerviosos y ambos con sus corazones latiendo sin control en su interior.

¿Qué iba a pasar? De eso ninguno estaba seguro.

 

-          ¿Puedo tener una de esas…?

 

-          ¿Uh…?

 

-          Café, el café está listo y realmente me gustaría tener una taza s-si, si no te molesta…

 

-          ¡Oh, claro! Te sirvo…

 

Taemin puede sentir los ojos oscuros y penetrantes de Minho en su espalda, mirándole sacar una taza de uno de los muebles y servirle café humeante, para luego ir hacia él y dejarla tímidamente en el mesón.

-          ¿Tú no vas a servirte?

 

-          No, yo…

 

-          Tomas leche, lo recuerdo – sonrió dando un sorbo y emitiendo un sonido con su garganta que se sintió incómodamente placentero – Está muy bueno esto, en serio Taemin…

 

Taemin…

 

-          ¿Qué…? – pregunta el mayor, mirándole confuso sobre el borde de la taza, temiendo el haber dicho algo impropio - ¿Qué pasa? ¿Dije algo malo?

 

-          T-tú, tú… repítelo

 

-          ¿Qué cosa?

 

-          Lo que acabas de decir… - titubeó ansioso.

 

-          Que, el café está muy bueno, justo como me gusta

 

-          ¡No, eso no! ¡Lo otro! – insistió – lo otro, di lo otro…

 

Y ahí, es justo cuando Minho se da cuenta a lo que el menor se refiere. Dejó la taza a un lado y se puso de pie, avanzo hasta él. Tímidamente enredó sus manos con las ajenas, sintiendo golpes eléctricos en su epidermis por aquel sutil y exquisito roce. Sus miradas se encontraron y entonces supieron que quizás no era necesaria tanta conversación, ni una discusión, ni menos explicaciones que no iban a justificar lo que para ambos, habían sido los meses más hermosos que habían compartidos.

Ya era demasiado el tiempo que habían pasado juntos sin saber que al final, terminarían enamorándose de ese modo; en las mañanas al despertar y compartir un desayuno por altavoz, en las tardes cuando describían sus almuerzos o bien cocinaban compartiendo recetas los fines de semana o en las noches cuando Taemin se bañaba y Minho le leía un libro antes de ir juntos a la cama y acompañarse en silencio hasta que uno de los dos caía rendido ante el sueño.

Ahora, estando frente a frente, respirando un mismo aire por primera vez sin el teléfono de por medio, ambos tenían esa sensación de confort que era extraño tener cuando conoces a alguien por primera vez. Aunque, a decir verdad, ellos ya se conocían, desde hace mucho tiempo y demasiado bien.

 

-          Mi nombre, di, mi nombre por favor… - susurró tímidamente cerrando sus ojos para aguardar en su corazón aquel momento – Dilo…

 

-          Taemin… mi Taemin, la persona de la que me enamoré, a quien amo y con quien deseo empezar de nuevo, claro sí es que tú y Mr. Mustache me aceptan…

 

-          ¡¿Me, m-me amas?!

 

-          ¿No lo sabías?

 

-          P-pero, pero tú y Kibum, ustedes…

 

-          Él me contó todo, todo bebé – añadió besándole la frente – Fui un imbécil contigo, yo creí que amaba a Kibum cuando en verdad, a quien amé todo este tiempo era a ti; tu voz, tu dulzura, tu ternura, nuestras conversaciones sin sentido…

 

-          T-te, te mentí

 

-          No, no amor… - sus manos sosteniéndolo por las mejillas – Fui yo quien se mintió a sí mismo, yo quien quiso ver cosas que estaban fuera de la realidad, nada de esto es tu culpa, ¿entiendes?

 

-          Minho, yo, yo me enamoré de ti… me enamoré, lo siento mucho

 

-          No, no tengo nada que perdonarte porque, ¿sabes qué?

 

-          ¿Qué?

 

-          Yo también me enamoré de ti, de ti Taemin…

 


Que ganas de rozarte, que ganas de tocarte,
de acercarme a ti y golpearte con un beso,
de fugarnos para siempre, sin daños a terceros.

 

Notas finales:

DEJEN SUS APORTES con cosas que les gustaría leer ;)

 

~ Mirnest ~


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